Prologo

Mid-Childa. 15 de enero de 2010

La lluvia empapaba su ropa y caía tan fuerte que apenas veía lo que tenía delante o quizá era el hecho de que se sentía tan débil que apenas podía moverse y, aun así, su objetivo era claro, tenía que seguir moviendo a pesar de que su cuerpo trataba de detenerla.

Tengo que seguir adelante. No puedo detenerme… Nanoha, yo…

Podía escuchar el sonido de gente moviendo a su posición a pesar de la lluvia, seguramente porque sus habilidades estaban muy relacionadas con el movimiento y la agilidad y podía escuchar cosas que para otros no eran más que murmullos.

Ella no podía seguir adelante, no era porque no quisiera si no porque sus heridas la hicieron caer de rodillas al suelo. No podía seguir y así fue como el ultimo de sus enemigos la encontró rápidamente.

"¿Dónde vas?" pregunto una voz.

Fate T. Harlaow observo a la persona que había hablado, una sombra de la que solo podía distinguir su sonrisa malévola y su mirada roja como la sangre que brotaba del brazo roto de Fate y de su cabeza.

Este era su fin. Ella lo sabía tanto como aquella sombra, pero por lo menos había conseguido su objetivo, presentándose ante esta sombra, se había convertido en un objetivo más importante que aquellos a los que esta sombra pensaba atacar y así, ella había terminado en esta situación, pero poco le importaba morir, no si con eso conseguía salvar a los quería proteger.

"¿Por qué haces esto?" pregunto Fate, tratando de distinguir quien era aquella sombra.

"Eso no es algo que pueda decir." dijo la sombra. "Además, tu no debes preocuparte, pronto no eras nada más que un recuerdo."

Ella lo sabía bien. Su cuerpo ya no le respondía y ni siquiera su fiel compañero 'Bardiche' estaba en condiciones de seguir adelante por eso, cuando la sombra invoco su espada y se acercó a ella, supo que era el final.

Y en verdad, ella solo quería descansar, cerrar los ojos y pensar en la persona que era más importante para ella. Takamachi Nanoha.

Nanoha…

Un trueno resonó a lo lejos y Fate casi quiso sonreír, los rayos eran su poder y ahora parecían tratar de salvarla, aunque no podían hacerlo, nada podía y en parte, ella estaba bien con eso, aunque le habría gustado pasar más tiempo con Nanoha, con la pequeña Vivio y con sus amigas.

Pero no iba a ser posible.

"¡No!"

Fate escucho una voz como si fuera un murmullo lejano y luego el sonido de armas chocando unas con otras mientras caía al suelo porque su cuerpo ya no podía aguantarla. Escucho el ruido de su cuerpo golpeando el suelo mojado, pero ya no veía nada y ya no sentía nada.

"Aguanta, todo va a salir bien."

Nanoha…

Fate quería ver quien la salvaba, pero ya casi no podía escuchar nada y mientras se dejaba llevar por la oscuridad y sus últimos pensamientos fueron para la persona más importante de su vida. La que le dio sentido a tener un futuro y la que siempre llevaba en su corazón.

Nanoha, lo siento tanto.

Tenía que hacer esto. Perdóname, por favor.

Te amo.

Finalmente, Fate T. Harlaow se dejó llevar, abandonando este mundo y dejando todo en manos de la persona que había aparecido para pelear a quien debía matarla porque este era su fin, de eso, estaba segura.

"¡Mierda!" dijo la persona que había salvado a Fate. "No te mueras. ¡Este no es tu final!"

Y la lluvia siguió cayendo sobre ellos, como si cielo también estuviera llorando lagrimas frías por quien no debía marcharse todavía. La persona que había salvado a Fate no lo pensó, la tomo en su brazos y sin decir más, se la llevo del lugar para tratar de salvar su vida una vez más.

Porque no iba a dejarla marchar. No podía dejarla marchar, no por culpa de esa gente.