¡BUENOS DÍAS! ¡BUENAS TARDES! ¡BUENAS NOCHES! MIS QUERIDOS LECTORES PRECIOSOS
¡Otra semana más, otro dólar más!
Pero no dólares de verdad, porque no estamos monetizando con esta historia.
¡Claro que no querido lector! Nuestro pago es su review, su follow y/o su fav.
Y para demostrar nuestro compromiso con el respetable, aqui estamos cumpliendo nuestra palabra de traerles su cada semana su capítulo nuevo de esta historia/novela/serie/como quieran llamarla.
Y esta semana traemos el número 4 (técnicamente el 5to pero el aviso de apertura no cuenta, así que me aferraré a que es el 4to)
Y bueno, como ya habrán podido leer en capítulos anteriores, se ha movido un poco la dinámica de las introducciones, así que el disclaimer estará en el primer capitulo. Pero siéntanse libres de dejar sus sugerencias para como ocupar el espacio del intro que dejara vacío la falta del disclaimer.
Sin mas que añadir,
¡COMENCEMOS!
Un día nuevo comenzaba en la Ciudad Inazuma, y en las calles, un cuarteto caminaba en silencio. Hasta el frente del grupo, un chico de blanca cabellera caminaba con una expresión bastante pensativa en su rostro. Detrás suyo, una chica de rosada cabellera, una rubia y una morocha, le seguían de cerca en silencio. Aunque el silencio no era realmente porque ellas quisieran sino más bien debido a que el peliblanco venía bastante sumergido en sus pensamientos. Así continuaron hasta que finalmente llegaron a su destino, la secundaria Raimon.
"Oigan ¿No es Mitarashi, del club de ajedrez?"
"Si, creo que sí es,"
"No lo había notado, pero es bastante atractivo,"
"Aunque no tanto como el chico de pelos parados,"
"¿Me pregunto si se unirán al club de soccer?"
"¡Ojalá que sí! Se veía tan increíble jugando en el campo"
"Parece que será una mañana agitada," dijo Ayame rompiendo el silencio al escuchar todos los comentarios a su alrededor.
"Como si le faltaran más fans a este idiota," murmuró Izumi.
"Me adelantaré, tengo actividades del club," fue lo único que dijo el peliblanco. Algunos chicos se acercaron a él, pero este simplemente les fulminó con la mirada para que le dejaran pasar y pudiera comenzar su camino.
"¿Me pregunto si estará bien que lo dejemos ir así?" preguntó Izumi al notar la actitud de su primo.
"Ya nos enteraremos después," dijo Ayame tratando de no darle tanta importancia al asunto. "Algo me dice que tendrás visitas hoy, Mihou,"
"Pobre de Ryou-san," dijo Mihou tratando de ser empática con su senpai. "Solo espero que su nueva popularidad no traiga caos a la biblioteca," dijo la pelirroja con preocupación por lo que pudiera pasar.
"Solo espero que no haga una idiotez hasta entonces," pensó Ayame.
Por su parte, Mitarashi continuó caminando por el patio principal escuchando los comentarios de todos los chicos que lo reconocían por su actuación del día anterior.
"Maldición, todo terminó saliéndose de control," pensó el peliblanco mientras cruzaba una puerta que llevaba al interior del edificio anexo, donde se encontraban los salones de los clubes. El chico subió un par de pisos y se acercó hasta una puerta adornada con un letrero en el que se leía «Club de ajedrez», tomó la manija y se preparó para abrir, cuando la plática del interior finalmente llegó a sus oídos.
"¿Vieron el partido de ayer?" preguntó un chico.
"Fue toda una sorpresa," dijo otro.
"¿Quién era ese chico de pelos parados?"
"No lo sé, pero seguro que Endou lo reclutará,"
"A mí me sorprendió ver a Mitarashi-buchou pararse así en la cancha," comentó una chica.
"Se veía bastante cool desafiando así al capitán de Teikoku," agregó otra.
"Y cuando usó sus técnicas especiales se veía bastante apuesto," Ryou se sonrojó por este último comentario, pero rápidamente recobró su compostura y optó por alejarse de ahí.
"¿Mitarashi-buchou?" dijo una voz muy familiar. El aludido simplemente giró su cabeza y notó que Kagami estaba algunos escalones arriba.
"¿En qué momento pasó junto a mí?" se preguntó el peliblanco sorprendido por lo distraído que estaba en esos momentos. "Buenos días, Kagami," saludó cortésmente mientras que la chica simplemente contuvo la sorpresa de que el peliblanco no la llamara por el apodo que él mismo le había dado.
"¿No irá al club esta mañana?" cuestionó la peliplata a su senpai. El chico simplemente se quedó en silenció sin encontrar palabras.
"Nos vemos luego, Kagami," dijo el peliblanco para luego alejarse en silencio. "Parece que todo se volvió muy problemático," pensó el peliblanco mientras salía del edificio. "Esa chica de allá no es…" murmuró Ryou al reconocer a lo lejos a cierta chica de esponjosa cabellera castaña. "¿Qué se traerá entre manos la princesita?" murmuró Ryou para luego optar por seguirla.
Mientras tanto…
Muy cerca de donde estaba el peliblanco, se encontraba una caseta algo vieja y descuidada, donde en su interior, once chicos se encontraban reunidos.
"Muy bien, tenemos que hablar," dijo un chico castaño con una banda naranja en su cabeza, mientras colocaba un cuaderno sobre la mesa que había colocado frente a él formando un pequeño estrado. "El partido contra Teikoku nos hizo darnos cuenta de nuestras debilidades,"
"Yo no lo llamaría solo debilidades," comenzó a hablar Max. "Más bien es que no tenemos nada de condición ni habilidad física," sentenció el de segundo, mientras un aura depresiva cubría a todos sus compañeros.
"¡Lo siento, se me hizo tarde y…!" dijo Izumi mientras atravesaba la puerta del club bastante animada, solo para perder dicho ánimo al notar la actitud de sus compañeros. "¿Qué pasó aquí?"
"Endou, sigue hablando," dijo Kazemaru para luego hacerle una seña a la rubia indicando que más tarde él le explicaría.
"Bueno, es verdad que debemos mejorar nuestra condición y fortalezas, así que basándome en las notas de mi abuelo se me ocurrió esta formación" dijo el portero mientras escribía en un pizarrón que estaba detrás suyo.
"¿Qué? ¿No soy delantero?" se quejó Megane de inmediato al ver que Endou sugería una formación 4-5-1.
"Agradecele a Endou que aún sigues en el equipo," replicó Izumi bastante molesta con el de gafas. "Si por nosotros fuera ya estarías fuera del equipo," añadió con tono muy severo.
"Exacto. Entonces un cobarde como tú no tiene opinión en el asunto," criticó Handa.
"Preferiría que lo llamaran una retirada estratégica," dijo Megane mientras se acomodaba las gafas y trataba de darse aires de superioridad. La mayoría solo lo miró con pena ajena, mientras que Izumi simplemente lo fulminó con la mirada, y de no ser por la oportuna intervención de Kazemaru, algo más le habría pasado.
"Disculpe, capitán," comenzó a hablar Shishido, atrayendo la atención del portero, quien estaba mirando a Izumi forcejear con su mejor amigo para soltarse y decirle un par de cosas a Megane. "¿No piensa traer a Gouenji-san y a Mitarashi-san?" preguntó el chico del afro.
"Es cierto," comentó Megane. "Ese gol que le pudimos anotar a Teikoku fue gracias a Gouenji-kun, y Mitarashi-kun tiene todas esas técnicas poderosas, además que pudo imitar las técnicas de Teikoku,"
"Así como estamos no podremos volvernos más fuertes," concluyó Kabeyama mientras miraba el techo del aula.
"Eso fue solo suerte," masculló Someoka molesto por los comentarios de sus compañeros. "¡Yo les mostraré lo que es el verdadero soccer!" dijo el pelirrosa poniéndose de pie enérgicamente. "Además, Gouenji ha dicho que él no volvería a jugar con nosotros. Y Ryou simplemente se marchó sin decir nada,"
"Al fin te veo con actitud, Someoka-kun" dijo Izumi emocionada por la actitud del pelirrosa.
"Espera Someoka, aún no estamos seguros de eso", intervino Endou.
"Endou, ¿no me digas que tú también estás dependiendo de ellos?" reclamó el delantero. Endou iba a replicar, pero el sonido de la puerta abrirse atrajo la atención de todos los presentes.
"Chicos, tenemos visi… ¿Pasó algo?" preguntó Kino mientras cruzaba la puerta para toparse con la escena que se estaba desarrollando.
"Este club nunca deja de ser tan energético," dijo una voz familiar detrás de Kino, provocando que la castaña diera un pequeño brinco por la sorpresa. "Perdón, Akkicchi," dijo el dueño de aquella voz que no era otro más que Ryou, quien optó por ponerse cómodo en el club, sentándose sobre unos neumáticos que estaban junto a la puerta.
"No es nada, Aki-chan," se apresuró a decir Izumi. "¿Dijiste algo sobre visitas cuando entraste?" se apresuró a cambiar el tema la rubia. Kino solo asintió y se hizo a un lado para que cierta chica castaña entrara al salón del club.
"Este lugar apesta," comentó Raimon Natsumi mientras miraba de arriba abajo el lugar.
"¿Se puede saber qué está haciendo esa jovencita aquí?" preguntó Someoka molesto.
"Quejándose de su olor, ¿no estás poniendo atención, Someoka?" bromeó Ryou.
"Vino porque me dijo que tenía algo que hablar con ustedes," explicó Kino. Someoka simplemente chasqueó la lengua molesto y Natsumi solamente dio un paso al frente y clavó sus ojos cafés en los del capitán del equipo.
"Parece que su equipo logró sobrevivir contra Teikoku y salvarse de ser disuelto," dijo la señorita Raimon con sobrada arrogancia en su voz.
"Así es. De hecho, a nuestro equipo le gustaría tener más partidos," respondió el capitán con su habitual actitud animada.
"Perfecto, porque ya se definió cuál escuela será su próximo oponente,"
"¿Próximo oponente?" dijeron los chicos del equipo bastante sorprendidos.
"Que emoción, un segundo partido," dijo Izumi mientras sus ojos se llenaban de chispas de la emoción que sentía en ese momento.
"Era de esperarse," comenzó Ryou. "Después de ese partido, ahora todo mundo dice que Raimon es una escuela súper súper fuerte, así que todos quieren jugar contra ustedes," explicó el presidente del club de ajedrez.
"Vaya, sabes mucho," dijo Natsumi con un tono que de inmediato puso a pensar al peliblanco.
"Los rumores se mueven por todos lados en un lugar tan pequeño como Inazuma," replicó Ryou con tono despreocupado, mientras que la castaña solamente le regaló una sonrisa maliciosa para luego girarse nuevamente hacia Endou.
"¿Y bien, van a escucharme o me ignorarán?" dijo molesta al ver la distracción de los chicos del club.
"Cierto," dijo Endou comprendiendo a lo que se refería la chica. ¿Con qué equipo jugaremos?" preguntó Endou.
"Dentro de una semana será su juego contra la secundaria Occult,"
"¿Occult?" preguntaron Endou y Handa al unísono.
"Interesante," pensó Ryou al escuchar la noticia.
"Y para su información no se trata de un partido cualquiera."
"Explícate," dijo Izumi cambiando su tono emocionado por uno lleno de curiosidad.
"Si pierden, me encargaré de que se disuelva el club de soccer," comenzó la castaña. Izumi simplemente dio un paso al frente molesta.
"¿Cuál es tu obsesión por querer cerrar el club?" preguntó molesta la rubia.
"Espera Izumin, deja que la princesita hable," dijo el peliblanco con un inusual tono fuerte y serio haciendo que la rubia se detuviera en seco y lo mirara sorprendida. "Si está dispuesta a apostar por la derrota del club, entonces debe haber algo que ella esté dispuesta a perder ¿O me equivoco?"
"Si, y sólo si, milagrosamente logran derrotar a su oponente," comenzó a explicar la castaña mientras encaraba con la mirada al peliblanco, "entonces la escuela accederá a que se registren en el torneo Fútbol Frontera," terminó de explicar Natsumi. "Buena suerte," finalizó para luego abandonar el club, cerrando la puerta al salir. Ryou la miró y en silenció salió detrás de la castaña.
"El torneo Fútbol Frontera…" repitió Endou una vez que la chica salió.
"El torneo más importante a nivel nacional," dijo Shishido.
"¡Increíble, no puedo ocultar mi emoción!" exclamó Kurimatsu.
"Nunca nos lo imaginamos cuando éramos solo nosotros siete," siguió Handa.
"¿Qué celebran? Mientras no ganemos este partido aún estamos muy lejos de participar," dijo Someoka.
"Y ahí está el que siempre se encarga de arruinar la diversión," dijo Izumi burlonamente.
"Mitarashi-san, ¿usted se unirá al equipo?" preguntó Shishido.
"Es cierto, si se une entonces podremos ganar fácilmente," siguió Shouri. Izumi de inmediato giró hacia el duo pero cuando buscaron a Ryou, vieron que el peliblanco ya no estaba.
"Parece que no está tan interesado en el club," dijo Izumi mientras soltaba un suspiro.
"Pero sin sus técnicas especiales seguramente…"
"Shishido-kun, una técnica especial no es nada del otro mundo, cualquiera puede tener una con el esfuerzo y dedicación suficiente," explicó la rubia de segundo año.
"Lo sabemos" dijo Endou. "Muy bien chicos, no perdamos más tiempo. ¡Comencemos la práctica!" animó el joven capitán a su equipo, quien de inmediato cayó en su ritmo.
"Pero primero tienen clases que atender," dijo la Izumi apoyando su mano en el hombro del capitán. "Adelantense al salón, yo veré si puedo conseguirlo," añadió la rubia.
"¡Gracias Fumiko!" dijo Endou dedicandole una de sus enormes sonrisas a la rubia.
"Si, si, de nada. Ahora muevanse, a clases.
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"Saben, si se supone que finalmente somos el club de soccer, deberíamos poder usar la cancha para practicar," dijo Izumi mientras miraba a los chicos practicar en la cancha junto al río. "No entiendo porque los del club de rugby están siendo tan testarudos,"
"Descuida, lo importante es que finalmente podemos entrenar como un equipo," dijo Kino animada.
"Creo que tienes razón", suspiró resignada la rubia.
Después de este breve intercambio, las chicas voltearon la mirada a la cancha y pudieron ver como Someoka tomaba a uno de sus compañeros y lo arrojaba al suelo.
"¡Someoka eso fue falta!" gritó Izumi molesta mientras que el pelirrosa solo la ignoró y continuó avanzando con el balón
"Parece que alguien está molesto," dijo Ayame desde la calle que estaba junto a la cancha. "Al menos más que de costumbre," añadió mientras se deslizaba por uno de los costados de la ribera para llegar hasta allá.
"¿Esta vez no vienes con Ryou-kun?" preguntó Aki.
"Descuida, ya pronto vendrá," explicó la morocha divertida mientras tomaba asiento en la banca.
"¿Qué estará planeando ese idiota?" comentó Izumi.
"¿Por qué siempre termino siendo yo el idiota?" dijo una voz familiar. Las chicas giraron su cabeza y vieron a Ryou detrás de ellas en la banca.
"¿Tú por qué crees?", dijo Ayame. "Hola Yuri, Haruna" saludó a las chicas que venían con el peliblanco. "¿Tan pronto ya estás fastidiando a las pobres chicas?"
"Oye Izumin, Yuricchi me dijo que tú le habías dado un tour por la escuela. Espero no te moleste, pero me ofrecí para continuar con el tour", explicó el peliblanco mientras ignoraba el comentario de Ayame.
"Eso no quiere decir que haya aceptado," dijo la italiana por lo bajo, "¿Y por qué me llamas Yuricchi?" preguntó.
"Olvídalo, este chico es como Endou. Una vez que algo se le mete en la cabeza no te dejará en paz," comentó Ayame con cierta resignación en su voz. "Así es como terminé siendo su amiga," la rubia transferida simplemente soltó una leve risa nerviosa.
"Calla," dijo con tono bromista el peliblanco, "además sabes que adoras mi compañía," añadió mientras que acercaba su termo de siempre a la pelinegro, quien simplemente sonrió resignada y lo tomó para darle un sorbo.
"Por cierto, ¿quién es ese Endou que mencionas?" preguntó Matsura.
"El castaño de allá," señaló Izumi. "Es el capitán del club de soccer."
"Cierto, el chico que estaba recorriendo la escuela con ese cartel enorme," dijo la italiana recordando aquel incidente con las chicas de su salón. "¿Es mi imaginación o eso debería haber sido marcado como falta?" comentó al notar como Someoka derribaba a otro de sus compañeros.
"Parece que no están muy bien las cosas," preguntó Ryou, "¿qué le sucede?"
"Desde que supieron lo del siguiente partido, los de primero han estado insistiendo para que Endou les pida a ti y a Gouenji-kun que se unan al equipo," explicó Kino.
"¿Siguiente partido?" repitieron las tres chicas que no sabían nada de la noticia, Ayame, Yuri y Haruna.
"Sí, al parecer la secundaria Occult está interesada en jugar contra ellos," explicó Mitarashi, quien de inmediato notó interesado el cambio en la actitud de Otonashi. "¿Pasa algo?" preguntó a la peliazul.
"¿No ha escuchado sobre ellos?" preguntó la periodista. "Hay unos rumores siniestros acerca de esa escuela," Ryou simplemente sonrió y se giró hacia la cancha.
"Oye Endou, creo que hay algo que les interesaría escuchar," dijo Ryou divertido con las expresiones en los rostros de las chicas. "¿Quieres quedarte a escuchar la historia?" preguntó mirando a Yuri, quien simplemente asintió.
Una vez que todos los chicos de Raimon se acercaron a la banca, Otonashi comenzó con su explicación.
"En una ocasión algunos jugadores del equipo rival presentaron síntomas de fiebre y se desmayaron sin razón aparente tres días antes del partido," comenzó Haruna.
"¿En serio?" dudó Kazemaru.
"¿Sin razón aparente?" le siguió Max.
"Probablemente uno de esos chicos estaba enfermo y contagió al resto de sus compañeros," dijo Endou minimizando el problema.
"Eso tendría más sentido," comentó Matsura dándole la razón al castaño.
"¡No es una broma!" les regañó Kino de inmediato sorprendiendo a los presentes por su actitud.
"Además, se dice que cuando la secundaria Occult va a perder, sopla un viento muy fuerte y se cancela el partido. Y si alguien está a punto de hacer un tiro a su portería, las piernas se les entumen," continúo Otonashi.
"Debo admitir que concuerda con lo que yo había escuchado, sin embargo, nunca me ha parecido más que cuentos de malos perdedores," dijo Ryou mientras se llevaba las manos a la nuca.
"Ryou tiene razón. Solo son simples cuentos," dijo Endou, sin embargo, los de primer año no parecían convencidos.
"Además he enfrentado cosas más aterradoras que esas," añadió el peliblanco.
"¿Ah sí? ¿Cómo cuáles chico listo?" preguntó Ayame con genuina intriga.
"¿Recuerdas la vez que las hice enojar a ti, a Izumin y a Fuukocchi al mismo tiempo? Eso sí fue aterrador," explicó el chico entre risas para solo recibir un golpe en la parte de atrás de la cabeza, cortesía de Ayame.
"Lo mejor será pedirle ayuda a Gouenji-san," dijo Shouri ignorando el pleito de fondo entre Ayame y Ryou.
"Sí, él sabrá qué hacer," le dio la razón Kurimatsu.
"¿Qué pasa con ustedes?" les gritó Someoka molesto. "Si quieren un delantero de verdad, aquí me tienen. Yo me encargaré de anotar todos los goles," dijo el pelirrosa.
"Ahora que ya tenemos el equipo completo lo mejor será que practiquemos" dijo Max cambiando el tema, a lo que Endou le dio de inmediato la razón.
"Pero capitán, sin la ayuda de Gouenji-senpai el club ya se hubiera disuelto," dijo Shishido. "Sin él, será lo mismo de nuevo,"
"Además dijo que no debíamos perder porque nuestro equipo estaba en riesgo," agregó Shouri.
"¿En verdad este es tu equipo, Endou?" preguntó Ryou con tono burlón.
"En lugar de burlarte deberías ayudarlos, Ryou-kun," le regañó Izumi.
"Es cierto, Mitarashi-san también tiene esas técnicas increíbles y puede ayudarnos en la defensa," dijo Shouri.
"¡Cierto!" dijeron los demás chicos de primero.
"Lo siento, pero ya les dije que soy el presidente del club de ajedrez," dijo el peliblanco. "Además, aunque fuera jugador, no tengo la más mínima intención de involucrarme con un equipo que no puede crecer por sus propios medios," agregó con tono entre molesto y arrogante, lo que sorprendió a varios de los presentes.
"Ryou tiene razón," dijo Endou sorprendiendo aún más a sus compañeros. "Amigos, si siguen dependiendo de la gente, ustedes nunca se volverán fuertes," comenzó tratando de animarlos. "Venga, lo mejor será que comencemos la práctica," los chicos simplemente aceptaron la idea de su capitán a pesar de no estar del todo convencidos por sus palabras.
Mientras los chicos regresaban a la cancha para retomar el entrenamiento, Ryou simplemente se preparaba para irse, pero…
"¡Idiota!" dijo Izumi bastante molesta mientras que le daba un golpe al peliblanco.
"Aunque te molestes, sabes que tengo razón," dijo el chico con una sonrisa burlona en su rostro. "La realidad es que ni Gouenjicchi ni yo vamos a estar salvando sus pellejos cada que su club esté por ser disuelto. Tienen que aprender a valerse por ellos", explicó.
"¡Eso ya lo sé, idiota!" dijo Izumi molesta, dándole otro golpe a su primo.
"¿Entonces por qué me pegas?" pregunto Ryou sobándose la cabeza.
"Odio cuando tienes razón," dijo Izumi haciendo un puchero infantil.
"¿Nos vamos, Yuricchi?" dijo el peliblanco divertido mientras comenzaba a caminar hacia las escaleras seguido por la rubia, quien, a diferencia de él, se despidió cortésmente de las chicas.
"¿Ya me dirás qué significa eso de Yuricchi?" preguntó la rubia mientras caminaba detrás del chico.
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Las horas pasaron con los chicos entrenando arduamente en la cancha junto al río a pesar de que la actitud de Someoka no parecía pintar para mejor, y es que ocurrieron un par de incidentes más con el pelirrosa antes de que finalmente se diera por concluida la práctica.
Una vez terminada, los chicos recogieron sus cosas y partieron en diversas direcciones, algunos a sus casas, otros probablemente a hacer algún mandado o a distraerse en otro lugar, pero solo uno de ellos, decidió continuar entrenando.
"En verdad que tú no conoces el significado de la palabra 'descanso'," dijo una voz femenina distrayendo a el chico de su entrenamiento.
"Parece que tenías razón, Endou si estaba aquí" dijo una voz, esta vez masculina.
"¡Fumiko, Kazemaru!" dijo el aludido antes de recibir un golpe con el neumático. Kazemaru e Izumi simplemente se acercaron al castaño para ayudarlo a llegar a la banca más cercana para que se tomara un descanso.
"Parece que cambiaste de rutina," comentó Kazemaru.
"Así es. Estoy comenzando con el siguiente nivel" explicó Endou.
"Pero el partido está al caer, y tú no deberías estar arriesgándote así tonto," dijo la rubia mientras le daba una botella de agua al castaño. "¿Estas así por Someoka-kun, cierto?" preguntó la chica.
"No me esperaba que reaccionara de esa manera", confesó Endou con tono más serio de lo usual.
"No puedo evitar pensar que todo esto es por esos dos," comentó la rubia refiriéndose a su primo y a Gouenji.
"Comprendo que los chicos de primer año quieran que ellos se unan al equipo," dijo Kazemaru. "Pero también comprendo que Someoka no quiera ser ignorado. Si estuviera en su lugar, creo que yo entrenaría de la misma manera," aclaró el joven atleta.
"Si tan solo los demás pensaran como tú, Ichi-kun," dijo la rubia.
"¿No es deber del capitán lograr eso?" preguntó el peliceleste.
"Creo que tienes razón" murmuró Endou para después ponerse de pie con una sorpresiva expresión de determinación en su rostro. "Todos creen que la única forma de ganar es teniendo a Gouenji y a Ryou en nuestro equipo, pero se les olvida que un equipo de fútbol se conforma por once jugadores," dijo el chico castaño mientras sus acompañantes le miraban algo sorprendidos.
"Al menos Ryou ya dijo que él no se unirá al equipo," comentó Kazemaru. "Y vaya que lo dejó en claro."
"Está bien así. Tampoco le insistiré a Gouenji que se una al equipo. No quisiera presionarlo para que volviera a jugar con nosotros. Nos volveremos más fuertes con los miembros que somos actualmente," dijo Endou bastante determinado.
"Bien dicho capitán," aplaudió Izumi a su amigo. "Pero por hoy es mejor que descanses. Mañana hablaremos con Someoka para intentar ayudarlo," agregó mientras le dedicaba una sonrisa al castaño, quien de inmediato asintió y le devolvió la sonrisa.
Al día siguiente…
Las calles de ciudad Inazuma comenzaban a llenarse de actividad nuevamente, y es que, por la hora, muchos chicos y chicas ya estaban nuevamente en las calles, pues su día de clases había terminado ya. De entre esa multitud, una chica de rubia cabellera caminaba relajada.
La rubia hizo un par de escalas y luego llegó finalmente a su destino, un gran edificio blanco con un letrero en su fachada que decía «Hospital General Inazuma». Yuri entró al recinto y saludó cortésmente a varias de las enfermeras.
"En estos momentos está en consulta, cariño," dijo una de las enfermeras. "Avisaré en la guardería que ya pasarás por Tooru-chan," la italiana agradeció la acción y se encaminó hacia los elevadores para dirigirse al piso donde se encontraba la guardería para empleados.
Sin embargo, se detuvo en seco en cuanto notó la presencia de un chico castaño y una particular bandana naranja.
"Endou-san…" murmuró.
El chico lucía fuera de lugar, por decir lo menos. Miraba en todas direcciones, como si estuviera perdido o buscando a alguien, antes de tomar el ascensor.
La chica lo siguió sin pensarlo.
Una vez que volvió a encontrarlo, el chico caminaba por el pasillo de las habitaciones del hospital. Yuri consideró que probablemente el chico venía a visitar a alguien, pero si ese era el caso, ¿por qué lucía tan culpable? Optó entonces por hablarle.
"No deberías estar aquí," dijo, sobresaltando al muchacho.
"M-Matsura," susurró volteandose hacia ella.
"Este piso es para personas en recuperación," no era su intención sonar como si lo estuviera regañando, pero no pudo evitarlo al presentir de que no andaba en nada bueno.
"¿Recuperación?" repitió el castaño.
"¿Acaso entraste sin preguntar?" preguntó la rubia. Endou trataba de buscar las palabras para responder cuando el sonido de una puerta abriéndose detrás suyo llamó su atención.
"Ustedes" dijo sorprendido el chico que iba saliendo de aquella puerta, que no era otro más que Gouenji Shuuya. Endou trató de articular algunas palabras, pero de inmediato su atención fue atraída por la pequeña niña castaña que estaba en cama detrás de su compañero. Shuuya notó esto y de inmediato cerró la puerta. "¿Qué hacen aquí?" preguntó el delantero.
"Ummm, pues… Por coincidencia te vi entrar aquí así que pensé que habías renunciado al soccer por alguna lesión o algo parecido," comenzó Endou con su explicación. "Entiendo que tu ayuda fue solo esa vez, y no estoy aquí para invitarte al equipo, solo que me preocupaba haber ido demasiado lejos," se apresuró a aclarar el chico. "¡Lo siento!" se disculpó el capitán haciendo una reverencia. Gouenji se quedó en silencio y después giró su cabeza hacia la rubia, quien leyó en voz alta la placa fuera de la habitación
«Gouenji Yuuka»
"Entonces, quién está hospitalizado," comentó Endou después de también leer aquella placa. Gouenji solo suspiró y volvió a poner su mano en la manija de la puerta.
"¿Qué voy a hacer contigo?" dijo mirando al castaño para luego abrir la puerta. "Pasa," invitó Gouenji al castaño, quien nerviosamente aceptó. Luego, sus ojos se cruzaron con los de la rubia, y después de un muy breve silencio la chica también acompañó a Endou.
Una vez dentro, Gouenji y Endou se acercaron a la cama, donde estaba recostada una pequeña niña de cabello castaño peinado en dos trenzas, mientras que Matsura optó por mantenerse cerca de la puerta.
"Ella es Yuuka," comenzó el pelicrema. "Ha estado inconsciente desde la final del torneo Fútbol Frontera del año pasado," explicó.
"El partido entre Kidokawa y Teikoku," recordó Endou.
"Ella esperaba con muchas ansias ese partido," dijo el pelicrema. "Yuuka dijo que iría a apoyarme," Gouenji hizo una pequeña pausa recordando las palabras de su hermana.
"¡Esfuérzate, onii-chan!"
"Tienes que ganar a como dé lugar, y espero que lo hagas con uno de tus increíbles tiros"
"Pero de camino al estadio, ella, fue arrollada por un camión," contó con bastante dificultad el pelicrema. Endou simplemente miraba sin creer lo que escuchaba, mientras que Yuri instintivamente se sujetó con fuerza los brazos. "Me enteré del accidente justo antes del partido. Si yo no hubiera estado jugando soccer, esto no le habría pasado a Yuuka, así que me prometí que hasta que ella no despertara yo no volvería a jugar soccer,"
La chica lo miraba desde su lugar junto a la puerta. El dolor del chico era palpable mientras observaba a su hermanita sentado junto a la cama.
Lucía miserable.
"Y yo seguí molestando con que te unieras al equipo sin saber nada," dijo Endou. "¡Lo siento!" se disculpó el portero.
"Yo también lo siento," dijo Yuri. "Y no le diremos a nadie sobre esto" agregó. Endou solamente asintió y se despidió del pelicrema.
"¿Cómo está el club de soccer?" preguntó el de pelos parados. Endou simplemente se detuvo y giró hacia el chico.
"Gracias a tu tiro todos están esforzándose al máximo," contestó Mamoru más animado para luego salir de la habitación.
"¿Crees que es justo de que te culpes a ti mismo por algo que va más allá de tu poder?" preguntó la italiana una vez que ambos estuvieron solos. Un silencio sepulcral cayó en la habitación, el sonido de las máquinas conectadas al brazo de Yuuka siendo lo único que lo interrumpía. Gouenji simplemente agachó la cabeza y no emitió sonido alguno. "Nos vemos" fue lo último que dijo la chica antes de salir de la habitación, dejando solo al delantero y sus pensamientos.
Y otro día más después...
Después del interesante encuentro del día anterior, el de hoy estaba siendo mucho más normal y sin sorpresas. Una vez que la campana de final de clases sonó, los alumnos se dirigieron a sus respectivos clubes y actividades extracurriculares. Y el club de soccer no era la excepción, Endou, Max y Handa se encontraron en el patio principal y se dirigieron juntos al club donde los esperaba una sorpresa.
"Soy Otonashi Haruna de la clase 1-B. Pertenezco al club de periodismo, pero desde hoy seré una mánager más del club de soccer" se presentó una chica de corta cabellera azul y gafas que se encontraba de pie entre unas emocionadas Aki e Izumi, mientras que los chicos la miraban sorprendidos, tal vez por su enérgica actitud. "No solo me bastó con verlos practicar, así que decidí unirme y usar las habilidades que aprendí en el club de periodismo para serles de ayuda" explicó la chica de primer año para concluir con una educada reverencia.
"C-Claro. Bienvenida" dijo Endou aún algo descolocado por la energía de la chica.
"¿Otonashi?" repitió Handa por lo bajo.
"Más bien querrá decir Yakamashi" concluyó Max, ambos chicos igual de descolocados que su capitán.
Una vez concluida las presentaciones, los chicos del club de soccer se marcharon a practicar a la cancha junto al río, donde les esperaba una nueva sorpresa.
"Parece que Someoka-san está practicando nuevamente," dijo Kurimatsu al escuchar unos ruidos metálicos que venían de la cancha. "Y parece que alguien está practicando con él," agregó el cabeza de castaña.
"Esa risa me parece familiar," dijo Izumi mientras se llevaba una mano al mentón. "Ay no…" fue lo único que dijo Izumi antes de salir corriendo en dirección hacia la cancha. Los chicos intercambiaron miradas de sorpresa, pero de inmediato siguieron a la rubia.
"¿Qué rayos está pasando aquí?" preguntó la rubia una vez que llegó a la cancha y vio que quien acompañaba al pelirrosa era alguien muy familiar.
"¡Oiga, camarada, llegaron los demás!" gritó Ayame, de paso sorprendiendo a los chicos al verla ahí. Ryou volteó y todos se sorprendieron de verlo usando un tupido bigote negro.
"Gracias camarada Obvia, no me había dado cuenta," dijo el peliblanco con un falso y exagerado acento 'ruso' solo para recibir un botellazo en la cara cortesía de la aludida. "Esa no es forma de tratar a un medallista olímpico."
"¿Qué pasa aquí?" se apresuró a preguntar la rubia.
"A partir de ahora, yo seré su nuevo entrenador. Soy el Camarada Teniente Ryouski Mitarovich, entrenador olímpico de la madre patria comunista y boxeador de Osos. Ganador de 17 medallas de bronce, 3 sentencias de cadena perpetua en Siberia, 1 victoria y 72 derrotas en boxeo de osos y poseedor del récord mundial por tomarse 23 botellas de vodka en menos de una hora, récord que por cierto le quite a un niño de 5 años de San Petersburgo," se presentó Ryou manteniendo su personaje, inflando el pecho orgullo por sus 'logros' pero los demás solo lo miraban como quien mira a un loco.
Izumi iba a replicar la idiotez de su primo, pero su atención cambió cuando vio que el pelirrosa caía de rodillas al suelo.
"¡Someoka-kun!" gritó preocupada la rubia, sin embargo, Ryou se apresuró y se acercó a Someoka para ayudarlo a ponerse de pie.
"Se ve que estás entrenando duro Someoka," dijo Endou. El aludido simplemente volteo y comenzó a caminar hacia sus compañeros.
"A pesar de todo, aún no consigo que el balón entre en la portería," dijo el delantero. "Creo que soy un fracaso como goleador," admitió el moreno mientras que solo podía agachar su mirada, pero luego se sorprendió al sentir un empujón en la espalda que lo envió directo al suelo. "¿Cuál es tu problema?" preguntó molesto al notar que el responsable fue Ryou.
"Endou, tu deber como capitán es poner en orden a tu muchacho," dijo el peliblanco con un pesado intento de acento ruso. "Todos los demás vengan conmigo, yo me encargo del calentamiento," agregó mientras caminaba hacia la cancha, sin embargo nadie entendía nada.
"¿Se puede saber qué está pasando aquí?" preguntó Handa.
"Confia en mi, no quieren meterse en eso, solo siganle el juego a ese idiota," dijo Ayame. Los chicos la miraron y por la expresión de resignación en el rostro de la pelinegro, entendieron que iba en serio.
"Ah, por la gloriosa madre patria, ¿Qué veo? Un nuevo miembro de mi equipo" dijo al notar que Haruna venía junto al grupo de Endou. Haruna miró a Ayame y esta le hizo un gesto para que le siguiera el juego.
"Me llamo Haruna, Otonashi Haruna," se presentó la peliazul tratando de mantenerse seria.
"Muy bien, bienvenida al equipo Camarada Harunyan," dijo Ryou aun metido en su papel mientras que revolvía el cabello de la chica.
"¿Harunyan?" repitió Haruna confundida.
"Ni te molestes en intentar entenderlo", dijo Ayame poniendo su hombro en la peliazul. "Solo agradece que no fue un apodo más raro y sigue adelante", explicó.
"Si, como Princesa de las Amazonas", bromeó Ryou saliendo un poco de personaje solo para que le sacaran el aire de un puñetazo en la boca del estómago. "Per…dón… Ayamin."
Después de esto Ryou, tratando de aparentar que nada pasaba, se puso de pie, aclaró su garganta miró a los jugadores y cambió de inmediato su expresión por una más seria.
"Ok, camaradas, comencemos con unas vueltas a la cancha," dijo retomando su falso intento de acento ruso mientras que comenzaba a trotar sobre la línea de banda de la cancha, los chicos siguieron el consejo de Ayame y empezaron a seguir al peliblanco.. "Camarada Ayame, lleva la cuenta por favor."
"¡No soy tu asistente personal!" gritó la pelinegro, sin embargo, la chica tomó una vara de madera y comenzó a marcar en el piso el conteo de vueltas.
Mientras los demás calentaban con Mitarashi, las chicas preparaban todo para el descanso, Endou se sentó junto a Someoka en el césped.
"Deberías tomarte las cosas con más calma, Someoka," le dijo el capitán. "Si te lesionas eso será demasiado grave," agregó.
"Mira quien lo dice," respondió Someoka mientras que Endou solo soltó una risa nerviosa.
"Sabes, me dio mucho gusto haber podido jugar con ustedes el último partido," cambió Endou el tema "Es bueno ver que el equipo ha cambiado y ya está empezando a tomar forma. ¿Tú cómo te sentiste, Someoka?"
"La verdad…" comenzó el pelirrosa. "La verdad es que sentí algo de envidia", confesó el delantero.
"¿Fue por Gouenji cierto?" preguntó Endou.
"El momento en el que saltó al campo, todo cambió por completo," explicó Someoka. "Entiendo porque los de primer año quieren que él vuelva a jugar, pero a la vez, no quiero quedarme en su sombra. Quiero hacer tiros tan increíbles como los suyos,"
"¡Entonces vamos a perfeccionar esa técnica!" dijo Endou con bastante emoción mientras se ponía de pie. "Entrenaremos todo el día hasta poder conseguirlo,"
"Espera, lo haces sonar muy fácil, pero…"
"Él camarada tiene razón, es imposible que haga tiros igual de increíbles como los del camarada Gouenji," dijo "Ryouski" mientras se acercaba al dúo.
"Engreído," masculló Someoka molesto.
"¿Acaso crees poder demostrar que me equivoco camarada?" preguntó Ryou desafiante mientras comenzaba sus exageradas poses.
"Ya verás. Haré que te tragues tus palabras," dijo Someoka determinado para luego entrar a la cancha.
"¿Algún día aprenderás a cerrar la boca?" preguntó Izumi, sin embargo, Ryou solo la ignoró y tomó un poco de agua.
"Te sorprenderías," dijo Ayame mientras se acercaba a la ojiverde. "Aunque no nos guste, esa es la forma en la que Ryou funciona," añadió mientras que miraba como el chico se ponía de pie sobre la línea lateral y les daba instrucciones a los chicos.
-x Flashback x-
Ryou y Ayame caminaban por las calles de la ciudad una vez que sus clases terminaron. Y debido a la lesión de la chica, este la tuvo que acompañar temprano a su casa ya que no tendría más actividades de club, al menos por un tiempo.
"Pareces más relajado a como estabas ayer en la mañana," dijo la pelinegro. "¿Ya no te importan los comentarios respecto a tu actuación contra Teikoku?" preguntó.
"Algo así. No creo que seguir preocupándome eso me ayude a superarlo," explicó el peliblanco.
"Vaya, eso fue muy maduro de tu parte," bromeó Mizugoro. "Entonces ¿ya aceptarás unirte al club de soccer?"
"Parece que tengo otro Endou aquí," dijo al notar la insistencia que estaba tomando su amiga. "Ya te dije que no pienso abandonar el club de ajedrez,"
"Claro, claro, lo que tú digas chico tsundere," bromeó Ayame para luego darle un codazo en la boca del estómago a su acompañante. "Eso fue por haberme llamado Endou,"
-x Flashback x-
"Definitivamente no se si es terco o imbécil" murmuró Mizugoro mientras miraba al peliblanco y tomaba el termo del chico para beber.
"¿Dijo algo Mizugoro-senpai?" preguntó Haruna.
"No fue nada, Harunyan" bromeó la chica con el nuevo apodo de la peliazul, quien solamente se sonrojó.
Unos días después…
Los días avanzaron y todos en el club de soccer daban su mejor esfuerzo, los chicos poco a poco mejoraban tanto individual como en lo colectivo y las chicas se aseguraban de ayudar en todo lo posible como managers, mientras que Ryou miraba desde lejos lo que sucedía siempre en compañía de cierto pelicrema.
Ese día los chicos practicaban en la cancha junto al río, a un día de su partido contra la secundaria Occult, las cosas se veían muy diferentes para Raimon, y eso no solo lo notaban en la cancha, sino que, desde el puente cercano, había alguien más que lo notaba.
"Han mejorado bastante," dijo Ryou mientras miraba atentamente en dirección a la cancha.
"Parece que no me necesitan," comentó el pelicrema que acompañaba al chico.
"Eso debe ser bueno ¿no?" dijo el peliblanco haciendo que su acompañante volteara a verlo. "Así Endou ya no seguirá molestándote para que te unas al club, y a mí tampoco, así que podremos cumplir nuestras promesas," agregó. Gouenji solo desvió un poco la mirada, pero luego volvió a voltear al escuchar un carro detenerse detrás suyo.
"Vaya, vaya, pero si es la princesita mimada de la escuela," dijo Ryou al notar que era Natsumi quien venía en aquel vehículo.
"Mucho gusto, mi nombre es Raimon Natsumi," se presentó la castaña ignorando por completo a Ryou.
"Hola," saludó algo sorprendido el pelicrema.
"Esta no es la ruta que tomas para volver a tu casa ¿cierto?" preguntó la chica.
"¿Y tú cómo sabes?" preguntó Ryou tomando un tono serio.
"Pues me tome la libertad de investigarlo, y también lo que le sucedió a su hermana," confesó la castaña, lo que simplemente puso una expresión de molestia en el rostro del pelicrema y de Ryou.
"Nos vemos Mitarashi," se despidió el pelicrema para después comenzar a alejarse.
"Sabes, mi intuición me dice que quieres jugar con esos chicos," dijo la señorita Raimon haciendo que el pelicrema se detuviera. "Al menos, eso explicaría porque siempre tomas este camino,"
"No me molestes," dijo con tono frío el de pelos parados.
"¿Crees que renunciando vas a ayudar a la recuperación de tu hermana?" preguntó Natsumi. "Pues te equivocas. ¡Recuerda quien era la persona que más le gustaba verte jugar futbol!"
"Mi hermana…" dijo Gouenji cayendo en cuenta de lo que se refería Natsumi.
"Vámonos," Dijo Natsumi a su chofer después de haber cumplido su cometido, sin embargo, el chico peliblanco simplemente se puso frente al carro evitando que se fuera.
"¿Crees que por ser la hija del presidente tienes derecho a fisgonear a la vida de los demás?" dijo Ryou molesto.
"¿Acaso estás celoso?" preguntó con tono burlón la castaña. Ryou solo la miró y gruñó molesto. "Lo siento, pero no tengo asuntos con alguien que decidió rendirse simplemente por miedo a defender su opinión, señor excapitán promesa, ¿o debería llamarte Raijin-san?" añadió Natsumi. El chico peliblanco simplemente se quedó sin palabras ante lo dicho por la señorita Raimon.
"¿Cómo sabes tanto?" preguntó con tono molesto.
"Gouenji no es el único jugador transferido interesante que tiene nuestra escuela, así que me tomé la libertad de investigarte también a ti después del partido contra Teikoku," explicó la castaña. "Pero definitivamente lo que encontré fue tan decepcionante que no vale la pena como Gouenji," Ryou no dijo nada y simplemente apretó aún más fuerte sus puños.
"Pareces no saber mucho de soccer si crees que lo encontraste no vale la pena," dijo Ryou tratando de recuperar la compostura y sonar superior, sin embargo, la chica simplemente sonrió burlonamente.
"¿Y quién dijo que solo hablo de talento?" respondió la chica dejando sin palabras al peliblanco, lo que simplemente acrecentó la sonrisa de la castaña. "Vámonos," indicó Natsumi nuevamente a su conductor, quien simplemente rodeó al peliblanco y se alejó de ahí.
Por su parte, Ryou simplemente giró la cabeza hacia la cancha buscando relajarse, y ahí pudo ver como Someoka corría hacia la portería para recibir un pase enviado por Kazemaru.
"No pienso perder. No voy a perder contra Gouenji" pensó bastante determinado el moreno mientras corría por el esférico. "¡Aquí va!" gritó Someoka mientras pateaba el balón. En ese momento, el balón se rodeó de una intensa aura color azul y pareció como si un dragón fuera detrás de él.
"¡Increíble!" dijo Kurimatsu, rompiendo el silencio que se había formado debido a la sorpresa de todos al ver que el tiro de Someoka dejó inmóvil a Endou.
"Parece que lo logró," pensó Mitarashi con una extraña sensación de satisfacción. "Oye, Gouenjicchi," llamó el chico a su acompañante solo para ver que este ya se encontraba en camino hacia Endou y el equipo. "¡Espera!" dijo infantilmente mientras corría detrás del pelicrema.
Mientras, en la cancha…
Una vez que los demás chicos se repusieron de la sorpresa que les causó el nuevo tiro de Someoka, todos de inmediato se acercaron a felicitar al pelirrosa.
"No se emocionen, aún le falta algo a la técnica de Someobaka" dijo Ayame deteniendo la celebración del equipo.
"¿Tú también, Ayame-chan?" dijo Izumi al notar que la chica parecía querer enfadar a Someoka.
"¿Cómo que aún le falta algo?" preguntó el aludido mientras que miraba a la chica acercarse, mientras los chicos de primero se tensaron por la situación.
"Como el idiota entrenador diria «una técnica especial no está completa sin un nombre»" explicó la pelinegro mientras al final intentaba imitar el falso acento de Ryou. Los chicos suspiraron relajados y de inmediato comenzaron a sugerir nombres.
"¿Qué opinan de «Dragon Crash»?" dijo una voz familiar. Los chicos se giraron y se encontraron con Ryou y Gouenji.
"¿Y tú por qué le estás poniendo nombre a la técnica de Someoka?" preguntó Izumi sorprendida por el trato cordial del peliblanco hacia el delantero.
"Ah, camarada Izumi, no es su técnica. Es nuestra técnica de la gloriosa madre patria comunista", dijo Ryou cambiando rápidamente a su personaje.
"En serio, odio cuando haces eso", dijo Izumi exasperada por la idiotez de su primo.
"Me hiciste tragarme mis palabras camarada, felicidades," felicitó Ryou al pelirrosa ignorando a su prima. someoka lo miró sorprendido pero solo sonrió mientras que veía como Ryou le extendía la mano a Someoka.
"Si, creo que «Dragon Crash» suena bien," dijo Someoka mientras estrechaba la mano del peliblanco.
"Wow, ¿esos dos están siendo cordiales entre ellos? Nunca creí que viviría para verlo," bromeó Izumi solo para recibir un golpe a la cabeza cortesía de Ayame. "¿Eso por qué fue?" preguntó mientras se sobaba.
"Tú también" repitió Ayame. "¿Acaso me estabas comparando con Ryou?" preguntó mientras que pellizcaba las mejillas de la chica, provocando un momento de risa para el equipo.
"Creo que tú también tienes algo que decirles, Gouenjicchi," recordó Ryou mientras se hacía para un lado y dejaba que el pelicrema se acercara, mientras todos lo miraban atentos en espera de sus palabras.
"Escucha Endou, solo lo diré una vez, voy a entrar al equipo" dijo el pelicrema mientras miraba con bastante determinación al castaño.
¡TA-DA!
Y con esto llegamos al final del cuarto capitulo de esta su bonita historia telenovelesca.
No se me olvida lo prometido, no se preocupen, ya vamos tomando vuelo.
Y bueno, esta vez tampoco hubo OCs que presentar.
Así que dicho eso, como siempre les agradezco a todos los que se toman su tiempo de leer las locuras que salen aquí.
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¡Ciaossu!
