DISCLAIMER: Los personajes pertenecen a Stephenie Meyer pero todo lo demás es mío.

Grupo de Facebook con imágenes del capítulo: Feeling the Reading: Bella Bradshaw.

.

🌊 ❤️ 🌊

.

Octubre comenzó con Edward viniendo a Barcelona para celebrar nuestro primer aniversario.

Me sorprendió al decirme que llevaba meses con una reserva en el restaurante El Celler de Can Roca, local con 3 estrellas Michelín donde cada plato era una experiencia única.

No nos quedamos en el hotel del restaurante pese a estar en Girona, a una hora de mi casa, porque Edward tenía que viajar temprano el domingo.

En este mes también hubo un pequeño cambio, casi imperceptible, pero de haberlo sabido habría aprovechado más ese fin de semana juntos celebrando nuestro aniversario.

A Edward le llovían las colaboraciones, algunas a petición suya y otras a petición de otros djs, cantantes o incluso boybands coreanas, lo que se traducía en viajes constantes que no nos habían permitido vernos.

En el trabajo me habían ofrecido la oportunidad de empezar un máster completamente financiado por la empresa sobre Estrategia y Gestión creativa de Marca. Estaba muy indecisa sobre si aceptarlo o no pero Ona me animó asegurándome que solo podía aportarme cosas buenas.

Es cierto que nada más terminar mi carrera universitaria en mis planes sí contemplé la idea de estudiar un máster y especializarme en un campo más concreto pero luego comencé a trabajar y ya no tenía tanto tiempo como para volver a estudiar.

Otro aspecto que me impedía decidirme respecto al máster era precisamente el tiempo. Las clases eran cien por cien online pero los exámenes eran presenciales y la adquisición de nuevos conocimientos también me suponía dedicarle varias horas cada día cuando saliera de trabajar.

Lo hablé con Edward, le expuse todos los escenarios posibles y le expliqué que era un añadido más para robarnos tiempo. Casi estaba deseando de que me quitase la idea de la cabeza y me pidiera que no lo aceptara pero siendo el novio que era me animó a estudiar, me dijo que al final eran tan solo unos meses y que conseguiríamos encajar las piezas para poder vernos como llevábamos haciendo desde el principio de nuestra relación.

Confiada y emocionada dije que sí y ahora me pasaba estudiando todas las tardes.

A mediados de noviembre Edward volvió a ''robarme'' para ir al cumpleaños de David, esta vez en Ibiza donde él había decidido pasar el invierno trabajando en su nuevo disco. Aun siendo un fin de semana de ''vacaciones'' Edward se pasó muchas horas en el estudio trabajando y dejándome tiempo libre para estudiar.

No fue hasta que regresé a Barcelona que me di cuenta de que casi no habíamos estado juntos en todo el fin de semana, sumado a la racha de no vernos que se había instaurado entre nosotros desde octubre, una pequeña alarma se activó en mi cabeza.

¿Nos estábamos acostumbrando a estar juntos sin vernos?

A diferencia del año pasado no estábamos coordinando agendas ni planeando cuándo sería la siguiente vez que nos veríamos.

No estábamos mal pero tampoco me terminaba de convencer la dinámica en la que nos habíamos metido últimamente.

¿Acostumbrarme a ver a mi novio un fin de semana al mes? No gracias y menos después de haber pasado todo el verano viéndonos cada semana.

Victoria nos propuso irnos todos juntos, maridos incluidos, de fin de semana a Brujas, Bélgica, justo antes de Navidad. Me gustó mucho el plan y me apetecía compartir tiempo con mis amigos y mi pareja.

Revisé las fechas de mis exámenes y vi que hasta principios de enero no comenzaban así que por el ámbito académico estaba completamente libre. El trabajo era otra cosa porque en plena campaña de Navidad es el punto de mayor carga de trabajo para los publicistas y de hecho ya en estas últimas semanas estaba saliendo una hora más tarde cada día. No obstante calculé que para el 20 de diciembre todas las campañas estarían finalizadas y comenzarían nuestras pequeñas vacaciones de invierno.

Ahora solo me quedaba Edward, porque si todas mis amigas iban con pareja yo no quería ir sola y hacer mal tercio.

Le llamé sabiendo que estaba trabajando en Nueva York y que allí serían como las tres de la tarde.

-Hola cariño- me responde riendo.

-¿Dónde estás?- oigo gente con él, risas y como ambiente de bar.

-En una cafetería del Soho con Alessja, Garret y más gente del equipo.

-Ah-

Alessja es Miss Monique, una dj ucraniana con la que Edward está trabajando esta semana.

-¿Qué tal el día?- pregunta alejándose del ruido y saliendo a la calle.

-Como siempre, oye ¿tienes por ahí el calendario?

-Sí ¿por qué?

-Porque Victoria ha propuesto ir a Brujas el finde de antes de Navidad, todos juntos, en parejas. Me apetece mucho ir y quiero que vengas…- propongo.

-Voy a mirar la agenda del móvil, no cuelgues-

Pasan unos segundos donde supongo que ha alejado el teléfono de la oreja y está buscando en el calendario la fecha para ver si tiene algún evento.

-No tengo nada-

-¿En serio?- pregunto emocionada.

-En serio- se ríe él- di a Victoria que cuente con nosotros.

-Ahora mismo- le respondo sonriente.

-Aunque tenemos que hablar de Navidad…

-¿Qué pasa?

-¿Qué planes hay? ¿Vas a venirte a Los Ángeles conmigo como el año pasado o….?

-Oh, no sé aún. El año pasado la oficina cerró varias semanas pero no sé si este año será igual o si tan solo tendré los festivos correspondientes del día 25 y 26 de diciembre y 1 de enero.

-Ya… ¿y cuándo lo sabrás?

-A principios del mes que viene supongo- suspiro.

-Ya sabes que este año se ha movido la gira de la India y en vez de en octubre va a ser a principios de enero así que temo que no vamos a poder pasar juntos el año nuevo.

-Lo sé. Este año está siendo todo tan complicado…

-¿Complicado?- pregunta extrañado.

-Nuestras agendas están mucho más llenas.

-Como siempre- se ríe al otro lado.

Frunzo el ceño.

No, como siempre no.

-Le diré a Victoria que cuente con nosotros para ese fin de semana. ¿Vendrás a Barcelona antes?- pregunto con esperanza.

-No puedo, tengo actuación en Munich la noche anterior y para cuando yo llegue a Barcelona tú estarías en el aeropuerto, mejor quedamos directamente en Brujas.

-Bien. Oye voy a colgar, tengo que cenar y ducharme, mañana quiero levantarme a las 5 para estudiar porque hoy he salido tarde de trabajar.

-Auch- dice al otro lado de la línea- ¡vaya madrugón!

-Sí, lo sé pero es la temporada alta de trabajo así que no me queda de otra.

-Te dejo descansar nena, hablamos.

-Sí, hablamos- digo antes de colgar.

No pierdo el tiempo y escribo por el grupo de las cuatro que cuente con nosotros.

Rose dice que lo confirma mañana cuando sepa si puede dejar a Sophie con sus padres ese fin de semana.

Lauren aun no lo ha leído pero sabiendo cómo es seguro que se apuntan tanto ella como su pareja.

Tengo muchas ganas del fin de semana en Brujas. Ya he comprado el billete de avión y algunas prendas de ropa para el viaje así como he buscado bares, restaurantes y planes típicos que hay que hacer sí o sí cuando visitas Brujas.

En realidad estoy contando los días para que llegue ese fin de semana porque desde agosto no he estado con Victoria ni con Rosalie. A Edward llevo varias semanas sin verle y la última vez estuvimos juntos menos de 24 horas. Él tenía que viajar a Francia y decidió hacer una escala de un día en Barcelona para vernos. Me sorprendió al llegar a casa del trabajo y verle ahí.

También estoy deseando que llegue el 20 de diciembre para poder frenar un poco tanto en el trabajo como en la universidad. Al final no íbamos a tener nada más que una semana de vacaciones a finales de diciembre, de Nochebuena a Año Nuevo porque la empresa había podido quedarse con la organización del Mobile World Congress, la feria más importante del mundo de la telefonía a nivel mundial, así que tendríamos el resto de vacaciones a principios de marzo.

Ahora debería estar estudiando pero me he venido al centro a hacer unas compras para el viaje, concretamente lencería. Algunos de mis conjuntos favoritos ya estaban muy usados y otros estaban perdidos, bueno no exactamente, sé que Edward tiene varios de mis tangas pero ¿dónde los tiene? Esa es una buena pregunta. Así que ahora mismo me encuentro colocándome las tiras de un tanga color marrón a conjunto con el sujetador semitransparente que deja ver mis pezones.

No es un buen momento para recibir una videollamada pero al ver que era Edward contesto con picardía.

-Hola- sonrío a la pantalla.

-¿Dónde estás?- sonríe igualmente- ¿qué llevas puesto?- pregunta mirando mi imagen de espaldas reflejada en el espejo del probador.

-Ya lo verás- le guiño un ojo.

-¿Es para mí?-

-No, es para mí. Tú no eres muy de tangas.

-De los tuyos sí- me recuerda alzando las cejas.

Ambos nos reímos.

-Te llamo para proponerte un plan.

-¿Qué plan?

-Budapest. Aguas termales.

-Los baños de Széchenyi- adivino.

-Sí. ¿Te apetece?

-¿Cuándo? ¿En enero?- le pregunto repasando mentalmente los días que nos quedan libres en diciembre.

-No, este fin de semana.

-Este fin de semana- le digo cambiando de humor y de tono pidiendo que lo repita.

-Sí…- responde confuso por mi cambio de humor.

-¿Estás de coña no?- le digo seria.

-No, ¿por qué?

-Este fin de semana es cuando nos vamos a Brujas con mis amigas- explico sin ocultar mi frustración.

-¿Era este fin de semana?- pregunta confuso mirando el calendario de su portátil.

-Sí, Edward es este fin de semana. Te lo dije con mucha antelación y me dijiste que estabas libre.

-Se me olvidó apuntarlo en el Google Calendar que comparto con Garret y él me ha agendado una actuación en Budapest el sábado.

-Se te olvidó agendarlo- digo muy enfadada.

-Lo siento nena.

-¿Sabes qué? Ahora no puedo hablar, voy a cortar- digo antes de acabar la videollamada.

Estoy enfadada e indignada con mi novio.

¿Qué coño le pasa últimamente?

Sabía que era importante para mí. Le he contado todo lo que he visto para hacer en Brujas y sabe que tengo las cosas preparadas para el viaje, lo sabe.

Yo sé que su trabajo es demandante y exigente pero no puede ser siempre prioritario respecto a mí.

Estoy cansada de quedar relegada a los ratos libres y en los últimos meses siempre ha sido así. Solo nos hemos visto cuando él ha podido encontrar hueco en su agenda y siempre que no le causara mucho trastorno en sus viajes y yo he tenido que acoplarme a su disponibilidad, aplazando planes, cambiando horas de estudio, sacrificándome mucho más que él.

Me siento mal conmigo misma porque he organizado mis horarios en base a los suyos y él no ha sido capaz ni de añadir a su agenda el único plan que hemos planeado juntos estos meses. Siento que he estado siempre disponible para él y se ha relajado respecto a sacar tiempo para nosotros.

Llego a casa sin haber comprado nada y me quedo mirando a mi ordenador portátil con el que debería llevar horas estudiando y he dejado apartado para buscar lencería para gustar a mi pareja.

Patética.

Mi móvil suena y veo el nombre de Edward en la pantalla haciendo facetime.

-¿Qué?

-Lo siento nena. Siento que se me haya pasado la fecha del viaje, sé que era importante para ti- ahora está en su habitación de hotel.

-Sí, es importante para mí porque llevo sin verte semanas y a mis amigas meses. ¿Cómo coño se te olvidó añadirlo a la agenda?

-No sé- dice pasándose la mano por el pelo- porque cuando me llamaste para contármelo estaba fuera y luego me metí al estudio y se me pasó.

-Se te pasó-

-Lo siento. No puedo cancelar el show a estas alturas pero podemos ver cómo lo hacemos para vernos esa semana. Tú no trabajas, podemos estar juntos unos días…

-Ya tengo planes. Voy a estar en Londres y tú deberías irte a Los Ángeles si luego en enero vas a irte casi un mes a la India- le respondo duramente.

-Bella… eso es mucho tiempo.

-Lo sé pero hasta que no aceptemos que no tenemos tiempo el uno para el otro, lo mejor será no hacer planes.

Él frunce el ceño. No está de acuerdo con mis palabras.

-¿Quieres eso?

-Quiero tener organizada mi vida. Quiero saber si voy a verte o si no, si voy a tener que viajar o si vas a tener que viajar tú. Últimamente solo improvisamos y estoy cansada, yo también tengo un trabajo muy exigente y aun así saco tiempo para ti.

-Y yo no- responde serio con cierto toque de ironía.

-No, últimamente no- le confieso sincera.

Él suspira.

-Estoy enfadada y decepcionada contigo así que por favor, aún tengo mucho que hacer antes de irme a dormir.

-Bella espera.

-Mañana Edward por favor- le digo antes de cortar la comunicación.

Intento ser productiva, intento ver online la clase del master de hoy pero no puedo evitar pensar en Edward y en nuestra relación. Llegando a la conclusión de que tal y como estamos ahora, a mí la relación se me queda corta. Necesito más.

Necesito más tiempo, más intimidad, más convivencia, más rutina.

No quiero un novio solo para hacer planes, también lo quiero para días aburridos tirados en el sofá sin ningún objetivo más allá que pasar el día viendo la tele.

¿El problema?

No sé cómo solucionarlo. No sé cómo conseguir más tiempo con mi novio teniendo una relación a distancia y los trabajos que tenemos.

No veo ninguna solución a corto ni a largo plazo y eso me frustra, me enfada y me provoca una ansiedad que no estaba ahí antes.

Con Edward la comunicación se limita al whatsapp aunque todos los días él me pregunta si puede llamarme pero soy sincera y le digo que aún no, que sigo cabreada por todo el asunto de Brujas. Entonces él vuelve a pedirme perdón y entramos en un ciclo de conversación aburrido que no nos lleva a ningún sitio.

No siento la misma emoción que antes por el viaje pero aun mantengo las ganas de ver a mis amigas.

Mi vuelo llega a Bruselas antes que el suyo así que las esperaré en el aeropuerto tomando una cerveza belga.

Aterrizan sobre las 11 de la noche y voy a buscarlas a la zona de recepción de equipaje.

Cuando nos vemos nos fundimos en un abrazo que dura minutos y luego saludo a James y a Emmettt.

-¿Y Edward?- dice Rose notando su ausencia.

-No ha venido- confieso por fin.

-¿Por?- pregunta Victoria.

-Tenía que trabajar- me encojo de hombros.

Mis amigas fruncen el ceño y se miran compartiendo una mirada.

-Vamos, está todo bien- les indico cogiendo mi maleta- Lauren ha escrito pidiéndonos que le digamos qué tren tienen que coger ellos mañana para llegar a Brujas.

Salimos del aeropuerto hasta la zona donde se coge el tren y tras fichar el billete subimos a la parte superior del mismo.

No vemos casi nada porque en cuanto salimos de Bruselas todo es campo y a las 11 de la noche no hay luces.

Hablamos un poco sobre los vuelos de cada una, Emmettt quejándose de que les tocó en la cola del avión donde no había ni ventana y jurando a Rose que va a cambiar el asiento del viaje de vuelta a primera clase. Mi amiga no pone pegas aunque para ella no tener ventana no ha sido un gran problema.

Llegamos a la bonita ciudad de Brujas sobre la media noche. No había nadie por sus calles adoquinadas. Cogemos un tranvía hasta la casa que Victoria ha alquilado en AirBnb. El plan es hacer turismo pero también pasar tiempo juntos así que un hotel con habitaciones separadas no era la mejor opción.

La casa está a las afueras de la ciudad y es una de esas fachadas estrechas típicas de la zona con ladrillo rojo y tejados de tejas naranjas con forma de pico.

-Vaya Vic, ¡qué bonita!- expreso parándome frente a ella.

-Me lo contáis cuando me tengáis que pagar vuestra parte. No es barata pero nos lo merecemos- dice entrando- nosotros no tenemos preferencia por ninguna habitación así que elegid vosotros.

-No, elegid vosotros porque al final yo soy solo una y con cualquier cama me apaño- aclaro.

Rosalie me mira como queriendo hablar.

Me dejan sola en el recibidor pudiendo observar la decoración moderna que choca completamente con el exterior medieval de la casa.

Mi móvil vibra con un mensaje de Edward preguntándome si he llegado ya. Calculo que estará a punto de viajar de Munich a Budapest.

-Bella te hemos dejado la habitación pequeña- me pica James bajando las escaleras.

Me río y niego.

-No juegues porque no sería la primera vez que te echo de tu cama y me quedo a dormir con Victoria.

-Todas las habitaciones son iguales- me responde riendo.

-Así me gusta, que tu mujer sepa elegir bien- me río mientras subo la pequeña maleta que he traído para este fin de semana.

La habitación es minimalista, una cama de matrimonio, mesillas pequeñas y poco más. Hay dos baños en la casa, así que nos tocará compartir.

Estoy colgando el abrigo en una percha cuando la puerta se abre y Rose entra.

-¿Qué pasa con Edward?

-Que tenía que trabajar, ya te lo he dicho- respondo vaciando la maleta.

-Pero dijo que iba a venir.

-Pero luego le surgió algo y no ha podido.

-Y tú estás enfadada. ¿Habéis discutido?

-Hombre tú qué crees- me giro mirándola- el único plan que hemos hecho desde octubre y va y se le olvida apuntarlo en el calendario. Su manager ha visto disponibilidad para un evento y ha confirmado su asistencia a un show en Budapest mañana.

-Sé que cuando piensas en Edward te salen corazones de los ojos pero por muy maravilloso que sea recuerda que es un hombre y eso que ha hecho es muy de hombres. Lo de la memoria… no es lo suyo- me río de su comentario.

-Aunque él no vaya a venir me sigue entusiasmando mucho el viaje, hace meses que no nos veíamos.

-Lo sé. Es que tú también has estado muy liada con el máster.

-Ya, estoy aprendiendo un montón pero es muy jodido estudiar y trabajar al mismo tiempo.

-¡Ay quién te manda ser superwoman!- me regaña dándome un golpe en el brazo.

-Mi jefa- me río- ¿qué plan hay para ahora?

-James y Emmettt seguro que quieren emborracharse y jugar pero yo quiero cenar e irme a dormir.

-Señora- le digo riendo.

-No, señora no, madre. Estoy que no puedo de la alegría de saber que esta noche voy a dormir a pierna suelta durante ocho horas seguidas.

-Igual Emmettt opina diferente- digo elevando las cejas insinuándole que habrá sexo.

-Que no me despierte o no habrá sexo en todo el fin de semana- sentencia.

-No hagáis ruido, no se come delante de un muerto de hambre- bromeo.

-Seguro que tú precisamente a falta de sexo no estás.

Hago un gesto como cerrándome la cremallera que tengo en los labios y sonrío.

Rosalie se ríe y sale de mi habitación.

En realidad sí estoy un poco a falta de sexo.

Cenamos algo rápido y Rose y yo nos vamos a dormir mientras los demás se quedan abajo bebiendo cerveza y riendo.

Respondo el whatsapp de Edward sobre el vuelo antes de irme a dormir y solo le llega un tick, señal de que estará volando.

Por la mañana salimos muy temprano de casa hacia la zona centro de la ciudad donde habíamos contratado un free tour.

Quizás sea el día que más me he abrigado en mi vida, con un abrigo largo, botas altas, bufanda, gorro y guantes.

Paseamos bordeando los canales, nos hicimos fotos en la famosa esquina de Brujas que sale en todas las portadas, cruzamos el puente del amor, subimos al museo de la cerveza situado en plena Grote Markt con vistas a la preciosa plaza y luego paramos a comer en un restaurante cerca del Beguinaje llamado De Zevende Hemel donde probé la mejor carne estofada de mi vida, la famosa Carbonnade flamenca. Un guiso con mucho sabor y un color oscuro realizado con la cerveza típica del lugar.

El postre por supuesto fue chocolate. Nos pasamos la tarde visitando tiendas de chocolate dado que aquí se elabora el mejor del mundo así que cargamos con varias bolsas de tabletas y bombones.

Terminamos el día paseando por el mercado navideño montado en la Grote Markt lleno de puestos de comida, vino especiado, artesanía…

Me quedé con ganas de comprar algún adorno navideño pero luego me di cuenta que no tengo ni árbol porque el año pasado me fui a Los Ángeles, así que solo compré una bola de nieve para mi mesa de la oficina.

Cenamos algo de picoteo en los puestos de la calle y volvimos a casa donde no podía esperar a entrar en calor bajo la ducha.

El móvil se me había quedado sin batería sobre las seis de la tarde porque había estado usando el GPS y la cámara para hacer fotos y vídeos de manera incesante. Lo enchufé mientras me duchaba y cuando volví lo encendí solo para ver whatsapps de mis padres preguntándome por el viaje, uno de Jordi pidiéndome chocolate y algunos mensajes en Instagram en respuesta a las fotos que había subido a lo largo del día.

Nada de Edward.

Tampoco había subido stories de sus shows así que no sabía dónde estaría. El último whatsapp me lo había enviado esta mañana mientras estaba en el free tour diciéndome que lo pasara bien y le enviase fotos. Obviamente no había podido responderle en ese momento y ahí se había cortado la conversación.

Le mando un audio de whatsapp resumiendo el día y dejo el móvil en la mesilla para secarme con las toallas.

Me puse un pijama, el más gordo que tenía en casa, y bajé al salón donde estaban mis amigos jugando al El Embustero.

Se nos hizo más tarde de lo previsto y el reloj marcaba la una de la mañana cuando me metí en la cama.

Habíamos pasado una gran noche entre risas y cervezas belgas.

Había echado de menos a mis amigos.

Al día siguiente me desperté a las 7 de la mañana como acostumbraba a hacer en Barcelona. Intenté volver a dormirme pero fue imposible así que bajé a desayunar encontrándome a Emmett viendo la tele.

-Buenos días- digo una vez estoy abajo con voz rasposa.

-Hola Bell, ¿qué haces despierta?

-La costumbre de madrugar para el trabajo ¿y tú?

-La costumbre de tener una niña pequeña que se desvela- sonríe.

Le sonrío de vuelta y me giro hacia la cocina para preparar café.

Desayunamos en silencio viendo la tele en un idioma que no entendemos y luego subo a arreglarme aprovechando que Rose, Victoria y Lauren aún duermen y tengo el baño para mí sola.

Cuando estoy lavándome los dientes oigo el timbre de casa sobresaltándome.

¿Quién coño viene un domingo a las 7:30 a una casa de alquiler turístico?

Me imagino que es un error o que quizás es el dueño pasando a ver si todo está bien.

Me aclaro la pasta de dientes, me lavo la cara y bajo a ver quién es.

Oigo voces hablando en voz baja y cuando voy a bajar el último tramo de escaleras Emmett me ve y me guiña un ojo.

-Alguien se ha portado muy mal- me dice.

Frunzo el ceño y termino de bajar las últimas escaleras para ver a Edward.

.

🌊 ❤️ 🌊

.

¡Hola! Espero que podáis leer este capítulo, sé que FF está dando problemas y no deja acceder. Por otro lado, perdón por no subir capítulo el jueves pero literalmente se me olvidó qué día era.

Seguimos avanzando y nos encontramos con que la distancia va haciendo mella en la relación. Una vez pasado el primer año de pareja, la emoción de verse se va diluyendo y ya no basta con pasar un rato juntos. Bella quiere más y Edward parece estar bien así. ¿Lo solucionarán? ¿Cómo? Edward finalmente se ha unido al viaje programado pero ¿arreglará eso todo? Ya os adelanto que no.

Muchas gracias por leer y especialmente agradecida con todas las que os tomáis un minuto para escribirme un review dándome vuestra opinión sobre cada capítulo. Es lo que nos impulsa a escribir.

Como siempre review = adelanto y tanto en este capítulo como en el próximo habrá fotos en el grupo de Facebook (tenéis el enlace en mi perfil de FF)

¡Hasta el próximo jueves!

PD: Me voy a sentir un poco Bella porque voy a viajar para ver actuar a Armin Van Buuren y Martin Garrix. No puedo de la emoción jajajaja