¡Aquí me presento con el final de este capítulo doble!

Bueno, se vendrán varias cosas en este capítulo. Notaran un avance notorio no tanto en la relación, pero si en la recuperación de los personajes. Obviamente como leyeron en el capítulo anterior, también seguirán introduciéndose nuevos personajes.

Creo que la temática que quería imprimir en los primeros capítulos ya está lograda, por lo que desde este capítulo las cosas pueden comenzar a avanzar más rápido en todos los sentidos.

Sin nada más que agregar, comencemos.

¡Disfruta!

Kokomi permaneció en completo silencio mientras tocaba diferentes zonas del pecho expuesto de Aether. Ambos se encontraban en el dormitorio del viajero, haciendo el típico control matutino de sus heridas.

"¿Ya revisaste a Ei?" Aether rompió el silencio, ganándose una corta mirada por parte de Kokomi.

"¿Ei? ¿Te refieres a la Shogun Raiden?" La mujer parpadeó, mostrando su falta de costumbre ante la mención del verdadero nombre de la Diosa Arconte. "Ella está bien. Bueno, no ha mejorado, pero supongo que me entiendes…" Kokomi reanudó su labor, dejando una respuesta más que clara.

"¿Cuánto crees que puede tardar?" Preguntó con un poco de ansiedad.

Ya estaba harto de tener que guardar reposo y no hacer ninguna actividad física que lo exija demasiado.

"¿Te refieres a ti o a ella?" Kokomi lo volvió a mirar.

"Ambos." Comentó con simpleza, haciendo que Kokomi bajara su mirada, pensando en que respuesta entregarle.

"Respecto a la Shogun Raiden, es complicado…" Su respuesta abstracta dejó a Aether con muchas dudas, y ella lo notó. "Lo que quiero decir es que no estoy acostumbrada a tratar con cuerpos divinos. Ella debería estar muerta, pero su cuerpo divino lo soportó y ahora se está curando a una gran velocidad, pero no sé cuánto tiempo pueda tardar en sanar. Como dije, sus heridas eran muy profundas y mortales, incluso para una Diosa." Comentó, llevando una mano a su mentón. "Pero últimamente he notado que la Energía Elemental que expulsó de su cuerpo lentamente se está regenerando. Quizás ese proceso podría acelerar su curación debido a que prácticamente ella está hecha de ello, pero no tengo la menor idea." Concluyó, para luego fijar su mirada en Aether. "En cuanto a ti, tengo buenas noticias."

Esas palabras, y la sonrisa de Kokomi hizo que los ojos de Aether brillaran con esperanza.

"¿Ya podré salir?" Cuestionó el joven con mucha energía.

"Tu cuerpo aún no se ha recuperado por completo, pero creo que podrías hacer algunas actividades que no sean muy exigentes." Kokomi no pudo evitar expulsar una risita al ver como Aether se levantó de la cama mediante un salto cubierto de emoción.

"¡Genial!" El viajero exclamó con felicidad cuando observó su figura en el espejo cercano, viendo como las heridas grandes de su pecho ahora estaban casi cerradas. "¡Eso significa que podré ayudar a Kaeya con su trabajo de hoy! ¡Hablando de eso…!" Los ojos de Aether se ensancharon ante las últimas palabras cuando tomó su camisa mediante un rápido movimiento y corrió hacia afuera del dormitorio.

"¡Tengo que irme ahora antes de que se vaya sin mí! ¡Gracias por tu ayuda, Kokomi!" La mencionada tan solo negó con la cabeza ante el apuro de su amigo.

"Le dije que no hiciera actividades exigentes. Creo que solo escuchó la parte que le convenia." Pensó la mujer con ligera gracia.

Su mirada divertida cambió a una que solo reflejaba una gran cantidad de curiosidad, y, sobre todo, confusión.

"Pero, aún no puedo entender como es que se recuperó tan rápido…"

_ CAPÍTULO 6: ¡EL ONI LUCHADOR! _

"¿Qué demonios es eso?" Preguntó uno de los hombres que llevaba un sombrero puntiagudo.

"¿Será un Escaradiablo gigante?" El oni agregó otra pregunta, aunque el hombre se veía mucho más asombrado que confundido ante lo que estaba viendo.

"Yo diría que se asemeja más a una cucaracha." Comentó la única mujer del grupo, observando tal escena bizarra con los ojos en blanco.

Aether se encontraba trepando los escombros del Tenshukaku boca abajo, probablemente ni siquiera él sabía como había llegado a esta posición tan complicada.

"Oh, hola." Fue la simple respuesta del viajero tras ver como nuevas personas aparecían justo enfrente del enorme boquete que había dejado aquella intensa batalla.

"Hola." El oni saludó, siendo el que menos afectado se veía ante todo el asunto.

"No hay nada en la cima." Ignorando las miradas aturdidas que lo observaban como si fuera un bicho raro, Aether saltó desde la cima de los escombros, alarmando a los 5 recién llegados.

Todos corrieron para atraparlo, pero su sorpresa fue más que grande cuando unos planeadores violetas aparecieron sobre su espalda, lo que le permitió aterrizar sin ningún tipo de problemas.

"¿Eres un ladrón de tesoros?" La mujer desvió su mirada hacia los cofres y la gran cantidad de moras que estaban acumuladas en un sitio. "Lo siento, pero estas cosas siguen siendo propiedad de Inazuma." El ambiente se puso un poco áspero de repente, pero Aether ni siquiera se inmutó.

De hecho, él les sonrió.

"No se preocupen. No estoy robando nada. De hecho, se los voy a devolver a sus dueños." El comentario de Aether llamó mucho el interés de las 5 personas.

"¡¿Eso quiere decir que hay sobrevivientes?! ¡¿Sabes lo que pasó aquí?! ¡¿En dónde se encuentran?!" El oni lo agarró de los hombros con fuerza, haciendo que Aether se sintiera bastante abrumado por la gran cantidad de preguntas.

"¿No crees que primero deberíamos presentarnos?" La mujer llevó una mano sobre la cintura del oni, haciendo que este la mirara con confusión.

De pronto notó que estaba molestando al viajero, por lo que rápidamente dio un paso hacia atrás con una sonrisa apenada.

"Lo siento por eso. Mi nombre es Arataki Itto. Soy el jefe de la Banda Arataki, y ellos son los integrantes…" El ahora reconocido como Itto señaló a los tres integrantes masculinos. "Akira, Genta y Mamoru. Este de aquí es nuestro miembro auxiliar, Ushi." Aether tuvo que admitir que se sorprendió cuando un toro en miniatura se posó al lado del oni, y, como si fuera poco, le entregó un bufido como si lo estuviera saludando. "Por último, pero no menos importante: ella es Kuki Shinobu, la gran e increíble subjefa de esta banda." Al final, Itto se notaba bastante orgulloso de hacer la presentación de todos sus compañeros y amigos.

"Es un placer. Mi nombre es Aether. Soy un viajero y aventurero que participó de la última guerra de Inazuma." Comentó, inclinando un poco su cabeza en señal de saludo.

"¿Una guerra?" Preguntaron todos al mismo tiempo, y el hecho de que la siempre sonrisa de Aether haya desaparecido dejaba bien en claro que era algo muy serio.

"¿Pertenecen a Inazuma?" Todos asintieron tras la pregunta. "Entonces supongo que ya estaban al tanto de los grandes conflictos que había entre el Shogunato de Inazuma y la Resistencia Sangonomiya."

"No me digas que…"

"Si, la guerra llegó hasta la ciudad. Pero la realidad es que la intervención de un tercero hizo que las cosas terminaran tan mal." Aether interrumpió a Itto, observando el panorama completamente desolado. "Ellos aniquilaron más de la mitad de la población. O más bien, ella lo hizo…"

"¡¿La mitad…?!" Itto se quedó completamente estupefacto, sin poder creer lo que acababa de oír. Sus compañeros estaban igual de afectados, e incluso más, ya que ni siquiera pudieron reaccionar ante tal declaración.

"Es una larga historia." Comentó Aether, observando los escombros del Tenshukaku. "Si quieren, puedo llevarlos con los sobrevivientes. Pero me vendría bien una ayuda aquí ya que los escombros que cubren los calabozos y la bóveda son realmente pesados. Tengo un amigo, pero se está encargando del gran Templo Narukami." Concluyó, y Kuki no pudo evitar mirarlo con los ojos muy ensanchados.

"¿El templo también fue atacado? ¿Las sacerdotisas están bien?" Al notar la preocupación de la joven, Aether no pudo evitar mirarla con cierto pesar.

"Lo siento, la única que sobrevivió fue Yae." Esas palabras recayeron sobre Kuki como un pesado bloque de concreto.

"Por cierto, ¿cómo es que aún estaban aquí y nadie los encontró?" Preguntó Aether para desviar el tema. "Por lo que tengo entendido, Yae y Sara enviaron un pequeño grupo de rescate para llevar a todas las personas que aún estaban en las islas." Comentó, haciendo que todos miraran a su líder, quien no pudo evitar ponerse un poco nervioso.

"Hace poco más de un mes nuestro jefe escuchó que hubo una aparición de un Escaradiablo tan grande y temible como nunca antes en la historia cerca de las ruinas subterráneas de Watatsumi. Estuvimos allí muchísimo tiempo, pero al final no encontramos nada." Comentó Kuki, para luego fijar su mirada en Itto mientras se cruzaba de brazos. "Le dije que ese lugar no era el hábitat natural de los Escaradiablos, pero no quiso escucharme."

"¡Lo sé, lo sé! ¡¿Cuántas veces debo disculparme?! ¡Incluso el jefe de la banda puede equivocarse a veces!" Exclamó Itto mientras se frotaba el cabello con mucha vergüenza.

"Si estuvieron en las ruinas subterráneas, eso lo explica todo…" Comentó Aether en voz alta cuando se inclinó de hombros. "En fin, ¿pueden ayudarme?" Los 5 no dudaron en asentir cuando se acercaron a los escombros para comenzar a quitarlos.

Estuvieron mucho más tiempo de lo que hubieran pensado. Probablemente fueron unas tres horas, incluso con la fuerza extrema que poseían Itto y Aether, mucho más el primero. El viajero pudo notar esto, por lo que no pudo evitar interesarse en la gran fortaleza física del oni.

En ese tiempo Aether pudo descubrir que la Banda Arataki era un grupo muy importante en Inazuma que ayudaba a todos siempre que pudieran.

O bueno, eso es lo que le dijeron los miembros, a excepción de Kuki quien prefería mantenerse en silencio.

Aether no pudo evitar pensar que era algo extraño que nunca antes haya escuchado de esta banda, pero lo atribuyó al poco tiempo que había estado en la ciudad.

No pasaron mucho tiempo juntos, Pero Itto se las arregló para caerle muy bien a Aether, y viceversa.

_SALTO DE LINEA_

Relajatetera

Unas horas más tarde…

"Me preguntaba cuando aparecerían." Comentó Sara, viendo a los recién llegado. Sus dedos golpeaban el escritorio de madera, indicando que tampoco estaba muy feliz de verlos.

Algo que sin duda confundió a Aether, ya que una banda tan reconocida y honorable debería ser recibida de otra manera, y no con esa frialdad.

"¿Cómo les fue con los tesoros?" Yae fijó su mirada en Kaeya y Aether, ignorando a los nuevos invitados por el momento.

"Ellos ayudaron mucho al Caballero Honorario. Las ruinas del templo fueron fáciles de manejar, por lo que no tuve muchos problemas." Kaeya entregó el informe con su típica sonrisa.

"¿Ellos ayudaron?" Sara miró al grupo con desconfianza, pero antes de que pudiera incomodarlos, Yae colocó una mano sobre su hombro.

"¡Vamos! ¿Es esa la forma de agradecer la ayuda?" Yae la reprendió a su manera burlona, haciendo que Sara refunfuñara por lo bajo.

"Tiene razón, gracias por la ayuda." Sara bajó su cabeza en señal de respeto.

Hubiera esperado que Itto reaccionara con una de sus típicas carcajadas, pero el oni se mantuvo en completo silencio ante la sorpresa de muchos.

"Si me disculpan, tengo que atender el almuerzo de Ei. Nos vemos más tarde." Estás últimas palabras fueron dirigidas a Itto, quien tan solo pudo asentir torpemente ante la obvia insinuación de encontrarse en otro momento.

Aunque su torpeza se debía a otra cosa.

"Así que no era mentira que él estaba cuidando a nuestra Arconte…" Comentó Itto en un susurro, aunque todos fueron capaces de escucharlo.

"¿Me ayudan a acomodar los tesoros en la bóveda?" Kaeya notó la mirada de Yae, llevándose a los tres hombres rápidamente para dejar solo a Itto y Kuki con Sara y Yae.

"Si hubiera estado en ese momento…" Los puños y los dientes de Itto se apretaron con impotencia.

"No hubieras hecho nada." La respuesta cortante de Yae hizo que el oni la mirara. "Esta no fue una guerra normal. Fue una batalla entre Arcontes." Los ojos de Itto y Kuki se ensancharon a más no poder tras la revelación.

"¿Eso quiere decir que nuestra Arconte luchó contra otro Arconte?" Preguntó Kuki en shock.

"La Emperatriz de Hielo." Fue la simple respuesta de Yae, quien observó como los dos reaccionaban ante la información.

"Pero, ¿por qué lo hizo? ¿Qué es lo que buscaba?" Preguntó Itto con algo de fastidio.

"Por lo que sabemos, ella está en busca de las Gnosis. El motivo es desconocido." Concluyó Sara, sin despegar la mirada de sus papeles.

"¿Y la consiguió?" La pregunta clave fue hecha por Kuki, recibiendo un negar de cabeza por parte de Yae.

"La Gnosis aún sigue con nosotros. Y no se preocupen, está muy bien resguardada."

_SALTO DE LINEA_

Relajatetera

1 hora más tarde…

"Hace mucho tiempo que no sentía esto." Ei cerró sus ojos, dejando que su cabello sea arrastrado por la pequeña briza que se presentaba en la azotea de la mansión. "Ya sabes, ese sentimiento tan único que recorre sobre tu cuerpo. Algo tan simple que puede trasmitir una gran cantidad de sensaciones, así es el aire." Ei volvió a abrir sus ojos, inclinando su rostro hacia atrás para mirar a Aether, quien tenía todo el rostro cubierto por su largo y descontrolado cabello purpura. "Me había olvidado la cantidad de paz y tranquilidad que podría otorgarte algo tan simple como esto." Concluyó, esbozando una leve sonrisa al ver como Aether hacia todo lo posible para quitarse el cabello del rostro.

"Es una buena forma de explicar el sentimiento de libertad, aunque aún estés encerrada dentro de una tetera." Comentó Aether, por fin atrapando su cabello y creando una liga Geo para que lo sostuviera.

Ahora, con su nuevo estilo de peinado que representaba una cola de caballo, Ei lo miró con suma curiosidad.

"Ahora que lo dices, es la primera vez que puedo ver este entorno con libertad." Comentó la Diosa, notando las numerosas construcciones que se alzaban sobre muchas islas flotantes conectados por puentes mágicos, aunque sin duda la isla más grande era en donde se encontraban ahora mismo. "Se parece al Plano de la Eutimia, ¿esto lo hiciste tú?" Preguntó, mostrando aún más curiosidad.

"Fue un regalo. Hay mucha gente interesante en Liyue." Fue la respuesta de Aether, quien dejó pensativa a Ei.

"Ahora que lo dices, creo que esto es magia adeptica." El comentario de la Diosa se ganó una mirada algo sorprendida por parte de Aether.

"¿Conoces a los Adeptus?"

"Hace mucho tiempo fui amiga de Rex Lapis, creo que los mortales lo conocen más como Morax." Comentó la Arconte, haciendo que Aether pusiera sus ojos en blanco.

"En realidad, para mi es Zhongli. Pero creo que no es una parte de la historia que ella sepa…" Pensó el viajero.

"No tuve mucho contacto con los Adeptus, pero supe que eran personas muy cercanas a Zhongli, incluso desde antes de la Guerra de los Arcontes. Él me explicó mucho sobre lo que hacían, parecía muy orgulloso. Pero, para ser sincera, a día de hoy no recuerdo mucho más aparte de la magia adeptica." Comentó Ei con sinceridad.

"¿Cuándo fue la última vez que hablaste con Zhongli?"

"¿Zhongli?"

"Quise decir Morax."

Ei se mantuvo en silencio por unos pocos segundos, intentando recordar cuando fue la última vez que habló con el hombre.

"No lo recuerdo. Creo que fue después de que la Guerra de los Arcontes terminara." Comentó, ganándose una mirada bastante peculiar por parte del viajero.

"¿Sabes que hasta el final de la guerra y el comienzo de tu encarcelamiento autoimpuesto tiene un margen de 1500 años?" La pregunta de Aether hizo que Ei se sonrojara de vergüenza.

"No es mi culpa. Es muy difícil recordar. Aunque la guerra haya terminado, eso no significaba que las disputas y los problemas desaparecieran por obra de magia. Todos los Arcontes estaban muy ocupados como para reunirse tan solo para celebrar una vieja amistad." Comentó Ei con un leve suspiro, recordando todos los horrores que tuvo que superar en el pasado junto a su hermana fallecida. "Además, no son tiempos que quiera recordar." Su tono final sonó bastante cortante, probablemente tenía algo que ver con haber recordado a su hermana.

Aether notó algo de eso, aunque no la razón principal. De todas formas, encontró su manera de hacerla olvidar cuando comenzó a jugar y acariciar con su cabello, algo que la relajó bastante.

Curiosamente, Yae tenía mucha razón.

Tratar con Ei era como tratar con una niña, obviando el hecho de que era una Diosa mujer que tenía un cuerpo muy esbelto y un rostro demasiado hermoso.

Aether negó con la cabeza para dispersar esos extraños pensamientos que aparecieron en su cabeza.

"¿Hubo algún otro Arconte con el que te llevaras bien?" Él preguntó, desviándose del tema principal para no hacerla sentir mal.

"Hum, solo Barbatos. No me llevaba mal con los demás, pero tampoco bien. Solo era una relación formal." Comentó la Diosa, recibiendo un leve asentimiento por parte de Aether.

"¿Te gustaría volver a verlos?" La pregunta tomó por completa sorpresa a Ei, quien lo miró con los ojos ligeramente ensanchados.

"¿Estás en contacto con ellos?" Preguntó con mucho interés.

"Algo así. Hace un tiempo que no hablo con ellos, pero estoy seguro que estarán encantados de venir a verte. Especialmente Barbatos, ya que siempre está desocupado." Comentó el rubio sin poder ocultar su risita, recordando al bardo borracho.

"Ya veo…" Ei miró al cielo, o más bien, ese extraño agujero lumínico dorado que funcionaba como un sol. "Supongo que los Arcontes en las demás regiones ya no son tan importantes como hace 500 años…"

"Depende de cada región." Comentó Aether, ganándose la atención de la mujer. "Mondstadt es la ciudad de la libertad, y como tal no necesitan a un rey para gobernarlos, por lo que Barbatos no tuvo problemas en alejarse del mandato. Liyue es la ciudad del comercio y los contratos, y como típico viejo cascarrabias, Morax no pudo adaptarse al presente, por lo que en esas situaciones es mejor dejar las cosas a la nueva juventud, es decir, a los mortales." Declaró Aether, recordando sus aventuras vividas en ambas regiones. "No sé como funcionaran las demás regiones, pero Inazuma es una región guerrera, de luchadores. Creo que es obligatorio que tengan una referente máxima como la Shogun Raiden para que sigan desarrollándose y, sobre todo, expandiéndose. Espero que no se lo vuelvas a negar." Las últimas palabras salieron en un tono de burla, algo que volvió a avergonzarla.

"No pienso recorrer el mismo camino, ya aprendí de mis errores." Comentó Ei con completa seriedad y convicción.

"Si, ya lo creo…" Comentó Aether con una sonrisa burlona, haciendo que Ei lo mirara de mala gana. "Si las miradas mataran, ya me hubieras matado una gran cantidad de veces." Concluyó, riéndose al final.

Ei no tuvo otra opción más que seguirle el ritmo, tarareando una dulce risita melodiosa.

Ambos se quedaron en silencio, viendo como los habitantes de Inazuma seguían trabajando arduamente, completamente exentos de sus miradas ya que todos se encontraban demasiado centrados como para alzar la mirada y descubrirlos.

"Ahora que puedes hacer algunas actividades, supongo que ayudaras a la construcción." Comentó Ei, iniciando otro tema de conversación.

"No es así." Esa respuesta sorprendió a Ei, y dicha sorpresa aumento aún más cuando la tomó del regazo con la intención de girarla. "De hecho, quiero hablar de eso contigo." Estando frente a frente, Ei tan solo asintió con mucha curiosidad. "Voy a entrenar. Quiero intentar algo con todos los Elementos que poseo, y también quiero saber cómo funciona la Gnosis." Esas palabras tomaron desprevenidas a Ei, quien lo observó con los ojos muy ensanchados.

"¿Por qué quieres saber cómo funciona una Gnosis?"

"No sé como explicar esto, pero…" Aether se frotó el cabello con cierto nerviosismo. "Tu Gnosis reaccionó de una manera extraña cuando estaba a punto de perder contra Zarina, y me otorgó una gran cantidad de poder elemental y físico cuando se introdujo en mi cuerpo."

Si antes estaba sorprendida, decir que ahora estaba impactada era un eufemismo.

Su cara en completa conmoción dejaba en claro que no podía creer lo que había escuchado.

"¿Es una broma? La Gnosis no puede fusionarse con el cuerpo de un mortal." Comentó Ei, por fin saliendo un poco de su estupor.

"Si no me crees, hagamos esto fácil: dime como quitármela." Comentó, pero Ei apenas reaccionó. "Quiero decir, cuando Yae me la dio, estaba afuera de tu cuerpo. Supongo que hay una manera de quitarla, ¿no? También recuerdo que Zarina había mencionado algo al respecto." La Diosa continuó en silencio, era evidente que se encontraba muy impactada.

"…"

"…"

"…"

"¿Ei?" Aether rompió el silencio, y ella por fin salió de su burbuja tras escucharlo.

"Solo debes pensar en la Gnosis. Piensa que la quieres fuera de tu cuerpo." Aether asintió y cerró sus ojos.

Ese momento hizo que Ei lo observara con mucha expectación, ya que aún no era capaz de creer lo que estaba escuchando.

Por eso es que su jadeo cubierto de sorpresa resonó aun más fuerte que ese pequeño sonido relampagueante que emergía de la Gnosis que lentamente estaba abandonando el pecho de Aether.

Finalmente, el rubio abrió sus ojos y la Gnosis cayó sobre su mano. Éste la observó con una sonrisa, ignorando por completo la cara que le estaba entregando Ei.

"Ahora podré estar tranquilo al saber que puedo controlarla a voluntad. Gracias por la ayuda." Aether le entregó una sonrisa a la aturdida Ei, quien apenas fue capaz de responder con un asentimiento.

"¿Cómo-cómo es que sucedió esto?" Preguntó Ei, apenas siendo capaz de hablar.

"No lo sé, simplemente reaccionó a mis deseos, o eso dice Yae." Aether se inclinó de hombros con naturalidad, ignorando por completo el hecho de que esto estaba muy lejos de ser algo natural.

Antes de que Ei pudiera decir algo más, el viajero la cargó con fuerza.

"Es hora de volver. Me gustaría comenzar con mi entrenamiento." Comentó Aether, fijando su mirada en Ei. "Volveré a la tarde." Concluyó, comenzando a caminar con la Diosa en brazos.

Ella tan solo pudo mirarlo con torpeza.

Se suponía que una Gnosis nunca entraría en el cuerpo de un mortal, ni mucho menos que respondiera a sus deseos.

Era imposible.

Pero él estaba allí de nuevo, rompiendo cualquier pared que lo supuestamente "imposible" construía frente a él.

_SALTO DE LINEA_

Relajatetera

Unas horas más tarde…

"¡AAAAAAHHHH!" Akira se acercó lo más rápido que podía para golpear a Aether, quien lo esperaba relajado en medio de esa isla desolada.

Aether lo recibiría desviando su puñetazo sin muchos problemas para luego empujarlo con su otra mano con fuerza, haciendo que se tambaleara hacia la derecha hasta que cayó de cara al suelo. El viajero se dio la media vuelta al instante y utilizó el impulso del movimiento para darle una fuerte patada a Genta que lo desestabilizó y lo mandó directo al suelo. Luego dio una gran voltereta hacia atrás para esquivar el ataque de Mamoru, quien lo observaba con gran cansancio.

Aether se tomó una pequeña pausa para quitarse el sudor de la frente, indicando que había estado entrenando ya desde hace mucho tiempo.

Su mirada se desvió hacia atrás tras sentir como sus otros dos contrincantes se levantaban del suelo lentamente, haciendo que una sonrisa apareciera en su rostro.

"¡AAAAAHHHHH!" Al pensar que estaba distraído, Mamoru intentó sorprenderlo, pero él fue quien terminó sorprendido cuando Aether le dio un fuerte codazo en el brazo casi sin mirarlo.

Su golpe no solo se desvió y fracasó, también recibió una fuerte patada que lo mandó un poco lejos.

Los ojos de Aether se fruncieron cuando atrapó los dos puñetazos que iban dirigidos sobre su espalda. Aether los atrajo entre si hacia el frente con mucha fuerza, haciendo que Genta y Akira chocaran con mucha fuerza. Ambos dieron un pequeño grito ahogado de dolor cuando cayeron rendidos al suelo.

Pero, justo en ese momento, pudo sentir como una hostilidad y poder mucho mayor se alzaba detrás de él, por lo que rápidamente se dio la media vuelta para responder con un puñetazo. Y esta vez, no contuvo su fuerza.

Un leve temblor agitó toda la isla junto con la poderosa ventisca generada cuando el golpe de Aether chocó contra los antebrazos de Itto.

Kuki observaba toda la batalla desde lejos, su cabello se agitó con fuerza por lo que acababa de suceder. Aunque la mascara cubriera sus labios, solo necesitabas ver sus ojos para saber que estaba muy impresionada al ver como un humano aparentemente normal poseía una fuerza un poco similar a la de su jefe.

"¡Oh, si, si!" Exclamó Itto con una sonrisa afilada cuando rompió la defensa y tomó la mano de Aether. "¡Hace mucho tiempo que no tenía un combate tan interesante!" Exclamó cuando lo inmovilizó, con la esperanza de darle un contundente puñetazo en el rostro.

Los ojos de Aether se agrandaron tras notar como el puño más grande que su cara se acercaba a una gran velocidad. Sus dientes se apretaron cuando apenas pudo mover su rostro hacia un lado, sintiendo como la briza creada por el golpe pasaba por su mejilla.

"¡Ven aquí!" Al ver que su ataque había fracasado, Itto lo intentó encerrar en un abrazo de oso, muy, pero muy poderoso.

Aether era bastante escurridizo, y sumado a su toque habitual de suerte, pudo escapar de una derrota inminente cuando tomó al oni de los mechones de su cabello, haciendo que este se quejara del dolor cuando el rubio los utilizó como impulso para saltar sobre su gran cuerpo antes de que pudiera atraparlo por completo. Aether aprovechó esta oportunidad para darle una fuerte patada descendente en la espalda mientras aún estaba en el aire. El fuerte choque volvió a expandirse sobre la isla, y en esta ocasión Itto perdió su equilibro hasta estar a punto de caer de rodillas.

Aether tomó una distancia segura cuando aterrizó, dando varias volteretas hacia atrás. Itto se recompuso lo más rápido que pudo y se dio la media vuelta, observando al viajero con esa sonrisa afilada aún en su rostro.

"Eres muy rápido, pero no podrás escapar por siempre." Comentó el oni, entrando en postura de batalla mientras hacia un gesto con su mano.

Un gesto que claramente era provocativo, y Aether no lo pudo pasar por alto.

El viajero sonrió, para luego ponerse serio y acercarse a una gran velocidad.

Pequeñas ondas de choque se presentaron alrededor de sus golpes, o más bien, bloqueos, ya que Itto estaba bloqueando todos los ataques con sus brazos, hasta que finalmente sucedió.

"¡Una abertura!" Gritó el oni con mucha energía cuando agitó su puño hacia el rostro de Aether, quien no pudo evitar apretar los dientes cuando apenas fue capaz de mover su cuerpo hacia un costado para esquitar el ataque.

Sus ojos se ensancharon aún más cuando otro puñetazo iba dirigido a su rostro. Pudo moverse a tiempo, pero en esta ocasión sintió como el ataque rosó su mejilla. El otro ataque convirtió las arremetidas en Itto en un frenesí intenso, por lo que Aether comenzó a sentirse abrumado cuando apenas fue capaz de bloquear el tercer ataque, ya que la fuerza del oni era superior a la suya. Por lo tanto, su postura vaciló y no pudo hacer nada cuando una fuerte patada lateral le golpeó el pecho con una fuerza sin igual.

Uno de sus ojos se cerró con mucho dolor cuando la fuerte onda expansiva golpeó la zona mediante una fuerte briza. No tardó ni un segundo en salir volando por el fuerte impacto, pero aún así encontró el suficiente equilibrio en si mismo para dar una voltereta en el aire y aterrizar de pie. Sus pies se arrastraron por un corto momento, hasta que se detuvo cerca del final de la isla.

"Je-jefe…" El momento auge de la batalla fue interrumpido por Mamoru, quien aún estaba tirado en el piso.

De hecho, esto hizo que Kuki, Itto y Aether se dieran cuenta que ninguno de los tres aún se había levantado.

"Ya no podemos movernos…" Comentó Genta, quien se encontraba temblando en el suelo, al igual que sus dos amigos.

"Oh, es cierto. Lo siento muchachos, creo que me emocioné de más, jejeje…" Itto se carcajeó mientras permanecía cruzado de brazos.

"Yo también me dejé llevar." Aether también se disculpó, aunque a diferencia del oni, este se frotó el cabello con algo de pena.

"Llevan casi 5 horas entrenando. Me parece increíble que hayan podido seguirles el ritmo hasta ahora." El comentario de Kuki iba dirigido a los 3 hombres tirados en el suelo, quienes sonrieron adoloridos.

"¡Si el jefe está dispuesto a dar lo mejor de si, entonces nosotros tampoco podemos quedarnos atrás!" Exclamó Genta cuando se puso de pie con sus manos en la cintura y una sonrisa orgullosa, que rápidamente se transformó en una dolorosa cuando su rostro se puso violeta y volvió a caer al suelo.

"Tuvieron suerte que se estuvieran conteniendo." Pensó Kuki, para luego fijar su mirada en Aether. "Ambos." Concluyó, entrecerrando sus ojos.

"¡Jajajajaja! ¡Es increíble que hayas podido seguirme el ritmo, amigo mío!" Itto se carcajeó cuando se acercó al viajero, colocando una mano sobre su hombro. "¿Sabes algo? Muy pocos pueden decir que estuvieron a la par de Arataki Itto, "el oni experto en sumo", entre otros muchos títulos." Itto le palmeó el hombro un par de veces, haciendo que Aether compartiera su sonrisa.

"Para serte sincero, ese golpe me dolió. Se nota que tienes una gran fortaleza física, aunque eres muy lento." Las palabras del rubio hicieron que la sonrisa de Itto vacilara cuando se aclaró la garganta con cierta torpeza.

"¡El gran Arataki Itto no necesita ser un velocista para superar a sus oponentes!" Exclamó cuando se carcajeó al final.

"¡Eso es cierto! ¡El jefe es genial!" Sus tres amigos y seguidores más acérrimos se levantaron del piso para apoyarlo, aunque no tardaron en caer al suelo una vez más, haciendo que Kuki se palmeara el rostro.

"Oye, quiero darles las gracias por lo de hoy." Comentó Aether con una sonrisa, ganándose el interés de todos. "No sé por qué razón Yae y Sara no les dieron algún trabajo siendo que son muy fuertes, pero gracias a ello es que pudieron ayudarme tanto hoy." Concluyó, para luego fijar su mirada en Itto. "Además, tener a un experto en la lucha cuerpo a cuerpo es de gran ayuda para lo que quiero hacer."

"Hablando de eso, ¿cuál es tu objetivo?" Preguntó Kuki con mucho interés.

"Hace no mucho tiempo encontré una forma de lucha mucho mejor a la habitual. Quiero fortalecerla y dominarla para cuando el momento clave llegue." Comentó Aether mientras observaba su mano, ninguno pudo captar esa pequeña presencia Geo, Anemo y Electro que se presentó en su palma. "Para lograr eso, necesito mejorar en la lucha cuerpo a cuerpo."

"¿Acaso te enfrentaras a un rival muy poderoso? ¡En ese caso, no deberías preocuparte!" Exclamó Itto con una gran sonrisa cuando se señaló a si mismo. "¡Con mi ayuda, puedo garantizarte que serás imparable!"

"Je, ya lo creo." Aether se dejó llevar por el aura amigable y algo torpe que rodeaba a ese extraño oni.

Ajenos a la mirada de Kuki, la mujer ninja miraba al dúo de una forma algo despectiva. En especial, a Aether.

"Está ocultando cosas."

¡FINAL DEL CAPÍTULO!

¡Espero que lo hayan disfrutado!

Con esto ya termino el capítulo doble, y de nuevo me gustaría agradecer a Surfysun por su apoyo.

Recuerden que si alguien más quiere pedir dos actualizaciones seguidas de esta historia o cualquier otra que esté en emisión tiene que volver miembro en mi Patre-on. Puedes buscarme como "Jyanzein". El Patre-on no solo sirve para ello, ya que allí siempre anuncio cualquier retraso, problema, nuevos capítulos, capítulos dobles, básicamente podrás estar al tanto de cualquier cosa allí. Por esa razón de recomiendo seguirme por allí también.

Sin nada más que agregar…

Es cierto, casi me olvido de una parte muy interesante.

"¿En serio vas a enseñarme a cocinar así una vez que me recupere?" Preguntó Ei, aún saboreando la deliciosa cena que se mantenía sobre su paladar.

"No prometo nada, pero haré todo lo posible." Comentó Aether cuando se levantó, tomando la bandeja vacía. "Ya es de noche, que descanses."

"¡Espera!"

Aether se detuvo y observó a la Diosa con ligero asombro ante su arrebato.

Ei no pudo ocultar ese leve sonrojo que se dibujó en su rostro cuando lo miró con cierta esperanza.

"¿Puedes quedarte un rato más?" El viajero la observó en silencio, para luego entregarle una sonrisa.

"Por supuesto." Apenas necesitó unos segundos para aceptar la propuesta.

Aether se recostó a su lado y la miró a los ojos. Ella se veía realmente feliz de que haya aceptado estar un tiempo más junto a ella.

Ninguno de los dos había iniciado una conversación. Lo único que hacían era mirarse, encontrando un tipo de comodidad silenciosa bastante única.

Los ojos de Ei se ensancharon un poco al notar como Aether arrastró la mano hasta acariciar su mejilla.

"¿Quieres que te cuente algo gracioso? En esta semana me he dado cuenta que eres muy hermosa. Quizás no pude darme cuenta antes porque siempre intentabas matarme." Aether comentó con ligera gracia, haciendo que Ei bajara su mirada, luciendo apenada y sonrojada.

"¿Vas a seguir recordándome esos momentos?"

"¿Qué? A veces es divertido molestarte un poco."

"¿Entonces todo es una broma?"

"No todo. Cuando dije que eres hermosa, lo digo de verdad." Comentó Aether, ensanchando un poco su sonrisa al notar como Ei se sonrojaba un poco. "Aunque creo que lo estás malinterpretando." Esas palabras hicieron que la Diosa lo mirara con confusión. "Cuando digo que eres hermosa, no me refiero solo a tu apariencia. Quiero decir, eres hermosa también por eso. Pero, en lo personal, pude darme cuenta de ello por como eres en realidad."

"¿Qué?" Ei tan solo pudo confundirse aún más ante la respuesta tan extraña.

"Lo que quiero decir es que eres una mujer…Diosa…Arconte muy buena y amable." Aether no supo como describirla, así que utilizó tres términos diferentes. "Eres muy dulce, y eso hace que tu belleza resalte. Solo digo que era complicado ver eso cuando te ocultabas detrás de la marioneta." Aether se inclinó de hombros, restándole importancia a los hechos.

Evidentemente, no sabía cuanto había afectado esas palabras a Ei, quien lo miraba con los ojos bien abiertos.

Y el viajero, siendo tan denso como siempre, la observó con ojos confundidos.

"¿No te gusta?" Aether hizo referencia al cariño que le estaba trasmitiendo con su mano.

Ei ni siquiera habló, lo único que hizo fue ahuecar su mejilla sobre su mano con mucho cariño, algo que sacó una leve risa en su futuro amante.

"Tomaré esa respuesta como que te gusta." Comentó, para luego observarla con más detenimiento. "Gracias a esto…" Los ojos de Aether se tornaron algo pesados, al igual que su visión. "Gracias a todo lo que pasó es que pude conocerte como eres realmente, no solo una belleza externa…me agradas mucho, Ei…"

Aunque debería ser imposible, Ei estuvo segura que sintió como los latidos de su corazón se aceleraron, aunque solo fue por un segundo.

Los últimos mormullos de Aether fueron escuchados por la Diosa, quien lo observaba atentamente, ya que se había quedado dormido.

La mano cayó de su mejilla, y en ese momento fue cuando ella pareció reaccionar adecuadamente.

Un enorme rubor se presentó en su rostro cuando sus ojos se iluminaron con mucha intensidad.

Era la primera vez en toda su vida que se sentía tan contenta, y le parecía extraño que solo se deba a unas cuantas palabras.

Pero, ella no sabía que no se trataba solo de felicidad…

Por primera vez en sus miles años de vida, ella se estaba enamorando.

Ahora sí, me despido.

¡Muchas gracias por leer!