Descargo de responsabilidad: ya saben ustedes que PUCCA y sus personajes no me pertenecen, le pertenecen a su creador Boo Kyoung Kim. Yo sólo usé sus personajes, para crear esta historia loca, pero según yo entretenida.

Descargo de responsabilidad 2: así como el libro de Harry potter sus personajes no me pertenecen, pues le pertenecen a la autora JKRollin. yo sólo utilicé a Harry potter para juntarlo con Pucca, así que no plagien, adapten o copien por favor que eso no está bien.

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"No obligo a nadie amar a nadie, solo doy flechazos y dejo que el tiempo pase y cure el amor o lo deshaga."_(Ronnie King Kim)

Ring Ring furiosa por la orden que su medio hermano Ronnie le dio a Harry, provocó que los vientos sé volvieran más fuertes y la nieve golpeara contra estudiantes cercanos, mientras gritaba con ira intensificando su poder de semidiosa del viento con su ira.

–¡¿Qué le rompas el corazón a la patética de Pucca no probará que yo le di alguna poción o que cambie de algo la situación, Ronnie! Pucca solo se dio cuenta que Garu solo me ama a mí, por eso ella sé obsesionó ahora por Harry, mientras que la actitud de Draco es porque sé enamoró de Jing Jing, por lo que no tengo nada que ver en eso.

La ira de Ring Ring hacía que los vientos se volvieran más fuertes y la nieve golpeara contra los estudiantes cercanos, obligándolos a buscar refugio. Su grito resonaba con un poder ancestral, manifestando su naturaleza de semidiosa del viento.

El cielo parecía oscurecerse más, mientras ella continuaba desatando su furia. Ron Weasley y Hermione Granger, que estaban agazapados detrás de la mesa de bocadillos de la fiesta, le gritaron a Harry la misma orden de Ronnie que le dio antes.

–¡Harry! ¡¿No has oído lo que Ronnie te pidió?! ¡rómpele el corazón a Pucca! ¡Sabemos que es difícil! ¡Pero es la única forma para que ella rompa la poción de amor que le han dado! ¡YA después averiguamos cómo romper la poción en Garu y Draco! ¡Pero ahora Pucca está enamorada de ti por la poción de amor y solo tú puedes trozarlo!

Harry miró a Ron y Hermione con incredulidad, mientras la tormenta de nieve arremetía alrededor de ellos. La fuerza del viento lo obligaba a inclinarse hacia adelante, intentando mantener el equilibrio en medio del caos que Ring Ring había desatado.

La furia de la semidiosa del viento era palpable, su energía se sentía en cada ráfaga helada que cortaba el aire. Mientras que Pucca estaba enfrente de Harry, suplicando que no la lastimara y que no le hiciera caso a Ronnie.

–¡¿Están locos?!

Gritó Harry sobre el estrépito del viento, mirando a Pucca a a los ojos.

–¡No puedo simplemente romperle el corazón a Pucca! No es justo para ella, y, además, ¿cómo se supone que eso ayudará a romper la poción de amor?

Hermione, temblando bajo la tormenta mágica, intentó razonar con él.

–No lo sé, Harry, sé que Ronnie es un Slytherin y que no debemos confiar en ellos. Pero esto va más allá que la magia común, Ronnie es el dios del amor y sabe más de esto que yo. no estoy segura, pero tal vez la poción que hizo Ring Ring fue mesclada con la flecha de amor de Cupido o cualquier dios del amor mitológico.

Harry estaba sumido en la confusión, mientras las ráfagas de viento cortaban el aire y la tormenta de nieve azotaba el lugar. El poder desatado por Ring Ring no solo intensificaba la tempestad, sino que también parecía cargar el ambiente con una presión mágica abrumadora.

La mirada desesperada de Pucca lo mantenía anclado a la realidad, a pesar del caos a su alrededor. Pucca, con lágrimas congelándose en sus mejillas, se acercó a Harry con una expresión de angustia y miedo.

–¡Harry, por favor! ¡Yo te amo! ¡Y yo sé que tú me amas! ¡Así que no le hagas caso a Ronnie!

Ring Ring sonrió al ver la confusión de Harry, diciéndole con voz exageradamente dulce, disminuyendo un poco los vientos.

–Sí, Harry, no le hagas caso a Ronnie. Pucca no merece que le rompas el corazón, mucho menos por una mentira que dijo Ronnie.

Harry estaba atrapado en una tormenta mágica de emociones y poderes desatados, la tormenta menguando por la creciente satisfacción de Ring Ring por la situación. La furia de Ring Ring y la desesperación en los ojos de Pucca lo hacían sentir como si estuviera en el centro de un torbellino imparable, uno que no sabía manejar y le hacía preguntar cómo es que su hermano Garu lo había aguantado en Sooga.

La voz de Ring Ring, con su tono casi seductor, lograba atravesar el ruido de la tormenta y llegó a Harry, quien intentaba mantener la calma en medio del Caos.

–¿Cómo puedo confiar en ti, Ring Ring?

Gritó serio Harry, su voz cargada de incertidumbre mientras luchaba por mantenerse en pie. Ring Ring, con una sonrisa enigmática, acercó su mano al rostro de Harry, sus dedos rozando su mejilla. Su contacto era frío, como el hielo, pero había algo hipnótico en su mirada.

–Harry, no tienes que romperle el corazón a Pucca. Lo que está sucediendo aquí es más complicado de lo que te han dicho. Ronnie y su egoísmo han manipulado la situación, y la verdad es que la poción de amor son sólo el principio de su plan para destruirlo todo.

Ronnie, dando un suspiro agotado, terminó por decir serio a su media hermana Anillo Anillo:

–Ring Ring, no le mientas a Harry. Tu odias a Pucca, yo no, esto lo hago para romper la poción que tú, Tobe, Chief y Shaman crearon.

Ring Ring frunció el ceño, su furia resurgiendo a pesar de la intersección de las palabras de Ronnie. La tormenta de nieve arremetió con aún más violencia, como si reflejara la tormenta interna que estaba desencadenando.

Harry sintió el peso de la situación, mientras miraba a Pucca, que se aferraba a él con una mezcla de desesperación y esperanza. Sus ojos le rogaban que no la dejara, pero Harry pensó que Ronnie tal vez tenía razón porque antes de este caos, Pucca perseguía a su hermano gemelo por Hogwarts.

–¡Ronnie, tú no entiendes lo que estás haciendo!

Gritó firme Ring Ring, su voz cargada de furia ancestral.

–Estás empeñado en romper el corazón de alguien para arreglar un desastre que tú mismo provocaste.

La tormenta parecía llegar a un clímax, el viento aullando y las ráfagas de nieve arremetiendo con una intensidad abrumadora. Harry intentó escuchar a Ronnie y Ring Ring al mismo tiempo, pero el caos mágico alrededor de él dificultaba la comprensión.

Miró a Pucca, sus lágrimas mezclándose con la nieve que caía, y luego volvió la vista hacia Ring Ring. Esto se estaba complicando de más y su hermano gemelo Garu, quien era uno de los pocos que podía aclararle todo, también estaba afectado por la poción de amor al igual que Draco Malfoy.

–¿Y cuál es tu plan, Ring Ring?

Inquirió serio Harry, su voz rasgada por el viento. La semidiosa del viento le lanzó una mirada penetrante antes de hablar, demostrando sus dotes de convencimiento.

–Mi plan es liberar a Pucca de esta trampa en la que Ronnie y su egoísmo la han puesto. La poción de amor es solo una pieza de un rompecabezas mucho mayor. Hay fuerzas en juego aquí que ni tú ni yo comprendemos completamente.

Ronnie, frustrado, avanzó hacia Ring Ring, su mirada llena de determinación. Estiró su cabello y le pegó a su hermana, controlando un poco la tormenta de viento y nieve que Ring Ring creaba.

–¡Ring Ring, basta de tus juegos! ¡Deja tus mentiras a un lado! ¡No quiero causarle dolor a Pucca! ¡Pero esta es la única opción que tengo tras tus tonterías! ¡Yo amo a Pucca y me duele verla tan fuera de ella! ¡Esto es un mal necesario!

Gritó dolido Ronnie, tirando una lágrima de dolor, que en su forma divina se veía impactante. Destiny, el dragón cambiante, se acercó a Harry transformado en dragón y le dijo serio:

–Harry, Ronnie no miente, sabe de lo que habla. Él es el dios del amor en Sooga, sus conocimientos en amor y el romance son amplios, sabe distinguir cuando alguien está influenciado por una pócima de amor o es amor verdadero. Y siendo yo el guardián de Pucca, puedo notar que ella solo te ama por la poción que Ring Ring, Tobe, Shaman y Jing Jing le dieron.

Ring Ring estalló aún más furiosa, girándose hacia Garu y ordenándole seria, que estaba bajo los efectos de la poción y por ende en manos de Ring Rin:

–¡No van a romper una poción que no existe! ¡No me separarán de Garu! ¡Garu, cariño, aleja a tú gemelo Harry de Pucca!

Garu intentó luchar contra la poción, recordando la promesa que le hizo a su tío Suga Sanada de proteger a su gemelo Harry cuando lo encontrara. Sin embargo, era solo un humano, no podía contra la poción amor en llamas combinada con la flecha de cupido, el dios del amor griego que de vez en cuando visitaba Sooga para comer fideos de Yam Yam.

Así que decidido, dio un paso adelante y muy despacio desenfundó su espada. Harry lo miró asustado, no logrando comprender porqué su gemelo actuaba así, pero el dragón cambiante apareció y habló serio:

–Esto no le gustará a Pucca cuando reaccione, pero debo hacerlo. chico ninja, esto es por tu bien.

Luego el dragón movió su cola con escamas doradas y le pegó a Garu, lanzándolo hasta donde estaba el consejo de ninjas, desmayándolo al instante. Takeshi fuma, atrapó al joven ninja y también ordenó serio:

–Vamos, chico mago, has le caso a Ronnie, el dios del amor y a Destiny, el guardián de Pucca. Demuestra que eres hermano gemelo de Garu, muéstrame la disciplina que tu hermano demostró durante tanto tiempo.

Harry sintió la presión de todas las miradas sobre él, su corazón latía con fuerza mientras las palabras de Takeshi resonaban en su mente. La tormenta de nieve y viento que Ring Ring había desatado comenzaba a disminuir, pero el caos emocional seguía siendo palpable.

Harry miró a Pucca, que se aferraba a él, su rostro lleno de miedo y esperanza. Lo amaba desesperadamente, pero Harry sabía que todo era falso.

–¡Harry, por favor!

Suplicó desesperada Pucca, sus ojos llenos de lágrimas. Harry tomó una profunda respiración, tratando de encontrar la calma en medio de la tormenta.

Recordó todas las veces que había enfrentado situaciones imposibles y había salido adelante, esta vez sería igual y esta vez no estaban los Dursley involucrados. Miró a Ronnie, el dios del amor, quien lo observaba con una mezcla de desesperación y determinación.

–Ronnie, haré lo que me pides, pero quiero que me prometas una cosa.

Dijo serio Harry, su voz firme a pesar del tumulto a su alrededor.

–Si esto no funciona, quiero que busquemos otra manera de ayudar a Pucca, Garu y Draco. No quiero hacerles daño sin una buena razón.

Ronnie asintió, sus ojos brillando con gratitud.

–Te lo prometo, Harry. Haremos todo lo posible para arreglar esto.

Harry asintió y luego miró a Pucca, sintiendo un nudo en el estómago. No quería herirla, pero sabía que era necesario para liberarla de la poción. Con el corazón pesado, se inclinó hacia ella y susurró:

–Pucca, esto va a doler, pero es por tu bien. Lo siento mucho.

Pucca lo miró con ojos llenos de dolor y confusión, mientras Harry pronunciaba las palabras que romperían su corazón.

–Pucca, no puedo estar contigo. Mi corazón pertenece a otra persona. Lo siento.

El impacto de sus palabras fue inmediato, sobre todo porque no eran mentira. Pucca retrocedió, su rostro transformándose en una máscara de dolor. Las lágrimas comenzaron a fluir libremente mientras ella sollozaba.

–¡No, Harry! ¡Por favor, no!

Gritó fuerte Pucca, cayendo de rodillas en la nieve. Un trueno resonó en el cielo y golpeó a Ring Ring, regresándola en su forma humana y deteniendo la ventisca que ella creó.

Dong King se acercó y sé llevó a su hijastra Ring Ring a rastras, regañándola por lo que causó y por el posible castigo que Dumbledore le daría a la inconsciente de su hijastra. Mientras tanto, una nube negra le apareció a Pucca por encima de su cabeza, lloviendo por encima de ella y Ronnie dijo serio.

–Es la hora.

Ronnie King, aún transformado en el dios del amor, estiró uno de sus mechones de cabello azul y atrapó a Pucca de la cintura. La jaló hacia él y la abrazó con la mano izquierda, mientras que con su mano derecha sacaba de su bolsillo de príncipe de la ópera tres frascos de pociones mientras ella sollozaba por lo que Harry le dijo.

Harry observó a Ronnie con atención, su corazón latiendo con fuerza mientras Pucca miraba los frascos de pociones con ojos llenos de lágrimas y confusión. La tormenta de nieve había disminuido, pero la tensión en el aire era palpable. Ronnie sostuvo los frascos con firmeza, su voz suave y consoladora mientras hablaba.

–Tranquila, mi amor, todo estará bien. Estos frascos están diseñados como antídotos para regresarte a tu estado original, aunque solo uno de ellos será el que rompa la poción, ya que contienen algo de la persona que podría ser tu verdadero amor y el hechizo se destruirá.

Harry sintió una mezcla de alivio y tristeza. Había herido a Pucca, pero esperaba que fuera el primer paso para liberarla del hechizo. Ronnie continuó hablando con suavidad, su voz mezclada con el susurro del viento que aún soplaba débilmente. Besó la frente de Pucca, sabiendo que hacer esto también le dolería.

–Cada uno de estos frascos contiene un antídoto similar, mezclado con una esencia que podría ser de tu verdadero amor. Solo uno romperá la poción de amor que te afecta.

Ronnie presentó los frascos: uno era de color dorado brillante, otro tenía un tono azul profundo, y el tercero era de un rojo intenso. Pucca, sollozando, miró los frascos con incertidumbre.

–El frasco con el líquido dorado es de Draco Malfoy, quien me dio algo de él para comprobar si es él tu verdadero amor. El segundo frasco con líquido azul es mío, el cual tiene algo mío para demostrar que yo soy tu verdadero amor y puedo romper esa poción. Y el frasco con el líquido rojo es de Garu, quien me temo sea tu verdadero amor, pero que si te salva yo seré feliz porque tú estarás bien.

Pucca negó con la cabeza, sus lágrimas cayendo como cascadas de sus ojos rasgados grises, diciendo con su voz quebrada.

–Pero no quiero, Ronnie, yo quiero a Harry y me duele que no me ame, ¿Es qué no soy suficiente?

La voz de Pucca, llena de dolor y desilusión, resonó en el aire helado. Harry, con el corazón destrozado, observó la escena con impotencia, mientras Ronnie sostenía los frascos de pociones con una determinación que parecía desafiar el mismo destino.

La tormenta se había calmado, pero el impacto emocional seguía arremetiendo con la misma fuerza que antes. Los estudiantes, que habían buscado refugio durante el caos, comenzaron a asomarse tímidamente, sus miradas llenas de curiosidad y preocupación.

Ronnie miró a Pucca con una mezcla de tristeza y compasión, su expresión suavizándose mientras la contemplaba. Con voz suave, trató de consolarla.

–No digas eso, mi amor, eres más que suficiente para cualquier mortal, dios, semidiós o dragón milenario. Siendo la semidiosa del fuego, eres la perfección encarnada en mujer. Ahora, dulzura, se niña buena y ábreme tu dulce boquita para probar cada una de las opciones.

Pucca cerró los ojos, aun sollozando y obedeció a Ronnie, abriendo sus labios para recibir la primera poción. Ronnie besó el cabello negro de Pucca y abrazándola con un brazo, usó su otra mano para inclinar el líquido dorado en los labios de Pucca, mientras con sus mechones de su cabello azul sostuvo los frascos azul y rojo.

Pucca abrió los labios con hesitación, permitiendo que el líquido dorado tocara su lengua. Su expresión se tornó aún más angustiada mientras Ronnie vertía el líquido, su rostro reflejando una mezcla de esperanza y desesperación.

El líquido dorado se deslizó por su garganta, y Pucca parpadeó, intentando encontrar algún cambio en sus sentimientos. Sin embargo, no hubo reacción inmediata. Ronnie observó con atención, sus ojos llenos de una mezcla de expectativa y preocupación.

–¿Cómo te sientes, Pucca?

Preguntó gentil Ronnie, su voz suave, pero tensa. Pucca se tambaleó un poco, su mirada fija en el suelo, mientras intentaba procesar el efecto del primer frasco.

El dolor en sus ojos era evidente, pero aún no había un cambio claro en su estado emocional. Sacó la lengua, sus ojitos girando como remolinos grises.

–No me gusta, es muy amargo, ya no quiero más.

Harry, Ron y Hermione no pudieron evitar reír, sí Draco estuviera cuerdo y no atontado también por la misma poción que afectaba a Pucca, estaban seguros los tres que aquella declaración no le gustaría. Ronnie, por su parte, sonrió con alivio, agradecido por dentro de que Draco no era el verdadero amor de Pucca.

–Tranquila, dulzura, ya pasó. Pero se buena conmigo y prueba la otra poción, te prometo que esta te gustará.

Dijo dulce Ronnie, deseando que su poción azul sea la que cure a su amor. sin embargo, sabía por dentro que tal vez no la ayudaría y que era muy posible que sea el antídoto rojo que tiene la esencia de Garu quien la regrese a la normalidad.

Pucca asintió, su rostro aún empapado en lágrimas mientras miraba a Ronnie con una mezcla de esperanza y miedo. Ronnie inclinó el frasco azul hacia los labios de Pucca, vertiendo el líquido con delicadeza.

–Aquí tienes, cariño, solo un sorbo más.

Pucca obedeció, dejando que el líquido azul descendiera por su garganta. Inmediatamente sintió una calidez reconfortante extendiéndose por su cuerpo, pero su corazón aún estaba apesadumbrado. Ronnie la observó con atención, sus ojos reflejando una mezcla de amor y ansiedad.

–¿Y ahora, Pucca? ¿Sientes algún cambio?

Pucca cerró los ojos, tratando de concentrarse en sus sentimientos. Había algo familiar en la calidez, pero no sentía que la poción rompiera el hechizo completamente. Abrió los ojos y miró a Ronnie, sacudiendo la cabeza lentamente.

–Sabe a menta con chocolate, es cálido, pero aun no siento nada diferente. Ronnie, eres muy bueno conmigo, pero... no siento que esto sea suficiente.

Ronnie asintió, la tristeza evidente en sus ojos azules, pero ocultos en una falsa sonrisa de alivio. Abrazó a Pucca con más fuerza, besando su frente con ternura.

–Está bien, Pucca. No te preocupes, siempre estaré aquí para ti, pase lo que pase.

Luego, con un suspiro pesado, levantó el frasco rojo, el último antídoto. La expresión de Pucca se endureció, preparándose para lo que venía. Ronnie le dio un pequeño apretón en la mano, intentando transmitirle su fuerza.

–Este es el último, cariño. Si esto no funciona, buscaremos otra manera. Siempre hay una solución.

Pucca tomó una respiración profunda y asintió, estaba decidida a obedecer a Ronnie, aunque la poción no fuera la correcta tampoco. Ronnie inclinó el frasco y el líquido rojo comenzó a fluir hacia los labios de Pucca, deslizándose en la boca de la semidiosa del fuego.

Ella cerró los ojos mientras bebía, su corazón latiendo con fuerza. El líquido tenía un sabor agridulce, una mezcla de cereza y algo que no podía identificar.

Tal vez y a la mejor, era posible que fuera su café favorito que tomaba en las mañanas. Mientras el antídoto se deslizaba por su garganta, Pucca sintió un cambio inmediato.

Un calor profundo y reconfortante la envolvió, como si alguien la estuviera abrazando desde dentro. Sus lágrimas comenzaron a secarse y su dolor se disipó lentamente.

Abrió los ojos y miró a Ronnie, que le traía calma, pero no era quien buscaba. Luego miró a Harry, un dolor ligero la invadió, pues aun recordaba el dolor de ser rechazada por él, aunque supiera que lo hizo para romper un amor ficticio creado por una poción.

Y más al fondo, vio a Garu, que estaba despertando y siendo ayudado a reincorporarse por Gura, el primo de él y por Takeshi Fuma, el jefe del consejo de ninjas. los típicos corazones que le salían por encima de su cabeza cada que veía a Garu volvieron a resurgir, haciendo que saltara de los brazos de Ronnie para correr a los brazos de Garu.

Cuando llegó a él a su máxima velocidad, lo tiró de nuevo al suelo y comenzó a besar a Garu por toda su cara. el consejo de ninjas suspiró, pero no dijo más, pues en definitiva esto sí era como lo recordaban en Sooga.

–Me alegro que ya estés bien, Pucca, pero Garu y Draco aún están afectados por la poción. Así que, por favor, que alguien me traiga a Draco y tú, Pucca, trae a Garu aquí, que él cree que está enamorado de Ring Ring.

Soltó serio Ronnie, ocultando el disgusto que le daba ver a Pucca besar a Garu así.

Pucca, aún llena de alegría al ver a Garu, dejó de besarlo por un momento para mirar a Ronnie. Asintió con determinación y se levantó rápidamente, ayudando a Garu a ponerse de pie.

Garu, confundido y aún bajo los efectos de la poción, la miraba con una mezcla de sorpresa y desconcierto. Mientras tanto, Harry, Ron y Hermione observaron la escena con alivio y preocupación.

Sabían que aún quedaba trabajo por hacer, aunque no sabían que es lo que haría Ronnie para quitarles la poción a Garu, gemelo de Harry y con Draco Malfoy. Draco, que había estado observando todo desde la distancia, fue llevado hacia ellos por unos estudiantes de Slytherin que también habían sido afectados por la tormenta.

Estaba atontado y se resistía a caminar, pero al final lograron traerlo hasta donde estaban Ronnie, Pucca y Garu. Ronnie dio un suspiro resignado, diciendo con una fingida tristeza.

–Diría que esto me dolerá, pero es una mentira.

Aún transformado en el dios del amor, Ronnie sacó un par de flechas y un arco largo de color blanco, una flecha de color negro con punta roja, la otra negra con punta dorada. Haciendo que Ronnie abriera los ojos ligeramente, pues al ser el dios del amor, sabía que tenía las flechas que los curaría y no sé esperaba lo que contenía la flecha negra con punta dorada que curaría a Draco.

–Sí les digo que no dolerá, también mentiría.

Dijo burlón Ronnie, ocultando su sorpresa inicial, que solo notó Destiny y el mismo Harry Potter. Tensó un poco la cuerda dorada del arco blanco, colocando la flecha negra con punta roja en él y la tensó para apuntar en el pecho de Garu.

El sonido del viento y la nieve a su alrededor se desvaneció, mientras todos los presentes observaban a Ronnie con una mezcla de anticipación y temor. Pucca, aun abrazando a Garu, miró con ojos grandes y esperanzados, esperando que esto sea el fin de la locura que creó Ring Ring.

Ronnie tensó la cuerda del arco, su mirada fija en el pecho de Garu. Con un movimiento rápido y preciso, soltó la flecha con una elegancia divina.

El silbido de la flecha al atravesar el aire resonó en el ambiente, y en un instante, la flecha se clavó en el pecho de Garu. Este soltó un jadeo y sus ojos se abrieron de par en par antes de caer de rodillas, cerrando los ojos con una mueca de dolor.

Pucca lo sostuvo con fuerza, sus lágrimas ahora mezcladas con una esperanza renovada. El cuerpo de Garu brilló con una luz intensa de color rojo y negro, y luego, el brillo se desvaneció, dejando a Garu con una expresión clara y lúcida.

Él abrió los ojos y miró a Pucca, y sus ojos reflejaron el amor genuino y profundo que siempre había sentido por ella. después, como un buen ninja, ocultó su sentir con una expresión neutral.

–Pucca...

Susurró Garu, poniéndose más rojo que un tomate y retrocediendo un paso, recordando dónde estaba y que debía ser serio mientras el consejo de ninjas, el maestro Soo, Loo y Chang, y los profesores de Hogwarts lo observaban. Pucca, con el corazón rebosante de alegría y amor, soltó una risita y lo abrazó de nuevo, ignorando la formalidad que Garu intentaba mantener.

Ronnie, observando la escena, sintió una punzada de celos, pero rápidamente la reprimió, sabiendo que la felicidad de Pucca era lo más importante. Carraspeó incómodo y dijo serio, mirando hacia otro lado para no ahorcar al ninja.

–Sí, Sí, el ninja perfecto tiene que ser muy serio. Déjate de ridiculeces y ve hablar con el concejo de ninjas, que están muy disgustados por tú forma de actuar, Garu.

Garu asintió solemnemente y se apartó de Pucca, quien lo observaba con una mezcla de admiración y tristeza. Sabía que la formalidad y el deber eran importantes para él, pero no podía evitar sentirse un poco apartada.

–Sí, maestro Ronnie.

Dijo Garu con respeto sarcástico, haciendo que Ronnie frunciera el ceño molesto y rodara los ojos con fastidio, mientras Garu se daba la vuelta y se dirigía donde estaba el consejo de ninjas. trató de no ir a golpear su cara, prefiriendo decir en un susurro muy bajo para él mismo.

–Por lo menos debiste darme las gracias, ninja de pacotilla.

Ronnie observó mientras Garu se acercaba al consejo de ninjas, su postura erguida y sus pasos firmes, aunque la expresión de incomodidad en su rostro no podía ser ignorada. El consejo de ninjas lo recibió con una mezcla de respeto y desaprobación, y Garu hizo una reverencia formal antes de comenzar a explicar su posición y disculparse por los incidentes provocados por la poción de Ring Ring, Tobe, Chief y Shaman.

Mientras tanto, Pucca se acercó a Ronnie, su rostro aún radiante por la reciente restauración de Garu. La sonrisa en sus labios era inconfundible, y su gratitud hacia Ronnie era palpable, aunque sabía que el dios del amor había sacrificado mucho para ayudarla.

–Gracias, Ronnie. No sé cómo agradecerte por todo lo que has hecho por mí.

Ronnie, aún con un dejo de celos en sus ojos, sonrió a pesar de sí mismo. La preocupación por Pucca había superado sus propios sentimientos.

–No hace falta agradecerme, Pucca. Solo quería verte feliz y libre de la influencia de esa poción. Ahora, con Garu de vuelta a la normalidad, todo debería estar bien.

Pucca asintió, sus ojos brillando con una mezcla de gratitud y tristeza. Sabía que Ronnie había puesto todo de sí para ayudarla, y eso no lo olvidaría fácilmente. Sin embargo, no podía evitar sentir una punzada de dolor por la forma en que Harry había actuado, aunque fuera por su bien.

–Bueno, ahora toca ayudar a Draco.

Soltó serio Ronnie, Crabbe y Goyle acercándose a Ronnie con un Draco tambaleante. Suspiró serio, hablando calmadamente.

–Será difícil dispararte, Draco, porque sí te digo que esencia tiene en su punta, es más que seguro que te enfadarías y no dejarías que el destino siga su curso.

Ronnie dio una risa divertida, puso la flecha negra con la punta dorada en la cuerda dorada del arco blanco, diciendo con un ligero tono irónico en voz muy baja para que solo él se escuchara y nadie más pudiera oír.

–Quien diría que la misma chica que intentó darle a Harry la poción de amor, que después Draco tomó en vez de Harry. Sería la misma chica que lo curaría con su esencia, que irónica es la vida.

Ronnie ajustó el arco, sus dedos firmes pero delicados sobre la cuerda dorada. Mientras enfocaba su mirada en Draco Malfoy, que ahora estaba en un estado de confusión y debilidad. El silencio en el aire era tenso, marcado solo por el suave crujido de la nieve bajo los pies y los murmullos de los estudiantes que observaban con atención.

–Si esto no funciona, también buscaré otra manera.

Dijo decidido Ronnie, con una mezcla de resignación y determinación en su voz. La flecha negra con punta dorada brillaba con una luz tenue, su esencia enigmática ocultando la verdadera naturaleza de su poder.

Ronnie tensó el arco y, con un movimiento preciso, disparó la flecha. El viento cortante arrastró el silbido de la flecha, mientras ésta se dirigía hacia Draco, que apenas tenía fuerzas para moverse.

La flecha se clavó en el pecho de Draco con un suave zumbido, y él emitió un gemido de dolor antes de caer de rodillas, con una expresión de sorpresa y angustia. El cuerpo de Draco comenzó a resplandecer con una luz dorada y negra, y la transformación era evidente a medida que el hechizo de la poción se desvanecía.

Draco abrió los ojos, observando el mundo con una claridad renovada. Su mirada se posó en Ronnie, luego en Pucca y finalmente en el resto de los presentes. El efecto de la poción había desaparecido, y él parecía recuperar su carácter habitual, aunque con una pizca de confusión por los recientes eventos.

–¿Qué ha pasado?

Preguntó serio Draco, su voz mezclada con confusión y un toque de vergüenza. Ronnie se acercó a Draco con una sonrisa conciliadora.

–Ya te lo diré después, ahora yo iré a descansar.

Dijo serio Ronnie, guardando el arco y girándose para irse. Regresó a su forma humana, mostrando de nuevo su túnica elegante y su capa azul mar y entrando al castillo de Hogwarts.