Ya han pasado unos días desde que los vi. Creo que posiblemente los otros no me recordaran, como tampoco los recordarán a ellos y todo lo que vivimos juntos. A veces me pongo a pensar en ¿cómo hubiéramos prevenido o detenido esto? Si es que lo hubiéramos sabido, tal vez… ¿Habrían escrito un testamento?, una carta o les hubieran dejado un diario con todo lo que vivimos con ellos de quienes eran o éramos nosotros.

Llevo un rato subiendo las escaleras, en mi opinión relajante para perderme en mis pensamientos cuando el tiempo acompaña, pero para mis camaradas, ellos tenían un pensamiento en común y ese era "quién fue el ser del mal que las diseñó", estos recuerdos hermosos siempre me hacían sonreír…

Ahora todos estos pensamientos y sentimientos se quedaron atrás, lo único que siento cuando subo por estas escaleras es suma preocupación y ansiedad con cada paso que doy avanzando por las casas vacías y el recuerdo de los que las habitaron que ya no están aquí.

Ese sentimiento relajante que me transmitía desapareció por completo hace tiempo...

Me encontraba subiendo estas escaleras para llegar a una cierta casa en específico y ver si su guardián estaba ahí, esperando encontrarlo en su casa y serían entonces mis sospechas equivocadas… Espero que estén equivocadas.

Llegado al caso de que no se encuentre ahí tendré que ir a buscarlo en el segundo lugar que podría estar si no está en su casa, mi hermanito debería estar ahí, cosa que me preocupa porque si él no lo recuerda puede pensar cosas anormales y lastimarlo, no físicamente, sino sentimentalmente, si llega a suceder eso juro que lo despellejo, nadie lastima a mi hermano y sale ileso, me vale madres que sea él.

Ya había llegado a la entrada de la casa de la respectiva persona que vine a buscar, me adentre en esta con la apariencia de estar tranquila, como cuando empecé a subir los escalones, pero por dentro estoy ansiosa y angustiada, elevo un poco mi cosmos para hacerle saber que estoy entrando, si es que está adentro..., cuando llegó a la sala principal no había nadie, ni rastro de su cosmos, mis temores se estaban haciendo realidad, me doy media vuelta por donde vine, tengo que ir rápido a ese lugar no puedo perder tiempo, pero…


Después de bajar todas las casas estoy llegando a mi casa, tengo que avisarle a alguien que tengo que partir, aunque posiblemente no sepa del posible desenlace que puede venir, y el que yo ya estoy viendo con cada paso que doy. Al llegar a la casita veo cómo la puerta se abre un poco y se ve una cabecita asomarse, la personita al verme abrió completamente la puerta y vino corriendo hacia mí y me abrazó a lo cual le correspondí.

— ¡Maestra! — Se veía la felicidad en esa carita redondita e infantil del pequeño — ¿Qué fue lo que pasó? ¿Está bien el señor? — ahora había una mezcla de inocencia y preocupación.

— Primero que nada vayamos adentro, te contaré lo que está pasando — más lo hacía porque podría haber personas no deseadas escuchando y no quiero involucrar a mi pequeñín en este conflicto, aunque ya estuvo involucrado cuando formó parte del santuario... Mientras vamos entrando activo mi cosmos para saber si alguien se acerca a la casa, siempre es mejor prevenir.

— ¿Maestra? — duele pensar en que no voy a poder volver a mi pequeño aprendiz, ¿no se supone que un maestro tiene que dar el ejemplo? JA soy patética... Aunque si todo se descontrola daré mi vida para detener lo que sea que esté por venir, desde la desaparición de ellos percibo que algo se acerca, miro a mi aprendiz es momento de contarle lo que está pasando y que es lo que tengo que hacer, aunque no quiero decírselo porque es muy joven para saber lo que está pasando, pero es para que esté atento y precavido en mi ausencia.

Suspiro levemente, es el momento — Están pasando muchas cosas y afuera se ha vuelto peligroso, en el santuario las cosas se están tornando oscuras. De seguro notaste que no aparecen los santos de alto nivel desde hace mucho tiempo… Ellos desaparecieron misteriosamente un día, no se sabe nada de ellos y tampoco los recuerdan, como si ellos nunca hubieran existido — mi pequeño me miró con una cara preocupada y triste, es obvio, ya que el pequeño era literalmente una de las alegrías de esos caballeros, lo trataban como si fuera su nieto y por lo inocente y alegre que es el pequeño. Aunque en el caso de un caballero es casi su nieto o sobrino porque su aprendiz/hijo trataba al pequeño como si fuera su hijo y más adelante él se encargaría de entrenarle para que se convierta en un santo, también para que sea su sucesor, mire al pequeño y lo abrace, no paraba de pensar que podría ser la última vez que lo vería, mi cara estaba ensombrecida, lo abrazaba protectoramente y con cariño — tengo que partir… y a donde voy es muy peligro, por eso aunque no quiera dejarte lo tendré que hacer, tengo que ir para encontrarlo y contarle lo que está pasando en el santuario, él nos puede ayudar — el pequeño me miró con su carita triste y queriendo ponerse a llorar, ya en este momento había deshecho momentáneamente el abrazo.

— Pe, pero Maestra es muy peligroso salir del santuario, por favor no vayas — empezaban a salir lágrimas de sus ojitos, lo abracé y empecé a frotar le tranquilamente la espalda para que se calmara un poco.

— Tengo que ir, sé que es peligroso, sin embargo, llegaré allí y no estarás solo — dije tranquilizadoramente — aunque yo no esté, siempre te protegeré — el pequeño me abrazaba fuertemente con sus pequeños brazos, no quería soltarme en ese momento.

— Por favor, no te vayas — su carita triste y con lágrimas, me destrozan el corazón, pero es muy peligroso ir allí, ahora es como correr contra el tiempo… Es una reverenda cacería si quieres salir — no... ¡No quiero que te pase algo como le pasó a los demás!, Iker cuando se fue de misión no volvió más cuando él prometió que volvería pronto, o Luc y Delia se fueron y no regresaron, volvieron sus armaduras, pero ellos no volvieron. No volverás si te vas.

Es cierto, ellos... antes de que los otros desaparecieran, habían partido uno a una misión y los otros a investigar su dizque desaparición, sé perfectamente que no volverán porque ya están muertos, Iker fue de misión para explorar, él fue el primero en que se enteró en ese instante que algo había cambiado y el día en que murió fue ese día en el que los caballeros desaparecieron sin dejar rastro, Luc y Delia fueron a investigar e intentar encontrar su cuerpo, pero también terminaron igual… ¡Maldición! Ellos perdieron la vida por las malditas ambiciones y caprichos del patriarca… No, no creo que sea solo eso, es su plan, el plan de él es eliminar a su amenaza, nosotros éramos su amenaza y éramos peligrosos para sus planes, como lo eran los caballeros que desaparecieron.

No quería continuar era demasiado pequeño para saber sobre esto, pero no tenía opción, resignada continúe — Lose, y sabes cuál podría ser el motivo por el cual vuelven las Cloths sin sus portadores…, nosotros o sea Iker, Luc, Delia y yo estamos siendo casados... el Patriarca nos quiere muertos. — trate de ocultar mi rabia por lo que sentía acerca de mis camaradas caídos por parte del desgraciado

— Lo logro con los tres, pero aún le falta a mí, es por eso que si doy un paso en falso me acabarán, los que nos están casando no atacan noblemente, sino a traición, debieron haberlos atacado por la espalda y en la lucha o en la retirada perdieron la vida, lograron enviarme sus Cloths para evitar que el patriarca las consiguiera — Lo mire, él no paraba de derramar lágrimas, aun estando arrodillada le limpie las lágrimas y lo volví a abrazar — No estarás solo, aunque yo no esté, siempre estaré velando por ti, protegiéndote a distancia y también no soy la única la que te va a proteger — el peluche que se le había caído cuando me abrazo lo levante y le limpie el poco polvo que tenía y se lo di, él lo abrazó fuertemente contra si — no estarás solo porque hay alguien más que te va a proteger y cuidar — al decir esto miro el colgante que tenía el pequeño y sonreí, la forma que tenía el dije era el de la persona que no lo dejaría por nada del mundo, el futuro Maestro de mi aprendiz — Milo no te dejará y estará contigo hasta que tú quieras irte o partir a otro lado, él y yo siempre estaremos para ti. Nunca te des por vencido, sigue adelante nosotros siempre estaremos para ti, eso nunca lo olvides.

El pequeño me miró, su rostro se iluminó de felicidad y alegría apretando al peluche más contra sí y con una mano agarro su dije, no paraba de sonreír — No me daré por vencido y siempre lo recordaré — sonreí y le revolví el cabello con cariño.

— Ahora déjame decirte una cosa más, si percibes un cosmos acercándose o que aparece escóndete, no importa si escuchas mi voz o la de los demás, no salgas por nada del mundo hasta que ese cosmos desaparezca, Milo y yo elevaremos nuestro cosmos para hacerte saber que estamos aquí, ¿sí? — lo mire sería, él también me imitó y asintió abrazando más a su peluche.

— Sí, lo haré Maestra — él sonreía y yo también, lo volví a abrazar cariñosamente

Nos dirigimos hacia la puerta, ya cruzando la puerta me giré para mirarlo, me arrodille, lo abrace en muestra de afecto y le di un beso en su frente como una muestra de cariño y de despedida.

— Voy a volver, tenlo por seguro — deshice el abrazo, di media vuelta y me puse en marcha, pero giré mi cabeza y lo vi agitando su mano como señal de despedida y unas pequeñas lágrimas saliendo de sus ojos.

— ¡Adiós, Maestra! ¡Cuídese mucho! — sonreí y giré para mirar para adelante e irme, lágrimas salían de mis ojos, sentía una opresión en el pecho, pero seguí adelante, me puse mi máscara y mi armadura, empezaba a alejarme de mi casa dejando a mi aprendiz en ella.

Yo soy la líder del escuadrón de investigación y lucha, nosotros nos encargábamos de viajar e investigar alguna fluctuación de algún cosmos extraño que pudiera aparecer, éramos los primeros en enterarnos si algún enemigo quería atacar o si algún dios despertaba. En conclusión éramos los que nos lanzábamos de cabeza al peligro valiéndonos un rábano nuestra seguridad, nos encargábamos de la protección de los ciudadanos en un posible ataque, íbamos al campamento del enemigo e investigábamos si es que nos querían atacar, cuando era confirmativo nos lanzábamos de frente y los tratamos de detener o neutralizar.

Va más que el escuadrón de investigación y lucha debemos haber sido llamados el escuadrón multitareas, ya que andábamos de un tema a otro, las payasadas que realizábamos cuando se había formado el escuadrón o cuando mi maestro me vio en un entrenamiento y no usaba máscara por un momento pensé que le había dado un paro cardiaco y cuando unos aprendices se me acercaban se puso en frente mío y les dijo muy tranquilamente que se largaran o serían comidos, los pobres aprendices se fueron despavoridos escondiéndose detrás de sus maestros, en ese momento pensé que mi maestro era una fiera envés de un ser humano… Ahh qué recuerdos.

Voy yendo lo más rápido posible, estoy contra reloj, me empezó a llenar una desesperación que no sentía cuando estaba en la casa, una necesidad vital de llegar lo más rápido posible me invadió, tengo que llegar lo más rápido posible, percibo que algo muy grande va a aparecer. — ¡Esto no es nada bueno tengo que llegar rápido, más rápido tengo que llegar!, ¡Diablos! ¡Debo darme prisa! — cada paso que doy siento que está avanzando más rápido! "¡Tengo que llegar lo más rápido posible a Los Cinco Picos! ¡A Rozan! ¡Por el amor a los Dioses, Dohko mantente a salvo!"


Esos son los últimos momentos que tuvo la amazona, después todo el resto se perdió, los que los recuerdan son la tierra, los árboles y el agua, lo último que dejo o lo que es de ella es una máscara plateada con un decorado de bordeado con tonos dorados Destruidos en Rozan, su Cloth desapareció y su cuerpo también, no hay rastro de ella, y su recuerdo se transformó en la nada como sus camaradas. Los únicos que pueden saber lo que pasó son los dioses, ¿no?