Hermione

Vivo cada día de mi vida como su fuera el último, así que cuando hay una fiesta suelo excederme un poquito, desde el cumpleaños de Harry, no he bebido. Es mejor que Draco no haya venido, suelo llorar cuando bebo de más. Estoy en el estacionamiento en compañía de Theodore, evaluamos dejar mi coche o manejar.

— Estoy más sobria que tú. — Digo.

Me muestra su palma — ¿Cuántos dedos ves?

— ¿Tienes un tatuaje en la palma? — Preguntó al ver lo que parece ser el ojo de Horus.

Empieza a reír frota mi cabeza como si fuera un cachorro — Claro que no, eso es de mala suerte. Estaba jugando con un marcador mientras tú bebías el agua de los floreros.

— ¿Agua de los floreros? No estoy tan borracha, mañana tengo cirugía de esterilización... — Entonces me doy cuenta de que ni una aspirina me calmará mi dolor de cabeza. — Creo que llamaré a Pansy para pedirle que lo haga por mí, sube y en el camino la llamo.

— No subiré a tu camioneta, aprecio mi vida lo suficiente. — Mira el reloj de que está en su muñeca derecha — Ya casi es las tres de la mañana — Saca tu abrigo y caminaremos hasta tu casa. No tardaremos más de quince minutos.

— ¿Caminar? — Mi cuerpo tiembla ante la palabra, detesto caminar, aunque no estaré sola por lo que obedezco, saco mi abrigo y bolso.

— Has estado imparable en la fiesta. — Theo inicia la conversación una vez que estamos fuera del estacionamiento. — Cuando te conocí eras un ratón de biblioteca.

Recuerdo mi pasado, a mis 18 años era muy tímida y correcta. Entonces conocí a Ronald, en ese entonces él iba por los 23 años años, un estudiante de medicina humana muy sobresaliente y guapo. Su pinta de chico malo me gustó, además de que sacaba tiempo para verme luego de su internado.

— Me enamoré de Ron — Sonrío mientras el frío de la ciudad congela mis piernas. — Me mostró muchas cosas y su familia me amó en cuanto supo que era estudiante de medicina veterinaria. Ginny, me enseñó mucho, ella era muy alegre y murió luego de dar a luz a su hija... — Las lágrimas empiezan a caer, la muerte de quien fue como mi hermana mayor sigue doliendo.

— No llores, te ves fea. — Theo se enoja un poco, camina junto a mí.

— Así no es. Tienes que decir que me veo más bonita cuando sonrió. — Inflo mis mejillas como una niña de primaria.

— De mi boca no saldrán mentiras.

Ambos reímos. — Su muerte marcó a su familia y por ello...

— No deberías beber, estás recordando mucho el pasado. — Pone su mano derecha sobre mi hombro izquierdo.

Sé que pide que me calme, pero el licor en mi cuerpo ha soltado mis riendas. Fue una semana difícil, fue una época dolorosa y me marcó.

— No tienes que ir a la boda de tu antiguo cuñado, no tienes nada que demostrarle al padre de tu difunta hija. No le debes nada a nadie, Hermione. Sigue viviendo, la agonía ya se acabó — Su mano sube a mi cabeza — Solo piensa en ti.

— Mi primera muerte ocurrió hace cinco años y ahora he madurado mucho a diferencia de la inocente mujer que fui. — Cierro los ojos y pienso en mi intento de suicidio en el puente Westminster — Comprendí que yo no tuve la culpa... Aun así, no puedo caminar sola por las calles, me aterra que me vuelvan a atropellar, no fue mi culpa... Lo sé.

— Tampoco fue la de Ronald, me has dicho que lo hizo a causa del médico que lo aconsejó y por lo que vivió con su hermana. — Theodore no retira su mano de mi cabeza, parece tratar de darme su energía.

Suspiro mientras seguimos caminando — Eso lo entendí muy bien, tuvo miedo de verme morir y siguió los consejos de Lovegood, eligió mi vida antes que la de Rose — Más lágrimas se deslizan por mis mejillas. Theodore sabe de esto, se lo conté a través de una videollamada, pero no es lo mismo recibir la calma por una fría pantalla ¿estoy tratando de que me compadezca? Debo parecer patética, menos mal que Draco no está para escucharme en mi miseria. — No sé quien me atropello, pero lo odio con todo mi ser. He llegado a perdonar a Ronald, tolero a Lovegood, mas nunca podre dejar de culpar a quien mato a mi bebé.

Theodore se detiene para abrazarme y calmarme, porque he empezado a sollozar como una niña desesperada. Tenía seis meses de embarazo, anhelaba cada día con verla crecer y correr por el refugio de animales de los Weasley. Soñaba con enseñarle a tocar el piano y llevarla a los recitales de la escuela, quería convertirme en la esposa de Ronald en cuanto me graduara de la universidad, mi hija no iba a convertirse en un obstáculo como muchas personas lo pensaron, ella iba a ser mi fortaleza, sin embargo, el perderla la convirtió en mis lágrimas. Todos esos sueños y anhelos se vinieron abajo en cuanto me atropellaron y se dio a la fuga en lugar de ayudarme.

Entiendo que los Wealsey hayan preferido salvar mi vida, aun así, yo deseé que mi hija viviera. Luego de que me dieron de alta, regresé a casa, tomé el auto de mi padre y empecé a manejar sin rumbo durante horas, cuando me di cuenta estaba junto al puente Westminster. Harry logró encontrarme gracias al GPS, me salvó.

Fue el punto más bajo en mi vida, tomé terapia y me deshice de todos los lazos que me conectaran a ese pasado doloroso. Aun así, siempre regresaban a mí. Las camelias y que Blaise abriera su propia veterinaria frente a la mía, yo cruzaba la avenida a veces para ver a la pequeña que era idéntica a su madre y entonces me preguntaba si la mía también pudo ser pelirroja de ojos azules.

Dejé de pensar y proyectarme en un futuro, era mejor vivir en el presente. Le cerré la puerta a los Weasley, cerré mi corazón al amor y me convertí en una adicta a los estudios y posteriormente al trabajo. Aí que mis padres decidieron que debía vivir un poco, me han mandado de vacaciones muchas veces para vivir. Conocer a Draco me hizo pensar en el amor otra vez, me hizo sentir la necesidad de ayudarlo y a la vez el temor de enfrentarme a su familia.

— Algún día tendrás que contárselo a Draco. — Theo deshace el abrazo para verme a los ojos — Si te enamoras más, este será un secreto que no podrás ocultar por siempre. Sobre todo, si tienes en cuenta de que Luna Lovegood conoce tu caso, me es seguro que no dudará en decírselo.

Limpio mis lágrimas con el pañuelo que me ofrece — Lo pensaré, si llego a quererlo más sentiré la necesidad de contarle todo de mí. — Veo el maquillaje sobre la tela — Esto no saldrá ni con un blanqueador.

— Ya lo sé, me comprarás otro. — Continuamos caminando bajo la luz de las calles. — No te costará más de dos libras.

— Te compraré uno rosa, sé que es tu color favorito.

— Pansy A. K. A. La chismosa, ¿te lo contó? — él se cruza de brazos — No lo suelo decir porque se burlan.

Es mi turno de frotarle la cabeza, aunque tengo que ponerme de puntillas para lograrlo — No dejes que la opinión de otras personas te afecte. — Lo suelto y cruzo su brazo con el mío, empiezo a sentir más frío.

— Ámate a ti misma.

— Amo todo de mí, excepto mis rizos. — Respondo.

Me despeina más mientras dice que adora mis cabellos de resorte. Cuando llegamos a mi casa, Spring, nos ladra y tras darse cuenta que somos nosotros nos saluda afectuosamente. Le asigno la habitación de invitados a mi amigo, me despido de él no sin antes decirle que debe ir por mi camioneta en cuanto se levante.

Ya en mi habitación hago todo de manera automática, me quito los zapatos, el vestido y todo rastro del maquillaje. Tal vez Lovegood no esté tan equivocada: "debo olvidar mi pasado para tener un futuro", después de todo esas heridas se han convertido en cicatrices, por lo que ya no me sirve de nada vivir pensando en lo que pudo ser, aprendí a convertir ese dolor en mi fortaleza. Mi psiquiatra estaría orgullo de este progreso, ahora falta resolver mi problema con el sueño

En cuanto me meto a la cama llego a una conclusión —: Draco es muy tímido, así que yo voy a confesarle mis sentimientos.


La canción de que describe los sentimientos dolorosos de Hermione es:

Million Years Ago – Adele

"Siento como si mi vida se extinguiera

Y que lo único que puedo hacer es observar y llorar,

Extraño el aire, extraño a mis amigos,

Extraño a mi madre, extraño cuando la vida

Era una fiesta que organizar"