Igual que la otra vez me carga sobre su hombro y corre hasta la piscina donde nos sumerge de un salto.

-¡Edward no!- grito cuando salgo a la superficie de nuevo- no me ha dado tiempo ni a quitarme el vestido- me quejo.

Él se ríe y se quita su camiseta con dificultad por estar mojada y pegada como una segunda piel a su cuerpo.

Yo le imito pero tengo más dificultad al tratarse de un vestido largo. Me ayuda sacándolo por encima de mi cabeza y sin avisar desabrocha también el lazo del bikini que tengo al cuello.

-¿Sin avisar?- pregunto fingiendo estar ofendida.

Su única respuesta fue desatar también el lazo del bikini que tengo a la espalda dejando mis tetas expuestas.

-Me estorba- dice mientras se sumerge para quitarse también su bañador.

Ahora está totalmente desnudo.

Miro su pene que ya está semi erecto en el agua y contraigo mi vagina en señal de deseo.

La braga de mi bikini me la quito yo sola desatando los lazos que hay a cada lado de la cadera.

Inmediatamente le rodeo con mis piernas como esta tarde en la playa.

Nos besamos chocando nuestras lenguas y compartiendo el calor de nuestros cuerpos que contrasta con el frescor del agua.

Rompe el beso para introducirse un pezón en la boca y succionarle.

-Ah- gimo echando la cabeza hacia atrás.

Nos movemos hacia un lateral sin que Edward deje de jugar con mi pezón en su boca.

Chocamos contra las escaleras y veo que su intención es recostarme sobre ellas para ponerse sobre mí. Me despego lo justo de su cuerpo para sentarme sobre uno de los escalones. En este momento el agua me llega por debajo del pecho.

Abro las piernas para que se acomode entre ellas y así lo hace.

Para lo que no estoy preparada es para que se introduzca en mí sin avisar y sin preliminares.

-Au- gimo de dolor apartándole de mí con la mano.

-¿Te he hecho daño?- pregunta preocupado

Asiento poniendo una mano sobre mi vulva. No va a calmar el escozor pero al menos sí tiene cierto efecto placebo.

-Lo siento- dice besándome.

-No estaba lista aun y el agua no ayuda en la lubricación.

-Perdón- repite besándome el cuello.

Nos besamos tranquilamente durante un minuto o dos, tiempo suficiente para que el ardor de mi vagina se esfume.

-Podemos dejarlo- propone.

-No, estoy bien- sonrío.

Le beso con más pasión que antes y cuando el deseo vuelve a adueñarse de mí me subo encima de su regazo.

Edward está sentado en un escalón de la piscina.

Toco su polla con mi mano, acariciándole con suavidad sin dejar de besarle.

-Ven- dice obligándome a ponerme en pie.

Me dejó guiar por sus intenciones aunque no comprendo muy bien que quiere.

Bajo dos escalones más quedando el agua por mitad de mis muslos.

Me pasa una mano por detrás de mi cintura para acercarme un poco hasta donde está su cara a la vez que él se yergue un poco hasta que su boca está cerca de mi sexo.

Al principio solo da toques suaves sobre mi clítoris con la puta de la lengua pero en seguida abarca todo mi coño en su boca.

Su lengua acaricia mis labios e incluso la introduce en mi cavidad.

-Méteme un dedo- le susurro mientras acaricio su pelo con su mano.

Inmediatamente introduce su dedo anular en mí mientras sigue jugando con su lengua.

Edward conoce mi vagina mejor que la palma de su mano así que sabe que me gusta mucho más que mueva su dedo de arriba abajo en mi interior a que lo meta y lo saque.

-Joder- grito cuando me siento cerca de mi orgasmo.

Sin más dilación me corro en su boca, mi cadera se mueve como si tuviera vida propia y agarro su cabeza con mis manos con demasiada presión pero no me importa.

Edward no para de mover su lengua y su dedo en ningún momento lo que alarga mi orgasmo.

-Sí, sí, sí- continuo- no pares- gimo.

Antes de que mi orgasmo acabe del todo me separo de él para sentarme sobre su pene.

Esta vez la meto de una asentada y no me duele en absoluto, todo lo contrario.

-Puf, si pudieras sentirte como yo te siento ahora- dice comenzando a moverse.

Los gemidos de Edward que tanto me ponen no se hacen esperar así como se incrementan los movimientos de mi cadera.

-Me voy a correr muy rápido- me avisa.

-Tú sigue-

-¿Me dejas?- pregunta parando un momento y enseñándome su dedo índice.

-Lo que quieras pero no pares- respondo reanudando el movimiento sin pensar en lo que me pregunta.

En seguida noto su dedo abriéndose paso en mi culo.

-¿Se siente bien?-

Asiento con los ojos cerrados y acariciándome las tetas.

Me siento invadida pero en el buen sentido. Su dedo hace que la presión de toda la zona aumente lo que significa que mi vagina se estrecha aún más contra su polla y el roce en mi punto G se intensifique.

Edward no avisa cuando se corre pero lo veo.

Gruñe y echa la cabeza para atrás tensando todo su cuerpo.

Yo sonrío y sigo moviéndome sobre él, mi orgasmo está cerca. Solo necesito inclinarme un poco más sobre él para rozar mi clítoris contra su pelvis y vuelvo a correrme.

-Joder, dios, joder- digo perdida en el placer.

Cuando las sensaciones se normalizan un poco me acuesto sobre el pecho de Edward donde su respiración aun es agitada.

Todavía tengo su polla y su dedo en mi interior. No tengo prisa por sacarlos.

-Me muero de ganas de follarte el culo- me susurra.

Sus palabras lejos de asustarme me hacen contraerme de placer nuevamente.

-Con lo de hoy me has hecho cambiar de opinión seguro- le digo besándole.

-¿Si?- pregunta emocionado.

-Tal vez.

-Será placentero, muy placentero- me promete.

No estoy convencida al cien por cien pero si cada vez que me ha introducido el dedo analmente me he corrido de una forma brutal, ¿por qué no intentarlo?

.

A la mañana siguiente, fiel a su costumbre, la mesa del desayuno está llena de gente y no conozco a todos. Algunos de los hombres que hay no viven aquí.

-Estamos viendo logos para el merchandising- me explica Edward cuando me siento a su lado.

Tiene varios folios esparcidos por la mesa con su nombre y diferentes dibujos.

-A mí me gusta este- dice uno de los chicos señalando una hoja con el nombre de dj Üll metido en un recuadro.

-Ese es como el de Armin- le dice Edward descartándole y poniendo la hoja boca abajo.

-Pues este- insiste señalando uno con letras escritas como un graffiti.

Edward tuerce el gesto no estando de acuerdo.

-Ninguno me entusiasma- confiesa.

-Hay casi 20, no has visto ni la mitad.

-Pero si alguno me llamara la atención lo habría hecho ya. Cuando yo creo un tema nuevo, lo primero que tengo claro son los acordes del estribillo y aquí no veo nada en claro.

Yo echo un vistazo a los logos y es cierto que ninguno es llamativo y original.

-¿Dónde queréis usarlo?- pregunto.

-En camisetas, gorras y carteles de festivales. Es algo que me va a definir- me explica Edward.

-Entonces debe ser algo que tenga potencia. Que la gente vea el cartel del festival y aunque tú no lo encabeces, la vista vaya hacía tu nombre porque atrae.

-Gracias por el consejo pero el diseñador gráfico soy yo- me dice el chico algo molesto.

-Tan solo aportaba una opinión- le aclaro sin retractarme.

-La verdad es que Bella ha dado en el clavo- me apoya Tim.

-Estoy de acuerdo- dice Edward- toma, revísalos y tráeme algo mañana- le dice dándole los folios.

Mientras termino de desayunar no paran de venirme logos a la mente.

-¿Puedo?- pregunto entrando en la habitación en la que Tim y Edward tienen montado su estudio.

Hay una mesa con dos pantallas de ordenador, un mezclador enorme con decenas de botones giratorios, altavoces de grandes dimensiones y un teclado.

-Claro- me dice Edward quitándose los cascos- ¿qué ocurre?

-No puedo evitar imaginarme un logo para ti- confieso sentándome a su lado- ¿tienes un papel y un boli?

-Un ipad tendrá que valerte- dice alcanzándome una pantalla mediana.

-He pensado en algo así- digo dibujándolo con mis dedos.

Lo primero que he hecho ha sido eliminar la D y la J de DJ porque me parecen innecesarias. Luego he girado la última L de Üll alargándola hasta fusionarla con la U. Los dos puntitos sobre la Ü los he sustituido por dos rayas finitas.

-Es un primer boceto así que seguro que hay cosas que se pueden mejorar.

Edward mira la pantalla fijamente y luego a mí.

-Me gusta, me encanta- expresa sonriente.

Nos besamos contentos mientras volvemos a mirar la pantalla del ipad.

-¡Tim!- grita llamándole.

Este aparece por la puerta a los pocos segundos.

-¿Qué te parece?- dice mostrándole el ipad.

-Mola, tiene personalidad, el detalle de la L al revés es genial. Tu diseñador trabaja rápido-

-Lo ha hecho Bella- le indica señalándome.

-¿En serio?- pregunta Tim sorprendido.

-Sí, me han venido algunas ideas.

-¿Eres diseñadora o algo así?

-No, estudié publicidad y marketing así que algo sé.

-Voy a llamar a Harry para que no diseñe nada más- dice Edward cogiendo su teléfono.

-Va a ponerse como un basilisco, no comprende que otra persona que no sea él haga mejor su trabajo- le avisa Tim.

Edward le llama por teléfono y aunque no tiene el manos libres, Tim y yo oímos perfectamente su tono molesto.

-Voy a pasárselo a Garret a ver qué opina y si le parece bien os ponéis a negociar.

-¿Negociar el qué?- pregunto confundida.

-Negociar el logo, los derechos de autor, el porcentaje de retribución que te llevas de la venta del merchandising. Garret te lo explica mejor.

-Pero yo no lo he hecho con intención de sacar dinero por ello- me defiendo.

-Lo sé cariño, pero te lo mereces. Es tú obra.

-Pero…

-Nunca regales tu trabajo Bella- me dice muy serio Edward.

Los dos días siguientes los pasamos negociando todo lo referente al logo. He firmado muchísimas cosas y tras consultar con el abogado de mis padres, obligada por Edward, acordamos que recibiría un 10% de las ganancias que se hicieran con el logo impreso en prendas de ropa y un 5% en usos posteriores durante los dos primeros años.

También me involucraron en el diseño de las camisetas junto a Mylena.

-Le falta algo de movimiento tal vez- le digo viendo camisetas de muestra.

-Sí, pero no sé como aportarlo.

-Metiendo dos colores en las letras, ¿como un degradado?- propongo.

Mylena tuerce el gesto en desacuerdo.

-No me gusta el degradado, el logo es fuerte y el degradado le quita solidez.

Seguimos pensando durante toda la mañana pero no llegamos a ninguna conclusión.

Esa noche es miércoles así que vuelvo a acompañar a Edward a Ushuaïa junto a Mylena.

La única diferencia es que esta vez nos metemos entre el público general para vivir completamente la experiencia.

Es ahí cuando miro a Edward en el escenario rodeado de luces y sé cuál es el movimiento que le falta a la camiseta. ¡Las luces!

De camino a casa no paro de buscar el tono exacto en google imágenes pero no sé como describirlo. No es gris, ni azul claro, ni plateado aunque lo parezca a simple vista.

Iridiscente

Tardo más de veinte minutos hasta que lo encuentro pero enseguida se lo mando a Mylena por whatsapp.

-Vale ya, te quiero de vuelta para mí- me dice Edward quitándome el móvil.

-¿Celoso de que tu éxito me robe más tiempo que tú mismo?- pregunto sonriente.

-Sí- dice tumbándose encima de mí en la cama.

-Va a ser genial- le prometo.

-¿Sabes cuándo va a empezar a ser genial?- pregunta besándome el cuello- cuando te quite las bragas- me susurra.

Me río y por primera vez en días volvemos a estar juntos sin pensar en el logo ni en el merchandising.

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Bueno capítulo cortito pero tenía que cortar ahí, ¿Queréis que suba el siguiente mañana? Os aviso desde ya que es un capítulo fuerte. Alguna me preguntaba sobre cuando Bella iba a encontrar trabajo, pues ahí lo tiene, ya no es una mantenida jajaja.

Espero leer todas vuestras respuestas y opiniones en los reviews, ya sabéis lo importante que es para mí que me deis feedback. Y como siempre, review será igual a adelanto.

Recordaros que en mi grupo de Facebook subo las imágenes de cada capítulo porque esto además de una historia es un viaje a Ibiza. Así que ya sabéis, uníos a mi grupo para viajar a Ibiza gratis jajaja el link está en mi biografía de fanfiction.

Nos leemos…