DISCLAIMER: Los personajes pertenecen a Stephenie Meyer pero todo lo demás es mío.
Grupo de Facebook con imágenes del capítulo: Feeling the Reading: Bella Bradshaw.
.
🌊 ❤️ 🌊
.
-¿Qué haces aquí?- pregunto con incredulidad acercándome a ellos.
Edward mira a Emmett y este se va diciendo que va a despertar a Rose pero en realidad es para dejarnos solos.
-¿Qué haces aquí?- repito cuando escuchamos que Emmett ha subido las escaleras.
-Tenía un plan contigo-
-Un plan que se te olvidó- le recuerdo cruzándome de brazos.
-No se me olvidó, sabía que tenía pendiente este viaje contigo, lo que se me olvidó fue la fecha y apuntarlo en el calendario. Sé que tenías muchas ganas de esta escapada y lamento no haber estado aquí desde el viernes. Sé que estás muy enfadada conmigo y lo siento mucho, he venido en cuanto he podido.
-Estoy enfadada porque no ha sido solo esto…
-¡Eh Edward!- saluda James bajando las escaleras.
-¡James!- se saludan chocándose las manos.
-¡Qué bien que hayas venido! Bella necesita que alguien le haga las 200 fotos que quiere para su Instagram.
-Cabrón- le digo riendo.
James se ríe de vuelta y se mete en la cocina ofreciendo café.
-Yo ya he desayunado- le digo.
-Yo sí quiero- responde Edward- pero antes me gustaría deshacer la maleta y darme una ducha- me dice mirándome.
-Ven, esta es mi habitación- le digo girándome hacia las escaleras y comenzando a subir.
Le indico cual es nuestro dormitorio y entramos cerrando la puerta.
-Hay perchas para que puedas colgar la ropa y aquí hay toallas extra. El baño es la puerta de enfrente- digo dándole la espalda abriendo el armario.
-Bella…-dice colocando sus manos en mi cintura.
Noto sus labios contra mi cuello poniéndome la piel de gallina.
-Por favor no te enfades, estoy aquí y llevo mucho sin verte. Te he echado mucho de menos.
Sus palabras me ablandan un poco y giro mi cara para encontrarme con sus labios.
Nos besamos tranquilamente, reconectando, moviendo nuestros labios contra los del otro.
He echado de menos esto.
Suspiro contra sus labios antes de cortar el beso y luego nos quedamos frente con frente recuperando la respiración.
-Tenemos una conversación pendiente- le recuerdo.
-Lo sé-
-Ahora no hay tiempo, hablaremos luego- le digo separándome de él.
-Vale. ¿Te duchas conmigo?- me propone guiñándome un ojo.
-No, me duché anoche y no hay tiempo- repito- pero te acompaño al baño porque tengo que maquillarme.
Ambos entramos al baño del que está saliendo Emmett y mientras él se ducha yo me maquillo y me paso las planchas del pelo.
Él acaba antes que yo y sale del baño hacia la habitación.
Alguien llama a la puerta y al abrir veo que es Victoria.
-¿Puedo entrar? No me aguanto y Rose lleva 10 minutos en el otro baño.
-Claro pasa- digo dejándola entrar.
Corre hasta el váter y se sienta a hacer pis.
-¿He visto a Edward entrando a tu habitación o es cosa mía?- pregunta.
-Sí, ha venido esta mañana- le respondo aplicándome máscara de pestañas.
-¿No estás contenta? Ya estamos todos-
¿Estoy contenta de que haya venido?
Sí pero a la vez no. O sea el problema de fondo sigue ahí.
No he hablado con él pero asumo que esta noche tendrá que irse y yo tengo un vuelo a Londres mañana.
-No estamos en nuestro mejor momento- confieso cerrando el bote.
-¿Por?
-Porque no nos vemos.
-Eso tiene arreglo.
Me río porque desde fuera se ve tan fácil.
-Últimamente siento que no hace tiempo para verme o hacer planes juntos. Nos vemos poco y casi siempre el sexo ocupa gran parte de nuestros encuentros.
-¿Bella Swan está diciendo que quiere tener menos sexo?- se ríe y yo la acompaño.
-No, no quiero tener menos sexo, quiero tener más tiempo para no tener que elegir si echar un polvo o si salir a dar un paseo juntos. Quiero ambos planes, quiero estar con él sin sentir que siempre hay una cuenta atrás- confieso.
-Tú sabías que su trabajo iba a hacer que vuestra relación no fuera ''normal''.
-Su trabajo era el mismo el año pasado y no teníamos este problema.
-No sé qué solución darte.
-Ya yo tampoco- respondo hurgando en mi neceser- ¿cuándo supiste que estabas lista para irte a vivir con James?- pregunto después de un minuto de silencio.
-No lo supe, desde que nos conocimos pasamos mucho tiempo el uno en casa del otro así que un día simplemente nos dimos cuenta de que era una tontería pagar dos alquileres si siempre estábamos en una casa. ¿Tú estás lista para vivir con él?
-A nosotros nos pasa un poco como a vosotros que desde el inicio hemos convivido así que sí, yo estoy lista para vivir juntos pero la logística no es buena. Él no para en casa, siempre está viajando y yo tendría que dejar mi trabajo pero aun así no estaríamos juntos, no habría convivencia aunque me mudase a Los Angeles. Es complicado.
-Podrías viajar con él.
-¿Y ser su groupie? ¿Esperarle con la cena lista cuando acabe en el escenario para echar un polvo? ¿Que mi objetivo sea verle actuar? Yo necesito más.
-La primera vez que estuvisteis en Ibiza hicisteis eso y no os fue mal.
-Era diferente- sonrío recordando ese verano- yo acababa de terminar la carrera, no trabajaba… No quiero volver a perder una parte de mí para encajar con los planes de un tío.
-No tiene que ser para siempre así. Yo lo siento pero es que no veo el problema a viajar por el mundo con tu novio sin trabajar- se ríe- pero sé cómo eres tú y lo que te gusta tener tu independencia así que sí, entiendo que no te llene ser solo la novia de dj Üll.
-¿Por qué no nací yo para ser una mantenida?- pregunto retóricamente antes de echarme a reír.
-Lo solucionaréis seguro. Es normal que las parejas pasen por momentos donde cada uno está en un punto. Coméntaselo pero disfruta del día de hoy. Esta noche nos despedimos- me aconseja saliendo del baño.
Me termino de maquillar poniéndome vaselina en los labios que están fatal entre el frío y el viaje en avión.
Cuando bajo al salón Edward está en el otro baño lavándose los dientes y al salir veo que se ha puesto ropa de abrigo. Nunca le he visto llevar gorro de lana, le queda bien.
-Hoy nos vamos a pasar el día a Gante, comemos allí y luego volvemos aquí, un paseo en barca y al aeropuerto- le indico a Edward.
-¿No me dijiste que te ibas a Londres mañana?
-Yo sí pero ellos no- inclino la cabeza hacia mis amigos- solo se quedan Lauren y Bastian que tienen el viaje de vuelta mañana a medio día.
-Entonces podemos quedarnos hasta mañana.
-¿No tienes que trabajar?
-Sí, pero lo he aplazado. Martin puede esperarme en su estudio unas semanas más- me indica riendo.
-Vale.
-En marcha- expresa Victoria saliendo de casa- ¡otra vez está lloviendo! ¡Qué mierda de clima!- dice al abrir la puerta haciéndonos reír a todos.
-¿Compartimos?- le propongo a Edward abriendo el paraguas.
-Por favor- dice quitándomelo de las manos para llevarlo él.
Yo me agarro de su brazo y caminamos así hasta la estación de tren para viajar a Gante.
En Gante también contratamos un free tour que nos explicó la historia de la ciudad. Hacía muchísimo frío y cuando el tour acabó estábamos congelados. Nos metimos en un bar llamado Dulle Griet donde tienes que dejar un zapato como fianza para no llevarte el enorme vaso de tubo que te sirven con su cerveza Kwat.
James se pidió una Kwat para él solo y Edward otra.
-¿Estás loco? Que es 1,2 litros de cerveza, vas a tener que ir al baño mil veces- le regaño.
-No pasa nada. No voy a poder venir aquí muchas más veces.
-Emmett comparte una Kwat con Rose y Victoria y yo elegimos unas Duvel de un tamaño mucho más normal.
Entramos en calor rápidamente gracias a la cerveza y a la calefacción del bar que está a rebosar pese a ser medio día.
Cuando pagamos nos devuelven el zapato y salimos a comer cerca de la catedral unos clásicos mejillones con patatas fritas. Por supuesto de postre gofres para todos.
Pese al frío y la lluvia salimos al exterior para pasear por el muelle de Graslei admirando las bonitas casas típicas y nos hicimos muchas fotos. Todos juntos, en parejas y en individual.
Yo subí una foto grupal a Instagram sin etiquetar a nadie.
-¿Por qué no nos has etiquetado?- me reclama Lauren en el tren de vuelta a Brujas.
-Porque tenía los dedos congelados, lo haré ahora- respondo quitándome los guantes y sacando el móvil.
Edito la foto y añado las menciones de todos los que estamos.
El móvil de Edward se ilumina a mi lado con la mención que acabo de subir.
Desbloquea la pantalla y accede directamente a la notificación.
-¿Te importa si la comparto?- me pregunta.
-No, ¿por qué va a importarme?
Se encoge de hombros.
-Son tus amigos y mi cuenta no es precisamente privada.
-Por mí no hay problema- responde Lauren escuchando nuestra conversación.
-¿Qué habláis?- indaga James desde un asiento al otro lado del pasillo.
-Si os importa que yo comparta la foto grupal en mi Instagram.
-¡No!- dice Rose riendo- no tienes que pedirnos permiso.
Los demás asienten estando de acuerdo con Rose.
-¿Lo ves? No hay problema- le digo guardando mi teléfono en el bolso y cerrando los ojos.
Estoy un poco cansada de tanto andar.
Edward se acomoda en el asiento a mi lado y pasa un brazo por detrás de mis hombros haciendo que apoye mi cabeza en su pecho.
Cuando llegamos a Brujas está atardeciendo y cae una fina lluvia.
Lauren y Bastian prefieren esperarnos tomando algo mientras los demás nos montamos en una de las barcas que recorren los canales.
Es lo que más me gusta del viaje, muy romántico y relajante.
Nuevamente damos una vuelta por el mercadillo navideño y cenamos en un restaurante de la plaza sobre las seis para que Rosalie, Victoria y sus maridos puedan llegar a tiempo al aeropuerto.
Nos despedimos de ellos cuatro en el restaurante y luego Lauren y su marido se van a un club a catar cervezas mientras que Edward y yo preferimos dar un paseo por el centro de la pequeña ciudad medieval.
-¿Brujas o Gante?- me pregunta mientras paseamos con un vino caliente en la mano.
-Brujas, ¿tú?
-Brujas también-
Nos quedamos en silencio viendo las luces de navidad iluminar los canales.
-¿A qué hora es tu vuelo?
-A las cuatro. Tenía pensado irme con Lauren y Bastian a Bruselas por la mañana y ver un poco la ciudad antes de ir al aeropuerto.
-Podemos hacer eso sí- dice.
Me le quedo mirando más tiempo de lo normal.
-¿Qué?- pregunta sonriendo dándome un golpe en la nariz.
-Solo estoy esperando a que me digas cuando vas a irte.
-¿Por qué? ¿No quieres que esté aquí?
-Sí, claro que quiero- digo cogiéndole la mano- solo quiero saber cómo vamos a organizarnos.
-He movido cosas. Quiero estar contigo antes de irme a la India el día 28 así que ¿podemos estar en Londres hasta entonces?
-¿Por qué has movido cosas de tu agenda?
Edward suspira y aparta la mirada.
-¿Es porque me enfadé?
-No y sí. Lo de este viaje fue un despiste pero cuando te llamé y te dije lo de Budapest vi tu cara, vi cuán importante era para ti y la decepción que te invadió. Tú querías hacer este viaje juntos y yo debí darle más importancia. A partir de ahora quiero estar más atento a los planes que tú quieras hacer.
-¿Yo quería? ¿Solo yo?- respondo enfadada.
-No te entiendo- dice parándose frente a mí.
-¿Tú no querías venir? ¿No te apetecía verme después de no sé cuantas semanas separados?
-Pues claro que sí- responde serio.
-Pues no es lo que has dicho, ni lo que has hecho.
-He venido aquí que es lo que querías, ¿qué más quieres que haga?
-Que me priorices Edward.
-Eres mi prioridad.
-No es cierto. ¿Cuántas veces nos hemos visto desde nuestro aniversario? El cumpleaños de David en Ibiza que te pasaste medio fin de semana encerrado en el estudio y luego un día que te pillaba de paso venir a Barcelona 12 horas para follar y pirarte. Y ahora esto, que sí que al final has venido pero creo que si no me hubiera enfadado no habrías hecho el esfuerzo de estar aquí aunque sabías que era importante para mí. Ahora me dices que te vienes a Londres conmigo, genial, pero el problema seguirá ahí porque siento que te has relajado y me has relegado a tus huecos libres. Yo no voy a estar ahí solo cuando a ti te venga bien.
-¿Así es como percibes nuestra relación?
-Últimamente así es como es.
-No me he relajado contigo, no sé por qué dices eso. He estado trabajando mucho, lo sabes. Tú también has estado muy ocupada con tu trabajo y tu máster. Nuestro tiempo libre es limitado.
-Pero yo sí te priorizo. Tengo muchas cosas que hacer pero cuando tú me has propuesto un plan o una videollamada he parado y te he dedicado tiempo a ti, he dejado lo demás a un lado por ti.
-Lo que intento decirte es que no te veo más no porque no quiera si no porque no puedo.
-Ya sé que trabajas mucho y que ahora mismo todo el mundo quiere trabajar contigo pero tendrás que organizarte de otra manera porque yo no quiero seguir así. No funciona para mí, echo de menos pasar tiempo de calidad contigo- le explico poniendo mis manos sobre su pecho- y lo que más me molesta es que parece que tú estás conforme con ello.
-¿Qué te hace pensar eso?
Le miro intentado elegir las palabras adecuadas.
-Te veo feliz. Ni una sola vez en estos meses te has quejado de vernos poco. ¿Está bien para ti así?
-No- responde con firmeza.
-Vale- sonrío- entonces tenemos que arreglar esto.
-No es tan fácil Bella. Mira mi agenda- me dice sacando el calendario del móvil.
Veo que todos los días de enero desde que vuelva de la India hay algo, actuaciones o reuniones o trabajo de estudio.
Quito la sonrisa de mi cara y paso al mes de febrero que está algo más libre pero poco más.
-Eh no, no quiero verte poner esa cara nunca más. Te prometo que a partir de marzo voy a organizarme de forma diferente- dice agarrando mi mano que sujeta su teléfono- pero hasta entonces Garret me ha llenado la agenda. A partir de ese momento voy a reservarme siempre unos días al mes para estar contigo, tienes razón, casi no nos vemos.
-Estamos en diciembre- le recuerdo devolviéndole el móvil seria.
-Cuando vuelva de la India moveré cosas y podré ir a verte. En marzo tú tienes vacaciones- asiento- puedes venir conmigo- asiento de nuevo- Bella eres mi prioridad número uno, nunca lo dudes mi amor. Estoy trabajando mucho y estoy feliz por ello, me he metido demasiado en la rutina de trabajo y siento que eso te haya hecho sentir desplazada pero no es así. Nunca será así, ¿vale?- me promete besándome.
Me siento más ligera con sus labios contra los míos pero aún hay una piedra en mi estómago que me impide relajarme y es que estamos acotando el problema en el corto plazo pero ¿qué pasará en un futuro?
-¿Volvemos a casa? Está empezando a llover- me propone.
Asiento de nuevo abriendo el paraguas y pasándoselo para que lo sujete él.
Llegamos a casa congelados, sin sentir los pies y con los calcetines empapados pese a llevar botas.
Lauren y su marido aun no han llegado a casa pero es pronto aunque sienta que es de madrugada. El reloj de la pared marca las 8 y estoy segura que el pub al que han ido está lleno de turistas sin prisa por volver a casa.
Edward se ducha primero mientras yo pongo los abrigos cerca del fogón para que se sequen. Cuando él termina entro yo quedándome bajo el agua caliente un buen rato hasta volver a sentir los pies.
Al salir me pongo el pijama y el albornoz que nos ha dejado el dueño de la casa.
Cuando bajo frente al fogón Edward está en la cocina donde escucho ruido de tazas.
-Ten- dice sentándose a mi lado en el sofá-
Me ofrece una taza con un líquido blanco.
-Es leche caliente con un poco de azúcar. No hay mucho más en la cocina pero nos hará entrar en calor.
Tomo la taza y la abrazo entre mis manos calentándolas al mismo tiempo.
-Ven aquí- me pide colocándome entre sus piernas y apoyando mi espalda en su pecho.
Nos tomamos la leche en silencio, tan solo mirando como chisporrotea el fuego.
-¿Has entrado ya en calor?- le pregunto dejando el vaso vacío en el suelo.
-Sí, trae- me dice cogiendo mi vaso y poniéndolo en la mesa auxiliar que tiene a su espalda- ¿tú?-
Asiento recostándome contra su espalda.
Sus manos acarician mis piernas por encima de la ropa al mismo tiempo que las mías tocan sus brazos con suavidad.
Hacía mucho tiempo que no compartíamos esto.
La tranquilidad, la intimidad, estar solos, ser nosotros haciendo nada.
-Quiero hacerte el amor pero no quiero que pienses que es solo porque estoy caliente y necesito follar. Es porque quiero estar contigo, necesito estar tan unido a ti como pueda.
Me giro a mirarle.
-No tengo nada en contra del sexo- le aclaro.
-Pero antes has dicho…
-Echo de menos esto- le indico señalando con una mano el espacio entre nosotros- solo quiero tener momentos para todo, para hablar, para estar juntos en silencio, para hacer el amor o para no hacer nada pero estar juntos. Cuando viniste a Barcelona solo follamos, que está muy bien y me gusta, sabes que el sexo es importante para mí pero llevábamos mucho sin vernos y siento que nos quitó tiempo de hablar.
-¿Por qué no me has dicho nada de esto hasta ahora?
-Porque hasta que pasó lo del viaje no me había parado a pensar en el tiempo que habíamos compartido. Creo que nos hemos relajado.
-Yo no te doy por sentado.
-Tal vez no pero no hemos puesto de nuestra parte para sacar tiempo juntos.
-Ya hemos dicho que lo arreglaremos. Solo hay que aguantar hasta marzo, ¿podremos?
Asiento.
Tampoco es como si hubiera una alternativa hasta entonces.
-Dame un beso- me pide susurrando.
Me giro en el sofá quedando sobre él y nos besamos de manera tierna y dulce.
Sus manos se mantienen quietas en mi espalda presionándome contra él.
-Vamos a nuestra habitación- propone.
-No van a venir tan rápido- le aseguro mirando el reloj- además aquí se está mucho más calentito al lado del fuego.
-Si entran en casa nos van a pillar de lleno, la puerta está ahí- señala la puerta de la entrada que da directamente al salón.
-No van a venir- le digo confiada volviendo a besarle.
-Como quieras.
Poco a poco nos vamos desnudando hasta que la ropa está completamente fuera.
Sus dedos me preparan con delicadeza hasta que llego al orgasmo y cuando aun no me he recuperado su cuerpo cubre el mío metiéndose en mi interior poco a poco.
Con suaves estocadas y golpes de cadera en el suelo frente a la chimenea nos volvemos a correr y sin separarnos apoya su cabeza entre mis pechos.
-Te amo- me dice besándome un pecho.
-Y yo a ti- le repito besándole el pelo un poco húmedo por el sudor.
Nos acariciamos durante varios minutos hasta que él se levanta saliendo de mi interior.
-Vamos a la habitación- me pide poniéndose en pie completamente desnudo.
Asiento y me ayuda a levantarme.
Recogemos nuestra ropa y nos vamos a nuestra habitación donde caemos rendidos nada más tocar las sábanas.
A la mañana siguiente me duelen las ingles, tengo agujetas, pero Edward me tienta en la ducha y termino con su cara en mi coño corriéndome en silencio.
-Shh- le digo cuando gime muy alto al introducirmele en la boca- que están durmiendo aquí- le recuerdo tocando la pared de la ducha que da a la habitación de Lauren.
-Entonces no hagas eso- me regaña pellizcándome un pezón.
-¿Esto?- le pregunto antes de meterme uno de sus testículos en mi boca.
Su cadera se mueve y apoya la espalda contra la pared completamente.
Juego un poco con él pero finalmente le dejo que se corra en mis pechos siempre que mantenga silencio.
Le beso cuando aun no se ha recuperado del todo y me abraza contra su pecho no importándole que continué manchada por su semen.
-No me sacio de ti- me dice entre besos- pero necesito follarte fuerte.
Me río.
-Eso tendrá que esperar porque en Londres mis padres han insistido en que nos quedemos en su casa.
-¿Segura?
-Sí, les he advertido de cómo quiero que sean las cosas y si no son así nos iremos.
Había retomado la relación con mis padres a mitad del verano. Vinieron a verme un par de días de octubre a Barcelona y aunque Edward no estaba, al menos noté que su actitud había cambiado.
-¿No fotos de tu boda en el salón?
-No fotos de mi boda, no preguntas incómodas, compartimos mi cama de adolescente y nos sentamos uno al lado del otro en el comedor.
Edward suelta una carcajada ante la mención de mi cama.
-Vale- acepta besándome- no sexo en tu cama de adolescente.
-Claro que sí- rebato.
Tengo la esperanza de que mis padres pasen el día de navidad por la tarde con sus amigos y estemos solos en casa.
-Nunca he compartido esa cama, eres el primero.
-¿Nunca?
Niego.
-¿Y con Leo?
-Vivíamos a media hora así que no había necesidad de quedarnos a dormir- explico.
-La estrenaremos- me promete dando el grifo para terminar de lavarnos.
Cuando salimos de la ducha mi amiga y Bastian aun duermen.
Anoche me desperté a beber agua sobre la una de la mañana y la puerta de su habitación estaba abierta.
Aun es temprano, no son ni las nueve pero nosotros nos acostamos pronto.
Edward me avisa de que no hay nada de desayunar y decidimos salir fuera.
Vamos a una cafetería que está sobre uno de los canales y nos damos un festín. Café, zumo, una especie de bollo relleno de ensalada, huevo frito y salsa holandesa y gofres con bacon, queso feta y más salsa holandesa.
Cuando terminamos llegamos a casa con el tiempo justo para recoger las maletas y ver que Lauren y Sebastian tienen resaca.
-¿A qué bar fuisteis?
-A uno lleno de ingleses, estábamos como en casa. Llegamos a las tres- me explica ella.
-Bebimos mucha cerveza- dice Sebastian con acento francés.
Cogemos el tren hasta Bruselas y en la estación nos separamos. Ellos cambian de tren para ir hasta el aeropuerto y nosotros bajamos a la estación de metro para llegar al atomium dejando las maletas en una consigna de la estación central de Bruselas.
Por supuesto está lloviendo pero vemos la estructura de bolas de acero y nos hacemos fotos simulando coger una de las bolas en la mano.
No pasamos mucho tiempo ahí y volvemos rápidamente al centro de Bruselas donde vemos la majestuosa Grand-Place, las galerías Saint Hubert y el Manekken Pis. Nos tomamos una cerveza en Delirium Café y comemos una metralleta en Friterie Tabora. Una bomba de bocadillo compuesto por dos hamburguesas, patatas fritas y pan de barra acompañado por la famosa salsa andalouse.
El camino al aeropuerto es tenso porque vamos muy justos de tiempo.
Casi me desmayo cuando Edward no encontraba el pasaporte y tuvimos que revisar las maletas. Por suerte estaba en un bolsillo exterior y pudimos llegar a tiempo para embarcar.
Edward compró el billete a Londres ayer y solo estaba disponible la clase business así que me cambió el billete y me realizó un upgrade.
-Por los pelos- me dice sentándose cómodamente en el asiento.
-Veía que perdíamos el avión en el control de equipaje- me río.
Él se ríe recordando el momento también.
-Voy a poner el móvil en modo avión- le digo.
.
🌊 ❤️ 🌊
.
¡Hola!
Edward y Bella han tenido ya una pequeña discusión sobre sus diferentes modos de enfocar la relación. Por ahora se han calmado las aguas pero ya os aviso que es un tema que volverá porque en realidad solo han comprado tiempo pero no han solucionado nada. Si convivir juntos se hace imposible, ¿romperá Bella con Edward a largo plazo? El amor no siempre todo lo puede.
Por otro lado van a Londres a pasar la Navidad, ¿qué tal se comportarán los padres de Bella esta vez? ¿Habrá un cambio? ¿Serán idiotas de nuevo?
Sé que tengo pendiente subir las fotos a Facebook del capítulo anterior y de este, a ver si con suerte puedo hacerlo este fin de semana.
Por cierto el sábado pasado pude asistir en directo a un festival donde vi a los ''amigos'' de Edward: Martin Garrix, Armin Van Buuren y Hardwell. ¡Qué maravilla! Súper recomendable si te gusta el EDM.
Como siempre, review = adelanto, me encanta leer vuestras reviews, gracias por tomaros un minuto en contarme vuestras impresiones en cada capítulo.
