DISCLAIMER: Los personajes pertenecen a Stephenie Meyer pero todo lo demás es mío.

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Tenía la esperanza de que Edward solo estuviera trabajando para Leo esa noche. Pero no, Edward se convirtió en el dj residente del Lynx Club. Cada jueves y cada sábado colgaban el cartel de completo y el número de seguidores en Instagram no paraba de aumentar.

Yo no había vuelto a pisar el club, no después de esa noche.

Estaba evitando a Edward o tal vez no a él pero sí la sensación que me provocó esa noche. No sabría describirla pero desde luego no fue agradable.

Mi trabajo era mi refugio. Pasaba la mayor parte del día trabajando, ya fuera dentro de mi oficina o acompañando a clientes.

Dado que Ellie había acabado hace poco más de un mes su gira, mi empresa me había asignado un nuevo cliente para llevar a cabo una campaña de marketing. Así que me pasaba horas reunida con mis compañeros para ver qué ideas se nos ocurrían para vender el nuevo Audi.

Marco, mi jefe, me ha propone viajar con él y otros compañeros a la sede de la marca en Alemania para ver el proceso de creación. Acepto sin pensármelo porque ¿quién rechaza un viaje a Alemania?

Estoy reajustando mi agenda para la semana que viene cuando mi teléfono suena sobre las cinco de la tarde.

-Hola cielo- respondo a Leo.

-Hola Bells, ¿has salido ya?

-Aun no- digo mirando el reloj. Son las cinco menos diez-

-Es que mañana hace un mes de la inauguración del Lynx y me gustaría hacer algo.

-Mañana es martes, está cerrado.

-Sí, es para los trabajadores.

-Ah. ¿Qué tienes en mente?

-Una cena. Allí mismo en la pista podemos poner las mesas y darle uso a las bombillas de luz cálida que normalmente suelen estar apagadas.

Me río.

-Me parece bien.

-¿Podrás venir?

-¿A la cena? Yo no pinto nada ahí.

-No estoy de acuerdo, llevas las redes sociales del lugar así que también eres parte del proyecto.

-Sí, pero no sé…

-Venga vente. Lo pasaremos bien.

-Lo pensaré. ¿Hoy llegas pronto a casa?

Desde que abrió el Lynx los compromisos de Leo no paran de aumentar y suele llegar pasadas las nueve de la noche.

-Como ayer cariño. Pero espérame despierta.

-Lo voy a intentar.

Sabiendo que Leo llega tarde a casa, me quedo más tiempo en la oficina dejando preparadas cosas para adelantar trabajo.

Victoria me llama justo cuando estoy saliendo del trabajo para invitarme a cenar.

-Venga pásate por casa, trae a Leo.

-¿Pero qué motivo hay para juntarnos? No es que me queje pero es repentino.

-¡Pues que he aprendido a cocinar!- me explica.

Me río al otro lado de la línea.

Mi amiga ha sido un desastre en la cocina de toda la vida.

-¿Debería ir abriendo la aplicación de Uber Eats?

-No, zorra. Vamos que he hecho comida para un ejército. Aun no se me da bien calcular cantidades.

-Vale, vale, pero solo iré yo porque Leo trabaja hasta tarde.

-Bien vale, luego le llevas un tupper.

Cojo el metro de camino a casa de mi amiga que vive en Kensington en un piso con vistas a un pequeño está muy lejos de mi piso en Chelsea y eso ayuda a vernos a menudo.

-Mmm huele bien- comento entrando a su casa.

-Hay una pizzería en la esquina por si acaso- me dice James riendo.

-No va a hacer falta pedir pizzas- comenta Victoria.

-Ten Bella- me dice James dándome una cerveza.

-Mmm- digo dando el primer trago- es buena.

-Es alemana- me indica él.

-Pues fíjate ¡me voy a Alemania la próxima semana!- les digo emocionada.

-¿En serio? ¿Trabajo?- dice Victoria poniendo la mesa en el pequeño comedor.

-Ajá- digo dando otro trago.

-¿Qué te pasa con la cerveza?- me pregunta ella cuando abro el tercer botellín durante la cena.

-No sé, hace mucho que no tomaba.

-¿Y con qué cenas?- pregunta extrañado James que él no concibe su vida sin cerveza.

-Con vino o con agua.

Leo es un apasionado del vino blanco así que casi todas las noches nos servimos una copa mientras cenamos o vemos la tele.

-Pues si vas a Alemania podrías traerme…

-¡James no! Va a trabajar- le regaña su mujer.

-Sí, pero tendrá tiempo libre ¿no?

Me río viendo discutir a mis amigos.

-James, mándame un whatsapp con las marcas de cerveza que quieres y te las intento buscar- digo intentando calmar el ambiente.

-Hecho.

-¡No tienes porque hacerlo! Tiene una tienda con productos alemanes a 10 minutos de casa.

-No me importa, cogeré algunas para mí aunque Leo no sea un gran fan.

-¿Le vas a dejar solo?- me pregunta James subiendo y bajando las cejas.

-Sí. Ya es mayorcito, no le va a pasar nada. Bueno me tengo que ir, son casi las 11.

-Coge un taxi- me pide Victoria mientras me pongo el abrigo.

-Tú mándame eso- le digo a James antes de salir.

Hago caso a Victoria y me cojo un Uber para llegar a casa.

Son barrios seguros pero por la noche todo cambia.

-¿Dónde estabas?- me dice Leo un poco enfadado nada más entrar en casa.

-En casa de Victoria. Me ha invitado a cenar.

-¿Y por qué no me has avisado?

-Porque tú no ibas a llegar a cenar.

-La próxima vez avísame, me preocupo.

Pongo los ojos en blanco mientras me cambio de ropa.

-No es difícil adivinarlo. ¿Con quién más voy a estar a estas horas?

-Con tus padres, con Rose…

-Mis padres que cenan a las 7 y se duermen a las nueve y media o Rose que tiene un bebé recién nacido. Error.

-Avísame ¿vale? No te cuesta nada.

-No sé Leo, no vivo pegada al móvil. Si me llamas te lo diré y si me acuerdo te escribiré pero no voy a hacerte un itinerario de los sitios a los que voy.

-¿Y si te pasa algo?

-No seas tan dramático. Por cierto me voy a Alemania.

-¿A qué? ¿Cuándo? ¿Con quién?

-Suenas como un padre- le reprocho.

-Algún día lo seré- sonríe- lo seremos.

Decido obviar ese comentario y continuar como si nada.

-A trabajar, la semana que viene y con Marco- respondo a su pregunta anterior.

-¿No te cansa viajar tanto?- me pregunta intentando empatizar.

-¿Tanto?- a penas viajo.

-Te recorriste media Europa y parte de Estados Unidos con Ellie Goulding cuando acabábamos de casarnos. Y ahora te vas a Alemania- dice frustrado.

-No sé a dónde quieres llegar- le pregunto seria- ¿te molesta que trabaje?

-¡No! Me gusta que trabajes pero viajas muchísimo y...

-Tengo que aprovechar las oportunidades que me van llegando. Algún día quizás no pueda viajar tanto.

-Lo entiendo aunque me gustaría tenerte más en casa.

-Yo… estoy bien así.

-¿No te gustaría pasar más tiempo juntos?

-Pues… sí- digo automáticamente.

Lo cierto es que disfruto mucho de mi tiempo libre. Me gusta estar sola, me gusta tener vida más allá de mi marido.

Leo cambia de tema rápidamente y apenas hablamos algo más porque el cansancio y el sueño se apoderan de mí.

Al día siguiente Leo me manda un whatsapp a la hora del almuerzo recordándome la cena de esta noche.

Suspiro pensando en si Edward irá.

Podría ir puesto que trabaja en el club pero podría no estar en Londres hoy.

Desde el encontronazo en el baño dos sentimientos diferentes se habían desarrollado en mí.

Por un lado estaba el miedo, tenía miedo de que hablara con Leo y le contase todo. Aunque si lo pensaba fríamente ese miedo ya debería haberse disipado puesto que había pasado casi un mes y Leo no sabía nada. Podría asumir que si no se lo había contado ya, no lo haría.

Por otro lado estaba la rabia. ¿Qué derecho tiene a llamarme zorra? Nunca he sido infiel a nadie salvo esa vez con él. Todo era confuso en ese momento para mí, la boda, mi sensación de que se me acababa la libertad, volver a Ibiza, los sentimientos que despierta la isla en mí y volver a verle a él. No hubiera sido infiel a Leo con nadie más que con Edward. Me arrepiento de ello porque Leo no se lo merece pero una parte de mí añora como me sentí con él. Ese verano en Ibiza compartimos tantas cosas, creamos un nivel tan alto de intimidad que siento que nada está mal con él.

Esa mezcla de sentimientos me había mantenido alejada de él hasta ahora. Sabía por Leo que había aceptado ser el dj residente del club hasta verano.

Antes de ir al Lynx paso por casa para cambiarme de ropa. Me pongo unos leggins de cuero, un jersey de punto blanco y un blazer color taupe.

Cuando llego están los camareros y el equipo de seguridad e iluminación. Leo está hablando con Mike en la barra y ni rastro del dj residente.

Me relajo junto a Leo y Mike tomando una copa de vino y disfruto bastante de la cena hasta que Edward aparece a la hora del postre. Me había hecho a la idea de que no le vería y había cantado victoria demasiado pronto.

Siempre sonriente y amable.

No se parece en nada al Edward que entró conmigo al baño hace un mes.

Estoy sentada en la esquina de la mesa así que obviamente se pone a mi lado para tomar el café.

A penas le había mirado a la cara hasta que se sentó.

-Hola- me dice tomando asiento.

-Hola- respondo en voz baja mirándole fijamente.

Era muy guapo, tenía un no sé qué que te impedía quitar la vista de su cara y yo estaba perdida mirando su perfil.

La conversación gira en torno al trabajo como era de esperar dado el lugar y el motivo por el que estábamos reunidos.

Leo y el jefe de seguridad discutían sobre ''vivir para trabajar'' o ''trabajar para vivir''.

-A mí me gusta mi trabajo, no me cuesta levantarme por las mañanas para llevarlo a cabo-

-No me digas que no te apetece más quedarte en la cama, ir a tu ritmo- contradice Leo.

-No, de verdad que no, en casa me aburro. Quizás es porque estamos en momentos diferentes de la vida. Estás recién casado y eso se nota.

-Sí así es- comenta Leo sonriéndome y pasando un brazo por detrás de mis hombros.

Le sonrío de vuelta mientras estiro mi mano para coger mi copa de vino.

-Teniendo esta belleza en casa quién quiere salir a trabajar- continua Leo antes de darme un beso casto en los labios.

-Yo- digo algo incómoda- a mí me gusta trabajar. No me concibo siendo solo una mujer en casa, sin trabajar no sé quién soy.

Todos se callan y se quedan mirándonos.

-Bella es una apasionada de su trabajo aunque eso le haga estar lejos de mí algunas temporadas- explica Leo.

-¿Viajas mucho?- me pregunta una de las chicas de iluminación sentada en frente de mí.

-No…

-Sí lo hace- rebate mi marido.

-No, viajar mucho es lo que hace no sé, Edward por ejemplo- digo antes de registrar mis palabras.

Yo no debería saber lo que viaja o no viaja Edward. Leo no sabe que nos conocemos de antes.

Edward se sorprende casi tanto como yo cuando le nombro.

-Sí, bueno definitivamente lo mío es vivir para trabajar. Pero coincido con Bella en que sin mi trabajo no sabría quién soy- responde.

-Lo de Bella no será siempre así- dice Leo.

Frunzo el ceño y me giro a mirarle.

-Cuando tengamos hijos los dos dedicaremos más tiempo a la familia que al trabajo.

Trago en seco.

-No vamos a hablar de niños en una cena de adultos- declaro seria volviendo a beber vino.

Hay un incómodo silencio durante unos minutos y después el tema de conversación cambia.

Cuando ya no somos el centro de atención me levanto y camino hasta dentro de la barra.

Cojo una cerveza y me la bebo rápidamente.

Leo viene al poco para preguntarme si estoy bien.

-Me gustaría que dejases de hablar cosas privadas con tus compañeros de trabajo- le regaño.

-Lo siento.

-Sobre todo me molesta ese tono que usas de dar por sentado la vida. Te dije que no estaba segura de tener hijos así que no presiones.

-Lo sé Bella, lo siento. Solo que yo realmente tengo muchas ganas de ser padre y a veces me emociono de más. Pero intentaré tener presente que necesitas tu tiempo.

-¿Y si no es cuestión de tiempo? ¿Y si no quiero tener hijos?- digo elevando un poco la voz.

-Eso no estaba en nuestro plan- frunce el ceño.

-Ah ¿tenemos plan?- pregunto ya enfadada- mira vamos a hablar de esto en casa, este no es el lugar ni el momento- digo saliendo de dentro de la barra y caminando hasta la mesa.

Cojo el bolso disimulando mi enfado y voy hasta el baño. Necesito estar sola para calmarme.

No presto atención al tiempo que estoy allí. Solo pienso en ser paciente, Leo lo entenderá.

Nunca me he planteado tener hijos y desde que Rose tuvo a su bebé la idea ha perdido completamente el poco atractivo que tenía para mí.

No creo que haya nacido para ser madre.

Me imagino mi futuro y no hay niños por ahí.

Salgo un poco más calmada pero con intenciones de irme a casa ya, sola si es necesario.

Choco contra alguien según estoy saliendo por la puerta.

-Tienes que mirar por donde vas.

-Tú tienes que dejar de seguirme al baño Edward- digo apartándome de él.

No debería hablarme en este momento, Leo ha conseguido enfadarme y mi rabia puede saltar por los aires en cualquier momento.

-¿Qué diría tu marido si nos viera ahora?

¿Oh quieres jugar Edward?

Pues juguemos.

Le empujo hacia dentro del baño de hombres y por su cara no se lo esperaba.

-Deja de joderme- le amenazo apuntándole con el dedo.

-Yo no hago nada- sonríe.

-Sí, te comportas como si fueras una víctima y no es así.

-Te acostaste conmigo estando comprometida con otro hombre que ahora resulta ser mi jefe. Así que sí, soy una víctima- me reprocha.

-Leo no sabrá nada por mi parte.

-Igual quiero decírselo yo, para limpiar el ambiente y quizás hacerle un favor. Tenéis una de las relaciones más raras que he visto jamás.

-Eso no es de tu incumbencia. Esta será la última vez que hablemos, yo no existo para ti, tú no existes para mí. Y te olvidas de todo lo que compartimos juntos- digo antes de salir del baño.

Paso por la mesa despidiéndome de todos apresuradamente.

Acepto que Leo me acompañe a la puerta hasta que venga el taxi.

-Lo siento- dice cuando el taxi llega.

-Es igual. Te veo en casa- digo subiéndome al coche.

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Primero que nada, perdón por el retraso pero se me ha juntado LA TRIADA DE LA MUERTE DEL ESCRITOR: falta de tiempo, falta de inspiración y falta de conocimiento sobre qué rumbo debe tomar la historia. Subo el capítulo estando un poquito más segura sobre lo que he escrito pero tampoco al 100%.

¿A vosotras qué os ha parecido? De verdad que nunca antes había necesitado tanto conocer vuestra opinión para saber por dónde tirar.

Sé que algunas estabais esperando que hubiera un enfrentamiento ya pero ¿qué gracia tendría que el conflicto se resolviera tan rápido?

ACLARACIÓN: Bella no está enamorada de Edward en este momento. Ella está a gusto casada con Leo y siente que las cosas deben continuar así, que así es la vida de casada.

Como siempre mandaré adelanto a las reviews que dejéis en este capítulo y si no tenéis cuenta en FF podéis decirme vuestro usuario en Facebook y os lo mando por ahí.

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