Fic

Historias de Albert y Candy

Festival Hilo Rojo del Destino 2024

Pensando en ti

Por Mayra Exitosa

Equipo Damas Ardlay

Sus ojos se colmaron de lágrimas, correr a abrazarlo, demostrando lo mucho que lo había extrañado, fue solo el comienzo, tal vez lo había imaginado tantas veces, que los instantes en que estuvo abrazada de su cintura, aun no podía creerlo, había soltado la bolsa con varios productos de los cuales algunos salieron rodando, apenas y sentía el bolso en su hombro, algo que era más cálido, la fusión que perdió tiempo en suspiros incontrolados fue tal que deseaba que si era un sueño quedarse así todo lo más que pudiera antes de volver a la realidad. - Candy, creo que salieron un par de limones del bolso que soltaste y viene un vecino por el pasillo. - ¡Oh, por Dios!

Albert tomo los frutos sueltos mientras que ella torpemente sacaba las llaves de su bolso abriendo la puerta de su departamento, él no solo tomaba las cosas desparramadas en el suelo, sino algunos otros detalles que el traía, los cuales permanecían recargados en la pared mientras notaba como temblaban las manos de ella y por fin lograba abrir, apenas entraba y dejaba todo encima de la mesa, ver el lugar lo hizo notar que había algunos cambios, las cortinas y la decoración había cambiado de color, pero el perfume de la estancia continuaba igual, ese olor suave que solo ella emanaba, estaba en todo el lugar.

La rubia colgaba su bolso torpemente tomando un pañuelo para limpiar sus ojos, emocionada agregaba, - Las llaves están en el mismo lugar que las dejaste la ultima vez. ¿Cuándo has regresado? ¿llevas mucho tiempo esperando? Te dije que no era necesario dejar las llaves, eres como mi familia, aunque debo decir que me sirvieron un par de veces porque perdí las mías, aun así, fue difícil traer a un cerrajero.

Él estaba tranquilo observándola, como se movía de un lado a otro todavía con su nerviosismo acomodando lo que había traído y metiendo el frasco de leche en la nevera, así como iba distribuyendo de forma automática cada cosa que había comprado recientemente.

- ¡Basta Albert! Deja de mirarme y siéntate de una vez, el pan está recién elaborado, lo compre en la panadería, ahora comprendo porque traje de más, pensé que era una glotona, pero compartirlo contigo no hará que me coma sola todo esto. -¡Oh, Candy! No has cambiado nada, aunque debo admitir que te noto más delgada, incluso tu rostro no muestra tus pequeñas pecas, debes venir cansada del trabajo. - Y tu de un largo viaje, cuéntame por favor, ¿Cómo esta tu familia? No se si son hermanos o hermanas, casi nunca te das tiempo de describirme a todos, a veces mencionas a un sobrino, como a una tía, con tal singularidad que no sé cuantos has mencionado y mis sumas no me dicen cuántos son al final.

- Eres la única que importa ahora. - ¿lo ves? Ahí está, no me dices ¿cuántos hermanos tienes? Me cambias la conversación y no se al final con cuantos miembros de tu casa, tienes que convivir cada que te vas. - ¡Candy!

El abrazo de nuevo calmaba los movimientos y ella por fin lloraba abiertamente, - Te eche de menos, no sabía cuando regresarías, solo oraba porque estuvieras bien, ni una carta, ni un telegrama, nada que me dijera que estabas bien, solo pensar que volverías y… - ¡lo siento! Te dije que era un año y medio como mínimo, se alargo el tiempo y… no volveré a dejar de escribirte, ¡lo prometo! Estuve enviándote algunas postales… - ¡sí! Y gracias a eso sabía donde estabas, por eso imagine que debía ser más costoso enviar una carta que una postal, mira debo tenerlas todas juntas, las recibía casi en las mismas fechas mínimo una cada tres semanas… - Lo sé, las envíe y esperaba que las pocas letras que te decía fueran suficientes, no sabía que decirte, ni cuando regresaba, así que al menos te pensaba y… te lleve conmigo todo el tiempo. - Si es el caso, entonces nunca te fuiste, porque muchas veces te imagine en varias partes. - Has estado muy ocupada, mira la hora en la que llegas. - Acabo de salir del hospital y…

- Candy ¿tienes otro lugar al que ir? - Recuerdas el edificio ese que donaron para las personas sin hogar, pues, ya no tiene suficientes fondos, solo va un médico eventualmente, continúan llegando personas de otros estados y… en ocasiones algunos extraviados, me he encontrado personas con heridas pequeñas que fueron asaltados y que se quedaron sin nada con que poder comunicarse con sus familias. - ¿No sabes porque dejaron de enviar personal? - No, fue un par de meses después de que te fuiste, así que… ahí te recordaba muy seguido, por eso fui cada día, hay personas que se han ido y regresado a sus hogares, pero ya no como antes, ahora hay menos individuos porque no siempre encuentran apoyo, ya no hay alimentos, algunos se han organizado a regalar pan, como esta panadería que lleva lo que se quedó el día, dejando algo de esto por la noche, pero es muy poco, siempre es muy poco, sabes… atendí un parto dentro de ese edificio, ahí nació Laura, la hija de una mujer que se había quedado sin hogar, fue…

- ¡no llores! Sabes bien que tu sonrisa te hace ver increíble. - ¡Estoy feliz! no se porque estoy llorando, de verdad, pero estoy tan contenta de saberte de nuevo en Chicago, creo que no hubo un día en el que no te pensara, Albert. - ¡oh, Candy! Te prometo que no me iré de nuevo por tanto tiempo, realmente fue una emergencia y no volverá a pasar. - pero… ¿esta bien tu familia? - Si, todos están bien, ya luego te hablare de ellos, lo importante es que comas algo, deja te ayudo, traje algunos víveres. - ¡ah! Ya veo, esas bolsas son tuyas, las vi en la mesa, pero no les puse atención. - Siéntate un poco, hare algo de cenar y ya luego me dices a donde iremos.

El rubio sabía que dejaron de financiar los fondos del edificio para personas sin hogar, la justificación, fue que hubo abuso de personas que solo estaba llevándose los alimentos y no eran quienes lo necesitaban, sin embargo, si no hubieran quitado al persona social, eso nunca pasaría, fueron algunos manejos de efectivo desviados que nadie autorizó, dejando esos huecos afectados y ahora no solo dejaron a pobres desamparados, sino que ricos estaban tomando beneficio directo para sus finanzas, fingiendo ser para la caridad.

Candy fue la única que no abandono ese lugar, al final cada tarde o cada que su turno del hospital lo permitía, ella fue casi diariamente, después de la mujer embarazada que atendió no dejo de dar una vuelta a verificar que no hubiera una emergencia, eso estaba en el reporte del contacto que dejo a parte del chofer, quien una ocasión la ayudo llevando a un herido hasta el hospital, ella se había convertido en la luz de ese lugar.

Conversar de tantas cosas, fue verificar para ambos que nunca acabarían de llenar esos espacios vacíos de la ausencia que sentían el uno por el otro, ya era tarde aun así fueron a un lugar donde le dieron de manera gratuita una caja con productos y ella firmaba de recibido, para luego verificar cada uno con las fechas de vencimiento y el orden en una libreta de las personas que esperaban su llegada. Atender a esas horas a algunos que ya debían estar durmiendo, pero que todavía con el fresco de la noche, solo estaban ahí esperándola a ella.

- Miré enfermera, le traje unos dulces. - Gracias, usted es Joseph, medicamento controlado, le di algunas cajas, todavía debe tenerlas. - Si, no necesito medicamento, solo vine para que no estuviera sola, ya sabe por si me ocupa. - Gracias, es usted muy amable.

Las dos horas y cuarenta y cinco minutos más aprovechados, ahí estaba ella recibiendo donaciones en especie y entregándolas de inmediato para organizar todo en ese lugar, por suerte estuvo ahí para ayudarla, pero de alguna manera había personas que sin hogar permanecían custodiando y cuidando de ella, tal como le había dicho Robert, la aprecian y algunas veces la acompañan hasta la puerta del edificio para que no se vaya sola. Eran personas mayores, que deberían estar ya en un hogar, pero vestían apenas y no cargaban nada, algunos se quedaban en las camitas improvisadas y sacaban sus propias cobijas, ella solo organizaba lo que muchos ahí llevaban.

Como esos autos que llegaban de manera inesperada y de pronto bajaban llevando cenas o vasijas con alimentos. Candy al verlos de forma organizada indicaba a alguien quien abría una caja, de donde sacaba los platos y servía todo para devolver las cacerolas en las que les entregaban los alimentos, luego hablaba con algunos de los mayores, se organizaba con ellos,

- bien usted estará mañana temprano, lo mismo que hice, con tranquilidad, allá hay agua, lavaremos los platos y vasos, dejemos secar por la noche y los guardamos, vendré por la tarde, - Señorita Candy, estaré en la tarde saliendo de la iglesia donde ayudo, al medio día cuente conmigo, por si hay alguna emergencia. - Ya sabe donde estoy señora Gloria, si surge algo solo mencione mi nombre, iré lo más pronto posible. - Esperemos que no haya nada, me iré a dormir. - Descanse.

Salían y el hombre de la puerta observaba al rubio. - ¿él te acompaña, Candy? - Si señor Esteban, él es mi amigo de mucho tiempo, viene aquí seguido cuando esta en Chicago, por favor, trátelo bien. - Si señorita ya lo vi y no lo olvidaré.

Candy le comentaba que después de que el personal se fue, ella organizó a las mismas personas que no tenían hogar, fueron tomando funciones y cuidando del edificio para que no entraran personas a hacer daño, cada uno cuidaba la espalda del otro, ya no estaban los mismos que él recordaba, dos había fallecido en ese tiempo en el que el rubio estuvo fuera del país, detallaba todo lo que sucedía en el lugar y comentaba que su día de descanso, iba al orfanato, y hacía algo similar a lo que había visto.

Era en parte satisfactorio conocer caras y rostros, recibir ayuda, sobre todo, esas personas realmente requerían un hogar, no era fácil tener trabajo a su edad, mucho menos sin una prótesis por falta de algunas extremidades de su cuerpo, pero Candy había organizado, el piso de un lado mujeres, otro de hombres y entre ellos mismos, quien cuidara de los demás, sin ganar nada, formaban una familia con ella.

Regresar a la mansión y escuchar a su sobrino comentarles a los otros lo que Annie su novia estaba haciendo lo dejaba en pausa.

- Si, Stear, no se porque cambiaron los ingresos, eran mucho mayores cuando vi la recaudación, parece que se arrepintieron y mira Annie es muy dedicada, va diario a un edificio y organiza todo, los alimentos, las necesidades básicas incluso envía médicos a atenderlos, ese lugar esta en la esquina de Stanford y Belvis. Sabías que una ocasión ella llevo al hospital a una mujer que tuvo un bebe, si dio a luz a una criatura, ella estuvo ahí ayudándola y cuidando de la madre que dio a luz sola.

La entrada del rubio hizo que Archie guardara silencio, - ¡hola, tío! - que tal, ¿cómo están? -Bien, el sonido de todos y los abrazos de los chicos, mientras bebían una copa en la recepción de la mansión, esperándolo porque ya sabían que se encontraba de regreso. Los tres trabajaban en distintas compañías y su llegada los motivaba al saber que había realizado grandes ingresos y negocios nuevos, casi nunca lo veían en la mansión, por lo que debía haber un motivo para que a esas horas estuvieran esperándolo.

La conversación fue de algunos problemas que pasaban Stear y Anthony, la fiesta próxima de la familia Brighton para recaudar dinero fue un tema que hizo a William responder. - Nosotros teníamos cada año un evento y según recuerdo nuestros festejos son para deducir impuestos, ¿ya no se realizan? cuando estos recaudaban ingresos para diferentes organizaciones que estaban autorizadas.

- Tío, hubo problemas de malversación de lo que recibían y cancelamos esos lugares, no has estado aquí, pero debe haber visto el reporte. - Si, pero esos fondos solo se autorizan exclusivamente en edificios y organizaciones que auditamos, no externos fuera de nuestra auditoria, eso se encuentra fuera de nuestras posibilidades ya que desconocemos su organización.

- Es de la familia de mi novia, ella está organizando varios eventos y la he ayudado. - Dices que hizo labor en ese edificio de los abandonados y que ayudo a una mujer a dar a luz a un bebe, ese informe fue de una enfermera que paso por ahí y no de tu novia. - ¿Qué? ¡debió ser otro bebe!

Continuará...

Gracias por su consideración a esta historia la cual ahora forma parte del Festival hilo rojo del destino 2024,

por lo que estaré muy agradecida vayan y dejen su reacción en el aporte de esta historia para continuarla

y finalizarla cuanto antes, se les agradece sus comentarios,

En esta ocasión la participación será una semana intensa por lo que estaré actualizando cuanto antes.

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Agradecida por no tomar mis escritos, ni adaptar ni utilizar por ningún medio auditivo o plataforma alternativa, en parte o completa ninguno de estos.