Hermione

Las enfermeras me dejaron quedar en la habitación de mi abuela, después de todo mi abuela fue una ginecóloga en este hospital y aun le guardan respeto, por lo que se me ha permitido quedarme hasta el día siguiente para cuidarla. Yo estaba más que contenta, mas la expresión aburrida de mi abuela me decía lo contrario.

— Tu madre me dejó sola porque se lo pedí, tú en cambio te rehúsas a irte. — Está furiosa y sé que está evitado gritarme para no atraer la atención de los doctores. — Deberías haber aceptado salir con ese novio tuyo.

— Él no es mi novio, prefiero estar contigo, abue.

— Yo prefiero hablar con tu abuelo. — La veo estirar su brazo hacia el techo

Me asusta esa acción, creo en los fantasmas del mismo modo que creo en el destino. — ¿Abuelo? ¿Estás aquí? — Observo en varias direcciones — ¿Abuelo?

— No seas tonta, me refiero a que quiero hacer unas oraciones a tu abuelo. Tu presencia fastidia mi concentración, ve a la azotea a grabar los fuegos y me los traes para verlo juntas. — Me lo ordena, me echa de esa manera tan firme.

Salgo a regañadientes de la habitación, para tres pasos más tarde notar que ella es invidente, regresar no es una opción, así que subo por las escaleras hasta llegar a la azotea. El aire helado enfría mis mejillas a penas abro la puerta. He olvidado lo hermoso que resultaba este ambiente, alguna vez como paciente regular pasé mi tiempo aquí, es un jardín con varias plantas altas y áreas de recreo que aún tiene algunos adornos de navideños, hay luches enroscadas en las mesas y columnas.

Me acomodo detrás de un árbol, no hay mucha luz lo que me permitirá apreciar los fuegos artificiales, aspiro el aire que se ha transformado en el terrible aroma a nicotina.

— Hermione — Me llama una voz que me es muy conocida. — Te vi escabullirte por los pasillos del hospital, de igual manera que un ratón siendo perseguido por un gato.

Al girar sobre mis talones para darle la cara, observo a Theodore Nott que está usando una bata blanca y sosteniendo un cigarrillo en la mano izquierda. Tiene el cabello perfectamente peinado hacia un lado. Él fue mi compañero en la universidad, aunque solo duró un semestre para luego cambiarse a Medicina Humana y posteriormente trasladarse a Francia. Fue un gran amigo durante estos años, al menos no me olvidó ya que siempre me escribe por las redes sociales.

— Pensé que habías dejado de fumar. — Le recrimino.

Tira el cigarro, lo pisa contra el suelo para luego recogerlo y envolverlo en una servilleta que tira en el recipiente de basura más cercano. — Solo lo hago cuando estoy estresado. En este mes lo hecho con mucha más regularidad por culpa de la bruja que me tocó como supervisora, debí especializarme en otra cosa que no fuera traumatología.

— ¿Lovegood, es un dolor de cabeza? — Pregunto, parece asombrado porque sé a quién se refiere. — Desde que su madre se convirtió en el médico de la reina, ella tomó su lugar. Papá dice que es muy estricta con sus internos.

— Lo es — Theo mueve su cuello, sus huesos truenan. — Me ha tenido de guardia por más de treinta y seis horas. Si fuera de mi edad ya le hubiera coqueteado porque parece que no puede vivir sin mí.

No puedo evitar sonreírle y un segundo después noto que bajos sus ojos hay marcadas manchas negras, evidencia de su falta de sueño. Theo es mi mayor por un año y medio, pero ahora parece de mucho más debido a su desgaste físico.

Escuchamos voces femeninas discutir a medida que suben las escaleras de la azotea, así que terminamos por refugiarnos tras el árbol que resulta ser un pino sin adorno alguno.

— ¡Ni se te ocurra o juro que haré que te despidan, Daphne! — Es la voz de Lovegood.

Escucho una risa sardónica que luego añade —: Si estás sentada en el sillón de directora es porque Draco es invidente, ¡Pero eso cambiará pronto! ¡Te lo juro!

— No lo hará, le gusta vivir en su lamento, al igual que tú. Reconoce que por tu culpa sus padres se divorciaron, si hubieras sido una mejor doctora en ese entonces, Draco, no estaría así. — Es la voz hiriente de Lovegood.

¿Es que son familiares del Draco que conozco?

— ¡Parece que la vaca olvidó cuando fue ternera! Si lo hubieras traído a tiempo él nunca habría estado en coma. — Grita la doctora, parece estar llorando, su voz se quiebra — ¡A veces pienso que tú ocasionaste el accidente para quedarte con todo! Tu falta de acción aquel día fue...

Escucho el sonido de una bofetada — ¡No digas sandeces, Daphne! ¿Crees que yo podría vivir con un cargo de conciencia de ese tamaño?

— Tienes que olvidar el pasado para tener un futuro — La doctora Daphne dice las palabras que anteriormente escuché de Lovegood. — Repites tanto esa frase... pienso que tratas de convencerte de lo que hiciste.

— Esa frase me la enseñó el abuelo Abraxas luego de que mi padre muriese por sobredosis. — Suena desesperada — Si Draco recordara lo que ocurrió hace años no dirías esas estupideces, yo lo salvé, cosa que tú no lograste hacer, porque tus manos se volvieron inútiles. ¿Olvidas que pensaste en tus lazos familiares antes que en tu paciente? — Sus pasos parecen alejarse — Yo nunca lastimaría a Draco, él es como mi hermano menor y lo protegeré de las alimañas como tú.

— ¡Entonces deja que se opere! Has interferido por muchos años, deja que haga su vida como quiera, no te atrevas a presentarle a la chica que tú creas conveniente otra vez.

— La prima de Harry, no lo vale. No es digna de ser la esposa de Draco Malfoy.

¡Si hablan del Draco que yo conozco! Quiero salir a refutarle por decir que no valgo, pero Theodore me retiene por los hombros oportunamente.

— él es un adulto independiente, nunca ha necesitado de nuestra ayuda, así que no te atrevas a seguir decidiendo por él. — La voz de la doctora Daphne suena amenazante.

— No uses a tu interna para convencerlo o te aseguro que la despediré con cualquier excusa cuando me plazca.

— No podrás, si eso sucede verás que la mesa directiva se inclina más hacia Draco. Yo lo operaré cuando él lo decida y no podrás impedirlo. Mi padre y mi tío Lucius no te escucharán más...

Su discusión deja de escucharse debido a que los fuegos artificiales inician, el año nuevo ha llegado y yo estoy impactada por lo que acabo de escuchar. Ni siquiera las ideas parecen estar claras en mi mente. ¿Qué acabo de escuchar? ¿Lovegood es la razón por la que Draco no puede ver? No, hay algo más detrás, algo ocurrió aquel día.

Diez minutos después, Theodore sigue junto a mí. — Sospecho que conoces a ese Draco. — Asiento lentamente — No hagas o digas nada hasta estar segura, lo mejor que puedes hacer es darle ánimos o ser sus ojos. Escuchamos algo que no es de nuestra incumbencia, así que es mejor dejarlo en el olvido.

— Trataré de olvidarlo — Respondo, saco mi teléfono de mi bolsillo para grabar los últimos minutos de los fuegos artificiales.

— Pero si quieres descubrir algún misterio, me ofrezco para ser detective. A la vida de hospital no le vendría nada mal convertirse en un drama — Su cálida sonrisa me da a entender que me ayudará si se lo pido — Antes mencionaron a la interna que está en el equipo de la Doctora Daphne, ¿sabes si está soltera?

— Lo está. — Le doy un guiño en cuanto acabo de grabar. — Es la prima coreana de Draco.

Al final logramos distraernos, para luego cada uno volver por donde vino. Cuando ingreso a la habitación de mi abuela, está profundamente dormida, observo alrededor de la habitación en busca de un indicio del fantasma del abuelo Fleamont, él sabría aconsejarme en esta situación. Me siento en el sofá, antes de lograr dormir mi padre ingresa para verificar el estado de mi abuela.

— Pensé que estarías en la clínica o con mamá. — Susurro.

Le veo sobresaltarse. — Lo estaba, pero fui llamado por la directora Lovegood.

No dice más, guarda silencio y tras besar mi coronilla se retira. Entonces mi cuerpo parece recordar que padezco insomnio, por lo pasaré la noche especulando sobre lo que escuché. Trato de convencerme de que no es asunto mío, mas siento la necesidad de cuidar de Draco, sea lo que sea que ocultan sus primas, no es nada bueno.


La canción de este capítulo describe bien a Luna y Daphne.

Lie - Jimin

"Estoy atrapado en una mentira,

Encuentra el yo que era inocente,

No puedo liberarme de esta mentira"