DISCLAIMER: Los personajes pertenecen a Stephenie Meyer pero todo lo demás es mío.
AVISO: Es una historia muy sexual, sobre todo en los primeros capítulos.
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Al día siguiente David nos despertó más temprano de lo habitual para saber si nos uníamos a su plan. Había alquilado un barco junto a algún amigo para ir a Formentera.
-¿Qué es Formentera?- le pregunto.
-Es una isla pequeñita que hay aquí al lado, más bonita si cabe que Ibiza- me explica.
-Podemos ir otro día si quieres- me propone Edward con pocas ganas de levantarse temprano.
-¿Y por qué no hoy?
Nos miramos librando una batalla entre los dos.
-Vale, vale, iremos a Formentera- dice girándose en la cama para salir de ella.
Estoy muy emocionada por el viaje desde que me levanto de la cama y creo que Edward lo nota, por eso se ríe cada vez que me mira.
Vamos en diferentes coches hasta el puerto. Una vez allí caminamos por las pasarelas rodeados de barcos de todo tipo hasta que David se para a hablar con un hombre de unos 30 años. Por la conversación creo que es el capitán del barco.
-Este es nuestro para hoy- dice refiriéndose al barco- y este es Mario, el patrón- nos presenta.
-Podéis ir subiendo a bordo- nos invita.
Edward y yo subimos mientras David se queda esperando a los demás invitados.
Es un barco enorme, calculo que tiene unos 30 metros de eslora, con un diseño moderno y elegante donde prevalecen los colores beige.
En la parte de arriba tiene una zona con sillones en forma de U, una tumbona donde caben unas cuatro personas en la popa y otra tumbona en la proa.
-Es super lujoso- le comento a Edward apreciando los detalles de la zona de sillones.
-Es muy del estilo de David.
No puedo responderle porque en seguida llega un grupo de mujeres algo más mayores que yo vestidas únicamente con traje de baño. No hablan inglés ni francés así que no las entiendo.
Detrás de ellas entran dos hombres que tampoco conozco.
-¡Mira quién ha vuelto a la isla!- expresa uno de ellos levantando los brazos en alto.
-¡Hostia Robbert!- grita Edward en el mismo tono antes de fundirse en un abrazo.
Se saludan riendo y dándose palmadas en la espalda, típico de los hombres.
-Te veo mejor, te han sentado bien las vacaciones- le dice Edward.
-No te rías pero desde que me bajé de los escenarios hasta tengo más pelo- cometa pasándose una mano por la cabeza antes de volver a reír ambos.
Cuando acaban las carcajadas Robbert me mira y seguidamente vuelve la mirada hacia Edward.
-Ella es Bella, viene conmigo. Bella este es Robbert, bueno Hardwell para los fans.
Me suena el nombre pero no sé si alguna vez he escuchado algo suyo.
Nos presentamos con un apretón de manos y luego la conversación vuelve a centrarse en ellos dos.
-Me han dicho que tú también has cogido vacaciones este verano- le comenta Robbert.
Yo frunzo el ceño. Edward no está de vacaciones.
-O bajaba el ritmo o me perdía a mí mismo- dice serio.
-Está bien tomarse vacaciones eh, no te sientas mal.
Me siento muy curiosa por descubrir los detalles de lo que hablan pero en ese momento llega David invitándonos a ir a la zona de proa porque el barco está saliendo del puerto.
En cuanto salimos a mar abierto veo muchísimas embarcaciones que van en nuestra misma dirección, desde veleros hasta catamaranes o lanchas a motor.
Me paso el viaje en la cubierta de la proa junto a las mujeres de antes que están tomando el sol. Edward está en la zona de los sillones junto al resto de los chicos bebiendo cerveza.
-Ey tú, puedes venirte- me dice una chica con un marcado acento.
Me acerco hasta la tumbona.
-Hola, soy Bella- saludo de pie.
-Hola, ellas son Irina y Nadya y yo soy Tanya.
Saludo de nuevo a las tres y Tanya me indica que las otras dos no saben hablar inglés.
-¿De dónde sois?
-Rusia-
Una de ellas me hace gestos con la mano que no logro entender.
-Dice que te tumbes aquí pero que te quites el vestido para tomar el sol.
Sonrío y hago lo que me dice.
Me tumbo a su lado haciendo contraste con ellas. Para empezar ellas son rubias y yo morena, sus cuerpos son de modelo y el mío aunque no está mal no alcanza el metro ochenta como el suyo. Por último sus bikinis son muy reveladores, el mío es sexy pero austero.
Si me muevo no se me saldrá ningún pezón, al contrario que a ellas.
El viaje no dura más de media hora.
Paramos lejos de la costa junto a otros barcos y el capitán nos dice que vamos a estar aquí un rato para podernos bañar.
Las rusas no pierden el tiempo lanzándose al mar y yo por el contrario valoro la altura que hay entre la barandilla y el agua.
-No pasa nada- me anima David a mi lado.
Él se ha quitado la camiseta de manga corta y está solo en un bañador con estampado azul.
-Venga ven- dice pasando al otro lado de la barandilla.
-Me voy a fiar de ti- le comento a la vez que paso también al otro lado.
Saltamos a la vez y la adrenalina se apodera de todo mi cuerpo mientras estoy en el aire.
Cuando emerjo a la superficie me río por la sensación y me sorprendo por lo caliente que está el agua.
Nado junto a Irina hasta una de las boyas que están más cerca de la costa y contemplo el paisaje desde ahí. Se aprecia una gran extensión de arena blanca y pinos rodeada por aguas cristalinas.
Si en Ibiza el agua ya es azul aquí es más intenso si cabe. De color turquesa, casi parece sacado de una de esas imágenes que hay en internet de Bora Bora o algún lugar del caribe. Pero no, es España.
Irina hace un comentario señalando la costa pero no la entiendo así que asiento y sonrío.
De vuelta a las aguas que rodean el barco veo que Edward también se ha animado a tirarse y nada hacia mí.
-He visto una sirena por aquí- dice antes de rozarme los labios-
-Esto es precioso e increíble.
-Es hasta difícil de creer el estar en un lugar así, ¿verdad?
Asiento estando de acuerdo.
Volvemos al barco para avanzar un poco hacia la costa y llegar hasta la isla en lancha.
Una vez allí nos separamos en grupos pequeños y paseamos por la costa.
-Esto es la playa Ses Illetes- me indica Edward.
Es la playa que veía desde el barco, con arena blanca y agua color turquesa brillante.
-¿Aquí vive gente?
-Sí, no muchos habitantes pero sí algunos.
-Sabes muchas cosas de la isla- le digo haciendo una apreciación.
-He buscado algo en google- responde haciéndome reír.
-O sea que no es porque has venido muchas veces-
-Sí he venido pero no muchas veces.
Nos bañamos juntos en la playa de agua turquesa.
Aquí nadie nos conoce así que no reparo en abrazarle la cintura con mis piernas y besarle.
Edward me aprieta contra él metiendo una mano por la braga de mi bikini y cubriendo mi nalga con su palma.
-No podemos hacerlo aquí- me dice.
-No pensaba hacerlo- respondo mientras sigo besándole.
-Me estás poniendo cachondo- me dice empujando su pelvis contra la mía.
Me río a la vez que me separo de él para nadar mar adentro.
Cuando me canso de nadar salgo a la toalla donde Edward me está esperando.
-Aguanta hasta que lleguemos a casa- le prometo tocándole la rodilla y mirando su pene cubierto por el bañador.
-Te vas a arrepentir- me promete.
-Me gusta como suena eso- le guiño un ojo.
Nos volvemos a juntar con los demás para comer en el restaurante Es Moli de Sal. Es un restaurante que contrasta con el exterior porque pese a los techos con vigas de madera y bambú chino, el resto era muy sobrio y elegante con colores neutros.
David al parecer tenía una mesa reservada para todos.
De comer pedimos paella pero para picar pedimos jamón y boquerones en tempura. La paella estaba espectacular de buena, agradecí el que hubieran pedido una paellera para cada dos personas.
Yo pasé del postre y en su lugar me pedí un café con hielo cuando salimos a la terraza del bar después de comer.
La terraza estaba a pie de playa. Había sofás extra largos con almohadas y palés a modo de mesas.
Nuevamente la conversación se diversificó entre pequeños grupos y en este caso hablé con Robbert.
Me contó que era de los Países Bajos y que al igual que Edward era Dj.
Se entretuvo contándome hazañas de los dos en los escenarios, algunas bastante graciosas.
Cerca de las cuatro de la tarde decidieron ir a alquilar unas motos para recorrer la isla. Elegimos entre todos unas vespas clásicas de diferentes colores.
Con ella recorrimos los cerca de 20 kilómetros de largo que tiene la isla descubriendo playas y calas de ensueño.
Nos hicimos muchísimas fotos: en grupo, en parejas, en solitario, etc.
Sobre las ocho de la tarde volvimos al barco para emprender el camino de vuelta hasta Ibiza.
Nuevamente me situé en el pico de la proa, apoyada en la barandilla mirando como el sol descendía poco a poco.
Todo estaba bañado por una luz anaranjada y nunca antes comprendí mejor el concepto de Golden hour que tanto tirón tiene en Instagram.
Estaba perdida en el paisaje cuando noté a Edward abrazándome desde atrás. Cruzó sus brazos sobre mi abdomen y en respuesta yo puse mis manos sobre las suyas.
No dijimos nada hasta que empezamos a ver la costa Ibicenca a lo lejos.
-Gracias por el día de hoy- le digo sin girar a mirarme.
-¿Gracias por qué?
-Porque si no me hubieras animado a volver a Ibiza contigo jamás hubiera conocido la isla de Formentera. Y gracias también por hacer todo especial.
-Realmente eres tú la que lo hace especial, ¿lo sabes no? Contigo aprecio mucho más todo, la comida, el paisaje, la compañía…
-Yo lo hago especial para ti y tú lo haces especial para mí- resumo.
Beso su cuello sin girarme a penas y volvemos a sumirnos en un silencio placentero únicamente roto por la brisa del mar golpeándonos y el barco surcando las olas.
Volvemos a casa por un camino diferente al que hemos venido, es una carretera de un carril para cada dirección que bordea la costa.
Tenemos la capota del coche bajada así que el aire revuelve mi pelo y mi vestido.
Solo se oye la música que sale por los altavoces. Es una voz masculina suave que repite una y otra vez la frase you've got to show me love (en la lista de Spotify).
Al llegar a casa nos encontramos con Tim saliendo de la misma.
-¿Qué tal por Formentera?- nos pregunta.
-Maravilloso- responde Edward sonriendo.
-Gracias por avisarme eh, tú eres un amigo- le dice fingiendo enfado.
-Fue idea de David y cuando salimos al puerto aun no habías vuelto a casa.
-Ya, me quede en el hotel de una chica- nos cuenta subiendo y bajando las cejas.
Edward se ríe.
-¿Una alemana?
-Española- dice orgulloso.
-Si te has pasado toda la mañana follando entonces no te quejes por no haber ido a Formentera.
Me río ante el comentario de Edward.
-No me he pasado toda la mañana follando- dice ofendido- También parte de la tarde.
Todos nos reímos a carcajadas tras su comentario.
-Estoy agotado, hoy hago el set y me vengo a dormir. Jurado- promete besándose la yema de dos dedos y elevándolos hasta el cielo al mismo tiempo que eleva también su mirada.
Tras la despedida Edward y yo caminamos hasta el borde de la piscina. Nos sentamos en las hamacas viendo como el sol está a punto de ocultarse tras el mar.
-¿Quieres salir hoy?- me pregunta.
Estoy bastante cansada entre la fiesta de anoche y todo el día en Formentera.
-¿Tú?- me giro a mirarle.
-Yo he preguntado primero- responde riendo.
-No, no me apetece salir. Podemos quedarnos aquí si quieres.
-Sí, me apetece estar en casa, hacer un plan normal- sonríe.
-¿Qué es un plan normal?
-Cenar, ver la tele en el sofá, dormir… Un plan casero.
-¿Lo echas de menos?
Asiente con la cabeza volviendo a mirar la puesta de sol.
-¿Por qué ha dicho Robbert que estabas de vacaciones cuando estás trabajando?
-No se te escapa una- apunta divertido tocándome la nariz con su dedo índice- este verano decidí tomármelo con calma. Vivir permanentemente en Ibiza y hacer sets únicamente aquí o cerca de aquí. Cancelé todos mis shows de junio a septiembre que no cumplieran esas características.
-¿Cuántos shows cancelaste?- pregunto curiosa.
-No estoy seguro porque esos temas los lleva Garret pero unos 80.
Abro la boca alucinada.
-Pero eso son muchas actuaciones, más actuaciones que días- digo haciendo cálculos.
Edward se ríe y se gira para mirarme de frente.
-Hacer un set por día es algo muy extraño. Normalmente pincho en un sitio, acabo y cojo un avión para pinchar en otro y así sucesivamente. He estado meses viviendo en un avión.
-Es inhumano-
-Es el precio del éxito. Dj Üll no puede ser dj Üll si no produce temas nuevos y si no acude a festivales de renombre porque gracias a eso otros artistas me conocen y quieren trabajar conmigo.
-¿Compensa?
-A nivel profesional totalmente, a nivel personal no. Es complicado intentar quedar con mis amigos que no son djs cuando no paso ni un día entero en la misma ciudad.
-¿Por qué tomaste la decisión de bajar el ritmo?
-Porque me estaba pasando. Estaba abusando del alcohol, de las drogas y de todo tipo de sustancias que me permitieran seguir actuando, viajando y viviendo a cámara rápida.
Mi cara se descompuso cuando dijo que había consumido drogas.
Nunca le he visto consumir drogas desde que le conozco y tampoco mucho alcohol.
Suelo tener una política muy restrictiva con las personas que consumen drogas del tipo que sea. No me gustan, siento que se están perdiendo a sí mismas y que solo traen problemas. Sin embargo llevo conviviendo semanas en la casa de alguien que se droga y no está aflorando en mí el sentimiento de rechazo habitual.
-En marzo estaba en Miami en el Utra Music Festival ante decenas de miles de personas cuando me caí redondo al suelo. No recuerdo nada de ese momento aunque hay cientos de vídeos en youtube. Cuando me trasladaron al hospital inconsciente y me hicieron análisis de sangre vieron que me había desmayado por deshidratación. Llevaba días sin ingerir agua, alcohol sí claro pero precisamente eso fomenta la deshidratación. Yo no quería parar pero los miembros de mi equipo incluido Garret me obligaron a cancelar todos los shows de la semana siguiente. Cuando estuve en mi casa de Los Ángeles con un ritmo de vida normal, comiendo sano y durmiendo en mi cama me di cuenta de que tenía que cambiar algo. Así que me costó mucho dinero pero cancelamos todos los sets de este verano menos los de Ibiza y Tomorrowland.
-Vaya- digo sorprendida.
-Mi mundo no es fácil. Tienes éxito pero pagas por él sacrificando tu vida personal, tu salud y tu felicidad.
-Nunca pensé que los djs tuvierais un ritmo tan frenético- confieso.
-Yo cuando empecé en esto tampoco. Al principio era solo los fines de semana, luego algún día entre semana, después todos los días y una vez que empecé a asistir a grandes festivales el ritmo se incrementó un doscientos por cien.
-¿Qué vas a hacer cuando acabe el verano?
-Tengo agendados eventos desde enero así que cumpliré con ellos, son unas veinte actuaciones más las que salgan aquí en Ibiza por el cierre de las discotecas. Pero no quiero pensar en ello ahora.
-De acuerdo- sonrío- ¿qué quieres cenar?- pregunto para cambiar de tema.
-Podemos pedir algo.
-O podemos cocinar algo- propongo.
-Me gusta el plan- dice poniéndose en pie.
Reviso los ingredientes de los que disponemos en el frigorífico y en la despensa que está en la cocina. Hay carne envasada, especias, legumbres... una cocina muy bien surtida teniendo en cuenta lo poco que cocinan aquí.
Cuando le pregunto a Edward al respecto, este me responde que la villa tiene contratadas a un par de personas que se encargan de la limpieza de la casa y de mantener la nevera llena.
-¿Y cuándo vienen? Porque yo nunca los he visto.
-Pues no sé decirte, yo alguna mañana si los he visto pero vienen muy temprano.
Me apetece comida asiática pero no tenemos ganas de preparar sushi así que convenzo a Edward de cocinar pollo al curry con arroz salvaje.
Disfruto mucho mientras preparamos la cena. Edward es nulo en la cocina y aunque yo no soy una gran cocinera al menos sé cocer arroz.
Entre risas y preguntas sobre cómo se hace tal cosa o la otra terminamos la receta.
Nos sentamos a cenar en el salón interior en cuyos sofás nunca he estado.
Edward pone la mesa, el vino y enciende la tele
Comemos viendo una serie española con subtítulos en inglés mientras estamos sentados en el suelo.
Este es el momento más cercano que he compartido con Edward desde que nos conocimos. Estoy viendo su lado más casero, más real y me gusta. Me gusta mucho más de lo que debería.
-A dormir- dice poniéndose en pie cuando la serie se acaba.
La pequeña mesa de café que está frente a nosotros está repleta de copas de vino vacías, platos sucios y servilletas manchadas.
-No me apetece dormir aun- le digo cuando terminamos de fregar los platos.
-¿Qué quieres hacer?
-Podemos darnos un baño- propongo señalando la piscina.
-Podemos- dice dejando el trapo con el que ha estado secando los platos en la encimera.
Igual que la otra vez me carga sobre su hombro y corre hasta la piscina donde nos sumerge de un salto.
-¡Edward no!- grito cuando salgo a la superficie- no me ha dado tiempo ni a quitarme el vestido- me quejo.
Él se ríe y se quita su camiseta con dificultad por estar mojada y pegada como una segunda piel a su cuerpo.
Yo le imito pero tengo más dificultad al tratarse de un vestido largo. Me ayuda sacándole por encima de mi cabeza e inesperadamente desabrocha también el lazo del bikini que tengo al cuello.
-¿Sin avisar?- pregunto fingiendo estar ofendida.
Su única respuesta fue desatar también el lazo del bikini que tengo a la espalda y dejando mis tetas expuestas.
-Me estorba- dice mientras se sumerge para quitarse también su bañador.
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Primero que nada dar las gracias por los reviews, favoritos y follows que habéis dejado en la historia en el capítulo anterior. Segundo pedir perdón por no mandar los adelantos pero ya os dije que mi tiempo es muy muy limitado aunque para el siguiente capítulo los mandaré.
Hoy nuestros chicos han estado en Formentera que es preciosa, podéis ver fotos de la isla en el grupo de Facebook así como también ver el restaurante y los platos que comieron allí porque os recuerdo que todos los lugares que aparecen en la historia son reales.
¿Qué os parece como va la relación entre Edward y Bella?
¿Esperabais que Edward estuviera de ''vacaciones'' y sus motivos? Vi el documental de Avicci (nuestro Tim en la historia) y tuve que plasmar en la trama la presión que sienten los djs al encadenar actuaciones.
Espero leer vuestras respuestas y conclusiones sobre el capítulo en los reviews y como ya sabéis review es igual a adelanto.
Para vivir al 100% la experiencia no sirve solo con leer la historia. Hay que:
-Pasarse por mi grupo de Facebook, encontraréis el LINK en mi perfil de fanfiction. Ahí subo las fotos de cada capítulo, noticias, cosas que me inspiran a escribir…
-Escuchar la playlist de la historia creada por mí en Spotify, el LINK está en el grupo de Facebook.
Besitos y espero leeros pronto
