MPREG – Good Omens

.

AU / Romántico / Omegaverse

.

4. Ultrasonido / Ecografía

.

Siete semanas pasan rápido, más por aquel problema que tuvo en la oficina del cual no quiere acordarse, su madre quiso arrancarle el cuello al anciano quien seguía en su posición de afectado, Lucifer hizo uso de sus contactos para que ese hombre no tuviera una agradable estancia en la cárcel.

Azirafel agradeció a Hastur por su ayuda, el cual y a palabras de Crowley, es un Alfa con la suerte de haber encontrado a su alma gemela, a la cual perdió en un accidente donde el Omega protegió a su amado, desde entonces Hastur cuida a cualquier Omega que este en peligro, Dagon siendo amiga de la pareja le dio trabajo y un lugar a Hastur cuando este intento quitarse la vida.

Hastur estaba en el cuarto de limpieza, después de todo limpiaba las oficinas cuando dejaba de haber gente en el edificio, estaba tranquilo mirando tonterías de un amigo suyo cuando lo escucho, un gemido lastimero del cual no dudo en salir a su ayuda, un Omega estaba en peligro.

Cuando llegó a prisa al lugar viendo aquella escena, las feromonas en el aire hablaron por si solas, fue entonces que gruño con furia y lanzo un golpe al Alfa, sacándolo de encima del Omega quien apenas logro escabullirse alejándose de la escena. Hastur noto que aquel otro Alfa no se dejaría intimidar fácil, y no le importo que fuera alguien mayor, no tenía derecho de maltratar a un Omega en estado, aquello no lo perdonaría, fue entonces que se lanzó con todo hacía el hombre que no le soporta más que tres golpes para caer al suelo inconsciente.

Crowley no sabría como agradecer, aquel Alfa cuyo aroma estaba distorsionado en whisky y melancolía dijo que se cuidará, que no dejará que nadie le pusiera la mano encima, siquiera su pareja, sabiendo de casos en donde los Alfas maltratan a sus parejas cuando están en estado por ese mismo hecho y no darles la atención que necesitan.

Azirafel aseguro y afirmo que nunca le pondría un dedo encima a su amado, primero se corta la mano antes de pensar en una acción como esa, ama demasiado a Crowley que pensar siquiera en algo como eso solo le enferma.

Pasando a lo importante, Azirafel manejaba como abuelo por las calles, cediendo el paso y dando más del tiempo en los altos, algo que hacía a Crowley quererse ir en el transporte público que va más rápido que su pareja, pero esta vez estaba conforme debido a su temor de llegar.

—Estoy nervioso –dijo Crowley cuando llegaron al estacionamiento del hospital donde tendría el chequeo, en poco tiempo habían pasado ya bastantes cosas, y aun si el doctor le decía cada semana que el bebé y él están bien, no deja de tener miedo.

La mano de Azirafel sobre las inquietas del Omega le hicieron verle, el Alfa llevo ambas manos a sus labios y las beso —todo está bien, eres fuerte, y nuestro cachorro también.

Salieron del auto cuando Crowley estuvo listo, no era como las revisiones de rutina, aquel día tendría su ecografía, sabe que el bebé aún no se ve, de hecho, siquiera se le notaba algo, apenas y tenía el tamaño de un arándano, Azirafel estaba cada día más alerta con cualquier movimiento o persona que estaba cerca de ellos, gruñendo cuando se acercaban de más a su pareja como advertencia, lo cual es normal.

—Pasen, tomen asiento –rutinario, preguntar sobre su semana, alimentación, alguna molestia nueva o algún detalle nuevo. Crowley no dijo nada nuevo, Azirafel en cambio comento que Crowley no estaba comiendo bien, y que estaba el mayor tiempo en el nido.

Lo del nido es completamente normal para el doctor, diciendo que es algo que probablemente persistirá debido a los sucesos, el nido es la protección y un lugar seguro para ellos como para sus cachorros, además de ser el mejor lugar para disminuir el estrés.

En cambio, si le riño por la alimentación, a lo cual Crowley miro con enojo a su Alfa, sabe que es por su bien, pero le desagrada que hable de ello, más a su doctor quien le advirtió que si no comía, tendría entonces que suministrarle por intravenosa todos los días los nutrientes que no está consumiendo de la dieta.

Luego de ello y del chequeo de su presión, temperatura y resto procedieron a pasar a la sala donde está el ecógrafo, Crowley se retiró la camisa para acomodarse en la camilla donde el doctor a la vista de su Alfa le pone un poco de gel, el cual estaba frío haciendo temblar al Omega un poco, esparció con ayuda del transductor el gel por todo el abdomen y revisar en la pantalla el interior.

Azirafel sostenía la mano de su pareja, quien no dejaba de dar suaves apretones a la mano ajena, se relamía los labios repetidas veces —¿está todo bien? –cuestionó al sentir pesado el lugar, su idea ya que Azirafel estaba tranquilo, queriendo transmitirle a su pareja tranquilidad también.

—Todo está bien –hablo el doctor de manera tranquila moviendo el transductor como si buscara algo, más bien a alguien —eres muy fuerte, Crowley. Y te digo por tu bien, debes de comer a tus horas, no mal pasarte, el embarazo es de alto riesgo y lo estás llevando bien, tu cachorro —amplia la imagen y señala un punto en la pantalla —depende de ti, ahí está. Saluden –dijo sonriendo.

Azirafel estaba llorando, y no solo él. El docto movió de lugar al Alfa y le dio el transductor dándole una breve información del mismo y que lo moviera con cuidado para dejarles solos un momento, aquellos momentos de pareja eran muy hermosos y siempre gusta de darles ese espacio para ellos.

Al salir, Azirafel movió con cuidado el transductor sin perder aquel punto que es su cachorro —nuestro cachorro, ese es, tan pequeño –no paraba de derramar lágrimas de felicidad, con la mano libre sostuvo la mano de su pareja y la beso para luego besarle la frente —es nuestro cachorro.

Crowley estaba sin palabras ¿Cómo algo tan diminuto podía llegar a ser un ser vivo? Recordó sus plantas, aquellas que cuido desde que eran apenas semillas de un paquete, les dio agua y vitaminas, las puso al sol y las cuido del frío, y con el tiempo, crecieron fuertes y sanas.

Lo mismo tiene que hacer por él, tiene que hacer el esfuerzo de cuidar a su semilla, alimentarlo, cuidarlo, protegerlo.

Fueron algunos minutos que estuvieron soltando feromonas de alegría y gozo, el doctor entro dándole servilletas para que Crowley se limpiara y les imprimió la imagen de su hijo nonato, advirtió de nuevo que tiene que comer bien y que los espera la siguiente semana.

Su madre no cabía de emoción al ver a su nieto al fin, Crowley aún estaba con las emociones alteradas por lo que lloraba cada vez que veía la ecografía, a su semilla dentro de él creciendo cada día. Lucifer mantenía sus lágrimas dentro de sus orbes, estaba muy feliz, no imagino ser abuelo, tampoco es que no lo deseara, solo le sorprendió como a todos.

Crowley ya era alguien de edad, con trabajo y pareja, un hombre hecho y derecho, dentro de lo que cabe, alguien que se enfrenta al mundo, verlo así de feliz, contento le llenaba de felicidad dado a que él no pudo ser alguien así.

—Serás mejor padre de lo que yo fui contigo –aquello hizo llorar más a Crowley, Chloe abrazo a su esposo a quien le picaba los ojos y Azirafel a su pareja quien seguía llorando.

—Ese es mi sobrino –dijo feliz Gabriel cuando le enseñaron la ecografía al visitarlos en casa.

—¿Quién dijo que serías su tío? –Crowley siempre buscando hacer enojar al otro —por cierto ¿Qué no habías salido con una Alfa esta semana?

Aquello hizo que las feromonas del Omega cambiarán a unas de disgusto, dejando la taza con chocolate caliente pese al calor, siempre lo bebía —no quiero hablar de ello.

Crowley ante su estado, cambio de asiento para estar al lado de su amigo —¿te lastimo? ¿Te dijo algo? Si es así.

—Tranquilo, mamá gallina –las hormonas de Crowley estaban muy alerta hacía otros Omegas o cachorros cuando salía con su madre, atento —solo no creo que vaya a ver otra salida –respondió para tranquilizar a Crowley —¿han pensado en algún nombre para el bebé? –ahora él cambio el tema.

—Apenas es del tamaño de un arándano –atendió Crowley descubriéndose el abdomen —siquiera se nota del todo.

Mentira.

Estaba ahí, lo siente aun si le falta tiempo para eso.

Su cachorro está ahí creciendo cada día, formando un lazo con él. Lo cuidaría de la mejor manera posible, le enseñaría sobre las plantas, cuando tenga edad suficiente le ayudaría a plantar un árbol, para que crezca con él.

Las caricias del otro Omega eran suaves, cariñosas tales como las de su madre, por parte de su padre, este aun no quería tocar al sentirse un poco extraño como también Crowley se siente raro que su padre le dé un afecto como ese.

Gabriel estuvo un rato más hasta que llego el esposo de Crowley y este se retiró, Azirafel seguía comprando comida desde las náuseas que Crowley sufre por su comida, algo que debe admitir que, si le dolió, pero sabe que no lo dice con mala intención, después de todo antes de estar en estado siempre le pedía comida hecho por él. Esta vez su suegra le llamo para que pasará por una comida que Crowley le había pedido a ella, algo que molestaba al Alfa, que otro Alfa alimentara a su Omega, así sea la madre de su esposo, le diera a su Omega lo que necesita.

Paso con ella, la mujer se sentía poderoso por ser quien provee comida a su cachorro, algo que Azirafel tiene que soportar sabiendo que aquello es para cuidar de Crowley y que comiera como le indico el médico, saludo a la mujer quien le ofreció pasar, Lucifer estaba en el trabajo por lo que solo estaban ellos. Charlaron sobre el Omega y la posibilidad de que regresara a casa de sus padres para no estar tanto tiempo solo en casa, algo que el Alfa no quería.

Sacar a Crowley de su hogar no era lo más correcto, mucho menos de alejarlo de su nido, lo saben, y Chloe dijo que es por su bien, no quiere pensar en nada malo, solo que no quiere que Crowley este solo en aquel lugar tan alejado.

—No es bueno que este solo todo el tiempo –dijo ella con algo de molestia —debe de estar acompañado todo el tiempo, hablare con él –decidida, aquel Alfa es su esposo, pero ella es su madre y sabe lo mejor para su cachorro, mucho más en ese estado delicado.

Azirafel no quiere tener problemas con ella, así que hablaría con Crowley al llegar a casa, lo cual hizo no sin antes pasar el rato con él, comer juntos y ver un poco de televisión entre mimos y cariños al vientre de su pareja, el cual soltaba feromonas de amor que tenían enamorado a su Alfa, vieron de nuevo la ecografía en donde ambos estaban muy felices de que al fin su sueño estaba en marcha, tampoco cantan victoria aun, no querían que algo malo fuera a pasar.

Comento de manera sutil lo que la madre del Omega quería, aquello que en parte no sonaba mal, él tampoco quería que su esposo y cachorro estuvieran tanto tiempo solos, aunque sabe que el Omega sabe cuidarse y que no hay peligro cerca, el riesgo en el embarazo es alto, cualquier cosa, incluso pequeña puede causar cosas que no quiere pensar.

Hablando de ello, Crowley saco el tema que su madre dijo, sobre volver a casa con ellos en lo que tiene al bebé, lo cual si era tentador ya que empezaba a estar aburrido pese a qué si sale, últimamente se ha sentido un poco abandonado, antes estaba en la oficina, lo cual también es un encierro, pero con gente que va y viene.

Admitió que en verdad es tentador estar en el calor de la familia, con su madre y el intentar tener una relación más cercana con su padre, siendo su padre quien diera el primer paso al decir que sería mucho mejor padre de lo que él fue, explicándose y admitiendo que hizo mal, que no puede volver en el tiempo para no cometer ese grave error, sin embargo aún tienen tiempo para resolver sus conflictos, resolver problemas y, tal vez no tener el completo perdón de su hijo pero, al menos estar con él.

—Si es tu decisión irte –le quemaba el pecho de pensar que su Omega se fuera, aunque tiene que velar por el bienestar de ellos y no pondría en duda el cuidado y protección que los padres del Omega tendrían con él —yo…

—¿Estás tonto? Acepto que estar solo no es agradable, me deprime y siento que solo estoy sin hacer nada, pero –miro el lugar, cada parte —es mi hogar, y no dejaré mi hogar, mucho menos dejare solo a mi Alfa. ¿Acaso quieres traer a otro Omega a este lugar?

Esos celos hacen que aquel ardor se convierta en un rio de agua fresca que calma su inseguridad, las feromonas de enojo de su pareja le hacen reír un poco, se abraza más a su amado Crowley quien intenta alejarlo —sin ti, yo no sería nada. Eres mi todo, tú y mi cachorro son lo único por lo cual vivo.

—Sí claro –arrojo con molestia —no soy ciego para no ver como otros Omegas se pasean delante tuyo.

Con cariño le tomo el rostro, ambas miradas encontrándose una más intensa que la otra —¿Y acaso crees que yo lo soy como para no notar como los Alfas se fijan en ti? –del rostro deslizo la mano a la nuca de este, acariciándole con amor —¿Crees que no pienso en que tú en algún momento decidas irte con otro Alfa?

—Yo jamás me iría con otro Alfa, ninguno tiene ese talento en la cocina como tú –le beso pegándose más al otro cuerpo quien ni tarde ni perezoso se acercó al conocido terreno de aquel cuerpo —ni tampoco tu habilidad en la cama ¿Crees que te dejaría ir así de fácil? Eres mío.

Aquello calentó al Alfa, el Omega ya estaba con ansias de querer sentir de nuevo al alfa dentro suyo, de quemarse en la pasión del amor. Para la mañana del siguiente día hablo con su madre diciendo que no saldría de su hogar, aunque si saldría un tanto más seguido, su hogar es estar con su Alfa, la mujer entendió y se alegró que su cachorro en verdad fuera todo un hombre.

05/08/2024

.

5. Antojos