Disclaimer:Todos los personajes, así como lo que podáis reconocer pertenece a J.K. Rowling.

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Hermione llegó a casa de Andrómeda cuando ya estaban todos sentados en la mesa. Teddy había transformado su cabello: rubio platino; lleno de rizos, haciendo juego con el pelo de Lyra.

· Vaya Teddy…te ves muy guapo de rubio- Hermione sonrió y Andrómeda puso los ojos en blanco, seguramente Teddy estaba todo el día haciendo transformaciones en su aspecto igual que su madre-.

· ¡Mami!- Lyra dejó el tenedor y corrió a los brazos de su madre- has estado todo el día fuera…te he echado de menos.

· Yo también princesa- Hermione besó a su hija-

· ¡No soy una princesa! ¡Soy fuerte y valiente! ¡Una guerrera!

· Las princesas también pueden ser guerreras- los ojos de la niña se abrieron de golpe-.

· ¿De verdad?

· Ajá-

· ¡Yupi!- la niña se soltó de los brazos de su madre y corrió a la mesa- ¿Has oído primo? ¡Puedo ser princesa y guerrera!

Teddy hizo una mueca de disgusto, al parecer el niño no estaba de acuerdo en cómo una princesa podía ser guerrera. Pero como Lyra era más pequeña, lo dejó pasar. Tendría que enseñarle muchas cosas si iban a quedarse en su casa, su prima no iba a ser una princesa tonta como las niñas que él conocía en el colegio muggle donde iba.

· ¿Qué tal ha ido querida?- preguntó Andrómeda mientras servía puré de patatas a Hermione en un plato donde ya había un filete de ternera-.

· Pues…no lo se. La verdad que no lo se, yo he dicho todo lo que creía que tenía que decir.- Hermione se encogió de hombros-.

· ¿Y él?- los ojos de la mujer se posaron en Lyra – ¿Cómo ha reaccionado?

· No se lo cree- Hermione suspiró y se llevó el tenedor a la boca- tiene que asimilarlo…lo conozco.

· Merlín te oiga…todos sabemos lo orgulloso que puede llegar a ser.- Andrómeda sonrió nostálgicamente mientras miraba a Lyra- Si mi hermana la viese…es la viva imagen de Draco, excepto por los rizos. Esos son tuyos.

· Si. Parece ser lo único que hice- Hermione río abiertamente-

· Querida…hiciste mucho más – Andrómeda posó su mano en el hombro de la chica- si no fuese por tu sacrificio, está niña no estaría aquí.

· O tal vez sí…no sé si me equivoqué, al irme de esa forma, al excluirlo de todo…

· Hermione. Hiciste lo que tenías que hacer, una madre haría cualquier cosa por sus hijos…-Andrómeda dejó escapar una lágrima – ojalá yo hubiese podido salvar a mi hija como tú hiciste con la tuya.

· Tienes razón. Perdóname, he sido desconsiderada- Hermione se levantó y abrazo a Andrómeda -.

· Para nada querida, solo eres humana. – las dos mujeres se miraron y volvieron a abrazarse.

· ¡Eh! Nosotros también queremos abrazos- dijo Teddy levantándose de la mesa y tirando de la mano de Lyra mientras Hermione abría los brazos para acogerlos con una sonrisa.

Esa noche, Hermione durmió tranquila después de mucho tiempo. A pesar de los nervios que tenía por Draco, su corazón había empezado a llenarse de nuevo con momentos cálidos como el de la cena de esa noche donde se abrazaron los cuatro juntos y luego corrieron por el salón atrapando a los pequeños y haciéndoles cosquillas hasta que no pudieron más .

Ya no estaban solas, ahora tenían a Andrómeda y Teddy.

Con ese pensamiento, Hermione se durmió abrazada a su hija; sonriendo y pensando que mañana conocería al hijo de Harry y Ginny…el que debiera ser su ahijado si no hubieran salido las cosas tan mal.

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Draco dio una patada a la bandeja con comida que había aparecido en su celda. No pensaba comer nada, no podía.

Su mente no paraba de dar vueltas, Granger lo había desestabilizado de una manera que no se podía imaginar.

Él había aceptado su destino. Había asumido sus culpas, lo único que quería era dejar este mundo. No había nada para él aquí…hasta que apareció ella de nuevo: con esa cara de no romper un plato, con su actitud desafiante y contando una versión distorsionada de como fueron las cosas .

¿Qué era eso de que tenían una hija? Él se habría dado cuenta de eso…las embarazadas vomitan constantemente ¿No? Él no recordaba a Granger enferma o vomitando…ella estaba como siempre. Quería hacerle creer que Snape había tomado poción multijugos para tomar la apariencia de Krum…que idea tan descabellada. A Draco Malfoy no lo engañaban con esos trucos, ella se había ido con Krum y ahora a saber por qué estaba arrepentida y se sentía mal de verlo ahí. Ella siempre había tenido el defecto de querer salvar a la gente y por eso estaba aquí, no podía soportar que el alma de alguien se perdiese. Sí, eso era.

Cerró los ojos y la vio en su mente. Recordó la ultima vez que estuvieron juntos, en esa casa destruida, cogiendo la muñeca de trapo…el último día que pasó con ella. Que estúpido se sentía de haber accedido a llevarla allí…habían pasado una noche y mañana maravillosa ¿Por qué coño habían salido de la cama?

Un malestar se asentó en su estómago al recordarlo. Alejó esos pensamientos; no podía permitirse pensar en esa época, ya no. Hermione Granger ya no era nada para él.

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Ginny se había levantado esa mañana más temprano de lo normal. Realmente estaba muy nerviosa, cuando Harry le contó su encuentro con Hermione no pensó mucho en ello pero al acostarse, se dio cuenta que Hermione estaba por fin en Inglaterra. Después de tantos años volvería a ver a su amiga…y verla significaba traer a la luz heridas no cerradas, traer a la luz la muerte de Ron.

Puso una tetera y comenzó a preparar la masa de las tortitas. James amaba las tortitas de su abuela Molly y Ginny siempre intentaba copiar la receta, sin éxito.

Se sirvió una taza de té y esperó a que el fuego se calentase para echar la masa en la sartén.

· Buenos días. – Harry la abrazó por detrás- has madrugado.

· Tenía mucho que hacer. Tenemos invitada- los ojos de la pelirroja reflejaron el nerviosismo que tenía-.

· Tranquila, solo es Hermione. – Harry le dio un beso y se sentó a tomar una taza de té.

· Iré a buscar a James, son las 9. Hermione nunca se retrasa- dijo la pelirroja mientras se quitaba el delantal-.

Como había predicho Ginny, a las 9:30 llamaron el timbre del número doce de Grimmauld Place. Harry suspiró y se acercó a abrir la puerta de entrada mientras Ginny y James esperaban en el vestíbulo.

Harry estaba deseando de ver a su amiga, lo que no se esperaba al abrir la puerta era ver a una niña pequeña de la mano de Hermione. La niña no debía de tener más de tres años y se aferraba a la mano de Hermione con fuerza. Tenía el pelo rubio, tan rubio que parecía platino. Unos bucles preciosos caían en sus laterales, probablemente se habían salido de la coleta que llevaba hecha. Los ojos de la niña eran grises como el mercurio.

· Hola Harry…- Hermione sonreía nerviosa- te presento a Lyra.

Harry cerró la boca de golpe y miró a su amiga confundido, se agachó ante la niña y acarició su mejilla. La niña se escondió tras las piernas de su madre.

· Lyra, es el tío Harry. Ya te hablé de él- dijo Hermione con dulzura-.

· ¿El papá de James?- preguntó la pequeña con ojos tiernos-.

· Si Lyra, soy el papá de James.- dijo Harry sorprendido de que Hermione le hubiese hablado a la niña de ellos pues ellos no sabían nada de esa niña. El parecido con Malfoy era sorprendente pero la sonrisa y los rizos descontrolados eran de Hermione. No había duda: era la hija de ambos-.Pasad por favor.

· Vaya…si que ha cambiado esto- dijo Hermione entrando al vestíbulo; cuando vio a Ginny junto al pequeño James se derrumbó y comenzó a llorar, el pelo de Ginny le hizo traer el fantasma de Ron a su cabeza-.

· Hermione…- Ginny se acercó a la castaña y la abrazó- tranquila, está todo bien.

· Lo siento tanto Ginny…- Hermione comenzó a hipar y Lyra rompió a llorar; no entendía nada. ¿Por qué estaba llorando así su mamá? – No llores cariño, mamá está llorando porque está feliz de ver a los tíos.

· ¿Se puede llorar de felicidad?- dijo la pequeña hipando y cesando su llanto-.

· Claro que sí Lyra- dijo Harry cogiéndola de la mano- ven conmigo, voy a presentarte a James.

· Pasemos a la cocina Hermione. Tienes mucho que contarnos- dijo Ginny agarrando del brazo a su amiga-.

Después de desayunar y Lyra no parar de contarle a sus nuevos tíos cómo era su vida en Australia, los niños se fueron al salón a ver dibujitos mientras Harry, Ginny y Hermione hablaban en la cocina. Hermione había explicado a sus amigos cuando se quedó embarazada, la huida a Australia y el contenido de la profecía.

· Pero Hermione…nunca escribiste. Ni siquiera sabíamos si estabas viva hasta que Kingsley se cansó de mi y tuvo que decirme que estabas bien.- Dijo Harry clavando los ojos en ella-.

· No podía…no podía arriesgar la vida de Lyra. Si alguien descubría donde estábamos o que estábamos vivas…Voldemort hubiera venido a buscarnos o Draco.

· Te entiendo Hermione, yo haría lo mismo por James.- dijo Ginny agarrándole fuertemente la mano-.

· ¿Te esconderías incluso de mi?

· Por su puesto Harry, si hubiese estado en la misma situación que Hermione habría hecho exactamente lo mismo.

· Gracias Ginny. Tus palabras significan mucho para mi- Hermione sonrió a la pelirroja y se dirigió a Harry-.

· ¿Cómo fue tu declaración?

· Regular. Está empeñado en autoinculparse de todo. Intenté hablar de sus misiones con Theo, de sus servicios a la Orden…claro que lo hacía siempre por ti, pero lo hacía.- Hermione asintió dándole a entender que siguiera- pero está complicado Hermione…aunque lo eximan de la muerte de Ron…cuando tú te fuiste se volvió loco; se aisló, mortifagos aparecían muertos, gente de la Orden aparecía muerta y el responsable era él. Hasta que Voldemort le hizo un trato: le perdonaría todo si volvía a sus filas para encontrarte.

· Lo sé- Harry la miró sorprendido- Kingsley me mantenía informada.

· Entonces sabrás que el entregó a Snape.

· Si. – Hermione bajó la mirada- Snape se sacrificó para que pudieseis atraparlo.

· En efecto. Ese fue el punto de inflexión, a partir de ese momento el reinado de terror de Malfoy y Voldemort se acabó.- dijo Harry apretando el puño-.

· Parece tan lejano todo…- la voz de Hermione sonó como un susurro-.

· Para nosotros no- dijo Ginny con lágrimas en los ojos- fueron unos años horribles. Gracias a Merlín que me escondí con James en la Madriguera.

· Lo siento, tienes razón. Yo no estuve Aquí por eso me parece lejano.- Hermione se sintió fatal por el comentario, ella estaba escondida mientras los demás luchaban-.

· Ya está bien de hablar del pasado- Harry se levantó de la mesa y sacó una escoba de juguete de la alacena- es hora de que Lyra aprenda a montar en escoba, dudo mucho que la hayas enseñado…¡James tiene un año menos y apunta maneras!

· ¡Ni hablar Harry, es muy pequeña!- chilló Hermione mientras Ginny ponía los ojos en blanco- ¡Harry! ¡Vuelve!

Pero Harry ya había salido por el salón de la mano de los dos pequeños que daban saltitos y reían como locos.