DISCLAIMER: Los personajes pertenecen a Stephenie Meyer pero todo lo demás es mío.
Grupo de Facebook con imágenes del capítulo: Feeling the Reading: Bella Bradshaw.
.
🌊 ❤️ 🌊
.
Durante el vuelo ambos nos sentimos pesados por tener una metralleta en el estómago y nos dormimos a ratos.
Cuando llegamos a Londres ya estaba anocheciendo.
Fuimos en tren hasta la estación Victoria donde mis padres se empeñaron en recogernos.
Una vez nos encontramos con ellos, hice de nuevo las presentaciones y esta vez todo fue mucho más normal.
Mi padre habló con Edward todo el trayecto sobre Bruselas.
Mi madre me preguntó por el trabajo y por el viaje.
Cuando llegamos a casa subimos a la que fue mi habitación durante años y no voy a negar que era raro ver a Edward en mi dormitorio de adolescente.
Bajamos a cenar con mis padres aunque no teníamos mucho hambre.
Mi madre había cocinado varios platos y ahora estábamos usando la vajilla de invitados y no los platos de siempre.
Como nos moríamos de sueño a las nueve estábamos en la cama después de una ducha.
-¿Qué tal?- pregunto metiéndome en la cama.
-Mejor. Ya no está la foto en el salón- bromea.
Les pedí a mis padres expresamente que quitasen todas las fotos que había de mi boda. Que las guardasen en un cajón si para ellos tenía algún tipo de valor sentimental pero que no quería verlas ni mucho menos que mi pareja actual las viese.
-Tus padres no son mala gente. Parecen dos personas completamente distintas a las que conocí en febrero.
-Creo que simplemente no habían procesado que yo era ésta realmente y no la Bella de Leo. Ahora han tenido tiempo para acostumbrarse al cambio.
-Te dije que tal vez venir entonces fue precipitado.
-Tal vez pero estaba emocionada, quería que te conocieran.
-No pensemos en eso ahora. Muy cómoda tu cama virginal por cierto- me comenta tumbándose contra la cama.
Me río y le golpeó el brazo.
-Me resulta tan extraño que estés en mi cama en mi habitación- confieso- es como si acabase de volver de Ibiza con 24 años y tú hubieras venido conmigo.
-Casi- sonríe besándome.
-Esa foto es tuya- le digo señalando un marco de fotos que tengo colgado de la pared.
Gira la cabeza y entrecierra los ojos mirando la imagen.
-Tú me hiciste esa foto un día al amanecer en la piscina de la villa donde nos quedábamos.
En la foto yo estaba dentro de la piscina sentada en el bordillo que daba al mar. Acabábamos de volver de fiesta y nos estábamos dando un baño aun algo borrachos. Edward me hizo esa foto con el móvil y me la envió al volver a Londres.
-No lo recuerdo- lamenta.
-Mañana te enseño más cosas de Ibiza, tengo todo guardado en el armario.
-Vale nena- me dice besándome.
-¿Dormimos?
Él asiente y estira el brazo para apagar la lamparita de la mesilla.
A la mañana siguiente me levanto y Edward aun duerme.
Me pongo la misma bata de felpa que llevo usando años y bajo a desayunar.
Mi padre ha salido a por el periódico y mi madre está desayunando.
-Buenos días- saludo entrando a la cocina.
-Buenos días Bella- saluda sonriente.
-¿Hay mantequilla de siempre?
-Sí, está aquí. Lleva un rato fuera para que se atempere, sabía que ibas a pedirla.
-Gracias mamá.
-¿Qué tenéis pensado hacer hoy?
-Nada la verdad. Tal vez dar un paseo por el vecindario pero no queremos ir al centro.
-¿Vas a quedar con tus amigas?
-Sí pero el día 26 como siempre.
-Buenos días- anuncia Edward entrando a la cocina completamente vestido con vaqueros y jersey.
-Buenos días Edward- dice mi madre.
-Buenos días señora- le responde.
-No me llames señora por favor- se ríe- Renée está bien.
-Renée- dice sentándose a mi lado.
-¿Has dormido bien?- pregunto dándole un beso.
-Muy bien nena- responde sonriendo y poniendo su mano en mi rodilla.
-¿Qué te apetece desayunar? Hay de todo, mamá ha convertido nuestra cocina en un buffett libre- me río.
-Café y tostadas está bien.
-No, no, tienes que probar el desayuno típico inglés- le digo tomándole el pelo- judías con salsa de kétchup, salchichas y bacon.
La cara de Edward intenta mantenerse impasible pero veo que no le apetece nada.
-Está bien- dice mirando a mi madre.
-Te está tomando el pelo Edward, no hay judías, a Bella no le gustan. Salchichas y bacon sí pero toma lo que quieras. Voy a salir al mercado de la plaza, ¿queréis venir?
-Vale- responde Edward por mí.
-Bien, terminad de desayunar y luego nos vamos- dice levantándose de la mesa y dejándonos solos.
-Me encanta que seas inglesa, amo tu acento pero nunca me harás desayunar judías- me dice pegándome un cachete en el culo.
Me río y le beso.
-Tenía que hacerlo. ¿Te apetece ir al mercado de verdad o solo quieres caer bien a mi madre?
-Ambos.
Me río y le vuelvo a besar.
Desayunamos tranquilamente siendo interrumpidos por mi padre que ha vuelto muy animado de su paseo a la tienda de prensa.
Vamos los cuatro al mercado donde están los mismos puestos que recordaba de cuando era pequeña. Incluso el vendedor de frutos secos se acordaba de cuando iba a comprar con mi madre con 6 años.
Edward está fascinado con los puestos.
-Estás hecho todo un señor viniendo al mercado eh- le comento caminando.
Se ríe y me abraza contra sí.
-Me gusta esto. Es tan… normal. No tengo muchas ocasiones de ir a la compra y siempre que he ido he tenido que ir al supermercado. Esto es auténtico.
-Me alegro de que te guste. Esta tarde podemos dar una vuelta por el barrio. Tiene un paseo cerca del río muy bonito.
-Lo que quieras.
Acabamos de hacer la compra y luego vamos a casa.
Yo ayudo a mamá en la cocina a preparar pasta mientras Edward charla con papá en el salón sobre deportes.
Comemos juntos y luego nosotros nos subimos a mi habitación.
Edward se empeña en dejar la puerta abierta como señal de respeto.
Me río de sus buenas intenciones y aprovecho a sacar los recuerdos de Ibiza que tengo en el armario.
-Esta pulsera la llevé durante todo el verano.
-Es el pase de Ushuaïa- comenta mirándola y sujetándola entre sus dedos.
-Sí, del día que nos conocimos. Después de eso nunca más pagué entrada- me río guiñándole un ojo- hay algunas fotos que imprimí en este álbum. La calidad es muy mala porque hace años las cámaras de los móviles no eran como ahora.
En el álbum hay muchas fotos de mis amigas en las primeras páginas y luego fotos de la villa, de Edward, de Tim, de un gran grupo de gente que ya no recuerdo quién es, de Ushuaïa, de Dalt Villa y mías claro.
-Eras muy pequeña tú aquí- apunta señalando una foto donde estamos los dos en el barco de Formentera.
Me río.
-Tenía 24 años. No era pequeña pero era joven. Eso no te impidió hacerme de todo- le digo entrecerrando los ojos.
Edward se ríe a carcajadas.
-Tampoco me lo impide ahora- dice mordiéndome el hombro.
-¡Ay!- grito apartándome.
-Este vestido me lo puse la primera vez que fui a tu casa- le digo levantándome y yendo hasta el armario para sacar un trozo de tela blanco de una de las perchas.
-Me acuerdo de él sí- dice tocando la tela- pero no le llevaste mucho tiempo puesto.
-Me estorbaba- repito la frase que dije ese día.
-¿Y ese de ahí?- pregunta señalando otro álbum que está en el armario.
-No sé- digo agachándome y cogiendo el libro de fotos del suelo del armario.
Le abro y veo que es un álbum con fotos mías en el instituto así que le cierro inmediatamente.
-Trae- me pide.
-No-
-Trae- forcejea con mis manos.
-No quiero ver esas fotos. Nadie está guapo en su adolescencia.
-Tú viste las mías, trae aquí- me pide quitándome el álbum.
Abre el libro de fotos y se ríe.
Veo que está viendo una foto mía con Victoria cuando empezábamos a salir de fiesta y la máscara de pestañas azul era lo más.
-Deja eso.
-No pareces tú.
-Por suerte-
-¿Jugabas al baloncesto?- pregunta al ver una foto mía vestida de jugadora.
-No. Me apunté al equipo porque todas mis amigas lo hicieron pero yo me pasaba los partidos en el banquillo.
Edward se ríe.
-¿Tu novio?- pregunta mirando una foto mía con un chico.
-Sí- confieso mirando la foto- estuve con él unos meses antes de terminar el instituto.
-¿Tu primer amor?
-No, no fue tanto- resumo- estuve con él más por la idea de tener novio que porque él me gustase de verdad.
-¿Primera vez?
-¡Edward eso no se pregunta!
-¿Por qué?- se encoge de hombros- no me voy a poner celoso de un chaval de 17 años.
Me río.
-Pues la primera vez fue… yo tenía 15 creo y él 18 porque lo hicimos en su coche. Me dolió un montón y encima el cabrón se corrió a los dos minutos.
Edward se ríe.
-Estuve mucho tiempo pensando que el sexo no era para mí, que te vendían una idea equivocada.
-¿Qué te hizo cambiar de opinión?
-Estos- digo señalando mis dedos- y un chico con el que trabajé un verano. ¿Y tú?
-La hija de unos amigos de mi madre. Ella me sacaba dos años. Yo tenía 17 y ella 19. Se supone que venía a darme clases de física pero me hizo una paja y luego me folló, a pelo. Estuve acojonado de haberla dejado embarazada hasta que pasaron seis meses y no le salió barriga.
-¿Te siguió dando clases después?- pregunto riendo.
-Sí y ella estaba tan normal mientras a mí me corrían sudores fríos.
Me río imaginándome lo mal que lo pasó el pobre.
-No te rías- me regaña golpeándome el brazo- trae ese otro álbum.
Me estiro para coger el otro álbum pero lo cierro en cuanto abro la primera página.
-No, este no- digo seria poniéndome en pie.
-¿Más fotos de instituto?- ríe.
-No- digo viendo como me lo quita de las manos- Edward no-
Pero ya es tarde porque lo ha abierto por la mitad llegando justo a una foto mía vestida de novia en esta misma habitación.
-Deja eso- le pido.
-No pasa nada Bella. Ibas guapa- dice admirando la foto.
Miro la foto con detalle.
Hace mucho que no veo una foto donde se aprecien los detalles de mi vestido de novia.
-Fue una boda religiosa y tenía que ir cubierta y recatada. Ahora elegiría otro vestido. ¿Podemos dejarlo? No me siento cómoda viendo estas fotos contigo- le digo sinceramente.
-Vale- acepta cerrando el álbum.
-¿Quieres ir a dar un paseo por el barrio?
-En un rato más, aun estoy cansado- me pide acostándose sobre las almohadas.
-¿Pongo la alarma en media hora?
Asiente.
Nos tumbamos vestidos sobre el cobertor de la cama y yo también me quedo dormida.
Cuando nos despertamos es más tarde de lo que marqué en la alarma pero aun hay tiempo para pasear.
Mi padre se une a nosotros explicando a Edward donde vive cada uno de nuestros vecinos.
Yo le sonrío agradeciéndole la paciencia pero sé que no le interesa lo más mínimo que la señora Fells se mudase a la casa de enfrente porque tenía más espacio para aparcar o que el señor White haya quitado los setos para poder cotillear por la ventana.
Por la noche recibimos visitas de unos amigos de mi padre y estamos con ellos durante la cena y el postre pero nos retiramos rápidamente a nuestra habitación para poder estar solos teniendo un poco de intimidad.
Esta vez sí cerramos la puerta y estoy dispuesta a estrenar la cama.
-Escúchame tus padres y sus amigos están abajo y pueden oírnos. No quiero que me odien ahora que me han aceptado- me dice cuando intento empezar algo.
-No van a oírnos- le prometo frotándome contra él ya que estoy sentada a horcajadas.
-No Bella- me corta serio.
-Déjame hacerte sentir bien- le provoco besándole el cuello.
-Eso solo va a ponerme peor- se ríe apartándose- yo también tengo muchas ganas de ti y no voy a conformarme con sexo silencioso.
-Mejor eso que nada ¿no?- insisto.
Edward se ríe y niega.
-La abstinencia es buena. Me has dicho que tus padres se van el día 25 por la tarde a casa de unos amigos ¿no?
Asiento.
-Esperaremos hasta entonces.
-Eso es pasado mañana- me quejo- seré silenciosa.
Él se ríe.
-Nunca lo eres. Me muero de ganas de follarte contra ese escritorio y de que me montes en esta cama pero hoy no puede ser- susurra contra mi oreja.
-No me digas eso- le regaño.
Es cierto que hoy estoy muy caliente. No sé.
Será porque faltan unos días para que me venga la regla pero necesito sexo con mi novio o conmigo misma.
-Unos días. Merecerá la pena, te lo prometo- me dice besándome.
-Mucho tiene que merecer la pena- le digo contra sus labios.
-Lo hará. He encontrado esto- dice cogiendo una antigua revista que solía leer de adolescente, Seventeen.
-¿Y? Solía leer revistas antes de que aparecieran los móviles.
-Pero también hacías los test- se ríe buscando lo que haya encontrado- ¿qué tipo de persona coqueteando eres? ¿Juguetona o dulce?- Suelta una carcajada- vamos a leer las respuestas que marcaste.
-No- digo riendo quitándole la revista de las manos.
-¿Por qué no? Tengo ganas de saber cómo ligabas con 16.
-Como una pava, eso seguro. No vas a leer esto, ¡qué vergüenza!- expreso levantándome y guardando la revista en el armario.
Edward continúa riéndose sentado en la cama.
-Si ya lo he leído mientras estabas en el baño.
-¿Te suena lo del respeto a la intimidad?
-No, la verdad- se encoje de hombros.
-Vale, no me digas nada, no quiero pasar más vergüenza, ¡a saber qué chorradas puse!
-Vale, vale- expresa metiéndose en la cama.
Ponemos una serie típica inglesa en la tele mientras el sueño va haciéndose con nosotros y antes de las once estamos dormidos.
El día de navidad comenzó con una visita al supermercado donde hice acopio de tés, de scampi fries, galletas de mantequilla marca Walker's y salchichas. Las salchichas que venden en España son auténtica basura en comparación a las nuestras.
-¿Vas a llevarte salchichas en la maleta?- me pregunta Edward curioso.
-Sí. No sabes lo ricas que están. Nada que ver a las vuestras para hot dogs.
-Repite eso- me pide cerrando los ojos.
-No me digas que te vas a picar por decir que nuestras salchichas son mejores que las vuestras.
-No, no, me dan igual las salchichas es tu acento.
-¿Qué?
-Hablas muy… british.
-Como siempre- me encojo de hombros.
-No, no, no. Normalmente no hablas así, tienes el acento muy marcado desde que estamos aquí.
-¿Y?
-Y me gusta- me sonríe antes de dame un beso casto en los labios.
-Menos mal si no iba a tener que estar callada para gustarte- le pico dándole un golpe en el culo.
-Chicos- nos llama mi madre- ¿tenéis todo?- mira la cesta que Edward lleva en sus manos y se ríe- ¿Bella vas a llevarte salchichas en la maleta?
-Sí y pensándolo bien cogeré dos paquetes- le digo abriendo la cámara frigorífica para coger otro paquete más de salchichas.
Los tres reímos mientras caminamos hasta la caja donde yo insisto en pagar mi parte pero mi madre me quita el monedero de la mano.
La cena la haremos nosotros mismos mientras que la comida de mañana la tomaremos fuera en un restaurante.
Mi padre se pasa buena parte de la tarde aderezando un pescado mientras que mi madre prepara el postre y yo el puré de patatas. Edward me ayuda a machacarlas mientras añado mantequilla.
-¿Una copa de vino?- propone mi padre mientras cocinamos.
-Yo blanco por favor- le digo sin levantar la vista del bol de patatas.
-Yo prefiero cerveza si no es mucha molestia- dice Edward.
Mi padre frunce el ceño porque no es nada fan de la cerveza.
Leo y él se fueron a recorrer unos viñedos una vez y volvieron con decenas de botellas de vino diferentes. Mi padre siempre ha dicho que los que beben vino tienen clase y los que beben cerveza tienen sed.
Pero es lo suficientemente listo como para recuperar la compostura antes de que el momento se vuelva extraño y abre el frigorífico sacando una cerveza y dos copas de vino.
Cenamos todos juntos en la mesa del salón principal con un programa navideño en la tele que nadie está haciendo caso.
Me encuentro feliz de compartir este momento con mi familia porque Edward ya es mi familia.
Me tomo un minuto para apreciar a mi madre un poco achispada por el vino de la cena contando una anécdota que no es tan graciosa pero ella se muere de risa, mi padre se ríe con ella aunque es consciente de que no es para tanto y Edward le imita demostrando educación y empatía mientras su mano juega con los pelos de detrás de mi nuca.
En mi casa no somos muy de jugar pero es mi padre el que propone sacar las cartas y es mi madre la que gana la partida a todos.
Al día siguiente mis padres han salido a pasear cuando nos despertamos y podemos desayunar en nuestra propia intimidad.
Comemos en un restaurante típico del barrio y luego convenzo a Edward de ir hasta el centro y ver el ambiente navideño.
-Siempre he querido ver estas luces- me dice señalando las típicas luces en forma de ángel que surcan Oxford Street. También damos una vuelta por el barrio chino y aunque estamos llenos nos compramos un cono de fish and chips.
Nos hacemos fotos en Piccadilly y tomamos un café en una cafetería muy moderna donde reconocen a Edward.
Escuchamos su nombre artístico justo mientras estábamos besándonos y Edward acepta hacerse una foto con ellos pero fuera de la cafetería. No obstante me pide que nos vayamos en cuanto se hace la foto.
Volvemos a casa sobre las siete y nos encontramos una nota de mis padres diciéndonos que están en casa de sus amigos donde cenarán y llegaran tarde.
-¿Un baño?- le propongo a Edward.
Hace frío en Londres y aunque mis padres tienen la calefacción puesta, lo más rápido para entrar en calor es sumergirnos en agua caliente.
-Hecho-
Voy hasta el baño de la segunda planta y abro el grifo de la bañera mientras me desnudo. Aquí no tengo sales ni aceites esenciales así que la espuma tendrá que ser con gel de ducha normal.
Edward entra al baño en calzoncillos que termina de quitarse cuando se acerca a la bañera.
Nos metemos uno frente al otro con el agua cubriéndonos hasta el pecho.
-Empiezo a volver a sentir los dedos- dice abriendo y cerrando la mano.
Me río y le empujo con mi pie debajo del agua.
Él me agarra la pierna y acaricia mi pantorrilla.
-Sé que estás deseando estrenar tu cama pero mañana tengo que irme y quiero dejar todo claro.
Me río por la primera parte de su frase pero luego me pongo seria.
-Vamos a estar separados casi un mes y luego posiblemente otro mes más pero te prometo que a partir de marzo cambiarán las cosas. Aunque si en algún momento sientes que no eres mi prioridad tienes que decírmelo porque seguramente estés confundida, tú siempre eres mi prioridad. Estos días han sido los mejores que he tenido en mucho tiempo y me he dado cuenta de que yo también echaba de menos compartir contigo más de un día o dos. Prométeme que aguantaremos el tirón hasta marzo.
-Sí. No me gusta verte tan poco pero sí, estaré deseando que llegue marzo- le prometo- me malacostumbré en verano a verte todas las semanas.
-Eso no es malacostumbrarse, eso es lo normal.
Me quedo mirando la espuma de la bañera sintiendo su mano en mi pierna.
-¿Qué pasa?
-¿Tú nos has visualizado alguna vez viviendo juntos?
-Claro, ¿por qué? De hecho es lo que hacemos siempre que nos vemos.
-No de esta forma. Me refiero a vivir juntos de verdad, a estar juntos día a día con tus manías, con las mías, despidiéndonos por la mañana para ir al trabajo, volviendo por la tarde para cenar juntos. Lo bueno, lo malo, la rutina… tener nuestro espacio, de los dos.
-Sí.
-¿Y crees que alguna vez ocurrirá?
-¿Qué pasa Bella?- inquiere preocupado.
-Nada es que no sé cuánto tiempo más esto va a servir para mí. Lo de vernos y separarnos y luego volver a vernos. A veces nunca veo llegar ese momento de compartir todo juntos.
-Te prometo que llegará. Yo también quiero eso pero ahora mismo es complicado por mi trabajo, por el tuyo, por tus estudios. Acaba el máster, termina tu contrato con la empresa y podremos ver qué opciones tenemos. Son solo unos meses.
-Solo unos meses- repito sus palabras.
-Eso es nena- me dice tirando de mí para que me siente encima de él a horcajadas- no siempre va a ser así, te lo prometo- me dice besándome.
Nos besamos hasta que el agua está casi fría y salimos de la bañera envueltos en toallas.
-¿Vamos a estrenar la cama?- le pregunto cuando salimos del baño.
-¿Tú qué crees?- pregunta quitándome la toalla.
Me río mientras siento sus labios en mis caderas y finalmente en mi clítoris.
Estar con Edward en esta cama se siente como unir las dos Bellas. La Bella de Londres, la que se crió y estudió lo que sus padres le dijeron y la Bella de Ibiza, la que se conoció a sí misma, la que fue valiente para tomar sus propias decisiones y la que se enamoró del hombre que tiene debajo de ella.
Este orgasmo se sintió como algo más, algo diferente.
-¿Sabes cuantas noches lloré por ti en esta cama?- le pregunto con él aún en mi interior y mi cabeza en su pecho- ahora todo está como debe estar.
-¿Estando contigo en tu cama?
-Sí- le beso antes de separarnos y tumbarme a su lado.
-Te amo. Quiero volver aquí, quiero compartir comidas y cenas con tus padres y no ser el nuevo- confiesa abrazándome con la mirada en el techo.
Me río de su expresión.
-No eres el nuevo.
-Lo soy- me rebate besándome.
-Eres el mío, el de siempre solo que la gente no se lo imagina. Te quiero mucho- le digo besándole de nuevo- y no quiero que te vayas mañana.
-Ni yo quiero irme. Quiero que me acompañes, quiero que alguna vez vengas de gira conmigo, descubrir nuevos lugares, aprender nuevas culturas y sobre todo no irme a la cama solo después de hacerte facetime.
-¿Después de marzo?
-Después de marzo- me asegura besándome antes de apagar la luz.
Me siento mucho más tranquila sabiendo que nuestra relación cambiará después de marzo aunque no sepamos aun en qué sentido. Marzo solo significa un punto de inflexión pero no que todos nuestros problemas vayan a solucionarse a partir de ahí. Yo aún tengo un contrato por unos meses más y ninguna oferta laboral sobre la mesa. Tampoco un destino alternativo, asumo que Los Angeles que es donde está su casa pero no hay nada concreto.
A largo plazo nuestro futuro es incierto y en algún momento ambos tendremos que tomar decisiones importantes.
.
🌊 ❤️ 🌊
.
¡Hola!
Perdón por retrasarme unos días en actualizar y por no haber mandado los adelantos pero es que últimamente no tengo tiempo ni de respirar y se me olvida en qué día vivo. Como tenía escrito el capítulo he preferido subirlo entero antes que mandar adelantos y esperar a publicar.
Bueno bueno… reencuentro con los padres de Bella y ahora ya sí parece que van aceptando a Edward. Aunque lo he nombrado de pasada, recordad que Bella ya habló con su madre sobre lo que sucedió la primera vez que fueron a Londres y ha estado con ellos en octubre, han podido limar asperezas.
Respecto a nuestra pareja favorita pues ahora vuelven a separarse y cada vez se acerca más ese momento donde tengan que decidir qué cambios están dispuestos a hacer para estar juntos. También adelanto que ocurrirá algo con lo que ellos no cuentan que hará que la relación se tambalee ¿qué será? Espero leer vuestras apuestas en las reviews. 💔 💍 👶🏥
Muchas gracias por continuar leyendo esta historia capítulo a capítulo.
Review = adelanto.
Próxima actualización ya a principios del mes de agosto porque me va a ser imposible publicar antes.
¡GRACIAS!
