Capítulo II

El tiempo siguió su paso y para Lex era algo exasperante no dar con el paradero de su Ángel. Nunca creyó que esa visita a Lana, que dicho sea de paso no deseaba hacer, le dio la mayor pista para encontrar a su salvadora. No perdió tiempo y en cuanto pudo se presentó en El Talón, pero no quiso tener esperanzas, después de todo según Lana, su Ángel era familiar de Clark y conocía lo poco adepto a la verdad que este era. Buscando no encontrarse con Clark o algunas de las amigas de este, esperó a que la cafetería cerrara. Lex se encontraba muy nervioso, pero de buena manera. Y se regañó por esperar mucho de ese encuentro, pero es que al ver a Kara Kent –El nombre de su salvadora– fue maravilloso.

–Soy Lex Luthor y tú me salvaste y te lo agradezco.

–No sé de qué habla.

–Arrancaste el techo de la patrulla, en el lago.

–Está equivocado señor Luthor.

–Sé tu secreto, incluso te he ayudado a ocultarlo del gobierno, de hecho…. hubiera hecho lo mismo por otros, si hubieran confiado en mi.

Kara no aceptó nada de lo que él le dijo, pero Lex quiso darle tiempo de pensarlo, no deseaba presionarla. Pero de verdad estaba deseando que ella si confiara en él.

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La vida de Clark cambió para bien, luego del regreso de Lana, ya que ella accedió a vivir con él como una pareja. Clark confió en ella, ya que no solo lo aceptó con todos sus secretos, sino también lo instó a seguir salvando vidas. Inclusive con el ataque de Curtis Knox a Lex, Clark ayudó al Luthor y cooperaron para encontrar el escondite de Knox. Sin embargo, la relación con Lex no mejoró, irónicamente Clark siguió buscando al mayor, a pesar de que nunca hubo una disculpa de Clark por todas las acusaciones que hizo. Más, Lex dejó de esperar cualquier deferencia por parte de Clark desde hacía mucho tiempo.

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Por un accidente, Lana obtuvo los poderes de Clark. Al principio todo fue divertido, pero al pasar los días Lana buscó justicia –según sus términos– y se convirtió en la juez y verdugo de Lex. Luego de volverse violenta y atacar a Grant y a Luisa fue directamente a matar a Lex quien creyó que de esa no saldría, no obstante, Clark llegó a tiempo de detener a su novia, no tanto por salvar a Lex sino para que ella no se ensuciara las manos y no cargara con esa muerte en la conciencia.

Durante el ataque de Lana, ella le repitió a Lex que nunca la amó, que él no sabía amar y esas palabras se convirtieron en sentencia dentro de su cabeza. Lex estaba empezando a creer que era verdad y que realmente nadie lo había amado así que no sabía cómo hacerlo, y se preguntó ¿Si eso cambiaría algún día o estaba condenado a no amar y ser amado? Vaya que hasta creó un hermano para tener a alguien a quien llamar familia ¿qué tan patético era eso?. Sus deprimentes pensamientos se vieron respaldados por las palabras de Grant/Clon de Julián, quien se burló de él sin empacho alguno. Lo irónico es que esas crueles palabras lo despertaron y aceptó que ese clon no era su hermano.

Lex se encontraba deprimido por la traición de su creación al acercarse a Lionel y confesarle todo sobre él. No quería reconocerlo, pero la verdad es que ir al Planeta y encarar a Julián solo lo dejó más vacío y resentido que antes. Regresó a su castillo a lamerse las heridas, por lo que lo tomó desprevenido a un Clark Kent furioso irrumpiendo en el lugar…

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Cuando Clark fue a la Fortaleza no pensó que terminaría congelado ahí. Pero por lo menos le sirvió para pensar en algunas cosas. Cómo en su vida feliz, que estaba llena de desconfianza y pasividad de su parte, deseaba tanto encajar como humano, pero a la vez al no serlo podía ayudar más. Era una paradoja desear una vida normal y que sus cercanos siempre lo colocarán en el ojo del huracán. Desde que sus poderes aparecieron fue de ese modo y a pesar de si mismo no olvidaba que a uno de los primeros que salvó fue a Lex y era una de sus peores mentiras cuando le dijo que se arrepentía de ello. Su amistad le hizo más llevadera su adolescencia como inadaptado, estaba seguro de que tener un amigo millonario y tan inteligente fue lo que lo salvó del ostracismo social. Aunque la verdad no la incluyó en el paquete de mejor amigo, pero en su opinión eso no justificaba que Lex tomara el camino del mal. ¡Lex idiota! Pensó Clark.

Mientras Clark cavilaba en la Fortaleza, Bizarro regresó a Smallville y aprovechó su ausencia para suplantarlo, viviendo en pareja con Lana al mismo tiempo que buscaba como borrarlo del mapa cuando regresara. Vaya que Bizarro hasta tenía esa segunda opción si no lograba quedarse con Lana, después de todo no se consideraba tan mojigato como Clark y hombre o mujer no importaba.

Buscando ayuda para vencer al kryptoniano, Bizarro le pidió ayuda a Brainiac y con eso se condenó al fracaso ¿O no?

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Estar furioso se sentía bien y buscar con quién desquitarse pasó por su cabeza… Corrió a toda velocidad hasta donde sabía que encontraría al Luthor.

Lo vio muy tranquilo tomando una copa de algún licor y algo se encendió en su cerebro. Lo agarró de la camisa y comenzó a azotarlo contra las paredes.

Lex quiso gritar de frustración, pues supo que su día terminaría como empezó, como una porquería, sin embargo, quiso pecar de crédulo esperando una explicación de su atacante…

–¿Qué se supone que hice esta vez?

–...

No hubo respuesta y Lex ya no dijo más, por un momento una idea pasó por su cerebro y para no morir en la inopia, acotó:

–¿ Bizarro?

El otro se detuvo por unos momentos mirándolo fijamente antes que arremetiera de nuevo y Lex supo que había dado en el clavo en sus conclusiones.

El agresor se detuvo solo unos segundos y luego sus acciones cambiaron totalmente, porque los golpes que hasta ese momento estaba recibiendo Lex, se convirtieron en otra cosa.

La ropa fue arrancada sin cuidado alguno, Lex se removió al sentir su piel desnuda y al mismo tiempo por el dolor en su cuerpo debido a las acciones anteriores. El asaltante no fue ni remotamente cuidadoso, simplemente recorrió el cuerpo del humano apretando, pellizcando y mordiendo, Lex gimió por dolor, pero si lo reconocía para si mismo, también de placer, su boca fue asaltada durante el tiempo que el otro buscó una superficie para ponerlo y colocarse entre sus piernas. Lex no era un neófito en las relaciones homosexuales, pero nunca había estado en el lado receptor y pidió que el otro fuera lento, más no que se detuviera. Supo que sería como hablar con una pared, pero el intento lo hizo. El agresor entró en él y Lex se quedó sin aire, lo único que pudo hacer fue aferrarse a la espalda de este, ni de chiste podría clavarle las uñas, pero algo de su dolor pudo dejar en ese agarre. Los movimientos comenzaron y Lex perdió la conciencia del tiempo que ese tipo se movió dentro de él, lo que si supo es que tuvo más de dos orgasmos y que el otro no salió de él, más que para cambiar de posición y poder besarlo o acariciarlo. Lex poseía una curación rápida, sin embargo, eso no evitó que en algún momento perdiera el sentido. Cuando despertó la noche había caído y se encontraba en el sillón desnudo y con moretones en el cuerpo. No se movió, pero recapituló todo lo ocurrido ese día y se sintió agotado y no solo físicamente. Enumeró sus bienes: Un hermano creado, una ex esposa que deseaba su muerte más que nada en el mundo, un ser extraño que lo usó como desahogó, un padre que prefería a cualquiera como hijo menos a él, siendo el enemigo de todo mundo y el saco de boxeo de los aliens… definitivamente no era la vida soñada de nadie. De pronto Lex no se sintió muy tentado a continuar esa guerra.

Luego de un par de horas, se levantó con cuidado y fue hasta su escritorio o lo quedaba de el y marcó un numero:

–Bueno.

–Cancelo el contrato, pagaré, pero ya no quiero que se haga.

–Bien.

Colgó y cojeando se dirigió a su habitación, se bañó y colocándose solo un albornoz fue al teléfono e hizo otra llamada:

–Doctor Newman, mande una ambulancia discreta a mi castillo y aliste una habitación para mí estancia.

–Enseguida señor Luthor.

Lex no lo consideraba una huida, sino una retirada estratégica para reagruparse.