Capítulo 1
1983 Winthrop High School, Stockbridge, Massachusetts
Los nervios de las chicas reunidas en el gimnasio se traducía en pequeños gritos llenos de emoción, que cesaron de pronto cuando el equipo de animadoras al completo entró unos minutos después.
Las pruebas para entrar en el equipo habían sido un par de días antes, y esa tarde darían el nombre de las nuevas integrantes. Seis afortunadas que ese año formarían parte del equipo de animadoras para animar sin fin al equipo de fútbol americano del instituto.
Melissa Wilson, la capitana de las animadoras, esperó con impaciencia a que los susurros se desvanecieran por completo. El sol que entraba por una de las ventanas le daba a su pelo rubio, recogido en una cola de caballo, un aspecto angelical. Puso los ojos en blanco mientras carraspeaba irritada.
-Bien, ahora que ya tengo toda vuestra atención, voy a proceder a leer los nombres de las seis nuevas integrantes que tendrán la gran fortuna de acompañarnos durante los siguientes cuatro años -esbozó su mejor sonrisa, esa que solía poner cuando era el centro de atención. Y Melissa Wilson, solía ser siempre el centro de atención.
-Te prometo que si me cogen a mí y a ti no, renuncio -le susurró Sarah a Erin, mordiéndose las uñas.
-No digas tonterías y si te cogen, disfruta -contestó también susurrando. Miró de reojo a la chica, que había sido su mejor amiga desde los tres años y le dio un manotazo, evitando que siguiera mordiéndose las uñas.
-…Jane Anderson, Eliza Smith, Sarah Johnson y Erin Lincoln -terminó Melissa.
Erin y Sarah se miraron emocionadas, y se acercaron, junto al resto de chicas nombradas, al equipo.
-Y el resto, no perdáis la esperanza, podéis seguir intentándolo el año que viene. Sólo necesitáis un poco más de entrenamiento. Y recordad ¡Arriba Vikingos! -levantó el brazo al tiempo que gritaba el grito de guerra del equipo al que animaban. Todo el gimnasio la siguió unos segundos después.
-Bien, vamos a empezar con vuestro entrenamiento -se dirigió a las seis chicas, que como casi todo el instituto, la miraban con adoración.
2013
Apenas eran las diez de la mañana, y Prentiss se estaba aburriendo. Morgan y Reid trabajaban en silencio en sus archivos, lo mismo que debería estar haciendo ella. Decidió tomarse un descanso e ir a ver a JJ.
Llamó con fuerza a la puerta y asomó lentamente la cabeza, haciendo reír a su amiga.
-Veo que te aburres, Em -dijo la rubia sin levantar la cabeza del archivo que leía en ese momento.
-Es que el papeleo es aburrido. Prefiero los casos. Necesito adrenalina.
-Llevamos dos días en casa, estaría bien si podemos quedarnos un par más ¿no crees? Luego te quejas cuando nos entran casos sin parar y apenas paramos por casa.
-Sólo pido un término medio, y nada de papeleo.
-Sabes que es necesario ¿no? -murmuró sin prestarle mucha atención.
-Me voy, veo que estás ocupada.
Cerró la puerta y volvió al bullpen. Pensó en ir al despacho de Rossi, pero probablemente estaría tan ocupado como el resto, así que suspiró frustrada y se dirigió a su mesa. Al fin y al cabo, ella también tenía trabajo.
Erin se frotó los ojos con cansancio. Llevaba toda la semana durmiendo mal, las pesadillas habían vuelto y la cabeza le daba vueltas, volviendo al pasado una y otra vez.
Abrió apenas unos centímetros el primer cajón y volvió a quedarse sin respiración. Una opresión en el pecho que había vuelto hacía una semana, justo cuando llegó la invitación y todos los recuerdos que había guardado en una caja fuerte en el fondo de su mente, habían vuelto para atormentarla.
Creyó que lo había superado, o que si no pensaba en ello era como si no hubiera sucedido, pero se equivocaba. Y las pesadillas que cada noche le impedían dormir, que la asustaban hasta hacerla llorar, se lo demostraban.
-Erin, ¿te encuentras bien? -cerró el cajón de golpe al escuchar la voz preocupada de Aaron.
-Estoy bien, sí -esbozó una ligera sonrisa-. Siéntate, por favor.
Esperó hasta que estuvo sentado para tenderle un archivo. Él la miró un instante antes de abrir la carpeta. Los escasos dos minutos que Aaron tardó en leer la información, se le hicieron eternos.
-Le daré el informe a JJ para que vaya preparando la información en la sala de conferencias -ella asintió despacio-. ¿Cómo es que te ha llegado el caso a ti?
-Conozco al jefe de policía -dijo simplemente.
Aaron abrió la boca, pero no dijo nada. Desvió la mirada hasta el informe, apoyado en el borde de la mesa, ojeándolo de nuevo. Erin se inclinó hacia adelante, cruzando sus manos frente a ella.
-Aaron -hizo una pausa, cogiendo aire antes de hablar-. Viajaré con vosotros en este caso. Stockbridge es el pueblo donde crecí.
Él la miró a los ojos, y vio determinación en ellos. Pero también algo que no llegó a identificar, y se dio cuenta, que en este caso, no podría discutir con ella. Aunque no dejaría de intentarlo.
Estiró la mano y la posó sobre una de las suyas, que acababa de descruzar. Acarició despacio sus nudillos sin apartar sus ojos de los suyos.
-Un caso personal siempre es difícil…
-No es un caso personal, simplemente es en el pueblo donde me crie. No intervendré, pero tal vez pueda ayudar.
Algo en su tono de voz, lleno de emoción, hizo que Aaron asintiera. Le dio un suave apretón y se levantó.
-En media hora estará todo listo para informar al equipo. Te esperamos en la sala de conferencias.
-De acuerdo.
Todavía sentía el cosquilleo en su mano cuando Aaron se fue. Se sintió extraña, como si hubiera perdido algo importante, algo que nunca recuperaría. Esa era la otra cosa que le quitaba el sueño desde hacía algunas semanas; Aaron y ella llevaban caminando entre la línea de la amistad y algo más algún tiempo. No había pasado nada, todavía, pero era evidente que ambos querían que pasara.
Sin embargo, había algo que les impedía dar el paso. No sabía qué, aunque supuso que el trabajo tenía mucho que ver en eso. Mientras tanto, ambos seguían girando sobre sí mismos sin ponerse de acuerdo para girar juntos.
Cuando Emily vio entrar a Hotch en la oficina de JJ con la cara seria y el ceño fruncido, supo que tenían un caso. Su corazón se aceleró por la anticipación. Nunca se lo reconocería a nadie, pero la adrenalina corría por sus venas cada vez que salían a atrapar a un sudes.
Unos minutos después, salieron separándose. JJ fue hacia la sala de conferencias y Hotch entró, después de llamar, en la oficina de Rossi. Sí, tenían un caso. Lentamente, fue recogiendo sus cosas, esperando el aviso para la presentación del caso. Morgan y Reid seguían concentrados en su trabajo.
Díez minutos después, JJ los llamó desde la pasarela. Emily fue la primera en levantarse y en dirigirse a la sala. Antes de llegar, escuchó a lo lejos el paso rápido de García, sus tacones golpeando con fuerza el suelo.
Estaban todos sentados a la mesa excepto Hotch y JJ cuando Strauss llegó y se sentó en silencio en el asiento habitual del jefe de unidad.
-JJ, puedes comenzar -comentó Hotch.
-Nos vamos a Stockbridge, Massachusetts. Hace seis días, desapareció Demian Winter, de dieciséis años, el Quarterback del equipo de fútbol americano del instituto Winthrop High School.
Enseñó la foto de un chico moreno, desnudo excepto por la ropa interior, y con una gran "V" grabada en su pecho.
-Demian fue violado y sodomizado, y tenía grandes cantidades de alcohol en su sistema. La causa de la muerte fue la asfixia con una bolsa de plástico -continuó la rubia. A continuación, pasó a la siguiente diapositiva-. Dos días después, justo el día que encontraron el cadáver de Demian, desapareció Karen Murray, la capitana del equipo de animadoras. También de dieciséis años.
La fotografía de Karen era prácticamente idéntica a la de Demian, incluso la letra grabada en su pecho. JJ volvió a pasar la diapositiva, notando la incomodidad de García y la concentración del resto del equipo.
-Y ayer secuestraron a Elliot Hawinks, el Linebacker del equipo. La policía local de Stockbridge ha pedido nuestra ayuda.
-La "V" en su pecho indica claramente venganza, así que podemos decir que el sudes conocía a los chicos -comenzó Reid, sin levantar la cabeza de su tablet.
-¿Y el alcohol? Si los tuvo retenidos dos días, los obligó a beber hasta probablemente emborracharlos -señaló Prentiss.
-¿Dónde aparecieron los cadáveres, JJ? -preguntó Rossi mirando a su compañera.
-Demian en el campo, justo donde se coloca el quarterback. Y Karen en el gimnasio, donde suelen ensayar normalmente las animadoras.
-Entonces, aparte de que las víctimas son adolescentes y digamos, figuras influyentes en el instituto, tal vez el sudes también esté vinculado con él -comentó Morgan mirando uno a uno a sus compañeros.
-Tenemos veinticuatro horas para encontrar a Elliot con vida. En este caso Strauss viajará con nosotros -Hotch vio como sus compañeros evitaban su mirada-. Nos vamos en treinta minutos.
Todos recogieron sus cosas y se levantaron. Erin apenas fue consciente de ello, mientras no podía apartar la mirada de la pantalla, de las fotos sonrientes de Demian, Karen y Elliot y la de los cadáveres de los dos primeros.
-Erin, ¿vienes? -la voz de Aaron la trajo a la realidad.
Lo miró un instante y asintió. Se levantó y lo siguió, sin saber que ese viaje, la cambiaría (todavía más) para siempre.
Continuará…
