Omegaverso con todo lo que eso conlleva además de Deltas, Gamas y AU Yakuza, si...


Se suponía que la noche de hace tres días iba a ser especial, iba a ser su noche de bodas finalmente luego de tanto trabajo atrasado, Satsuki dijo que luego de que hiciera un poco de él podría ir a su mansión y pasar la noche como corresponde como esposos con su Ryou.

Especialmente cuando su noche de bodas con Satsuki fue hace tres meses exactamente.

Pero no, todo tuvo que irse al diablo porque no fue capaz de ir por Ryou a su trabajo porque no pudo salir a tiempo de su reunión de trabajo. Se maldijo y maldijo a esos ancianos por atrasarlo así.

Si algo le pasaba a Ryou… si los infelices que capturaron de esa forma a su Ryou, el… él iba a-

Pronto un sollozo se escuchó en la oficina de Aomine sacándolo de sus pensamientos, Satsuki estaba sentada en el sofá de su oficina llorando y temblando de miedo, Daiki dejo a un lado el puro que estaba fumando desesperadamente para aliviar el estrés por el que estaba pasando, se acercó a la chica de cabellos rosas que luego de sentir la presencia de Aomine con ella no dudo en abrazarlo y llorar amargamente sobre su pecho.

-Encuentra a Ryou-chan, Dai-chan- suplico Satsuki aferrándose al pecho de Daiki que a su manera abrazaba el cuerpo de su esposa y le consolaba besando su frente y acariciando sus cabellos rosas –no dejes que nada le pase. Prométeme que nada malo le pasara a nuestro esposo-

-Satsuki…-

-¡Prométemelo, Daiki!- exigió la chica viendo suplicantemente a su esposo dejando las manos del moreno sobre su vientre –mi embarazo ya de por si es de alto riesgo, ahora que no tenemos a Ryou-chan con nosotros… no quiero perder a mi cachorro también, Dai-chan- la chica de largos cabellos rosas lloro amargamente sobre el pecho de su esposo ignorando el hecho que su triste aroma solo ponía mal a Aomine.

Porque no pudo proteger a su esposo Beta de sus negocios.

Y porque tampoco era capaz de darle el consuelo que necesitaba su esposa Omega, el riesgo de aborto de Satsuki tampoco estaba ayudando al psiquis de ambos.

Ser destinados para ellos dos era una fortuna/maldición en partes iguales.

Ahora con la desaparición de Ryou, esto solo se estaba complicando.

Y se iba a poner peor en los siguientes minutos.

Pronto la puerta de la oficina se abrió con estrepito provocando que los esposos se separaran. Aomine limpio a su manera las mejillas mojadas de su esposa y le paso un pañuelo, necesitaba a su omega fuerte para lo que se vendría después.

Porque iba a haber sangre de por medio por lo que le hicieron a Sakurai Ryou bajo sus narices.

-Imayoshi… dime que ya encontraron a nuestro esposo- porque de no hacerlo él lo haría y Satsuki sabía que Daiki no tendría piedad de nadie para conseguir información sobre lo que quería saber, mucho menos de sus hombres y los que se atrevieron a pasar por alto su autoridad secuestrando a su esposo.

Shoichi suspiro, el beta de ojos tal zorro risueño necesitaba un poco más de tiempo para explicar lo que necesitaban saber la pareja frente a sus ojos.

Pues no sabía cómo iban a tomarlo.

-Sakurai apareció desmayado y con signos de lucha en su cuerpo y ropas a 200 kilómetros de distancia de su trabajo hace una hora en la bahía de Kyoto, no se tiene todavía claro quiénes y cómo lo dejaron ahí. Sus brazos muestran que le estuvieron inyectando algo, Aomine. Hasta que Midorima confirme que hubo actividad violación o no es todo lo que puedo decir-

-Es nuestro esposo, Imayoshi-san- hablo Satsuki poniéndose de pie seguido por Daiki quien puso su abrigo sobre los hombros de la peli rosa –queremos ir con él, ahora-

-En tu condición no es lo mejor, Momoi- expreso el beta.

-Es su esposo, Imayoshi. Es mi esposo. Vamos a ir con Ryou así tenga que asesinar a todo el mundo en este edificio simplemente por negarme a algo que mi esposa y yo tenemos derecho, cara de zorro- escolto personalmente a Satsuki afuera de su oficina seguido por Imayoshi.

Shoichi se mordió la lengua, solo esperaba que lo que dijo Midorima fuera solo una hipótesis y no una realidad.


El camino al hospital fue lúgubre y callado, Satsuki estaba alterara, cosa que podía notar Aomine por sus feromonas inundando toda la cabina de la limosina donde iban ambos. Daiki apretó la mano que sostenía la chica con preocupación y angustia de no saber qué había pasado con su esposo beta esas 72 horas lejos de ambos, lejos de su hogar y todo lo que le importaba y valoraba Sakurai Ryou.

Satsuki sabía que el trabajo de Aomine seria así, conocía los riesgos, sabía que en cualquier momento se quedaría sin alpha por culpa de su trabajo en la yakuza y porque su esposo alpha era malditamente imprudente para su propio bien que corría el riesgo de ya no regresar a casa con ella. No por nada Daiki la mantiene vigilada las 24 horas del día muy independientemente de ser su omega destinada y la joya de su corona de lo que hoy representa el apellido Aomine en el bajo mundo de Kyoto y Japón mismo.

Sabia de las consecuencias de seguir a Daiki en su camino de oscuridad, muerte y traiciones y jamás renegó de su futuro y vida con su alpha, abrazaba la muerte e incertidumbre de saber si su alpha regresaría con ella como una vieja amiga todos los días.

Pero resulta que Sakurai Ryou no era como ellos.

Ryou llego con ellos hace tres años, antes de que se confirmara el compromiso de Aomine con Momoi. Al ser destinados los altos mandos no tuvieron problema con atrasar un poco la boda y enlace de ambos amigos de la infancia. Pero si hubo un conflicto en cuanto Sakurai Ryou entro a la ecuación.

Era un Beta y contrario a Satsuki, el castaño no sabía defenderse. Ni en defensa personal como en uso de armas blancas o de fuego.

Era un humano común y corriente viviendo entre el cielo e infierno en la tierra.

Eso no les gusto a los ancianos que controlaban todavía gran parte del imperio de la familia Aomine. Daiki no iba a admitirlo, pero a él tampoco le gustaba las ideas de "supremacía" alpha que debía cumplir con Momoi y el propio Sakurai.

"Únicamente aceptaremos un sucesor de Aomine-sama, y ese será el hijo de Momoi Satsuki de a su familia. Cualquier bastardo nacido fuera del matrimonio de Aomine-sama y Momoi-san será descartado, especialmente si es nacido del vientre de un Beta común y corriente como lo es Sakurai Ryou".

Aomine chasqueo la lengua al mismo tiempo que ayudaba a su omega a bajar de la limosina. Poco podía importarle lo que hicieran esos decrépitos ancianos, iba a tener descendencia con Ryou sin importar su casta, Satsuki estaba de acuerdo con él.

Los dos se habían enamorado perdidamente del joven Beta que era dueño de una pequeña y humilde cafetería en el centro de la ciudad.

Sakurai Ryou era su paz en el infierno para la pareja de alpha y omega.

-Midorima- llamo Aomine al alpha que acomodaba sus lentes sobre su rostro al mismo tiempo que leía un expediente, Satsuki noto que se trataba del expediente de Ryou -¿cómo esta nuestro esposo?-

-Creí que Imayoshi les dijo que no tenía que venir Momoi aquí, Aomine- expreso el peli verde con mirada seria viendo de reojo el cuerpo de la bajita omega –corres el riesgo de que pierda a tu cachorro, Aomine-

-Midorin- suplico Satsuki tomando la bata blanca de Shintaro que vio a la peli rosa a los ojos –es mi esposo del que estamos hablando. Por favor- necesitaba saber cómo estaba el castaño.

Quería mentalizarse en caso de pasar algo peor.

-Momoi…-

-No volveré a repetirlo, Midorima- Satsuki se refugió en el pecho de Aomine quien veía como si se tratara de su peor enemigo a Shintaro –habla de una vez-

Shintaro suspiro, en buen momento le dijo a Kazunari que podía ir a casa antes.

-Sakurai llego al hospital con un severo caso de deshidratación e inanición. La droga que le inyectaron provocaron un problema de desnutrición en Sakurai- comenzó a hablar Shintaro leyendo su informe médico, cualquier cosa era mejor que ver como Momoi lloraba sobre el pecho de Aomine –no hubo violación si es lo que temían, hicimos todos los exámenes y al menos de eso está limpio-

-¿Al menos, Midorima?-

-¿Quieres que lo diga con Momoi aquí y el riesgo de aborto que tiene, Aomine?-

-Midorin…-

Shintaro gruño por lo bajo.

-No tengo todavía los exámenes completos, pero sé que la droga que le inyectaron a Sakurai estos tres días de forma intensa y continua se trata de una experimental. Se suponía que en el gremio era un mito, algo que no podía existir porque se habla de un cambio biológico, físico y mental de quien recibe la inyección. Y la inyección estaba destinada a ser aplicada a criminales al ser experimental-

-¿Experimental? ¿Qué porquería le dieron a nuestro esposo, Midorima?- pregunto enojado Aomine encarando a Midorima tomándolo de la solapa de su bata blanca –dilo de una maldita vez, no me hagas golpearte aquí y ahora y menos en presencia de mi esposa-

-Dai-chan- Aomine se estaba conteniendo, enserio que sí. Pero saber que Ryou paso por todo ese martirio y no saber todavía quién fue el que planeo lastimar de esa forma al Beta solo alteraba al alpha.

-Si mis conjeturas son correctas- sinceramente esperaba estar equivocado esta vez –es que con esa droga experimental han cambiado la constitución fisiológica de Sakurai. El ya no es más un beta, deduzco que fue gracias a esa condición que el proceso de transformación fue más rápido y "efectivo" para los fines de las personas que secuestraron a Sakurai-

-¿Y qué se supone que es ahora mi esposo, Midorima? ¿Un omega, un alpha, alguien sin género secundario?-

-Un gama-

Las manos de Aomine temblaron al mismo tiempo que soltaba de su agarre el cuerpo de Shintaro. Satsuki noto el estado en shock de Daiki, saber eso fue como un balde de agua helada para ambos esposos.

Un gama…

-¿No se supone que los gamas como deltas están extintos ya, Midorin?- pregunto Momoi tomando las manos de su alpha.

-No, se esconden pero no están extintos. Nadie los quiere a su alrededor, especialmente los alphas. Tú lo sabes Momoi, me ayudaste con mi investigación sobre el tema. Por cómo está actuando Aomine, está confirmando mis palabras-

-Dai-chan-

-¿Cuánto tiempo va a estar esa porquería en el cuerpo de mi beta, Midorima?-

-La droga no tardara en salir de su sistema, pero las consecuencias de su aplicación son irreversibles ya, Aomine. De eso se trataba la idea original de la creación de esa inyección, castigar a omegas, alphas agresivos y/o violentos por igual como betas al volverlos gamas y deltas-

-¿Estas completamente seguro? ¿Le hiciste ya todos los estudios a mi esposo? ¿Estas consiente de lo que le estas diciendo a mi omega y a mí, Midorima?- hablaba la desesperación por Aomine. Su alpha interno simplemente rechazaba la ida de mencionar la palabra gama dentro de su vocabulario.

No existía para Aomine y Satsuki.

Satsuki retomo la palabra al notar el estado alterado de Aomine -¿podemos ir a ver a Ryou-chan, Midorin? Por favor, quiero verlo-

-Queremos verlo- secundo Aomine.

Shintaro suspiro de nuevo notando el interés de Momoi de confirmar sus palabras aun cuando ella sabía que Midorima no estaba mintiendo.

Solo esperaba que Aomine no hiciera nada estúpido.


Ir a la habitación 211 del hospital privado de la familia Midorima fue lo más difícil que ambos esposos habían hecho en toda su vida. Momoi iba enfrente sujetando la mano diestra de su alpha mientras Aomine no ha dejado de temblar desde que Shintaro les dijo sobre la nueva condición de Ryou.

Y como este no sabía nada todavía. Afortunadamente estaba despierto, no recordaba nada de su ataque y secuestro y solo estaba deseando ver a sus esposos ahí, con él. Dándole consuelo y alivio.

Aomine era un enigma en ese momento, lo sabía Satsuki.

La omega iba a abrir la puerta de la habitación pero Daiki la detuvo de un movimiento. El alpha de Aomine necesitaba tiempo todavía para procesar lo que iban a hacer.

-¿Dai-chan?-

-No estoy seguro de querer tratar con Ryou en estos momentos, Satsuki- hablo el alpha tirando de la mano de la chica –sabes la relación que hay entre gamas y alphas, Satsuki. No quiero que mi alpha rechace o peor, asesine a Ryou por su nueva condición. La existencia de un gama es un tabú todavía, si mi alpha reacciona mal con Ryou esto se volverá peor para los tres-

Y lo que menos quería era lastimar a Ryou y por consiguiente lastimar también a Satsuki.

Momoi noto el estado vulnerable y contrariado de su alpha, tomo las mejillas de Aomine con ambas manos provocando que los ojos azules se perdieran un instante en los ojos rosas de Satsuki. La omega sonrió levemente acariciando las mejillas de Daiki con sus pulgares, libero un poco de su aroma natural a flor de sakura tranquilizando al menos un poquito a su esposo.

-Dai-chan- llamo con suavidad Satsuki permitiendo que Aomine frotara sus mejillas sobre las palmas de sus manos, lo dos estaban pasando por demasiado estrés y solo en un día –antes que una casta somos esposos. Le hicimos una promesa de amor a Ryou-chan, no podemos fallarle. No debemos fallarle- explico la omega con calma perdiéndose un instante en los ojos azules de su esposo –no vas a lastimar a mi esposo ahora con su nueva condición, Dai-chan. Te lo prometo-

-Pero…- su alpha estaba gruñendo ante la posibilidad de tener trato con un gama –tampoco quiero que Ryou me rechace, Satsuki-

-Te juro que mi esposo no te rechazara, Dai-chan. Tal parece que ya olvidaste con quien estamos casados-

Aomine gruño por lo bajo besando ahora los labios de una Momoi más tranquilo luego de sus palabras. Luego de ese pequeño contacto entre ambos fue como la pareja de alpha y omega se animaron a entrar a la habitación de Sakurai Ryou.

El castaño al notar la presencia de sus esposos en su habitación fue que pudo estar más tranquilo. Nadie le decía nada, nadie hablaba con él y eso ponía de los nervios a Ryou. Pero ahora con Daiki y Satsuki ahí, con él, todo nerviosismo y miedo estaba pasando a segundo grado.

-Satsuki-chan…- la omega en medida de lo posible se apresuró a abrazar al castaño quien la recibió con los brazos abiertos, Satsuki beso los labios de su esposo dejando que Ryou acariciara sus cabellos rosas teniendo cuidado con sus movimientos pues no quería lastimar a la omega y por consiguiente el próximo cachorro –no llores, Satsuki-chan. Estoy bien- expreso el castaño limpiando las mejillas de Momoi con sus manos.

Aomine veía la escena de sus esposos demasiado tranquilo para el temperamento que estaba acostumbrado su alpha a ser. Hasta el momento no ha detectado el aroma "agrio y desagradable" que un gama normalmente desprende y que para los alphas era igual de pestilente.

Y parece ser que Ryou tampoco estaba renuente a oler el aroma de Aomine.

-¿Dai-chan?- llamo Satsuki a su alpha sintiéndose extrañamente ansiosa de no ver intenciones de su esposo de hablar con Sakurai.

-Daiki-san…- llamo bajito Ryou a Aomine en espera de que este le abrazara como hace un momento Satsuki había hecho. El moreno seguía viendo con seriedad a Ryou que comenzaba a temer que algo malo le estuviera pasando a su alpha.

-Ryou…- gruño Aomine acercándose al castaño. Hundió su nariz en el cuello de Sakurai buscando el aroma que supuestamente debía tener ahora su esposo por culpa de los malditos que habían cambiado la fisionomía de su Ryou, pero no había nada, su alpha interno tampoco podía detectar nada –a Satsuki y a mí nos diste un gran susto, desde ahora tendrás un guarura a donde sea que vayas- abrazo el cuerpo del castaño con fuerza, temiendo a no volver a tenerlo en sus brazos.

Momoi estuvo más tranquila al notar que su alpha no había atacado al ahora gama. Sonrió al ver que Ryou le daba palmaditas en la cabeza a Daiki intentando aliviar sus pesares y temores.

Beso las mejillas de Aomine y Ryou dejándose envolver por el ahora aroma a sándalo de Sakurai y a café tostado de su alpha Aomine.

Solo quedaba averiguar quién le hizo aquello a Ryou y sus posibles consecuencias entre ellos tres.