1 "Marchito en soledad"

Infinity – James Young

Yggdrasil, el árbol de los mundos.

Sentado en el trono dorado más allá del tiempo, allí en las mismas entrañas del Yggdrasil, Loki sostenía las ramas del multiverso con la mirada perdida en el interminable abismo de la red cósmica. "Sabía quién cuánto tiempo" había pasado ya velando por el bienestar multiversal. Uno perdía la cordura al volverse incapaz de medir el transcurso del tiempo. Digamos que "últimamente" pareciese que la mente de Loki estuviera funcionando en piloto automático. No obstante, lejos de ejecutar acciones puramente instintivas, involuntarias y completamente maquinales, el dios de cabello azabache se veía inmerso en un arduo trabajo emocional.

Dios, sí, eso. Del engaño, de las travesuras, del caos, ahora omnisciente, omnipresente. Como sea. El dios de las historias pasó a autodenominarse. Ya daban igual todos esos títulos. Pero no había una de cal sin otra de arena, ¿verdad? Nuevamente, solo. Así es como se había sentido siempre y así es como acabaría, tristemente. ¡Ahora que finalmente había alcanzado su tan ansiado propósito! Y todo gracias al amor que le profesaba a su hermoso e inesperado grupo de amigos.

Amigos, tiempo ha llegó a pensar que la amistad era algo puramente interesado y superficial, que los humanos, más específicamente, eran seres básicos e insustanciales. Sin embargo, ahora que podía ver la totalidad del multiverso, había contemplado y aprendido de la belleza poética de lo efímero, lo mundano. Tras todo lo transcurrido, el dolor, las inseguridades y la incertidumbre, lo único que le ayudaba a seguir adelante era centrarse precisamente en eso, en el amor que sentía por sus compañeros, en el amor hacia aquel hermano del que tanto renegó una vez, incluso en el amor ajeno.

El sacrificio de Loki había sido necesario para garantizar la continuidad de la vida misma, la de todos sus seres queridos. Merecían la oportunidad de vivir una vida de pleno albedrío. De hecho, nada le contentaba más que perderse en el profundo ramal del multiverso y observar las nuevas aventuras que le deparaban a Mobius, o a Sylvie descubrir lugares y vivir nuevas experiencias, relacionarse con los demás y ser amada de un modo en el que él jamás podría. Eran variantes, al fin y al cabo. Cada uno su propio ser, mas Lokis en esencia.

Sí, el amor que sentía hacia ella era genuino, mas no romántico, sino más bien desinteresado y basado en la empatía y en el ferviente anhelo de garantizar su bienestar. Más allá de eso, Loki jamás se había enamorado, algo a lo que no le habría dado mayor importancia de no haberse topado con las inagotables alternativas del multiverso. En otras realidades, en remotos tiempos y espacios (irónicamente, en la mayoría), Loki conocía el amor romántico.

El Dios del Caos, curiosamente cometido ahora al orden y a la integridad de la propia realidad, tragó saliva con relativa dificultad al notar que se le humedecían los ojos. En sus manos, frente su hocico, una de las ramas emitía un fulgor especialmente intenso. Un verde frondoso, como los ojos de la mujer que jamás había desposado porque al destino no se le había antojado. Se llamaba Sigyn, y una historia generalmente agridulce la unía a todas y cada una de sus variantes, quienes, con mayor o menor consideración, la trataban o bien como una reina o bien como jirón de tela. Entretanto, ella, siempre leal, mantenía de por vida el anillo de bodas en su dedo anular.

Loki no recordaba un momento pasado en el que el corazón se le hubiera encogido de forma tan asfixiante. Enfrentarse a la soledad ya era duro de por sí. Descubrir que, de entre las infinitas zarzas del Yggdrasil, era el único Loki sin su respectiva esposa era cuanto menos descorazonador. ¿Por qué? El omnipresente dios cerró los ojos. Iluso, ¡como si su angustia fuera a mitigarse así! Era imposible, tendría que aprender a vivir con aquella punzante sensación en el pecho, mas no por ello dejaría de admirar a la que tendría que haber sido su alma gemela, la mujer que nunca había conocido y que probablemente, en su universo, ni siquiera existiría.


Nota de la autora: Como bien expongo en mi perfil, movida por la nostalgia, hace poco me propuse hacer un reboot de mi fábula titulada Gloria a Asgard, aún disponible en mi biblioteca. He querido hacer una especie de borrón y cuenta nueva que sitúe mis fantasías en la presente fase del universo cinematográfico de Marvel, ante todo porque no me siento satisfecha con el reciente rumbo que se ha tomado con la serie de Loki. Si bien el final de temporada fue alucinante, esperaba más de principio a fin; esperaba algo muy diferente. Puede que por eso se me ocurriera esta manera de "solventarlo".

El mundo descrito tanto en Gloria a Asgard como en esta historia está inspirado en la mitología nórdica y en videojuegos como Skyrim, World of Warcraft, Assassin's Creed: Valhalla y God of War. También en mi reciente viaje a Noruega, por supuesto. Dicho esto, tan solo querría recalcar que este prólogo sitúa la historia justo después del final de la segunda temporada y que contará con infinidad de cameos. Con todo, recomiendo estar familiarizado con los últimos proyectos del UCM para asimilar mejor entraña y detalles de la historia.

Actualmente, dispongo ya de unos diez u once capítulos, todos ellos listos o casi listos para su publicación. Estoy hablando de poco más de 200 páginas de contenido (¡y lo que queda todavía!). Si bien las partes pueden ser más o menos largas, cada una de ellas tiene una extensión aproximada de 15 – 20 páginas. No me gustaría tener que dejarla a medias, por lo que aprovecharé el verano para dar fin a este proyecto que tanto me ha ayudado a lidiar con el estrés de cursar mi segundo máster en tres años.

Independientemente de la mayor o menor repercusión de esta historia, publicaré de forma semanal o bisemanal. Con todo, este prólogo y los siguientes dos capítulos ya están disponibles, más que nada porque sirven de primera toma de contacto. A partir de ahí, la trama comenzará a tomar una cierta forma. Advertencia: habrá saltos temporales (o, mejor dicho, espaciales), por lo que seguiremos las aventuras y desventuras de distintas variantes. Dicho esto, agradecería enormemente que valorarais este esfuerzo dejándome vuestras impresiones en la caja de comentarios. Prometo no solo añadir notas personales "a pie de página" para daros una mejor visión de la historia, sino atender a todas vuestras posibles observaciones. ¡Un saludo!