Este fanfic es del género Romance, Amistad, Drama, Superhéroes y Fantasía.

Los personajes pertenecen a Toei Animation, yo solo creé una historia con estos puesto que me gusta mucho la serie de las Chicas Súperpoderosas Z.

He obviado los honoríficos en esta historia para facilitar la lectura.

Ya dicho esto, disfruten del fic :3.

Mini-capítulo 8

- Oye, bobo -lo llamó Kaoru-, agarra.

Tatsuya se dio media vuelta y atrapó una cajita muy pequeña con un listón que le acababa de lanzar su novia.

- ¿Qué es esto? -preguntó Tatsuya sin comprender por qué le habían dado un regalo.

- Hoy es tu cumpleaños tonto -dijo Kaoru haciéndose la ruda.

Butch miró sorprendido el pequeño obsequio ¿Hoy era su cumpleaños?

- Gracias Kaoru -agradeció Tatsuya.

- Esto es solo para que no digas que me olvidé de tu cumpleaños -dijo ella antes de marcharse puesto que su clase de gimnasia estaba por comenzar.

Cuando Tatsuya no estaba viendo ella se sonrojó profundamente, era la primera vez que le daba un regalo.

Butch abrió el regalo con gran curiosidad y encontró dentro de este una tobillera de hilo hecha a mano, era gruesa y tenía el patrón de artista marcial dando una patada, esto le hizo mucha gracia al chico por lo que se la puso inmediatamente y fue a la clase de gimnasia.

Los chicos de la clase vieron sorprendidos la nueva tobillera de Tatsuya, pero Hiroki fue el único que se atrevió a preguntar.

- Hola Tatsuya, ¿Por qué tienes una tobillera? Nunca antes te había visto con una puesta -dijo el chico moreno.

- Me la regaló mi novia por mi cumpleaños -respondió Tatsuya lo que dejó a todos atónitos.

- ¿Tienes novia? -preguntó Hiroki que apenas podía entender lo que estaba pasando.

Tatsuya sonrió ante la reacción de sus compañeros de clase, sin decir nada puso las manos sobre los labios en señal de silencio.

- Ella no quiere que nadie lo sepa por lo que guarden el secreto por mi -dijo Tatsuya con tranquilidad y seguridad lo que hizo que les explotara la cabeza a los chicos del lugar "¿Qué le pasó a Tatsuya en este mes que estuvo afuera?" se preguntaron al unísono.

- ¡¡Vaaaamooooos Tatsuyaaaa!! -al salir del shock los chicos empezaron a acosarlo-, ¡Cuenta! ¡¡Cuentaaaa!!

Tatsuya fingió que no los escuchaba pero por dentro se estaba murto de risa.

- Ryo, Ikki -otros chicos se acercaron a los "hermanos" de Tatsuya- ¿Es cierto que Tatsuya consiguió novia?

Ante este comentario los dos chicos sintieron como que alguien los hubiera atravesado con una flecha.

- ¡¡¡¡¡¡TATSUYAAAAA!!!!!! -gritó Ikki antes de empezar a perseguir a su hermano que divertido se dedicó a esquivar a su hermano con su renovada agilidad, ante esto los chicos de la clase volvieron a pensar "¿Qué le pasó a Tatsuya en este mes que estuvo afuera?"

El profesor de educación física hizo sonar el silbato y todos menos Ikki dejaron de hacer alboroto para ver al entrenador, ante esto el entrenador con una fuerza descomunal agarró a Ikki del cuello y lo dejó tirado en el piso.

- Dije silencio -el hombre le dedicó al RRBZ rojo una mirada que podría haber sido sacado de una serie de asesinos en serie.

Ikki (que sabía valorar su vida) se paró del suelo con los brazos tensos a los costados.

- Hoy vamos a jugar quemadas -anunció el profesor lo que creó un estallido de alegría por parte de los chicos de la clase hasta que vieron el aura competitiva de Tatsuya.

Para resumir, Tatsuya arrasó con la competencia.

Amigos

- ¡Kaoru! -la llamó Momoko- ¿Por qué te tardaste tanto?

Kaoru estaba vestida con su ropa deportiva pero a diferencia de la mayoría de las veces que hacían clases de gimnasia ella no había llegado de las primeras.

- Estaba haciendo algo -dijo ella sin darle mucha importancia al asunto.

- Kaoru, Momoko, lamento la demora -dijo Miyako llegando claramente agotada justo cuando la profesora estaba pasando lista- recién patrullando me encontré con Fuzzy, parece que ya se recuperó de sus lesiones por completo y estaba arando su campo en el bosque -esto último lo dijo en voz baja para que nadie más la escuchara.

- Todavía no me creo que le guste la agricultura -sospechó Kaoru.

Miyako la miró afligida, Kaoru siempre era igual, para ella todos los villanos eran iguales y no podía entender cómo es que algunos habían encontrado nuevas cosas que hacer además de los desastres que causaban de vez en cuando.

- Pero… -agregó la chica, sus amigas la escucharon con atención- si él quiere ser agricultor yo no estaré ahí para impedírselo.

Con este comentario Miyako lo supo, Kaoru estaba ocultando algo y aunque sabía que había un 99% de probabilidades de que tuviera que ver con Tatsuya no podía estar segura hasta que le preguntara.

- Chicas, ¿Qué tal si vamos a la tienda de Sakurako-san después de nuestras clases? -propuso Miyako.

- Esa es una grandiosa idea -Momoko aceptó inmediatamente, ella amaba los postres que Sakurako vendía en su tienda.

Después de clases (y un rápido patrullaje de rutina) las chicas fueron a la tienda de Sakurako la cual no quedaba muy lejos de la escuela y en donde vendían comida tradicional, este era un momento del día poco concurrido por lo que a las chicas no les costó encontrar una mesa vacía.

Sakurako era una mujer rubia de piel pálida por la falta de exposición al sol, ella siempre llevaba el pelo recogido en dos trenzas y usaba unos lentes ópticos que armonizaban con su rostro, eso sí, ella era muy insegura por dentro por lo que de vez en cuando cedía a la tentación de usar cosméticos lo cual la transformaba en Sedusa.

Souichirou (su prometido) era consiente de la doble personalidad de Sakurako por lo que le repetía constantemente que ella se veía muy linda sin maquillaje pero ella no siempre escuchaba, en ese momento ella estaba sentada detrás de su mostrador con una revista de maquillaje para novias lo cual alarmó a las chicas.

- Hola Mokoko-chan, Kaoru-chan, Miyako-chan -saludó la mujer cerrando su revista con culpabilidad.

- ¿Qué tal van los preparativos para la boda? -preguntó Momoko.

- Este último año han sido el más ocupados de mi vida, entre el vestido, el lugar y la comida, nunca creí que casarse sería tan complicado -dijo Sakurako, ahora que las chicas se fijaban, Sakurako tenía ojeras y sus labios estaban pintados de un lindo color cereza por lo que supusieron que también Sedusa estaba ocupada con los preparativos para la boda- ¿Van a ordenar lo de siempre? -preguntó ella sacando de sus pensamientos a las chicas.

- Sí -respondieron las tres a la vez.

Cuando Sakurako se metió en la cocina las chicas estaban solas, era hora de poner en práctica el plan de Miyako.

- Tatsuya volvió a la escuela -dijo Miyako.

De reojo vio cómo Kaoru se ponía tensa.

- Sí, me sorprendió mucho verlo llegar junto a sus hermanos -dijo Momoko sin entender el porqué de la conversación.

- Me da la sensación, Kaoru, de que tú sabías que iba a volver esta semana, el domingo me llamaste preguntando cuándo era el cumpleaños de Tatsuya.

Tanto Momoko como Kaoru quedaron atónitas, Miyako había dicho sin rodeos aquella acusación, se notaba que Ryo la estaba cambiando (falso, ella está madurando como el resto de los personajes).

- Yo… -Kaoru empezó a decir, ella sabía que no podía decir la verdad, pero si mentía ellas lo sabrían por su conexión- el viernes una mujer me dijo que sabía dónde estaba entrenando Tatsuya y al día siguiente me llevó hasta él.

Momoko quedó nuevamente atónita ¿Cuándo habían pasado tantas cosas interesantes?

- Los padres de Kaoru me llamaron el domingo para saber si te iban a buscar a mi casa o te devolvías sola a lo que yo les dije que volverías por tu cuenta -dijo Miyako.

Kaoru se sonrojó intensamente.

- No es lo que creen, -se apuró a decir- yo me quedé a dormir en el dojo porque era muy tarde y habían preparado mucha comida, ¡No le podía decir que no a la comida!

Las chicas se miraron, para Miyako esto era suficiente, sentía que Kaoru estaba muy incómoda en ese momento, pero como Momoko no tenía su habilidad siguió preguntando.

- ¿Y durmieron juntos? -preguntó, Kaoru recibió una gran dosis de daño (como en un videojuego).

- No juntos -dijo ella y al ver la mirada de sospecha de Momoko agregó-, no podía dormir, había sido un día con muchas emociones fuertes, por lo que dormí en su habitación, ¡P-pero no es como creen! Él durmió en su futón y yo en otro a más de un metro de distancia.

Las amigas de Kaoru se miraron como sintiendo que aquí había gato encerrado, Momoko siguió preguntando.

- ¿Y qué pasó con la mujer que te llevó? ¿Ella no los descubrió…?

- ¡No! -exclamó ella, estaba tan nerviosa que no computaba- él me despertó antes del amanecer y yo me fui a dormir a mi habitación hasta que ella me fue avisar que el desayuno estaba listo.

Las chicas se volvieron a mirar, por su vínculo podían saber que ella estaba muy nerviosa pero decía la verdad por lo que Miyako le dio una mirada a Momoko para que terminara el interrogatorio, pero Momoko decidió preguntar una última cosa.

- Pero ¿Al menos se besaron?

El rubor en el rostro de Kaoru llegó a niveles inimaginables.

- Sí -dijo derrotada.

En ese preciso momento Sakurako llegó con unos platos humeantes de comida recién preparada por lo que las amigas de Kaoru dejaron que la pobre se recuperara comiendo su tazón de ramen de cerdo súper picante.

Las PPGZ salieron de la tienda de Sakurako con el abdomen abultado, Kaoru se veía mejor ahora que había comido por lo que Miyako preguntó lo que hacía unos momentos tanto ella y Momoko querían preguntar pero no se habían atrevido.

- ¿Tatsuya es tu novio ahora? -preguntó sonando lo más empática posible.

- Sí -respondió Kaoru.

Ambas amigas se miraron con los rostros rebosantes de alegría y de manera impulsiva pusieron sus brazos sobre los hombros de Kaoru abrazándola.

- Felicidades -dijeron las dos tratando de no exagerar en el acto de afecto.

- Gracias chicas -dijo Kaoru repentinamente tímida, luego cambió su expresión a una más seria-, pero no le digan a nadie, menos a tu mamá Momoko, quiero que esto sea un secreto hasta que me sienta más cómoda con la idea de… que estoy saliendo con un Tatsuya -esto último lo dijo bajito por la vergüenza.

- Tranquila Kaoru… -dijo Miyako.

- …este será otro secreto más que quedará guardado entre nosotras -terminó la frase Momoko.

Kaoru sonrió agradecida con la vida por tener dos tan buenas amigas.

Miyako estaba volviendo a su casa cuando se encontró con Ryo nuevamente en el umbral de su portón, en este caso estaba hablando con unas señoras.

- …gracias por su ayuda jovencito, espero que tenga una maravillosa tarde -se despidió la señora.

- Adiós -se despidió Ryo, luego se dio cuenta de que Miyako lo estaba observando.

- Hola Miyako, quería hablar contigo, pero como no tengo celular preferí esperar a que llegaras a tu casa antes de tratar de llamar desde una red fija.

Miyako abrió el portón de su casa y ambos rubios entraron, ya en el interior del patio ella le habló.

- Boomer, sé que no tienes celular, pero ¿No crees que es un poco extraño que me esperes fuera de mi casa? -preguntó Miyako.

- La verdad es que no -dijo Ryo antes de ponerse a reír-, bueno, sí un poco, tal vez debería dejar de hacerlo.

Miyako respiró aliviada, las primeras veces había encontrado tierno que él la esperara fuera de su casa, pero entre la gente mayor de la zona estaba corriendo la voz de que un joven apuesto estaba tratando de cortejar a la nieta de Kiyoko (la abuela de Miyako) y en las fiestas de té a veces le preguntaban a ella directamente si sabía sobre ese chico, esto a su abuela le había parecido muy inapropiado aunque en privado le había dicho que quería a Ryo como nieto.

- ¿De qué querías hablar Boomer? -preguntó ella cuando ya estaban en el salón de té de la casa, su abuela estaba tejiendo en la casa de unas amigas por lo que se sentía con completa libertad de decirle por su nombre real.

- Creo que Butch sospecha que Kaoru es Buttercup -tiró el chico, ante este comentario Miyako escupió el té.

- ¿Por qué piensas eso? -preguntó Miyako.

- Desde que volvió de su viaje lo he atrapado en múltiples ocasiones leyendo revistas en páginas dedicadas a Buttercup y una vez lo atrapé viendo un documentas sobre ustedes -dijo Boomer.

Miyako se puso nerviosa.

- ¿Qué crees que haga cuando se dé cuenta? -preguntó la rubia.

- El Butch de antes probablemente usaría esa información para abusar de Kaoru -esto alarmó mucho a Miyako-, pero después de su viaje Butch maduró mucho por lo que creo que no le va a hacer nada.

- Menos mal -Miyako liberó el aire que había contenido.

- De todas formas, teniendo en cuenta cómo se deprimió al perder a Mitsu lo más probable es que no quiere cometer el mismo error con su nueva novia -agregó Boomer lo cual sorprendió a Miyako.

- ¿Tú sabías que están saliendo? -preguntó la chica.

- Lo intuí cuando volvió a casa y estaba pasado de olor a Kaoru -dijo él.

- ¿Olor a Kaoru? -preguntó ella.

- Sí, ¿No lo sabías? Soy como un perro, tengo muy buena audición y olfato -respondió Boomer.

Por un segundo Miyako se imaginó a Boomer con orejas y cola de perro lo que la hizo reír.

- ¿De qué te ríes? -preguntó él.

Miyako no se pudo sacar la imagen de la cabeza en un buen rato.

- Entonces, ¿Qué vamos a hacer? -preguntó Boomer comiendo unas galletas, en el intertanto la chica le había traído té y galletas.

- Quieres que yo te diga qué hacer -dijo Miyako apesadumbrada por la carga que le traspasaba el chico.

- Sí, tú eres la más lista de los dos, confío en que tus ideas serán mejores que las mías -se expresó Boomer con completa sinceridad.

- Creo que lo mejor es esperar a ver cómo se desarrollan los eventos, si actuamos y él no sabe puede que él reaccione mal ante la noticia de que su novia es una Powerpuff Girl Z -razonó Miyako.

- Me gusta tu idea, a veces hacer nada es mejor -opinó Boomer.

El silencio creció entre ambos, la verdad es que si hablamos de sentimientos propiamente tal, sí, había mucha química y se apreciaban mutuamente, pero desde que supieron sus identidades las cosas habían quedado estancadas, era como si algo les impidiera aceptar de que querían dar el siguiente paso.

- Hooo, Miyakooo -saludó Kiyoko entando a la casa.

Los dos rubios salieron del salón de té para saludar a la anciana.

- Hola abuela -saludó Miyako.

- Holaaa -saludó alegre Ryo.

Para Boomer esa mujer era la persona más dulce y amable que había conocido en su vida, era como si todas las cosas buenas del mundo se juntaran en una misma persona.

- Ryo-kun, te traje un regalo -anunció la mujer y sacó de su bolsa de tela un enorme suéter de un hermoso de color celeste tiffany (es como un celeste medio terroso)

- ¡Gracias abuela! -exclamó Ryo que no tenía miedo de decirle abuela a Kiyoko.

- Escuché que mañana es tu cumpleaños ¿Lo vas a celebrar con alguien? -preguntó Kiyoko.

- La verdad es que no –"porque mi cumpleaños no es el 12 de Octubre sino el 13, Butch al entregar nuestros datos falsos inventó esta fecha para mi".

- Entonces, ¿Por qué no vienes a mi casa después de la escuela? -preguntó la amable mujer-, voy a invitar a unos amigos a tomar el té y sería maravilloso poder presentarte a ellos.

Boomer se sintió nervioso, en general se le daba bien hablar con gente mayor pero conocer gente nueva siempre era difícil.

- ¿Cuántos seremos? -preguntó Ryo.

- No mucho, tal vez ocho o nueve -dijo Kiyoko-, tal vez algunos vengan con sus nietos, sé que no tienes muchos amigos además de Miyako por lo que creo que esta es una buena oportunidad para que conozcas gente nueva.

- Está bien, todo para hacer amigos y hacerla feliz abuela -dijo Ryo con una gran sonrisa.

Miyako sintió que su corazón se expandía al ver a esos dos interactuar "desearía poder verlos así todo el tiempo" pensó ella antes de que una punzada cruzara su corazón "pero sé que algún día me tendré que ir de Japón, ¿Cómo podría hacerle eso a Boomer y a mi abuela?".

Lo que nadie veía en ese momento es que un panda rojo miraba con sus enormes hijos negros la escena, en un momento Kiyoko miró hacia donde estaba él parado en la pared divisoria de su jardín con el del jardín del vecino, ella de manera muy discreta le sonrió y le guiñó un ojo, el animalito que no había tenido tiempo de esconderse asintió con la cabeza y dio un salto al patio contiguo, ninguno de los dos rubios se dio cuenta de esto pero la anciana pensó "parece que esto se va a poner interesante".

Cumpleaños

Boomer estaba ayudando a Kiyoko a poner galletas y dulces tradicionales sobre la larga mesa de té que poseía la familia de Miyako para ocasiones como esa cuando los invitados llegaron, prácticamente todos fueron muy puntuales y la gran mayoría de los amigos de Kiyoko trajeron consigo a uno de sus nietos de edades similares a los rubios (15 a 21 años) pero lo que realmente descolocó a Boomer fue ver a un chico rubio de ojos azules (muy parecido a él en ese aspecto solo que sus tonos tienen una tendencia al gris humo) muy guapo hablando con Miyako de manera muy amistosa, él estaba a punto de ir a preguntarle a Miyako quién era ese chico cuando una niña de unos 16 años le dirigió la palabra.

- Hola, tú debes ser Ryo Mojo, mi nombre es Eri Ikeda -se presentó la chica.

La chica era un poco más baja que Miyako pero seguía siendo alta para ser mujer (de las PPGZ Miyako es la más baja, pero mide 1,68 metros por lo que es más alta que el promedio de las mujeres), ella tenía el cabello largo, negro y sedoso con una chasquilla bien cuidada y un adorno para cabello muy elaborado que recordaba a las flores de cerezo, llevaba puesto un vestido negro con rosado con mangas anchas que le llegaba un poco más arriba de las rodillas, su vestido estaba adornado con pequeños motivos de flores de sakura y para cualquier persona a la que le gustara esa moda tan elegante y tradicional ella debía ser la criatura más hermosa que había en este planeta, sus ojos eran azul oscuro y sus rasgos faciales armoniosos.

- Un gusto -dijo Ryo sin prestarle mucha atención lo cual hizo que Eri quisiera seguir conversando con él.

- Yo estudio en una escuela privada para señoritas, fue idea de mi abuela que viniera a esta fiesta de té -explicó la chica.

Esto llamó la atención de Ryo y rápidamente buscó con la vista a una mujer que pudiera ser la abuela de Eri, al final sus ojos se cruzaron con una anciana muy refinada que lo miraba con una sonrisa que guardaba una amenaza muda. Con esto en mente Ryo decidió dejar de pensar en Miyako y centrarse en la chica que tenía al frente.

- Yo estudio en la Preparatoria Hanabira -dijo Ryo mirando a la chica con amabilidad, eso le gustó a ella.

- ¿Eres compañero de Miyako-san? -preguntó Eri.

- Sí, vamos en el mismo salón -respondió Ryo.

- Y dime, ¿Tienes algún plan para el futuro? ¿Hay algo que quieras hacer? -preguntó ella.

Boomer se pensó esa pregunta, considerando todo creyó que a esa chica no le gustaría saber que quería ser maquillador profesional por lo que decidió decir otra cosa.

- Quiero formar mi propia empresa y viajar por el mundo -dijo Ryo tratando de sonar convincente.

- ¡Ho!, qué maravilloso -dijo la chica tratando de no sonar muy emocionada-, ¿De qué sería tu empresa?

Boomer tuvo que pensar muy rápido.

- Importaciones -mintió a medias.

Eri juntó las manos mostrando su alegría.

- Eso suena muy bien Mojo-kun -lo felicitó Eri-, entonces supongo que estás preparándote para dar el examen de ingreso en alguna de las mejores universidades del país.

- La verdad es que yo estoy aplicando a una beca para estudiar en el extranjero -dijo el chico.

Para Eri este era el hombre perfecto, trabajador, guapo y con un gran futuro, no podía dejarlo ir tan fácilmente.

- ¿Estás tomando algún tipo de curso para aprender inglés? -preguntó la chica de cabello negro.

- Sí, diría que se me dan bien los idiomas por lo que creo que me irá bien en el examen especial -dijo con gran modestia, la verdad es que estaba avergonzado.

- ¿Y en dónde estudias para el examen? -preguntó Eri cada vez más convencida de que no debía dejar ir a ese chico.

- Tengo una profesora personal -se refería a Miyako.

- Y… -Eri se dio cuenta de que su abuela la estaba mirando con reproche, en su cabeza escuchó las palabras "una dama no debe mostrarse muy interesada"- *ejem, lo que quería decir es si deseas comer un dulce, estos dangos de melocotón están muy deliciosos.

El cambio de Eri fue muy evidente para Boomer, pero prefería hablar sobre comida que de su futuro donde debía responder con verdades a medias.

- Sí, son unos dangos excelentes, la señora Kiyoko los compró en una tienda muy refinada en el centro de Tokio -dijo el rubio.

Mientras Boomer hablaba con la Eri, Miyako trató de concentrarse en hablar con su amigo de la infancia, pero era difícil no desviar la vista para ver a esos dos conversar.

- Miyako-chan, ¿Pasa algo? -preguntó el chico rubio ceniza.

- Nada Takaaki-kun -respondió la PPGZ azul.

Takaaki miró en la dirección que miraba su amiga y vio a un chico rubio hablando con Eri.

- ¿Ese es Ryo-kun? -preguntó Takaaki.

- ¿C-como tu…? -empezó Miyako muy sorprendida.

- Me has hablado en un par de ocasiones sobre él y esta es una fiesta en honor a su cumpleaños -explicó su amigo de la infancia.

- Sí, es él -aceptó ella con timidez.

- Sé que no debería meterme en este tema pero tú no estás saliendo con él ¿verdad? -preguntó el rubio, esto era intencionado puesto que se había dado cuenta de las miradas de celos que le había dedicado el chico cuando lo vio hablar con Miyako.

- No estamos saliendo -Miyako trató de no sonar decepcionada.

- Mmm… -Takaaki se quedó pensativo, sentía que este era un buen momento para hablarle sobre sus planes a futuro pero prefirió no hacerlo.

- ¿Qué tal te va preparando el examen de ingreso a la Domus Academy en Milán? -preguntó el chico rubio.

- Todo va bien, a este paso podré enviar mi solicitud a finales de este año -respondió Miyako-. ¿Y tú? ¿Te sientes preparado para dar el examen de ingreso para la Universidad de Hokkaido?

- Sí -dijo el chico con confianza-, me he preparado durante tres años para este momento, aunque… -su confianza decayó un poco- no tengo seguridad de que podré terminar la carrera.

Miyako se sintió preocupada por este comentario.

- ¿Qué dicen los últimos resultados de tus exámenes? -preguntó la rubia.

- Parece que mis valores de auto-inmunidad siguen bajando -dijo el chico tratando de no sonar depresivo.

- ¡Eso es maravilloso! -exclamó Miyako.

- Además, la medicina del Profesor Utonium me está siendo de mucha ayuda -dijo Takaaki.

Miyako al escuchar esto bajó la voz para que nadie escuchara, bueno, si Boomer hubiera querido lo más probable es que él hubiera escuchado, pero estaba muy concentrado en su conversación con Eri.

- ¿Qué tal va todo? ¿No has vuelto a perder el control? -susurró.

- Transformarme es… -buscó las palabras correctas- como si estuviera en un sueño, todo se siente irreal, es como estar viendo el mundo desde los ojos de un lobo, pero la sensación de ser libre, de correr, de saltar, de aullar, todo eso me deja fuerzas para sobrellevar cada día y volver a mi casa para centrarme en los estudios nuevamente.

Takaaki había sido impactado por un rayo Z negro hace cuatro años atrás, pero a diferencia de otros villanos él no era ni peligroso ni agresivo cuando se transformaba, es más, después de ver cómo con cada transformación los pronósticos de su enfermedad autoinmune se veían más alentadores el Profesor Utonium se comunicó con los médicos encargados de cuidar a Takaaki y con permiso del alcalde les contó sobre sus transformaciones, al saber esto los doctores con la guía del profesor Utonium crearon un fármaco que hacía que Takaaki tuviera conciencia de lo que sucedía cuando se transformaba y así pudiera disfrutar de la libertad de ser un hombre lobo sin asustar a la población en el proceso.

El plan del profesor y los médicos resultó extrañamente bien. Para Takaaki fue muy impactante verse por primera vez en su forma de bestia pero con el tiempo superó su negativa primera impresión, además, Miyako le reveló su segunda identidad para ayudarlo a sentirse más cómodo con su nueva segunda vida y de esa manera, siempre que se encontraban como bestia y heroína ellos pasaban una divertida velada corriendo (en el caso de Miyako volando) por el bosque, jugando con sus fuerzas descomunales y disfrutando del paisaje nocturno que a veces se transformaba en el amanecer.

- Voy a ir a visitarte de vez en cuando -prometió Miyako-, aunque me acepten en la academia todavía tengo que cursar mi último año de preparatoria y tendré que continuar con mis patrullajes aún si vivo en otro país, creo que desde Tokio a Hokkaido me demoro unos quince minutos volando.

- Avísame cuando vengas a visitarme -pidió el chico-, así estaré listo para mostrarte mis nuevos lugares favoritos para correr.

- ¿Crees que en ese lugar puedas correr en el día? -preguntó Miyako recordando cómo Takaaki le encantaba correr a la luz del día aunque fuera bastante más peligroso.

- Tal vez, pero creo que estaré muy ocupado estudiando como para hacerlo, medicina es una carrera que requiere mucho estudio -admitió el chico.

Miyako se esforzó para ver si podía percibir tristeza o remordimiento emanar del cuerpo del chico, pero no sintió nada por lo que sonrió.

- Entonces hay que dar lo mejor de nosotros hasta que nos volvamos a ver -dijo ella.

Takaaki sintió una punzada en su pecho, le dolía mucho dejar a su amiga de la infancia, en especial si eso significaba que ella quedaría sola sin que nadie la protegiera porque aunque él no era la criatura más fuerte del mundo, siempre estaba velando por su amiga desde la distancia.

- Niñito -un anciano llamó a Takaaki, él miró a Miyako quien asintió con la cabeza.

Takaaki se sentó junto al anciano, parecía muy viejo, mucho más viejo que el resto de los congregados. El hombre era calvo y su piel clara estaba llena de manchas de sol.

- Ven aquí un momento, habla con el viejo Taro y dile qué es lo que piensas -dijo el hombre sonriendo con los pocos dientes que le quedaban.

Responsabilidad

La fiesta de té terminó antes del anochecer pero Boomer se quedó un par de horas más ayudando a limpiar.

- Buen trabajo -le dijo Miyako cuando este terminó, traía consigo dos vasos de agua- ¿Quieres un poco? -preguntó al ver que Boomer veía fijamente el agua dentro de los vasos.

- Sí por favor -respondió él y por lo que Miyako le pasó uno.

- ¿Vas a volver a tu casa? -preguntó ella tratando de no ofrecer directamente que pasara la noche en su casa.

- No es buena idea que dos chicos jóvenes como nosotros pasen tanto tiempo durmiendo bajo un mismo techo -dijo Boomer aunque en el fondo prefería dormir en esa casa que en la suya.

- Está bien -dijo Miyako un poco triste-, ten cuidado en el camino de regreso.

- No te preocupes -Boomer le regaló una gran sonrisa de confianza-, yo soy más fuerte de lo que crees.

Boomer salió de la casa de Miyako y empezó a correr, tal vez no era tan rápido y ágil como Butch pero era suficientemente rápido para dejar atrás a cualquier maleante que quisiera hacerle daño.

Con un cambio de dirección del viento un olor llegó hasta la nariz de Boomer, era el olor de un animal muy grande y fuerte, al comienzo Boomer pensó que era solo una coincidencia pero después de hacer un par de vueltas sin sentido notó que lo estaban persiguiendo.

La adrenalina subió por su cuerpo y utilizó todo su ingenio para buscar un lugar donde pudiera enfrentarse a su perseguidor sin que nadie se diera cuenta, estaba casi seguro de que cerca de ese lugar había un gran parque que cerraba por las noches por lo que se dirigió hasta ese lugar y saltando sobre la reja se adentró dentro del espacio verde creado por el hombre.

Boomer se detuvo en una zona donde habían muchos árboles para que así nadie los pudiera ver y ahí esperó a su perseguidor que no tardó mucho en hacerse ver.

La bestia era un animal enorme con pelo en los brazos, en la espalda, el cuello y detrás de la cabeza de un color rojo ligeramente rosado, el abdomen y la cara del animal estaban cubiertos por una dura capa de piel gris, y sus piernas y hombros parecían estar cubiertos por un tipo de armadura metálica. El rostro de la bestia recordaba a un lobo y su cola era similar a la de un mono por lo que Boomer no supo cómo llamarlo.

Boomer esperó que el animal atacara, pero este no hizo nada por lo que decidió hablarle, en general él siempre tenía buena suerte con los animales.

- Hola Bestia-kun, ¿Necesitas algo de mí chico? -preguntó Boomer suponiendo que era un macho.

- R-ryo -al comienzo Boomer creyó que ese era un tipo de gruñido pero las palabras siguieron saliendo a trompicones de la boca de la bestia-, y-yo, T-ak-aa-ki que-rer que t-ú pro-te-jas a Mi-ya-ko-san.

Boomer quedó extrañado, ¿Esa bestia se llamaba Takaaki y quería que protegiera a Miyako?, de repente Boomer recordó que Eri le había dicho que el chico con el que Miyako estaba hablando se llamaba Takaaki, ¡Era por eso que en la fiesta sintió un leve olor a perro en el aire!

- ¿Eres amigo de Bubbles? -preguntó tratando de ver qué más sabía el tal Takaaki.

La bestia se quedó callada como si estuviera procesando la pregunta.

- Miya-ko-san, Bub-ble-san -dijo como respuesta.

Boomer se acercó lentamente a la bestia y con cuidado de no asustarlo se acarició el lomo, parecía que Miyako se había dedicado a peinarlo porque no soltaba pelo.

- Parece que te es un poco difícil hablar en este estado, ¿Por qué no vienes a mi casa mañana después de clases? Te mostraré el camino. -Ofreció Boomer.

- Es-tar bien -aceptó Takaaki.

El resto del camino a casa Boomer lo hizo caminando para que Takaaki pudiera reconocer las calles, era muy raro ver a una persona capaz de estar transformado y dominar sus instintos de villano por lo que este chico le había llamado la atención al RRBZ azul y sabiendo que era amigo de Miyako, quería escuchar con claridad lo que le quería decir.

Cuando Boomer llegó a su casa miró el techo de un edificio, era un poco difícil de percibir pero un par de ojos rojos lo observaban desde las alturas.

- Adiós, nos vemos mañana -dijo en voz baja rogando que el chico fuera capaz de escucharlo y entró a su casa.

Boomer despertó al día siguiente un poco después que Butch quien por algún motivo dedicaba parte de sus horas de sueño a cocinarle el desayuno, Boomer todavía con pijama entró a la cocina que olía a tortilla de huevo.

- Hola, buenos días -saludó el chico a su hermano y a Mojo que ya se encontraban sentados en la mesa comiendo.

Con un gran bostezo se el RRBZ azul se sentó a la mesa (otra vez sacada de una tienda de antigüedades) que tenía cuatro sillas de distintos orígenes, formas y colores, luego lentamente empezó a engullir su desayuno que era tortilla de huevo, sopa de almejas, arroz blanco y brotes de bambú cocidos.

- Gracias por la comida -dijo Boomer cuando terminó su desayuno, al comienzo le había costado acostumbrarse a este nuevo tipo de comidas (aunque Birck fue el que más se quejó) pero ahora empezaba a entender el por qué le gustaba tanto a Butch.

- ¿Te gustó la sopa de almejas? -preguntó Butch.

- Sí, un sabor fuerte y salado, pero con el arroz quedaba delicioso -respondió Boomer.

- Qué bien, es la receta de Ne-san -dijo él antes de llevarse los platos a la cocina.

- Mamá, ¿Tú sabes quién es esa Ne-san de la que tanto habla Butch cuando desayunamos? -preguntó el chico a Mojo.

- No tengo ni idea -respondió el mono-, pero la verdad es que Butch maduró mucho ese mes que desapareció por lo que no me quejo ni voy a preguntar.

- Mojo, te dejé los platos en el fregadero -dijo Butch volviendo-, cuando vuelva los quiero ver relucientes, además -le pasa un trozo de papel- hoy voy a hacer cerdo agridulce por lo que necesito que me compres estas cosas.

Mojo leyó la lista y asintió con la cabeza.

- Tal vez me encuentre a Mitsuko-san, hoy hay rebajas de carne en el mini mercado que queda su casa -dijo guardándose la lista de compras dentro de su capa.

- Mamá, ¿Puedes comprar un poco más de lo que te pidió Butch? Hoy invité a casa a un amigo.

Butch y Mojo se miraron sorprendidos.

- Pero hoy es nuestro cumpleaños, -le recordó Butch- además, nadie debería saber que somos los Rowdyruff Boys.

- No te preocupes, él también fue impactado por un rayo Z negro igual que mamá -contestó el chico como si eso fuera bueno.

Tanto Butch como Mojo se volvieron a mirar, era cierto que su contrato no especificaba nada sobre personas que fueron afectadas por los rayos Z negros, pero por experiencia propia sabían que no debían subestimar a la gente con tal cualidad por lo destructiva que podía ponerse si algo lo llegaba a molestar y las murallas estaban recién enyesadas.

- ¿Estás seguro que tu amigo no se va a poner… intenso? -preguntó Mojo.

- Tranquilo, es un tipo muy tranquilo, lo más probable es que nunca lo han visto transformado -los trató de convencer el rubio.

Mojo suspiró con resignación.

- Está bien, pero si se ponen a discutir salgan al patio, no quiero que se pierdan nuestros esfuerzos por mantener la casa habitable -accedió el mono.

- ¡Gracias mamá! -exclamó Boomer y en un acto de no actuación abrazó a Mojo lo cual sorprendió al villano y al RRBZ verde.

- Ahora vamos a despertar a Brick, no queremos que vuelva a tratar de destruir el segundo piso de la cas porque no lo despertamos a tiempo para ir al colegio -dijo Boomer y todos recordaron con terror la vez que Brick casi los dejó sin casa.

Takaaki se des transformó antes de que los primeros rayos del sol tocaran los tejados de las casas de la zona residencial donde vivía, la gente de la zona había aprendido a no alarmarse cuando una enorme bestia saltaba sobre sus cabezas, pero los reportes sobre él que llegaban a la comisaría más cercana eran tan comunes que ya ni siquiera iban a su casa para interrogarlo.

Ya como humano se acostó sobre su cómoda cama y empezó a analizar los recuerdos de aquella noche. Para él era extraño revelar su presencia a alguien que no fuera Miyako (o Bubbles) pero las palabras del anciano inundaban su cabeza "ese chico es capaz de proteger a Miyako de formas en la que tú no puedes lograr", "Se le nota en los ojos, él la quiere mucho, deberías hablarle" "Deberías aprovechar el tiempo que te queda en Tokio para hablar con él en vez de seguir atormentándote por dejarla sola".

Takaaki podía haber hablado con Ryo-kun antes de que se terminara la fiesta del té, pero le daba vergüenza acercarse, en especial por Eri, esa chica era muy entrometida y posesiva con lo que creía suyo. Por este motivo decidió seguir a Ryo para ver si se creaba un momento para conversar, pero el chico lo descubrió antes de que pudiera cambiar de forma por lo que no le quedó de otra más que hablarle como una bestia.

Los recuerdos de esa conversación fueron extraños, en general no le gustaba hablar en su forma bestia puesto que le costaba decir frases completas y muchas veces la gente confundía sus palabras con gruñidos, pero ese chico, Ryo, no se había asustado, ¡Hasta le había tocado el lomo! Era una acción insólita que solo Miyako hacía por él.

"Me invitó a su casa" pensó Takaaki "no pude ver bien cómo era por fuera pero sé cómo llegar, no debería ser tan difícil", luego miró su agenda, ese día no tenía nada después de la escuela por lo que se dijo "de todas formas tengo que hablar con él", y ya dicho esto se quedó dormido.

Takaaki caminó por las calles de Tokio recordando su viaje sobre los edificios, a esas horas del día era imposible para él transformarse, no porque no pudiera hacerlo sino por la cantidad de personas que lo podían ver y asustarse.

Por fin cuando llegó frente a la casa de los Mojo notó algo muy extraño.

La casa estaba escoltada por tres enormes edificios residenciales y parecía muy antigua, el techo se veía decente, las paredes estaban ladeadas pero recién enyesadas y las ventanas (que era lo único que Mojo no había cambiado todavía) parecía ser de una casa abandonada por lo dañados que estaban los marcos (aunque los cristales eran nuevos).

El rubio ceniza cruzó el jardín lleno de malezas (no le pidan tanto a Mojo, él trabaja más de 8 horas al día en una empresa de tecnología médica creando prototipos de nuevos productos) y ya frente a la puerta (que no había sido cambiada hace mucho pero seguía pareciendo haber sido sacada de una tienda de antigüedades) buscó el timbre, pero al no ver ninguno simplemente llamó a la puerta.

- Hola Takaaki -le abrió Ryo-, pasa por favor, mi hermano está preparando cerdo agridulce por lo que no podremos usar la cocina.

Takaaki entró a la casa y se dio cuenta de que estaba poco amueblada pero limpia y ordenada.

- Hace poco enyesamos los muros por lo que mamá me pidió que si nos poníamos a pelear fuera en el patio de atrás -dijo Ryo lo cual le dio risa a Takaaki aunque no lo demostró.

- ¿Quieres té? Kiyoko-obasan siempre me da té para llevarme a la casa, a mamá le gusta mucho beberlo con miel pero yo lo prefiero solo -siguió el chico.

- Estoy bien -Takaaki declinó su oferta.

- Bueno, pero si lo necesitas solo dime y pondré agua en la tetera, hoy nos toca té Kukicha -dijo demostrando que sabía de té.

Los dos se sentaron en la mesa del comedor (que era parte de la gran área de la planta baja) y fue entonces cuando las cosas se pusieron más serias.

- ¿Qué piensas de Miyako? -preguntó Takaaki con seriedad.

Boomer trató de pensar la respuesta más correcta, no quería arriesgarse a crear una pelea por decir mucho o muy poco.

- Miyako es una chica maravillosa -empezó tratando de no ser intimidado por el chico lobo-, ella es dulce y amable, cariñosa y compasiva, además, siento que con ella puedo ser yo mismo.

Esta respuesta le gustó a Takaaki.

- ¿Cómo se conocieron? -preguntó todavía desconfiando.

- La verdad es que no fue un buen comienzo -en su cabeza se repetía el recuerdo de cómo él le levantó la falda a Bubbles en su primer encuentro hace cuatro años atrás-, pero diría que empecé a conocerla mejor cuando yo y mis hermanos nos inscribimos a la misma preparatoria que ella y sus amigas.

- Dime, y tú sabes… -hizo un movimiento con las manos como si un pájaro volara.

- Sí, pero no lo digas en voz alta, estas paredes son muy delgadas -respondió el chico susurrando.

Takaaki asintió con la cabeza, era una buena reacción.

- ¿Sabes que Miyako se va a ir a estudiar al extranjero dentro de un año más? -preguntó el rubio ceniza.

Boomer se sintió desalentado por un segundo.

- Sí -dijo incapaz de ocultar su tristeza-, sé que se está postulando para entrar a la Dome Academy.

- ¿Y qué vas a hacer al respecto? -preguntó Takaaki, esto tomó desprevenido a Boomer.

- ¿A qué te refieres? -preguntó él.

- ¿Vas a dejar que se vaya a Milán?, ¿Vas a tratar de detenerla? O simplemente evitarás el tema hasta que ella no esté en el país -preguntó Takaaki, trató de no sonar muy duro pero la pregunta era compleja.

- L-la verdad es que yo la apoyo con ir a Milan de la misma forma que ella me apoya a mí con ir a Estados Unidos -respondió Ryo bastante nervioso.

- Entonces no la vas a acompañar -dijo Takaaki un poco decepcionado-, pero la verdad es que yo tampoco la voy a seguir hasta Milan por lo que quedamos en las mismas.

Una duda creció en el pecho de Boomer.

- Dime, ¿A ti te gusta Miyako? -preguntó tratando de sonar amable y no acusador.

- ¿Miyako?, diría que sí pero como amiga o hermana menor -respondió el chico y Boomer sintió que podía volver a respirar, no quería tener que pelear por el afecto de Miyako con un chico tan guapo que además había sido irradiado por rayos Z negros igual que él.

- ¿Y tú? -preguntó Takaaki- ¿Qué sientes por Miyako?

Por un segundo Boomer quiso mentir, negar que sentía algo por Miyako, pero algo en ese chico (y la certeza de que no se iba a poner celoso porque no veía a Miyako de la misma manera) lo hizo cambiar de parecer.

- Me gusta, me gusta mucho y más que solo una amiga -dijo sin rodeos mirando al chico a sus profundos ojos azules.

- Entonces no hay mucho más que hacer, tú también le gustas -dijo el rubio ceniza.

Boomer quedó atónito con este comentario, sí, él tenía la sospecha que Miyako sentía lo mismo que él pero que alguien le dijera directamente que estaba en lo cierto fue muy sorprendente por decir poco.

- ¿Cuál es tu siguiente paso? -preguntó Takaaki sacando a Boomer de su sorpresa.

- ¿A-a qué te refieres? -dijo lentamente el RRBZ azul.

- ¿Vas a salir con ella? Yo me voy a vivir a Hokkaido en dos meses más y quería saber si mi amiga tendrá a alguien que cuide de ella en mi ausencia -dijo Takaaki sonando como un hermano mayor.

- L-la verdad es que no me lo había cuestionado de esa manera -aceptó Ryo-, para mí Miyako es como una burbuja de jabón, la vez volar hermosa y radiante pero si la tratas de tocar se reventará.

- Es cierto que Miyako es como una burbuja de jabón y por eso la he estado protegiendo durante estos últimos cuatro años -al rubio ceniza le gustó esa metáfora-, pero también sé que ella es fuerte y no teme a enfrentarse al destino con tal de conseguir lo que desea, es por eso que te pido que lo consideres.

Ryo miró con respeto al otro rubio, ese chico para su edad era muy sabio.

- Lo tendré en cuenta -prometió Ryo.

- Más te vale -lo amenazó el chico-. Ahora creo que es hora de que vuelva a casa.

- Buena suerte con tu examen de ingreso -dijo Ryo viendo como el amigo de Miyako se alejaba por la acera, este se giró a verlo al escuchar eso- lo digo por si no nos volvemos a ver antes.

Fue entonces cuando Takaaki reconoció al chico que había visto de vez en cuando en las noticias cuando todavía no era capaz de controlar sus transformaciones.

Takaaki sonrió divertido de no haberse dado cuenta antes de algo tan obvio.

- Nos veremos antes, no te preocupes -aseguró el chico antes de darse la vuelta y seguir caminando.