DISCLAIMER: Los personajes pertenecen a Stephenie Meyer pero todo lo demás es mío.

Grupo de Facebook con imágenes del capítulo: Feeling the Reading: Bella Bradshaw.

.

🌊 ❤️ 🌊

.

David se queda frunciendo el ceño mientras las puertas del ascensor se cierran dejándonos sumidos en un silencio incómodo.

Puedo sentir la ira de Edward y mi estado no es mucho mejor.

Cuando salimos a la calle nos damos cuenta de que no hemos llamado a ningún taxi.

-¡Mierda!- expresa él sacando el teléfono.

-Edward déjalo, ya lo pido yo- le digo poniendo mi mano en su brazo.

-¿Cómo estás tan calmada?

-¡No lo estoy! Pero prefiero concentrarme en tu ira que en la mía porque si no lo hago voy a subir y le voy a tirar de los pelos a esa zorra- digo cabreada buscando el teléfono del servicio de taxis de la ciudad.

-No sé cómo ha tenido los cojones de decir eso sobre ti sin conocerte y sobre todo su actitud, ¡qué mantengamos la decencia! ¡Ella es la que no es decente joder!

-No sé en qué se basa para decir que yo quiero sacar algún beneficio de ti.

-En ella misma, no dudo que ahora sea buena con David y le quiera pero al principio las cosas no parecían así para mí.

-¿Por qué?

-Le pedía muchas cosas, ropa, el coche, viajes, cenas en restaurantes caros. David no es así, es un tío simple al que le gusta sentirse querido, tiene mucho apego emocional en cuanto le das un poco de cariño pero es tímido y para nada ostentoso. ¿La villa que tiene en Ibiza? Eso no es estilo David, es estilo Jessica.

No sé qué decir al respecto.

Mientras busco las palabras un taxi para a nuestro lado y caminamos hasta él.

El viaje al hotel lo hacemos en silencio cada uno mirando por su ventanilla.

Mi ira no se ha disipado ni un poco y sé que me va a pasar factura a la hora de conciliar el sueño esta noche.

Ni si quiera reparo en el diseño del hotel que es lo que maravilló a Edward cuando lo vio esta tarde en internet.

Nuestra habitación es grande y está decorada ornamentalmente, sin duda es un viaje al pasado.

-Voy a darme un baño- le digo quitándome la chaqueta y metiéndome al baño.

En realidad quiero tener un momento para mí, para calmarme y para poner en orden mis pensamientos.

Decido que entre usar la ducha o la bañera, mejor la bañera ya que probablemente me relaje más.

La lleno hasta arriba y echo unas sales de colores que están sobre la bañera. Todo se llena de espuma y de un olor a violetas.

Me desnudo dejando la ropa tirada por el suelo y me sumerjo por completo en la bañera.

Con la cabeza bajo el agua es como si los pensamientos intrusivos sobre Jessica se disiparan.

Está consiguiendo tranquilizarme y la cuarta vez que lo hago Edward está sentado en la bañera.

-¿Cuándo has entrado?- pregunto quitándome el agua de los ojos.

-Ahora mismo. ¿Qué estás haciendo?

-Intentar dejar el enfado a un lado. Meter la cabeza bajo el agua funciona.

-¿De verdad?

-Sí, ven, pruébalo conmigo- le invito dándole mi mano cubierta de espuma.

-Déjame quitarme la ropa primero.

Sonrío mientras veo como se desnuda.

Se mete en la bañera conmigo pero se sienta frente a mí.

-No quería que esta noche acabase así.

-Yo tampoco- le respondo.

-Estoy tan enfadado con Jessica por lo que ha dicho.

-Ella no conoce nuestra historia, ni si quiera David lo hace y eso que estuvo con nosotros ese verano. Nadie sabe lo que vivimos ni el camino que hemos recorrido para por fin estar juntos ahora.

-Lo sé, por todo eso me parece injusto que venga a hablarnos así, como si ella fuera alguien en nuestra vida. Ella no es parte de nosotros.

-Pues si ella no es parte de nosotros no debemos darle ese poder ahora mismo. Me queda claro que me tiene rencor por meterme entre tú y María, aunque yo no hice nada.

-Ella sabe de sobra que María y yo solo follábamos por las noches, nada más.

-¿No te la llevaste a Ushuaïa ningún día?

-Yo no pero Jessica sí. David tiene tantos contactos como yo allí y él hace lo que su novia le pide.

-¿Tampoco convivíais juntos? ¿Compartíais habitación? ¿Viajes románticos en barco a Formentera?- pregunto fingiendo indiferencia.

-No- se ríe- nada de eso. Solo sexo. Ella se tiró a otro de nuestros compañeros cuatro días después de que yo me fuera de la isla, para que veas.

-¿Cómo lo sabes?

-David me lo contó.

-¿A otro dj?

-A un manager.

-¿De quién?- pregunto movida absolutamente por el chisme.

-¡Bella!- me regaña Edward.

Ambos nos reímos y creo que por fin hemos dejado ir la ira, quizás no del todo pero sí lo suficiente.

-A mí estos salseos me los tienes que contar. Es en virtud de la información. ¿No sería con Garret?- pregunto cayendo en la cuenta de que cabe la posibilidad.

-No, no fue con Garret. Fue con el manager de Armin. Pero no digas nada a nadie nunca- me dice señalándome con el dedo.

-¿Es secreto de estado?

-Es secreto de Armin porque su manager tiene mujer e hijos así que… mejor que nosotros no nos metamos por medio.

-Oh joder- no me esperaba eso para nada- su amiga se tira a un tío casado y con hijos pero luego la rompe parejas soy yo- digo fingiendo indignación.

Ambos nos reímos de lo increíble que puede ser la vida.

-¿Podemos dejar de hablar de Jessica? Es nuestra primera vez en París y quería que fuera algo más romántico que esto.

-Bien, Jessica fuera- acepto moviéndome dentro de la bañera y colocándome entre sus piernas con la cabeza en su pecho.

El agua está empezando a enfriarse pero estamos tan a gusto que ninguno quiere moverse.

-Lo último que diré sobre el tema es que no quiero que discutas ni te distancies de David por mí. No quiero que la riña entre novias derive en enemistad entre vosotros.

-Hablaré con él de todas formas.

-Pero cuando ya no estés dominado por el enfado. Prométemelo- le digo girándome para mirarle.

-Sí, mami.

Me río y le doy un beso sellando el trato.

-Voy a escribir a mi jefa y le voy a decir que mañana voy a llegar tarde al trabajo-

-¿Por qué?

-Porque sí, porque llevo haciendo horas extra todos los días y no creo que ir a trabajar mañana habiendo dormido 4 horas sea lo ideal. En cuanto ella me responda puedes pedir a la tripulación del avión que retrase el vuelo.

-¿Puedes hacer eso?

-En circunstancias normales no pero este mes llevo como 15 horas de más trabajadas y estamos a principios de noviembre.

-Si tu jefa te da luz verde mejor para mí. Podremos al menos desayunar aquí, estoy seguro de que no afrontarás el día igual si has desayunado croissants en París.

-Estoy segura de que será un día mejor- respondo riendo- ¿salimos? El agua está fría.

Edward sale primero que yo, me pasa un albornoz y luego él se envuelve en otro.

La cama es muy alta, tanto que tengo que dar un pequeño salto para subirme en ella.

Pongo el móvil a cargar, mando el mensaje a Ona y me tumbo en la cama.

Edward y yo nos damos mimos mutuamente hasta que el cansancio nos puede y caemos rendidos en la cama.

A la mañana siguiente me levanto con la alarma de mi teléfono sonando a las 7.

Me levanto a hacer pis y vuelvo a meterme en la cama con Edward. Ambos estamos desnudos completamente, así nos quedamos dormidos anoche. Está empezando a amanecer y la torre Eiffel se ve a través de la ventana.

-Hola- le susurro mirando como abre los ojos poco a poco.

Me encantan sus ojos.

Sonríe aun medio dormido y su brazo me arrastra hacia él.

Le beso suavemente.

-Despierta porque ahora a la luz del día me he dado cuenta de una cosa.

-¿Qué pasa?- pregunta un poco más alerta.

-Que no puedo irme de este hotel sin haber utilizado el dosel de esta cama.

Edward se ríe ya completamente despierto.

Me acerco a él y le susurro en la oreja lo que me gustaría hacer.

-Ponte de pie- me dice quitándose las sabanas de encima y mostrando su pene empezando a endurecerse.

Me río y me pongo de pie en medio de la cama tal y como él me ha dicho.

Su mano sube por mi pierna hasta llegar a donde se unen ambas.

Acaricia el clítoris con uno de sus dedos mientras me mira desde abajo y sonríe.

Se pone de rodillas en la cama y su cabeza está frente a mi vulva.

-Ábrete-

Separo mis piernas y por el espacio que hay en la cama no me queda de otra que dejar un pie a cada lado de su cadera abriéndome completamente para su boca.

Su lengua se pasea por mis labios exteriores haciendo que me humedezca cada vez más. La punta de su lengua cada vez va entrando un poquito más hasta que se introduce en mi interior del todo cuando sus manos me agarran del culo y me aplastan contra él.

-Ojalá comerte el coño todos los días- dice apartándose y dándome un azote en medio de mi pubis.

-Ah- me quejo.

-Ven aquí- pide recostándose de nuevo en la cama- siéntate en mi cara.

-No quiero aplastarte.

-No lo harás, ven, ponte así- él me coloca de tal manera que mi vulva está encima de su boca.

Mis manos tiran de su pelo mientras su lengua y sus dedos juegan con mi vagina.

Me siento poderosa montando su cara.

Muevo la cadera hacia atrás y hacia adelante y su lengua entra en mí a la vez que su nariz me acaricia el clítoris.

-Sube un poco más- me dice colocando sus manos en mi culo y haciendo que su boca esté un poco más abajo.

Su lengua me acaricia en esa zona tan sensible que solo él ha tocado.

-¿Qué te pasa con mi culo?

-Que te le quiero volver a follar- confiesa sin pudor.

Me río.

-Convénceme- le tiento moviendo la cadera.

-Hoy no tenemos tiempo porque quiero prepararte bien pero lo haré. Si tú me dejas volveré a follarte así, no sabes cuantas veces lo he recordado estos años. Fui tu primero.

-Y el único- le digo acariciándome los pezones.

-Ufff- dice antes de volver a acariciarme con su lengua- no puedes decirme esas cosas y esperar que no te folle como un animal.

-Algún día volverás a follarme el culo. Algún día tu polla volverá a estar en ese sitio donde nadie más ha estado desde hace cuatro años.

-¿Aquí?- pregunta acariciándome con su dedo.

-Mhm-

-¿Así?- pregunta sonriente mientras su dedo se introduce en mi ano levemente.

-Joder Edward- digo ante la intromisión.

No me duele ni me molesta.

Su lengua vuelve de nuevo a mi vagina, algún otro dedo se mete en mi interior y estoy siendo penetrada por ambos agujeros a la vez.

Me corro en su cara sin remedio.

Sus dedos salen de mi interior y cuando creo que por fin va a follarme, me hace levantarme.

-No quiero juegos, quiero que me folles- le digo impidiéndole ponerse de pie con una mano en su pecho.

-¿Te crees que esa se va a calmar si no me clavo dentro de ti?- pregunta señalando su polla que está recta como un palo mirando al techo.

Le hago caso y me pongo de pie.

-Cierra los ojos- me pide poniéndose de pie igualmente.

Le hago caso y noto su peso bajando de la cama para volver a subir minutos después.

-Voy a atarte a los postes de la cama, tal y como me has pedido-

Sonrío feliz porque voy a cumplir otra de mis fantasías.

Las camas con dosel tienen algo erótico en sí mismas, por eso las usaban hace siglos, porque gritan sexo nada más entrar a la habitación.

Ata cada una de mis manos a cada poste lateral del dosel con el cinto del albornoz tal y como le sugerí.

Sonrío entusiasmada.

-No sonrías, tengo algo más pensado para ti.

-¿Me gustará?

-Confía en mí.

Noto como ahora pasa por mi tobillo otro cinto, esta vez de cuero, y también lo ata al dosel.

Después me ata el otro tobillo y estoy completamente indefensa y expuesta a él en forma de X.

-No tires mucho porque los cintos de los tobillos se quitan con facilidad. Abre los ojos.

Abro los ojos y veo que cada una de mis extremidades está separada y atada.

Edward está frente a mí y se acerca para besarme.

Gimo contra sus labios, estoy muy excitada.

Su polla se cuela entre mis piernas y me acaricia pero sin introducirse en mí.

Muevo las caderas para intentar introducirla yo misma.

-No nena-

-Fóllame, por favor- le pido.

-Lo haré, impaciente- dice riéndose mientras su polla continua paseándose por la entrada de mi vagina.

Muevo mis caderas cada vez más.

Hasta que él introduce solo la punta. Me folla así, solo metiendo la punta levemente y volviendo a salirse, me está volviendo loca.

Su boca está en mis pechos, acariciándolos con la lengua, mordiéndolos.

Sus manos van a mi culo y me alzan levemente para por fin introducirse del todo en mi interior.

Ambos gemimos y comenzamos a movernos.

Solo necesito dos minutos y me correré, Edward parece que lo sabe y se sale.

-¡No!- me quejo e intento mover las manos para retenerle pero no puedo porque están atadas.

Él me sonríe.

-Cierra los ojos.

Le hago caso sin rechistar porque me ha quedado claro que en este juego no tengo las de ganar.

Oigo que se baja de la cama y camina hasta el baño.

Vuelve y se arrodilla frente a mí.

Un ruido blanco comienza a inundar la habitación.

-¿Es un vibrador?- pregunto riendo.

-Algo así.

Inmediatamente noto como la vibración se acerca a mi cuerpo, pasa por mis pechos, por mis axilas, por mi cuello, por mi ombligo y finalmente se posa en mi clítoris.

-Voy a correrme- le advierto.

-Aún no- responde apartando el aparto sin apagarle.

Su boca se adueña de mi vagina de nuevo para acercarme de nuevo al orgasmo y quitármelo para volver a penetrarme.

Vuelve a hacer este jueguecito una vez más y a la tercera le advierto de que si sigue negándome correrme vamos a tener un problema.

-Mandona- me dice riendo.

Acto seguido se mueve tras de mí, su polla se introduce hasta el fondo, el vibrador sobre mi clítoris y uno de sus dedos en mi culo.

Me siento demasiado estimulada y me corro gritando.

Mi cadera no puede contenerse.

Mis ojos no pueden abrirse.

La sensación no termina.

No sé si es el mismo orgasmo o uno detrás de otro pero nunca, jamás me había sentido así, tan salvaje, tan descontrolada y fuera de mí.

Oigo el choque de nuestra piel y la respiración de Edward contra mí, mojándome el pelo por la condensación.

No puedo aguantarlo más.

Creo que vuelvo a correrme o no sé porque he dejado de sentir mis piernas y literalmente estoy colgando del dosel.

Edward se mueve delante de mí y con este nuevo ángulo todo vuelve a empezar.

No puedo más.

No puedo más.

Siento frío y calor al mismo tiempo.

Él se corre y en ese momento algo ocurre que me para en seco, me saca de mi orgasmo y de todas las sensaciones que venía adorando.

Mis piernas están mojadas.

El torso de Edward está mojado y brillante. Tiene gotas y no es de sudor.

Su cara es de sorpresa y la mía de horror.

Lo peor es que no puedo controlarlo y un pequeño chorro vuelve a mojarnos a ambos.

Miro hacia abajo.

No puede ser.

Estamos congelados.

Cuando recupero brevemente las fuerzas me separo de Edward de un empujón haciendo que salga de mí.

-Desátame.

-Bella- dice sorprendido.

-Suéltame esto es humillante- repito luchando contra los cinturones.

No puedo ni mirarle a la cara.

-Bella es increíble.

-¿Es increíble que te meen encima? ¿Te pone eso?- pregunto enfadada sin mirarle.

-No te has meado, te has corrido.

-Me he corrido y luego me he meado porque no tenía control de mi cuerpo. No he podido cerrar el grifo.

-Has eyaculado- me explica sonriendo.

-¿Qué?- pregunto mirándole por primera vez.

-Existe la eyaculación femenina.

-Lo sé pero eso no es real, es algo que hacen en el porno pero en la vida real no ocurre.

-Ya lo creo que sí, tú lo acabas de hacer- se ríe.

Frunzo el ceño y miro hacia abajo, hacia las sábanas mojadas.

-Ha sido asombroso cariño- me dice poniéndose se pie y desatándome las manos para abrazarme.

Aun no me lo creo que todo.

-¿Cómo sabes que no me he meado?

Se pasa una mano por el torso y se lo acerca a la nariz, luego hace lo mismo conmigo.

-La orina huele, esto no huele a nada.

Tengo que darle la razón en ello.

-¡Dios mira como te he puesto!- digo mirando su torso que aún tiene gotas al igual que sus piernas.

-Te he hecho eyacular, ¡es genial!- expresa feliz e incrédulo sobre su triunfo.

-Aun no estoy convencida del todo de que haya eyaculado. Nunca me ha pasado.

-Yo tampoco lo he visto pero he leído que es posible.

-Ha sido raro-

-Ha sido intenso.

-Mucho- me río desabrochándome el cinto de uno de mis tobillos.

-Hagámoslo de nuevo.

Miro el reloj.

-No tenemos tiempo para tanta puesta en escena.

-No me hará falta- dice buscando algo por la cama.

Cuando lo encuentra no puedo evitar reírme.

-¿Eso es el vibrador?

-Es lo que tenía a mano.

-Es mi cepillo de dientes eléctrico.

-Le he quitado el cabezal- me dice serio como si fuera una gran hazaña.

Volvemos a unirnos uno frente al otro en la posición de flor de loto con ''el vibrador'' entre nosotros.

Ambos llegamos al orgasmo y nos corremos pero la tan ansiada eyaculación no ocurre y Edward está terriblemente decepcionado.

Me separo riendo de él porque si le dejo estaría follándome todo el día hasta conseguir su premio, premio que aún no estoy convencida de que realmente sea eyaculación y no pis.

Desayunamos en la habitación, al lado de la ventana con vistas a la torre Eiffel.

Un café con leche y diferentes bollitos franceses que hacen que quiera correr a una pastelería y llevarme media docena en el avión.

Cuando estoy en el baño escucho a Edward hablar por teléfono pero no le doy importancia porque él habla mucho por teléfono.

Aprovecho para revisar mi móvil y leer los mensajes de Montse preguntándome qué tal estaba.

Al final decidí no ir de trabajadora empoderada y fingir tener gastroenteritis cuando escribí a Ona anoche. Me dijo que esperaba que me recuperase pronto y que si mi estado me lo permitía me preparase unas presentaciones para mañana leyéndome unos PDF.

Edward tiene que estar en Ámsterdam esta tarde sí o sí así que nuestro avión sale en dos horas.

Salgo a la habitación donde Edward está sentado en la cama revuelta hablando por teléfono.

-Ella se extralimitó con ambos. Dijo cosas que no le atañen y que además desconoce. Una amiga no hace eso.

-¿David?- susurro y él asiente.

-Tu amistad y la mía no se verá afectada para nada pero no puedo seguir tratándola igual después del numerito que ha montado, ella ya no es mi amiga y evitaré su presencia tanto como me sea posible. Se lo diré a Bella- dice antes de cortar la llamada.

-¿Qué ocurre?- pregunto sentándome a su lado.

-Ha discutido con Jessica, no está de acuerdo en lo que hizo.

-O sea que él no piensa así- susurro aliviada.

-¡Por supuesto que él no piensa así! ¿Crees que te hubiera llevado anoche a su casa si yo pensase que él cree que tú solo estás conmigo por dinero?

-¿Y tú lo has creído en algún momento?- le digo seria.

-¡Bella!- responde enfadado- ¡no!

-¿Cómo lo supiste? ¿Qué te hizo creer que yo no estaba interesada en tu dinero o en tu potencial para hacerme famosa? En un primer momento me refiero.

Él suspira y desvía la mirada.

-No lo sé. Simplemente nunca me diste esa sensación y cuando conviviste conmigo lo vi. Nunca pediste nada, me costó convencerte de no pagarme alquiler por una villa en la cual yo estaba de prestado y nunca jamás publicaste una sola foto de mí o de mi vida privada en las redes sociales con el beneficio que hubieras podido obtener.

-Sí bueno es que ser invitada a un programa de cotilleos no es mi objetivo en la vida pero tal vez en unos años…- digo riendo.

Él se ríe conmigo.

-Nunca me has preguntado por mi caché- dice.

-Porque me da igual.

-Una vez me dijiste que no te interesaba saber cuánto dinero tenía en la cuenta salvo que fuésemos a compartir una hipoteca.

-Lo recuerdo- digo rememorando ese día en mi cabeza.

-Tal vez fue ahí cuando lo supe.

-¿Que tus ahorros estaban a salvo conmigo?

-Que tú no me veías como una persona con un valor económico.

-Yo ese día no sabía que te quería pero ahora sé que te quiero para siempre y que algún día conoceré cuánto dinero tienes en la cuenta porque viviremos juntos, compraremos una casa, compartiremos una hipoteca y dormiremos juntos todos los días.

-Te enseño mi aplicación del banco ahora mismo si me dices que te vienes vivir conmigo.

Me río y le beso.

-Algún día-

-Algún día no muy tarde- repite antes de besarme.

-Trato hecho- le digo volviendo besarle.

Desde el hotel vamos directamente al aeropuerto, pasamos los controles y subimos de nuevo al jet privado.

Pasamos todo el vuelo tumbados uno junto al otro en el sofá grande.

-Cuéntame cómo lo vamos a hacer para sobrevivir a no vernos en un mes entero.

-No lo sé- le digo jugando con sus manos.

-¿Has comprado ya los billetes para venir en diciembre?

-Aun no he tenido tiempo.

-Hazlo, por favor. Yo te los compro si quieres.

Niego con la cabeza.

-Los compraré esta noche. Gracias por raptarme ayer del trabajo, no sabía cuánto necesitaba echar el freno hasta que me subí a este avión contigo.

-No tienes que agradecerme por eso, eres mi novia. Solo por favor, saca un rato para hablar conmigo cada noche, si no va a ser imposible estar así un mes entero.

-No me lo recuerdes- le digo escondiendo mi cara en su pecho- por supuesto que hablaremos cada noche. Y si te cansas de estar en Los Angeles tengo un hueco en mi cama para ti.

Ambos sonreímos.

-El timing es una mierda- me dice él.

-Una jodida mierda- le respondo estando de acuerdo.

Aterrizamos en Barcelona a las 11 del mediodía.

Edward solo se baja del avión para llevarme hasta el taxi que me está esperando a pie de pista donde nos despedimos sabiendo que no vamos a vernos hasta dentro de un mes.

Como en teoría estoy enferma decido trabajar desde casa preparando las presentaciones que me ha mandado Ona por email.

Edward me escribe cuando llega a Países Bajos y hablamos un poco por videollamada antes de irnos a dormir.

Al día siguiente me llevo la primera sorpresa nada más despertarme. David me ha escrito un whatsapp disculpándose por Jessica y confesando no entender su actitud hacia nosotros. No obstante él está feliz por ambos y seguimos siendo bienvenidos en su casa.

La segunda sorpresa me la llevo nada más entrar a la oficina y ver a todos malhumorados y con caras largas.

Cuando a la hora de comer el ambiente continúa enrarecido salgo a recepción a hablar con Jordi.

-Me estoy volviendo loca ¿o todos tenéis una actitud hostil hoy?

Pone los ojos en blanco y se gira en la silla.

Me sorprende su actitud.

-Anoche hubo reunión.

-Nadie me ha dicho nada.

-Ya, porque estabas enferma. No fue planeada, nos íbamos a casa casi a las siete de la noche y Ona nos llamó a la sala de videoconferencias. Hay una noticia mala y una buena, ¿cuál quieres primero?

-La buena.

-La buena es que vamos a tener dos semanas de vacaciones en navidad, el último día de trabajo será el viernes 21 de diciembre y volveremos el lunes 7 de enero.

-Pues estupendo- sonrío.

-La mala es que la brujOna nos ha quitado el puente de diciembre porque hay alta demanda de trabajo e incluso habrá que trabajar algún sábado de ese mes. O sea que el próximo mes la única luz que vamos a ver es la de la pantalla del ordenador. Tenía reservado un viaje para irme a esquiar esos días y lo tengo que cancelar y perder el dinero. Así que no hay ambiente hostil hacia ti si no en general.

-¿Ha quitado el puente de diciembre?- pregunto cayendo en la cuenta de lo que significa.

Jordi asiente con la cabeza.

-¿Pero no era festivo en todo el país o algo así?

Vuelve a asentir.

-En todo el país tendrán vacaciones menos en esta oficina. No quiero hablar más del tema, sigo irascible porque necesito vacaciones ya.

-Yo ya tenía planes para esos días- susurro pensando en el viaje a Los Angeles que tenía planeado con Edward.

-Como todos- dice con ironía.

-¿Y dijo si nuestra jornada laboral va a seguir siendo de 12 horas diarias? Porque últimamente no llego a tiempo a casa ni para hacer la compra.

-El año pasado fue peor, no nos quitó el puente de diciembre pero trabajábamos hasta las nueve de la noche cada día. Me alimenté a base de comida enlatada que compraba los domingos en la tienda oriental que está debajo de mi casa.

-Me niego a comer nada que salga de una lata.

-Tú sabrás pero por lo pronto ve cancelando tus planes del puente de diciembre.

Suspiro y frustrada camino de vuelta a mi oficina.

Espero a que el enfado y la frustración se calmen un poco antes de llamar a Edward y decirle que nuestros planes han cambiado.

Su actuación en Rotterdam se canceló así que no íbamos a poder vernos en noviembre y ahora nuestros planes para el puente de diciembre también se iban por el váter. ¿Cuándo volveríamos a vernos? ¿En navidad? ¿En enero? ¿Dos meses sin vernos?

Decido no llamarle hasta llegar a mi casa.

-Hola nena- dice respondiendo a mi llamada.

-Hola- sonrío- ¿qué tal?

-Bien, bien estoy a punto de entrar con Armin al estudio de ASOT.

-Genial, ¿puedes hablar ahora o te llamo más tarde?- le digo seria.

-¿Pasa algo malo?- adivina por el tono de mi voz.

-Sí, pasa que mi jefa no nos va a dar los días del puente de diciembre, tengo que trabajar y no hay opción ni a escaparme un fin de semana para verte porque trabajo algún sábado también.

La línea se queda en silencio demasiado tiempo.

-¿Edward sigues ahí?- pregunto.

-Tengo que trabajar no puedo ocuparme de esto ahora- dice serio cortando la llamada.

-¿Edward?- digo extrañada por su actitud.

Pero la línea ya se ha cortado.

Intento volver a llamarle pero no obtengo respuesta.

Si iba a trabajar prefiero dejarle tiempo para que asimile la noticia tal y como yo he tenido desde esta mañana.

Son casi las 11 de la noche cuando mi móvil comienza a vibrar.

-Perdón por lo de antes- dice al otro lado de la línea.

-Estás decepcionado.

-Sí, teníamos planes y nuevamente no van a cumplirse.

-Lo sé- digo frustrada- estoy tan cansada.

-Pues párale los pies a tu jefa, dile que no- expresa enfadado.

-No puedo Edward, toda la oficina trabaja igual que yo.

-¿No te parece abusivo?

-No sé si abusivo es la palabra pero sin duda es infernal y no tiene pinta de ponerse mejor.

-¿Y ahora qué hacemos? Yo no puedo viajar a Barcelona hasta fin de año, tengo cogido el estudio en Los Angeles estas semanas y si lo cancelo no volverá a estar disponible hasta finales de febrero, no cumpliría con los plazos que ya he firmado con el sello discográfico.

-No, no, no puedes hacer eso- rebato.

-Tampoco tú puedes viajar a Los Angeles si tu jefa te tiene secuestrada de lunes a sábado.

-¿Sigues teniendo la nochevieja libre?

-Sí.

-Antes no te he dicho todo, me han quitado los días del puente pero a cambio tengo dos semanas de vacaciones en Navidad.

-¿Sí?

-Sí- Sonrío- aun así Nochebuena y Navidad quiero pasarlo en Londres con mi familia pero el día 26 o 27 de diciembre podría volar a Los Angeles y quedarme contigo hasta el día 5 de enero.

-Vale.

-¿No te entusiasma la idea?- pregunto ante su tono.

-Me entusiasma sí, pero hasta que no estés aquí no me haré ilusiones porque últimamente ningún plan nos sale bien.

-Escúchame, esos días voy a ir a Los Angeles contigo sí o sí.

-Aun así es mucho tiempo, estamos a 10 de noviembre, es más de un mes sin vernos.

Suspiramos ambos a cada lado de la línea.

-Lo sé ¿pero qué más podemos hacer?

-Nada.

-Créeme que más lo siento yo. Si quieres no digas nada a tu madre aún pero yo compraré los billetes esta tarde.

-Vale.

-Edward no puedo hacer nada más, no te enfades- le pido frustrada.

-¡No me enfado contigo! Me enfado con tu jefa y con los putos aviones y la puta distancia. Pero déjame unos días ¿vale?, lo asimilaré.

-Vale.

Cambiamos de tema hablando de cómo ha ido el programa de radio ASOT que hace Armin Van Buuren y que hoy llevaba de invitado a Edward.

Es tarde cuando colgamos la llamada pero decido comprar los vuelos en ese mismo momento.

Barcelona-Londres

Londres-Los Angeles

Los Angeles-Barcelona

Y más vale que todo salga según lo previsto porque acabo de dejarme cerca de 1000 euros en vuelos.

.

🌊 ❤️ 🌊

.

¡Hola de nuevo!

Jessica ha creado un conflicto con su pareja porque David está completamente a favor de la relación de Edward y Bella.

Hemos visto como juntos van explorando nuevas experiencias de su sexualidad aunque ella no esté convencida y la vergüenza se haya apoderado del momento. ¿Vosotras creéis que la eyaculación femenina existe o que es un mito del porno?

Por último, la vida real donde las agendas no siempre coinciden ha aparecido, ¿cómo sortearán este bache? ¿Podrán verse en Navidad o tendrán que esperar aún más tiempo? Espero leer vuestras respuestas y teorías sobre el capítulo en los reviews.

Veo que muchas tenéis ganas de conocer a la familia de Edward pero aún quedan unos capítulos para eso, hay más cosas que explorar antes de llegar ahí pero llegaremos, ese capítulo ya está escrito no os preocupéis. Solo os puedo adelantar que no he leído a una Esme como la de esta historia en ningún fic.

Muchas gracias a todas por leer, como siempre REVIEW = ADELANTO.

Os animo a uniros al grupo de Facebook para ver las imágenes de cada capítulo y enteraros de las actualizaciones.

¡Nos leemos!