¡Aquí me presento nuevamente para un nuevo capítulo!
Ahora mismo nos encontramos ante un capítulo triple, ya que dos personas pagaron por las actualizaciones consecutivas de esta historia. Subiré los 3 capítulos en un margen de 6 días, así que estén muy atentos.
Si tú también quieres pedir un capítulo extra, puedes visitar mi y hacerte miembro, solo cuesta un dólar. Mi perfil es: "Jyanzein".
Como no hay reviews, pasemos directo al capítulo.
¡Disfruta!
Aether estaba sentado en el borde de la cama mientras escuchaba diversas historias de los eventos que Paimon había vivido recientemente. Aunque decir que la estaba escuchando era una mentira.
Su mirada conflictiva y algo perdida se centraba en la única ventana de su dormitorio en donde entraban los primeros rayos de luz de la mañana.
Ese momento podría haber durado mucho más si alguien no hubiera intervenido.
"¿Ya estás despierto? Shogun-sama requiere de tus cuidados. Y como siempre, gracias por tu apoyo." Comentó Sara, quien había entrado en el dormitorio ante la mirada algo peculiar de Paimon.
"¿Por qué golpeas la puerta si vas a entrar de todos modos?" Preguntó el hada, niña, cosa flotante cuando se cruzó de brazos.
"¿Ya es hora?" El rubio salió de sus pensamientos cuando llevó su mirada a Sara. "Quizás esto pueda sonar algo repentino, ¿pero puedes encargarte de ella por hoy?" Las palabras de Aether sin duda llamaron la atención de las dos presentes, quienes lo observaron inquisitivamente.
"Seguro, no es un problema." Sara respondió con un asentimiento sin quitar su mirada en Aether, cómo si estuviera esperando que le dijera algo.
"Ei es fanática de los postres. Asegúrate de entregarle algo delicioso como desayuno." Comentó el rubio con una sonrisa, ganándose otro asentimiento por parte de Sara, aunque en esta ocasión se vio cierta torpeza en su acción.
"Yo…de acuerdo." Respondió Sara con un ligero tartamudeo. "Entonces, no te molesto más." Sara cerró la puerta, dejando a un Aether algo pensativo y a una Paimon preocupada.
"Oye…" Paimon lo rodeó para llamar su atención, algo que funcionó. "¿Te encuentras bien?" Ella hizo la pregunta que Sara no se atrevió a hacer, ganándose una larga mirada por parte de Aether.
"Yo… ¡Si! ¿Por qué no?" Una sonrisa surgió en el rostro de Aether, una sonrisa que no engañó por completo a Paimon. "He estado un poco cansado, eso es todo. Solo necesito despejarme un poco."
"Si tu lo dices…" Comentó Paimon no muy segura.
Aether volvió su mirada hacia los rayos de luz entrantes. Su rostro volvió a ponerse algo serio cuando las siguientes palabras de cierta Arconte volvieron a su mente:
"Para empezar, nunca me he enamorado, y tampoco creo que lo haga en el futuro."
_ CAPÍTULO 8: CONFLICTIVO _
El ruido de la tasa vacía colocándose sobre la bandeja fue lo único que se escuchó en ese corto periodo de tiempo.
"¿Quiere que le ponga más café?" Preguntó Sara, quien lucía completamente preparada para atender a la Shogun Raiden, a la líder de su nación, algo muy común en ella.
"No, está bien. Gracias por tu ayuda, como siempre." Comentó Ei con una sonrisa.
"¿Quiere ir a algún sitio especifico cuando termine de desayunar? ¿Quiere probar otros postres? ¿Quiere usar una silla de ruedas o prefiere que la cargue en mis brazos? ¿Quiere visitar a la señorita Yae para informarse más de ciertas situaciones, o prefiere que le cuente las cosas yo misma?" Preguntó Sara con su típica intensidad incesante sobre su Arconte.
Cualquier otra persona podría sentirse incomoda o abrumada, pero Ei se veía completamente tranquila, como si ya hubiera vivido este tipo de experiencias a lo largo de casi toda su vida.
"No es necesario, sé que están haciendo un gran trabajo. Hoy prefiero quedarme en mi dormitorio para esperarlo. Si quieres puedes ir a continuar con tu trabajo." Sara la observó con ligero detenimiento tras escuchar sus palabras, algo que Ei captó al instante. "¿Qué sucede?"
"Sobre el viajero…no sé si vendrá a verla hoy." Esas palabras desconcertaron bastante a Ei.
"¿No dijiste que se encontraba bien?" Preguntó la Diosa con ligera preocupación al pensar que le estaban ocultando algo.
"Él lo está. Bueno…en realidad, no lo sé." Sara no pudo evitar bajar su mirada tras recordar la charla que tuvo con el rubio. "Si usted lo desea, puedo llamarlo aquí para interrogarlo." Comentó la comandante cuando alzó su mirada de repente, reflejando unos ojos afilados.
"No, no es necesario. De hecho, eso sería una falta de respeto." Respondió Ei casi al instante, haciendo que Sara volviera a bajar su mirada aún más abatida, ya que había sido regañada por su Arconte, según ella. "¿Puedes contarme lo que viste?" La pregunta repentina de Ei hizo que Sara saliera de esa pequeña faceta cuando volvió a ponerse seria.
"No sabría como explicarlo con claridad. Si tuviera que describirlo de alguna manera, yo diría que él estaba…" Sara se detuvo un momento para pensar la palabra, hasta que finalmente la encontró:
"Desconectado."
"¿Desconectado?" Ei no pudo evitar alzar la ceja tras tan rara descripción.
"Si. Es como si un pensamiento profundo lo estuviera afectando. Creo que tiene algo que ver con su hermana, por eso no quise preguntar nada." Declaró Sara con seguridad, ganándose un leve pero profundo asentimiento por parte de Ei.
"Ya veo…" Fue su corta respuesta, para después mirar a Sara. "Entonces espero que pueda encontrar algo de paz en su día libre." Concluyó con una mirada neutra.
Una mirada neutra, que, contradictoriamente, decía una gran cantidad de cosas.
Sara conocía muy bien a su Arconte, por lo que no pasó por desapercibido esos ojos que brillaban con cierta inseguridad e incluso un poco de tristeza.
"Ustedes dos se volvieron muy amigos, ¿no es verdad?" Preguntó Sara con una leve sonrisa, ganándose la atención de Ei una vez más.
Esa pregunta hizo que una sonrisa delicada adornara el rostro de la hermosa Diosa, quien juntó sus manos con ligera emoción y timidez tras recordar a su tan preciado amigo.
"Así es."
_ SALTO DE LINEA _
Isla Watatsumi, Inazuma
Un par de horas más tarde…
Aether cayó de trasero al suelo. Su respiración se encontraba muy agitada, y las gotas de sudor bajaban de su rostro a una gran velocidad. Su mirada se alzó en el momento que una sombra se posó frente a él.
"Terminamos por hoy." Declaró el viajero, dando un largo suspiro al final en un intento de regular su respiración.
"¿Tan pronto? Pensé que querías entrenar hasta la tarde." Comentó Itto al mismo tiempo que extendía su mano para ayudarlo a levantarse.
"Esa era la idea." Aether respondió a medias cuando aceptó la mano del Oni. "Pero entrenar todo el día no sirve de nada si no puedo concentrarme." La respuesta del viajero se ganó una mirada algo curiosa por parte de Itto.
"Hoy te he visto muy distraído. Es como si no fueras tú, amigo mío." Comentó el Oni.
"Es algo que me está molestando, pero no es nada importante." Aether respondió la pregunta no formulada mientras veía como Kokomi buscaba diferentes flores y era ayudada por los secuaces de Itto, incluyendo la misma Kuki. "Es bueno ver que por fin quisieron aceptar su ayuda." Itto se rio entre dientes tras escucharlo.
"¡Por supuesto que lo harían! ¡Somos la Gran Banda Arataki!" Exclamó cuando colocó ambas manos sobre su cintura, inflando su pecho de orgullo.
"¿Eso no tiene nada que ver conque Kuki haya hablado con Yae ayer?" Preguntó el rubio con una mirada subjetiva, haciendo que la sonrisa de Itto vacilara un poco.
"También creo que nos ha ayudado, pero no quiso decirnos nada al respecto." Comentó Itto, su sonrisa se había borrado por completo tras decir esas palabras. "Recuerdo que ella se veía muy seria. Ya sabes, más seria de lo que es habitualmente."
"Yo también lo recuerdo, supongo que es raro." Comentó Aether en el momento de cruzarse de brazos.
Ambos amigos se quedaron viendo como la joven de cabello verde ayudaba a sus amigos y a Kokomi con las yerbas y flores medicinales. Ninguno de los dos dijo una sola palabra, hasta que…
"Oye, ¿qué es lo que te está molestando?" Preguntó el Oni sin pelos en la lengua.
"Ya deberíamos volver. Quizás hoy nos enteremos de que estaban hablando Yae y Kuki." El comentario de Aether desvió por completo el foco, algo que funcionó a la perfección.
Nada más tenias que ver la expresión de Itto para confirmarlo.
"¡Tienes razón, hay que volver y averiguar que está tramando esa mujer!" Exclamó el Oni al mismo tiempo que asentía con sumo vigor.
_ SALTO DE LINEA _
Relajatetera
Un momento más tarde…
"… ¿Qué?" Preguntó Itto, quien lucia un rostro de piedra.
Evidentemente había escuchado bien, pero necesitaba confirmarlo.
Frente de él y sus acompañantes se encontraba una Yae sumamente tranquila sentada en su escritorio, haciendo el papeleo matutino.
"Necesitamos retomar el culto de nuestra región, pero todas las sacerdotes están muertas, exceptuándome a mi que estoy bastante ocupada por ahora. La amable señorita estará a cargo del nuevo templo hasta que yo pueda hacerme cargo." Comentó Yae, para después mirar hacia su costado. "¿No es así, cariño?"
"Haré lo mejor que pueda." Respondió Kuki, quien había cambiado su vestimenta radicalmente.
Ya no llevaba su habitual cubrebocas, y su vestimenta de ninja había sido reemplazada por un lindo vestido de sacerdotisa que poseía un color blanco y rojo. Su cabello antes atado ahora recaía sobre su espalda con completa libertad. De hecho, su belleza ahora era algo más notable, y eso se demostró en el rostro sonrojado de sus compañeros.
Aunque el caso de Itto era completamente distinto.
"¡Yo…yo…yo!" Itto ni siquiera podía formular más de dos palabras mientras seguía paralizado como una piedra.
De hecho, tal fue su conmoción que lentamente cayó de espaldas, pero para su suerte allí estaban los miembros de su banda para atraparlo.
"Cuando vuelva en si nuevamente díganle que esto no significa que voy a dejar la banda." Kuki se demostró tan perspicaz como siempre al adivinar los pensamientos que cruzaban en la mente del Oni.
"¡De-de acuerdo, se lo diremos!" Exclamaron los tres hombres al mismo tiempo, ganándose una mirada confundida por parte de Kuki, quien tan solo observó como todos se marchaban arrastrando a su jefe.
"Hmmm…" Yae tarareó con jubilo cuando apoyó su mano debajo de su mentón. "Ya no puedo esperar que vuelvas a tus orígenes, querida." Comentó la Yokai con un tono muy suspicaz.
"Es lo que menos puedo hacer luego de que todos se hayan ido…" Kuki alzó su mirada, su expresión se puso bastante melancólica y algo triste. "Se lo debo a ella."
"Ya te dije anteriormente que no cargues con los remordimientos ajenos." Comentó Yae, dando un leve suspiro al final. "Ellas eran mi responsabilidad. Si no puedes entender algo tan básico como eso, quizás no deba darte este trabajo." El tono de la Yokai se escuchó más serio y peligroso que nunca.
"No te preocupes. Prometo que no voy a decepcionarte." Kuki asintió con convicción, y Aether la apoyó a su manera cuando colocó una mano sobre su hombro.
Ese simple gesto se ganó una sonrisa por parte de la joven, algo que él respondió realizando la misma acción. Yae observó toda la interacción con una leve sonrisa, pero su mirada final se enfocó únicamente en Aether.
"Querida, tengo que hablar con el viajero." Comentó la mujer, volviendo la mirada a su nueva sacerdotisa. "Puedes ir al nuevo templo para comenzar con tus labores." Kuki respondió con una leve reverencia para despedirse de ambos.
"¿La búsqueda de las novelas está resultando como lo esperabas?" Una vez que ambos estaban solos, Aether le preguntó.
"Es demasiado pronto para confirmarlo. El hecho de que diferentes grupos provenientes de Inazuma vayan a todas las regiones genera un montón de preguntas." Respondió Yae con un leve inclinar de hombros.
"Ya veo, si necesitas ayuda…"
"Gracias, pero ahora mismo me estoy preguntando por qué Sara se está haciendo cargo de Ei y no tú." Yae lo interrumpió, y esa pregunta no formulada hizo que el rubio se tensara visiblemente. "Sara me dijo que necesitabas descansar la mente, pero te veo realmente bien." Yae entrecerró los ojos con suma sospecha. "Quiero que me seas sincero, ¿tú y ella tuvieron una pelea?"
"¿Una pelea?" Se preguntó Aether un tano perplejo. "Yo no lo describiría de esa manera."
"Entonces, algo sucedió." Los ojos de Yae se entrecerraron aún más, haciendo que Aether comenzara a ponerse más y más nervioso. "¿Quieres contármelo? ¿O quizás quieres hablarlo directamente con ella? Ahora mismo se encuentra almorzando en la azotea."
"¡Hablando del almuerzo, acabo de recordar algo muy importante!" Exclamó Aether al borde del tartamudeo, quien no tardó en salir corriendo. "¡Nos vemos más tarde!"
Yae se vio algo sorprendida ante lo rápido que desapareció Aether del lugar, dejando todo el sitio en un silencio muy profundo.
Finalmente, sus labios se movieron para formular unas palabras:
"Se escapó."
_ SALTO DE LINEA _
Relajatetera
Dos días después…
En todo este tiempo Aether había creado numerosas escusas para no tener que cruzarse con Ei, una más creíble que la otra, pero todas estaban funcionando sin problemas. De esa manera se mantenía alejado, y de esa manera podía estar más tranquilo.
O eso es lo que pensaba.
La realidad es que la distancia con esa mujer que tanto quería lo estaba afectando lentamente, y él lo sabía.
Pero Aether no sabía una cosa.
Ciertamente, él nunca esperó que su intento de distanciarse de la Diosa podría afectarla tanto.
Si mantener distancia con ella lo estaba molestando, entonces Ei estaba al punto del sufrimiento. Ahora era obvio que él la estaba ignorando, y ese hecho hacia que le doliera demasiado.
Quizás ella no entendía exactamente el motivo, pero entendía a la perfección lo que era el dolor de perder a alguien.
Aunque él estuviera ahí, se sentía más lejano que nunca.
Y eso sin duda la estaba atormentando.
Eso se mostraba ahora mismo con suma facilidad, ya que Ei se encontraba en la azotea junto con Yae y Sara. Ella lucía una mirada bastante deprimida ante la preocupación de sus dos amigas.
"Ya se lo dije, Raiden-sama. Él está demasiado ocupado ahora mismo como para visitarla." Comentó Sara con cuidado, y Yae le entregó una mirada silenciosa.
"No sirve de nada que le mientas, Sara. Tanto yo como ella sabemos que está sucediendo algo raro." Declaró la Yokai, haciendo que Sara bajara la mirada con ligera tristeza por no poder ayudar a su Arconte. "¿Ya pensaste en lo que te dije?" Yae fijó su mirada en Ei, quien se mostró algo dubitativa ante esa pregunta.
Sus dudas se mezclaban con la tristeza y la melancolía que la estaba carcomiendo.
Esos sentimientos habían sido comunes en ella desde siempre, pero lo que realmente alertaba a Yae y Sara era que pocas veces la habían visto expresar esos sentimientos.
En la gran mayoría de los casos, su rostro siempre permaneció pacifico, completamente apática a cualquier situación a su alrededor.
Ahora su rostro estaba a punto de las lágrimas.
"Lo he estado pensando…y creo…creo que es mi culpa." Comentó Ei con un tono muy decaído. "No fue una pelea, pero cuando hablamos sobre lo que hacían y sentían los Arcontes, pude sentir que él cambió." La Arconte fijó su mirada en Sara tras sus palabras. "Antes dijiste que él parecía desconectado. Creo que en ese momento fue cuando él decidió ignorarme. Creo…creo que dije algo que no le agradó…" La voz de Ei se cortó en un leve sollozo cuando las lagrimas se formaron en sus ojos.
"Entonces es solo un malentendido." Yae colocó una mano sobre su hombro para reconfortarla.
Aunque le costara admitirlo, Yae estaba muy sorprendida de presenciar el estado tan delicado de Ei, y lo que más le sorprendía es que se tratara solo por una persona, por un hombre.
"No, no es un malentendido. Solo le dije como soy yo. Creo que lo decepcioné y por eso todo resultó de esta manera." Respondió Ei cuando bajo su mirada, su tono se escuchaba algo más controlado gracias al apoyo de Yae.
"¿Y qué fue lo que le dijiste? Quizás podemos cambiar eso para…"
"No quiero mentirle." Ei interrumpió a Sara de inmediato, quien solo se quedó callada al notar que el tono peligroso habitual de la Shogun Raiden volvió a ella, aunque se notó muy apaciguado por el dolor que estaba sufriendo.
"En ese caso, solo déjame hablar con él." Yae frotó su hombro, ganándose la atención de Ei. "Ahora se encontraba en una reunión para recibir a un amigo, pero estoy segura que no tardará mucho." Ei tan solo asintió y se quitó esas pequeñas lagrimas que amenazaban con rodar por sus mejillas.
Tanto Sara como Yae se despidieron de Ei para dejarla que lea con tranquilidad. Una vez que estuvieron bajando por las escaleras, la charla entre ellas comenzó:
"No puedo creer que la Gran Narukami-sama esté tan afectada solo porque el viajero no ha querido hablar con ella durante tres días." Comentó Sara sin poder creer el evento reciente.
"¿Tú lo crees?" Preguntó Yae cuando la miró de reojo. "Para mi está todo muy claro." El comentario hizo que Sara se detuviera para mirar a la Yokai con cierta confusión.
¿Ella estaba diciendo que había un motivo oculto?
_ SALTO DE LINEA _
Relajatetera
"Nunca te cansas de meterte en asuntos complicados, ¿eh? Ahora que lo recuerdo, así fue como nos conocimos." Comentó Venti con una risita al final, ganándose una sonrisa agotada por parte de Aether.
"No me hagas recordarlo. Paimon casi se muere de un infarto al ver a Dvalin."
"¡Brindemos por eso!" Exclamó el bardo cuando alzó su bebida.
"¿Acaso brindas por cualquier cosa?" Preguntó Aether con una gota de sudor nerviosa, pero aún así accedió al pedido de su amigo.
Ambos chocaron sus bebidas en esa taberna algo oscura. Lo curioso es que solamente estaba el recepcionista en aquel lugar, limpiando unas copas.
"Se ve que la gente de aquí está muy ocupada." Comentó Venti, observando el lugar vacío.
"No hay otra opción. Recién ahora las cosas se están normalizando un poco y creo que el alcohol es lo último en lo que se piensa en estos momentos. Algo contradictorio, siendo que acabamos de atravesar una gran tragedia." Declaró Aether, para luego probar su bebida.
"Sé ve que esta gente tiene una fortaleza absoluta. Me parece curioso que su líder no comparta ese mismo entusiasmo." Las últimas palabras de Venti hicieron que Aether alzara ambas cejas. "Por suerte hoy Paimon no nos acompaña, o podría regañarte mucho por tomar alcohol." Venti apartó un poco su bebida para apoyar los codos sobre la mesa y sus manos debajo de su mentón. "¿Tan complicado es administrar los deseos de las personas como para que hayas comenzado a tomar alcohol? Tengo un recuerdo bastante lucido sobre tu repulsión hacia este tipo de bebidas." Comentó el bardo borracho, haciendo énfasis en uno de los tantos recuerdos que ellos compartieron en el pasado.
"Bueno… las circunstancias pueden cambiar." Fue el simple comentario de Aether cuando observó su bebida con detenimiento.
Un corto silencio se presentó entre ambos en lo que se centraron en seguir bebiendo.
"¿Sabes lo que sigue?" La pregunta llegó cuando Venti volvió a colocar la bebida en la mesa.
"Muchos problemas, lo sé. También sé que estos problemas eventualmente van a transformarse en una guerra. También se que esta guerra podría involucrar a muchas regiones, y todos estaremos igual de jodidos."
"¿Sabes? Creo que no podría haberlo descrito de una mejor manera." Comentó Venti con una sonrisa. "Por suerte, ya sé de que lado debo estar." Esas palabras se ganaron la atención del rubio.
"¿Qué quieres decir con eso?" Preguntó con suma curiosidad.
"Solo digo que vas a necesitar mucha ayuda, especialmente si buscas meterte en nuevas regiones en las cuales tu reputación es inexistente, o en los cuales hay problemas bélicos." Venti alzó su bebida cuando ensanchó su sonrisa. "¡En cualquier caso, sabes que puedes contar con mi ayuda!"
Aether se vio un poco sorprendido al principio, pero finalmente sonrió y respondió el gesto de alianza cuando chocó su bebida con la suya.
"Lo tendré en cuenta, seguro te necesitaremos." Concluyó, y la sonrisa de Venti se ensanchó.
"¡Ahora deja de preocuparte tanto por el futuro y disfrutemos el presente!" Exclamó el Arconte con alegría, una alegría que el rubio no compartió.
"¿Eh? Pero lo que me preocupa es el presente…" Respondió Aether, haciendo que la sonrisa de Venti desapareciera.
"Espera, ¿quieres decir que tu cara larga se debe a otra cosa?" Preguntó el Arconte con sumo interés.
"¿Tanto se nota?" Se preguntó Aether en voz alta, reprendiéndose a si mismo por ser un libro abierto.
"¡Vamos, larga la sopa! ¡Sabes que tus secretos estarán a salvo con tu compañero de bebidas!" Exclamó Venti con una risita al final.
"Bueno, ya que insistes…" Aether se frotó el cabello con cierta pena, para luego ponerse serio. "En realidad se trata del amor."
El recepcionista dejó de lavar la copa tras ese comentario, algo que Venti notó con facilidad.
Sabiendo que podía ser un tema delicado, el Arconte se reclinó sobre su asiento.
"¿Amor? ¿Quién diría que alguien por fin llegaría a tu corazón?" Venti susurró, así asegurándose de que nadie escuchara la charla. "Y dime, ¿quién es la afortunada?" Preguntó, apenas siendo capaz de contener la emoción en su voz.
"Ella…ella es…" Aether se puso muy nervioso, por lo que el siguiente susurro fue apenas escuchado:
"Raiden Ei."
Un corto silencio se presentó ante ellos, en donde Venti parpadeaba notorias veces. Era obvio que la información sin duda lo había sorprendido, algo que no era fácil de lograr.
"¿Es en serio? Ei es una Diosa que definitivamente no entiende nada acerca de eso. Ahora veo por qué te encuentras así." Comentó el Arconte con un leve asentimiento. "¿Y que piensas hacer al respecto?"
"Solo alejarme." Respondió Aether algo deprimido.
"¿Alejarte?" Preguntó Venti con una ceja alzada. "¿Entonces vas a huir sin más?" Esa última pregunta sin lugar a dudas sorprendió mucho a Aether, quien observó al Dios con los ojos bien abiertos.
"Yo…es que… ¿Qué otra cosa esperas que haga?" Preguntó el rubio muy desconcertado.
"¿Es una broma? Es obvio lo que espero de ti." Comentó Venti con una leve sonrisa. "Siempre afrontas tu destino con gran determinación y valentía, sin importar que tan peligroso sea ir hacia adelante. Eres alguien atrae los problemas, pero también eres uno de los únicos que puede contenerlos. Dime una cosa, habiendo vivido tantas aventuras…" Venti fijó su mirada en su bebida y la agarró para agitarla un poco, dejando unos segundos de suspenso en el proceso.
"¿Por qué te hechas para atrás con algo tan simple y fácil?"
Aether se quedó en silencio tras escucharlo, ya que no sabía que decir al respecto.
"Además, creo que con alejarte solo te estás haciendo daño. Incluso estoy seguro que Ei debe estar muy desconcertada por lo que decidiste, y estoy seguro que ella debe estar un poco afligida también." Aether bajó la mirada y se puso a pensar las palabras de Venti con cuidado. "Haz lo que siempre hiciste. Encuentra una solución a tus problemas, no huyas de ellos. Y en caso de que las cosas no salgan bien, recuerda que siempre tendrás a tu amigo bardo que estará disponible para tomar unas copas contigo." Esas últimas palabras sacaron una leve sonrisa en el rubio, quien finalmente se había decidido.
"Gracias." Aether le mostró una sonrisa dentuda, logrando que una risita emergiera de Venti, quien no tardó en alzar su bebida.
"¡Brindemos por el amor!"
_ SALTO DE LINEA _
Relajatetera
Unos minutos más tarde…
Yae y Sara se encontraban trabajando en silencio. La Yokai desvió su mirada para observar la gran diferencia de papeleo que había entre ella y su ayudante.
"Parece ser que tendrás que estar hasta la medianoche de nuevo." Comentó Yae, ganándose la atención de Sara.
"No es una molestia. Haré lo que sea necesario para que Inazuma vuelva a prosperar." Declaró la comandante con gran convicción, y Yae apoyó sus brazos sobre sus propios papeles como respuesta.
Era obvio que le gustaba la voluntad férrea de Sara, pero el hecho de que se estuviera entregando mucho más que ella sin siquiera querer aceptar un poco de ayuda la hacía fruncir el ceño.
Por suerte, la solución de todas sus preocupaciones emergió desde la entrada principal. Aether saludó a las dos damas con una sonrisa al mismo tiempo que se acercaba a sus escritorios.
"Por fin llegaste." Comentó Sara, su tono neutro indicaba que no estaba feliz ni disgustada de verlo.
"Lo siento, Venti es un hombre demasiado juerguista." Comentó el rubio al mismo tiempo que se frotaba el cabello como gesto de disculpa.
"Sabes, no es que queramos meternos con tus responsabilidades, pero Sara está muy ocupada por tener que cuidar a Ei y hacer el papeleo. La doble jornada la está sobrecargando lentamente y…"
"No se preocupe. Retomaré el cuidado de Ei ahora mismo." La respuesta inmediata y sin escusas de Aether sorprendió a ambas mujeres, quienes se miraron entre sí.
"Bueno…eso es… ¡Genial!" Exclamó Sara sin poder evitar esbozar una pequeña sonrisa.
"Perdón. Por mi culpa tus días se volvieron complicados." Aether juntó sus manos e hizo una pequeña reverencia como gesto de disculpa.
"En vez de disculparte, ¿por qué no te pones en acción ahora?" Yae comentó en un tono despectivo. "Ei se encuentra en la azotea." Las palabras de la Yokai hicieron que Aether asintiera torpemente cuando se encaminó a su reencuentro con la Arconte.
Mientras tanto, Sara y Yae observaron en silencio como Aether subía las escaleras.
"Parece ser que las cosas por fin se solucionaron." Comentó Sara más que nada para si misma, para luego tomar la taza de café.
"Desde luego. Pero nunca me hubiera esperado un desarrollo tan único, ya que un principio solo quería que esos dos se hicieran amigos. Bueno, tampoco es tan malo…" Yae se inclinó de hombros, restándole importancia a lo siguiente que iba a decir:
"¿Quién diría que Ei podría enamorarse?"
Sara escupió todo el café tras escuchar semejante declaración.
Ei estornudó otra vez, y eso hizo que una mirada confundida la adornara.
"Siento que últimamente han estado hablando mucho a mis espaldas…" Pensó la Arconte cuando se frotó la nariz, para luego volver su mirada al libro, quien estaba acompañado por un pequeño farol en la mesa.
No obstante, su lectura volvió a ser interrumpida cuando escuchó como la puerta de la azotea se abría. Su expresión dio un giro de 180 grados cuando vio de quien se trataba. En un principio lucia muy sorprendida, pero luego su rostro se iluminó como lo hacia habitualmente cada vez que esa persona especial estaba a su lado.
"Buenas noches." Aether la saludó con su típica sonrisa, aunque se le veía un poco tenso.
"Acércate." Comentó la Diosa cuando palmeó el asiento libre que estaba a su lado.
Ya ese rostro iluminado había cambiado por una mirada cubierta de preocupación, y eso solo hizo que la tensión en Aether sea aún más visible.
Una vez que el viajero se sentó a su lado, Ei lo estudió con la mirada por unos pocos segundos. Esa expresión preocupada se había transformado en una analizadora, como si intentara descubrir que es lo que le estaba pasando. Aunque ese interrogatorio de miradas no duró más que unos segundos.
"¿Por qué no querías verme?" Ei fue tan directa como siempre, haciendo que Aether comenzara a sudar con esa sonrisa que lo delataba por completo. "¿Acaso dije algo que no te agradó cuando estábamos escribiendo el libro?" La última palabra hizo que Aether la mirara con ligera sorpresa.
Pensaba que ella no se había dado cuenta, pero por lo visto se había equivocado.
"No es nada en realidad. Es solo un problema personal." La respuesta vaga del viajero hizo que la mirada analítica de Ei cambiara a una expresión cubierta de simpatía.
"¿Entonces Sara tenía razón? ¿Te encuentras así por tu hermana?" Preguntó Ei con sus cejas fruncidas en preocupación.
"¿Yo…? Bueno, es cierto." Aether asintió con cierta torpeza, ya que, de alguna forma siempre tenía en mente a su hermana.
Pero era evidente que esa no era la fuente de sus preocupaciones en este momento. De todas formas, decidió que esta media mentira podría salvarlo de momento.
"Puedo entender lo que sientes, créeme." Ei comentó con sumo lamento, que lentamente se transformó en una sonrisa. "Pero tú aún tienes la posibilidad de volver a verla y estar junto a ella. Así que, anímate. Nada está perdido." La Diosa lo abrazó con delicadeza, pero al mismo tiempo con fuerza.
El viajero sintió el calor delicado que le trasmitía la mujer, por lo que se dejó llevar por sus sentimientos y le correspondió el abrazo con sumo cariño, y, sobre todo, mucho amor oculto.
Una leve sonrisa surgió en Ei al sentir como Aether descargaba sus frustraciones con este simple gesto. Aunque lo hacía únicamente por él, muy en el fondo ella sabía que también lo hacia para expresarle su cariño y apoyo incondicional.
Demasiado incondicional.
El abrazo duró mucho más de lo que cualquiera de los dos hubiera pensando. Y, aunque las preocupaciones verdaderas de Aether no fueron reveladas, ese gesto lo relajó tanto que ayudó a liberarlo.
"¿Por qué te hechas para atrás con algo tan simple y fácil?"
Las palabras de Venti volvieron a su cabeza y la sonrisa verdadera volvió a su rostro cuando enfocó su mirada en el rostro de esa hermosa Arconte, quien le respondió de la misma manera cuando cubrió su sonrisa con la portada de la novela.
Eso hizo que su atención cambiara radicalmente a ese pequeño libro.
"¿Lo has estado leyendo?" Preguntó el viajero con mucha curiosidad, y Ei observó el libro con una sonrisa algo pasional en su rostro.
"Por supuesto. Este libro tiene un contenido muy interesante. Estás noches, su lectura me ha cautivado tanto que cuando despego la mirada de sus paginas ya se ha hecho de día." Respondió Ei con una mirada sonadora justo al mismo tiempo que extendía su mano para tomar uno de los tantos pétalos que emergían de las hermosas plantas que los civiles habían plantado.
Finalmente, su rostro volvió a Aether y le entregó una preciosa sonrisa.
"Ha sido una experiencia única, nunca pensé que el tiempo pasara tan rápido, como el corto tiempo que pasamos bajo estos pétalos."
Aether la observó en silencio, completamente anonadado por su belleza tan natural y única. Pero rápidamente reaccionó, haciendo que una risita se escapara de sus labios.
Ante esto, Ei solo pudo verlo con ligera confusión.
"¿Qué es tan gracioso?" Su ceño se frunció un poco tras la pregunta, dejando un aspecto realmente lindo en ella.
"Te has convertido en toda una poeta en tan solo tres días. Ya con eso puedo darme cuenta que tanto te gusta esa novela ligera." Comentó Aether con gracia, haciendo que un tenue rubor se disparara en el rostro de Ei. "Dejando las bromas a un lado, me impresiona bastante que estés tan cautivada por la historia, ya que no eres capaz de comprender el genero principal de ésta." El rubio se cruzó de piernas y la observó con suma curiosidad.
"Quizás por eso es que me haya atraído tanto." Ei comentó cuando enfocó su mirada en el libro. "La dicha de no comprender el romance es única. Siempre me han intentado explicarlo, pero nunca lo comprendí porque eran solo palabras. Pero, aquí…" Una mirada bastante única cruzó en sus ojos cuando brillaron. "Aquí no solo te lo explican, sino que también lo trasmiten. Entonces…entonces creo que gracias a este regalo tuyo ya puedo comprender un poco mejor este tipo de sentimiento." Concluyó con una sonrisa, y Aether le respondió a su manera cuando se puso de pie.
"En ese caso, quizás seas capaz de entender las verdaderas emociones detrás de la melodía de un bardo." El comentario hizo que Ei lo observara con ligera confusión.
"Nunca tuve problemas con entender la música." Comentó Ei, haciendo que la sonrisa de Aether se ensanchara.
"Hay un amigo que te está esperando en la ciudad." Esas palabras sin dudas sorprendieron a Ei.
"¿Un amigo?"
"Así es. Ustedes no se ven hace mucho tiempo, por lo que quizás apenas lo reconozcas." Comentó Aether con una sonrisa subjetiva, llamando aún más la atención de la Arconte curiosa. "¿Quieres que te lleve para el reencuentro?"
"Si no es mucha molestia." Comentó Ei, esa curiosidad quedó en segundo plano cuando extendió sus manos hacia el frente con la intención de abrazar al rubio, algo que logro.
Aether observó con un tenue rubor como la Diosa se pegaba a él, demostrando más cariño de lo habitual, como ella siempre lo hacía.
"Aún ni siquiera me he levantado. No puedo cargarte así…" Comentó el rubio con los ojos en blanco, quien apenas podía moverse en la situación actual.
Ei recostó sus manos sobre su pecho y apoyó el rostro justo sobre su corazón para escuchar los latidos. Ella abrió uno de sus ojos y lo observó con una mezcla de curiosidad y confusión:
"¿En serio es tan difícil?"
_ ¡FINAL DEL CAPÍTULO! _
¡Espero que les haya gustado!
Recuerda que hay una secuencia realmente larga de capítulos consecutivos, así que nos estaremos viendo dentro de 3 días o menos.
Este capítulo fue bastante tranquilo, pero tengo pensado que el próximo sea bastante movido con nuevas introducciones de personajes, y uno de ellos será bastante relevante para esta historia.
Sin nada más que agregar, es hora de despedirse.
¡Muchas gracias por leer!
