El sol estaba empezando a ocultarse, pero aún había mucho calor en el aire. En plena primavera uno solo puede tener frío en las noches. Sobretodo nosotros dos, que estamos en un intenso enfrentamiento, solo podemos sentir como el ambiente tiene un exceso. Sostuve con más fuerza la espada de madera mientras me preparaba para dar el golpe definitivo. Mi oponente pensó lo mismo, dándome una mirada retadora.

Buscaba provocarme con esa presunción, pero ya no caeré en esos trucos. Como el futuro héroe de Mondtadt, no puedo flaquear ante algo tan banal. Reconociendo mi determinación ante mi mirada, él sonrió como solo un hermano sabría hacerlo. Permitiéndome mostrar emociones en la batalla, le sonreí devuelta, queriendo que no hubiera rencores.

El sudor no era algo ajeno a mí, pero esa gota que estaba cayendo por mi frente pasando por mi mejilla y acabando en mi mentón era la clave de todo. Una vez que cayó, avacé con todo, negándome a obtener la derrota. Negándome a no ser otra cosa que el perfecto caballero del que padre estará orgulloso.

¨Si, si, admiro su dedicación, niños, pero ya el almuerzo ya lleva un rato enfriándose. Coman primero¨

Cortando la tensión de guerreros que teníamos, bufé enojado mientra Kaeya se reía. ¨¡Pero padre, estaba a punto de obtener la victoria!¨

Ignorando la protesta de Kaeya, mi padre me sonrió mientras me acariciaba el cabello, algo que solía hacer cuando quería inculcarme sus valores que aprendió a lo largo de su increíble vida. ¨Y no dudo en que pudieras ganar, pero también tienes que cuidarte. Jugar está bien, pero deberías gastar esa energía en el entrenamiento. Uno elegido como tú no puede aspirar a menos¨

¨...¨

Supongo que es... cierto. Es verdad que el verdadero potencial de explotar está en el entrenamiento para aprender a manejar mis poderes, pero es... es un poco aburrido. No me gusta tanto hacer todo eso. Si lo hago es por mi padre y para hacerlo sentir orgulloso, pero prefiero jugar un poco con Kaeya. Lo he dejado un poco de lado.

Pero... no creo que pueda decirle eso. Miré de reojo a Kaeya que parecía ajeno a todo esto. Notando mi mirada, me dio una sonrisa de complicidad, entendiendo bien mi situación. Aliviado, encaré de nuevo a padre, más relajado de que no perderé mi conexión con mi hermano jurado. ¨En fin, de verdad chicos, necesitan relajarse un poco. Sobretodo tú Diluc: entiendo que te estás conteniendo, pero una Visión pone a tu hermano en desventaja¨

Eso he oído. Las Visiones, los regalos de los Dioses, otorgan no solo el poder elemental o la posibilidad de ascender, sino también un aumento en la maestría física de sus usuarios. Lo he notado cada vez más: cómo puedo correr y correr sin cansarme, o como soy capaz de aguantar mucho más dolor antes de caer rendido. Soy un superhombre y eso es lo que necesito si quiero alcanzar mi meta.

¨Pero padre, tengo que poner mis enseñanzas en práctica. Incluso si es un combate simulado, debe haber valor en poner a prueba las posturas o el movimiento correcto, ¿verdad? Creo que si me estanco en aprender y aprender, olvidaré cómo ponerlo en práctica¨ Todos no paran de decirme que soy un genio, que soy muy superior en comparación a los de mi edad, pero eso no me basta. Si quiero ser tan genial como padre quiere de mí, necesito ir más alto.

Eso le transmití a padre con mi mirada. Él se mostró dudoso, pensando bien en lo que quería. Luego, negando con la cabeza con una sonrisa de sabio, me acarició otra vez antes de irse hacia adentro. ¨Tu voluntad es fuerte, hijo. No tienes que demostrarle nada a nadie, pero si tanto quieres una prueba, arreglaré algo para ti¨

¨¡!¨

¨Ya mismo solicitaré la llegada de un Caballero de Favonius para mañana. Tendrás tu primera prueba de campo¨ Y con eso mi padre se despidió no sin antes instarnos a los dos a entrar para comer. Me quedé mirando su espalda sin procesar del todo lo que acaba de decir. De repente sintiendo un golpe en mi hombro, me giré en automático para ver a un Kaeya sonriente, de esas sonrisas genuinas.

¨Felicidades, hermano. Obtuviste lo que querías¨ Con esa sonrisa todavía en su rostro, él se despidió agitando la mano mientras entraba a casa, gritando al aire que esperaba que hubiera mucho jugo de uva. Yo todavía me quedé quieto, mirando al frente... hasta que de a poco una sonrisa emocionada apareció con tanta fuerza en mi cara que dolía. Pero que bien se sentía aun así.

¨... Si, si lo obtuve¨

Este es el siguiente paso. Con esto al fin estaré un paso más cerca de ser un Caballero del que padre se sentirá orgulloso.

Aguantándome las ganas de gritar de la emoción para mantener las apariencias de nobleza que mi apellido exije, entré a la casa, sintiendo de repente muchas ganas de comer. Padre, como el hombre sabio que es, tenía razón: me hacía falta comer.

...

Soy Diluc Rangvidr, el orgulloso hijo de mi padre Crepus Rangvidr, el hombre que solo desea lo mejor para mí. Con casi doce años cumplidos y tras un tiempo de la inclusión de un nuevo miembro a la familia, la vida no podría ser mejor. Aspirando a unirme a los Caballeros de Favonius apenas cumpla doce, me he esforzado todo este tiempo en ser el mejor caballaero posible, estudiando el porte, el habla y más importante: la fuerza.

Con el regalo del Arconte en mi poder, lo que antaño fue un sueño lejano está muy cerca de hacerse realidad. Adelantándome unos pasos, he hecho casi todo bien. Estudio en demasia, entreno con descansos justos y necesarios así como también estoy aprendiendo a cómo dirigirme a las personas. Un Caballero, uno auténtico, tiene que poder ser más que solo su fuerza. Debe inspirar tanto a compañeros como gente necesitada.

Para cumplir el sueño de mi padre, me prometí que sería el mejor en esto. No porque él me lo imponga, sino porque genuinamente quiero cumplir sus expectativas. Es lo que quiero hacer. Es, creo, para lo que me dieron este regalo. Por eso quiero apurarme si lo creo necesario y ahora mismo, a pocos meses de mi prueba de ingreso a la sede, es muy necesario que aprenda a pelear como corresponde.

No un combate simulado con Kaeya, sino algo más... un combate real. Pasar el tiempo con Kaeya es divertido y aún voy a hacerlo, pero necesito experimentar el peligro, la sensación de que un movimiento en falso puede salir mal. Si no lo hago ahora, temo experimentar predicamentos futuros: que un día me enfrente a un peligro tal que no sepa cómo reaccionar. O que lo tome mal.

Por eso no puedo esperar a mañana... Pero antes de eso...

¨Kaeya, déjame jugo¨ La respuesta de mi hermano fue mirarme mientras tomaba el anteúltimo vaso de jugo de uva. En lugar de comer la comida que nos sirvió nuestro padre, Kaeya pasó casi todo ese tiempo tomando y tomando jugo con una mordida ocasional del pavo. Era casi preocupante lo mucho que le gustaba a mi hermano el jugo de uva. Adeline a veces dice que eso puede desenvocar en algo más peligroso, pero lo dudo.

El jugo de uva es delicioso, ¿pero el vino? Ugh, probé una vez esa cosa y nunca más. Te deja un regusto horrible.

¨Señor Diluc, no se preocupe. Le guardé una jarra solo para usted¨ Apareciendo como una salvavidas y dando una mirada de reojo a mi hermano, Adeline agarró mi vaso y sirvió un líquido generoso de jugo. Esquivando hábilmente las manos de mi hermano, puso el vaso justo en mis manos y se fue con la jarra, ya sabiendo lo que pasaría si se quedaba ahí.

Mirando con presunción a mi hermano, me llevé el vaso de jugo a los labios y, viendo como él apreciaba muchísimo más lo que no puede obtener, me miró como si le estuviera robando un juguete valioso. El odio era palpable y mi disfrute aún más, acompañada la escena divertida con la carcajada de mi padre.

¨De verdad que bello es tener un hermano. Ojalá hubiera tenido tal suerte¨ Mi padre ya había acabado de comer antes de que vinieramos, pero aun así prefirió ignorar su agenda en pos de que los tres estuviéramos aquí. Mientras le sonreí a padre y alejaba lo más posible mi vaso de las garras manchadas de morado de Kaeya, me pregunté qué podría hacer hoy para prepararme.

Notando mi predicamento, padre negó con la cabeza. ¨Suficiente entrenamiento tuviste ya. No quiero que estés cansado para mañana. Lee algo, juega con tu hermano a cosas más tranquilas o toma la siesta. Hace mucho que no la tomas: te vendría bien para crecer un poco¨

Tras descartar de inmediato dormir, asentí a las palabras de padre, poniéndome a pensar qué iba a hacer... Y tomándome de una vez todo el jugo para evitar que Kaeya siga molestándome. Haciendo un grito ahogado del puro horror, rodé los ojos, sabiendo bien que esto era solo un acto para molestarme. A Kaeya le gusta mucho actuar: si visitaramos Fontaine, deberíamos llevarlo a una de sus obras.

A lo mejor así descubre su propia Visión.

¨Seguiré tu consejo, padre¨ Estando complacido con mis palabras, él asintió para sí mismo mientras se levantaba, probablemente hacia su rutina que había pospuesto por nosotros.

Si, seguiré su consejo...

Lo se... seguiré...

Lo seguí hasta el final y aun así... Lo que me esperó al final de camino fue la traición, la inutilidad de mis acciones y embarcarme en un viaje con posibilidad de no retorno... Ya saben, lo que uno espera de seguir las palabras de su padre.

¨...¨

El escuadrón Fatui de Liyue resultó ser mucho más débil que el de Espinadragón. Fue un riesgo atacarlos a la mínima oportunidad, pero valió la pena ahorrarme aún más cargas emocionales. Sin conocer nada de ellos, puedo quedarme aquí sin mayores complicaciones. No me nace ningún deseo de contruirles una tumba improvisada. Por más que sea lo correcto, los Fatui son mis enemigos. Si empiezo a compadecerme de ellos, algo muy malo me terminará pasando.

Además de que...

¨Como esperaba, nada de mucho valor tampoco. A este paso solo me queda una opción¨ Pisar la tierra del Arconte Cryo es un riesgo. Por mucho que confie en mis habilidades, dudo en poder enfrentarme a los Heraldos con confianza, sobretodo porque no irán de a uno. Esas ratas tratarán de arrinconarme en una multitud si llamo demasiado la atención.

Pero ¿sino qué me queda? Claro, ahora conozco muchos más lugares para explorar en busca de respuesta, incluyendo algunas bases secretas en Inazuma o el desierto de Sumeru. Pero ir tan lejos es un poco riesgoso para recompensas tan nimias. Lo que me queda es tratar de infiltrarme aún más en esos grupos y escucharlos hablar. No descarto la idea de que tengan mucho conocimiento que muere con ellos.

Aparte de esas dos opciones, no tengo nada. Ideas, convicciones y una falta de escrupulos: esas son mis armas. Eso y la basura aberrante que tengo a mi lado. Sin una Visión, lo único con lo que cuento para defenderme son mis habilidade s de combate y el poder oscuro de los Fatui, la Desilusión. Un poder que al menos parece no serme reacio, para bien o para mal.

Con el anochecer a la vuelta de la esquina y solo en medio de la nada, rodeado de las montañas típicas de Liyue, solo me queda acampar por la noche. Tras tener suficiente de tonterías inútiles como las quejas de no tener suficiente pollo o sabanas de la misma calidad mediocre, me recosté en el suelo, negándome a usar lo de los Fatui porque todavía no he caído tan bajo.

Aún no...

Recostado y mirando el cielo estrellado, el hogar de los Dioses por encima de todo, no pude evitar rememorar aún más mi pasado. Ese recuerdo en específico tiene un gran peso en mí porque fue mi primera experiencia de lleno con un Caballero de Favonius. Cuando fui inocente, fue un momento que atesoré, llevándolo siempre en mi corazón. ¿Ahora? Solo puedo pensar en lo estúpido que fui.

Los Caballeros de Favonius no son unos santos. Son unos corruptos y también ineficientes, pero aquel bello recuerdo de mi infancia ahora lo veo como la mayor mancha en mi vida, en el inicio de mi peor etapa. La de un ignorante que no sabe nada mejor y cree en el sistema creado a base de falsedades e incompetencia.

Ese momento, cuando lo conocí, fue sin duda...

¨H-Hola. Soy el Caballero de Favonius Ozil. E-Encantado de conocerlo, Señor Ragnvidr. Ah, y a usted también, Joven Diluc¨

¨... Un Caballero de Favonius...¨

Mi interacción con los Caballeros no ha sido mucha. Aparte de en eventos donde están demasiado lejos o vestidos para la ocasión, realmente no he tenido mucho contacto con ellos. Con el que hemos hablado para la inscripción es un burocrata que no sale de la Sede. Todo mi entrenamiento ha consistido en libros de enseñanza con la ocasional ayuda de mi familia.

Por eso, tener un Caballero en frente, uno que está vestido para la ocasión, es tan...

¨Es tan genial, señor¨

¨¿O-Oh? Gracias, Joven Diluc¨

Dándome una mirada burlesca, Kaeya rápidamente se desligó de la situación al volver a su libro, estando todavía parado. Un comportamiento muy grosero en mi opinión, pero Kaeya es Kaeya. No sé cómo ha vivido antes de venir aquí, pero no parece que fuera una vida muy orientada a la etica. Él... no es que sea normal, pero siento que es un chico muy distinto de mí.

M pregunto cómo ha sido su vida. Él no cuenta mucho de su pasado.

¨Es un honor que viniera más temprano de lo usual incluso. Verdaderamente estamos todos agradecidos con usted y la Orden, Señor Ozil¨ Manteniendo un porte dignos de un hombre virtuoso, mi padre apoyó su mano en mi hombro aún mirando al Caballero. ¨Me imagino que las presentaciones sobran, pero él es mi hijo, a quien quiero que evalue. Está familiarizado con él, ¿verdad?¨

¨¡Como no estarlo! El prodigo de los Ragnvidr, un niño que despertó el afecto de los Dioses a tan corta edad y que desea unirse a la Orden. Creame que él es toda una sensación en la Sede. Esperamos grandes cosas de él¨

¨Yo también, Caballero. Y creame que mi hijo las cumplirá todas¨

Con una sonrisa sincera, de completa creencia en mis capacidades, no pude evitar quedarme embelezado por lo que estaba viviendo. Mi padre mostrando todo su amor hacia mí y encima un Caballero de Favonius validando todo lo que me he esforzado... Verdaderamente es el momento de demostrar de qué estoy hecho. Todos cuentan conmigo.

Dándole una fugaz mirada a la gran espada colgada en mi espalda, me decidí a que iba a darlo todo. Impresionaría al Caballero, haría orgulloso a mi padre y tendría el poder de defender a Kaeya de lo que sea que le aqueje. Todo irá bien: mentalizado así, el fuego en mis ojos que se originaban en el fuego de mi alma materializado en este regalo ardió como nunca.

Listo para enorgullecer a todos. A enorgullecerme a mí.

Ese Caballero era un cualquiera e inútil encima de todo. Incapaz de proteger a cualquiera ante la más mínima señal de peligro. La experiencia que viví ese día con él, si bien fue emocionante y me validó aún más, visto en retrospectiva fue el culmen de lo absurdo, un presagio de todo lo que estaba mal con ellos. Viéndose nervioso, accesible de un modo patético y sin el físico apropiado, él estaba lejos del Caballero ideal al que aspiraba.

Y aún así yo no lo noté. Estaba demasiado enamorado de la idea de los Caballeros de Favonius como concepto que pasé de largo todo lo que no alimentara mis fantasías... Él... seguro que Kaeya pudo notar eso, el muy bastardo, pero no dijo nada porque quería alimentar mis fantasías. No desentonar, pasar desapercibido por el ojo de todos. Él siempre fue así, ocultando todo a todos.

Quizás, sin embargo, eso mismo prueba de que no todo lo que sintió fue una mentira: tal vez ese momento de sinceridad fue un intento cutre de demostrarme que aún había algo en él. Que nuestro vínculo significo algo.

¨... No es que eso importe¨

Kaeya ya no es mi hermano, ya no tiene permitido vivir en mi casa y es probable que en el futuro no vuelva a verlo. Dejarlo quedarse en Mondstat fue un intento mío de agradecerle todo lo que vivimos. Mentira o no, lo consideré mi hermano jurado. Lo quise como a un hermano y estaba dispuesto a dar la vida por él así como mi padre... mi padre... Él... Ugh, no importa: vas a averiguar la razón de eso, Diluc.

¨Si... Descubriré la verdad de mi padre, de los Fatui y evitaré que todo el esfuerzo físico que hice sea en vano¨

Ser un Caballero de Favonius es un sueño enterrado, destruido para nunca más emerger. Ser un héroe... je, aunque quisiera ser algo tan glamoroso, lo que estoy haciendo se aleja a un nivel absoluto de lo que debería ser un héroe, aparte de que no pienso salvar a nadie: solo matar. Y en cuanto a proteger a mis seres queridos... Bueno, mal que me pese, a Kaeya le importa Mondstant. Él protegerá a nuestro seres queridos.

Tiene qué... Necesito qué...

¨...¨

Varka y Jean... Supongo que pude haberme despedido de mejor manera. Incluso si la Orden está podrida, ellos dos valen la pena. Son lo que yo creí eran todos los Caballeros de Favonius. Honestamente, creo que la Orden les queda demasiado pequeña. Ellos pueden hacerlo mejor. Ellos... seguro que lo harán mejor. Si Kaeya se descontrola, creo que ambos podrán detenerlo.

Eso me tranquiliza: que mi hogar podrá seguir sin mí. El Viñedo... Aunque no me guste el vino, representaba algo muy importante para padre. Por eso lo dejé en buenas manos. Mientras se mantenga, puedo avanzar sin miedo.

¨... Sin miedo, ¿eh?¨

Como aquel día...

Caminar por las afueras del Viñedo es algo que no suelo hacer. Por mucho que ahora tenga fuerza y sea una zona tranquila, padre se ha asegurado de que no me lastime innecesariamente. No quería que me lastimara, que arriesgara mi estado, antes del gran día. Es por el hecho de hacer la prueba lo mejor posible que él ha sido precavido con mi salud.

Padre de verdad quiere que me vaya bien. Él desea que me vuelva un Caballero... Por eso, en lugar de hacer todas las preguntas que quiero al Caballero, saciar toda mi curiosidad hacia la vida que volveré realidad, me aguanté las ganas. Como un auténtico Caballero, miré hacia el frente, me preparé para un peligro potencial y no traicioné ni el más múnimo atisbo de imperfección.

Un Caballero tiene que dar seguridad. Me volveré el epitome de la seguridad por el bien de mi apellido, de ser un digno legado de mi padre.

¨Señor Caballero, ¿cuál será la prueba planeada exactamente? Aunque puedo hacerme una idea, no llegué a recibir una confirmación de la Sede. Es verdad que Diluc podrá enfrentarse a todo lo que se le imponga, pero odiaría que se llegara a lesionar antes del momento más importante¨

Sin traicionar nada más que una firme determinación, no moví mi rostros pese a mis deseos y decidí solo escuchar en silencio, sin perturbar el ambiente. ¨No tiene que preocuparse, Señor Ragnvidr. La prueba, como lo llamo, es más una forma de medir qué podemos esperar del Joven Diluc. Entendemos que debe tener un poder excepcional, pero sin tener una muestra en un entorno más hostil, no sabremos cómo encarar la prueba¨

Si, yo tenía razón. Pero, como era un buen hijo, no dejé de que se me notara y dejé que siguieran hablando. ¨¿Así que ajustan la prueba en base a las habilidades del examinado? No estoy familiarizado con un examen de ese estilo¨

¨Oh, si, usualmente todos pasan las mismas pruebas y evualamos su desenvolvimiento a partir de ahí. Pero... la Sede decidió hacer una excepción con él. Uno de nuestros hombres de mayor rango, Varka, dijo que vió algo especial en el Joven Diluc. Quiere darle una prueba 'acorde al potencial de ese chico' según él...¨

¨... Ya veo¨

Aunque mi padre no traicionó ninguna expresión en su voz, sé que se debe sentir igual que yo. Igual de alegre. Quería seguir escuchando sobre lo que esperan de mí, sobre el Caballero Varka del que siempre he escuchado pero nunca he visto, lo importante todo es mantener la imagen de Caballero ideal. Siguiéndome enfocando en el frente, de repente me desperté de mi ligera ensoñación cuando vi a un ser danzando junto a otro par de seres.

El miedo me invadió, pero fue aún más fuerte la expectación lo que me hizo actuar. Viendo esas máscaras, no hay duda de que lo que estoy viendo va a ser mi prueba. Mi padre también se tensó y el Caballero inspiró un Aura que hizo temblar su cuerpo. Con dos hombres a los que debo impresionar, ¿cómo podría dejar que me gobierne el miedo? De hecho es al contrario: debería sonreír.

Y así lo hice.

¨Tres, ¿eh? Son de los más típicos y no hay ninguno exótico alrededor. Al margen del número, es una prueba bastante asequible¨

¨S-Si, como usted dice, Señor Ragnvidr. Si bien es un número u-un poco más grande de lo que esperaban, creemos que el Joven Diluc puede hacerle frente¨ Dando un paso al frente y deteniéndose para mirarme a los ojos, pude ver como el brillo de la expectación adornaban esos ojos ardientes por la batalla.

¨...¨

Se ve tan genial...

¨Joven Diluc, usted puede proceder como mejor le parezca. Yo estaré a una distancia prudencial para protegerlo si algo sale mal, pero sepa que la Sede espera que usted pueda manejar este desafío. La Sede... No, yo creo en usted¨ Ese tono, las palabras y su mirada... no hay duda de que reflejan sinceridad. Él de verdad cree en mí. Él, un Caballero de Favonius, depositó sus esperanzas en mí.

Eso...

¨... No se preocupe, Caballero, me encargaré de esta prueba. Cuente conmigo¨

Con semejante honor, ¿cómo podría fallar? Es inadmisible cualquier otra cosa que no sea el éxito. Con determinación en los ojos y desenvainando una auténtica espada grande, una que no pude usar hasta que obtuve mi visión, me detuve a analizar a mi enemigo. A una distancia prudencial, vigilé sus movimientos, el cómo se centraron demasiado en su propio mundo y en cuál debía ser el primer objetivo.

Los Hilichurls son salvajes, atacando por instinto a cualquier humano en su camino. Por eso... no tiene que quedar ninguno.

¨El que está danzando es el objetivo...¨

Poniéndome en posición, consideré el usar el poder de mi Visión para acelerar las cosas... pero al final desistí. Si quiero ser un Caballero que enorgullezca a padre, no puedo solo depender de mi Visión. Tengo que demostrar que soy más que poder elemental: que un Caballero es más que el regalo de los Dioses. Una vez con eso en mente, fue muy sencillo avanzar.

Lentamente, sin llamar la atención, insonorizando mis pasos como practiqué, me fui acercando a los Hilichurls. Cuanto más me acercaba peor se veían estos seres, pero al mismo tiempo los reconocí. Sabiendo el peligro que representan mucho más al tenerlos en frente, me comprometí aún más con mi causa.

Avancé y avancé... Y luego, cuando llegó el momento justo, corrí. Para cuando el Hilichurl danzante se quiso dar cuenta, mi espada ya estaba a punto de cortarle el cuello. No fue un tajo limpio como me gustaría, pero logré que el monstruo no reaccionara. Cayendo al suelo con un ruido sordido, enseguida me dirigí a los otros dos que reaccionaron bastante rápido.

Con palos, escudos de madera y un cuerpo muy robusto, eran la mayor amenaza para muchos pobladores comunes, pero para mí son un reto más que asumible. Digiriéndome al que está a la derecha por mero impulso, no tardé en asestarle una perforación a su pecho, inmovilizándolo casi al instante. Por supuesto, noté que lo hice con todas mis fuerzas mas la perforación se sintió sin gracia. Se sintió como un muro.

Sin duda tenían bien ganado su reputación, no obstante...

¨No son suficientes para mí¨

¿Arrogante? Puede ser, pero es la realidad. Ahora quedaba el desafío de verdad. El Hilichurl, erguido y en posición, decidió ir en contra de mis prejuicios contra su raza y esperar a que hiciera un movimiento. No le contenté y tan solo rondé a su alrededor lentamente, a paso de gato, tratando de encontrar una apertura que me permitiera acabar esto rápido.

Era difícil ver su expresión con esa máscara, pero era bastante abierto en cuanto a sus movimientos corporales: tenía miedo y estaba tenso, esperando a que le atacara en cualaquier. Un combatiente estándar se dejaría llevar por ello y atacaría sin más... pero conozco cómo funciona esto. Los Hilichurls pueden dar a entender otra cosa, pero no son idiotas. Tienen una sociedad y eso significa...

Que saben algunas tácticas.

¨...¨

Sin decir nada, avancé un par de pasos. De repente perdiendo toda clase de nerviosismo, el Hilichurl agarró algo colgado detrás de él y lo lanzó con una fuerza que, de darme, me habría lastimado seriamente. Por fortuna había previsto eso y me agaché en el momento justo, esquivando el ataque. El Hilichurl, sorprendido, hizo un sonido absurdo: aprovechándome de su vulnerabilidad, pegué una patada giratoria con todas mis fuerzas.

Fue ineficaz si mi objetivo era dañarlo y creo que me dejará una molestia, pero mi objetivo no fue derribarlo, sino hacer que perdiera el equilibrio. Viendo como sus pies perdían su estabilidad, alcé mi espada y, de rodillas, asesté un tajo envuelto en ligeras brasas que le cortaron la cabeza casi en su totalidad. Cayó al suelo sin oponer resistencia.

Viendo como el humo negro salía al aire, me permití suspirar de alivio un instante. Solo uno, porque enseguida me reprendí por mis equivocaciones. Me reprendí por hacer que el Hilichurl danzante me notara antes de tiempo y también por esquivar la piedra casi por las justas. Un poco más tardío y las consecuencias habrían sido fatales. Y, en general, carezco de la fuerza suficiente para ejecutar mis movimientos perfectamente.

Por no hablar de que terminé por no controlar mi fuego como corresponde. Incluso aunque me prometí a mí mismo no usarlo...

¨Imperfecto...¨

Una actuación así es...

¨¡Increíble! ¡Joven Diluc, usted es sin duda increíble!¨

Sorprendido, dejé de pensar en mis fallas para observar al Caballero aplaudiéndome con júbilo mientras se acercaba a mí con una sonrisa radiante. A su lado mi padre también aceleraba el ritmo, con una sonrisa más moderada, pero todavía viendo en sus ojos el orgullo. Ambos hombres parecieron considerar más que aprobada mi exhibición y yo... yo no estoy de acuerdo.

Creo que puedo hacerlo mejor. No, TENGO que hacerlo mejor: es lo que todos esperan de mí. Es lo que yo espero de mí... No obstante, un Caballero no es uno que ague las emociones de los demás. Un Caballero sabe reconocer el aprecio aunque no sea cierto y se guarda aquello que le molesta para que solo le afecte a él.

Por eso, levantándome y sonriendo a ambos mientras guardaba mi espada, les dediqué una sonrisa elegante que buscaba calmar las emociones de la gente a la que debe proteger el más apto. ¨Esas palabras me llenan de felicidad. Muchas gracias, Señor Caballero, por asombrarse por mis simples habilidades¨

Incluso si por error se me escapó un poco de malas sensaciones en esas últimas palabras, el Caballero negó igual de contento. ¨¿Simples? ¡A su edad muchos no pueden ni lidiar con levantar una espada como corresponde! Joven Diluc, usted es un prodigio como pocas veces se ha visto. En mi vida usted es el más celebre. No tengo más que halagos para usted. Señor Ragnvidr, siéntase orgulloso de su hijo¨

La respuesta inicial de mi padre fue acariciarme la cabeza con una sonrisa paternal, de esas que me calientan el corazón, mientras asentía en acuerdo. ¨Sin duda lo estoy. Mi hijo es un prodigio. Es mi orgullo más preciado, mucho más que el Viñedo incluso. No hay duda de que pondrá en alto el nombre de todo Mondstant¨

Eso es un poco exagerado, pero así suele ser padre cuando está feliz. Aceptando que esta vez he perdido, me dejé halagar, disfrutando un poco la sensación de que lo hice increíble, por más que sé lo que se puede mejorar. Dispuesto a tener más de estas experiencias en el futuro cercano para estar más listo en lo que viene, de repente el Caballero se tensó a la vez que mostraba una expresión aterrada.

¨¡U-UN MITACHURL!¨

¨¡!¨

Ese solo nombre activó mis alarmas, Girándome a una velocidad insuficiente, vi a lo que solo puedo describir como una bestia iracunda que infunde temor solo con su tamaño. Todavía estaba a una distancia respetable, pero se acercaba a paso seguro. Y no tiene pinta de que podamos ganarle en una carrera. Me di cuenta de eso al instante: que tenía que pelear.

Pero un Mitachurl... Verlo dibujado y leerlo en texto es una cosa, pero en la vida real es un monstruo al que creo no poder vencer en fuerza física ni aunque fuera inmortal. Un monstruo de esas características no puede ser parado sin ser un prodigio del combate... o tener el poder elemental de tu lado.

¨...¨

Sin embargo, un simple corte en llamas no es suficiente. Si entro en su juego, con este cuerpo joven solo me espera la muerte. Necesito un poder abrumador y que no requiera acercarme a mi enemigo... Es más, si pudiera empujarlo hacia atrás todo sería mucho mejor.

Empujarlo con llamas, quemarlo hasta que no sea nada... Creo que puedo hacerlo. El regalo de los Dioses, mi Visión, me dice que puedo hacerlo. Está demasiado caliente hasta quemar, exiguiéndome que la use a toda su capacidad. Seguro eso solo sea una ilusión mental producto del estado extraño en el que me encuentro... pero si convierto todo eso en realidad, ¿acaso importa?

Un Caballero siempre sale airoso, siempre protege a los inocentes. Es verdad que aquí hay un auténtico Caballero que podría encargarse perfectamente de esto, pero esta es mi prueba persona, una auténtica. Por eso y para salvarle, enorgullecer a mi padre, me planté de frente ante el Mitachurl con mi espada ya sacada, lista para hacer el trabajo.

Canalizé el poder en ésta, hasta un punto en que sentí me iba a quemar a mí en su lugar y, siguiendo mi instinto, di un corte justo cuando el Mitachurl esta a un par de metros de mí. Al instante... vi naranja, un mar de naranja que entorpeció mi visión hasta nublarla casi al completo. Pero eso solo fue un segundo, ya que al siguiente el naranja se hizo más pequeño.

Más y más pequeño, con el Mitachurl siendo arrastrado sin piedad por una ráfaga que se parecía un poco a... algo. No sabría qué, pero sin duda intentaba aparentar ser una cosa más allá de llamas. De cualquier forma, cuando eso desapareció, el Mitachurl se quedó a varios metros lejos de todos y luego... simplemente se desintegró. El humo negro fue lo que necesité para girarme hacia atrás.

Así, ante un Caballero con la boca abierta y a mi padre descolocado, esta vez fui yo el que sonrió de oreja a oreja, satisfecho. ¨¡Ahora sí lo hice bien! ¿Qué les pareció?¨

... Es un poco duro pensar en ese momento, en lo que significó para mí hasta hace bien poco y en cuánto duele recordarlo ahora. Recordar a mi padre, el cómo creía en mí... Recordar a ese Caballero de Favonius incompetente que estaba asustado pero pasándolo de largo por culpa de mi infantilidad.

Todo lo que creí, aquello que juré poner en alto... ahora mismo es una tontería ilusoria que no exista. Mi padre está muerto, los Caballeros de Favonius son unos corruptos incompetentes y mi hermano jurado resultó ser un traidor. Verdaderamente una conclusión desagradable incluso para mí, quien considera esto las consecuencias de mis acciones.

Si fuera más fuerte... Si no perdiera tiempo siendo un Caballero y en su lugar intentara ser aún más fuerte... Hay tantos 'y si' en mi cabeza, pero solo puedo apretar los dientes y seguir adelante. Aunque ya no sea un Caballero, aunque todo mi esfuerzo tenga que destinarse en descubrir la verdad, todavía tengo que seguir avanzando. Avanza y avanza hasta que no des más: eso es lo que haría Diluc.

Eso es lo que quiero que haga Diluc.

¨... Je, pienso tan en grande y sin embargo voy a dormir en medio de cadáveres. Jaja¨ Una risa genuina escapó de mis labios. Para alguien que parece estar en lo más hondo, bien que me pongo a soñar en grande. Me tenía que reír: es que me tenía que reír. Me reí, liberando algo de mí que llevaba dentro demasiado tiempo. Es como si algo en mí se fuera, me liberara... Ahora, saber si ese algo era bueno o malo, es algo que no sé.

Ya cuando la risa paró y la noche estaba aún más oscura que antes, me relajé lo suficiente para apreciar el cielo. Un cielo casi idéntico al que tenía en mi casa, y eso fue de cierta forma relajante. Es como si el mundo me dijera que las cosas han cambiado, pero no lo suficiente. Que la esencia se mantiene. Me permití relajarme en ese pensamiento y cerré los ojos, no esperando un nuevo día, pero dispuesto a enfrentarlo.

Mañana iré a la Región de la Arconte. Puede que ese sea el lugar donde encuentre las respuestas que busco o un final insatisfactorio. De cualquier forma, creo que ese debe ser mi siguiente paso. El auténtico primer paso: todo esto hasta ahora solo ha sido darme la mentalidad adecuada. Algo necesario, pero en última instancia intransigente si mi objetivo es algo que va más allá de la realización personal.

¨... Me pregunto cómo estarán en Mondstant¨

Por más malos sentimientos que tenga hacia el gobierno, juré que la protegería, ¿no? Soy un... No, no soy un Caballero: ya no... Pero aun así hay en mi interior un deseo de proteger al pueblo que mi padre tanto amaba. Incluso con las dudas que tengo por lo que encontré en él, sé que en el fondo él nos amaba a todos. No tengo dudas. Un hombre tan increíble no podría ser menos.

Cuando vuelva... Si es que vuelvo, ¿qué debería hacer? Esa es una duda que tengo, pero enseguida la volví a meter al baúl: esas son cosas que bien podrían no importar, asi que lo mejor es centrarme en el actual. Los futuros hipoteticos son una perdida de tiempo. Fue ese pensamiento el que pareció al fin relajarme lo suficiente para sentir a mi conciencia irse.

Sin demoras, me entregué al sueño...

¨¡Ese es mi hijo! ¡Estuviste fantástico! ¡Sorprendiste hasta al Caballero! ¡No hay duda de que eres un verdadero genio!¨

Aunque no fuera la mejor reacción que podría tener, aun así me permití sonreír de satisfacción a las palabras de mi padre. Siento que es algo que me he ganado tras que mi valor fuera recompensado con un éxito de tal calibre. Aunque ese haz de fuego necesitaba trabajo y admito que quizás pequé de vanidoso, todavía lo considero un éxito. Creo que lo hice bien.

Eso sin duda fue un buen trabajo.

¨... El consentido sin duda¨ Ignorando las palabras groseras que solo buscaban hacerme enojar de Kaeya, seguí escuchando atentamente los halagos de mi padre, quien no parecíá tener fin para ellos. Para mi fortuna, por supuesto: nunca me quejaría de la buena voluntad de él. Es un padre esplendido que quiero mucho: escucharlo halagarme es el mayor logro que podría pedir.

Ser un Caballero, proteger al débil y siempre salir airoso... Todas esas fueron las enseñanzas de mi padre. Él me inculcó los ideales que tristemente no pudo alcanzar y seguir los pasos que él no pudo me... hace feliz. Me gusta ese sentimiento. el de ponerlo feliz. Y me gusta. Yo quiero hacerlo. Es mi deseo también. Incluso si hay cosas que se me complican un poco, todavía quiero hacerlo.

Yo... Yo quiero cumplir el sueño de mi padre. Quiero ser un Caballero como él no pudo. Aunque Kaeya a veces me quiera dar a entender que ese tipo de pensamientos no está tan bien, creo que solo se debe a que él todavía no ha convivido mucho con nosotros. Seguro que cuando nos unamos aún más él verá nuestro punto de vista. El amor que los Ragnvidr nos podemos dar.

Nos tenemos que dar.

¨... Eso es...¨

Así siguió, con mi padre halagándome, Kaeya mirándonos con una cara extraña y yo no sabiendo si debía decidirme entre centrarme en uno u el otro. Con Adeline de fondo esperando a que la llamaramos por cualquier cosa, sentí, pese a la extrañeza de todo, que esta sin duda era una familia que valía la pena proteger. Porque es mi familia, yo siempre protegeré a mi familia.

Haré a todos felices y esa es una promesa que le hago al mundo. A los Dioses. A mi padre.

A mí

...

¨... Hm, que sueño más problemático¨

Si esta es alguna clase de prueba para ser aún más digno de recorrer el camino que quiero, honestamente creo que sobraba. Ya bastante tengo presentes ciertos errores míos para encima tener en consideración otros. Hay un punto en que la bolsa sencillamente no se puede llenar más.

Con ligeros dolores en el cuerpo, me saludó el cielo matutino, con el sol apenas dando sus primeros acercamientos en el firmamento. Un putrido olor invadió mis sentidos con toda la intención de desvaratarme, pero he tenido ya suficiente mierda para que me importe. Dándole una mirada a los cadáveres de los Fatui, suspiré, dándome cuenta de que no podía quedarme máas tiempo. Si alguien viniera, se formaría un caos innecesario.

Aun así...

¨Huelo horrible¨

Una mezcla de no haberme bañado en un tiempo por culpa del clima helado de Espinadragón, ropa que podría ser mejor y estar en un entorno que no favorece el olfato te hará eso. Consideré tan solo irme sin más, pero pensando en lo que podría pasarme si alguien en las cercanías me ve y luego encuentra esto, solo pude tragarme la desgana e ir a bañarme. El agua de mar te reseca la piel, pero hacerlo una vez no creo que sea el fin del mundo.

Así que fui, llegué a la playa tras saludar al Guardián de la Ruina con todo el poder de mi mal humor, me bañé con unos Hilichurls haciendo su vida diaria de fondo y, una vez secado por el poder del fuego, me dirigí hacia la Nación Cryo, dispuesto a acabar con quien se pusiera en mi camino.

Y entonces...

¨...¨

¨...¨

Justo mientras volvía a pasar por los cadáveres de los Fatui, me encontré con una niña.

Esto es perfecto. Sencillamente brillante.

¨...¨

¨...¨

Mirándome con una expresión vacía, me esperé el momento en que iba a explotar con una expresió normal. No es que no pudiera huir de una niña y no es que esto de repente haga que la Nación Cryo aumente su seguridad. No es como si las escaramuzas con los Fatuis no fueran algo casi diario entre los Aventureros. Es lo que tiene ser básicamente terroristas.

Así que me quedé tranquilo, esperando a ver si tenía que consolar a este niña y entonces...

¨Está... vacío. Esos ojos¨

¨...¨

¨...¨

¨... No tengo tiempo para esto. Nos vemos, niña¨

Dejando atrás a la niña de pelo morado que no dejaba de mirarme, avancé hacia mi destino, hacia donde encontraré la verdad. Incluso si no saldré con vida de ahí, me prometí a mí mismo que la encontraría. Y nada me detendrá.

Aunque términe vacío.

...

Bueno, antes de comenzar a explicar un poco de esta historia, supongo que debería disculparme. Si bien dije que existía la posibilidad de excederme un poco con el plazo, no estaba en mis planes publicar en Septiembre. Pido disculpas, pero entre la universidad, jugar Natlan y previamente Simulanka así como las ganas casi nulas de escribir estos días me hicieron retrasarme. Pido perdón.

Hablando de Genshin, de verdad me está encantando Natlan. La historia, la exploración y la música en general. Planeo obtener a Kinich debido a que es Shirou/Sasuke y luego veré si puedo tener a Xilonen junto a Mavuika o si deberé desistir de una. De cualquier forma, me ha dado ideas para futuras historias, pero eso sería adelantarnos.

Como sea, el capítulo en sí... Bueno, no hay mucho que contar, salvo recalcar que esta historia se trata solo de Diluc, de yo tratando de justificar/entender sus motivaciones por mi amor al personaje. Por eso, aunque en una historia más grande esto pueda parecer relleno, en este caso no lo es. Esta es la historia. Sé que ya lo dije, pero creo que se entenderá mejor con este capítulo.

También, puede que haya sobreestimado la cantidad de capítulos. O no. De momento solo necesitan saber que a partir de ahora nos quedan dos 'sagas' hasta el final. No estoy seguro de si llegaré a hacer 10 capítulos o de si tendré que aumentar la cantidad ae palabras al final, pero deben saber que nos acercamos al core de la historia.

Lo que viene ahora será algo así como la saga 'principal'. Habrá flashbacks, drama, acción y todo eso. Luego... bueno, ya lo verán. Solo espero hacer bien el final, que es mi motivo para haber escrito esta historia.

En fin, ¿saben? Aunque me gusta extenderme mucho en los comentarios, también entiendo que lo más importante es el capítulo. En vez de dedicar una hora y quuzás un día de tiempo para escribir, trataré de ir más breve. Lo siento, NeroAlmia, pero seguro me entenderás.

NeroAlmia:

Si, Diluc es un personaje que me ha acompañado desde el comienzo. Y la verdad tienes suerte de tenerlo junto a Furina: dios sabe la cantidad de veces que sufrí porque no pegaba 'tanto como Hu Tao'. Si bien el mío está hiperinvertido y puedo tener la C6 si quiero, sé muy bien que es un personaje que está por detrás de muchos. Y si, existe Xianyun, pero hasta que la mujer se digne en volver estoy atrapado con Furina.

Al caso, no sé cómo vayas, pero te deseo suerte en el juego. Mira que he tenido mis rachas negativas en él...

Referente a la historia, para hacerlo más simple de responder y que sea más corto para el que haya esperado continuación, dividiré mi respuesta en tres.

Lo positivo: Si, te digo que Genshin, como juego que me ha acompañado casi desde que dejé la publicación aquí hace años, es un juego que me ha hecho pensar mucho. Me ha inspirado como escritor y por más que a veces no tenga la mejor narrativa o tenga decisiones... cuestionables, no quita que es una historia que seguro me va a doler cuando termine, al menos la de Teyvat. Es por eso que he profundizado mucho en los personajes que me gustan e intenté pensar en hacia dónde pueden ir. Quizás soy un poco demasiado metido en mis headcanons, pero juro que he hecho mucho para tratar de entender a estos personajes: sean Diluc, Wanderer, Furina, Neuvillete y similares.

No sé qué visión tengas de Diluc, pero este capítulo debería dejar más claras mis ideas respecto a él. No sé si eso hizo que perdieras el interés, pero puedo decirte que de verdad creo lo que escribo.

Y si, los Fatui son enemigos interesantes y no tan blanco y negro. Yo soy de los que creen que la Tsaritsa va a ser nuestra aliada a futuro porque hay que venderla XD, si, pero también porque es eso lo que han construido en mi opinión. Y si bien los Harbingers no son puros, no todos son necesariamente malvados. Grises sería la palabra, aunque el más 'bueno' sea un maníatico de la batalla...

Neutral: Admito que una parte de mí quería dar esa idea de ser autoconclusivo. En realidad, el primer capítulo es una versión reducida de una historia más grande sobre Genshin que no me creo capaz de realizar actualmente por falta de información. Esa incluía una mujer de protagonista, traumas para Diluc y más o menos un final parecido al que tengo planeado. Piensa en esto como un boceto de esa historia que quizás algún día haga.

Negativo: Esta es una respuesta que creo voy a explayar más en otra historia (creo que la más nueva), pero en resumen: si, no puedo negarlo. Creo que en parte es una consecuencia de leer en exceso novelas de NovelUpdates de dudosa calidad, en parte también que siempre he intentado que todos entiendan lo que escribo para llegarle a más gente y también porque, sencillamente, ese es mi estilo. Si hubiera nacido japonés o coreano, seguro ya habría intentado hacer mi novela web: de ahí vienen muchas de mis influencias.

Pero como aquí las cosas no funcionan así, solo puedo tratar de no hacerlo tan obvio. Para mí no es necesariamente algo malo, pero sí me gustaría que esto no moleste a un lector más avispado. Encontrar ese punto medio creo será mi gran prueba para dar el siguiente paso en la escritura.

Para finalizar, la verdad es que el grupo está muy inspirado en esa historia de Genshin que nombré antes. Ellos iban a ser los protagonistas y por eso, aunque no pude hacer realidad esa visión que tenía de ellos, intenté que fueran al menos un poco memorables. Que se sintieran, así sea un poco, humanos.

Pero bueno, esto se extendió mucho. Gracias siempre por comentar. Me aportas mucho como comentarista. Sé que ahora mismo estás muy metido en el Genshin, así que esperaré a que puedas comentarme en el momento que tengas tiempo. Cuídate y te deseo suerte con Mualani.

...

El siguiente capítulo tendrá un flashback más largo, presentando a una mujer amante de las tortugas y de paso daré inicio a la 'saga principal'. Esperenlo con ansias.

Cuídense.