DISCLAIMER: Los personajes pertenecen a Stephenie Meyer pero todo lo demás es mío.

.

.

.

Salí de casa a las cinco de la mañana cuando aún todo el mundo dormía para coger el avión a Alemania a las siete.

Marco, mi jefe, ya estaba allí cuando llegué a la puerta de embarque.

Me gusta saber que no va a hacer falta sacar conversaciones superfluas durante el viaje porque en cuanto nos saludamos y hablamos un poco se pone los cascos y cierra los ojos.

El viaje en avión sigue la misma tónica. Me relajo viendo una película en la Tablet y cuando pisamos suelo alemán el frío nos recibe.

El hotel en el que nos instalamos no está mal, sin lujos pero muy cómodo y bonito aunque apenas puedo apreciarlo porque tenemos una reunión con el equipo de Audi a la hora de comer.

Pasamos tres días trabajando sin parar pero las ideas no paran de fluir.

Me encuentro disfrutando tanto de mi trabajo que no doy demasiada importancia al no haber hablado por teléfono con Leo en tres días. Hablamos por whatsapp claro pero no nos llamamos.

Debería estar triste y ansiosa pero no es así.

De hecho comienzo a sentirme ansiosa el quinto día cuando estoy comprando las cervezas para James antes de ir al aeropuerto.

Siento ansiedad por volver a casa, no puedo negarlo más.

Pese a que Leo sabía a qué hora aterrizaba mi avión no estaba en el aeropuerto esperándome, así como yo tampoco le esperaba a él.

Respiro tranquila cuando giro la llave en la cerradura y noto que está cerrada con doble vuelta. Eso significa que no hay nadie en casa.

Estoy deshaciendo la maleta cuando escucho como se abre la puerta y Leo entra a la habitación.

-Hola- digo poniéndome recta y mirándole.

-Hola- responde serio sin moverse.

Me extraña su actitud.

-¿Ocurre algo malo?

-Dímelo tú.

-¿Yo?

-Han pasado cinco días desde que te fuiste y no hemos hablado ni una sola vez- dice calmadamente.

-Lo sé- admito bajando la mirada al jersey que estoy doblando.

-¿Y eso te parece normal?

-Tampoco tú me has llamado- respondo volviendo a mirarle.

-Porque no creo que quieras hablar conmigo.

Suspiro y bajo la cabeza para cortar la mirada.

-No soy completamente feliz en casa- confieso.

-Vale, pues dímelo, las cosas se hablan, se solucionan- me dice caminando hasta mí.

-No lo sé- respondo empezando a llorar- no sé qué es lo que falla.

Leo frunce el ceño y para su avance hacia mí.

-¿Qué quieres hacer?

Irme.

-Quiero tiempo Leo, para pensar, para aclararme respecto a todo.

-De acuerdo, tienes tu tiempo. Te quiero Bella y quiero estar contigo.

-Ya- digo.

-¿Cómo lo quieres hacer?

-Iré a casa de Victoria.

-No creo que irte sea la solución. La distancia es lo que nos ha conducido hasta aquí.

-Siento que aquí no puedo pensar claramente-

-De acuerdo- acepta de mala gana.

Rehago la maleta con ropa limpia y mando un whatsapp a Victoria:

¿Puedo quedarme en tu casa esta noche? ✓✓

Claro. ¿Pasa algo? ✓✓

No la contesto, prefiero contar las cosas a la cara.

Leo está en la cocina cuando me voy.

Me mira esperando algo, esperando que me quede, que cambie de opinión.

Pero no sucede.

Victoria me está esperando impaciente en su casa.

-¿Qué ha pasado?

-No sé. No ha pasado nada o finalmente ha pasado lo que tenía que pasar. ¿James?

-Viendo el fútbol en el bar de abajo.

-¿Tienes vino?

Asiente y va a la cocina. Vuelve con dos botellas de vino blanco un poco más llenas de lo normal.

-¿Quieres hablar?

-Es que no sé cómo explicarlo, ni yo misma me entiendo.

-Pensaba que estabais bien.

-Y no estamos mal.

-¿Entonces?

-Es simplemente que no estamos ni bien ni mal. Estamos y ya. Llevamos 8 meses casados y todo es tan simple… simple para mal. Es casi aburrido.

-Si ponéis más de vuestra parte…

-Ese es el punto Victoria. Que no me apetece poner de mi parte y me siento fatal por Leo porque me quiere y es bueno pero mi matrimonio no está entre mis objetivos.

Mi amiga frunce el ceño.

-O sea estás con él por estar.

-Le quiero, sí, pero creo que no le quiero lo suficiente. ¿Qué persona recién casada se va de gira por Estados Unidos un mes entero nada más casarse? Nadie. Estaba en Alemania esta mañana comprando las cervezas para James y me sentía ansiosa por volver a casa, en el mal sentido, no quería volver.

-Bella…

-Y luego está el tema de los niños. Nunca me ha llamado la atención ser madre y a Leo sí, él quiere ser padre ya pero yo no sé si alguna vez querré.

-Puff me encantaría saber qué decirte pero no sé.

-Ya, pues únete al club- digo dando un largo trago de vino.

-¿Quieres separarte?- me pregunta minutos después.

-No lo sé- suspiro.

-¿Sabes algo?

-No- digo lastimosamente tumbándome en el sofá.

Victoria se ríe pero se tumba a mi lado.

-El matrimonio es para sumar, si Leo no te suma déjale. Si no os queréis al final os vais a hacer daño, os faltareis el respeto, os involucrareis con terceras personas…

En cuando Victoria nombra a las terceras personas me tenso.

Creí que no se había notado pero cuando se gira a mirarme sé que sí lo ha hecho.

-Dime que no- me pide.

-¿Qué no qué?

-No te hagas la idiota. Has hecho un movimiento raro cuando he nombrado a las terceras personas. ¿Has estado con otro? ¿Con tu jefe en Alemania?

-¿Marco? ¡No!- respondo ofendida.

-¿O sea sí le has sido infiel aunque no con tu jefe?

Suspiro y me incorporo en el sofá de nuevo.

-Fue antes de la boda. En Ibiza.

Victoria abre tanto los ojos que creo que se le van a salir.

-¿Y aun así te casaste?

-Soy lo peor, lo sé.

-Sí, lo eres. Eres mala y poco inteligente. Primero no deberías haberte acostado con nadie más y segundo deberías habérselo dicho a Leo, él merecía saberlo antes de casarse.

-Lo siento- digo realmente arrepentida.

-A mí no me tienes que pedir perdón. Pero tienes que contárselo.

-Mi matrimonio no fracasa por la infidelidad.

-Tu matrimonio fracasa porque decidiste casarte con alguien a quien no querías.

-Sí le quería.

-Pero no como se quiere a tu pareja. ¿Quién fue el tío con el que estuviste?

-Eso da igual Vic-

-¿Emmet?

-¡No! ¿Estás loca?- digo enfadada.

-Es el único hombre que conocías en Ibiza. ¿Algún camarero? ¿Alguien del hotel? No te vi hablar con ningún chico en las discotecas.

-Fue con Edward- interrumpo.

-¿Quién?

-Edward, el dj.

-No me jodas…. ¿Es en serio? ¿Qué querías recordar tu juventud?

-¡No! En ese momento me sentía muy confundida, no es una excusa ¿vale? Solo quiero que sepas todo. A mí nunca me ha llamado la idea del matrimonio, pero estaba con Leo y estábamos bien así que cuando me propuso matrimonio no tenía más salida que decirle que sí.

-¡Mentira podías haberle dicho que no!

-¡No podía! ¿Sabes cuánta gente estaba ahí ese día? Estabais todos tan felices de que por fin Bella la eterna soltera tuviera pareja… Si me lo hubiera pedido en casa hubiera dicho no. Quizás no un no rotundo pero sin duda un ''no estoy segura'' ''necesito más tiempo'' ''estoy bien como estamos'' algo así. Pero tú me dijiste que el matrimonio no cambia nada así que me dije que si estaba a gusto hasta ese momento pues podría continuar estándolo. Rechazaba el matrimonio porque no quería plantarme con 50 años y estar con una persona solo por estar, por inercia, y mírame con 27 años y en un matrimonio que no me hace feliz.

-Bella… con lo del matrimonio no cambia nada me refería a que cuando amas a alguien y ya compartes con él tu vida el firmar un papel no cambia nada. Pero si no estás enamorada sí que cambia las cosas.

-Así que me encontré con Edward y me sentí bien con él, me sentí libre y aunque suene como una zorra disfruté a su lado. No fue por el sexo, fue por cómo me hizo sentir.

-Pues haberte quedado con él.

-¡No podía! Estaba prometida.

-Madre mía Bella… Eres una de las personas más listas que conozco pero joder hoy me pareces gilipollas. Da igual si estás prometida, casada o viuda, el título no hace nada si no te sientes así.

Nos quedamos calladas un par de minutos hasta que la resolución aparece en mi cabeza.

-Tengo que dejarle.

-Creo que sí.

-No quiero hacerle más daño.

-Sé sincera. Haz bien las cosas.

-Me asusta pensar en el momento. Estoy convencida de que él quiere arreglar las cosas y voy a ir a decirle que no tienen arreglo.

-A veces para sanar hay que rasgar la herida. No estoy de acuerdo con lo que has hecho pero siempre que me necesites voy a estar- dice palmeándome la rodilla.

Duermo en casa de Victoria esa noche y al día siguiente estoy temprano en el apartamento en el que he vivido este último año con Leo.

-Hola- digo encontrándole vistiéndose en el dormitorio.

-Hola- dice frunciendo el ceño- has vuelto rápido. Eso puede ser muy bueno o muy malo- suspira.

-Lo siento. No puedo ser feliz contigo ni tú conmigo porque aquí no hay amor.

-Sí lo hay- discute acercándose a mí.

-No por mi parte- digo poniendo mis manos sobre sus brazos- te quiero pero no como se tiene que querer a un marido.

Me limpio una lágrima.

-¿Hay alguien más?- me pregunta.

Niego con la cabeza.

-No hay nadie más.

.

.

.

¡FELIZ NAVIDAD A TODAS! Sé que llevo un tiempo sin actualizar pero es que me siento un poco desconectada de Fanfiction. También he dejado de leer historias pero bueno ya sabéis que a todas nos pasa de vez en cuando. Antes de que me lo digáis, no, no voy a abandonar la historia. Y sí, tengo planeado todo lo que va a pasar hasta el final, realmente el final estuvo claro desde el primer momento en que me puse a escribir así que relajaos.

Dicho esto espero que estéis pasando unas buenas navidades dentro de lo posible.

Como siempre cada review que me dejéis en el capítulo tendrá un adelanto y siempre podéis pasaros por el grupo de Facebook (link en mi perfil de fanfiction) para ver fotos, comentar, etc.