Billy se escuchaba más animado al recibir la llamada de Charlie después de la improvisada búsqueda que, según él había tenido éxito. Cerré la libreta sobre la que hacía la tarea y me levanté de prisa cuando Sam estrelló la puerta de entrada, molesto.

— Esto no se había acordado. — dijo apuntando a mi padre.

— Tranquilízate. — me puse entre ellos, haciéndome el valiente.

— No te metas en esto, Jacob.

— Lo siento, tengo que... tengo que irme. — dijo Billy al teléfono — Sam, toma un poco de aire y...

— ¡No me pidas que me calme! No cuando se trata de Emily.

El ambiente se puso aún más tenso. Ambos nos quedamos callados, sentí un escalofrío al sentir angustia y desesperación, a lo lejos, como si pudiera sentir a kilómetros de distancia lo que Sam estaba transmitiendo, lo que su cuerpo emanaba.

— Sam, tienes que pensar con la cabeza fría.

— ¡¿Qué no me estás escuchando?! Emily no está por ningún lado. — dijo Sam a lo lejos, gritando alterado. — Él se la llevó gracias tu maldito plan de ser los héroes, Billy.

Por si fuera poco, el resto de la pequeña pandilla de Sam llegó: Paul y Jared, ambos luciendo como polos opuestos. Mientras que Paul, ese maldito que no dejaba de perseguir a mi hermana y creía tener un derecho sobre los demás y Jared, quien lucía incómodo por la escena que estaba haciendo su compañero.

— Es suficiente, ese pálido está muerto.

Mientras Sam continuaba con sus aspavientos, Paul pasó directo al teléfono al lado de Billy y lo colgó como era debido. La preocupación en Billy fue inmediata: ¿Charlie había escuchado algo de esto? La cabeza me comenzaba a doler, sintiendo una mezcla confusa de emociones me limité a callar a Sam.

— Espero tu puedas cuidar de ella entonces. — se limitó a decir, desbordando su rabia.

No comprendí a que se refería hasta que estrelló su mano sobre mi pecho dejándome sin aire, y con un papel arrugado extendido.

Aléjate de ella.

Le pasé la hoja a Billy aún en trance, las imágenes de Bella vinieron a mi mente, una oleada de calor me impactó. Tomé la silla más cercana para apoyarme. Jared me miraba cauteloso, conectó mirada con Paul, ninguno dijo nada.

— ¿Dónde encontraste esto? — preguntó Billy.

La mandíbula de Sam se tensó, pero aun así nos contó intentando no quebrarse más de lo que ya comenzaba a estarlo.

Sam estaba con sus amigos, los mismos de siempre: Paul y Jared. Platicando sentados a la orilla de la Playa, en la Push. Paul jugueteaba con un balón de fútbol, mientras que Jared, el más nuevo, le comentaba algunas de sus dudas y preocupaciones sobre todo lo que giraba en torno a la transformación.

Tienes suerte de que él te tenga paciencia — murmuró Paul — porque yo no.

Jared lo ignoró.

Ignóralo, yo a veces lo hago. — respondió Sam, sintió la risa de su compañero por la conexión, éste se fue siguiendo la pelota. — Continua.

¿No te vuelve loco que tengamos que escucharlo hasta cuando piensa en Rachel?

Ambos sintieron el cambio de humor del moreno impaciente. Advirtiéndolos que fueran con cuidado con esa conversación o no se haría responsable de como actuaría.

No tienes idea. — Sam negó. — Pero, antes de él estaba yo solo. Y sentí que me volvería loco si no estaba alguien más. — Jared asintió comprensivo. — Para mi mala suerte, llegó Paul.

Jared veía como una gran figura a Sam, su instructor y mentor de confianza en todo este camino tan extraño.

Después de un rato ambos se extrañaron de no escuchar a Paul, ni física como mentalmente. No había palabras, pero Sam lo sintió, como él estaba intentando bloquear algo para que él no escuchara o sintiera, pero por más que lo intentara, aún no lograba dominarlo.

Jared pareció sentir la tensión de Sam, estado de alerta.

Ambos comenzaron a buscarlo.

¡Espero que no sea una de tus bromas! — gritó Sam acelerando el paso.

Y lo encontraron, si Sam pudiera haber descrito la preocupación siendo una persona, lo era Paul en ese momento.

Sam... — Paul tomó aire.

Solo entonces notó a un par de personas que estaban detrás de su compañero. Y entonces, Paul soltó todo lo que había estado ocultando por fragmentos: Emily, accidente, heridos, desaparecida.

El mundo se le venía abajo.

¿Qué? ¿Dónde? ¿Por qué? — Volteó desorientado de un lado a otro.

Ambos, Jared y Paul sintieron la ola de emociones por las que pasaba su alfa.

¡¿Qué esperan?! — gritó finalmente, liberando una pequeña parte, asustando a los jóvenes. — Díganme donde está.

Llegaron a la escena, los jóvenes habían sido enviados por las amigas de Emily, quienes viajaban con ella. Hoy era su "día libre", como ella lo llamaba. En la que Sam la dejaba salir con sus amigas, en ocasiones iban al cine, de compras, visitaban nuevos lugares. "Cosas de chicas", como el impaciente del grupo lo llamaba, asqueado, en ocasiones se llevaban a Rachel entre ellas. Paul agradeció que esa vez no las acompañó.

El carro estaba volteado, era perdida total.

Sam comenzó a contar cabezas, todas estaban, menos ella. Leah, prima de Emily y exnovia de él estaba también allí, sobándose la cabeza, dolorida.

Leah. — La llamó — ¿Dónde? ¿Dónde está?

Cuando desperté, ella ya no estaba. — murmuró, tratando de hacerse la fuerte. — Los mandé llamar con ellos, nos ayudaron a salir.

Fue de la nada. — siguió una de ellas a nada de llorar, Nora. — Veníamos de regreso, tranquilas, cuando algo nos golpeó, salimos de la carretera, dimos vueltas y... — guardó silencio. — No recuerdo nada más.

Ella manejaba. — terminó Leah. Se acercó a Sam.

Mientras él intentaba conectar los puntos, Paul lo llamó desde el otro extremo, cerca del carro.

Deberías ver esto.

Al acercarse, le extendió un papel arrugado.

Lo escondieron en el asiento del conductor.

Tomó el papel, leyendo el mensaje:

Aléjate de ella.

Los tres se vieron, ambos sabían a quien se refería. Sam apretó el papel y se dirigió hacia la casa de los Black, dejando a Paul y a Jared en la escena.

La atención de todos estaba sobre Sam, asimilando lo que se vendría, lo que se había provocado, no había vuelta atrás.

— Llama a todos en la reserva para buscarla. — me dijo Billy, Jared se relajó solo un poco.

La tensión que se sentía era indescriptible, sentía la ira correr por mis venas. Sentí un baldazo de agua helada caer por mi cuerpo, sabía a quien se refería el mensaje. Recordaba a Bella sentaba cubierta en la suciedad del fango, con la vista a la nada, en una especie de trance hasta que alguien la llamó. Yo me encontraba con Jared y Embry buscando en el mismo lugar en que se encontró el cuerpo alguna otra señal, o víctima. Volteé a verla al mismo tiempo que Sam, viendo al guardaespaldas que Charlie le había asignado acercándose y ella con una expresión horrizada, como si lográramos entendernos Sam corrió hacia ella, interponiéndose entre ambos.

Intercambiaron un par de palabras que no logré escuchar, pero Sam seguía a la defensiva, ocultando a Bella detrás de él, como una barrera. Para finalmente traerla hacia nosotros, él rubio solo le sostuvo la mirada, tensando la mandíbula. Para cuando Charlie llegó, él mantuvo su distancia, volviendo a su papel de policía bueno.

El mensaje era sobre Bella:

Aléjate de Bella.

— Llama a los Cullen. — Fue la última orden que dio Billy.