Disclaimer:Todos los personajes, así como lo que podáis reconocer pertenece a J.K. Rowling.
Flashback 75
Hermione despertó por el vaivén de las olas. Miró a la cama de al lado y se encontró con que la poción multijugos había desaparecido completamente: dónde se había acostado Viktor Krum, ahora yacía el corpulento cuerpo de su antiguo profesor de pociones.
Hermione carraspeó y se dirigió al baño. Necesitaba agua; se lavó la cara y bebió de su propia mano, su garganta se calmó al recibir el líquido cristalino.
Salió al camarote y se encontró con los ojos negros de Snape.
· Tengo preguntas- dijo la chica-.
· Esperaba que las tuvieras- Snape se incorporó y se echó el pelo hacia atrás-.
· ¿Por qué Viktor?- eso era lo menos importante, pero Hermione no podía entender que sentido tenía que Snape hubiera tomado la apariencia del búlgaro-.
· Necesitábamos un motivo por el cual Draco no te buscase- Snape carraspeó- si él piensa que le has abandonado no te pondrá en peligro…ni a él.
· ¿Quieres decir que Draco no vendrá?- Hermione sintió como una losa caía encima suya-.
· Creo que aún no has comprendido el peligro que corréis los tres. Si Draco te encuentra, el Señor Oscuro os encontrará a través de su marca…es cuestión de tiempo que os encuentre.
· Pero…en el refugio estábamos juntos…
· Pero ahora estás embarazada.- los ojos de Snape centelleaban de furia- ahora es más real todo, solo necesita teneros en su poder para completar la profecía. No podemos arriesgarnos.
· Podemos luchar- dijo la chica con un tono esperanzador-.
· ¡NO! Tu deber ahora es esconderte y tener a ese bebé lejos de todos. – los labios de Snape se curvaron en una mueca de dolor- Si Draco descubre que estás embarazada, que estás escondida querrá venir por vosotros. Si el Señor Tenebroso os encuentra os matará a los tres, el linaje Malfoy debe acabar para que se cumpla la Profecía…tú deber es proteger al nuevo heredero. Olvídate de Draco…olvida tu vida anterior; ahora tienes otras prioridades.
Hermione bajó la cabeza. Su vida se había derrumbado, Draco no podría formar parte de nada que tuviera que ver con ella y su bebé. Estaba sola…pero ¿Por cuánto tiempo?
· ¿Podré volver a verlo algún día?-los ojos de la chica se humedecieron-.
· Solo cuando El Señor Oscuro haya muerto y sea seguro. – Snape suspiró-.
· Cuando todo acabe volveremos. Está bien, puedo esperar para reencontrarme con Draco…estoy segura que él entenderá todo. Tú me ayudarás a explicárselo, él confía en ti.
· Es difícil que Draco vuelva a confiar después de todo…él piensa que lo has traicionado…pero buscaremos la forma.
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Snape se quedó mirándola fijamente. No podía asegurarle nada ni desmentirle, el futuro de Draco e incluso el suyo propio estaba incierto. El Señor Oscuro terminaría encontrándolos, no podían huir de la marca.
A menos que Potter lograse matarlo pronto, Draco y él mismo podrían morir en cualquier momento y Hermione nunca lo sabría.
A pesar de todo, Snape sentía un cariño especial por Hermione. Está vez no permitiría que se repitiera la historia; Está vez, ese bebé tendría a su madre junto a él: viéndole crecer y protegiéndolo. Está vez, una hija de muggles junto a su bebé mestizo sobrevivirían a la furia de Voldemort y a una profecía.
Te lo debía Lily…no pude protegerte, pero Hermione sobrevivirá.
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Snape miró por la ventana del camarote, las gaviotas sobrevolaban la costa de Oporto.
Llegarían pronto y su misión estaría concluida. Él volvería a Inglaterra mientras Hermione se dirigiría a su nuevo destino, comenzando una vida alejada de la guerra: Una vida lejos de todo lo que conocía hasta ahora.
El ministerio Portugués se encontraba en una calle cercana al puerto de Oporto; el bullicio de la ciudad estaba en pleno apogeo. Muchos turistas visitaban la ciudad en esa época de año, cuando el calor empezaba a hacer mella en la península.
Hermione seguía a Snape con la cabeza gacha, oculta en la capucha de su sudadera, escondiendo sus rizos.
Cuando llegaron al vestíbulo del ministerio todo pasó bastante rápido. Snape le presentó a la persona que iba a conducirla al traslador, pero Hermione no escuchó su nombre, su mente estaba abstraída.
Snape le había dicho antes de llegar que no podía comunicarse con nadie de la Orden. Solo Kingsley la contactaría de ser necesario y le daría indicaciones de como contactar con él.
Snape la abrazó mecánicamente, no era un hombre de mostrar sus sentimientos pero pensó que la chica necesitaría una última muestra de afecto.
Cuando Hermione desapareció por los pasillos del ministerio, Snape se dirigió hacia el otro lado del vestíbulo: Tenía que volver a Inglaterra e informar de que la chica ya estaba de camino hacia su nuevo destino. Lo que Snape ignoraba, es que esa sería la última vez que veria a Hermione Granger.
Cuando Hermione aterrizó en el ministerio Australiano, suspiró y se armó de valor. Tenía que buscar trabajo y una casa donde vivir…solo sería por un periodo de tiempo, Harry acabaría con Voldemort pronto.
Sacó la varita que Snape le había proporcionado y realizó un hechizo de rastreo; se dirigió hacia la panadería Wilkins en un barrio muggle de Sydney, quizás podrían contratarla…a pesar de que sus padres no la recordasen, estar cerca de ellos era lo que necesitaba en ese momento.
Caminó ágilmente con una sonrisa en sus labios. Tenía que ser positiva, pasaría un tiempo cerca de sus padres y pronto volvería a su vida normal.
Lo que Hermione ignoraba es que ese periodo de tiempo se convertiría en años…y que la próxima vez que se encontrase con los ojos grises de Draco sería a través de una celda de Azkaban.
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N/A: Fin de los flashbacks. En el siguiente capítulo volveremos al presente, al juicio contra Draco Malfoy.
