DISCLAIMER: Los personajes pertenecen a Stephenie Meyer pero todo lo demás es mío.
Grupo de Facebook: Feeling the Reading: Bella Bradshaw.
.
🌊 ❤️ 🌊
.
Conduzco en silencio y tensa hasta la villa.
Nos bajamos del coche sin decir una palabra y caminamos hasta el salón en silencio.
Me apoyo contra la encimera de la cocina y me quedo mirándole, evaluándole.
-Ponte hielo- le digo seria sin moverme de mi sitio.
-Está bien- dice flexionando los dedos.
-Vale.
Le oigo suspirar y moverse por el salón pero mi mirada ya no está en él.
-Lo siento- le digo.
Levanta la cabeza y se me queda mirando en silencio.
-Tú no tienes que sentir nada. Él es el que ha actuado mal y yo he sido el que he caído en sus provocaciones. Estoy enfadado conmigo, debería…
-No lo estés, por favor- le pido caminando hasta él.
-Debería haberme mantenido más frío, más impasible pero no he podido. Siento que él ha ganado porque ha conseguido quedar como la víctima.
-Yo sé que no ha sido así- le digo sincera cogiendo su mano entre las mías.
La observo y veo que es cierto que está bien. No tiene cortes y al menos por ahora no está hinchada.
-Necesito… voy a salir a nadar un poco-
-Vale.
-Bella- me dice mirándole- no estamos mal, no pasa nada. No estoy enfadado contigo ni nada por el estilo. Es tan solo la situación y como ha terminado.
Asiento.
-Ve a la cama por favor. Subo en un rato-
-Voy contigo- le contradigo.
Niega.
-Necesito estar solo para calmarme.
Su mano se suelta de entre las mías y camina hacia el ventanal que da al jardín.
Muchas veces le he pedido a Edward que me deje tiempo después de discutir para aclararme y hablar las cosas con calma. Ahora es él el que necesita tiempo para calmarse y aunque lo entiendo y sé que es algo positivo también es muy duro estar a este lado lidiando con la incertidumbre.
Ha sido un verano fantástico, hemos estado juntos cada semana, hemos pasado tiempo con nuestros amigos, hemos ido de vacaciones y ahora esto es como un jarro de agua fría.
Leo no ha sido un impedimento para nuestra relación pese a lo que yo creía pero justamente ahora se siente como un gran peso sobre mi cabeza.
Si tan solo nos hubiéramos quedado en casa…
Por supuesto no puedo dormirme. Me meto en la cama pero miro el móvil sin ser consciente ni de la mitad de las cosas que veo.
Es casi la una de la mañana cuando Edward vuelve a la habitación.
-¿Qué haces despierta aún?- pregunta en un tono mucho más suave.
-No podía dormir- confieso dejando el móvil en la mesilla -Lo que ha pasado hoy era lo que no quería que pasase, nunca. No quería que Leo se interpusiera entre nosotros.
-No lo ha hecho.
-Edward no me mientas.
-No lo hago Bella. Él lo ha intentado pero no ha creado ninguna brecha entre nosotros, no te veo diferente porque haya dicho cuatro tonterías estando resentido, confío en ti y en nuestra relación. Es cierto que con quien estaba frustrado era conmigo mismo, no debí reaccionar así, no debí pegarle ni usar el sexo contigo como aliciente para fastidiarle.
-Yo también le habría pegado si hubiera tenido al menos la mitad de su fuerza.
-Solo quiero olvidarme de él- me pide metiéndose en la cama.
Asiento y le doy un beso antes de girarme a apagar la luz.
-Lo que has dicho al final…- comienzo a hablar sobre una duda que ronda mi cabeza.
-Sí.
-¿Es cierto?
-¿Lo del blanqueo de dinero?
Asiento contra su pecho.
-Sí. Cuando te dije que terminé antes de tiempo mi contrato con él fue por ti y por eso. Mi equipo de trabajo empezó a ver cosas extrañas con el tema de permisos del local y lo dejé antes de que todo estallase.
-Nunca he escuchado ni visto nada- le digo haciendo memoria.
En general yo solía mantenerme al margen de sus negocios porque estaba muy ocupada con mi trabajo.
-Tiene los medios suficientes para ocultarlo. Su perfil no es de una persona que blanquea dinero si no de alguien respetable.
Edward suspira.
-No quiero pensar más en él. Estoy contigo, estoy con quien quiero estar para siempre y lo que él haga, diga o piense sobre mí no me importa en absoluto- expongo antes de pasar mi brazo sobre su torso.
-Buenas noches nena- me dice besándome el pelo.
-Buenas noches cariño- le respondo besándole el pecho desnudo.
A la mañana siguiente Edward aún duerme pero yo soy incapaz de conciliar el sueño de nuevo pese a que son solo las siete de la mañana.
Mi cabeza recuerda todo lo ocurrido ayer una y otra y otra vez.
Me levanto con cuidado, me pongo una camiseta y unos shorts y salgo de la habitación.
Para sorpresa mía no soy la única despierta porque David está en la cocina con el móvil.
-Hola- digo llegando hasta él.
-¡Ey Bella! ¿Qué tal?
-Desvelada- digo cogiendo agua del frigorífico y un vaso.
-¿Es por lo de anoche? ¿Qué pasó? ¿Por qué se peleó Edward con ese tío?
-¿Sabes quién es?
-Es un posible inversor que quiere reabrir un club aquí en Ibiza el verano que viene.
-Lo que me faltaba- digo negando con la cabeza.
David frunce el ceño sin apartar su mirada de mí.
-Tú sabes quién es.
Asiento.
-Es mi ex marido o aún marido a aspectos legales porque no quiere firmar el divorcio.
-¡¿Estás casada?!- pregunta incrédulo elevando la voz.
-Lo estuve sí.
-¿Cuándo? Si no tienes ni 30 años ¿cuándo te has casado?
Me siento en uno de los taburetes de la cocina y confío en David toda nuestra historia.
-Con razón Edward le dio un puñetazo ayer.
-Se sentía fatal por cómo reaccionó. Tardó mucho en calmarse al llegar a casa mi pobre Edward.
-Hiciste bien en salir de ahí. No solo por no estar enamorada si no porque por lo que me cuentas él no era buena persona.
-No me he arrepentido ni una vez desde que crucé la puerta de esa casa. Nunca me he cuestionado si hice mal, sé que hice bien. Incluso antes de volver con Edward sabía que no debía estar con Leo.
-Siento que hayas tenido que pasar por un divorcio tan joven-
-Yo no- me encojo de hombros- porque eso de alguna manera me ha traído a donde estoy hoy y no lo cambiaría por nada- sonrío.
-¿Te casarías con Edward?
-¿Qué?- pregunto riendo.
-Solo hablamos por hablar. Tú dices que no debiste casarte con tu ex porque no le querías como se quiere a una pareja pero a Edward sí le quieres, entonces te pregunto si crees que un matrimonio con él funcionaría o si eres reacia a volver a casarte.
Lo pienso durante un largo rato.
-No lo sé. Una parte de mí sí rechaza el matrimonio porque pienso en ello y recuerdo a Leo. Matrimonio y Edward puede sonar bien pero no estamos en ese punto de nuestra relación ninguno de los dos- sonrío- no obstante, nunca digas nunca, yo siempre iba de abanderada de la lealtad, de no ser infiel, la sinceridad y blablablá y llego Edward y todas mis normas morales se vinieron abajo.
-Porque era Edward- sonríe David.
-Exacto, una vez se lo intenté explicar a él pero no lo entendió- le digo recordando ese día en mi casa hace más de un año ya- no entendió que yo fui infiel a mi entonces prometido porque era él, por como me sentía con él, no por el hecho de estar con otra persona. Así que ahora puede dormir tranquilo porque yo solo sería infiel con él y como es mi pareja creo que no cuenta- me río.
-Sí que lo entendí- me responde su voz rasposa entrando en la cocina.
Tanto David como yo nos quedamos petrificados. No estamos hablando nada que Edward no sepa pero aun así no es una conversación para ser escuchada por terceros.
-¿Cuánto tiempo llevas escuchando?
-Desde nunca digas nunca- sonríe llegando hasta mí y dándome un pico.
-Después de lo de ayer David merece saber toda la historia- le digo.
Edward asiente.
-Bella me ha contado quién es Leo Hastings.
-Un gilipollas- dice Edward sirviéndose un poco de café.
Me río y miro a David que también está riendo.
David le cuenta que Leo estaba aquí para reabrir un antiguo club y Edward le cuenta lo del Lynx. Haciéndole saber que Leo no es trigo limpio en negocios.
Luego David sale a darse un baño a la piscina dejándonos solos.
-Así que…-comienza Edward.
-Así que ¿qué?
-Así que tú solo serías infiel conmigo.
Asiento sonriente y segura.
-¡Qué mal para ti! No podrás serlo nunca- expresa riendo.
-Podemos hacer juego de roles. Fingir ser desconocidos de nuevo, sin que mi novio se entere claro. A no ser que tú… ¿Tú me serías infiel con alguien?
-Solo con Gal Gadot- se ríe mordiendo su tostada.
-¡Edward!- me quejo pegándole en el hombro.
-Pero porque se parece a ti- se defiende.
-Sí claro… no hay quien se crea eso.
-Es broma-
Tuerzo la cara.
-Celosa- me pica riendo antes de besarme.
-Ya, es muy fácil hablar por ti. Ahora si te dijera que cuando uso mi vibrador rosa pienso en Chris Hemsworth igual no te haría tanta gracia.
-¿Tienes un vibrador rosa?
-Sí, en mi mesilla en Barcelona- confieso orgullosa.
-¿Y nunca le has compartido conmigo? Egoísta…
-Tú fantaseas con Gal Gadot- reprocho.
-En realidad no. En realidad cuando estoy solo en Las Vegas suelo tocarme viendo tus fotos. La del hotel en Grecia concretamente- me susurra contra mi oreja haciéndome cosquillas.
Me río recordando esa foto. Estábamos especialmente juguetones ese día.
-No tienes nada de qué preocuparte conmigo. Mira como estoy solo de pensar en una foto tuya y ni me estás rozando- me dice guiando su mano sobre sus pantalones de chándal que enmarcan perfectamente su pene empezando a endurecerse.
Le aprieto mirándole a los ojos sin pizca de broma en mis acciones.
-Bésame- me pide colando su mano por dentro de la cintura de mis shorts vaqueros y llegando a mis glúteos.
Cuando nuestros besos no son suficientes mete su rodilla entre mis piernas masturbándome con su roce.
-¡Mis ojos!- grita Giselle entrando a la cocina junto a Garret y cortándonos el rollo.
Nos separamos riendo avergonzados y Edward oculta su erección detrás de mí.
-Lo siento- decimos ambos a la vez.
-Somos adultos no pasa nada- dice Giselle avergonzada girándose hacia el frigorífico.
-Acostúmbrate cariño, hace cinco años fue mucho peor- le aconseja Garret.
-Nunca hemos follado en la cocina- le recuerda Edward.
-Lo hacíais en la piscina.
-Vale, limitaremos el sexo a las habitaciones- corto la conversación llena de vergüenza.
Todos nos reímos y Edward y yo abandonamos la cocina dejándolos solos para desayunar.
-¡Qué pillada!- le digo riendo entrando a nuestra habitación.
-Ellos no pueden decirnos nada porque follan como monos contra la pared todas las noches.
Me río recordando los gemidos exagerados de Giselle.
-¿Por dónde íbamos?- me pregunta mi novio volviendo a meterme mano.
-Por aquí- digo introduciendo mi mano por dentro de su elástico y apretando su polla endureciéndola aún más.
Completamente saciados el uno del otro bajamos para comer todos juntos una paella. Luego Edward se fue a las Vegas y yo a Barcelona.
.
🌊 ❤️ 🌊
.
¡Hola!
Perdón por la ausencia, me ha sido imposible dedicarle tiempo a FF estas semanas.
Un punto más de refuerzo a su relación al haber enfrentado juntos a Leo.
¿Volverá Leo? ¿Habrá entendido que tiene que firmar el divorcio porque Bella ha continuado con su vida igualmente? David acaba de descubrir que Bella está casada. ¿Qué tal llevarán la vuelta a la rutina ahora que Edward no va a estar viviendo en Ibiza a 30 minutos en avión de Bella?
Espero leer vuestras opiniones e impresiones sobre qué pasará en el siguiente capítulo.
Como siempre review = adelanto.
Gracias por leer.
