DISCLAIMER: Los personajes pertenecen a Stephenie Meyer pero todo lo demás es mío.
ANTES DE EMPEZAR A LEER: No he enviado adelantos porque terminé el capítulo ayer, además he hecho una encuesta en el grupo de FB sobre qué preferíais si enviar adelanto hoy o subir capítulo y claramente ha ganado subir capítulo. Pido perdón por no enviarlos pero aquí tenéis el capítulo completo:
.
🌊 ❤️ 🌊
.
Faltaban dos semanas para el festival y cada día teníamos reuniones con diferentes partes del equipo personal.
Llevo unos días hablando con Edward por emails, bueno no con él sino con su representante que seguía siendo Garret.
Mi identidad continúa siendo oculta pese a que firmaba siempre como Isabella Swan, pero ellos no conocen mi apellido y tampoco creo que lo adivinen.
Estaba luchando con Garret para que Edward nos dejara entrar en su casa y ver un poco cómo es él en la intimidad pero al parecer era muy celoso de su vida privada.
Nunca me había parado a pensar en la imagen que proyectaba Edward hacia el exterior. Conmigo fue tan abierto desde el primer momento que no concibo la imagen de alguien que protege su intimidad a ese nivel. No obstante sus redes sociales solo mostraban fotos relacionadas con su trabajo, escenarios, estudios o fotos con cantantes y otros colaboradores, pero nada personal.
Estaba nerviosa.
Este proyecto era importante para mí y Edward podía suponer un gran obstáculo, de hecho llevo días planteándome la opción de que sea él quien rechace trabajar conmigo en cuanto sepa quién está detrás de esos emails: la chica que estuvo con él y huyó porque estaba prometida con su jefe.
Finalmente acordé una reunión con Edward y con Garret tres días antes de su actuación en el festival. Ahí iba a comenzar mi periodo de observación, mi periodo de trabajo de campo.
Estoy sentada en mi oficina cuando gracias a las paredes de cristal observo a Jordi caminar hasta el despacho de Ona seguido de Edward y de Garret.
Me impresiona verle, incluso más que esa noche en la discoteca de Leo.
Me parece mucho más alto y tiene el pelo más largo de lo que yo le había visto alguna vez. Vestía de manera informal y sonreía.
Los perdí de vista cuando entraron al despacho de Ona, era cuestión de minutos que mi jefa tocara mi puerta y estuviéramos cara a cara.
Escucho una conversación entre cuatro personas en un tono bastante ameno, hablan en inglés cosa que agradezco aunque ya voy controlando el catalán. Ese verano en Ibiza hablando español y los siete meses en Nantes me han ayudado a entender bastante rápido esta lengua que tiene toques de ambas.
Me levanto de la silla, me paso las manos por el vestido intentando eliminar las posibles arrugas y alineo el bolígrafo con el folio que tengo sobre mi mesa.
Veo como Ona sale de detrás de su escritorio y camina hasta mi puerta.
Nos vemos antes de que mi jefa pueda llamar a la puerta.
Sus ojos se traban directamente con los míos tras el cristal y pese a que frunce el ceño extrañado, sonríe.
La sonrisa de Edward, suave, genuina.
-Isabella será la persona con la que trabajaréis mano a mano. La hemos traído exclusivamente de Londres para el proyecto- anuncia entrando en mi despacho.
Nos presentamos dándonos la mano y puedo jurar que Garret no me reconoce. No paso demasiado tiempo mirándole porque en seguida doy mi mano a Edward.
Es un apretón cordial que dura a penas un segundo.
-Ona toma asiento por favor- digo señalando una de las sillas vacías al lado de Edward.
-Me temo que no puedo quedarme, Montse espera a otro dj, pero confío en que os entenderéis bien- dice sonriendo mientras cierra la puerta.
-¿Tu nombre es Isabella Swan?- pregunta Edward sin anestesia cuando me siento frente a él.
-Sí- digo en voz baja mirándole fijamente.
Garret mira a Edward con curiosidad y luego a mí, luego otra vez a Edward.
-Isabella, ¡Bella!- dice riendo al reconocerme.
-Hola Garret- sonrío.
-Me alegro mucho de verte, estás muy guapa- me adula.
-Gracias- digo sonriendo de nuevo.
-Nunca hubiera imaginado que eras tú por los emails. ¿Por qué no dijiste quién eras?- pregunta y sonrío porque lo dice como si fuera fácil.
-Preferí esperar a veros en persona- confieso mirando a Edward.
No está incómodo, ni enfadado..
-Estos son los documentos que tenéis que firmar, son los mismos que envíe a vuestros abogados la semana pasada- digo entregando una hoja a Garret y tres a Edward.
Los dos lo miran y lo leen atentamente.
-¿Tienes bolígrafo?- me pide Edward.
-Claro- digo dándole el mío.
Las manos de Edward son enormes, tiene unos dedos largos y perfectos.
Me quedo mirando atontada su mano mientras garabatea su firma.
Cuando todos los documentos están firmados paso a tratar el punto más conflictivo.
-Me gustaría crear un cronograma junto a ti. Ver qué eventos tienes y a cuál podría ir para observar.
-¿Garret?- pronuncia Edward.
-Lo tengo aquí- responde buscando un documento en PDF en su móvil.
Cuando lo cojo entre mis manos observo una vista mensual del mes de julio y tan solo hay tres días libres en todo el mes.
Frunzo el ceño.
-¿Viajas a tres países distintos en menos de 48 horas?- pregunto asombrada y apesadumbrada.
-Así es- asiente sonriente- vivo en el aeropuerto.
Me río de su broma.
Veo eventos importantes como Tomorrowland, Untold o Ibiza.
-¿A cuál quieres ir?- me pregunta Edward.
-Tomorrowland sería un sueño- sonrío- pero no creo que la empresa me costee los gastos. ¿Qué tal Ibiza?
-Vale- responde simplemente encogiéndose de hombros.
-La semana del 15 de julio veo que tienes varios sets en Hï, y Café Mambo.
Asiente con la cabeza.
-Lo agendaré- digo escribiendo en mi Mac de sobremesa. Cuando termino me giro a mirarlos a ambos.
-Tenemos un punto controvertido que tratar-
Ambos se miran y se ponen serios.
-No me gusta vender mi intimidad, mi vida personal- me dice Edward.
-Lo sé pero como trabajadora en marketing y publicidad he de decirte que permitir ver cómo eres cuando te bajas del escenario es algo que a los fans les vuelve locos.
Edward suspira dispuesto a no ceder.
-No sé para ti pero para mí las cosas han cambiado al saber que se trata de ti- me dice Garret- viviste con nosotros, ya nos conoces, no vas a ver nada que no hayas visto antes.
-Gracias Garret pero no se trata de mí. Yo solo voy a observar, voy a ver qué puede interesar y qué no, pero lo que yo diga que debe ir en el film va a tener que ser grabado y eso incluye a mucha gente.
-¿Qué podría interesar?- pregunta Edward- No, definitivamente no vais a grabar en mi casa.
-Vale Edward- digo aceptando su negativa.
Una parte de mí se siente privilegiada de haber podido ser testigo de eso que él tanto se esfuerza por ocultar.
-¿Y en Ibiza? No es tu casa como tal, incluso podemos alquilar una villa que no sea nuestra para el rodaje- propone Garret.
-Eso podría valer- sonrío a Edward.
-Vamos a mostrar lo que tú quieras Edward. Si te sugiero grabar algo y tú me dices que no, será un no y nadie lo sabrá- le prometo.
-Tengo que valorarlo- se remueve incómodo.
-Vale, piénsalo. El viernes abres el festival a las 12 de la noche, ¿sobre qué hora llegarás al recinto?
-No lo sé Bella- se ríe-
-A veces vamos pronto y otras veces vamos solo con cinco minutos de antelación- me explica Garret.
-Ya- digo mordiéndome el labio.
-Puedes venir al hotel, tú y tus cámaras- ofrece Edward sorprendiéndonos a Garret y a mí- supongo que quieres ver los preparativos.
Asiento.
-Gracias- digo pese a saber que él ha firmado y aceptado participar en esto.
Les di a ambos mi teléfono personal por si tenían algún problema o necesitaban algo y seguidamente nos despedimos.
-Ona, necesito un cámara para el viernes por la tarde- la digo en cuanto oigo el ascensor cerrarse.
-Fantástico- sonríe antes de coger el teléfono.
Durante los siguientes dos días me veo diferentes documentales de festivales como el de Tomorrowland, entrevistas a famosos, reacciones de los fans… todo lo que me pueda dar pistas sobre nuestro target. He escrito muchas ideas en un cuaderno que quiero ver y quiero mostrar.
Quiero ver dónde surge la magia, dónde se crean las canciones.
Quiero conocer las manías de Edward antes de una actuación aunque yo no recuerdo ninguna.
Quiero mostrar la gran amistad y la gran familia que forman los djs de lo que fui testigo hace años.
Y sobre todo quiero mostrar cuál es el precio de ser dj. Estar lejos de casa, la soledad, la euforia, los excesos que acompañan al mundo de la noche…
El viernes mando un mensaje de whatsapp a Edward.
¿A qué hora quieres que vayamos? ✔ ✔
A partir de las 16:00 cuando queráis ✔ ✔
Sonrío delante del teléfono como una idiota y corro a mi habitación para decidir qué ponerme.
Quiero ir arreglada pero a la vez quiero ir cómoda para esta noche. Así que elijo un vestido largo blanco con estampado de rosas y apertura en una pierna que ahora combino con unos zapatos de tacón y que más tarde cambiaré por unos botines marrones más cómodos que guardo en mi mochila junto a mi cuaderno.
Edward se hospeda en el hotel NH Collection situado en las Ramblas. Llego hasta allí en un taxi pagado por la empresa al igual que dos cámaras del equipo de producción de la película.
-Quiero todo el contenido en la nube antes de que acabe el día. No publicaremos nada que yo no autorice o que el artista no quiera- les advierto mientras subimos en el ascensor.
Siento cierto instinto de protección, no sé si hacia el proyecto o hacia Edward.
Su habitación está en la última planta, con acceso directo al parking subterráneo y al gimnasio de la azotea. Este hotel ha sido elegido para él y otros artistas por su garantía de confidencialidad y seguridad.
Me sorprendo al ver que las puertas de las habitaciones están todas abiertas y la gente pasa de una a otra como si nada.
A medida que me acerco seguida por los cámaras noto que hay un ambiente de familiaridad entre todas las habitaciones.
Mi compañera Montse sale riendo de una de ellas.
-Hola- saludo en catalán.
-Hola Bella. ¿Qué tal lo llevas?-
Entonces comprendo todo. Ella está trabajando con Alesso y por eso está todo abierto con gente pasando de una habitación a otra.
Ellos están como en familia.
Cuando entro a la habitación de Edward veo a Garret hablando por teléfono mientras Edward y Alesso juegan a la play en el sofá.
-Hola- digo sonriente adentrándome un poco más.
Los dos se giran y se me quedan mirando sorprendidos.
-¿Son las cuatro ya?- pregunta Edward.
Asiento.
-Estos son Miguel y Carlos, ellos van a grabar todo pero tranquilo, recuerda que nada que no quieras enseñar verá la luz.
-Bien, fin de la partida supongo- dice entregando el mando al otro dj.
-Puedes seguir jugando- le animo- quiero ver lo que tú eres, no qué papel puedes interpretar-
Ambos vuelven a mirarme sorprendidos pero Edward coge el mando de nuevo y las risas y los piques vuelven a inundar la habitación. Mientras tanto hablo con Garret sobre los planes de esta noche.
Edward acaba de pinchar sobre la una de la mañana y coge un vuelo a Las Vegas para tocar allí.
Estoy metida en medio de la conversación cuando noto una mano en mi hombro.
Es una mano grande y conocida.
-¿Nos ponemos a trabajar?-
-Yo ya estoy trabajando- le respondo riendo.
Sí, me ha sorprendido y afectado que me toque. No me lo esperaba y ahora siento un cosquilleo en esa zona.
-¿Tienes las sesiones preparadas?- le pregunto en un momento de la tarde.
Soy consciente de que los chicos están grabando.
-No- dice mientras saca ropa de la maleta y la pone sobre la cama.
Está eligiendo qué va a llevar esta noche.
-Antes lo hacía, al menos llevaba una idea preconcebida de lo que quería hacer pero ahora no.
-¿Por qué el cambio?
-Porque el espectáculo es el público- se gira a mirarme- así que ahora lo que hago es medir al público durante las primeras dos o tres canciones y luego ir poniendo pistas que creo que van a funcionar con ellos.
-¿Qué funciona con el público del Barcelona Beach Festival?
Edward se ríe y vuelve a mirarme.
El sol entra por la ventana de la terraza que tiene abierta y hace que sus ojos adquieran un tono azulado grisáceo clarito.
Sin magnéticos, no puedes retirar la vista de ellos.
-Lo sabré esta noche- responde guiñándome un ojo.
-No has fallado ni un año, ¿podría decirse que te gusta Barcelona?- pregunto sonriendo.
-Podría decirse sí- ríe- no sé, fue uno de los primeros festivales que me dió la oportunidad de tocar. Yo no era nadie, un dj más estadounidense, y estuve llamando sin parar a los organizadores para conseguir al menos poner música de telonero. No quería ni aparecer en el cartel del festival, no estaba a ese nivel, pero ellos me dieron una hora sobre el escenario y siempre estaré agradecido a esa oportunidad.
-Basta de preguntas- digo a los cámaras.
Estos abandonan la habitación y nos dejan solos a Edward y a mí.
Él continúa sobreponiendo pantalones y camisetas encima de la cama, intentando encontrar la mejor combinación.
Camino hasta quedar frente a él al otro lado de la cama y agarro una camiseta.
-El total black nunca falla- digo poniendo una camiseta negra sobre unos pantalones vaqueros del mismo color.
Edward me mira y sonríe.
-Gracias-
Estoy dándome la vuelta para irme de la habitación porque de repente me siento incómoda.
Hay intimidad entre nosotros pero no confianza y al estar solos esa sensación se acentúa.
-Pensé que eras Bella Hastings- dice cuando ya estoy dándole la espalda.
Suspiro antes de girarme para mirarle a la cara.
-Siempre he sido Swan, no cogí el apellido de Leo- explico.
-¿Qué piensa de que te hayas mudado?- pregunta frunciendo el ceño.
-Ya no estamos juntos- confieso.
Todo el mundo suele decirme ''lo siento'' cuando digo que mi matrimonio se ha roto, sin embargo él se queda callado observándome.
-Siento las palabras que te dije la última vez que nos vimos en Londres- no tenía planeado decir esta frase pero de repente sentí la necesidad de pedirle perdón por lo agresiva que fui esa vez en el baño- no voy a excusarme pero sin duda no era mi mejor época, ni la que más reflejaba como realmente soy.
-Está bien Bella-
Asiento.
-Te espero fuera- digo saliendo de la habitación.
-Vamos a cenar- me dice cuando ya estoy en el pasillo.
-¿Qué?
-He dicho vamos a cenar- me repite como si fuera un niño- llévanos a tu sitio favorito de Barcelona.
-¿Mi sitio favorito?
-Sí.
-Déjame decidir- digo cogiendo el móvil y saliendo de la habitación.
¿Por qué me siento como si estuviera de nuevo en Ibiza con él?
Decidiendo qué plan hacer juntos para no tener que separarnos.
Decido ir a Ten's, un restaurante de tapas que cuenta en su cocina con cocineros de alto renombre. Nunca he ido porque el trabajo no me ha dejado una noche libre pero creo que esta es la mejor oportunidad.
Advierto a Edward de que nunca he ido pero que tengo muchas ganas de ir porque he oído excelentes críticas y dado que el tapeo es algo tremendamente importante en la cultura española creo que debemos probarlo.
-¿Tienes algún antojo antes de un gran evento como este?- pregunto en el coche.
Edward va de copiloto, yo estoy atrás junto a Garret y uno de los cámaras que está grabando.
-Agua-
-¿Agua?- pregunto sorprendida.
-Agua- repite Garret dándole la razón.
-Necesito muchas botellas de agua en el camerino y por lo menos tres en la cabina. Es todo lo que pido, los organizadores y dueños de las discotecas se asombran. Esperan que les pida alguna extravagancia y llego yo y les pido agua embotellada- explica riendo.
El coche va circulando por las calles de la ciudad que están atestadas de coches.
Es viernes y son las ocho y media de la noche. Hora punta.
Cuando llegamos al restaurante obligo a todos a pedir patatas bravas sí o sí. Las patatas bravas son patatas fritas con una salsa picante por encima, de ahí su nombre. Las que nos sirven en ten's llevan espuma de ali oli por encima y un polvo rojo que he aprendido a diferenciar en las comidas, pimentón.
Cuando veo que traen ali oli mis ojos se agrandan, me encanta, soy adicta.
Pediría otra tapa de patatas bravas solo por el ali oli pero me sorprendo cuando el camarero trae un pequeño cuenco con esa salsa blanca solo para mí.
-¿Y esto?
-De nada- me dice Edward al otro lado de la mesa.
-¿Cómo sabías..?- comienzo a preguntar. Pero en seguida recuerdo que Edward fue quien me descubrió esta salsa con sabor a ajo en Ibiza y fue testigo de todas las veces que la pedí ese verano.
Él me sonríe y se encoge de hombros rentándole importancia.
El comportamiento de Edward me hace sentir extraña en el buen sentido. Siento como si me observara, como si supiera cual va a ser mi siguiente paso o mi siguiente palabra. Es como saber que si te ausentas de la habitación alguien te va a echar en falta, y eso te hace sentir cuidada y confiada.
La cena transcurre entre risas y recuerdos.
La cámara a veces vuelve a grabar, pero nada de lo que ha ocurrido en esta mesa saldrá a la luz.
Es un momento nuestro, de nadie más.
De camino a la playa, donde ya hay miles de personas esperando a que Edward de comienzo al festival, vamos todos callados y concentrados.
El coche aparca bastante lejos de la zona del festival y el resto del camino lo hacemos a pie.
Es el momento perfecto para cambiarme los zapatos de tacón por los botines camperos con un tacón ancho y más bajo mucho más cómodo.
Caminamos en silencio bañados por el sonido de la muchedumbre que se agolpa a unos metros.
Edward y Garret caminan unos pasos más delante de nosotros.
Las cámaras están filmando y no van a parar hasta que Edward se baje del escenario.
Siento mariposas por todo el cuerpo, estoy nerviosa y rebosante de ganas de esta noche.
Sé que es una noche importante en mi vida y estoy expectante.
Una vez llegamos al camerino todo es un caos. El equipo de Edward está corriendo de un lado para otro pero él sigue calmado. Se limita a encender el ordenador y revisar algunas cosas, no tarda más de 10 minutos cuando baja la tapa del portátil y se cruza de brazos.
Camino hasta él y me apoyo en el borde de la mesa a su lado.
-¿Estás nervioso?-
Niega con la cabeza.
-No- me sonríe- ¿tú?
-Sí- confieso- pero en el buen sentido. Nerviosa por la anticipación, siento que va a ser una noche perfecta- sonrío.
-Eso espero. Vamos a subir al backstage, seguro que a tus chicos les gusta- dice poniéndose en pie.
Sigo a Edward por unas escaleras muy estrechas de metal.
A medida que subo oigo más y más voces del público.
Las mariposas en mi estómago revolotean con más fuerza aun y cuando finalmente subimos y vemos al público me quedo sin respiración.
Es un mar de gente, hay decenas de miles de personas ahí abajo.
-Todos están aquí para verte a ti- le digo asombrada y emocionada.
-Sí.
-¡No me digas que no te sientes especial!
-Siento que no me lo creo, tengo un nudo en la garganta- me susurra al oído.
Le miro emocionada y orgullosa.
-Madre mía-
Observamos al público ocultos por un telón negro. Desde ahí abajo no nos pueden ver.
-Ven- dice Edward tirando de mi mano hacia dentro.
Le agarro fuertemente la mano y me traslado a Ushuaïa la primera noche que estuve con él.
Mi mano queda completamente cubierta por la suya.
Vamos hasta una mesa auxiliar y coge una bolsa pequeña.
-Esto es importante- dice colocándome unos tapones en los oídos con mucha delicadeza- no te los quites y dales un par a cada uno de tus chicos.
-Gracias- digo subiendo mi mano hasta tocar la suya que está sobre mi lado izquierdo de la cara.
Sonríe y se gira para colocarse unos también.
No escucho a penas nada y nos separamos, él ya va a subir al escenario.
Varios miembros del equipo, entre ellos Garret, le golpean la espalda deseándole suerte mientras sube las escaleras y una vez arriba todo queda en completa penumbra hasta que comienza un juego de iluminación en las pantallas del escenario.
Se van encendiendo alternativamente unas y otras con una potente luz blanca al mismo tiempo que la gente comienza a gritar y suena una melodía a piano. La melodía y el juego de luces se van acelerando hasta que rompen y Edward se pone de pie con una mano arriba saludando al público.
La muchedumbre estalla en gritos y aplausos llenos de euforia.
Edward coge el micro y tras pronunciar un ''Allá vamos Barcelona'' todo estalla.
La magia inunda el lugar y el público comienza a cantar la canción Drowning. (Disponible en la lista de spotify de la historia)
Estoy embobada mirando a Edward, tengo la piel de gallina y siento un cosquilleo en mi estómago.
Todas estas sensaciones no me impiden bailar y me olvido por completo de que estoy trabajando. Estoy disfrutando de uno de los mejores djs del mundo y sé que el equipo de grabación de la película ha puesto cámaras hasta en el baño del camerino.
Cuando se cumple una hora y cuarto desde que empezó el show Edward vuelve a coger el micrófono e invita a subir al escenario a un cantante.
No tenía ni idea de que esto iba a pasar.
El cantante en cuestión es Bonn y uniendo su voz a la melodía que sale de las manos de Edward cierran el set con la canción High On Life (disponible en la lista de spotify de la historia). Por supuesto hay un juego de luces proyectado por las pantallas led increíble que baña todo de color rosa.
El público está extasiado, así como yo.
He bailado y saltado más que nunca desde que regresé de Ibiza ese verano, el efecto Edward, pienso en mi cabeza mientras bebo agua.
Todo es un caos y no veo a Edward bajar del escenario pero cuando miro ya no hay nadie en él.
Bajo al camerino y soy testigo de la cantidad de gente que hay. Todos le felicitan y sonríen.
Finalmente es mi turno de felicitarle y no sé cómo actuar.
Mis impulsos más básicos me piden que me tire a sus brazos y le abrace pero mi lado racional me dice que eso sería excesivo.
-Ha sido fantástico, felicidades- le sonrío y pongo una mano en su hombro.
-Gracias Bella. Cuídate esa voz- me dice en tono bromista.
Sí, estoy algo afónica de cantar y chillar.
En seguida alguien abre una botella de champán y formando un círculo soy testigo de como los organizadores del festival le felicitan y le dan las gracias por hacerles un hueco en su agenda un año más. Es material de oro para el documental.
Después del champán llegan las pizzas y algunos amigos de Edward que estaban esta tarde en la habitación de hotel. No los conozco pero se tratan con familiaridad.
Antes de lo que pensaba Garret llega hasta nosotros interrumpiendo la fiesta e indica a Edward que se tienen que ir.
-Gracias por esta noche a todos, ya sabéis que sin vosotros nada de esto sería posible- nos agradece Edward mirándonos en el círculo.
Camina hasta una silla donde tiene su chaqueta y va hasta la puerta de salida.
-Tenemos que terminar de cuadrar unas cosas para Ibiza, llámame mañana- me dice con naturalidad al pasar por mi lado.
-¡Espera!- le grito saliendo al pasillo.
Hay otro artista en el escenario y hay mucho ruido.
-¿A dónde vas? Por el huso horario- aclaro.
-Las Vegas- responde sonriente antes de irse.
.
.
.
Importante ir a Spotify a escuchar esas canciones que tocó Edward en el BBF, están en la lista de reproducción y encontraréis el link en el grupo de Facebook: Feeling the Reading.
Ya ha habido reencuentro y no, no ha sido dramático por una razón (ya lo leeréis más adelante).
¿Cómo habéis visto a Edward? ¿Igual de apetecible que en Ibiza o más? ¿Qué creéis que va a pasar? Pista: en el siguiente capítulo nos vamos a Ibiza de nuevo
Pido perdón de nuevo por no enviar los adelantos pero he preferido que podáis leer el capítulo completo ya. No obstante si dejáis un review en este capítulo recibiréis adelanto del capítulo 30 (si queréis que os lo envíe por mensaje de facebook recordad ponerme vuestro nombre en esa red social, por ejemplo: Ana Martínez, Facebook.)
Grupo actualizado con imágenes del capítulo ❤️❤️
Muchas gracias por estar ahí cada capítulo 😘 😘
