Muchas gracias por leer... Puede contener spoilers


Los días después de esa noche en la cocina se volvieron algo completamente inesperado y caótico... Cómo el chico que lo provocó. Aoi siempre había estado muy al pendiente de todo el trabajo que había en la finca de las mariposas, desdé atender a los pacientes, hasta la administración de los suministros. Realmente siempre había estado ocupada, pero no fue hasta hace una semana que sintió su trabajo como algo realmente agotador, se había comenzado a sentir cansada.

Todo comenzó con los constantes intentos de Inosuke por ayudar en las cosas de la finca. Había comenzado a acercarse a ella cuando estaba trabajando en sus actividades diarias, ofreciéndose a ayudar, a demostrar su increíble físico y habilidades. Lo que termina siempre en un desastre impredecible. Cómo en la ocasión en la que le ofreció ayudarle a atender a los pacientes. Recelosa acepto la ayuda del joven, encargado una misión sencilla: Llevar la bandeja de medicinas. Mientras ella atendía a los cazadores heridos Inosuke sólo tenía que mantener la bandeja en sus manos y no hacer ningún movimiento brusco. Bueno, ahora que lo pensaba detenidamente no era una sorpresa que las cosas hayan salido mal.

Mientras daba de beber su antídoto a un joven envenenado por un demonio...

La joven de coletas mantenía en alto la cabeza del muchacho en cama para darle su medicamento. Ya estaba acostumbrada a tratar con personas inconcientes, así que lo atendió cómo normalmente.

— ¿No estás tocando mucho a ese sujeto? — Su nuevo asistente, que ni siquiera tenía interés en la medicina fue quien hablo.

— ¿De que hablas? Estoy haciéndolo como siempre, así se hace...

— ¡No es cierto! No lo hiciste conmigo... Estoy seguro que así no es como se hace — Dijo mirando a otro lado, con sus manos sosteniendo la bandeja.

— No lo recuerdas porque estabas inconsciente, cuando los pacientes estan inconscientes hay que ayudarles a pasar el medicamento para que no se ahoguen — Aoi sentía un poco exasperada

por las preguntas del enmascarado.

— Tal vez debes despertarlo y ya...

— No se puede, y no es necesario, ya terminé — Se levantó y se encaminó a otra de las camas con Inosuke siguiéndola de cerca. Al llegar con el siguiente cazador que estaba igual de inconsciente.

— ¿También está inconsciente? — Aoi solo asintió, empezó a revisar que el cabestrillo que le habían puesto para acomodar el hueso de la pierna sin prestarle mucha atención al pelinegro. Ese instante fue suficiente para que Inosuke hiciera de las suyas

— ¡Oye tú! ¡Despierta debilucho! — Inosuke tomó al joven del cuello de su camisa de descanso, con una mano mientras con la otra mano balanceaba las medicinas— ¡Despierta a tomar tú medicina! ¡inútil!

—¡ Inosuke! ¡Suéltalo en éste instante! Se está recuperando— Aoi se aproximó a Inosuke y lo jaló desde la espalda

—¡ Suéltame! El gran Inosuke no recibe órdenes

— ¿Está todo bien Aoi? — Suma, que llevaba los uniformes limpios, se asomó a la puerta. En el peor de los momentos porque las medicinas cayeron sobre ella y sus uniformes limpios

— ¡INOSUKE! — El grito de Aoi, se escuchó por toda la finca. Para algunos más fuerte que otros...

Esa solo fue una de las primeras situaciones que empezó a soportar Aoi. La pobre chica no tenía ni idea de lo que estaba pasando por la mente del chico pero se dio cuenta que no bastaba con evitarlo cuando estaba sóla, también tenía que evitarlo cuando estaban junto a los demás... Especialmente Zenitsu. Parecía que Inosuke se había empeñado en demostrar a los demás su superioridad y usarla como jueza.

Un día, un cargamento de frascos y vasos llegaron de la aldea... Tres cajas, era un pedido grande pero nada que no se hubiera visto antes. Lastimosamente para Aoi, llegó en el momento en el que Inosuke la estaba siguiendo.

—¡Yo las llevaré! ¡Ésto no es nada para el gran Inosuke! — Dijo mientras levantaba dos de las tres cajas, para incredulidad de los seis cargadores. Y Aoi, terminó de despedirlos antes de que le agradaran más el ego al pelinegro.

— ¡Ya deja de fanfarronear! Y ten cuidado con esas cosas son muy frágiles— Soltó un suspiro pero acepto su ayuda. Se disponía a levantar la tercera caja cuando un haori verde con negro se atravesó entre ella y la caja.

— No se preocupe señorita Aoi, yo lo llevo — La joven se sorprendió al ver al chico pelirojo enfrente.

— Oh muchas gracias Tanjiro...— Noto que al verlo su corazón no se había acelerado, no había más que un cariño similar al que tenía con Kanao. No fue cómo cuando se ilusionó porque le dió palabras de aliento.

— ¿Necesitas ayuda Inosuke? Dame una caja, si la rompes harás enojar a la señorita Aoi — El joven de la respiración del rayo se acercó para quitarle una caja al jovén jabalí y eso llamó la atención de Aoi.

Volteó a verlos y se dio cuenta que no podía ver con los mismos ojos al joven de la cabeza de jabalí después de aquel abrazo. Y agradeció internamente que los otros dos llegarán porque cada que estaban completamente solos no podía evitar recordar la sensación de sus brazos alrededor de su cuerpo... "Genial, ahora también lo recuerdo cuando no estamos solos... Estupido cabeza de jabalí " Pensó mientras los miraba pelear.

— ¿Todo bien señorita Aoi? — Pregunto el joven de la cicatriz al notar a la chica ponerse roja con sus pensamientos. Ambos voltearon a verla y efectivamente, Aoi estaba sonrojada viéndolos...

"Maldita sea..."

"Huele a desesperación..."

"Este sonido..."

— ¡Ohh! Dulce señorita Aoi, está impresionada por mi actitud galante ¿verdad? — Zenitsu, el alivio cómico dejó de intentar quitarle las cajas a Inosuke y tomó las manos de Aoi qué estaba bastante sorprendida cómo para poder cambiar su expresión —¡No se preocupe! ¡Cuidaré que el bruto de Inosuke no rompa nada y llevaré esa caja por ti!

— ¡Ja!¡ Eso no es nada! — Con una impresionante maniobra Inosuke pateó la caja que Tanjiro tenía en sus manos y la atrapaba creando una pila con las tres cajas. — ¡Yo las llevaré todas! —Dijo antes de salir corriendo.

— ¿A dónde va? — Pregunto el rubio.

— No tengo idea — Aoi fingió molestia pero no pudo evitar sonreír. Un cazador, el joven que había sacudido Inosuke se acercó a ellos. Parecía que se encontraba mucho mejor, se apoyaba de una muleta y saludó con la mano

— ¡Señorita Aoi! — Apenas pudo saludar... Porque fue arrollado por una extraña criatura... con cabeza de jabalí.

— ¡¿A dónde llevó ésto?! ¡Llévame hasta allá! — Preguntó el pelinegro a la chica de coletas...

—¡ Inosuke!— Gritaron los tres jóvenes al unísono. De forma rápida Tanjiro y Zenitsu se movieron a quitarle las cajas al otro. Mientras Aoi se dirigía a revisar al chico.

— ¡Idiota! Le volviste a safar la pierna — El chico se quejaba levemente... Tanjiro y Aoi regañaron a Inosuke por ser tan impulsivo y haber roto muchos frascos en su carrera sin sentido.

Y el cazador empezó a tener más miedo de los jabalís que de los demonios.

Recordando los incidentes empezó a notar que los incidentes fueron mucho más catastróficos cuando se involucra Zenitsu y no estaba Tanjiro en medio. Cómo aquella ocasión en qué ambos coincidieron en su recuperación, cuando el Kamado se encontraba inconsciente.

Aoi termino de lavar la ropa y ahora llevaba el cesto al patio para terminar su tarea. Los uniformes de cazadores y los uniformes de las chicas mariposa. Había sido difícil quitar las manchas de sangre de toda la ropa pero se sentía orgullosa de haber podido salvar la mayoría.

— ¡Ey! Señorita Aoi...— Zenitsu, acababa de regresar de una misión y después de haberle lloriqueado a Inosuke que no lo dejará ir sólo a otra misión, se recuperó y había decidido hacerle la vida miserable, haciéndola sufrir los estragos de su amabilidad. — Déjeme ayudarle con esa cesta tan pesada...

Y por un momento, la ojiazul creyó que quién tenía los oídos y velocidad super desarrollados era Inosuke, que se acercará corriendo a ellos y le intentará quitar la canasta a Zenitsu.

— ¡Sueltala Monteju ! Te demostraré como se tiende la ropa... — Como siempre tan imperativo. La chica miró como seguía aferrado a competir con Zenitsu y sonrió. Había visto al joven Hashibira bastante decaído por el estado de su amigo y verlo recuperar su vitalidad por momentos como ése o cuando le preparaba comida, le hacían sentir mejor.

— ¡Ya, ya, ya! Haber, ustedes dos ... Si tanto quieren ayudar tiendan eso — Cruzó los brazos sobre su pecho y esperó que ambos empezarán

— ¡Vas a ver que tiendo más ropa que tú Tontizu! — Gritó con una gran sonrisa el chico con rasgos más finos. Ese día llevaba la máscara levantada, y la sonrisa que le dirigió a la chica hizo que su rostro se volviera escarlata.

Zenitsu se rió y tomó uno de los uniformes y corrió al patio— ¡Sí pero yo lo haré mejor!

Ambos empezaron a trabajar, tendiendo los uniformes y delantales que la chica acababa de lavar. Todo iba bien, Aoi le indicaba como tender cada prenda a Inosuke, era un lindo ambiente.

Aoi se sentó debajo del cerezo y se perdió en sus pensamientos, mirando al joven con el cabello en puntas azules: Sus ojos eran demasiado intensos, enmarcados por unas gruesas y oscuras pestañas. Su piel tenía un color particular y tenía muchas cicatrices producidas por sus descuidos en batallas. Le gustaba esa situación, tomarse un descanso de vez en cuando no estaba tan mal...Hasta que solo faltaba un delantal por tender.

— ¡Suéltalo estupido! Yo lo voy a tender

—¡Yo lo tomé primero! ¡Tú suéltalo!

Supuso que era el desempate y se dispuso a intervenir, dejando su descanso. Se levantó de inmediato y se acercó pero al llegar fue demasiado tarde. Los jóvenes tiraron de la tela al mismo tiempo en direcciones contrarias. Y sucedió lo inevitable, la prenda se rompió por las costuras, Zenitsu se quedo con las cintas del delantal e Inosuke con la mayor parte.

— ¡Eres un imbécil! — Las cintas del delantal cayeron cuando el chico de ojos amarillos fue golpeado en el estómago por el joven semidesnudo. El golpe fue tan fuerte que el desayuno de Zenitsu salió de su boca sobre uno de los uniformes limpios.

— Ya basta los dos... Inosuke, disculpate con Zenitsu. Eso no estuvo bien

— ¡¿Qué?!¡Fue su culpa! Él no lo quiso soltar... — ¿Las mejillas de Inosuke se tiñeron de rojo? Aoi no estaba segura, porque se bajó la máscara demasiado rápido.

— El idiota ese sólo lo quería tender porque es tú delantal señorita Aoi — Zenitsu estaba de rodillas sosteniendo su estómago.

— ¡No es cierto! —Dijo el enmascarado antes de darle una patada al rubio y escapar de ahí con el delantal en la mano. Aoi no podía creer lo que escuchaba. Ayudó a Zenitsu a llegar a su habitación donde le dió un vaso de agua.

— Señorita Aoi... ¿ Ha pensado en tener una relación?

—¿ Una relación? ¿De que estás hablando?

— Ya sabes, tener novio, prometido y un esposo eventualmente... Ya sabes — Dijo con un tono pícaro.

La imagen de un pelinegro llegó a su mente...

—¡¿También te golpeó la cabeza? O porque dices tantas tonterías! Vete a descansar.

Cortó la conversación y dejó la habitación lo más rápido que pudo. No quería qué el rubio escuchará su corazón acelerarse.

Corrió a la cocina y empezó a preparar la comida. Había estado concentrada en su tarea, para olvidar al rubio con insinuaciones que la hacían divagar en cosas sin sentido. Tanto era su empeño en cortar las verduras para preparar la comida que no notó al pelinegro hasta que se asomó sobre su hombro.

— Huele bien ...— Aoi pegó un brinco y lo apartó de inmediato con su mano libre mientras ella marcaba la distancia entre ellos dando un par de pasos atrás.

— ¿Que estás haciendo? Casi me matas de un susto...

—¡ Mira! El gran Inosuke lo ha arreglado para ti. Puedes agradecerme cuánto quieras — Le dijo mostrando su delantal, aún mojado pero con listones azules en vez de cintas. Aoi lo miro encantada por un momento.

— ¡Es tú culpa que se haya roto en primer lugar! Pero es muy bonito... Gracias— Lo tomó en sus manos, efectivamente era su delantal. Ahora sería inconfundible, su corazón sintió una calidez increíble. Miró al chico de ojos verdes u sintió miedo de que se hubiera dado cuenta, apartando su rostro sonrojado cambió el tema— Tienes que disculparte con Zenitsu, lo que no estuvo bien ...

La sonrisa de orgullo que tenía al entregarle el delantal se esfumó y fue reemplazada por un ceño fruncido. — ¡No! Si tanto te preocupa ese estúpido porque no... Ahg olvídalo.

Días después, mientras Aoi les servía el desayuno Inosuke le dijo algo que la avergonzó.

— Se ve bien... ¡El gran rey de la montaña hizo un excelente trabajo! ¡ Siempre que tú delantal se rompa yo lo arreglaré!

Aoi pensó que sonaba como una propuesta...

— ¡A cambio quiero Tempura!

De negocios al parecer... Que tonta, se imaginó otra cosa.

— Mientras no los rompas tú... — Oculto su sonrojo detrás de su flequillo, tratando de ocultar la vergüenza de haber pensado en una vida al lado del pelinegro.

En resumen:

Inosuke Ayudar con los pacientes= Ropa sucia, frascos rotos y un pobre cazador zarandeado.

Inosuke Cargar cajas= Frascos rotos y una recaída de un paciente

Inosuke Tender la ropa = Zenitsu golpeado, ropa sucia y una vergüenza terrible.

Y en todos los casos también con una Aoi... confundida.

Sus sentimientos eran confusos y no podía recordar que su vida fuera tan caótica antes de la llegada del joven con máscara de jabalí y no sabía porque no quería que eso cambiará. Lo único que tenía claro era que quería qué el muchacho con cabeza de jabalí y sus amigos regresaran a salvo de la batalla.

Fue entonces que empezaron a llegar los cuervos.

Un mes después de la batalla final...

Hubo muchas bajas, la vida de todos cambió de forma drástica y ahora Aoi se sentía en la deriva, como un barco en el mar, sin rumbo y sin brújula. Se había sentado bajo el cerezo plantado por una persona que ya no volvería a ver ... Miro que al otro lado de la finca Inosuke amenazaba a uno de los sobrevivientes que le parecía extrañamente familiar. Pero se negó a intervenir, pego las piernas a su pecho y observó las flores balancearse con la brisa.

No supo cuánto tiempo se quedó ahí, pero salió de su ensoñación cuando escuchó a Nezuko reír mientras era seguida por Zenjitsu a través del patio, al parecer jugaban y se divertían.

Los miró con añoranza, al parecer... La familia de Tanjiro se volvería más grande. Zenitsu y Kanao se unirían a su familia… Ella se quedaría sóla en la finca Mariposa ahora que… Shinobu ya no estaba. Su corazón dolió al pensar en Shinobu.

— ¿Tanto deseas ser la esposa de ese idiota? — La voz que vino de arriba la sobresaltó. El joven pelinegro bajó de un salgo del árbol y se sentó a su lado.

—¿Eh?

— ¡Que si te quieres casar con Zankudo!

— ¿Crees que yo me quiero casar con Zenitsu? — La mente de Aoi trabajó muy rápido, y cuando unió todos los puntos, no pudo evitar reír a carcajadas.

Y a él le encantó verla reír después de tanto.


Me gusta mucho está pareja. Leí la mayoría de los fanfics que pude encontrar (Aquí y En Ao3, vamos por Wattpad ) y me sentí inspirada a escribir algo sobre ellos... Es la primera vez que publicó algo aquí. Espero sea de su agrado.

En el siguiente capítulo... la visión de Inosuke sobre los cuatro incidentes.

Nos leemos