¡Aquí me presento con un nuevo capítulo de esta maravillosa historia!

En esta ocasión será otro capítulo cubierto de batallas, aunque ahora será Aether enfrentándose a otra Arconte. Pensé en diferentes movimientos por parte de Zarina, como el arma que utiliza (eso ya se vio en el capítulo anterior), la habilidad básica y la ultímate, así como ciertas pasivas. Básicamente sería como un DPS, espero les guste como desarrolle sus poderes.

Antes de comenzar, voy a contestar unas reviews:

ReanDarkReaper24: Creo que eras uno de mis lectores habituales en una de mis historias de DxD. Te doy la bienvenida a este nuevo proyecto, y espero que puedas disfrutarlo tanto como el anterior. Para empezar con las respuestas, el albedrio elemental depende de ciertos factores que se explicarán en este mismo capítulo. Y como último, yo considero que actualmente Venti está al nivel de Aether, aunque puede sonar un poco contradictorio por ser un Arconte, pero ya se vio que él fue uno de los más afectados por la Erosión, especialmente porque se convirtió en un borracho xD. El verdadero potencial de Aether se vería ahora mismo, siempre y cuando logre activar la Gnosis.

Sin nada más que responder, es hora de comenzar.

¡Disfruta!

CAPÍTULO 2: ¡CONSONANCIA DESTRUCTIVA!

"¿Esto es lo que buscas?"

Toda la atención de Zarina cayó sobre Aether, o más precisamente, la Gnosis que él poseía.

"¿Cómo es que la tienes?" Ella preguntó con una mezcla de interés y confusión.

"Yae me la dio antes de ser encarcelado. Por esa razón es que no pudiste encontrarla." Aether avanzó hacia la Arconte, una acción que Scaramuccia y Signora no tomaron muy bien.

"Relájense, ya hicieron suficiente por mí. Yo me encargaré de esto." Como si sus palabras no fueron suficientes, Zarina alzó su mano para que sus sirvientes más leales no interrumpieran. "Por lo que tengo entendido, eras un prisionero a punto de ser ejecutado. Nosotros no somos enemigos. Si me das la Gnosis ahora, nos iremos sin causar más inconvenientes." Aether se detuvo frente a ella, cruzándose de brazos con una sonrisa.

"Ya veo, creo que no es un mal trato. Pero antes, me gustaría que respondieras algunas preguntas." Zarina no hizo nada, tan solo lo miró con atención.

Esa acción dejó bien en claro que estaba dispuesto a escucharlo.

"¿Cómo funcionan las Gnosis? ¿Como es que pudiste usar ese poder?" Preguntó Aether con muchas dudas, logrando que Zarina se cruzara de brazos.

"Las Gnosis reaccionaron a mis deseos y ambiciones. Aún así, mi voluntad no es lo suficientemente fuerte como para vincularse por completo con ellas. Lo que viste fue solo la mitad de lo que podría hacer con tres de ellas, debido a que solo pude utilizar su poder como una Explosión Elemental. De todas formas, ya fuiste capaz de ver que son realmente destructivas." La Arconte aclaró todas sus dudas, ganándose un leve asentimiento por parte del viajero.

"Lo que hiciste es más que suficiente para creerte. Y, en ese caso, tampoco creo que sea capaz de hacer algo al respecto." Aether supo que enfrentarse a la mujer en estos momentos era imposible, pero de todas maneras quería hacer la siguiente pregunta.

"¿Para qué quieres las Gnosis?"

Esa pregunta hizo que el ceño de Zarina se frunciera considerablemente.

"Eso no es de tu incumbencia."

Esa respuesta obviamente no le gustó, y se pudo notar en su cambió de expresión.

Pero, como él había pensado antes, no era buena idea hacerla enojar de nuevo sabiendo que no tenía posibilidad de vencerla. Por eso es que al final extendió su mano para entregarle la Gnosis.

Pero justo antes de que lo hiciera…

"La vinculación incompleta trae un efecto secundario." Tanto Aether como Zarina miraron a Ei, quien recién parecía estar saliendo de todo su sufrimiento.

"Las Gnosis no podrán ser utilizadas por un tiempo determinado, pueden ser incluso meses."

Esas palabras fueron más que suficientes como para que Aether actuara rápidamente, creando un inmenso pilar geo que la mandó a chocar contra el destrozado Tenshukaku.

"Gracias por decírmelo. No puedo regalarle una fuente de poder tan grande a alguien que es capaz de destruir una ciudad para obtenerlo." Aether se acercó a Ei, para luego tomarla entre sus brazos ante la mirada apagada y atormentada de la Arconte.

El rubio no pudo evitar hacer una pequeña mueca al sentir como la sangre recorría por sus brazos. Sus heridas definitivamente eran graves, pero lo que realmente le preocupaba era ver como las lagrimas de la Arconte no paraban de rodar por sus mejillas.

"Escucha, sé que tenemos nuestras diferencias. Pero no estoy para nada de acuerdo con lo sucedido." El rubio presionó el rostro de Ei contra su pecho para asegurarse que ella dejara de observar la ciudad en ruinas. "Te encuentras en un estado muy grave, creo que solo sigues viva porque eres una Arconte, una Arconte muy fuerte." Aether intentó reconfortarla como pudo, pero sabía que era imposible.

La Relajatetera fue invocada frente a él, haciendo que la mirada de Aether se enseriara de sobremanera.

Aether no sabía si ella se había dejado absorber por su propia voluntad, o si había sucedido solo porque ella por fin había caído inconsciente por su estado.

"Déjame el resto a mí." El viajero frunció el ceño tras escuchar como diversos escombros se movían detrás de él.

"Supongo que decidiste el camino más complicado…" Aether se dio la media vuelta lentamente, observando como Zarina se quitaba los escombros restantes sobre su vestimenta polar.

"¿Qué puede decir? Las cosas complicadas realmente me agradan." Aether le entregó una sonrisa un tanto extraña cuando invocó su espada, ganándose una leve sonrisa por parte de la Arconte.

"Muy bien…" Zarina se cruzó de brazos y una tormenta de nieve rodeó su cuerpo por completo.

"Veamos que tan fuerte es ese viajero del que todos hablan."

Los ojos de Zarina brillaron de una manera muy peculiar, algo que hizo dar varios pasos hacia atrás a los que se encontraban en la salida del puente.

"Gordi, ya sabes que hacer." Los miembros de los Once presentes y la misma Arconte no pudieron evitar alzar una ceja ante esas palabras. Una sospecha que tan solo aumento tras ver como la Relajatetera desaparecía.

"Tengan cuidado con la tetera. No permitan que estropee el combate entre nuestra Majestad Cryo y el enano." Aclaró Signora con un ceño fruncido.

Scaramuccia estaba de acuerdo con sus palabras, aunque rápidamente notó que Childe no parecía muy de acuerdo con lo que estaba sucediendo.

"Genial. De seguro este tipo se muere de ganas por pelearse con alguien. Será mejor que no haga ninguna estupidez." Pensó la marioneta con cierto recelo al ver la impaciencia que se estaba mostrando en su compañero Fatui.

"Esto es demasiado aburrido." Las sospechas de Scaramuccia se confirmaron cuando Childe desapareció de la vista.

"Ese idiota…" Pensó Signora en voz alta al ver como Childe se marchaba del lugar.

"De todos mis niños, él es el más complicado de tratar. Pero tiene razón…" Comentó Zarina, enfocando su mirada en Aether nuevamente. "No necesito ayuda de nadie para acabar contigo. No importa que trucos utilices." Esas palabras hicieron que una sonrisa apareciera en el rubio.

"¡Eso está por verse!" Exclamó el viajero cuando dio un salto hacia adelante con la intención de propinarle una estocada contundente.

Una leve sonrisa apareció en el rostro de Zarina cuando inclinó su cuerpo hacia un lado para esquivar el ataque con suma facilidad, o más bien, lo hizo ver fácil, ya que Aether se había arrojado sobre ella a una gran velocidad que no muchos pudieron seguir.

Ese no fue el único ataque, ya que una larga y rápida secuencia de estocadas recayó a lo largo de todo el cuerpo de la Arconte, quien bloqueaba y desviaba todos los ataques a una velocidad incluso mayor con tan solo utilizar un recubrimiento de hielo en sus brazos. La secuencia no duró mucho más tiempo, ya que Zarina utilizó un poco más de fuerza en su último desvió para que Aether perdiera el equilibrio y rompiera su postura, algo que pareció funcionar cuando dio un giro de 90 grados sobre si mismo.

De todas formas, ella no pudo evitar sorprenderse un poco al ver como Aether utilizaba ese mismo impulso para terminar de dar la vuelta completa, por lo que el siguiente ataque de la espada tenía una fuerza considerablemente mayor que la anterior.

Por ese mismo motivo es que Zarina dio un leve salto hacia atrás, observando como el filo de la espada creaba una pequeña corriente de aire a su alrededor una vez que se detuvo en seco.

Aether no lo dudó en ningún momento, y aprovechando la distancia que había entre ellos alzó una de sus manos contra la Arconte quien tensó su cuerpo ante lo presenciado.

"¡Espada Estrellacaída!"

Un enorme pilar Geo de gran tamaño se extrajo justo frente al suelo del viajero y voló a una gran velocidad hacia su objetivo.

El ataque Geo golpeó de lleno a Zarina, quien se vio enterrada en el enorme trozo de roca que se pegó a los escombros del Tenshukaku, generando un pequeño estruendo.

Aether no perdió el tiempo y corrió rápidamente hacia la Arconte. Él dio un gran salto al final, tomando su espada con ambas manos para realizar un ataque mortal.

Pero justo cuando comenzó a descender su espada, el pilar Geo se destruyó en mil pedazos y Zarina apareció justo frente a él, rompiendo por completo su postura. Una leve sonrisa apareció en el rostro de la mujer cuando llevó ambas manos hacia el frente, creando un gran estallido Cryo cuando entró en contacto con el pecho del viajero.

Aether dio varios pasos hacia atrás, y aunque en un principio el ataque no parecía muy poderoso, la expresión temblorosa e incrédula en su rostro demostraba lo contrario. Solo necesitabas ver como gran parte de su pecho se había congelado con un impacto tan simple.

Ese momento de aturdimiento le permitió a Zarina acercarse para la perplejidad de Aether, quien se movió lo más rápido posible al ver como las dos largas uñas de la Arconte se acercaban a su cuello, aunque lo que más le preocupó era ver como sus dedos estaban completamente congelados.

Los reflejos de Aether sirvieron para impedir un golpe crítico, pero eso no fue suficiente. Las uñas de Zarina perforaron su hombro y gran parte de esa zona fue congelada por un simple impacto.

El viajero perdió el equilibrio sobre si mismo antes los ataques tan repentinos y por lo raro que se sentía su cuerpo, por lo que no pudo evitar rodar por las escaleras destrozadas hasta que cayó frente al ejercito del Shogunato y los rebeldes.

"¿Qué demonios son esos ataques? Nunca vi que alguien pudiera tener tanto control sobre el Elemento Cryo…" Pensó Aether sobresaltado. "Y lo preocupante es que sus ataques no duelen tanto, pero mi cuerpo se siente extremadamente pesado." Concluyó, siendo apenas capaz de sentarse tras recibir dos simples ataques.

"¡Ayúdenme a protegerlo!" Kokomi ordenó al instante, y fue sorprendente ver como los dos ejércitos opuestos acataban sus órdenes sin dudar.

"Gracias." El viajero le agradeció, recibiendo una sonrisa por parte de la joven.

"Kazuha." Kokomi volvió a su expresión seria cuando llamó al mencionado. "Necesito que extraigas el Cryo con tu Elemento." El joven asintió en compresión, agitando su espada con una débil corriente Anemo que quitó todos los fragmentos de hielo.

La sorpresa no se hizo esperar al notar que la piel en la zona afectada se encontraba un poco morada, además que sus vestimentas habían sido rasgadas casi por completo.

"Ocúpense ustedes mientras yo me encargo de tratar sus heridas." Una gran medusa de agua apareció justo frente a Kokomi y Aether tras esas palabras, recibiendo un rápido asentimiento por parte de todos.

Zarina alzó su mano para detener la intromisión de Signora y Scaramuccia, indicando que quería encargarse de esto personalmente.

La Arconte observó en silencio como Kazuha, Gorou, Beidou, Ayaka y Ayato se colocaron frente todo el ejército, haciendo que una sonrisa bastante peculiar cruzara por el rostro de Zarina.

"Es impresionante que aún tengan ganas de luchar después de presenciar como aniquilé la mitad de la población, sin mencionar la absoluta destrucción de Inazuma." La tormenta de nieve volvió a rodear a la mujer una vez que se cruzó de brazos, sus ojos brillaron de una forma muy peculiar cuando se entrecerraron.

"No sé si decir que son muy valientes, o simplemente quieren morir."

Ninguno pareció tomar muy en cuenta sus palabras, ya que tomaron sus armas y no tardaron en arremeter contra la Arconte.

La sonrisa de Zarina se esfumó al mismo tiempo que sus manos se recubrieron de hielo una vez más. Una vez que los cinco estuvieron cerca de ella, todo se volvió más lento. Eso se debía a que Zarina podía estudiar sus movimientos y velocidad sin ningún tipo de problemas.

La Arconte tomó la espada de Ayato y Gorou, para luego enterrarlas en el suelo ante la sorpresa desmedida de ambos. Ella no se detuvo allí, ya que utilizó el cuerpo arrodillado de los dos hombres como impulso para saltar sobre ellos y toparse de frente con Beidou, aprovechando el momento para esquivar su gran mandoble cuando apoyó una mano sobre este. Su mano se acomodó sobre el espadón y utilizó el apoyo como un fuerte impulso para propinarle una patada giratoria que la mandó lejos. Y como si no fuera suficiente, Zarina tomó la espada de Kazuha y Ayaka sin siquiera mirarlos, desviando sus ataques y también aprovechó la oportunidad para hacerlos chocar con fuerza, logrando que se tropezaran y cayeran al suelo.

Recién en ese momento Zarina volvió al suelo, demostrando su completa superioridad y elegancia cuando aterrizó sin ningún tipo de inconvenientes. Aunque dichos inconvenientes no tardaron en llegar.

Los ojos de la Arconte se ensancharon al notar como Ayato liberó una gran cantidad de agua sin importar que su postura no era muy adecuada.

Antes de que siquiera pudiera reaccionar ante tal hecho, una gran área fue azotada por el elemento Geo de forma repentina, creando un recubrimiento muy similar a una armadura alrededor de todos, a excepción de Zarina. Solo necesitabas observar el raro estandarte que se había creado de la nada para saber quién había creado eso.

"¡FLOR DE HIELO!"

Ayaka se mostró muy apurada en realizar su ataque, y el hecho de que solo una pequeña cantidad de hielo emergiera en el suelo era prueba de ello.

"¡VEHEMENCIA ESTREMECEDORA!"

Kazuha se recompuso de la nada gracias al gran torbellino de viento que se creó a sus pies, elevando a Zarina junto con él.

Pero ellos no eran los únicos que se elevaron.

Los cuatro Elementos se combinaron en el torbellino y generaron una reacción Elemental en Cadena monstruosa, haciendo que la armadura de todos se destruyera en cuestión de segundos, mientras que Zarina sufrió de lleno el ataque. Eso se notó con facilidad, ya que gran parte de su vestimenta polar había sido rasgada.

Kazuha no desperdició su oportunidad y arremetió contra ella con una fuerte estocada aun estando en el aire. De todas formas, Zarina se demostró apenas afectada por el ataque sorpresivo, por lo que no tuvo problemas en contratacar. Ella tomó la espada con una de sus manos para luego proporcionarle un fuerte golpe con su palma que congeló todo su abdomen, mandándolo a volar y rodar por el piso.

Zarina observó sobre su espalda al notar como Beidou se acercaba rápidamente con su mandoble extendido. Obviamente estaba en desventaja, ya que ella aún seguía en el aire y estaba de espaldas al inminente ataque.

Por lo que la sorpresa de todos fue más que evidente cuando ella se detuvo en el aire para luego darse la media vuelta a una gran velocidad. Beidou ni siquiera tuvo tiempo de detener el ataque, aunque tampoco tenía las intenciones de hacerlo.

El fuerte sonido del metal resonó por doquier, y todos no pudieron evitar ensanchar sus ojos en shock al ver como la mitad del mandoble salía volando hasta enterrarse en uno de los tantos escombros. Beidou no pudo evitar escupir sangre, y la razón fue más que obvia cuando se vio como el golpe de Zarina había partido el mandoble en dos y le había propinado un fuerte golpe en el pecho que congeló gran parte de la zona impactada.

La pobre pirata rodó por el piso hasta estar al lado de Kazuha, en donde se vio que ambos habían quedado completamente inconscientes.

Zarina volvió a aterrizar con completa elegancia. Ella no dijo una sola palabra, lo único que hizo fue quitarse su largo abrigo maltratado para mostrar una vestimenta negra completa que se ajustaba un poco a su cuerpo.

Zarina arrojó su abrigo polar y miró sobre sus hombros. Gorou, Ayato y Ayaka no pudieron evitar sudar cuando los ojos estrictos y apáticos de la mujer recayeron sobre ellos.

"¡No nos rendiremos bajo ninguna circunstancia!" El grito hizo que Zarina mirara hacia el frente nuevamente, observando como el ejercito se ponía frente a ella con claras intenciones de enfrentarla.

Zarina ni siquiera respondió ante la emoción presentada por esos guerreros, tan solo se cruzó de brazos y los esperó con paciencia.

"¡Por Inazuma, y por nuestra Arconte!" Un miembro del Shogunato gritó con completa euforia, una euforia que fue compartida por todos los demás, quienes no dudaron en abalanzarse contra la Diosa.

"¡Solo unos segundos más! ¡Estás heridas son muy difíciles de tratar!" Exclamó Kokomi con mucho estrés.

"Descuida, de todos modos, no entraré de inmediato. Solo necesito que termines a tiempo." Las palabras del viajero confundieron mucho a Kokomi.

"¿Qué es lo que estás planeando?" Preguntó la joven con mucho interés.

"No hay manera que pueda derrotarla. Y en el hipotético caso que lo haga, lo más seguro es que quedaría muy lastimado y aunque lucháramos juntos sería imposible vencer a Signora y Scaramuccia." Aether entregó sus conclusiones mientras veía como Zarina hacia gala de su gran habilidad, desviando todos los ataques y golpeando con gran precisión a los soldados que la rodeaban.

"Entonces, ¿qué deberíamos hacer?" Preguntó Kokomi con mucha preocupación. "No creo que haya una forma de sobrevivir si no le entregas la Gnosis…"

"Allí es donde te equivocas." Una sonrisa apareció en el rostro de Aether tras lo mencionado.

"Solo necesitamos tiempo."

Como Signora y Scaramuccia se encontraban en la cima de los muros destruidos, ambos fueron capaces de notar algo extraño.

"¿No había mucha más gente antes?" Se preguntó Signora con mucha confusión, viendo que el panorama de la ciudad estaba completamente vacío, a excepción de ciertos cuerpos que se veían enterrados entre los escombros.

"¿Quizás se estén ocultando tras los escombros?" Scaramuccia siguió el hilo de pensamiento de su compañera Fatui.

"¡Oye!" Signora llamó a la marioneta, ganándose una mirada seria por parte de este.

Signora hizo una pequeña señal con su mano, y eso fue más que suficiente para que ambos se pusieran de acuerdo. Scaramuccia asintió rápidamente y ambos descendieron de los muros destruidos para buscar sobrevivientes.

Mientras tanto, Zarina continuó entregando una gran gala de su agilidad y fuerza, acabando con cada soldado que se ponía frente o detrás de ella con dos simples movimientos.

"¡Ya fue suficiente!" La impaciencia de la Arconte no se hizo esperar tras su grito, haciendo que casi todos los soldados salieran volando por la fuerte tormenta Cryo que azotó el sitio cuando ella invocó su catalizador.

Zarina avanzó a carrera apresurada entre todos los soldados que se encontraban volando. Los pocos soldados que aun estaban de pie no fueron capaces de seguir su velocidad, por lo que avanzó entre ellos sin ningún tipo de problemas hasta que finalmente llegó a su objetivo, haciendo que Kokomi se cayera sobre su trasero al ver que se encontraba frente a ellos de una forma tan repentina.

"¡ESTE JUEGO SE ACABA AQUÍ!"

Zarina gritó con energía cuando su brazo se incrustó por completo en el pecho del viajero, haciendo que ella misma ensanchara los ojos con incredulidad.

"¡¿En que momento…?!" Su sorpresa se vio reflejada en el supuesto cuerpo del viajero que comenzó a derrumbarse, revelando que en realidad era un sustituto creado por el Elemento Geo.

"¡Detrás de ti!"

Zarina se dio la media vuelta justo para ver como Aether se acercaba a ella mediante un gran salto mientras preparaba una fuerte estocada. Los ojos de la Arconte se fruncieron por un corto segundo al notar como la espada poseía un recubrimiento Geo. Su mano intentó bloquear el ataque descendente, pero la espada se deslizó por su mano congelada y se vio obligada a mover su rostro a un lado para que no saliera lastimada.

"¡La alcance!" Aether no pudo ocultar su sonrisa al notar como su espada había propinado un profundo corte en la mejilla de la Arconte.

Aunque eso estaba lejos de ser suficiente.

Antes de que siquiera pudiera pensar en su próximo movimiento, Aether fue sorprendido por Zarina cuando se aferró con fuerza al filo de su espada con su mano, haciendo que el recubrimiento de hielo se resquebrajara y comenzara a gotear sangre.

En un principio, el viajero no entendió el significado de esta acción, pero pronto entendió que no era nada bueno al notar la sonrisa que emergió en el rostro de Zarina.

Aether actuó por puro instinto cuando saltó varios metros hacia atrás. Sus reflejos se vieron apremiados al ver como toda su espada se convertía en hielo y se rompía en mil pedazos.

La batalla se vio dividida una vez más cuando los soldados restantes fueron a atacar a Zarina, siendo acompañados por Ayaka, Ayato y Gorou.

Zarina se quedó completamente inmóvil, observando en silencio como todos la habían rodeado, incluyendo al mismo viajero.

"¡Ahora!" Ayato gritó con convicción y todos se abalanzaron sobre ella sin piedad.

Los ojos de Zarina se cerraron por un segundo al mismo tiempo que la pequeña tormenta que la rodeaba se volvía aun más contundente en el momento que invocó su catalizador.

Justo antes de que todos la alcanzaran, la Arconte abrió sus ojos de golpe y un fuerte estallido de poder se sintió en todos los sitios.

"¡CAPULLO HELADO DEL SUPLICIO!"

Un gran capullo de hielo encerró el cuerpo de Zarina por completo, para que luego explotara en miles de pequeñas agujas que salieron volando en todas direcciones.

"¡AAAAAAAHHHHHHHH!"

Todos gritaron en sufrimiento y la fuerza del mismo ataque los mandó a volar en diferentes direcciones, dejando a muchos al borde de la muerte.

Aether fue el único que pudo aterrizar de pie, y sus ojos reflejaron el desconcierto absoluto al ver que Zarina ya se encontraba frente a él con una sonrisa en su rostro.

"¡DOCTRINA DEL SUFRIMIENTO!"

Zarina giró sobre si misma, su cabello brilló de un color celeste y sus brazos se recubrieron de hielo hasta el punto de convertirse en dos látigos Cryo, impactando con mucha fuerza sobre el pecho y abdomen de Aether, generando un fuerte impacto.

Aether apenas pudo dar un par de pasos hacia atrás, completamente aturdido por los golpes que acababa de recibir.

"¡CIEN…!"

Zarina se acercó rápidamente, propinándole otros dos latigazos contundentes en su torso.

"¡LÁTIGOS…!"

La velocidad de los ataques incrementó, generando fuerte estallidos a lo largo del cuerpo de Aether.

"¡DE LA…!"

El viajero no podía hacer otra cosa más que temblar mientras su cuerpo se agitaba como gelatina por cada golpe extremadamente veloz y poderoso que chocaba contra su cuerpo. Los latigazos eran tan poderosos que incluso el Elemento Cryo era capaz de atravesar su cuerpo, generando grandes ondas de choques heladas por doquier.

"¡ADVERSIÓN!"

Los dos últimos latigazos llegaron al mismo tiempo tras esa palabra, creando una gran explosión Cryo que mandó a volar a Aether con tanta fuerza que atravesó una gran cantidad de escombros hasta que chocó contra una casa media destruida que se le cayó encima.

"Con eso debería haber sido suficiente." Los látigos Cryo desaparecieron de sus manos y su cabello dejó de brillar, observando en silencio el lugar donde había aterrizado su enemigo. "No importa que tan fuerte seas, ningún mortal sería capaz de moverse después de recibir tanto daño."

Ajena a lo que estaba sucediendo detrás de ella, Kokomi estaba juntando todos los cuerpos inconscientes de los soldados y sus amigos en un mismo lugar, siendo acompañada por una cosa extraña que tenía la mitad de su cuerpo dentro de una tetera.

Zarina comenzó a avanzar lentamente, para luego detenerse abruptamente al notar como unos escombros se movían.

Sin duda alguna, ella era alguien realmente difícil de sorprender.

Por eso podía decir a ciencia cierta que hace una gran cantidad de siglos que no se había sentido tan desconcertada e impresionada al ver como Aether emergía entre los escombros.

"¿Cómo es posible…?" Ella se detuvo con los ojos bien abiertos. "Ningún mortal debería ser capaz de soportar tanto daño…"

Aether se levantaba lentamente mientras se tomaba el pecho, denotando ciertas partes de su cuerpo que estaban congeladas.

"Oye…" Aether se recompuso como pudo, observando a la mujer con claro dolor. "Para ser honesto, ese ataque fue increíble. Pero no pienso rendirme." La sorpresa de Zarina bajó rápidamente y su rostro reflejó lo que estaba pensando.

"Aunque aún puedas moverte, apenas puedes sostenerte en pie." Zarina dio su punto, cruzándose de brazos. "¿En serio aún quieres continuar con esta lucha inútil? ¿Por qué simplemente no me das la Gnosis y terminamos este absurdo de una vez?"

"Es cierto, la Gnosis…" Aether invocó la pequeña pieza entre sus manos, mirándola con detenimiento.

Al final, una sonrisa muy misteriosa cruzó por su rostro.

"¿No crees que sería interesante poder usar este poder a mi favor?"

Zarina no pudo evitar mirarlo como si fuera un idiota.

"La Gnosis no responde a los deseos de los mortales." Zarina tuvo las esperanzas de cortar sus deseos con esa simple afirmación.

De hecho, ella también lo creía, después de todo era un absurdo que un mortal pudiera usar su poder.

"Sabes, te confundes en una cosa. De hecho, todos se confunden en algo muy importante…" Ese comentario hizo que la Arconte observara al viajero con mucha extrañeza.

Finalmente, el rubio cerró sus ojos y apretó sus puños con fuerza ante la mirada impaciente de Zarina.

"¿Es en serio?" La Arconte no pudo evitar burlarse al ver el intento desesperado de Aether.

"Antes no reaccionaste a mis deseos y ambiciones. Lo entiendo, quizás fui un poco egoísta, o quizás simplemente no cuento con el poder suficiente."

"Pero, por favor, necesito tu ayuda. Necesito ganar más tiempo para que todas estas personas puedan escapar."

"Necesito tu ayuda para que no termines en mano de esa Arconte que podría ser un gran peligro para Teyvat si obtiene más Gnosis."

"Por favor…"

Los ojos de Zarina se fruncieron por un segundo al notar un pequeño rayo que se desprendió del cuerpo de su enemigo.

"¡Por favor…!"

Zarina parpadeó en completo shock al notar como la Gnosis comenzaba a brillar.

"¡PRÉSTAME TU PODER!"

El cuerpo de Aether comenzó a temblar a medida que los escombros a su alrededor se agitaban, hasta el punto de que un pequeño remolino Electro se generó a sus pies.

Zarina no pudo evitar dar un paso hacia atrás cuando el pequeño remolino se transformó en un gran tornado que mandó a volar todos los escombros, llamando la atención de todos los que se encontraban cerca y aún estaban conscientes.

La Gnosis flotante brilló con aun más intensidad y lentamente comenzó a introducirse en el pecho de Aether, haciendo que todos los fragmentos de hielo que se encontraban en su cuerpo comenzaran a resquebrajarse hasta no quedar nada.

"¡¿Cómo es esto posible?!" Zarina tuvo que dar otro paso atrás al sentirse hostigada por la gran presión Electro que azotó toda la ciudad en ruinas. "¡¿Cómo es que la Gnosis puede reaccionar a la voluntad de un mortal?! ¡Y como si eso no fuera suficiente, se ha vinculado por completo con él!" Exclamó con completa estupefacción mientras hacia todo lo posible para cubrirse de las numerosas ventiscas Electro que estaban completamente descontroladas.

Aether volvió a abrir sus ojos. Su cuerpo se relajó y el tornado electrizante desapareció de forma abrupta cuando alzó su mano y la apretó con fuerza. Una tenue aura purpura lo rodeó por completo, haciendo que una sonrisa apareciera en su rostro.

"Gracias por confiar en mí." Aether volvió a alzar su mirada, desapareciendo del sitio y dejando una estela electrizante a su paso.

"¡Que rápido!" Zarina volteó rápidamente su cuerpo, viendo como su enemigo se había colocado detrás de ella en el medio del aire en un abrir y cerrar de ojos.

"¡ESPEDA ELECTROSOMBRÍA!"

Tres poderosas y grandes relámpagos salieron disparados a una velocidad extrema desde la espada creada por el Elemente geo, haciendo que Zarina apretara sus dientes y cruzara sus brazos en X.

Una gran explosión Electro azotó la zona, aunque se pudo presenciar que Zarina había soportado gran parte del impacto gracias a su recubrimiento de hielo, pero aun así sus brazos habían quedado muy magullados.

Los ojos de la Arconte se abrieron de golpe e invocó tres lanzas de hielo en tan solo un segundo, haciendo que una sonrisa salvaje apareciera en su rostro.

"¡No puedes moverte en el aire!" Dicho eso, la mujer arrojó las tres lanzas al mismo tiempo, generando un silbido muy distintivo por lo rápido que se dirigían hacia su objetivo.

Pero justo antes de que pudieran atravesar a Aether, este desapareció dejando un rastro Anemo en su anterior posición.

"¡¿QUÉ?!" Zarina gritó en completa incredulidad al ver como el viajero utilizaba otro Elemento.

Una corriente Anemo se sacudió detrás de su posición, lo que le permitió voltearse justo a tiempo para bloquear un fuerte puñetazo que se dirigía directo a su rostro. Para su sorpresa, el bloqueo no salió como esperaba y terminó siendo arrastrada por el golpe, creando una pequeña línea de destrucción a su paso.

"¡Debo acabar con esto rápido antes de que se convierta en un problema!" Pensó la mujer con dientes apretados cuando materializó otra lanza de hielo.

Aether imitó su acción, aunque era una lanza de piedra.

"¡AAAAAAHHHHHH!"

Ambos gritaron con fuerza y arrojaron sus lanzas lo más fuerte posible, creando una estela de los respectivos elementos a su paso.

Las lanzas chocaron con fuerza en medio del camino, generando una Reacción Elemental que creó un gran cráter en la zona de impacto.

Tanto Aether como Zarina se apresuraron para tomar sus armas una vez más, y una vez que lo hicieron, no detuvieron su carrera.

Las dos figuras borrosas chocaron con fuerza y el sonido distintivo del metal resonó por doquier, creando otra pequeña explosión que mandó una gran cantidad de escombros a volar.

Aether y Zarina se detuvieron con cierta dificultad, dándose la media vuelta al instante para volver a enfrentarse.

El viajero apretó con fuerza sus dientes, y su traje adquirió una mezcla de colores realmente extraños cuando invocó una lanza Geo que estaba rodeada por Electro y Anemo.

Los ojos de Zarina se agrandaron a más no poder tras ver como el cuerpo de Aether se rodeó del Elemento Geo, Anemo y Electro al mismo tiempo.

"¡AAAAAAHHHHHHH!"

Aether gritó con pura euforia cuando comenzó a correr hacia su objetivo, cada paso que daba destrozaba el suelo por la gran energía desbordante que emanaba de su cuerpo.

"¡Esto es malo!" Pensó Zarina muy alarmada, invocando su catalizador al instante. "¡Si logra golpearme con tres Elementos al mismo tiempo, ni siquiera mi cuerpo será capaz de soportar tanto daño si no actuó rápido!"

"¡TOMA ESTO!"

Aether inclinó su lanza hacia adelante lo más fuerte que pudo, observando como el Elemento Cryo comenzaba a recubrir todo el cuerpo de su enemiga.

"¡CAPULLO HELADO DEL SUPLICIO!"

Signora y Scaramuccia observaron con gran estupefacción como una gigantesca explosión de Elementos se elevó por los aires, obligándolos a retroceder varios metros. Bueno, en realidad, no solo retrocedieron, más bien salieron volando por el fuerte impacto que presentó el ataque.

La nube de polvo gigantesca fue acompañada por los cientos de escombros que salieron volando fuera de la ciudad, causando aun más destrucción a su alrededor.

Después de varios segundos que parecieron infinitos, la destrucción, los temblores, y el sonido ensordecedor por fin estaban cediendo, dejando una enorme nube de polvo en su posición.

Signora y Scaramuccia se levantaron lentamente. Era imposible no toser por la cantidad de polvo que había en el ambiente.

"¡¿Qué demonios está sucediendo?! ¡Primero ese enorme tornado de rayos y ahora esta explosión sin precedentes!" Exclamó Signora con gran consternación, y su compañero Fatui compartía esa sensación.

"Lo más importante ahora es comunicarle a Zarina-Sama que no encontramos ningún sobreviviente." Comentó Scaramuccia, quien sacudía su mano en un pobre intento de disipar el denso polvo de la zona.

Ambos Fatuis se abrieron paso como pudieron, ya que no se veía absolutamente nada.

Aunque de hecho hubo algo que les pareció mucho más curioso…

"Mientras más nos adentramos, menos indicios de destrucción hay." Comentó Signora con cierto recelo.

"Eso indica que el choque fue tan grande que terminó de limpiar la zona. Ahora ni siquiera quedan escombros por aquí…" Comentó Scaramuccia, quien se vio obligado a detener sus pasos al notar que había un gran agujero que llevaba a una caída realmente profunda.

"Ten cuidado por donde pisas." Declaró Signora, quien lo acompañaba de cerca. "¿Crees que ella haya utilizado la otra Gnosis?"

El silencio de Scaramuccia dejó más que evidente cuál era su respuesta.

El polvo por fin comenzó a ceder, por lo que lentamente se pudo presenciar un terreno completamente lizo y ahuecado, como si hubiera caído un meteorito para luego desaparecer, dejando eso como única pista de su existencia.

También se podía agregar que había un gran hueco en el centro del ataque que llevaba a una larga y tendida caída hacia el acantilado que se encontraba debajo de la ciudad.

Lo único que sobrevivió del poderoso ataque fueron las zonas lejanas de Inazuma y el imponente Tenshukaku, aunque ahora se había reducido a nada más que escombros.

Signora y Scaramuccia subieron lentamente por donde antes estaban las escaleras que llevaban al hogar de la Shogun, y lo primero que vieron fue a cierto rubio tirado en el suelo con heridas graves y diversas púas de hielo incrustadas en su cuerpo, aparentemente en estado de inconciencia.

Esa atención se llevó a un segundo plano tras escuchar diferentes quejidos. La figura de Zarina se alzó lentamente entre el polvo restante, revelándose como la victoriosa.

"Nunca pensé que podría pasar algo como esto." Zarina se acercó a paso lento, y los ojos de Signora y Scaramuccia se ensancharon en shock. "Para ser un mortal, me diste muchos más problemas de lo que pensaba." Ella continuó acercándose un tanto tambaleante al cuerpo inconsciente de Aether con una sonrisa. "De hecho, estoy dudando que realmente seas un mortal…" Su caminata se detuvo al notar como sus dos creyentes devotos la estaban observando con esa expresión completa de perplejidad y conmoción.

"Oigan, decidí volver por todo este gran espectáculo que estuvieron…" Tartaglia detuvo su habla al instante cuando enfocó su mirada en Zarina.

"¿Por qué me…?" La Arconte Cryo no pudo terminar su pregunta, ya que su vista se volvió borrosa.

Ella tuvo que cubrirse la boca cuando tosió. Una toz realmente dolorosa.

Su visión se tornó aun más borrosa al notar que su mano estaba cubierto de sangre.

Su mirada bajó lentamente, y un dolor agudo cruzó por todo su cuerpo al notar como la lanza Geo estaba atravesando el costado de su abdomen de par en par, emanando rayos circunstanciales.

Zarina tomó la lanza con ambas manos, y antes de que pudiera hacer otra cosa ella tosió sangre una vez más para luego caer al suelo en un sonido sordo.

"¡Majestad!" Signora gritó con preocupación cuando corrió en su ayuda al igual que Scaramuccia, mientras que Childe solo podía mostrar su enorme confusión por todo lo que estaba pasando.

"¿Cómo pudo suceder esto?" Signora cargó a Zarina con gran cuidado entre sus brazos, viendo que la Arconte apenas estaba consciente.

"La Gnosis…" Zarina extendió su débil brazo hacia el viajero, haciendo que la atención de los Heraldos se desviara hacia él.

En ese momento, la aparente inconciencia de Aether se reveló como un truco cuando los miró, revelando una sonrisa triunfal en su rostro.

No era para menos, ya que había una tetera que estaba flotando justo a su lado.

"¡Idiota, no dejes que escape!" Scaramuccia le gritó a su compañero, viendo que él era el que más cerca se encontraba.

Tartaglia se dio la vuelta, observando como la tetera ya había absorbido el cuerpo del viajero.

Pero aún estaba la tetera.

Childe no dudó en correr hacia ella, creando un gran ataque Hydro con la esperanza de destruirla, pero la Relajatetera desapareció justo antes sin dejar rastro alguno.

Tartaglia cayó al suelo y lo golpeó con mucha fuerza.

"¡¿Cómo es que todo pudo salir tan mal?!" Childe enfocó su mirada en Signora y Scaramuccia, quienes no se mostraron para nada felices ante esa pregunta.

"Quizás nada de esto hubiera salido así si no se debía por tu irresponsabilidad." Signora comentó con claro desdén.

"No es momento para esto." Scaramuccia interrumpió la pronta discusión con un suspiro, para luego enfocar su mirada en la Arconte inconsciente.

"Tenemos que tratar sus heridas."

¡FINAL DEL CAPÍTULO!

¡Espero que lo hayan disfrutado!

De momento esta será la última batalla en una buena cantidad de capítulos. Lo más probable es que de ahora en adelante vean escenas no muy largas de entrenamiento y demás cosas que se desarrollaran para preparar a Aether y todo el equipo por lo que sucederá en el futuro.

Aún tengo pensado desarrollar a más personajes de Inazuma que todavía no aparecieron. Pero primero tengo que hacer una buena construcción con lo que ya hicieron acto de presencia, ya que en estos dos capítulos tuve que meterlos muy de lleno, y después de todo lo sucedido es obvio que tendrán un enfoque diferente. Obviamente tendré que explicar que estuvieron haciendo esos personajes faltantes durante la destrucción de Inazuma.

No olvides seguirme en Patre-on para estar atento a cualquier actualización, avisos o cualquier otra cosa que tenga que ver con mis historias. No habrá ningún otro lugar en donde estarás tan informado como allí. Puedes buscarme como Jyanzein. También acepto donaciones, pero eso no es obligatorio y depende de cada persona.

Si alguien tiene alguna pregunta, no dude en hacerla. Siempre respondo absolutamente todo.