La luz del sol caía sobre la tierra, un camino de tierra guiaba hacía un lugar, un destino. Una carreta pasó por encima del camino de tierra mientras las ruedas temblaban por la vibración, uno de los comerciantes que manejaba la carreta estaba escuchando sobre el chisme reciente del que se estaba enterando.
—Pensar que estoy llevando a la diosa Astrea de vuelta para Orario, me es sorprendente.
—Jaja~ Tampoco es para tanto. ¿Y usted señor Morus? ¿Cual es la razón de porque viene a Orario aparte de comerciar?
Astrea y el comerciante que manejaba la carreta llamado Morus, estaban teniendo una charla amistosa sobre el camino. Cecil solo se mantenía callada con sus ojos cerrados quien dormía plácidamente en el viaje y su cabeza estaba apoyada en el hombro de Sven (no porque ella quiera, su cabeza dormida se apoyó en él), quien solo estaba escuchando la conversación con algo de interés para tratar de comprender todas las palabras.
—Vengo a visitar a parte de mi familia, extraño a mis hijos y mi mujer que viven en Orario.
—Oh, eso es muy bonito, espero que tengas una buena reunión con ellos.
—Gracias, señora Astrea.
El hombre se rascó su nariz algo avergonzado riendo ante las buenas vibras de la diosa Astrea, el hombre volvió su vista hacía al frente y sonrió cuando empezó a visualizar a la lejanía las grandes murallas de Orario. El hombre levantó su voz un poco.
—Parece que ya estamos llegando, señora Astrea.
—Oh… Finalmente.
Sven miró hacía el frente y logró visualizar las imponentes murallas de Orario, tenían un aire majestuoso y era digno de llamarse una verdadera muralla. Una cierta sensación de pavor inundó sus sentimientos mientras observaba a la lejanía.
Giró su vista y miró hacía Cecil en silencio. Tocandole la cabeza con gentileza, trató de despertar a la niña, podía sentir el aroma de lo que creía que era el shampoo entrar en sus fosas nasales, la chica gruñó ligeramente levantándose del hombro de Sven algo inconforme por el despertar, miró al castaño esperando alguna respuesta por romper su sueño reparador y este simplemente señalo con el dedo que mirara hacía el frente. Los ojos anaranjados deslumbraron la muralla mientras ella tallaba sus ojos. La conversación de la diosa Astrea y Morus continuó tranquilamente mientras se acercaban lentamente a la muralla que solo faltaban unos pocos minutos para llegar. Podía observarse la multitud que hacían una fila para entrar en la ciudad, vio algunas personas con armamentos, y bastantes comerciantes con carrozas entre la fila, demostrando que era una ciudad bastante bulliciosa y rica en gente que ingresaba y salía todo el rato.
La carroza frenó cerca de las filas que había frente a Orario. Morus se dió la vuelta para ver a los acompañantes.
—Bueno, se tienen que bajar porque hay dos filas, y ustedes no vienen de comerciantes.
Astrea asintió antes de mirar a sus dependientes que ya estaban recogiendo sus cosas para bajar de la carroza. La primera en bajar fue evidentemente Cecil, cuando aterrizó sobre el suelo su mochila hizo un juego de choque de metales para darse la vuelta y extender la mano. Sven le entregó el arco y ella lo atrapó, para que seguido Sven baje con su mochila y la de Astrea en su otra mano, al momento de dejar la mochila de Astrea en el suelo, Cecil automáticamente le entregó el arco de madera al chico.
—Agradezco mucho el viaje, señor Morus. Estos tres días fueron divertidos con sus historias.
Astrea se inclinó en gratitud mientras el hombre le devolvía una sonrisa y negaba con su mano. Astrea sonrió antes de darse la vuelta para bajar de la carroza, vio la mano caballerosa de Sven y con un agradecimiento bajó de la carroza con cuidado.
El hombre hizo agitar las riendas para galopar los caballos y se alejó del grupo.
—¿Y ahora?
—Hacia la fila.
Astrea contestó la pregunta de Sven mientras Cecil bufaba diciendo "Pregunta estupida". Caminaron hacía la fila y se formaron en ella. Sven miró hacia el muro y no pudo evitar silbar de asombro.
—Eso es enorme… Desde lejos ya imponía pero de cerca es otra cosa.
Expresó sus pensamientos mientras iniciaba una conversación. Cecil se mantuvo callada pero escuchando la conversación que estaba iniciando su compañero.
—Si, y eso que no viste el interior, no es broma cuando la llaman la ciudad laberinto, mi primera vez me perdía mucho.
—¿En serio? Wow.
Astrea explicó a la vez que avanzaban en la fila de a poco. Sven se llevó la mano a su mentón mientras acomodaba con su otra mano el arco colgante en su hombro.
—Y también hay bastantes herreros, ya que la Familia Hefesto y la Familia Gobniu residen aquí. Podrías ver otras creaciones e inspirarte para tus cosas.
—Hmm…
Astrea comentó mirando hacia la peliazul para incluirla en la conversación quien solo gimió en comprensión, no dando una respuesta pero mostrando algo de interés en sus palabras.
Continuaron una pequeña charla para matar el tiempo, pero Sven daba una que otra mirada hacia las personas semi-humanas con algo de interés ya que era la primera vez que veía a alguien no humano, o más bien que era un semi-humano. Al menos lo fue hasta que dio un paso más hacia adelante y alguien le empezó a hablar que no era Astrea ni Cecil.
—¿Nombre?
Frente a él había unos cuantos guardias, que tenían en su ropas un emblema de alguna familia, el hombre tenía un papel y pluma casi acostumbrado a las sesiones con los clientes de quienes entran y salen.
—Sven… Sven Bennet.
Se presentó a sí mismo con algo de inseguridad, pero dándole una sonrisa al hombre. El hombre escribió y levantó su rostro para hablar rápidamente, cosa que Sven no entendió. El guardia suspiró.
—¿Vienes a hacer algún mal a Orario?
—... ¿No?
Sven dudó mientras respondía las palabras del hombre. ¿Qué clase de pregunta era esa? Lo agarró distraído ya que no esperaba tal pregunta. El hombre dio una sonrisa, como si también respondiera a esa duda y comprendiera que era una pregunta bastante estúpida, pero solo estaba siguiendo el reglamento.
—¿Perteneces a alguna familia?
—Si.
Él castaño respondió casi automáticamente lo que hizo que el guardia continuará anotando para luego levantar una ceja mientras le daba un vistazo.
—¿Familia…?
—Astrea.
—¿? No le pregunte a usted, señorita.
El hombre miró a la mujer encapuchada, la mujer dio una suave risa antes de quitarse el velo negro y el hombre la reconoció al instante como una diosa.
—Soy la diosa Astrea. Este chico y esta chica son mis dependientes.
Astrea señaló a la silenciosa Cecil que daba un paso adelante mientras el hombre parpadeó confundido tratando comprender el nombre.
—¿Señora Astrea?
El guardia se dio la vuelta cuando una voz femenina contestó al llamado de aquel nombre.
—Capitana ¿La conoce?
—Si, atiende a los demás, yo me encargo de esos tres.
La que parecía ser la superior del guardia asintió mientras se acercaba con una expresión y una suave mueca de sorpresa. El guardia asintió mientras la mujer los guiaba hacía un rincón lejos de la fila. Astrea sonrió amistosamente al verla.
—Shakti, es bueno verte.
—El placer es mío, Diosa Astrea. No me esperaba que regresara a Orario despues lo ocurrido.
La capitana identificada como Shakti se inclinó respetuosamente antes de explicar sus pensamientos. Astrea sonrió con algo de tristeza al hacer recuerdo de aquello antes de girarse.
—Estos son nuevos miembros de la familia Astrea.
—Hola.
—Hmm
Astrea mostró a los dos dependientes, quienes saludaron a su manera, Sven simplemente alzó su mano vagamente con algo de vergüenza ya que la mujer frente a él era bastante bonita. Cecil simplemente respondió con un levantón de cejas transmitiendo su propio saludo en silencio.
—Comprendo, ¿Va a rehacer su familia, supongo?
Astrea asintió ante las palabras de Shakti, antes de señalar a cada uno de sus dependientes con cariño
—Estos son Sven Bennet y Cecil Blackliza. Son niños maravillosos.
—Hhmm…
—Disculpa a Cecil, se perdió en su camino.
Shakti casi dio una pequeña sonrisa divertida ante las palabras de Astrea.
—Entonces es un placer conocerlos, Bennet, Blackliza.
—Ah, si… eh… ¿Shakti?
—Lo que dijo él.
—Shakti Varma.
Sven asintió con una sonrisa nerviosa mientras repetía el movimiento de acomodar su arco en su hombro, demostrando un poco de nervios, mientras Cecil respondía de forma rápida. Shakti se presentó formalmente frente a los miembros de la familia Astrea.
Shakti tenía el cabello corto de color azul oscuro sus ojos del mismo tono, tenía ropas anarajandas y pendientes en forma de lágrimas colgando del lobulo de sus orejas que eran del mismo color que sus ropas y era bastante agradable para la vista.
—Shakti.
—¿Sí, señora Astrea?
—¿Sabes si mi hogar sigue intacto?
Cuando Astrea hizo esa pregunta, Shakti se llevó la mano a su mentón tratando de hacer recuerdo mientras gruñía ligeramente pensativa.
—Su hogar debería estar intacto.
Empezó Shakti antes de mirar a los ojos a la diosa.
—Pero… Hace cinco años no se le ha dado mantenimiento al hogar… por lo que puede estar bastante polvoriento, y muchas cosas desgastadas. Pero si preguntas si fue demolido o no, debo decirle que no fue así, Diosa Astrea.
Astrea suspiró fuertemente de alivio, sintiendo que sus propios hombros perdían todo el peso de sus preocupaciones sobre lo que ocurriría si hubieran derrumbado su hogar , antes de mirar hacia los rostros de sus dependientes que parecían algo entusiasmados (Sven en específico) por no tener que pasarla tan mal en el tema de la vivienda y su estadía.
—Ya veo, muchas gracias por la información, Shakti. Entonces si me disculpas, tendremos que ir a mi hogar y limpiarlo completamente.
—Comprendo.
Shakti se inclinó cortésmente antes de mirar hacía Sven y Cecil.
—Espero trabajar con ustedes si siguen el legado de la anterior capitana.
—... ¿Si?
Sven respondió algo confundido y miró hacía Astrea buscando respuestas.
—Bueno, técnicamente eres el primer miembro, y serás el capitán de la familia.
—Oh… eh… Si, ¿yo también espero trabajar contigo?
Sven respondió con dudas y Shakti notó lo inexperto que era el chico, aunque debía decir que le dio un vistazo, más encima al arco que colgaba en su hombro y luego apartó la vista. Despidiéndose de los tres, se alejó dejándolos sólos y dándoles el paso libre para entrar.
Astrea miró a sus dependientes antes de empezar a caminar, Sven y Cecil le siguieron.
—¿Recuerdas dónde estaba?
Sven preguntó mientras ingresaban por completo ya a la ciudad laberinto de Orario. La diosa asintió mientras volvia a ponerse su velo negro para que no la reconozcan por la calle.
—¿Por qué te escondes?
Cecil habló por primera vez con genuina curiosidad por la acción de la diosa Astrea.
—Me gustaría mantener un perfil bajo por el momento y esto ayuda. Les pido lo mismo a ustedes, por favor.
Sven asintió obedeciendo las palabras de su diosa mientras Cecil respondía con un gemido de confirmación.
—Mi casa está al sudoeste de la ciudad, así que vamos a estar caminando por un rato. Disfruten y observen el camino para aprenderlo cuando tengan que volver.
Ambos escucharon en silencio las palabras de la diosa mientras la seguían. La mirada de Sven vagaba todo el rato hacia los lados casi apreciando las hermosas vistas de semi-humanos, elfos, enanos y amazonas que había en grandes cantidades. Estaba fascinado por todas aquellas razas que él solo veía en fantasías de novelas y animes.
Sven tuvo que hacer un gran esfuerzo en no tirarse sobre los semi-humanos y hacerles preguntas sobre si ellos tenían orejas humanas a sus lados o incluso experimentar con las orejas de los elfos y preguntar si estas eran sensibles o si actuaban como algún tipo de placer sexual si las tocan de alguna forma culposa.
Cecil sintió la extraña necesidad de apartarse de su capitán mientras seguían a Astrea.
—Por la santa mierda.
Astrea casi sintió la necesidad de reprochar las palabras de Sven, pero estaba completamente de acuerdo con él con lo que sus ojos estaban viendo, y Cecil simplemente estaba parpadeando como si no creyera lo que estaba presenciando.
Su hermosa mansión ahora parecía un bosque de vegetales, Las lianas tapaban la entrada, antes, majestuosa de su hogar, las grandes ventanas que daban paso al sol y mostraban una vista satisfactoria estaban tapadas de vegetación y para terminar de rematar las paredes de piedra de la mansión tenía un ligero musgo creciente. En definitiva, esos cinco años sin mantenimiento habían pasado factura a su hogar: "Polvo de estrellas", que pasó a ser "polvo de vegetación." y ella no quería ni imaginar como estaría el interior, estaría igual o diez veces peor que lo que la parte exterior mostraba.
—¿Podemos buscar otro lugar?
Cecil hizo una propuesta, que Sven casi sintió la necesidad de confirmar, si no fuera por la mirada que Astrea le dio a Sven.
—No podemos Cecil. Vamos a tener que limpiar mucho… haha…~
—... ¿Por qué me uní a esta familia…?
Cecil simplemente sintió la necesidad de arrancarse su cabello mientras suspiraba devastada de todo el trabajo que tendrán que hacer para hacer la mansión habitable, o al menos, presentable.
Astrea caminó hacia la entrada y apartó la vegetación con sus manos y jaló antes de arrancar las hojas de las puertas casi cayendo en el acto si no fuera porque Sven la agarró. Cecil suspiró antes de caminar y buscar en su mochila un cuchillo y empezar a cortar las hojas, finalmente la puerta de su hogar podía verse mínimamente junto a los picaportes.
Astrea agradeció a Cecil antes de agarrar el picaporte de las puertas. Sus manos temblaron ligeramente por la vista que puede esperar dentro del lugar, inhalo fuertemente antes de abrir de golpe las puertas.
El polvo se esparció de golpe como si hubieran aventado una bomba de humo, Astrea tosió un poco al inhalar el polvo ligeramente mientras movía su mano para tratar de quitar el humo que se había esparcido. Sven y Cecil se asomaron por sus hombros y miraron la oscuridad del lugar, notando que… de hecho el interior estaba un poco más a salvo que el exterior, pero la diferencia era… que había casi medio metro de polvo por el suelo de cerámica rojizo y bastante en si, todo estaba prácticamente polvoriento.
—Bueno, si somos positivos…
—No hay nada de positivo en esto.
Sven trató de buscar un lado positivo en vano, ya que se notaba a distancia el medio metro de polvo que había en el lugar y como estaba todo completamente arruinado. Cecil se llevó la mano a su rostro con un suspiro agotador.
Sven esbozó una débil sonrisa antes de mirar a Astrea quien estaba bastante callada mirando el interior de su hogar, parecía estar sumida en sus propios pensamientos mientras observaba cada detalle del lugar con nostalgia.
—¿Rea?
—¿Ah?
—¿Estás bien?
Era normal estar un poco preocupado por su amiga, pues estaban en su anterior hogar a pesar de que este empolvado y sucio. Astrea ladeó su cabeza en un asentimiento mientras respondía positivamente mientras avanzaba hacía el interior. Ambos dependientes la siguieron.
la diosa se dió la vuelta para mirarlos de frente mientras alzaba su mano para decir algunas cosas.
—Bueno, antes de que empecemos a limpiar, búsquense una habitación… pueden agarrar cualquiera de las que estén libres menos mi despacho personal.
—Entendido.
Cecil respondió agitando su mano mientras avanzaba por los pasillos adelantándose perdiéndose en los pasillos empolvados. Sven caminó un poco observando a Astrea mirar unos floreros decorativos con flores ya marchitas, sus pétalos estaban en el suelo. Caminando hacía ella le puso su mano en el hombro para reacción de Astrea quien lo miró. Bastó una mirada en silencio para comprender que Sven simplemente le estaba dando su propio apoyo, pero también mostraba curiosidad.
—Estas flores las cuidaba yo misma… cuando vivía aquí con mi hermosa familia.
Ella empezó con una débil sonrisa tomando el tallo de la flor ya marchita que se deshacía en su mano. Astrea suspiró antes de mirar hacía el salón principal de su hogar. Vió allí la chimenea con barrotes de hierro ya oxidados, el suelo compacto de cerámica rojiza con dorado adornado el suelo, pero no tenía ese mismo resplandecer de lujos debido al polvo acumulado. Astrea caminó hacia las ventanas que estaban siendo opacadas por hierbas y las apartó dejando entrar un poco de luz al interior mientras miraba hacia la lejanía.
Sven miró hacía las decoraciones más llamativas del salón viendo la cosa más grande del lugar, siendo este un piano empolvado que estaba justo a su lado, en la entrada al salón principal. Pasando su dedo por encima del piano sintió el polvo acumulado, y la yema de su dedo quedó cubierta de polvo.
—Rea. ¿Tocaban el piano?
Decidió indagar más en la información de la familia a la que ahora estaba perteneciendo. Astrea se tensó ligeramente y luego sin siquiera mirar a Sven ella respondió.
—Si, lo hacían… es triste ver como le ha pasado factura a este lugar por no darle su mantenimiento adecuado… este lugar era hermoso.
Astrea expresó sus preocupaciones mientras miraba esta vez por las grandes ventanas hacía el pequeño patio de entrenamiento que ahora tenía un césped alto y mal cuidado.
—¿Cómo…? ¿Cómo eran ellas? ¿Tus hijas?
Astrea sintió un golpe de nostalgia recordando sus rostros, aunque borrosos por el pasar del tiempo, recordaba sus caras lo suficiente como para hacer una descripción de todas ellas y sus personalidades.
—Celty tenía el cabello verde, era un elfo. era una de las chicas más inteligentes de la familia a pesar de su edad de 15 años. A veces era confundida por parecer un niño por que tenía el cabello corto, ella usaba un par de lentes también.
Astrea recordó a su pequeña niña más joven de la familia mientras daba una débil sonrisa, Sven trato de imaginarla como la típica niña de aspecto bonito que parecía un niño.
—Ryana era humana, su cabello era de un lindo castaño al igual que sus ojos. su cabello estaba en pequeñas trenzas que caían por su rostro.
Esta vez ella comentó sobre el siguiente miembro con cariño. Sven apreció el sofa viejo de color rojizo mientras la seguía escuchando con atención.
—Asta era una enana, lo que más recuerdo de ella eran sus pendientes azules que colgaban de sus orejas, también tenía el cabello marrón y los ojos igual. Neze sin duda era la más adulta de la familia era la hombre lobo del grupo podría describir su cabello casi plateado, era más un beige claro.
Astrea se llevó la yema de su dedo a su boca con la mirada fruncida, recordar sus rostros eran algo complicados pero estaba haciendo su mayor esfuerzo sobre los miembros con los que menos interactuaba pero que amaba de misma forma como a las demás.
—Noin también estaba… era humana y tenía el cabello algo corto pero no era confundida como Celty.
Ella dijo con una débil sonrisa recordando los ojos cafés de esa niña. Sven caminó lentamente hacia Astrea poniéndose a su lado, mirando por la ventana. Astrea sonrió débilmente.
—Maryuu era la "mamá" del grupo podría decirse, se preocupaba mucho por mis hijas, era muy fraternal.
Sven dejó de mirar por la ventana para dirigir su vista hacía Astrea quien esta vez se miraron a sí mismos, Sven tenía expresión de escuchar atentamente a su diosa sobre los miembros de la familia.
—Iska era una amazona de carácter fuerte… bueno, es normal en ellas, pero Iska resaltaba bastante por su actitud temeraria y también cariñosa. Luego estaba Lyra… Te hubieras llevado bien con ella, Sven.
—¿En serio?
Astrea asintió recordando la forma tosca de hablar de Lyra y como era bastante directa y honesta sobre sus palabras sin limitarse a decir las cosas a medias, en cierta forma se parecía un poco a Sven solo que con la diferencia que él se limita… a veces.
—Kaguya… era la vice-capitana. Ella tenía cabello negro, el cabello masomenos por aquí creo…
Ella acortó su melena con sus manos marcando que tenía el cabello un poco más corto que ella.
—Ella normalmente peleaba con la niña está… porque los ideales de ambas siempre chocaban en algo.
Ella admitió casi divertida recordando una que otra escena de pelea de Kaguya y aquella dependiente tan querida para ella.
—Y Alise…
La voz de Astrea se apagó, sus muecas divertidas se transformaron en cariño, demostrando que era de hecho una de las miembros de la familia que más extrañaba en la familia. Sven extendió sus brazos torpemente para tratar de abrazarla pero ella no pudo evitar reír mientras le daba el abrazo que Sven tembló ligeramente por no saber como exactamente consolarla.
—Ella… era la capitana de la familia. era directa y franca, no se contenía en decir lo que pensaba y era super super ruidosa, pero me agradaba.. nos agradaba a todos. Siempre se llamaba a sí misma como un ser puro y perfecto… en parte… Ella me recuerda mucho a ti Sven.
Astrea respondió en el pecho del chico antes de separarse del abrazo y dar pasos hacía atrás con una sonrisa, mientras reía débilmente.
—Bueno… falta una… pero esta diosa ya revivió bastante el pasado, no deberías ser tan metiche… Sven. Deberías buscar tu habitación que elegirás.
Ella cambió el tema rápidamente regañandolo con un toque divertido mientras Sven parpadea un poco y le daba una suave sonrisa riendo nerviosamente. Asintiendo pasó a un lado de Astrea para volver a los pasillos.
—Yo me encargaré de buscar las escobas y trapos para limpiar.
—Bueno, te veo después, Rea.
Sven se despidió caminando y Astrea le dio una sonrisa de despedida también siguiéndolo y separándose en uno de los pasillos.
Caminando por los pasillos, observó como la oscuridad se hacía más evidente debido a la falta de luz que no terminaba de entrar por las ventanas debido a la vegetación que bloqueaba la luz. Viendo distintas entradas, Sven caminó guiándose por su instinto, vio unas puertas a lo lejos: Habitaciones. Estaban en una pequeña fila una tras otra, las puertas de las habitaciones cerradas y unas entre abiertas. Escuchó el bullicio de una de las habitaciones y curioso fue a investigar el sonido. Dentro de una habitación con la puerta ligeramente abierta, un cartel colgaba frente a la puerta que decía "Lyra". Recordó las palabras de Astrea diciendo que él se hubiera llevado bien con ella.
Mirando en su interior, vio a su amiga y compañera de familia, quien estaba sentada en la cama frente a algunos martillos y objetos para forjar. Ella estaba mirando con atención sus herramientas comprobando si había alguna astilladura en todo el viaje que habían hecho de Solingen hasta Orario. Sven movió ligeramente la puerta mientras tocaba con una sonrisa. El sonido hizo que Cecil girara su cabeza alerta.
—Soy yo.
Sven habló mostrandose apoyándose en la puerta con los brazos cruzados y alzando ligeramente su mano.
—Ah… ¿Qué quieres? ¿No ves que estoy limpiando esta habitación?
—Yo te veo mirando tus martillitos.
—... Estoy revisando todo mi equipaje si está en buen estado.
Cecil gruñó con algo de molestia al oír el tono divertido de Sven y la peliazul respondió dándole una respuesta corta y directa.
—Así que shu shu. Fuera de mi habitación que reclamo como mía.
La escena que Sven veía de Cecil le dio mucha gracia y no pudo evitar reírse al verla agitar su mano sin siquiera mirarlo y simplemente lo echaba como un perro. No queriendo provocar su mal humor agitó su mano despidiéndose de la chica mientras iba a revisar las otras habitaciones.
Rascando su cabello salió de la vista de la herrera mientras caminaba investigando las demás habitaciones con una suave sonrisa, fue abriendo puerta tras puerta, leyendo uno que otro nombre. Parte de él buscaba la habitación más cercana a Astrea, por lo que estaba buscando el "despacho" de Astrea o mejor dicho su habitación, en su camino vislumbra el cartel de Astrea y buscó la habitación más cercana pasando por una puerta pero su ojo captó un nombre que lo hizo frenar por un instante creyendo haber leído mal, tuvo que releer el marco de la puerta y el cartel que colgaba.
Ryuu.
su mente lentamente empezó a conectar los puntos faltantes, como si hubiera sentido el "click" conectar cada punto en su cabeza, sus ojos miraban el cartel con una creciente sorpresa mientras sentía que soltaba un jadeo de emprendimiento.
"Mi familia tuvo una única superviviente"
"Ella me rogó por varios días hasta que decidí aceptar sus palabras"
La voz de Astrea contándole hizo eco en sus propios oídos, recordando con exactitud. su mente tuvo un viaje hacía el pasado, recordando un hecho específico de la novela, el piso 18 de la mazmorra, una tumba, Bell Cranel junto a Ryuu… Ryuu Lion, la única superviviente de la familia Astrea. Recordó vagamente los hechos de la novela y del anime.
"Una vez pertenecí a la familia Astrea.. Ella era la diosa de la justicia y el orden, y yo la idolatraba."
"Hasta que, un día, una familia levantó sus armas contra nosotras y nos tendieron una trampa en la mazmorra."
"Juré vengarme."
Finalmente… Sven lo comprendió, porqué ese nombre le era tan familiar… Astrea… Era la diosa de Ryuu Lion, una elfa que conoció a Bell Cranel en su camino. Sus manos temblaron tratando de asimilar por completo la reciente información que su cabeza concluyó.
Se encontró con Astrea, hizo una amistad con ella e ingresó a su familia, y él la trajo de vuelta a Orario.
¿Que… acababa de hacer? ¿Fue lo correcto?
¿Cómo reaccionaría la única superviviente cuando se enterara?
¿Cuánto le afectaría ver que su diosa estaba tratando de rehacer su familia? No… la verdadera pregunta era… Ryuu Lion… ¿Lo aceptarías? ¿Sería merecedor del puesto de capitán que tanto idolatran los demás?
Intentó calmarse, pero le era imposible, finalmente todo empezaba a cobrar sentido y ahora no tenía idea de cómo proseguir, estaba perdido, sin saber que hacer a continuación.
"Enfócate."
Se dijo a sí mismo con una fuerte cachetada para calmar por completo sus nervios y necesito de fuerzas para alejarse de la puerta mientras caminaba hacía la última puerta que estaba más cerca de la habitación de Astrea y simplemente la abrió sin siquiera mirar hacía el cartel, el quería simplemente volverse loco en algún lugar y no en pleno pasillo.
Se tiró en la cama de sábanas rojizas con la mano en su frente, la cama estaba bien pero estaba ligeramente polvorienta. se dio unos cuantos respiros para calmarse…
Tras calmarse, se levantó de la cama y esta vez investigó la habitación tratando de desviar su cabeza del hecho que él estaba en la familia de Ryuu Lion. Lo primero que captaron sus ojos fué el marco de foto con una imagen dentro. Sven agarró el marco y miró la foto, observando una hermosa mujer de cabello ardiente atado en una coleta sonriendo y alzando sus dedos en paz junto a una niña elfa… Ryuu quien apartaba la mirada algo avergonzada.
Pero Sven no era eso lo que hizo que se exaltara, si no porque él había reconocido a la mujer, era la mujer que vió en sus sueños después de haber recibido la gracia de Astrea, y en su momento no pudo ver su rostro, solo su espalda, pero nunca pudo verla de frente. En la foto parecía una mujer entusiasta y femenina, solo con ver sus rasgos podía sentir cómo era… Una hermosa mujer digna de tener el puesto de capitán de la familia. Pudo entender casi de inmediato a quien pertenecía esta habitación… pero quiso confirmarlo caminando hacía la puerta y leyendo el cartel
Alise.
El tiempo pasó volando en la mansión "Polvo de Estrellas". Astrea junto a Cecil y Sven pasaron gran parte su tiempo limpiando lo que pudieron de la mansión para dejarla un poco presentable, las piedras mágicas iluminaban un poco, algunas plantas fueron reemplazadas por otras, mientras hacían los cambios, barrían y limpiaban. Pudieron completar su limpieza apenas el salón principal, ya que también tuvieron que cortar muchas hojas que tapaban la luz solar hacía el interior de la mansión. Sven suspiró tras un largo día de pura limpieza y sabiendo qué mañana debían continuar la limpieza del hogar.
Ahora se estaba encargando de terminar de limpiar la habitación de Alise… la cual ahora él viviría de hoy en adelante, sus ojos estaban cansados mientras terminaba de quitar bastante polvo de la habitación y abrir las ventanas para que haya un poco de ventilación. Sentándose en la cama miró hacia el techo de la habitación pensativo antes de mirar hacia la foto que estaba en la mesa de luz…
Se tomó un momento para apreciar a la mujer mientras se recostaba en la cama. Vio esas gemas verdes de sus ojos con duda, su sonrisa tan brillante y sus dedos alzados en paz. Bufó algo divertido, una parte de él quería ir y conocer a la chica pero eso era una tontería ya que esa niña había fallecido hace ya cinco años…
—Alise… Lovell…
Susurró su nombre con una fuerte respiración antes de dejar el marco de la foto en su lugar. Decidió revisar los cajones de la mesa de luz, ya que era lo único que no había revisado de la habitación… porque él de hecho había revisado el armario de la habitación y vio las distintas prendas que había… Incluso encontró ropa interior que estaba seguro que eran de Alise. No pudo evitar soltar una carcajada con gracia.
Blancas.
Había muchos pares de bragas blancas que tuvo que ir transfiriendo hacía Astrea quien simplemente se reía y le decía en broma que no profane la ropa de chicas tan pura como lo fue Alise. Faltaban por entregar más ropa, pero entregó la mayor parte. Apartando el pensamiento divertido abrió el cajón y tuvo que hacer un ligero esfuerzo para abrirlo ya que la madera estaba algo vieja.
—¿Eh?
Su rostro observó un libro algo empolvado junto a un poco de tinta y pluma en el propio cajón de la mesa de luz. Curioso agarró el libro y limpió la tapa empolvada viendo que no había ningún tipo de título en la portada, era un simple libro marrón. Con cuidado lo abrió y sus ojos leyeron una entrada.. escrita con una caligrafía linda y escrita en Koine.
"Querido diario… mi nombre es Alise Lovell… ¿Debería escribir así mi diario? Bueno, no es que alguien lo vaya a leer… pero supongo que contaré mis días a días aquí."
"¡Me uní a la familia Astrea recientemente!"
Sven detuvo su lectura en el instante comprendiendo que era lo que estaba sosteniendo y leyendo…
El diario de Alice Lovell.
[Fin de capítulo]
