Tres años después
¡Sorpresa! gritaron todos según entré al bar.
Era mi cumpleaños número 27 y sabía que algo me iban a hacer.
Acabo de salir de trabajar y la insistencia de Rose para que vayamos a tomarnos algo a un bar del centro me hizo sospechar.
Rose que desde que se casó apenas sale y ahora que está embarazada menos.
Cuando dan las luces del bar veo que están todos mis amigos, compañeros del trabajo, mis padres y él.
Por supuesto que él tiene que estar.
-Feliz cumpleaños cariño- me dice abrazándome.
-Gracias- sonrío antes de besarle.
Vuelvo a abrazarle y aprovecho para aspirar su olor, me encanta.
-¿Tú has organizado esto?
-He tenido ayuda- dice señalando a mis amigas- voy a encargarme de la música mientras los demás te abrazan y te felicitan- me informa guiñándome un ojo.
Después de la ronda de besos y abrazos comienza la fiesta.
Música alta y bebidas para todo el mundo.
Luego llegó la hora de los regalos.
Victoria siempre pícara me regaló un satisfayer. Y me sonrojé por supuesto, ¿qué clase de persona regala eso delante todo el mundo? Incluidos mis padres.
Rose me regaló unos zapatos de tacón de su tienda.
Lauren no estaba porque está trabajando en Francia pero me envío su regalo. Un collar con mis iniciales.
-Venga, ese novio tuyo a ver qué te regala. Te hemos dejado el listón muy alto- le pica Victoria.
Me río y me giró para mirarle.
-No quería hacer esto aquí pero si no lo hago Rose me matará- dice mirando a mi amiga-
Antes de poderlo procesar se está poniendo de rodillas frente a mí y en su mano hay una caja con un anillo de diamantes.
-Bella, llevo tanto tiempo enamorado de ti que no sabría estar sin ti en mi vida. Por todo esto quiero pedirte que nunca me hagas descubrirlo, ¿quieres casarte conmigo?
No respiro.
No parpadeo.
No sé qué me pasa.
No esperaba esto.
Miro a mi alrededor. Todos sonríen y esperan expectantes el sí.
-Sí- susurro mirando a la gente- sí quiero casarme contigo- digo sonriente.
Él se levanta y me besa al mismo tiempo que coloca el anillo en mi dedo.
-Es precioso, me encanta- le digo mirándolo.
Nos volvemos a besar entre aplausos y nuevamente comienzan los abrazos y felicitaciones.
-¡Qué feliz estoy por ti Bella! Ahora todas estamos casadas- me dice Rose abrazándome.
Su barriga de 5 meses se interpone entre nosotras.
-Pronto tú estarás así también- me dice acariciando a su bebé.
-Rose, acaba de prometerse no la agobies- le regaña su marido.
Emmet es un cielo.
-No quiero bebés aun Rose. Solo sobrinas- digo acariciando su tripa y notando como se mueve la niña en su interior.
Cuando la euforia del momento se va pasando y todos ponen su atención en otra parte que no sea en mí, voy al baño.
No puedo respirar.
Voy a vomitar.
Me arrodillo frente al váter y toso pero no expulso nada.
Con esfuerzo controlo la respiración y casi estoy recuperada cuando llaman a la puerta.
-Abre- me dice Victoria al otro lado.
Me levanto para abrir el cerrojo y dejarla pasar.
-Ven aquí anda- dice abrazándome.
-Me he prometido- digo una y otra vez sobre su hombro.
-Sí, lo has hecho. No tengas miedo Bella, vais a ser muy felices, tanto como ahora.
-No quiero casarme aun, no estoy lista, la he jodido Victoria, la he jodido- la confieso mirándola.
-Bella para. Solo te vas a casar, nada cambia, créeme. Vivís juntos y os queréis y ya está. Todo va a seguir igual salvo que tendrás que comprarte un vestido blanco y preparar una despedida de soltera- dice riendo.
-¿Te pasó igual con James?- pregunto.
-No, porque se lo propuse yo- ríe.
Es cierto, mi amiga sabía que ese era su chico así que apostó por él y se lanzó a preguntarle si se casaban.
Su boda fue hace cuatro meses.
-Tengo miedo-
-No lo tengas, el matrimonio es maravilloso-
-¿Bella?- escuchamos que me llaman desde fuera.
-Mierda- susurro.
-Estás bien, sonríe ¿vale?-
Asiento y salgo del baño sonriendo.
-Lo siento cariño- digo llegando hasta él besándole.
-¿Todo bien?- pregunta mirándome preocupado.
Sus ojos azules estaban entrecerrados.
Asiento.
-Perdón por robarte a tu novia Leo- dice Victoria saliendo del baño.
-No hay problema mientras seas tú- responde él riendo.
Es noche de camino a casa no paro de darle vueltas a todo.
Hace dos horas era una chica feliz porque por fin me habían dado un cliente para mí sola en la empresa. Ahora tengo un cliente y un prometido y soy menos feliz.
-¿Llevas pensándolo mucho tiempo?
-Bueno desde que te conocí en esa sala de reuniones y pensé, esa chica es para mí.
Me reí recordando el momento.
-¿Cuándo quieres hacerlo?- pregunto.
-Pronto. Muy pronto- me dice mirándome brevemente.
Asiento.
-Quiero hacerle el amor a mi mujer- me pide nada más llegar a casa.
Nos hemos mudado hace poco, bueno más bien me he mudado. El piso es suyo pero es más grande y está mejor situado que el mío.
Leo siempre me hace el amor.
El sexo es suavidad y lentitud.
Nunca había tenido un amante como él pero me gusta.
Hoy quizás es más dedicado si cabe.
Sus besos no abandonan mis labios en ningún momento mientras se introduce en mi interior.
Sonríe mientras me corro y cierra los ojos cuando se corre.
-Te amo- me susurra abrazados.
-Yo a ti más- le respondo riendo.
-No puedo esperar para estar casado contigo- me dice ilusionado.
Sonrío pero no le contesto inmediatamente.
-Tampoco van a cambiar mucho las cosas. Ya vivimos juntos- le digo recordando las palabras de Victoria.
-Sí pero no es lo mismo. Sabré que voy a levantarme todos los días a tu lado y que lo nuestro durará para siempre. Y cuando lleguen los bebés…
-Espera, espera, eso es demasiado para mí.
Él se ríe.
-No ahora, pero algún día aquí habrá un bebé Hastings- susurra besándome el abdomen.
Asiento.
Yo embarazada. Esa es una imagen que nunca he puesto en mi mente, jamás.
-¿Dormimos?- le propongo.
Asiente antes de darse la vuelta y abrazarme para dormir.
A la mañana siguiente no lo esperaba pero tampoco me sorprende ver a mis padres en la puerta antes de irme a trabajar.
-Sé que no tienes tiempo así como también sé que si espero a que vengas a nuestra casa tendré ya nietos- dice mi madre.
Leo sale medio vestido de la habitación.
-Charlie, Renne ¡qué sorpresa!- dice terminando de abrocharse los botones de la camisa.
-Ayer no pudimos hablar y queríamos comentar la boda con vosotros.
-Mamá no tengo tiempo- la digo sonriendo.
-¡Pues empieza a hacer tiempo! Hay que preparar millones de cosas.
-Queremos una boda sencilla- intento salirme del problema.
-¿Si?- pregunta Leo.
Le miro seria.
-Sí- dice un segundo después a mis padres.
-Aun así hay que ver mil cosas- dice mi padre.
-Me estáis agobiando- digo cogiendo mi café y dándole un sorbo.
No parecen escucharme porque en seguida se ponen los tres a comentar detalles que a mí me parecen secundarios.
-Yo marco el ritmo, ¿vale?- les digo a los tres antes de irme a trabajar.
En la oficina el tema principal también era la boda.
-¡Joder Bella menuda pedida! ¿Te lo esperabas?- me pregunta Brian nada más entrar.
-No, la verdad.
-Vas a estar casada con Leo Hastings ¡Joder!
Me río quitándole importancia.
-Brian por favor, tengo una reunión.
-Claro Bella, comemos juntos y me enseñas de cerca el anillo eh.
-No lo he traído- le comento enseñando mi mano desnuda.
Se gira a mirarme y hace un gesto con las manos como diciendo ''¿estás loca?''
Me río mientras cierra la puerta del despacho y disfruto de mi soledad.
Tan solo me dura un par de minutos, hasta que mi cliente entra en el despacho.
-Buenos días, Ellie- comento viéndola entrar.
-Buenos días Bella.
-¿Lista para todo lo que tengo para ti?
-No, todo lo que sea salir del estudio de grabación para mí es una carga.
-Siento que mi trabajo lo sea- digo con sorna.
-Perdón, no quería decirlo así.
-Lo sé tranquila, bromeaba. Pero es que los shows, las entrevistas, las redes sociales y todo eso no es lo mío. Debí ser cantante hace 20 años, cuando existía la intimidad de los artistas.
-Para eso estoy yo. Daremos la información justa y necesaria para que tus fans estén contentos y no pidan más, así no indagaran en tu vida privada.
Elllie Goulding es una cantante británica de la cual soy fan desde que iba al instituto. Y ahora soy su publicista, así que controlo mi fanatismo por estar frente a ella.
Nuevamente el trabajo se convierte en mi vía de escape cuando mi casa se vuelve un centro de organización de bodas.
Rose me la ha llenado con revistas de decoración de mesas, vestidos, peinados… por no hablar de Pinterest. Me ha metido en decenas de tablones de bodas.
Todo iba más rápido de lo que yo esperaba.
Leo se quería casar pronto, a mí me daba igual pero Ellie comenzaba gira en noviembre y quería acompañarla así que la boda tenía que ser antes o después de la gira.
Mi madre puso el grito en el cielo cuando fijamos la boda para finales de octubre.
Alegó que no daba tiempo pero bajo mi punto de vista estaba todo organizado.
Solo faltaba el vestido que era algo que había mantenido solo para mí.
Ni mis amigas ni mi madre me habían ayudado a elegirlo.
Era simple pero precioso.
En forma de A y con mucho volumen abajo.
Blanco y liso.
Estaba enamorada de mi vestido.
Y de mis zapatos color negro, que mi madre odiaría pero me daba igual.
Quería poder usarlos más allá del día de mi boda porque me habían costado 500 libras.
Hoy había quedado a comer con mis amigas para hablar de un tema fundamental: la despedida de soltera.
-Tiene que ser la penúltima semana de octubre.
-No, esa semana está llena de cosas de última hora- contradice Rose.
-Pero la tradición es hacerlo lo más cerca posible del día del enlace- contradice Victoria.
-También hay que ver dónde queréis ir. Podéis venir aquí, a recordar viejos tiempos por Nantes- expresa Lauren al otro lado de la cámara.
-No- digo yo.
-En España aún hace bueno- propone Victoria.
-¡Oh sí, en Barcelona!- dice Rose entusiasmada.
-¡O en Sevilla!- dice Victoria.
-O en Ibiza- propongo sonriendo.
-¿Quieres pasarte tu despedida de soltera de discoteca en discoteca?- me pregunta Lauren.
-Sí- sonrío- Sí que quiero.
No he vuelto a Ibiza desde aquel verano pero me parece un buen lugar para despedir mi soltería.
-Bueno aseguraos que en los clubs haya sofás y agua para esta embarazada- dice Rose.
-¿Entonces confirmamos Ibiza?- dice Victoria.
-Confirmamos- decimos las tres.
.
La despedida no solo nos incluía a nosotras, también venía la hermana de Leo y su novia y a Emmet que no quería dejar sola a Rose.
Todo el viaje lo organizó Victoria y era sorpresa para mí.
Solo esperaba poder visitar aquellos lugares que tan feliz me habían hecho hace tres años. No sé porque nunca volví a la isla tras ese verano.
Quizás por el trabajo o quizás porque me surgieron otros planes como el año pasado que me fui dos semanas a Estados Unidos de vacaciones.
No podía dejar en el tintero a Edward. Ese chico que me había hecho tan feliz ese verano. Yo había estado saliendo con un dj, pensé riéndome. Ahora mismo no me lo podría ni plantear.
Me resultaba increíble pensar que fui capaz de dejar todo e irme un verano entero a la isla. Estaba loca con 24 años.
Ya no sé que es de él. Hace años que no sé nada, desde lo de Tim que me dejó helada la noticia de su muerte y revisé las redes sociales de Edward. Seguía igual, viajando por el mundo, haciendo música, viviendo.
Nada más aterrizar noté el cambio de temperatura, hacía calor y olía a sal.
No podía apreciar nada más porque llevaba los ojos vendados.
-Me voy a marear- les dije a mis amigas en el taxi que nos llevaba dios sabe donde.
-Si potas te doy 50 libras y te pago el stripper- me dijo Emmet.
-¡Emmet!- le regañó Rosalie mientras las demás reíamos.
El vehículo paró y me bajé con ayuda de mis amigas.
Me destaparon los ojos y vi que estábamos frente a un hotel. No era un hotel normal de esos con 8 pisos y cientos de habitaciones.
Era un hotel con pocas habitaciones, más bien un hostal, de un solo piso, con caminos de madera, jardines con pequeñas piedras del mismo tono grisáceo y encinas y pinos.
-¡Vamos!- nos anima la hermana de Leo.
Entramos y efectivamente se trataba de un hostal, hostal La Torre.
Todo pintado de blanco, con arcos y suelos de baldosa roja.
Todos compartíamos habitación, en mi caso con Victoria.
La habitación tenía una sola cama de matrimonio con un cabecero de tablas de madera y una espectacular terraza con vistas al mar.
-Joder, ¿dónde has encontrado este sitio?
-Booking- me dice estando ambas en la terraza- no iba a traerte a un airbnb como la última vez.
Me río, a penas recuerdo ese apartamento.
-No es una villa porque eso se nos iba de presupuesto pero….
-Está genial, gracias- digo abrazándola.
-Voy a llamar James, podrías ir deshaciendo mi maleta.
-Ja ja. El trabajo sucio para ti amiga- respondo.
Ibiza.
Cierro los ojos y disfruto del olor.
No huele igual que otros lugares de playa, tiene un olor particular que me encanta.
El sol brilla más aquí.
El teléfono de la habitación suena haciendo un estruendoso ruido que rompe con la armonía de la habitación.
Corro a cogerlo para que deje de sonar.
-¿Si?
-Señoritas Swan y Sutherland, solo llamamos para recordarles que tienen un circuito de spa con tratamiento facial contratado para dentro de 30 minutos- me informa la armoniosa voz del recepcionista.
-Oh genial- digo agradeciéndole la llamada antes de colgar el teléfono.
Me cambio rápidamente y me pongo un bikini que cubro con un albornoz suave y blanco.
Victoria sale del baño donde estaba hablando y se cambia rápidamente.
El spa es super relajante. Casi hace que me olvide de la boda, de mi madre y del trabajo.
Hablando del trabajo, Ellie me dijo que iba a estar por aquí para grabar con no se qué cantante.
Me hago una nota mental para llamarla más tarde.
Tras el spa disfrutamos de una preciosa puesta de sol en la terraza del hostal. Terraza que está al aire libre y se extiende por todo el acantilado.
La puesta de sol es increíble. Ya no recordaba lo bonitas que eran aquí.
Todo el mar y el acantilado se tiño de un color púrpura precioso. La música relajante ayudaba a hacer este momento aun más especial.
-Guau- comenta Lauren.
-Impresionante.
-Lo echaba de menos- comento cuando el sol se mete del todo y la gente aplaude.
Hay pocas personas, es octubre, temporada baja.
-¿Dónde queréis ir a cenar?- pregunto.
-Yo quiero cenar aquí hoy- propone la hermana de Leo.
-Yo también. El restaurante tiene buena fama- se le une Rose.
Me fui a la habitación para cambiarme de ropa y ponerme pantalones largos con una chaqueta de punto por si acaso.
Yo me pedí pulpo gratinado que estaba buenísimo.
Recuerdo lo bien que comí aquel verano, conocí muchísimos sabores de España que estaba deseando volver a probar. En concreto uno.
-Perdone, ¿tienen alioli?- pregunto al camarero.
Este asiente.
-¿Puede traernos un poco? Y unos picos de pan por favor.
-¡Bella!- exclama Rose.
-¿Qué?
-¡Qué bien hablas español!
-Recuerda que pasé un verano aquí- le digo riendo.
-Ay sí, volviste encantada, super morena y te habías hecho algo en el pelo.
-No me hice nada en el pelo Rose pero me pasaba el día entero en la playa así que se me aclaró mucho.
-No parecía ella cuando volvió a Londres.
-¿Y qué hiciste ese verano?- me pregunta con curiosidad la hermana de Leo.
-Vivir- dije recordando algunas cosas.
-¡Bueno, bueno! ¿Y la fiesta para cuándo?
-Para cuando termine de hablar con mi pronto a ser marido- digo excusándome con el teléfono en la mano.
Leo me está llamando.
-Hola cariño- digo nada más descolgar.
-¿Qué tal Bells? ¿Os trata bien Ibiza?
-Oh ya lo creo, las chicas han cogido un hostal asombroso. Muy rústico, muy bonito.
-Esperaba que me dijeras que estabas fatal y que querías volver- comenta riendo.
-Necesitaba desconectar un poco.
-Ya, la boda-
-Sí, la boda.
-Bueno no te robo más tiempo. Pásalo bien y por favor que mi hermana no haga tonterías que es muy dada a ellas cuando bebe.
Me río y cuelgo antes de despedirnos.
Estamos en Ibiza. Claro que vamos a beber.
Cuando vuelvo a la mesa Emmet está haciendo un repaso de todos los clubs que siguen abiertos. Sus favoritos también son los míos Hï, Ushuaïa, Amnesia…
-Ushuaïa es por la tarde así que dejarla para mañana.
-Hï entonces- propone Emmet.
Me río y asiento estando de acuerdo.
Nos vamos cada uno a nuestra habitación a cambiarnos de ropa. Yo me limito a ponerme tacones y cambiar la chaqueta de punto por un top semitransparente de manga larga. Sé que no pasaré frío en el interior.
Hï es tal y como la recordaba.
Un club impresionante con diseños circulares y un juego de luces que te deja embobado.
No sé quién es el dj pero me gusta.
Bailo mucho, muchísimo más que en cualquier discoteca de Londres.
Así comenzamos una rutina hasta que llega el día de ir a Ushuaïa.
Estoy nerviosa porque representa mucho para mí.
No sé si estará Edward.
Pero aun así solo con volver allí se me ponen los pelos de punta.
-¿Has ido mucho no?- pregunta Victoria mientras esperamos en la puerta a los demás.
-Durante dos meses, todas las semanas.
-¿Y si él sigue allí?
-Pues nada, no se enterará de que yo estoy.
-¿Si le ves no le vas a saludar?
Me encojo de hombros.
En mi mente nunca me he parado a pensar que voy a volver a verle. Es que hasta los recuerdos de aquel verano son como un sueño, como si no hubieran ocurrido de verdad.
-Tía, pasasteis juntos un verano.
-Sí, supongo que sí pero vamos que no creo que le vea.
-Esto es Ibiza.
-Ibiza en temporada baja- la recuerdo sacando el móvil para llamar a Jane, la hermana de Leo.
El taxi está aquí y aún no han bajado.
La entrada a Ushuaïa fue un momento emocionante para mí. Hubo una vez que entraba por la zona de empleados, por la que entran los djs, como Pedro por su casa.
No sé si conoceré a alguien, a los de seguridad, a las bailarinas, a los camareros…
Sissy ya no trabajaba aquí. Eso lo sé porque la sigo en Instagram y sé que se mudó a Mallorca y tiene un bebé.
Increíble.
Vi un cartel con el line up de esta tarde. Marshmello es cabeza de cartel junto a Nervo. No los conozco y a los teloneros tampoco.
Al igual que esa primera vez, vamos a la zona VIP sobre todo por Rose y su embarazo.
Una parte de mí quería ver a Edward. Es extraño volver a Ibiza y no saber nada de él. Pero otra parte no quería remover el pasado.
Miro con envidia a la gente situada detrás del escenario, sé lo que es, sé como se siente.
Aun así los djs son geniales y me lo paso muy bien bailando.
Bebo más de lo que debería y temo tener que salir agarrada a alguien para llegar a casa.
Ushuaïa siempre es especial.
La mañana siguiente me quiero morir de la resaca. No recuerdo esto cuando estuve en Ibiza la otra vez pero me siento mejor al ver que no soy la única.
Todos salvo Rose están fatal.
Aprovecho el día de relax para hablar con Ellie.
Está en Ibiza así que quedo para tratar unos temas con ella en el restaurante mexicano al que solíamos pedir tacos ese verano.
Gave MX.
El restaurante es más colorido de lo que recordaba pero la comida sigue estando buena.
-No sabía que estabas con amigos. Tengo una fiesta esta noche y creo que como mi publicista deberías ir- propone.
-Eso no entra en mis funciones- me río.
-Pero vente de todas maneras. Conocerás a gente de mi industria y quizás alguno necesite publicista-
-Llevaré tarjetas con mi número por si acaso.
-Lleva a tus amigos si quieres.
-No creo que sea adecuado.
No mezclo amistad y trabajo.
-No pasa nada.
-Tienen todos resaca. Están hechos unos zorros.
Se ríe de mi comentario.
-Bueno te paso la dirección por whatsapp y me avisas. Yo me quedo al otro lado de la isla así que nos vemos allí.
-Vale Ellie- digo despidiéndome.
No me apetece nada ir pero es trabajo.
Victoria me regaña cuando se entera.
-Es tu despedida, no trabajas.
-Lo sé, pero de todas formas hoy no íbamos a hacer nada. Así en Londres tendré más tiempo para la boda, dejaré todo lo de Ellie bien atado.
-Esa chica me cae fatal.
-¡Anda ya!- digo riendo.
Me pongo un vestido y tacones. Me recojo el pelo en un moño bajo y me marco mucho los ojos con el delineador.
Llamo a un taxi que me lleva hasta donde es la fiesta.
Una villa, como no.
Llamo a Ellie que sale a la puerta a buscarme.
-Pasa- me invita a entrar.
Villa Lilybelle.
Tiene un diseño moderno y por supuesto es de color blanco con piscina. Eso no puede faltar en Ibiza.
En el interior hay algunas personas pero aún no está lleno. Nada más poner un pie en el interior me doy cuenta de que Ellie y yo somos las que más arregladas vamos.
-¿Por qué es la fiesta?
-Despedir el verano- me indica pasándome una copa de champán.
-Si va a venir algún famoso, avísame
-Yo- dice antes de dar un sorbo.
Me río y bebo.
No hay cena, hay catering con camareros que van pasando bandejas con canapés.
La casa se llena poco a poco y conozco a un montón de artistas cuyos nombres suelo escuchar en la radio.
Me lo estoy pasando bien hasta que me tiran una copa de champán encima.
Ha sido un chico que no para de disculparse.
-No pasa nada, está bien. Es champán, no deja mancha- aseguro.
-Arriba hay un baño con secamanos igual acelera el proceso- me dice Ellie.
-Subiré- digo dejando la copa.
Subo las escaleras apreciando la cantidad de gente que hay en la casa.
Tal y como ha dicho Ellie hay un secamanos pero está anclado a la pared y está diseñado para meter las manos en medio.
Me aseguro de echar el pestillo y me quedo semidesnuda para poner a secar el vestido.
Tardo unos 10 minutos pero consigo que esté completamente seco.
Como dije, no hay mancha.
Me visto de nuevo, repaso mi pintalabios y salgo hacia la fiesta.
-Bella- me llama una voz desde atrás.
Una voz que conozco bien.
-Edward- digo girándome.
.
.
.
¡Tachán! ¿Quién esperaba el salto temporal? ¿Alguna pensó que se rencontrarían en Ibiza con Bella prometida con otro? ¿No es caprichoso el destino? ¿Qué creéis que va a pasar ahora?
Volvemos a las buenas costumbres de enviar un adelanto por el review que dejéis en el capítulo.
Os veo en el grupo de Facebook, tenéis que ver el Hostal la Torre, es precioso. También tiene cuenta de IG por si queréis echarle un vistazo: latorreibiza
¡Saludos!
