¡Aquí me presento con un nuevo capítulo!

Este será el último capítulo extra por el momento. Nuevamente les agradezco a Surfysun y Adrián, recuerden que sin ellos esto no hubiera sido posible.

Como no hay reviews, vamos directamente al capítulo.

¡Disfruta!

Aether abrió los ojos lentamente, y lo primero que sintió en ese día fue como alguien estaba abrazando su brazo. Lo curioso es que el cuerpo era mucho más grande que su compañera Paimon.

Sus ojos parpadearon una gran cantidad de veces para intentar procesar lo que estaba pasando, y los recuerdos de lo que sucedió anoche sacudieron su mente cuando volteó su rostro y observó como Ei dormía.

Ella lucía tan relajada y despreocupada cuando descansaba.

Era algo increíble, teniendo en cuenta lo duro que fue hablar de su pasado con él.

Una leve sonrisa cruzó por los labios de Aether, y esa sonrisa tan solo aumentó al sentir como la frente de Ei se apoyaba sobre su hombro, en un claro intento de tenerlo más cerca.

Después de unos segundos, esa sonrisa abandonó su rostro mientras aún la veía dormir. Las pequeñas rendijas de luz pegaban justo sobre su rostro, lo cual la hacía lucir como una bella durmiente.

Y Aether lo sabía.

De alguna forma, la situación actual comenzó a molestarlo.

Él levantó un poco su rostro para mirarla mejor, mientras los recuerdos de su sonrisa y su llanto volvían a su mente.

Aunque, sin duda, lo que más apreciaba de aquel momento fue esa sonrisa cubierta de vida y ese beso.

Aether se llevó la mano a su mejilla inconscientemente.

Aún podía sentir sus labios.

Pero eso no era suficiente.

"Por cada día que pasa, siento que mi malestar aumenta…" Aether volvió a recostar su cabeza sobre la almohada, y un leve suspiro surgió de sus labios. "Tampoco sirve que ella se apegue tanto a mí. No es que me disgustes, pero…" Aether miró su rostro con detenimiento.

Ella siempre lucia hermosa, sin importar que momento sea.

Eso siempre hacia que el corazón de Aether se apretara por cada vez que la veía.

La razón era obvia.

"Quiero que seamos mucho más que amigos." Aether susurró cuando colocó una mano sobre la mejilla de la Diosa. "Quiero poder reconfortarte con abrazos, con palabras, con mi cercanía. Pero eso no es suficiente, también quiero acariciarte, quiero besarte, quiero hacer todo lo posible para que ya no te sientas triste, y también para que ya no me sienta así. Quiero tratarte como una reina, pero no puedo…" El rubio jugó con su cabello antes de soltar su mejilla, haciendo que un suspiro más grande que el anterior emergiera de sus labios.

Su mirada se enfocó en el techo, y un corto silencio se presentó en aquel momento.

"Nunca pensé que esto del amor podría ser tan complicado… ¿Quizás fue solo porque tuve la mala suerte de enamorarme justo de ella?" Se replanteó el hombre, ya que no sabía como sentirse al respecto. "¿Cómo hago para olvidar este sentimiento? Si sigo de esta manera, podría llegar a lastimarla y eso es lo último que quiero. Venti dijo que yo podía solucionarlo, pero el tiempo pasa y no se me ocurre nada…" Después de unos segundos de seguir pensando, Aether dio su tercer suspiro en el día.

"De momento iré a entregarle las fotos y las notas a la Editorial Yae. Creo que dijo que podría publicar la revista en unas pocas semanas." Comentó el rubio cuando se sentó, pero Ei actuó prácticamente de inmediato cuando se abalanzó sobre él.

Aether tan solo levantó el rostro y observó como ahora una Ei dormida había arrastrado la mitad de su cuerpo para dormir sobre su pecho.

"No te vayas…" Ella murmuró en sueños cuando lo abrazó con aún más fuerza, haciendo que su rostro se ahuecara en su cuello.

El rostro de Aether volvió a caer a la almohada y el cuarto suspiro surgió de sus labios.

"¿Qué voy a hacer contigo?"

_ CAPÍTULO 11: ¡ACEPTANDO SENTIMIENTOS! _

"Aquí está la revista. Te recomiendo que la leas en tu dormitorio." Comentó Shigeru cuando le entregó la nueva mercancía a Aether. "Y nuevamente, muchas gracias por tu ayuda. Sin ti, esto hubiera sido imposible."

"No hay problema. Ya estoy ansioso por verlo." Declaró el viajero con una sonrisa, alzando la revista para hacer énfasis en sus palabras.

"¡Que tengan una buena mañana!" Exclamó Shigeru con una sonrisa al ver como Aether y su compañera de viaje se alejaban.

Una vez que se marcharon del lugar, Paimon giraba alrededor suyo con suma curiosidad.

"¿No abrirás la revista?" Preguntó Paimon con sumo interés, y Aether negó con la cabeza como respuesta.

"Shigeru dijo que lo abriera en mi dormitorio. Quizás tiene algún truco y quiero descubrirlo." El comentario de su amigo hizo que Paimon se frotara el mentón con ligeras dudas.

"Si tu lo dices…"

En el recorrido Aether saludó a muchos conocidos, tales como Itto y Kuki, quienes se encontraban en el nuevo santuario. Más lejos se encontraba Sara patrullando una de las últimas construcciones que faltaban terminar, y cerca de la gran mansión saludó a Kokomi, Ayaka y Yoimiya, quienes se encontraban en el hospital que había sido construido hace unas semanas.

Antes de entra a la mansión, Aether y Paimon observaron las vistas desde lo alto de las escaleras. Era impresionante ver como el ruido de la construcción y el metal había sido reemplazado por murmullos alegres y gente llena de vida.

"¿Cuánto tiempo crees que se quedaran a vivir aquí?" Preguntó Paimon con mucha curiosidad.

"No lo sé. Quizás se queden hasta el final de la guerra." Declaró Aether al mismo tiempo que se inclinaba de hombros. "Aunque, a decir verdad, ya me he acostumbrado a tenerlos aquí." Concluyó Aether con una leve sonrisa al ver toda la civilización que se alzaba frente a las puertas de su hogar.

Al final, ambos entraron y Paimon se quedó hablando con Yae mientras que Aether se aventuró a hacer su trabajo matutino. Pero justo antes de golpear la puerta de Ei, él se detuvo y observó la revista con suma curiosidad.

"Creo que no estaría mal echarle un vistazo primero." Pensó Aether con una sonrisa cuando se marchó a su dormitorio, que por suerte estaba al frente.

Una vez que cerró la puerta, Aether se apoyó en ella y una sonrisa tranquila cruzó sus labios cuando revisó la primera página.

En ese preciso momento, esa sonrisa se transformó en una expresión horrorizada.

Allí se encontraba una de las tantas fotos de Ei, pero lo curioso es que su vestimenta había sido completamente cambiada, y poseía una lencería poco provocativa. Pero era lencería, al fin y al cabo.

"¡¿Pero que carajo es esto?!" Exclamó Aether con sumo terror mientras pasaba las paginas lo más rápido posible, y en todas ellas había algún dialogo junto con una vestimenta realmente caliente de la Diosa. "¡Este tipo editó todas las malditas fotos!" Aether volvió a gritar, y su rostro se puso completamente violeta cuando se dio cuenta de algo muy importante:

"Si ella se entera, estoy muerto." Concluyó, para luego arrojar la revista al tacho de basura.

Pero cuando se disponía a marcharse, sus ojos captaron algo que sin duda llamó su atención. El rubio volvió a levantar el libro una vez más, y sus ojos se ensancharon levemente por lo que estaba viendo en la última página.

"¡Muchas gracias por su ayuda!"

Allí aparecían Ei y Aether abrazados mientras tenían una hermosa sonrisa hacia la cámara. Y, lo más importante, ellos llevaban ropa normal.

Esa imagen hizo que una sonrisa apareciera en su rostro.

Aether abandonó el dormitorio, y una expresión de piedra cruzó por su rostro.

"Haré como si no hubiera visto nada." Pensó para si mismo, para que luego su sonrisa habitual volviera a su rostro.

Aether golpeó la puerta un par de veces, y los segundos pasaron.

Nunca escuchó un llamado, por lo que lo confundió.

"¿Ei?" Aether abrió lentamente la puerta, y lo que vio lo sorprendió hasta la medula.

La Diosa lo observó. Ella aún estaba en ropa interior, apoyada de pie contra el respaldo de la cama.

Así es, ella estaba de pie.

"¡EI!" Aether se abalanzó sobre ella antes de que pudiera decir algo, y la sorpresa se transformó en una tierna sonrisa cuando correspondió el gesto.

Aether se separó para verla mejor, y la gran sonrisa dentuda no tardó en aparecer en su rostro.

"¡Esto es increíble!" Exclamó cuando tomó su mano, haciendo que un tenue sonrojo se dibujara en el rostro de la Diosa.

"Lo sé, estaba igual de sorprendida que tu cuando me desperté y sentía las piernas. Pero…" Ei no pudo terminar su idea, aunque lo que quería decir quedó más que claro cuando sus piernas flaquearon y terminó cayendo sobre Aether, quien la atrapó entre sus brazos.

"Ya veo. No te preocupes, estarás como nueva en muy poco tiempo." Comentó Aether mientras la sostenía con cuidado para que no se cayera.

"No lo sé, creo que puede tardar varios días." Ei dejó caer su cuerpo a propósito, por lo que el rubio se vio forzado a cargarla como siempre lo hacía. "Hasta entonces, ¿puedes seguir cargándome?" Ella le preguntó con una dulce sonrisa cuando lo abrazó por el cuello.

"Creo que lo que tu quieres es que te cargue para siempre." Comentó Aether con una sonrisa burlona, y Ei no vio la necesidad de negarlo.

"Jeje." Ella confirmó eso con su pequeña risa cuando se aferró a él con más fuerza.

_ SALTO DE LINEA _

Relajatetera

Unas horas más tarde…

Sara observaba con una sonrisa satisfecha como Ei se encontraba caminando mientras era ayudada por Yae. A su lado estaban Aether, Paimon, Itto y Kokomi, quienes observaban en silencio.

"Estoy tan orgullosa…" Pensó la comandante en voz alta, como si estuviera hablando de algún pariente.

"Nunca pensé que podría verte sonreír." Comentó Aether de una manera que molestó a Sara, aunque ella decidió ignorar el comentario.

"La anatomía de un ser tan poderoso es impresionante. Aún me parece increíble que se haya podido curar tan rápido." Los parpadeos de Kokomi no se detenían mientras observaba como Ei ya no necesitaba estar apoyada en Yae para caminar.

"Supongo que eso es lo que tiene entrenar durante incontables siglos." Comentó Aether, llamando la atención de todos. "Recuerdo esa sensación. Lastima que gran parte del fruto de mi esfuerzo se haya ido por estar inmóvil durante tanto tiempo." La declaración nostálgica hizo que todos guardaran silencio.

Después de todo, todos querían saber más acerca del pasado de Aether.

"Creo que para mañana ya podrás usar tu lanza nuevamente." Yae le dijo a Ei mientras la seguía de cerca, observando como sus piernas vendadas temblaban sin parar. "¿Quieres descansar? Has estado caminando por mucho tiempo."

"No puedo detenerme." Comentó Ei con una mirada endurecida. "Aunque mis piernas estén gritando de dolor, no voy a parar hasta que pueda correr." Ese comentario hizo que un suspiro surgiera de los labios de Yae.

"Por los Dioses, querida. Siempre fuiste tan obstinada…" Dijo la Yokai, para luego sonreírle. "Aunque admito que para estas ocasiones esa terquedad tuya si sirve de algo." Concluyó al mismo tiempo que se acercó a ella para tomarla de la cintura al notar que se iba a caer.

"Gracias." Ei le entregó una pequeña sonrisa, aunque su ojo cerrado indicaba que le estaba doliendo mucho.

"¿No quieres un descanso de, aunque sea 5 minutos?" Ei miró hacia el frente y retomó su caminata.

"No."

"¿No quieres saber que podrías regalarle a cierto hombre en su día especial?"

Esas palabras hicieron que Ei se tambaleara de una forma bastante graciosa, quien no dio un paso más tras escucharla.

"Cuéntame." Ella la miró de reojo, sacando una media sonrisa en la Yokai, quien siempre se salía con la suya.

_ SALTO DE LINEA _

Relajatetera

Al día siguiente…

La noche cayó sobre la nueva Inazuma con una gran fiesta.

El motivo era simple:

Su gran y aclamado héroe había cumplido años.

Todos los civiles estaban festejando en las calles, en donde habían armado una especie de carnaval. Pero la fiesta realmente importante se estaba llevando a cabo en la mansión del protagonista, quien había recibido muchas visitas para este día tan especial.

En el último piso se encontraba el inicio del bullicio. En ese lugar solo se encontraban Aether y Ninguang, quienes estaban discutiendo sobre algo.

"Vamos, acéptalo. Es tu regalo." Comentó la mujer con su típica sonrisa, haciendo que Aether se pusiera más nervioso.

"No lo sé. Es que un cheque de un millón de moras es demasiado…" Aether no pudo terminar su discurso cuando el papel se presionó contra su pecho con fuerza.

"Sabes que esto no es nada para mí." Aclaró Ninguang, ensanchando aún más su sonrisa.

"Si insistes…" El rubio atrapó el cheque entre sus manos.

"Por supuesto. Además…" Una sonrisa algo traviesa surcó los labios de la mujer. "Recuerda que puedo hacerte cualquier tipo de favor. Cualquiera." Ella guiñó un ojo tras la última palabra antes de marcharse a la azotea, dejando a un rubio confundido.

"¿Qué rayos significa eso?" Aether dejó el cheque bien agarrado entre varias cajas de regalos que estaban contra la pared.

Pero justo antes de que se uniera a los demás invitados, alguien lo sostuvo del brazo.

"¿Eh?" Aether giró su cabeza, pero se quedó completamente en silencio.

Enfrente suyo se encontraba una Ei con un hermoso vestido purpura que resaltaba su escote y se dividía en el sector de la cintura para dejar expuestas sus hermosas piernas que ya no estaban vendadas. La parte inferior del vestido tenía un hermoso decorado de estrellas que lo hacia ver muy bonito, y los tacones altos también se encargaban de realzar aún más su figura. Ahora su flequillo estaba completamente suelto al igual que todo su cabello, luciendo una apariencia realmente bella. Y por arriba de su cintura había un lazo con rayas blancas y moradas que se encargaban de mantener cerrado el vestido.

En palabras más simples, ella se veía realmente atractiva.

"Feliz cumpleaños." Ei le extendió una pequeña caja, y ese gesto hizo que él saliera de su ensoñamiento.

"Muchas gracias. Te ves preciosa." Como era de esperar, Aether no pudo contener su alago, que salió con tanta sinceridad que sonrojó un poco a la mujer.

"Yae preparó el vestido. Ya sabes, no soy muy buena con estas cosas de la moda." Comentó la Diosa mientras se acomodaba el cabello por detrás de su oreja.

"Bueno, dile que hizo un gran trabajo." Comentó Aether con una sonrisa dentuda, y Ei se volvió a sonrojar ante su honestidad.

Aether abrió la pequeña caja y en un principio se sorprendió. De ella sacó una gema cristalina con un color y brillo bastante peculiares. Algo que, curiosamente, nunca había visto durante sus viajes.

"Eso es una Protogema." Aether llevó la mirada a Ei tras escucharla. "Se dice que esa gema es la representación de las esperanzas y sueños condensados de universos que existieron alguna vez. Pero, también son la representación de la unión. Se dice que, si le entregas esta gema a alguien, los destinos de ambos estarán entrelazados para siempre." Una vez que Ei terminó su explicación, Aether observó la gema con otros ojos, y, sin duda, con mucha sorpresa.

"Wow… solo, wow…" Fue lo único que se le ocurrió decir en ese momento. "Es un gesto muy bonito de tu parte. Lo atesoraré como no te lo imaginas." El rubio concluyó con una linda sonrisa, y Ei respondió de la misma manera.

"Sé que lo harás."

"Ahora, ¿quieres divertirte?" Aether la tomó de la mano sin pensarlo mientras que colocaba la gema en su bolsillo.

"¡Por supuesto!" Exclamó con un tenue sonrojo cuando ambos avanzaron hacia la azotea. "Por cierto, ¿cuántos años tienes?" Esa pregunta hizo que Aether le entregara una sonrisa bastante peculiar.

"Créeme que te sorprendería."

"¿Eh?"

Todos comenzaron a aplaudir antes de que Aether pudiera seguir con la conversación. Incluso el mismo Diluc lo estaba haciendo, aunque aún mantenía su expresión estoica.

"¡Por fin el cumpleañero decide subir!" Exclamó cierto bardo borracho, quien estaba siendo acompañado por Zhongli, Yae y Sara.

"Lo siento, fue difícil recibir a todos." Aether se escusó al mismo tiempo que se frotaba el cabello como disculpa.

"Eso no es importante." Keching apareció justo en frente de la pareja. "Me enteré que hace poco estuviste en Liyue y ni siquiera me visitaste." Ella lo incriminó con un dedo en su pecho.

"No es mi culpa que estés tan ocupada." Respondió Aether con aún más nerviosismo.

"Ahora que lo pienso, hace mucho tiempo que no vienes a visitarnos, querido." Lisa y Jean se unieron, haciendo que la pareja se vea más y más abrumada.

"Vamos, chicas. No sean así." Ninguang apareció y su intervención hizo que la mano de Ei y Aether se separara, algo que aparentemente lastimó a la Diosa. "¿No ven que lo están abrumando con tantas preguntas?"

"La señorita tiene razón." Ayaka también se unió con su típica sonrisa. "¿Por qué no nos sentamos a hablar en la mesa más cercana?"

"¿Eh? Chicas, yo…" Aether le entregó una corta mirada a Ei, quien solo miró como él era arrastrado por todas las chicas.

Aunque intentara ocultarlo, su rostro lo decía todo.

Ei se encontraba completamente perpleja mientras se miraba la mano que antes estaba siendo sostenida por Aether. Sus ojos procesaban y trasmitían a la perfección ese dolor que ella sentía al ver como se alejaba con tantas mujeres.

Pero al final pareció reaccionar, y lo único que hizo fue sentarse en la barra junto a los demás, mientras observaba en silencio como todas esas mujeres acaparaban por completo a Aether.

Yae se dio cuenta de su mirada, al igual que Venti y Sara, pero nadie dijo nada.

Mientras tanto, Zhongli estaba más centrado en charlar con Diluc, Gorou y Paimon, quienes eran el grupo que se mantenía completamente ignorantes a todo lo que estaba sucediendo.

Mientras tanto, Kaeya, Shenhe, Kokomi y Yoimiya estaban en la punta de la barra mientras se susurraban cosas y observaban a Aether con diversión. O bueno, por lo menos Kaeya y Yoimiya lo hacían.

"¿Qué te sirvo, nya?" Preguntó Diona, haciendo que Ei saliera de su transe.

"Yo-yo no…" Ei no terminó de hablar, ya que observó como Lisa se sentaba sobre el regazo de Aether. "Dame lo más fuerte que tengas."

En esta ocasión todos en la barra la miraron con ligera confusión, ya que notaron el cambio de temperamento tan radical que había tenido.

"Como quieras." Diona no le dio mucha importancia a eso y comenzó a preparar la bebida.

"Yae-sama…" Sara le susurró a la Yokai con ligera inquietud.

"Déjala desfogarse." Yae le devolvió el susurró con una de sus peculiares sonrisas.

Sara tan solo asintió, y ambas mujeres observaron como Venti alzó la copa para brindar con Ei, quien en un principio se vio un poco dudosa, pero al final accedió.

"Pensé que no te gustaba el alcohol." Comentó Venti con suma gracia al ver como una expresión algo rígida adornaba el rostro de Ei tras probar la bebida por primera vez.

"Creo que este es un buen momento para probarla." Ella comentó mientras observaba de reojo a Aether, y el hecho de ver como ahora Ninguang también se encontraba sentada en su regazo hizo que tomara todo el contenido de un solo trago, ante la sorpresa de los más cercanos a ella.

"¡Jajaja! ¡Eres muy divertida!" Exclamó el Arconte cuando imitó la acción de Ei. "¡Otra ronda más!"

"¿Eh?" Diona tan solo miró entre Venti y Ei, sin saber que hacer.

Pero la mirada profunda de Ei le hizo entender lo que debía hacer. Pero si esos escalofríos que erizaron su cola no fueron suficientes, las siguientes palabras de la Diosa lo confirmaron:

"Otra más."

"¿Estás segura de esto…?" Sara le volvió a consultar a Yae con seberas dudas.

"La borrachera te vuelve en una persona extremadamente estúpida, o honesta, o ambas." Yae tomó de su copa con delicadeza. "Creo que Ei es la tercera." Concluyó con una sonrisa zorruna, y Sara la miró con cierta inquietud.

"Si usted lo cree…" Al final, la comandante decidió confiar en el criterio de la Yokai.

Después de todo, no había nadie más que conociera tan bien a Ei como lo hacía Yae.

Mientras tanto, Aether se sentía extremadamente incómodo.

Era cierto que esta no fue la primera vez que tantas mujeres se le abalanzaban encima. Pero era la primera vez que sucedía en este mundo, y todas ellas eran mujeres que compartieron varios momentos muy importantes con él, por lo que la idea de ser irrespetuoso y alejarlas se le hacía extremadamente incómodo.

"Hora puedo entender sus palabras…" Pensó Aether con sudor frio al notar como Ninguang se le pegaba más y más. "Solo espero que una vez responda todas las preguntas me dejen un poco de tiempo libre…" Pensó el rubio con los ojos en blanco mientras era tratado por esas mujeres como si fuera su peluche personal.

Obviamente esto no le parecía para nada gracioso a Ei, quien había tomado su sexta copa del día en menos de 1 hora. Sus ojos estaban algo nebulosos y un rubor se pronunciaba en sus mejillas, el pequeño "¡hip!" que salió de su boca terminó de indicar lo obvio.

Ella estaba completamente borracha.

Y, aunque su visión estuviera algo borrosa y confusa, aún podía ver a la perfección como todas esas mujeres intentaban robarle a su más preciado amigo.

"¡Otra ronda más!" Exclamó Venti cuando alzó su copa, y a diferencia de cierta Arconte, él se veía completamente lucido.

"¡Si, otra más!" Ei imitó su acción, su ceño y labios fruncidos indicaban que no iba a detenerse por un buen rato.

"¿Eh? Pero yo…" Diona observó a Ei con suma preocupación, ya que su borrachera se notaba a leguas.

"Oye, vamos a tomar un descanso." Yae la tomó del hombro, algo que Ei no recibió muy bien.

"¿Eh? ¡Pero no quiero!" Ella se quejó como niña, pero gracias a su estado debilitado Yae no tuvo muchos problemas en arrastrarla.

En ese momento, Aether y Ei compartieron una corta mirada. El rubio se vio sorprendido a notar su borrachera, mientras que la Arconte se notaba que estaba hirviendo de celos.

Una vez que bajaron por las escaleras, por fin se encontraron a solas.

"¿Vas a decirme que es lo que te sucede?" Ei tan solo volteó el rostro con un pequeño "¡hmp!" ante la pregunta de Yae. "Bueno, no es como si necesite escucharlo de tu boca de todos modos…"

"¿Eh? ¿Qué quieres decir?" Ei la miró con cierta incertidumbre tras escucharla.

"Eres demasiado obvia, querida. Solo los lentos no se han dado cuenta." Comentó Yae con una mirada aburrida en su rostro.

"Yo…yo no entiendo de que estás hablando." Ei la miró con cierto dolor cuando se tomó la cabeza por culpa del alcohol.

"¿No lo entiendes?" Yae alzó una ceja, divertida ante lo escuchado. "Disfrutas cada segundo que estás junto a Aether. Cuando te cuida te aseguras de mostrarle todo el cariño y la confianza posible. Cuando solo se fue tres días de tu lado, lloraste y te sentiste tan miserable solo por ser un poco ignorada. Si sumamos eso a tu rara obsesión repentina por las novelas ligeras románticas…" Yae se detuvo, para luego alzar una ceja.

"Hay algo que yo no entiendo, ¿y es por qué te niegas a aceptar que lo amas?"

Ei tan solo se quedó en silencio, su mirada estaba gacha.

Todos los hechos, y esa pregunta final fue como un baldazo de agua fría que le daba un gran golpe de realidad.

Y en su ebriedad actual…

En su estado más débil y vulnerable…

En su estado más honesto, no le quedó otra opción más que admitirlo.

Yae se dio cuenta de eso al ver como Ei apretaba los puños con fuerza a medida que su mirada se endurecía. Incluso su cuerpo comenzó a temblar de impotencia, algo que preocupó un poco a la Yokai.

"Yo… yo no lo amo…"

Yae observó a su amiga con el ceño fruncido en confusión tras escuchar ese susurro.

"¿Por qué eres tan obstinada?"

"No soy obstinada, es la verdad."

"Sabes que es mentira."

"No lo es."

"¿Estás segura de eso?"

"Por supuesto."

"¿Entonces no te importa si me lo quedo?"

"¡NO HARÁS NADA!"

Yae dio un paso hacia atrás al notar como los rayos emergieron en el cuerpo de Ei tras su arrebato.

La Arconte respiró con cierta agitación, para luego volver a alzar su mirada, y nuevamente Yae se sorprendió.

Ei estaba llorando.

"¡Lo amo! ¡¿Es eso lo que querías escuchar?! ¡Lo amo tanto que incluso me duele!" Ei volvió a gritar, aunque ahora su tono estaba cubierto en llanto. "¡¿Cómo no podría amarlo después de todo lo que hizo por mí?! ¡Aether me ayudó, salvo a mi gente, salvo mis deseos, me salvo de mi misma! ¡Me salvó de la soledad! ¡Fue el único que me escuchó, y que me entendió! ¡Y después de todo eso, dime…!" El arrebato de Ei flaqueó cuando cayó de rodillas y comenzó a ahogarse en su propio llanto.

"Dime… ¿Cómo es que no podría enamorarme de alguien así?"

Decir que Yae estaba sorprendida era un eufemismo.

En definitiva, sabía la tecla que debía pulsar para hacer que Ei se molestara y aceptara sus sentimientos, pero la verdad es que nunca se esperó esto.

Nunca había visto a una persona caer tan profundamente enamorada de otra.

Pero, entonces esa pregunta volvió a su mente…

"¿Por qué lo negaste?" Yae se agachó frente a ella para colocar una mano sobre su hombro.

"Porque es algo inmoral e imposible…" Ei alzó su mirada, su llanto no se detenía. "Él es un mortal, y yo soy una inmortal. Simplemente lo nuestro no funcionaria." Los ojos de Yae se ensancharon cuando la escuchó.

Sin duda, era otra cosa que tampoco esperaba escuchar.

"Oh, querida…" Yae negó con la cabeza para demostrar la lastima que sentía por su mejor amiga. "Eres mucho más tonta de lo que pensaba." Los sollozos constantes de Ei se detuvieron cuando la miró con suma confusión y algo de enfado.

"¿Qué quieres decir con eso?" La pregunta malhumorada de la Arconte hizo que una sonrisa bastante peculiar surgiera en el rostro de Yae.

"Aether no es un mortal."

_ SALTO DE LINEA _

El viajero observó en silencio la entrada a la azotea. Ya habían pasado varios minutos y ninguna de las dos había regresado, algo que lo tenía bastante intrigado, especialmente después de ver como se encontraba Ei.

Las mujeres que lo rodeaban ahora estaban más centradas en hablar entre ellas, por lo que de algún modo sintió que podría liberarse con facilidad.

Lo único que necesitaba era una intervención externa.

Su pedido silencioso fue respondido casi al instante cuando Yae apareció y le hizo un par de gestos con su mano para que la acompañara.

"Lo siento, chicas. Enseguida vuelvo." Aether se quitó a Lisa y Ninguang de encima de la forma más amable que pudo, recibiendo miradas curiosas por parte de todas.

"Descuiden, no se los sacaré por mucho tiempo." Comentó Yae con una sonrisa cuando se fue junto con Aether.

Paimon se miró con Zhongli, y este simplemente se inclinó de hombros. En esta ocasión, todos se encontraban igual de curiosos por lo que estaba pasando, aunque sin duda la que más quería saber era Sara y Venti, pero este último se encargó de que Paimon no fuera a espiar cuando la tomó de la cintura, ante su disgusto.

"¿Qué sucede?... ¿Yae?" Aether se detuvo al no encontrarla con la mirada, por lo que su sorpresa fue grande cuando vio como la Yokai le arrojaba una Ei casi inconsciente sin previo aviso.

"Ella esta muy borracha, ¿puedes llevarla a su dormitorio?" Aunque Yae estaba preguntando, ciertamente no se detuvo a esperar una respuesta, ya que ya se estaba marchando.

"¡Espera! ¿Por qué yo? ¡La podrías haber llevado tú!" Aether se quejó.

"Jeje…" Ei se rio mientras tocaba la mejilla de Aether de una manera juguetona, haciendo que diera un gran suspiro.

"Tampoco es que sea muy difícil." El rubio cargó entre sus brazos a la Diosa, quien dio un leve quejido de sorpresa ya que el movimiento fue muy repentino.

Aún así, ella no tardó en responder cuando lo abrazó del cuello con cariño, ganándose una leve sonrisa por parte de Aether.

El camino hacia la habitación fue realmente tranquilo. Tampoco era difícil que lo fuera, ya que Ei estaba más dormida que despierta.

"Si sabes que no aguantas el alcohol, ¿por qué tomaste tanto?" Pensó Aether en voz alta mientras rebuscaba en el vestido de la mujer, haciendo que ella diera risas entrecortadas.

"¡Espera! ¡Me haces cosquillas!" Ella se quejó en un tono adorable, pero Aether no le prestó mucha atención.

"¿En donde tienes la llave?" Preguntó Aether con suma confusión, ganándose una mirada estática de la Arconte.

Mientras tanto, Yae se mostraba muy entretenida bebiendo unas copas mientras arrojaba y atrapaba una llave.

Al final, Aether no tuvo otra opción que entrar en su propio dormitorio y colocarla en la cama.

"Genial, ¿en dónde voy a dormir ahora?" Aether pensó en voz alta mientras se frotaba el mentón, ya que todos los dormitorios de esta noche estarían ocupados.

Al estar tan centrado en buscar una solución a su problema, él nunca vio como Ei observó el libro que estaba en la basura, por lo que se levantó como pudo y lo tomó.

"Supongo que lo solucionaré más tarde…" Concluyó con un leve inclinar de hombros, para luego darse la media vuelta con una sonrisa. "Espero que descanses bie…"

"¡POAF!"

La puerta se cerró bruscamente antes de que pudiera terminar de hablar. Su sonrisa se esfumó de su rostro al notar que la mano de Ei había sido quien cerró la puerta con tanta fuerza.

"¿Qué es esto?" Preguntó la Arconte, y Aether casi se muere del susto al notar como la mujer sostenía el libro abierto en donde se veía a ella en ropa interior.

"Pue-puedo explicarlo…" Pensó Aether con el rostro azul.

Ei arrojó la revista y lo tomó sorpresivamente de las mejillas, haciendo que Aether se pusiera aún más nervioso. Sus ojos se cerraron con fuerza al pensar que lo iba a golpear, pero lo único que recibió fue una respiración extremadamente pesada golpeando su rostro.

Su cara se volteó sin su consentimiento al notar el olor tan fuerte a alcohol, pero gracias a eso pudo darse cuenta de algo extraño.

"¿Ei?" Aether le consultó con severa confusión al notar como la Diosa estaba a centímetros de su rostro.

"Yo…" Ei apenas fue capaz de hablar cuando sus labios se acercaron aún más, y Aether pudo sentir como sus mejillas eran apretadas con más fuerza.

"Yo voy a devorarte."

"¿Eh?"

Antes de que Ei pudiera hacer algo más, ella cayó sobre el pecho de Aether, completamente desmayada por el alcohol.

El rubio tan solo miró con los ojos en blanco como el rostro de la mujer se arrastró por todo su pecho hasta finalmente caer al suelo.

Ante semejante imagen, solo pudo pensar una cosa.

"¿De acuerdo?"

_ ¡FINAL DEL CAPÍTULO! _

El próximo será el último de este arco, y como tal, ya saben lo que se viene. Pero antes, me gustaría hacer una consulta realmente importante:

En el inicio de esta historia les había preguntado si querían que hubiera lemon, pero nadie respondió. Ahora, teniendo en cuenta que son muchos más, me gustaría volver a preguntar, ya que ese momento está bastante cerca. Esto será democracia, el lado que más votos tenga será el escuchado, lo único que deben hacer es comentar en Wattpad o en las reviews de FanFiction. En caso de que nadie vuelva a comentar, entonces haré lemon, ya que todas mis historias han tenido este tipo de contenido hasta ahora. Obviamente tendría que tomar medidas, pero eso es algo obvio que se hablará en el próximo capítulo según la decisión que se haya tomado. Y como este era el último capítulo consecutivo, van a tener mucho tiempo para hacer sus comentarios al respecto.

Sin nada más que agregar, me despido.

¡Muchas gracias por leer!