Hello, everypony.
aquí su amigo Diabolik kaze con otro capitulo de mi intento fanfic, Quiero aclarar que tanto los personajes de *MLP: FIM* como los OCs de Noru~ Aisurando y Woundead Sky son propiedad de sus respectivos dueños. ¡Muchas gracias por crearlos y por ser mi inspiración para escribir! y ahora sin nada mas que decir vayamos a la que nos reúne el día de hoy, que es la historia.
Hoy me levanté con cierta ansiedad, ya que Twilight debería haber regresado de Canterlot con la respuesta de Celestia sobre si mi hermanita Nya podría volver a vivir conmigo o si tendría que seguir viviendo en Sweet Apple Acres con la familia de Applejack.
Después de desayunar con Melusine, quien me pidió que no hiciera nada imprudente, me dirigí corriendo a mi clase de magia. La desesperación por saber qué había decidido Celestia me estaba consumiendo, pero justo antes de entrar al castillo, me encontré con Noruu y Den en la entrada.
—Oye, idiota... Sabes... quiero darte las... gra... las gra... las ma... ¡Aaahhh! No puedo decir esa palabra —dijo Noruu con frustración.
—Lo que Noruu quiere decir es gracias por ayudarle a encontrar un regalo para Is —intervino Den con una sonrisa amable.
—No hay de qué. Le debía un favor por lo del show de talentos. Ella me ayudó con la canción, y gracias a eso, nos vimos increíbles en el escenario —respondí, recordando el evento.
Noruu me miró con su habitual expresión de superioridad y añadió:
—Yo siempre me veo fantástica, idiota, pero ahora yo te debo un favor. Y como ya no eres tan estúpida con la magia, te enseñaré magia de verdad. Te veo en el bosque después de que termines con las ñoñerías con Twilight.
Asentí, aunque sabía que Noruu nunca me dejaría ganar en esa batalla de palabras. Después de todo, era su forma de demostrar afecto, a su manera fría y sarcástica. Me despedí de ambos y me apresuré a llegar a mi clase con Twilight.
Cuando entré en la sala, Twilight ya estaba allí, organizando algunos pergaminos sobre su escritorio. Al verme, levantó la vista y me dedicó una mirada seria y una mueca que indicaba que quería decirme algo. Casi parecía que quería gritarme. Mi corazón se aceleró al pensar que traía noticias de Celestia.
—Xail... siéntate —dijo Twilight con voz seria, cargada de una ira contenida. Sin embargo, debajo de esa ira había algo más, una presencia inusual en su normalmente amable manera de ser, que me impulsaba a obedecer sin decir nada, como si fuera una potrilla regañada por cometer un error.
Me senté, sintiendo que el ambiente se volvía cada vez más pesado. Twilight mostró dos pergaminos enroscados pero no decía nada, como si estuviera decidiendo cómo actuar o qué decir. Esos segundos de silencio se volvieron eternos, mientras yo solo podía pensar en qué estaba pasando y cómo el incidente con el dragón parecía pesar sobre mí. Antes de que pudiera decir algo, Twilight pareció leer mi rostro y captar mi reacción.
—Hiciste algo muy irresponsable. No solo pusiste en peligro tu vida, sino también la de otros. Y... si no hubiera sido por la intervención de ellos, dudo que tú y yo estemos aquí teniendo esta conversación —dijo Twilight, su voz llena de ira, pero que rápidamente se tornó en preocupación y tristeza.
—No es fácil informarte de esto, y sé que no es lo que deseas oír —continuó, sus palabras haciendo que mi corazón se detuviera. Mi garganta se apretaba y las lágrimas parecían querer escapar de mis ojos, pero Twilight no se detuvo, a pesar de que mi rostro mostraba que sabía lo que estaba ocurriendo.
Así que intente dar una explicación para que lo que tenia que pasar no pasará, o al menos esa era mi intención
Cuando me enfrenté a la situación con la dragona, reconozco que tomé decisiones que llevaron a un resultado desafortunado. Sin embargo, quisiera explicar el contexto detrás de mis acciones.
Primero y ante todo, mi prioridad siempre ha sido la seguridad de mi hermana Nya. La solicitud de Noruu para acompañarla en la misión de buscar un regalo puede haber parecido trivial, pero para mí, era esencial asegurarme de que Nya estuviera a salvo mientras me ocupaba de una tarea que podía ser peligrosa. Decidí dejarla en la casa de Applejack antes de partir con Noruu precisamente para protegerla, demostrando así que, incluso cuando me enfrento a retos peligrosos, mi deber como hermana sigue siendo mi principal preocupación.
En cuanto a Noruu, confié en ella y en la importancia de su petición. Aunque la tarea de encontrar un regalo para Aisurando podría no haber parecido crucial en un primer momento, entendí que había un significado profundo detrás de su solicitud. Noruu, a pesar de su carácter reservado, demostraba un afecto sincero hacia su hermano, y mi decisión de ayudarla reflejaba mi comprensión de que demostrar cariño y apoyo es fundamental, especialmente cuando uno ha experimentado dolor y sacrificio personal.
La inquietud de Blum sobre nuestra actividad en la cueva reveló la peligrosidad de la misión, algo que no comprendí completamente hasta que nos vimos en medio del peligro. Mi disposición para enfrentar estos desafíos demuestra mi valentía y determinación para cumplir con mis responsabilidades, incluso cuando la situación cambia repentinamente.
En resumen, aunque mis acciones llevaron a un resultado negativo, tomé mis decisiones basadas en un profundo sentido de responsabilidad hacia mi hermana, confianza en Noruu, y un deseo sincero de ayudar en una misión que parecía importante. Mi valentía y mi determinación para enfrentar peligros reflejan mi compromiso con aquellos que amo y con mis principios.
Entiendo que eres una pony increíblemente leal. Tengo una amiga con un sentido de lealtad tan fuerte como el tuyo, pero déjame decirte algo: la lealtad, por sí sola, no justifica la imprudencia de tus acciones."*
Twilight sostuvo la mirada de Xail, su tono firme, pero no carente de empatía. Las palabras de Xail habían sido Elocuentes y sinceras, pero Twilight sabía que detrás de esas palabras había un temor palpable sobre la resolución de Celestia.
La lealtad es una virtud admirable," continuó Twilight, dando un paso más cerca de Xail, "pero cuando te lleva a tomar decisiones imprudentes, cuando te hace olvidar el bienestar de quienes más amas... entonces, esa lealtad se convierte en un arma de doble filo. Lo sé porque he visto a alguien muy cercano a mí luchar con ese mismo dilema. Lo importante no es solo ser leal, sino también saber cuándo esa lealtad está guiándote por el camino correcto."
—¿Tu amiga, la pony arcoíris de la que he escuchado, que le hace cosas horribles a los pegasos jóvenes que no pasan la prueba en esa tétrica fábrica en Cloudsdale?
Twilight frunció el ceño al escuchar mi comentario, un destello de enojo cruzando su rostro.
—¿De verdad estás mencionando esos rumores ahora? —dijo Twilight, su voz cargada de frustración—. Esos rumores no tienen nada que ver con lo que estamos hablando. No sé si lo que dices sobre la fábrica en Cloudsdale es cierto o no, pero Rainbow Dash sería incapaz de hacer algo así. No puedes usar esos rumores para desviar la atención de tus propias responsabilidades.
Sentí cómo mi sangre hervía al escucharla defender a su amiga. ¿Por qué siempre tenía que sermonearme? ¿Acaso no veía lo mucho que estaba intentando? Todo lo que había hecho era por mi hermana, y ahora estaba siendo juzgada como si no importara.
—¡¿Y qué si lo es?! —espeté, mi voz llena de ira—. Estoy harta de que siempre me traten como si no supiera lo que estoy haciendo. ¡Todo lo que hago es por Nya, y tú solo te concentras en mis errores! No soy perfecta, Twilight, ¡pero no tienes idea de lo que es estar en mi lugar!
Twilight retrocedió ligeramente, sorprendida por mi explosión. Su expresión se endureció, pero no con enojo, sino con una mezcla de decepción y preocupación.
—Xail, sé que estás bajo mucha presión, pero esto no es solo acerca de ti. Todos cometemos errores, pero lo que importa es cómo los enfrentamos. Necesitas calmarte y pensar en lo que estás diciendo. No estoy aquí para juzgarte, sino para ayudarte a ver lo que está en juego.
"¡Claro que lo haces tú!", exclamé , con la voz temblando ligeramente por la rabia contenida. "Es lo único que han hecho tú y Celestia desde que llegué aquí. ¿Acaso creen que soy una yegua inútil, incapaz de tomar mis propias decisiones?" Mi pecho se agitaba con cada respiración, tratando de contener las lágrimas que amenazaban con desbordarse.
Twilight contuvo un suspiro, su mirada endureciéndose al escuchar mi respuesta.
—¿Eso es lo que piensas, Xail? —respondió, su tono firme—. Que todo lo que hemos hecho es juzgarte. Pero déjame recordarte que, desde que llegaste, hemos intentado guiarte, ayudarte a entender lo que está en juego, no solo para ti, sino para todos los que te rodean. No estamos aquí para señalarte con el dedo, sino para asegurarnos de que puedas tomar las decisiones correctas.
Mi corazón latía con fuerza, la rabia mezclándose con la impotencia. Las palabras de Twilight me golpeaban como un yunque, pesadas y difíciles de ignorar.
—Claro que lo hacen —dije, mi voz cargada de resentimiento—. Tú y Celestia es lo único que han hecho desde que llegué aquí. Juzgarme, cuestionarme, como si no fuera capaz de entender las cosas por mí misma. Todo lo que hago, todo lo que he hecho, es para proteger a Nya y a los que me importan, ¡pero parece que eso nunca es suficiente para ustedes!
Twilight apretó los labios, luchando por mantener la calma. Aunque podía ver su frustración, también noté una profunda tristeza en sus ojos.
—Xail, entiendo que te sientas así. Sé que ha sido difícil y que llevas mucho peso sobre tus hombros, pero estar enojada con nosotras no va a solucionar nada. Estamos aquí para ayudarte, no para hundirte. Pero para eso, necesitas confiar en que no estamos en tu contra. Necesitas entender que nuestras críticas no son ataques, sino intentos de evitar que te hagas daño, que lastimes a otros... o que te pierdas a ti misma en el proceso.
—¿Sabes, Xail? —dijo, su voz temblando ligeramente de ira contenida—. Es precisamente por esa actitud que Celestia decidió que Nya siga viviendo con Applejack y no contigo. Tuvimos una reunión sobre ello. Tuviste la oportunidad de que ella regresara contigo, de demostrar que estabas lista para asumir esa responsabilidad, ¡y la arruinaste!
Sus palabras me golpearon como un balde de agua fría, dejándome sin aliento por un momento. Pero antes de que pudiera responder, Twilight continuó, implacable.
—¿Crees que no nos íbamos a enterar? Recibimos tres cartas. Una de Sunset, otra de Starlight, y la última de Trixie. Todas hablando de tu comportamiento, de las decisiones imprudentes que tomaste, y de cómo eso puso a todos en peligro. No puedes seguir actuando como si todo el mundo estuviera en tu contra cuando la realidad es que estás cometiendo errores que podrían costarte mucho más de lo que te imaginas.
Mi corazón se apretó dolorosamente en mi pecho, y por un instante, la furia que me había estado consumiendo se transformó en una mezcla de miedo y desesperación. Twilight me estaba recordando lo que más temía: perder a Nya. Pero el orgullo y la ira seguían bullendo dentro de mí, dificultando cualquier intento de procesar lo que realmente estaba sucediendo.
—¡No tienen derecho a tomar esa decisión por mí! —grité, mi voz cargada de una mezcla de desesperación y rabia—. ¡Nya es mi hermana, y nadie puede decidir lo que es mejor para ella excepto yo!
Twilight, sin embargo, no se dejó amedrentar por mi arrebato. Se acercó a mí, su mirada fija en la mía, llena de determinación.
—Eso es lo que estamos tratando de hacer, Xail, proteger a Nya, incluso si eso significa protegerla de ti... hasta que estés lista para ser la hermana que ella necesita.
—¿La hermana que ella necesita? —espeté, mi tono cargado de veneno—. ¿Y ahora, de nuevo, una maldita con complejo de Dios me prohíbe vivir con mi hermana? ¿Quién demonios crees que la ha mantenido con vida durante 13 años? Estoy segura de que no fue su estúpida princesa ni esa ridícula magia de la amistad.
Twilight estaba furiosa. Su rostro se puso rojo de ira al escuchar mi comentario sobre Celestia.
—¡¿Cómo te atreves a hablar así de Celestia?! —exclamó, su voz cargada de indignación—. ¡Ella ha hecho sacrificios enormes por ti y por Nya, y tú la tratas como si fuera una villana con un complejo de Dios!
La furia seguía ardiendo en mí, y no pude evitar responder con acidez.
—¡Y tú, ¿qué sabes tú de lo que ha pasado realmente?! —grité, mi voz temblando de enojo—. Cuando llegamos a Equestria, nos quitaron nuestros poderes y Luna nos amenazó de muerte. Celestia también quería entregarnos a los apotecarios para que nos experimentaran. Fue un milagro que se arrepintiera a última hora.
El rostro de Twilight se endureció al escuchar mis palabras, su enojo creciendo.
—¡Esos rumores y decisiones pasadas no tienen nada que ver con lo que estamos hablando ahora! —se defendió Twilight, su voz firme—. Celestia pudo haberse equivocado en sus decisiones iniciales, pero ha mostrado preocupación y ha tratado de hacer lo correcto. Lo que está en juego aquí es cómo estás manejando la situación ahora. No puedes seguir aferrándote al pasado para justificar tu comportamiento actual.
Mis palabras estaban cargadas de frustración, pero también había un dolor profundo detrás de mi ira.
—¡Es fácil para ti decirlo! —exclamé—."¿Qué saben ustedes de lo que Nya necesita? No tienen idea de lo que he hecho para mantenerla a salvo. Le vendí mi alma a mi padre para que Nya no tuviera que matar a nadie, para que pudiera seguir siendo una potrilla inocente. Él me obligó a destruir, a manipular, a coaccionar a mi propio pueblo. ¡Hice cosas horribles porque él me lo ordenó! Y cuando murió, me vi obligada a robar y mentir solo para mantener a mi hermana viva. ¿Qué van a saber ustedes de eso? Nunca pasaron hambre o frío, nunca tuvieron la incertidumbre de no saber si ese sería su último día."*
Xail estaba al borde de las lágrimas, pero su voz no tembló, llena de una mezcla de rabia y desesperación. Su mirada ardía con una intensidad feroz mientras continuaba, como si esas palabras hubieran estado atrapadas dentro de ella por demasiado tiempo, esperando salir.*
"Ustedes, que han vivido en la seguridad y en la abundancia, que nunca han tenido que hacer lo que yo he hecho... No pueden entender lo que es despertarse cada día preguntándote si vas a poder sobrevivir, si podrás proteger a la única familia que te queda. No saben lo que es tomar decisiones terribles, decisiones que te destrozan por dentro, solo para asegurarte de que tu hermana no pierda la esperanza, para que ella pueda dormir tranquila, sin tener que enfrentarse a los horrores del mundo que yo he conocido."*
Las lágrimas finalmente cayeron de sus ojos, pero Xail no intentó ocultarlas. De pie ante Twilight, su cuerpo temblaba con la intensidad de sus emociones, pero su espíritu, marcado por la batalla y el sacrificio, seguía siendo inquebrantable.*
¿Y qué quieres que pase con Nya? ¿Que sufra lo mismo que tu? ¿Que tenga que matar, robar y vivir en constante peligro? Nos juzgas y nos criticas por lo que somos, por vivir en lo que tú llamas opulencia y comodidad. ¿Qué tiene de malo que podamos vivir en paz, que nadie tenga que sufrir o morir por no tener comida? ¿Qué hay de malo en que podamos reír y disfrutar de la vida sin tener que temer por nuestro bienestar? Dime, ¿qué tiene de malo en eso?"*
Twilight, con la voz cargada de emoción y un atisbo de desesperación, miró a Xail. Sus palabras estaban llenas de una mezcla de dolor y frustración, como si cada palabra que pronunciaba fuera una declaración de todo lo que había querido entender y compartir.
Lo que queremos, lo que todos deseamos, es que tú y Nya puedan tener la oportunidad de vivir sin miedo, de experimentar la vida como nosotros lo hacemos. No porque vivamos en comodidad signifique que no entendamos el sufrimiento. Queremos que tengas lo mejor, y eso incluye la paz y la seguridad que tal vez nunca has conocido. Pero juzgar a quienes tienen lo que tú no puedes tener, no va a cambiar tu realidad. Lo único que logramos con eso es alejarnos y hacer que todo sea más difícil para todos."*
Xail, temblando de ira y dolor, se enfrentó a Twilight con la intensidad de sus emociones a flor de piel.
—Si realmente fuera una mala hermana , habría dejado a Nya en las garras de mi padre. Lo que quiero decirte es que es muy fácil para ustedes decir que yo soy una mala hermana por un error que cometí, y luego juzgarme por ello. Me extraña que tú, teniendo un hermano que vive lejos, apoyes las decisiones de esa estúpida de Celestia, cuando sabes lo duro que es estar lejos de tu familia.
La voz de Xail se rompió, su angustia evidente en cada palabra.*
—Dices que te importa, pero ¿cuánto entiendes realmente del sufrimiento y la soledad que siento? ¿Cuánto entiendes de lo que he tenido que hacer para proteger a mi hermana? ¿O acaso eso no importa porque tus problemas parecen ser más pequeños comparados con los míos? ¿Por qué la gente siempre está dispuesta a juzgar sin entender lo que realmente significa luchar por sobrevivir?
Xail continuó, su voz cargada de una mezcla de ira y desesperación, mientras las lágrimas caían libremente por sus mejillas.*
—Me preguntaste qué tiene de malo vivir feliz y tranquilo. Pues la verdad es que nada. Pero ustedes decidieron arbitrariamente que debía estar lejos de Nya porque la pongo en peligro. Me gustaría ver cómo se encargan de una bebé, siendo unas niña de apenas cuatro años, como yo lo hice. Quiero ver cómo le cambian los pañales con los huesos rotos después de recibir una paliza de su padre por no obedecerlo. Y, sobre todo, quiero ver qué cara ponen cuando, en medio de la noche, con frío y hambre, la bebé les pregunte dónde está su mamá.
Xail se detuvo un momento, su respiración entrecortada por el dolor, y luego terminó con una declaración dolorosa.*
El peso de sus palabras se coló en el silencio que siguió, y Xail se quedó allí, temblando con la mezcla de su dolor y rabia, mientras las lágrimas continuaban surcando sus mejillas.
Twilight, aún afectada por la intensidad de la confrontación, miró a Xail con una mezcla de compasión y determinación. Su voz, aunque firme, llevaba el peso de su sinceridad.*
—Dices eso, pero dime, ¿realmente crees que Nya sufre? Ella te adora; eres su única familia. Tanto tú como todas nosotras, incluida la princesa que tú insúltas, solo deseamos que tú y tu hermana vivan bien, que puedan ser felices y que se les trate como se merecen. Blum ha hecho todo lo posible por abrirte los ojos y mostrarte que hay un camino diferente. Los Apples le han enseñado a Nya a vivir, a tener amigas, a experimentar lo que es tener una vida plena y feliz.
—No metas a Blum en esto, Morada. Él fue el único que, cuando llegué a este lugar sucio, no me juzgó como un bicho raro. Fue el único que me ofreció una pata sin que se le ordenara, y hasta el único que pensó que era linda.
Twilight, con una mezcla de frustración y sinceridad, respondió con firmeza.*
—Blum no es el único que te ha ofrecido su amistad. Aunque eras diferente, todas y todos te ofrecimos nuestra amistad. Más allá de Celestia o Luna, me pidieron que te enseñara y acepté, no porque me lo pidieran, sino porque quería conocerte y ayudarte. Quería demostrarte que podías confiar en nosotros.
Twilight respiró hondo, tratando de calmar la creciente intensidad de sus emociones.*
—Los Apples cuidan de Nya, ¿por qué? Porque son amables y buenos. Todos aquí son buenos y no han hecho más que mostrarte amabilidad. Incluso si nos ves como bichos raros o no entiendes nuestra forma de ser, siempre hemos sido respetuosos y hemos buscado la manera de ayudarte. Pero eres tú la que se niega a aceptar nada. Eres tú la que busca enemigos en cada pony que ves, sin darte cuenta de que solo queremos lo mejor para ti y para tu hermana.
—Aquí ninguno de ustedes es mi amigo. Todos son mis enemigos.
Twilight, con el rostro marcado por una mezcla de desesperación y preocupación, continuó con intensidad.*
—Entonces, ¿qué? ¿También ves a Blum como tu enemigo? ¿Acaso todos esos momentos en que Blum te expresa su amor, que está activamente a tu lado mostrando que sus sentimientos son sinceros, no significan nada para ti? ¿Solo lo ves como un enemigo al que debes matar y robarle cosas? ¿Acaso no confías en Blum?
La voz de Twilight se quebró ligeramente, su angustia palpable.*
—Responde, Xail. ¿Blum es tu enemigo? ¿Lo odias como a todos los que te considerábamos una amiga? Dime, ¿qué te pasa? ¿Por qué nos odias? ¿Por qué nos ves como enemigos? ¿Por qué ni siquiera Blum parece ser capaz de ganarse tu confianza? ¿Qué es lo que realmente está pasando contigo?
—¡CÁLLATE, CÁLLATE, CÁLLATE, MALDITA CÁLLATE! —exclamo Xail con desesperación peracion
Las palabras de Twilight cayeron sobre Xail como un torrente, rompiendo la coraza que había construido durante tantos años. De repente, todo en su interior comenzó a colapsar. La personalidad dura y cruel que la había mantenido viva por tanto tiempo chocaba violentamente con la realidad que ahora vivía, una vida que le mostraba que, tal vez, podría ser feliz. Pero esa felicidad también traía consigo un terror profundo e inexplicable.
En un momento de pánico, Xail se imaginó a Nya, su querida hermana, mirándola con reproche, culpándola por no quererla cerca. Y luego, la imagen de Blum, su pilar, su ancla en esta nueva vida, apareció en su mente, pero no con amor, sino con una pregunta que la destrozó:
—"Pensé que me amabas… ¿por qué me odias?"
Ese pensamiento fue la gota que derramó el vaso. Xail no soportó más. Gritando de desesperación, cargó contra Twilight, intentando sacarse de encima el peso de esas emociones que la estaban consumiendo. Pero Twilight, anticipando el ataque, la esquivó. Xail, derrotada y abrumada por todo lo que sentía, no pudo hacer otra cosa que salir corriendo, con lágrimas brotando de sus ojos.
Corrió sin dirección, impulsada solo por el deseo de escapar del dolor que sentía, sin importar a dónde la llevaran sus patas. Sus músculos gritaban de cansancio, pero no se detenía, cada paso acompañado de los ecos de la conversación con Twilight que resonaban una y otra vez en su mente.
—"¿Lo odio? No… No odio a Blum… Lo amo… ¡Lo amo! Pero eso… eso me duele…"
Xail permaneció en el suelo, luchando por recuperar el aliento mientras su mente seguía atrapada en un torbellino de emociones. El mundo alrededor de ella parecía haberse desvanecido, dejando solo el dolor de su corazón y la confusión que la había dominado. No sabía cuánto tiempo había pasado desde que había salido corriendo, pero el silencio de la noche se había apoderado del ambiente.*
Finalmente, con el cuerpo adolorido y las lágrimas secándose en su rostro, Xail comenzó a levantarse. Sus patas temblaban, y cada movimiento le recordaba el agotamiento físico y emocional que la estaba consumiendo. Se obligó a caminar, aunque cada paso le dolía, hacia un lugar que había aprendido a reconocer como su refugio cuando todo lo demás fallaba: un pequeño claro en las afueras del pueblo, rodeado por altos árboles y alejado de las miradas curiosas. Allí, en la oscuridad y la soledad, Xail se sentía a salvo de sí misma, de sus pensamientos y de todo lo que la rodeaba.*
Pero esta vez, incluso en ese lugar, la tormenta en su interior no se calmaba. La imagen de Nya, su hermana, la golpeaba una y otra vez. Habían pasado por tanto juntas, habían sobrevivido a lo inimaginable, y ahora, la decisión de Celestia de mantenerlas separadas la destrozaba. La culpa la corroía: si hubiera sido más fuerte, si hubiera sido mejor, tal vez Nya seguiría a su lado, como siempre. Pero no lo era, y esa era una verdad que no podía cambiar.*
Xail se dejó caer en el suelo del claro, cubriendo su rostro con sus cascos mientras los sollozos empezaban a sacudir su cuerpo nuevamente. El viento nocturno soplaba suavemente a través de los árboles, pero en lugar de consolarla, solo le recordaba lo sola que estaba en ese momento.*
—Nya... —susurró entre lágrimas, su voz rota por la desesperación—. Lo siento tanto... No quería que te alejaran de mí... No quería que sufrieras por mi culpa...
Pero el dolor no se detenía, y con él vino la imagen de Blum, el único que la había visto como algo más que la guerrera fría y despiadada que otros temían. Blum, que la había amado a pesar de sus defectos, que la había mostrado un mundo donde podía ser feliz, donde podía ser amada y aceptada por quien era. Pero ahora, ese amor se sentía como un peso insoportable. ¿Cómo podía ella aceptar ese amor cuando no podía siquiera proteger a su hermana? ¿Cómo podía permitirse ser feliz cuando todo lo que había conocido era lucha y sufrimiento?*
—Blum... —susurró, su voz ahogada por las lágrimas—. No te odio... Nunca te odié... Pero... ¿cómo puedo aceptarte cuando no puedo siquiera tener a Nya conmigo?
El conflicto dentro de ella se intensificó, y de repente, todas las emociones, la culpa, la rabia, el dolor, explotaron en un grito desgarrador que resonó en el claro.*
—¡¿POR QUÉ?! —gritó al cielo, con la voz quebrándose—. ¡¿POR QUÉ NO PUEDO TENER NADA?! ¡¿POR QUÉ NO PUEDO SER FELIZ?! ¡¿POR QUÉ TODO LO QUE AMO SE ME ARREBATA?!
Su grito se perdió en la noche, y la respuesta fue solo el silencio, el mismo silencio que siempre había temido. Cansada y destrozada, Xail se dejó caer nuevamente en el suelo, abrazándose a sí misma como si intentara mantener juntas las piezas de su alma rota.*
Y así, Xail se quedó en el claro, completamente sola, enfrentando la cruda realidad de su situación: no solo estaba separada de su hermana, sino que estaba también separada de la posibilidad de felicidad que Blum le había ofrecido. Sentía que había fallado en todo lo que realmente importaba, y la oscuridad de esa verdad era más de lo que podía soportar.*
Al amanecer, Xail se encontraba en un estado deplorable. No había logrado dormir en toda la noche. Su melena estaba despeinada y su pelaje sucio, con grandes ojeras bajo sus ojos que atestiguaban la vigilia de dolor. Su mente seguía en un torbellino, y el frío de la mañana parecía calar hasta los huesos, intensificando su sensación de desolación.
Vagué por el pueblo como un alma en pena, sin rumbo fijo. Lo último que quería era regresar a casa de Melusine; de seguro ella ya se había enterado de mi pelea con Twilight, y lo último que necesitaba eran más regaños. Caminé un rato más por el mercado, tratando de evitar a cualquier conocido.
Sin embargo, en un giro inesperado, una voz familiar y preocupada me sacó de mis pensamientos. "Xail, ¿qué te pasa? Te ves tan desdichada."
Al voltear, me encontré con Fluttershy, una de las amigas de Twilight. Aunque me sorprendió, no deseaba enfrentarla en ese momento. Mi deseo de evitar cualquier interacción era fuerte, pero no podía ignorar su preocupación genuina.
Me detuve en seco, sintiendo cómo el peso de la situación me oprimía aún más. Fluttershy estaba frente a mí, sus ojos llenos de una preocupación sincera que contrastaba con la indiferencia y la tensión que había sentido últimamente. No sabía qué decir ni cómo reaccionar; las palabras se me habían escapado.
—No... no es nada —dije, tratando de sonar convincente, aunque mi voz temblaba. —Solo... necesito estar sola.
Fluttershy me miró con tristeza, claramente sin estar convencida por mi respuesta. Se acercó lentamente, como si temiera asustarme aún más.
—Xail, sabes que no tienes que enfrentar esto sola. Si necesitas hablar o simplemente alguien con quien estar, estoy aquí para ti.
Me sentí abrumada por la amabilidad en sus palabras. A pesar de mis intentos de evitar el contacto, una parte de mí anhelaba el consuelo y el entendimiento que ella ofrecía. Cerré los ojos por un momento, luchando contra el dolor y la frustración.
Finalmente, dejé escapar un suspiro profundo y asentí, aunque sin atreverme a mirarla directamente. Mi voz era apenas un susurro cuando hablé.
—Gracias, Fluttershy. No sé si estoy lista para hablar ahora, pero aprecio que estés aquí.
Fluttershy sonrió suavemente y se sentó a mi lado en silencio, ofreciéndome su compañía sin presionar. En ese instante, la frialdad de la mañana y el peso de mi dolor parecían un poco más llevaderos, simplemente porque no estaba sola.
Fluttershy, con su gentileza habitual, me condujo hacia su casa. A pesar de mi estado, no podía evitar sentirme aliviada por su ofrecimiento. El recorrido hasta su hogar fue tranquilo, y aunque estaba en silencio, me resultó reconfortante.
Al llegar, Fluttershy me mostró el camino al baño, asegurándose de que me sintiera cómoda. "Aquí puedes tomar un baño caliente y descansar. Tómate todo el tiempo que necesites," dijo con una sonrisa cálida.
Entré al baño y, al sumergirme en el agua tibia, sentí una oleada de alivio. El calor del agua comenzó a relajar mis músculos tensos, y poco a poco, el peso del dolor y la tristeza comenzó a desvanecerse. Me quedé allí un largo rato, permitiendo que el agua me envolviera y me diera un respiro de la tormenta interna que había estado soportando.
Cuando finalmente salí del baño, me sentí un poco más renovada. Fluttershy me esperaba con una manta y una taza de té caliente. Me envolví en la manta y me acomodé en el sofá de su sala, aceptando el té con gratitud.
—Gracias, Fluttershy. No sé qué habría hecho sin tu ayuda —dije, con un tono de sincera apreciación.
Ella me sonrió de nuevo, su presencia tranquila y reconfortante. —No tienes que agradecerme, Xail. Estoy aquí para lo que necesites. Solo descansa y cuídate.
Con esas palabras, me sentí un poco más en paz. Mientras me acomodaba en el sofá, la amabilidad de Fluttershy me ofrecía un respiro de mi dolor, permitiéndome enfrentar el futuro con una renovada esperanza.
Después de que me sentí un poco más renovada, Fluttershy se acercó con una bandeja de comida ligera y su famoso té relajante. Colocó la bandeja sobre la mesa frente al sofá donde estaba acomodada.
—He preparado algo de comida sencilla para ti, y este es mi té relajante. Ayuda a calmar los nervios y a sentirse mejor —explicó con su característica suavidad.
Miré la comida y el té con gratitud. La comida consistía en sopas suaves y pan fresco, un toque reconfortante que contrastaba con mi estado de ánimo. La taza de té, con su aroma delicado, prometía una sensación de calma que necesitaba desesperadamente.
—Gracias, Fluttershy —dije mientras tomaba un sorbo del té. El sabor era tan suave y agradable que me sorprendió. Era como un abrazo cálido en una taza.
Me tomé mi tiempo para comer y beber, sintiendo cómo el estrés y la tristeza comenzaban a desvanecerse un poco más con cada bocado. Fluttershy se quedó cerca, en un rincón de la sala, dándome el espacio que necesitaba pero estando disponible si quería hablar.
—¿Cómo te sientes? —preguntó con una sonrisa tranquila mientras me veía disfrutar del té y la comida.
—Mucho mejor, gracias. Tu amabilidad significa mucho para mí —respondí sinceramente, sintiendo una profunda apreciación por su apoyo.
Fluttershy asintió, contenta de poder ayudarme. —Recuerda que estoy aquí para lo que necesites. No tienes que enfrentarlo todo sola.
Sus palabras eran un bálsamo para mi espíritu, y mientras seguía comiendo y bebiendo, sentí que mi carga se aligeraba un poco más. La noche estaba lejos, pero por primera vez en mucho tiempo, empecé a sentir que tal vez podría enfrentar el futuro con una nueva perspectiva.
Mientras me encontraba sumergida en mis pensamientos, el golpe en la puerta me sacó abruptamente de mi ensimismamiento. Fluttershy, con un ligero sobresalto, se levantó de inmediato, lanzándome una mirada preocupada antes de ir a abrir la puerta.
Yo no podía ver quién estaba llamando, y en ese momento ni siquiera quería saberlo. Después de todo lo que había pasado, la última cosa que necesitaba era enfrentar a alguien más. El recuerdo de mi pelea con Twilight seguía fresco en mi mente, y no quería lidiar con más conversaciones complicadas.
(Pov Blum)
Vi a Xail pasar junto a Fluttershy mientras me encontraba en el Sugarcube Corner. No la había visto desde nuestra conversación sobre el aniversario de mis padres, y el recuerdo de esa charla aún me pesaba. Aunque ella trataba de mantener una apariencia serena, había algo en su postura, en la forma en que su cabeza estaba gacha, que me hacía pensar que no estaba bien.
Mi preocupación se centraba especialmente en la razón por la que no había asistido a nuestra reunión para el aniversario. El evento significaba mucho para mí, y su ausencia me había herido profundamente. No estaba seguro si lo que veía en Xail era simplemente mi imaginación o si había algo realmente mal. La angustia por su falta de presencia y la preocupación por su bienestar me impulsaron a seguirla discretamente a una distancia prudente.
Observé cómo se dirigía a la casa de Fluttershy, y la preocupación que sentía se intensificó al ver su estado de agotamiento y desánimo. No pude evitar preguntarme qué había pasado para que no pudiera estar en la reunión que había sido tan importante para ambos.
Decidí mantenerme a una distancia segura, buscando señales de su bienestar o de cualquier cosa que pudiera estar afectándola. Mi deseo de entender la razón de su ausencia y de ofrecerle mi apoyo seguía siendo fuerte, esperando que, al menos, pudiera ayudarla en algo, y que la verdad sobre lo que había sucedido saliera a la luz.
Decidí no acercarme demasiado, para no invadir su espacio ni hacerla sentir incómoda. Sin embargo, mantenía un ojo atento mientras ella y Fluttershy entraban en la casa. Mi preocupación aumentaba al ver lo desalentada que parecía Xail y no podía evitar preguntarme qué había sucedido para que no pudiera asistir a nuestra reunión para el aniversario.
Poco después, vi a Fluttershy salir de la casa con una expresión que reflejaba alivio y preocupación. Me pregunté qué había ocurrido dentro y cómo había reaccionado Xail al cuidado que Fluttershy le estaba ofreciendo.
Finalmente, me armé de valor y me dirigí hacia la puerta de la casa de Fluttershy. Mi mano temblaba ligeramente al tocar el timbre, mi mente estaba llena de preguntas y de la incertidumbre sobre qué había llevado a Xail a su estado actual.
La puerta se abrió lentamente, y Fluttershy apareció con una expresión de sorpresa y preocupación al verme. Me miró con una mezcla de alivio y entendimiento, y supe que no podía ocultar mi preocupación.
—Blum, ¿qué te trae por aquí? —preguntó Fluttershy con un tono suave, aunque claramente preocupada.
—Solo quería asegurarme de que Xail estuviera bien —respondí, intentando mantener la calma—. La vi pasar y noté que no estaba en su mejor momento. Me preocupa mucho su ausencia en el aniversario de mis padres.
Fluttershy asintió, comprendiendo mi preocupación. —Xail ha estado pasando por momentos difíciles. Ha tenido varias cosas complicadas en su vida recientemente, y supongo que todo eso la ha afectado más de lo que imaginamos. No te preocupes, está en un lugar seguro ahora y está intentando lidiar con todo.
Agradecí a Fluttershy por permitir que Xail se quedara y estaba apunto de irme, cuando di media vuelta y me Decidí a regresar para hablar con Xail, necesitaba entender que estaba pasando así que Con una mezcla de ansiedad y determinación, toqué la puerta de la casa de Fluttershy, esperando que esta conversación pudiera ayudar a aclarar las cosas y a sanar las heridas que nos afectaban a ambos.
(Fin pov)
Escuché cómo Fluttershy abría la puerta, y entonces lo vi: Blum. Mi corazón se detuvo un instante al ver su figura en el umbral. De todas las criaturas en el mundo, él era la última a la que quería enfrentar en ese momento. No solo por lo que había ocurrido entre nosotros, sino porque su ausencia en el aniversario de mis padres había sido la gota que colmó el vaso de mi frustración.
Él levantó la mirada, y al verme, su rostro se llenó de angustia. La misma angustia que había sentido yo cuando lo esperé ese día. No sabía si estaba más molesta o dolida, pero cualquier alivio que hubiera encontrado en la casa de Fluttershy se desmoronó de inmediato.
—Xail —dijo, su voz rota—, por favor, escúchame. Necesito hablar contigo.
Me quedé inmóvil, el pecho apretado, luchando entre el impulso de escucharlo y el deseo de alejarme de todo. No sabía si estaba lista para enfrentar a Blum y lo que su presencia implicaba. Fluttershy, ajena a la gravedad de nuestra situación, lo miró con su habitual amabilidad.
—¿Todo está bien? —preguntó, observándonos con una mezcla de preocupación y confusión.
Quise decir que no, que todo estaba mal, pero las palabras se atascaron en mi garganta. Miré a Blum, y por un momento, la habitación pareció más pequeña, como si todo el aire se hubiera escapado.
—No sé si es el momento adecuado para esto, Blum —dije con la voz apagada, sintiendo la herida de su ausencia abrirse de nuevo.
Blum dio un paso adelante, sus ojos suplicantes. —Sé que fallé, Xail. No estuve allí cuando más lo necesitabas, pero... no podía controlarlo. Lo siento tanto.
Me mordí el labio, intentando contener las emociones que amenazaban con desbordarse. Fluttershy, todavía confundida pero visiblemente incómoda con la tensión en el ambiente, se acercó suavemente.
—Quizás sería mejor si hablaran en privado... —sugirió en voz baja, mostrando su típica empatía.
Pero en ese momento, no sabía si podía lidiar con la conversación, ni con Blum. Todo lo que sentía era una mezcla de dolor y traición. Y lo peor era que, una parte de mí, aún quería escucharlo.
Cuando Blum finalmente me encontró en el umbral de la puerta, lo primero que hizo fue mirarme con una mezcla de preocupación y alivio.
—Xail, ¿estás bien? —me preguntó, casi con desesperación en su voz, como si necesitara escuchar que todo estaba bajo control.
En ese momento, el dolor y la frustración que me habían estado consumiendo se intensificaron. No estaba de humor para lidiar con nada más, mucho menos con él. Aún sentía la herida abierta de nuestra última discusión y, sin pensarlo demasiado, dejé salir las palabras con un tono afilado y cargado de resentimiento.
—No llegué porque no estoy de humor para esa estúpida fiesta del aniversario de la boda de tus padres —espeté, sin medir el peso de mis palabras. Mi voz sonaba más fría de lo que pretendía, pero estaba demasiado cansada para controlarla.
El impacto en su rostro fue inmediato. Los ojos de Blum se llenaron de un dolor que no había anticipado, y su expresión cambió de preocupación a una profunda herida. Su voz tembló cuando finalmente habló, visiblemente dolido por mi comentario.
—Xail... no era el aniversario de la boda de mis padres —su voz se quebró, y el peso de lo que dijo me golpeó como un martillo—. Era el aniversario de su muerte.
De repente, el mundo pareció detenerse. El aire en la habitación se volvió denso, y mis palabras se sintieron como una daga que acababa de clavar en él sin siquiera darme cuenta. Mi corazón se hundió en el pecho, y por un momento, me quedé sin palabras.
Blum no me apartó la mirada, pero pude ver el dolor en sus ojos. Ese dolor me traspasó como una llama ardiente, quemándome por dentro. El arrepentimiento se apoderó de mí de inmediato, pero era demasiado tarde. Las palabras ya habían salido, y no había manera de borrarlas.
—Blum... —comencé, intentando encontrar algo, cualquier cosa, para corregir lo que había dicho, pero las palabras se me atascaban en la garganta.
El daño estaba hecho, y por primera vez en mucho tiempo, me sentí verdaderamente culpable. Sabía que lo había herido profundamente, y no había excusa para lo que acababa de decir.
Cuando vi la expresión de Blum, sentí que mi alma dejaba mi cuerpo. Era como si el tiempo se detuviera por un instante, y lo único que podía percibir era el dolor en su mirada, un dolor que yo había causado. Mi corazón se hizo añicos en ese momento. Lo último que quería era herir al pony que más amaba en este mundo, después de mi hermana. Pero ahí estaba, frente a mí, roto por mis palabras.
Blum abrió la boca, y aunque no dijo nada de inmediato, yo ya sabía lo que vendría. Lo vi en sus ojos. Estaba a punto de pedirme que saliera de su vida. El solo pensamiento de perderlo me paralizó. Mi respiración se volvió errática, y por un segundo, sentí que el suelo bajo mis pies desaparecía.
Si Blum me pedía que me alejara, si él decidía que no había vuelta atrás, no sabía si podría soportarlo. La culpa y el dolor me invadieron, y el miedo de que esta vez realmente lo hubiera perdido comenzó a tomar forma en mi pecho como un nudo imposible de desatar.
—Blum... —murmuré, pero mi voz sonaba rota, débil.
Él cerró los ojos por un segundo, como si estuviera luchando con lo que quería decir. El silencio entre nosotros se volvió insoportable. Quería acercarme, abrazarlo, disculparme, suplicarle que no me dejara, pero el miedo me mantenía clavada en el lugar. Mi propia inseguridad me había congelado.
Cuando Blum finalmente habló, su voz era baja y cargada de una tristeza que jamás había escuchado en él.
—Xail... —comenzó—, no sabes cuánto me has herido con eso... —Se detuvo, como si las palabras le costaran más de lo que podía manejar.
Cada segundo que pasaba, mi corazón se quebraba un poco más. El miedo de que estuviera a punto de decirme adiós me estaba consumiendo.
Cuando vi la expresión de Blum, sentí que mi alma dejaba mi cuerpo. Era como si el tiempo se detuviera por un instante, y lo único que podía percibir era el dolor en su mirada, un dolor que yo había causado. Mi corazón se hizo añicos en ese momento. Lo último que quería era herir al pony que más amaba en este mundo, después de mi hermana. Pero ahí estaba, frente a mí, roto por mis palabras.
Blum abrió la boca, y aunque no dijo nada de inmediato, yo ya sabía lo que vendría. Lo vi en sus ojos. Estaba a punto de pedirme que saliera de su vida. El solo pensamiento de perderlo me paralizó. Mi respiración se volvió errática, y por un segundo, sentí que el suelo bajo mis pies desaparecía.
Si Blum me pedía que me alejara, si él decidía que no había vuelta atrás, no sabía si podría soportarlo. La culpa y el dolor me invadieron, y el miedo de que esta vez realmente lo hubiera perdido comenzó a tomar forma en mi pecho como un nudo imposible de desatar.
—Blum... —murmuré, pero mi voz sonaba rota, débil.
Él cerró los ojos por un segundo, como si estuviera luchando con lo que quería decir. El silencio entre nosotros se volvió insoportable. Quería acercarme, abrazarlo, disculparme, suplicarle que no me dejara, pero el miedo me mantenía clavada en el lugar. Mi propia inseguridad me había congelado.
Cuando Blum finalmente habló, su voz era baja y cargada de una tristeza que jamás había escuchado en él.
—Xail... —comenzó—, no sabes cuánto me has herido con eso... —Se detuvo, como si las palabras le costaran más de lo que podía manejar.
Cada segundo que pasaba, mi corazón se quebraba un poco más. El miedo de que estuviera a punto de decirme adiós me estaba consumiendo.
Cada palabra que salía de la boca de Blum era como una daga más en mi pecho. Lo vi luchar por controlar sus emociones, y su silencio era aún peor que cualquier reproche. La culpa me consumía, haciéndome sentir más pequeña con cada segundo que pasaba.
—Xail, no sé si entiendes... —dijo finalmente, su voz rota por el dolor—. Este día era... es lo más importante para mí. Era el único día en el que realmente necesitaba que estuvieras a mi lado. Y no estabas.
Sus palabras me atravesaron, dejando un vacío en mi interior. Lo sabía. Sabía lo importante que era para él. Pero en mi propia tormenta de emociones, había olvidado lo esencial, lo que él necesitaba, lo que había perdido. Todo lo que quería ahora era volver atrás, no haber dicho esas palabras hirientes. Quería arreglarlo, pero no sabía cómo.
—Blum, yo... lo siento tanto... —murmuré, pero sabía que esas palabras eran vacías frente al daño que ya había causado.
Blum me miró, su mirada profunda, cargada de tristeza y decepción, y entonces, por un momento, temí que todo estuviera perdido. Sentí que mi mundo se venía abajo, que lo había perdido de una manera irreversible. El pánico se apoderó de mí, pero aún así no me movía, congelada por el miedo de escuchar lo que vendría después.
—Xail... no sé si puedo seguir con esto. No después de lo que dijiste. No después de hoy... —Su voz tembló, y cuando lo vi vacilar, fue como si una grieta se abriera en mi interior.
Mi corazón dejó de latir por un segundo. Todo lo que había temido escuchar estaba allí, justo frente a mí, a punto de salir de sus labios. No estaba preparada para perderlo, no a él. No podía soportarlo.
—Blum, por favor... —dije con desesperación, mi voz quebrándose—. No me dejes... Yo... lo siento tanto. Lo que dije, lo que hice... No quería herirte. Estaba... estaba confundida, enojada. Pero nunca quise lastimarte. No puedo imaginar mi vida sin ti. No... no podría soportarlo.
Blum apartó la mirada, sus ojos llenos de lágrimas no derramadas. Mi corazón se aceleraba, mis pensamientos eran un caos. Me acerqué un paso, con el temor de que si lo hacía mal, él podría alejarse de mí para siempre.
—Por favor... —susurré, incapaz de contener las lágrimas que ya comenzaban a deslizarse por mis mejillas—. Dame otra oportunidad. No me abandones.
El silencio que siguió fue insoportable. Mi vida, mi felicidad, todo lo que conocía, parecía pender de ese momento. Y entonces, Blum volvió a mirarme, su expresión aún rota, pero sus ojos suavizados, llenos de una mezcla de amor y dolor.
—Xail... no quiero perderte, pero... no puedo seguir así si no entiendes lo importante que es esto para mí. —Su voz era suave, llena de emoción, pero la dureza en su tono era innegable.
Me di cuenta de que estaba en una encrucijada. Si no cambiaba, si no demostraba que realmente lo entendía, lo perdería para siempre.
El mundo pareció detenerse cuando Blum pronunció aquellas palabras. Sentí que me faltaba el aire, que el suelo bajo mis patas se desmoronaba. No... no podía ser. ¿Qué acababa de decir? ¿La muerte de sus padres?
—Blum... —murmuré, mi voz casi un susurro, como si necesitara que repitiera lo que había dicho, que me aclarara que no era lo que yo pensaba. Mis pensamientos estaban enredados, y la culpa empezó a asfixiarme.
—¿De qué... hablas? —pregunté, casi temblando, mis palabras tambaleándose en el aire.
Blum me miró con una mezcla de confusión y dolor. Él no podía entender cómo no sabía eso, pero... la verdad era que yo no lo sabía. Nunca me lo había dicho, nunca había hablado de eso en detalle. En mi mente, había sido siempre el aniversario de la boda de sus padres, una celebración, algo que, con mi torbellino de emociones, había descartado como algo sin importancia en mi estado de frustración y tristeza.
—Xail... —dijo, su voz ahora más calmada, pero con una profunda herida—. No puedo creer que no lo supieras. Mis padres... ellos... fallecieron hace años. Ese día no es un aniversario de felicidad. Es el día en que los perdí.
Cada palabra que Blum decía era como un golpe que me dejaba sin aliento. Mi mente retrocedió, buscó desesperadamente entre los recuerdos alguna pista, alguna señal que me hubiera advertido de esto. Pero no había nada. Nada que pudiera haberme preparado para ese momento. ¿Cómo había sido tan ciega? ¿Cómo había pasado por alto algo tan importante?
Sentí que mi corazón se desgarraba. El dolor que ahora sentía no era solo por lo que le había dicho, sino por lo que había dejado de ver, por el apoyo que no le había dado.
—Blum... no lo sabía. Yo... no sabía que habían fallecido —dije, mi voz llena de culpa y arrepentimiento. Las lágrimas se acumularon en mis ojos, y tuve que hacer un esfuerzo sobrehumano para no romper a llorar frente a él—. Si lo hubiera sabido... ¡Blum, lo siento tanto!
Pero no había vuelta atrás. Las palabras ya habían salido, y el daño estaba hecho. Vi cómo Blum apartaba la mirada, su dolor evidente, y supe que lo había defraudado en el peor momento posible. Había sido insensible, hiriente, y ni siquiera me había dado cuenta del peso que él estaba cargando.
Me acerqué a él, cada paso como si caminara sobre un terreno inestable. Quería alcanzarlo, quería abrazarlo, hacerle saber cuánto lo sentía. Quería que supiera que nunca, jamás habría dicho lo que dije si hubiera sabido lo que significaba para él.
—Por favor, Blum... —susurré, mi voz temblando—. Perdóname. No sabía lo que estaba diciendo. Nunca quise lastimarte, no de esta manera. No quería fallarte.
Blum seguía sin mirarme, y el miedo de que pudiera apartarse de mí por completo me consumía.
El peso sobre mis hombros era abrumador, más pesado que cualquier cosa que hubiera experimentado antes. Todo estaba saliendo mal, y no importaba cuánto intentara, parecía que no podía evitar que mi mundo se desmoronara a mi alrededor.
Primero, me habían negado la posibilidad de que Nya, mi hermana, volviera conmigo. El dolor de esa separación aún ardía en mi pecho, como una herida abierta. La discusión con Twilight solo había añadido más leña al fuego, haciéndome sentir impotente y sola. Y ahora... ahora estaba esto con Blum. El pony que amaba más que a nadie, aparte de Nya, estaba de pie frente a mí, herido por mis palabras, por mi insensibilidad, y no había manera de retroceder y arreglar lo que había roto.
Sentía como si mi vida estuviera colapsando, y no había nada que pudiera hacer para detenerlo.
El aire se volvió denso a mi alrededor, y mi visión se nubló con las lágrimas que finalmente no pude contener. Todo lo que había estado reprimiendo, todo el dolor, la culpa, la frustración, explotó dentro de mí. Mis piernas se debilitaron, y antes de darme cuenta, caí al suelo, incapaz de sostener el peso de todo lo que estaba sintiendo.
Mis sollozos empezaron a llenar el aire, amargos y profundos, como si cada lágrima fuera una pequeña parte de mí que se deshacía. No pude contenerme. Ya no tenía fuerzas para mantener la fachada de que todo estaba bajo control. Todo lo que me rodeaba se desmoronaba, y lo único que podía hacer era llorar amargamente.
—Lo siento... lo siento tanto... —susurré entre sollozos, aunque no sabía si estaba hablando con Blum, con Nya, o incluso conmigo misma. La desesperación me ahogaba, y la impotencia de no poder cambiar las cosas me aplastaba como una losa de piedra sobre mi pecho.
Las lágrimas caían sin control mientras el mundo a mi alrededor parecía desvanecerse, y yo me hundía más y más en esa oscuridad. La sensación de haber fallado en todo lo que importaba me consumía. Había perdido la oportunidad de estar con mi hermana, había destruido lo que tenía con Blum, y no veía un camino para salir de este caos.
—¡Por favor! —grité, aunque no estaba segura de a quién le rogaba. Quizás solo le pedía al universo que detuviera el dolor, que me diera una segunda oportunidad—. ¡No puedo más!
No sabía si Blum seguiría allí. No sabía si todavía había algo que pudiera hacer para salvar mi vida, para salvar todo lo que había destrozado. Pero en ese momento, todo lo que me quedaba era el llanto amargo, mientras sentía cómo las piezas de mi mundo caían, una a una, a mi alrededor.
Mis sollozos resonaban en el silencio de la habitación, un eco de todo el dolor acumulado. Estaba rota, destrozada. Todo lo que había intentado sostener se me escapaba de las patas. Mi hermana, mi vida, Blum… todo se estaba desmoronando. Cada lágrima que caía sentía que era una parte de mí que se desvanecía, como si la Xail que conocía estuviera desapareciendo bajo el peso de mis errores.
No podía levantar la mirada. El miedo de ver la expresión de Blum, su decepción, su posible decisión de dejarme, me aterrorizaba. No podía soportar la idea de que ya hubiera decidido que no valía la pena, que ya no hubiera más perdón para mí. Y aun así, no había palabras que pudieran arreglar lo que había hecho. El daño estaba hecho. Y lo peor de todo es que ni siquiera había sido consciente de lo que decía.
—Xail... —la voz de Blum era suave, casi quebrada, y a pesar de mi desesperación, sentí el dolor en su tono, una parte de él que todavía no podía dejarme ir, aunque estuviera herido.
Levanté la mirada lentamente, mi visión borrosa por las lágrimas, y lo vi allí, de pie frente a mí. Sus ojos estaban llenos de una mezcla de emociones, dolor, tristeza, pero también algo más. Algo que me hizo aferrarme a una pequeña chispa de esperanza.
Blum se arrodilló a mi lado, y por un momento, pensé que me diría que todo había terminado, que no había más para nosotros. Me preparé para el golpe final, para escuchar las palabras que temía. Pero en lugar de eso, él se quedó en silencio. Solo estaba allí, observándome, su expresión suavizada por el cansancio y el dolor compartido.
—No sabía... —logré decir entre sollozos—. Blum, no sabía lo de tus padres... Si lo hubiera sabido, jamás habría dicho eso. Nunca quise hacerte daño... Yo... solo... lo siento tanto...
Cerré los ojos, incapaz de soportar su mirada. No merecía su perdón. Todo lo que había hecho desde que llegué a Ponyville era fracasar, herir a los demás, y alejar a quienes amaba. Mi mente volvió a Nya, a la discusión con Twilight, a todo lo que había salido mal. Parecía que no podía hacer nada bien.
Sentí una pata en mi hombro, cálida, suave, y me quedé inmóvil. Era Blum. A pesar de todo, él estaba aquí, a mi lado. Mi corazón se aceleró, y por un segundo, la esperanza titiló dentro de mí.
—Xail... —su voz era baja, y pude sentir el esfuerzo en cada palabra—. Sé que no lo sabías. Sé que no quisiste hacerme daño... pero lo hiciste.
Mi pecho se apretó, y las lágrimas volvieron a caer. Quería disculparme una y otra vez, pero las palabras parecían insuficientes.
—Pero… —continuó Blum—, tampoco quiero perderte. No después de todo lo que hemos pasado.
Mis ojos se abrieron lentamente, y lo miré, sorprendida por sus palabras. No había rechazo en su rostro, solo cansancio y dolor, pero también una pequeña chispa de comprensión. A pesar de lo que había dicho, de lo que había hecho, él no me había dejado sola. Aún estaba aquí.
—Xail, no sé cómo seguiremos adelante después de esto... pero quiero intentarlo. —Blum me miró, sus ojos llenos de una mezcla de amor y tristeza—. No puedo prometer que será fácil, pero... no quiero perderte.
Mis lágrimas se intensificaron, pero esta vez no eran de desesperación. Era alivio, un pequeño destello de esperanza en medio de toda la oscuridad que me había rodeado. Asentí con la cabeza, sin poder hablar, y me aferré a él como si fuera lo único que me mantenía conectada al mundo.
—Gracias... —susurré, apenas capaz de pronunciar las palabras. Era lo único que podía decir en ese momento. No merecía su perdón, pero él me lo estaba dando, y no lo dejaría ir.
Blum me abrazó, y en ese instante, sentí que, aunque mi vida seguía siendo un caos, no estaba completamente sola. Todavía había esperanza, aunque fuera pequeña, y eso era suficiente para seguir adelante.
Cuando Blum me miró a los ojos, lo vi detenerse un momento. Pude notar cómo su expresión cambiaba sutilmente, y por primera vez en mucho tiempo, sentí que realmente me estaba viendo. No como la Xail orgullosa o distante que a veces mostraba al mundo, sino como la Xail rota que estaba delante de él en ese instante. Vi el dolor en sus ojos, pero también una especie de entendimiento. Parecía darse cuenta de que, aunque lo había herido profundamente, yo también estaba sufriendo... tal vez más de lo que él había imaginado.
Tomé una profunda bocanada de aire, tratando de calmar los sollozos que todavía sacudían mi cuerpo. Sabía que no podía dejar las cosas así, no después de lo que había pasado entre nosotros. Blum merecía saber la verdad, toda la verdad. Si había alguna posibilidad de que las cosas pudieran sanar, tenía que ser honesta con él.
—Blum... —empecé, mi voz temblorosa y aún quebrada—. No quería fallarte, de verdad no. No llegué al aniversario de tus padres porque... porque todo se ha vuelto un caos desde que vine aquí. No lo estoy diciendo para justificarme, solo... necesito que entiendas lo que ha pasado.
Me limpié las lágrimas con una pata y traté de recomponerme lo mejor que pude. Era difícil, con mi corazón aún hecho pedazos, pero él merecía una explicación. Blum seguía mirándome, en silencio, dándome el espacio que necesitaba para hablar. Aún con el dolor visible en su rostro, no me interrumpió. Esperaba.
—Todo comenzó cuando... no me permitieron que Nya, mi hermana, volviera conmigo. —Las palabras salían con esfuerzo, cada frase una confesión de los miedos que había guardado dentro—. La separaron de mí, Blum. Celestia y Twilight decidieron que no podía estar con ella, y… se llevaron una parte de mí con eso. Me siento vacía sin ella.
Blum asintió levemente, escuchando cada palabra, y continué:
—Y después... tuve una horrible discusión con Twilight. No pude controlarme, y dije cosas que no debía. Ahora estoy castigada, bajo vigilancia... todo está desmoronándose a mi alrededor, y me siento atrapada. —Hice una pausa, la culpa y la tristeza acumulándose otra vez—. Y entonces, llegó el aniversario de tus padres. Quería estar contigo, quería apoyarte, pero... estaba tan hundida en mi propio dolor que... lo perdí todo de vista. No estaba en condiciones de estar allí, y lo siento, lo siento tanto.
Me dejé caer de nuevo, incapaz de sostener mi propio peso emocional. Cada palabra que había dicho era una verdad amarga, y a medida que hablaba, sentí que el peso en mi pecho se hacía más llevadero, aunque el dolor seguía presente.
—Sé que te fallé —dije, mi voz apagada—. Sé que lo arruiné cuando más me necesitabas. No puedo cambiar lo que pasó... pero quiero que sepas que lamento con todo mi corazón haberte dejado solo en un día tan importante.
Blum permaneció en silencio por unos instantes. No podía leer su expresión del todo, y el miedo de que pudiera rechazarme de nuevo se apoderó de mí. Sin embargo, en vez de apartarse, Blum suspiró profundamente y se inclinó hacia mí.
—Xail... —empezó, su tono más suave—, no sabía por lo que estabas pasando. Entiendo que estás luchando, que estás cargando con mucho, y lamento no haberlo visto antes. Yo también te fallé.
Mi corazón dio un vuelco cuando lo escuché decir esas palabras. No esperaba que él se culpabilizara, no cuando claramente yo era quien lo había herido más. Pero Blum me tomó de la pata, y en ese gesto sentí su apoyo, su disposición a intentarlo, a no dejar que todo terminara aquí.
—No estoy diciendo que esto sea fácil, porque no lo es. Ambos cometimos errores... pero no quiero perderte —Blum continuó, su voz temblando un poco—. No después de todo lo que hemos vivido. Si tú estás dispuesta a seguir adelante, yo también lo estoy.
Mis ojos se llenaron de lágrimas nuevamente, pero esta vez no eran de desesperación. Blum me estaba ofreciendo algo que nunca pensé que volvería a tener: una oportunidad de redención. Una oportunidad de arreglar las cosas, de intentarlo de nuevo.
—Gracias... —murmuré, apretando su pata con la mía—. No sé cómo compensarte todo esto, pero lo intentaré. Lo intentaré con todo lo que tengo. Porque... porque te amo, Blum. Y lo último que quiero es perderte.
Blum asintió suavemente y me abrazó de nuevo, esta vez más fuerte, más seguro. Y por primera vez en mucho tiempo, aunque la incertidumbre seguía presente, sentí que tal vez había una pequeña luz al final de todo esto. Una posibilidad de sanar, de seguir adelante juntos, paso a paso.
Con mi corazón aún latiendo con fuerza por todo lo que había revelado, tomé una profunda bocanada de aire y lo miré directamente a los ojos. Sabía que aún quedaba algo más que debía decir, algo que era tan verdadero como mi amor por él.
—Blum... —dije suavemente, mi voz temblorosa pero firme—. Tú eres lo único que me ha mantenido cuerda durante todo esto. Todo lo demás en mi vida está roto o fuera de mi control. Mi hermana, mi hogar, mis relaciones con las princesas... nada tiene sentido. Pero tú... —Hice una pausa, tragando saliva mientras sentía las lágrimas amenazando de nuevo—. Tú eres mi única luz en este túnel oscuro. Y no sé qué haría si te perdiera.
Blum no apartó la mirada ni un segundo. Mi confesión parecía resonar en él, sus ojos suavizándose mientras procesaba mis palabras. Me aferré a él con más fuerza, sintiendo que, en ese momento, estaba entregándole todo lo que me quedaba. Sin él, no sabía si podría seguir adelante.
—No quiero perderte —repetí con un susurro—. Porque sin ti, no sé cómo podría enfrentar todo lo que está pasando. Eres lo único que me recuerda que todavía hay algo por lo que luchar.
Blum me observó en silencio por unos instantes, y luego, con un suspiro profundo, se inclinó hacia mí y me rodeó con sus patas. El calor de su abrazo me hizo sentir por un momento que, a pesar de todo, aún había esperanza. Que, aunque el camino fuera difícil, todavía tenía a alguien a mi lado, alguien que creía en mí, incluso cuando yo misma no podía hacerlo.
—No te voy a dejar sola, Xail —me dijo suavemente al oído, sus palabras calmando el caos en mi mente—. No voy a ser otra cosa que pierdas. No cuando tú también eres mi luz.
Y en ese abrazo, en esas palabras, sentí que, tal vez, solo tal vez, todavía teníamos una oportunidad de sanar. No sería fácil, pero al menos, lo intentaríamos juntos.
Con mi corazón aún latiendo con fuerza por todo lo que había revelado, tomé una profunda bocanada de aire y lo miré directamente a los ojos. Sabía que aún quedaba algo más que debía decir, algo que era tan verdadero como mi amor por él.
—Blum... —dije suavemente, mi voz temblorosa pero firme—. Tú eres lo único que me ha mantenido cuerda durante todo esto. Todo lo demás en mi vida está roto o fuera de mi control. Mi hermana, mi hogar, mis relaciones con las princesas... nada tiene sentido. Pero tú... —Hice una pausa, tragando saliva mientras sentía las lágrimas amenazando de nuevo—. Tú eres mi única luz en este túnel oscuro. Y no sé qué haría si te perdiera.
Blum no apartó la mirada ni un segundo. Mi confesión parecía resonar en él, sus ojos suavizándose mientras procesaba mis palabras. Me aferré a él con más fuerza, sintiendo que, en ese momento, estaba entregándole todo lo que me quedaba. Sin él, no sabía si podría seguir adelante.
—No quiero perderte —repetí con un susurro—. Porque sin ti, no sé cómo podría enfrentar todo lo que está pasando. Eres lo único que me recuerda que todavía hay algo por lo que luchar.
Blum me observó en silencio por unos instantes, y luego, con un suspiro profundo, se inclinó hacia mí y me rodeó con sus patas. El calor de su abrazo me hizo sentir por un momento que, a pesar de todo, aún había esperanza. Que, aunque el camino fuera difícil, todavía tenía a alguien a mi lado, alguien que creía en mí, incluso cuando yo misma no podía hacerlo.
—No te voy a dejar sola, Xail —me dijo suavemente al oído, sus palabras calmando el caos en mi mente—. No voy a ser otra cosa que pierdas. No cuando tú también eres mi luz.
Y en ese abrazo, en esas palabras, sentí que, tal vez, solo tal vez, todavía teníamos una oportunidad de sanar. No sería fácil, pero al menos, lo intentaríamos juntos.
En ese momento, mientras estábamos abrazados, nuestros ojos se encontraron una vez más. Había tanto que no necesitaba ser dicho en palabras, tanto que ambos entendíamos en el silencio compartido. Sentí cómo mi corazón latía al mismo ritmo que el suyo, y de pronto, todo el peso que había estado cargando pareció desvanecerse por un instante.
Nos acercamos lentamente, casi sin darnos cuenta, como si fuera lo más natural del mundo. Y, en ese momento, nuestros labios se unieron en un beso tierno y sincero. Fue suave, lleno de cariño y promesas silenciosas. Todo lo que no pude expresar con palabras, lo dejé fluir en ese beso, con la esperanza de que él pudiera sentir lo que significaba para mí.
Cuando nos separamos, apenas unos milímetros, nuestros alientos aún mezclándose, lo miré a los ojos y supe que debía decirle lo que mi corazón llevaba sintiendo todo este tiempo.
—Blum... —dije suavemente, apenas un susurro—. Te juro que mi amor por ti es eterno y sincero. No importa lo que pase, ni cuán oscura se vuelva mi vida... siempre te amaré. Tú eres mi ancla, la razón por la que sigo luchando, y no te dejaré ir nunca. No podría.
Mis palabras salieron con una honestidad tan cruda que sentí como si una parte de mí se estuviera entregando completamente a él. Y mientras Blum me sonreía suavemente, sus ojos llenos de amor y comprensión, sentí que, a pesar de todo lo que había pasado, de alguna manera, estábamos en el mismo lugar, juntos, dispuestos a enfrentarlo todo, sin importar lo que viniera.
Él no dijo nada, pero su mirada y su suave caricia en mi mejilla me lo dijeron todo. Estábamos juntos en esto. Y, por primera vez en mucho tiempo, sentí que, tal vez, el túnel oscuro por el que había estado caminando tenía una salida... y esa salida era Blum, el único que me había mantenido en pie, el único que siempre estaría a mi lado.
Esa noche, Fluttershy nos ofreció un lugar para quedarnos en su casa. Nos acomodó en cuartos separados, y le pidió a Angel que nos vigilara, aunque no tenía idea de qué pensaba que íbamos a hacer. La preocupación de Fluttershy era comprensible, pero en ese momento, la última cosa que deseaba era complicar aún más las cosas.
Después de un baño caliente que me ayudó a relajarme, me preparé mentalmente para el día siguiente. Sabía que tenía que enfrentarme a Melusine, quien no estaría nada contenta de que me hubiera ausentado durante dos días. No sería una conversación fácil, pero tenía que enfrentar las consecuencias de mis acciones.
Además, también tenía que hablar con Nya. La separación entre nosotras había sido dolorosa, y no podía permitir que la distancia entre nos empeorara. Necesitaba encontrar una forma de hacerle saber que, a pesar de todo, la amaba y estaba haciendo todo lo posible por recuperarla.
Mientras me acomodaba en la cama, mi mente giraba en torno a todo lo que debía hacer al amanecer. No sabía qué nuevos desafíos traería el día siguiente, pero sabía que, con el apoyo de Blum y la determinación que estaba encontrando en mí misma, estaba dispuesta a enfrentarlos. Por ahora, solo podía esperar y prepararme para lo que vendría, enfrentando cada reto con la esperanza de que, poco a poco, las cosas empezarían a mejorar.
...Continuar....
bueno mis querido lectores espero y les haya gustado este nuevo capitulo, espero dejen todo tipo de comentarios tanto negativos como positivos, y antes de despedirme le quiero agradecer de nuevo amigo random389 y kuroDerpy por ser mi inspiración y por crear a tan maravillosos OCS ahora sin nada mas que decir nos leemos luego.
P.D: quería dale las amo amigo random389 por ayúdame en este capituló, que no sabia que rumbo tomar pero gracias a él lo pude terminar más rápido de lo que usualmente lo hago
