Las patrullas genocionas no eran capaces de detectar a los infiltrados, usando tanto las coberturas como las sombras para pasar inadvertidos. Cada paso que daban los adentraba más a un camino sin retorno. Cada pase les cerraba la posibilidad de escape. Pero ninguno iba a retroceder. No ese días. Sus hermanos dependían de ello.
Nine: - Ya deberíamos estar cerca. -
Roy: - Unos cuantos metros más y deberíamos llegar al objetivo. ¿Las cargas están listas? -
Clon: - Si, señor. No habrá forma posible que una pared resista tanta potencia. -
Roy: - Muy bien. Una vez ingresemos estaremos al descubierto. Aprovecha la confusión y buscad cobertura. Cubrirse la espalda los unos a los otros... Les prohíbo morir hoy... ¿Entendido? -
Clones: - Si, señor. -
Sin embargo, todos sabían que esas sería órdenes difíciles de cumplir. Pero no se acobardarían. No ahora que estaban tan cerca. Las cargas fueron colocadas. El temporalizador ya estaba en curso. Los clones y el padawan esperaban nervioso tras las rocas para cubrirse de la explosión. El momento, había llegado.
KABUM
La explosión sacudió gran parte de las instalaciones, alertando tanto a enemigos como aliados. El grupo de Roy ingresó a las instalaciones por el lado norte, a través del colosal agujero que ahora presentaba una de las paredes.
Roy al frente, blandiendo sus dos sables de luz con particular fiereza. Destruyendo cada droides y cegando la vida de cada genociano que estuviese demasiado cerca.
A sus espalda, lo seguían sin vacilar Nine y el resto de clones. Descargando toda su munición contra cuanto objetivo se cruzara por sus visores.
Este ataque sorpresa fue un duro golpe para las fuerzas genosianas, pues lo menos que se esperaban era una incursión desde la retaguardia. Cada clon presente luchó con una fiereza envidiable. Cada uno como un ejército de un solo hombre.
Loas blaster azules se entrecruzaban con las bolas de plasma y los blaster rojos. Las espadas de luz azul y malva danzaban como una mortal danza entre el polvo y la oscuridad. Gritos de agonía retumbaban en las cámaras, así como el peculiar del metal siendo cortado por la brutalizad del haz de luz concentrado.
CLon: - ¡TENIENTE! ¡CUIDADO! -
Roy alzó la cabeza, cegado por la constante lluvia de disparos enemigos y la oscuridad del lugar. Un genocionao se lanzó sobre el padawan desde las alturas. Incapaz de ser visto. Incapaz de ser detectado.
Roy ni siquiera tuvo tiempo para defenderse ante el enemigo que se le abalanzaba encima, cuando el disparo de un blaster aliado abatió a la amenaza mientras su portador se posaba a su lado. Todo sin dejar de disparar hacia el frente.
Clon: - ¿Se encuentra bien, teniente? -
Roy: - Eso creo. Le debo una sargento. -
Clon: - Ni lo mencione. -
Roy: - ¿Cual es su nombre, soldado? -
Clon: - Clon CT-9904. Pero me dicen Mayday, señor. -
Roy: - Pues le debo una, sargento Mayday Roy: - Pues le debo una, sargento Mayday. ¿Qué cree? ¿Seguimos avanzando? -
Mayday: - Voy detrás de usted, teniente. -
Y así, aprovechando el factor sorpresa, y el hecho que el grueso de las fuerzas genosianas se encontraban enfrentando al grupo de Tukk y el reto de la 194, Roy y los chicos lograron adentrase en los sistemas de túneles que conectaban con las instalaciones. Pero aún quedaba un largo camino por recorrer para llegar a su destino.
-0-
Mientras tanto, otra fuerza era tan ajena al estado de la batalla como Roy o el propio comandante Tukk.
Doss: - ¡CAPITÁN! -
Hammer: - Doss... ¿Dónde diablos estaba?
Doss: - Nuestra lanzadera tuvo que aterrizar lejos de la zona. ¿Qué está ocurriendo? ¿Dónde está el comandante? -
Hammer: - No hay tiempo para explicaciones teniente. Debemos avanzar hacia el este. Tukk está enfrentando a esos malditos insectos al sur de nuestra posición. Tenemos que llegar a ellos lo antes posible. -
Doss: - ¿Y Roy? -
Doss: - ¿Y Roy? -
Hammer: - Su lanzadera cayó en el cañón. No podemos hacer nada. Teniente... Necesito su ayuda en esto. -
Doss: - Cuente conmigo, capitán. -
Hammer: - Muy bien. ¡A TODAS LAS UNIDADES! ¡AVANZAD! -
La orden fue dada. Las carcaza blancas que aún eran capaces de levantarse con sus propios pies no dudaron en escuchar y obedecer. Miles de hombres listos para cargar de frente. No había dudas e sus ojos. Aún cuando si había miedo en sus tambaleantes manos. Pero no estaba allí para dudar. Estaban allí para hacer lo correcto.
Una enorme marea blanca salió desde la cobertura, aprovechando el descenso del fuego enemigo, aunque ignorantes de los estragos que el grupo de Tukk estaba causando tras las líneas enemigas. No esperaban ningún tipo de apoyo. Esperaban una oleada de blaster lloviendo sobre sus posiciones, y aún así, parecía que la suerte les sonreía por primera vez sobre las arenas de Geonosis.
Expertos e los golpes rápidos y precisos, Hammer dirigió a sus hombres al frente, auxiliado por el teniente Doss y el resto de oficiales bajo su cargo. Su grupo era el más grande, y su fuerza avanzó sobre las líneas enemigas, cayendo como un martillos sobre emplazamientos de artillería y nidos de ametralladoras. Que el sacrificio de los caídos no sea en vano.
La marea blanca flanqueó el campo de tiro principal, usando dunas, rocas, o cualquier cosa que el terreno les brindase como cobertura para avanzar y flanquear a los principales emplazamientos genosianos. Cañones pesados que los hubiesen abatido en cuestión de minutos, ahora no eran capaces de apuntar a las posiciones donde ellos estaban.
Hammer: - ¡NO OS DETENGÁIS! ¡AVANZAD! -
Finalmente, el momento había llegado. Los clones llegaron al pie de las cavernas y las entradas al intrincado sistema de túneles, que se adentraban en las profundidades de la tierra. La oscuridad misma fue invadida por un ejército de linternas y bláster que sobrevolaban el campo de batalla en ambas direcciones, mientras gritos, comandos y el retumbar de los disparos saturaban los oídos de todos.
Avanzar por los pasajes era un tormento. La oscuridad saturaba cada rincón, y las constantes fuentes de luz intermitentes saturaba los sensores ópticos y los ojos de los soldados. Aquellos que usaban las linternas estaban limitados al rango de visión que estas les proporcionaba. Aquellos que intentaron usar el visor inflarojo quedaron segados tan pronto los blásters pasaron por encima de su cabeza.
Callejones sin salidas. Emboscadas enemigas. Un sinfín de droides que y genosianos que no se rendían nunca. La pesadilla de todo soldado, y un trágico recuerdo para aquellos que pisaban las arenas de Geonosis por segunda vez.
Clon: - ¡ENEMIGO A LAS TRES EN PUNTO! -
Gritaba un clon mientras veía más enemigos acercarse. Un blaster salió disparado de su arma, pero fue reflejado impactando contra la pared por la potencia de una espada de luz.
Pablo: - ¡FUEGO ALIADO! -
Hammer: - ¡ALTO AL FUEGO! ¡ALTO AL FUEGO! -
Ambos grupos se había encontrado en el interior de una de las cavernas. Con todo el caos era imposible reconocer entre aliados o enemigos, y cualquier objetivo que saliese al frente era un potencial enemigo. Sobre todo cuando las comunicaciones estaban interrumpidas incluso estando a apenas unos metros de distancia.
El clon que abrió fuego de disculpó en más de una ocasión con el general, aunque este entendía que no era culpa suya del todo. Lo único que podía hacer era agradecer a la fuerza que era el maestro Jedi quien iba al frente, o abatir a uno de sus hermanos hubiese sido algo que no sería capaz de superar.
Hammer: - General, comandante. Que bueno verlos. -
Pablo: - Veo que las cosas están bastante complicadas por aquí. -
Hammer: - Avanzar es casi imposible. Esos insectos saben muy como aprovechar el terreno a su favor. -
Tukk: - Esos bastardos. Deberíamos reducirlo todo a cenizas. -
Pablo: - Mente fría, comandante. - Su voz se escuchaba como un llamado de atención. - No podemos arriesgarnos a hacer algo imprudente. No sabemos que puede haber allá abajo. -
Tukk: - Si arrasamos con todo desde órbita sería más efectivo. Este planeta estaría mejor si fuese purgado. -
La palabras del comandante eran bastante preocupantes. Su rencor era palpable en sus palabras, y para nadie pasó inadvertido. Tanto para sus hermanos que conocían su pasado, como para quien no.
Pablo: - Comandante, tome la retaguardia. Capitán, conmigo al frente. Debemos seguir avanzando. -
Para el Jedi no pasó inadvertida la furia y frustración del clon. Tenerlo al frente era muy peligroso, y Tukk no tardó en darse cuenta del porqué la decisión del general. Olvidarse de esa batalla le resultaba imposible... Y nadie podía culparlo por eso. Era un ser vivo después de todo.
Y no solo el pasado. El presente estaba causando estragos en la mente del clon. Miles de sus hermanos habían muerto sin que pudiese hacer nada más que honrar su sacrificio para que ellos estuviesen ahora en ese lugar. No podía dejarlos perecer en vano.
Doss: - Comandante. Las fuerzas están listas para continuar. -
Mencionó el teniente, el cual se quedó por órdenes de Hammer para apoyar la retaguardia. Aunque el verdadero objetivo era tratar de clamar a Tukk un poco mientras seguían a los suyos lejos del frente.
Tukk: - Entendido... A todas las unidades... En marcha. -
-o-
Mientras tanto, tras las líneas enemigas:
Nine: - ¡ENEMIGOS A LAS DOCE EN PUNTO! -
Roy: - ¡FUEGO A DISCRESIÓN! ¡VAMOS MUCHASCHOS! ¡NO PAREÍS DE AVANZAR! ¡SEGUIDME! -
Los pocos clones bajo el mando del padawan avanzaban frenéticamente por el interior de las instalaciones. La cantidad de enemigos a los que se enfrentaba era mucho menor, pues el grueso de las fuerzas separatistas estaba concentrado para enfrentar a la legión 194 desde el punto de aterrizaje. Así que su avance, aunque mucho más largo, era más progresivo.
Mayday: - ¡TENEMOS DISPAROS CRUZADOS AL FRENTE! -
Nine: - ¡SON DE LOS NUESTROS! -
Roy: - ¡NO OS DETENGÁIS! ¡BRINDADLES FUEGO DE COVERTURA! -
El pequeño grupo llegó a una cámara, donde los genosionos y varias docenas de droides B1 i B2 se enfrentaban a otras fuerzas de la República. Por la oscuridad y la cantidad de blaster sobrevolando la zona era imposible ver quienes eran, pero cualquier aliado en ese punto era más que bienvenido.
Roy guió a los suyos a través del campo de batalla, aprovechando el fuego cruzado sobre las fuerzas Separatistas para liquidar a los enemigos desde la retaguardia, quienes no pudieron resistir mucho a pesar de la superioridad numérica. Y cuando la calma se apoderó de ese sector por unos segundo, ambos grupos se encontraron.
Roy: - Soy el teniente Roy de la 194th legión. ¿Quienes son ustedes? -
Clon comando: - Comandante Boss del escuadrón Delta. -
Boss: - ¿Cómo fue que llegaron aquí? -
Boss: - ¿Cómo fue que llegaron aquí? -
Roy: - Nuestras lanzaderas fueron derribadas al norte. Nos abrimos paso hacia aquí por el sistema de cavernas. -
Boss: - Entendido. El resto de la 194 está luchando varios sectores al sur dentro de las instalaciones. El general Pablo está al mando. Si regresan por nuestro camino se unirán al resto. -
Roy: - ¿A donde se dirigen ustedes? -
Boss: - Debemos llegar a la sala de mando. Solo así podremos desactivar la interferencia de comunicaciones. Mientras tanto, nuestras fuerzas estarán a ciegas. -
Roy no lo pensó mucho. El padawan se dió la vuelta, y al ver que sus hombres aún tenían fuerzas para luchar tomó una decisión.
Roy: - Muy bien comandante. Vamos con usted. Confío en que mis chicos puedan continuar bajo el mando del general. -
Sev: - ¿Están seguros? No va a ser una experiencia agradable. -
Mayday: - No será peor que lo que pasamos para llegar a aquí. Podemos hacerlo. -
Boss: - Muy bien. No perdamos tiempo. En marcha. -
