Capítulo III
La ambulancia llegó y Lex trató de caminar con toda dignidad, pero para su mala suerte necesitó ayuda para bajar los escalones y subir al vehículo. No obstante, la total discreción ya iba pagada en el trabajo. No hubo preguntas por parte de Doctor Newman y para la madrugada ya estaba descansando en su habitación. Hubo una llamada de parte de su padre y otra de Grant, sin embargo Lex tenía apagado el teléfono y Lionel consideró que su hijo mayor simplemente estaba haciendo un berrinche.
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Luego de que acabaran con Bizarro o eso parecía, Clark llevó a Lana a la granja y el se fue a despejar sus ideas o buscar confirmación de algo que rondaba por su cabeza. Regresó hasta entrada la noche cuando la lluvia pareció arreciar. No hubo intercambio de palabras entre ellos y es que ambos pensaban en lo sucedido con Bizarro. Clark se sintió traicionado, sin embargo también sintió culpa. Por su parte Lana se preguntó cómo podía estar a la altura de los estándares de Clark a quien consideraba casi perfecto, lo que le recordó la desagradable conversación que tuvo con Lex cuando este le dijo que tenían más en común ellos dos, que Clark y ella.
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Su rápida curación fue beneficiosa, por lo que luego de dormir hasta tarde, Lex despertó sintiéndose mejor. Ya tranquilo, recordó porque y dónde se encontraba, pero cuando lo hizo suspiró buscando calmarse y luego de unos minutos lo logró. No tardó mucho en entrar en la habitación el Doctor Newman para revisarlo y si así lo deseaba, darlo de alta. Lex miró por la ventana de la habitación…
–Creo que estaré un par de días a su cuidado.
El Doctor, simplemente se retiró. Lex no estaba acostumbrado a quedarse tranquilo por lo que sacó su laptop y se dispuso a trabajar. Lo primero que vio fueron malas noticias : Flecha verde y su grupo estuvieron colocando bombas en sus fábricas y no conforme con eso trataron de robar los datos de su proyecto Ares. Lex dejó salir el aire, fastidiado por todo eso, sin embargo, debía recuperarse y combatir contra ellos más tarde. Revisó sus documentos, buscando el número del contacto de aquella mujer que podía ser de ayuda. Luego de ponerse en contacto con Dinah Lance, Lex consideró que ella le daría resultados para cuando regresara a su mansión. Por lo pronto se recostó y las imágenes que rememoró de la pasada noche lo hicieron sonrojarse y dibujar una pequeñísima sonrisa en sus labios.
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Las cosas no mejoraron para Lana y Clark, por lo que él no quería estar cerca de ella, así que se fue con Chloe. Estando con su amiga se enteró de que ella salió herida y el motivo de eso, así que decidió ir con Olliver y reclamarle, el rubio se defendió asegurando que Chloe deseaba ayudar a detener a Lex
–Atacarlo no es una buena estrategia.
–Por lo menos estamos deteniendo lo que hace.
–¿Poniendo bombas en sus fábricas?
–No lastimamos a nadie.
Clark pensó en esa afirmación de Olliver y algo en ella le molestó, pues ¿Cómo el rubio podía estar seguro de aquello? Después de todo el sabía que Lex siempre tuvo gente de seguridad en sus empresas.
–Puedes hacer lo que quieras, simplemente no metas a Chloe en eso.
–Ella quiere ayudar.
–Y por egoísmo, quieres que lo haga.
Con esa frase Clark desató el enojo de Queen, pues el rubio era fiel creyente de que Clark estaba desperdiciando sus poderes. Clark optó por retirarse de ahí y buscar a esa mujer que lastimó a su amiga y para eso decidió pedirle ayuda a Lana para buscar entre sus grabaciones.
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Canario Negro como apodaron a Dinah, fue convencida por Flecha verde sobre lo bueno que estaba haciendo y terminó por traicionar el contrato con Lex.
Lex salió del hospital justo a tiempo para verse con Dinah en su castillo y recibir lo que pidió, más para su mala suerte cuando ella llegó al castillo, no solo se negó a entregarle al culpable del robo sino al mismo tiempo llevó con ella a Flecha verde y Lex tuvo que defenderse de esos dos superhéroes. Luego del intercambio de ataque, Lex terminó con una herida en el hombro y dispuesto a llamar a su padre.
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En el último momento en la pelea de Olliver y Dinah contra Lex, Clark decidió salvar a Olliver y dejar que Lex terminara herido, eso lo dejó pensando en que no era tan buena persona después de todo y estaba dispuesto a compartir eso con Lana, ponerse en igualdad de condiciones y rescatar de ese modo su relación.
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Sentado en un sillón frente a la chimenea, de nuevo recuperándose de una herida, Lex recibió una visita que de cierto modo, esperaba.
–¿Cómo estás Lex?
–Evitemos charla innecesaria. Necesito información y estoy dispuesto a darte algo a cambio.
– Ya me diste otro hijo.
Dijo irónico el mayor de los Luthor.
–Precisamente ese sería el pago. Le daré a Grant la propiedad de El Planeta.
–Que dadivoso, Lex ¿A cambio de qué?
–Información. Quiero saber que sucedió con el Fantasma, con Bizarro. Tú debes saber algo.
–No veo por qué sabría algo.
Lex giró la cabeza ignorando a su padre. Él le había dicho sus condiciones, le dejó a Lionel la decisión de aceptar el trato o no.
Cuando su padre se retiró, Lex recibió una llamada del Doctor Newman.
–Diga.
–Señor Luthor, debe regresar a la clínica.
–¿Para qué?
–En los exámenes que le hicieron por esa herida de cuchillo, encontré algo extraño.
–Bien, lo veo está tarde.
Lex no esperaba esa noticia, pero dejó cualquier compromiso para ir a ver al Doctor Newman.
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Lionel fue a ver a Grant y este lo recibió con una gran sonrisa. Pasaron a la oficina del menor y ahí Lionel decidió poner a prueba a su nuevo hijo.
–Olliver Queen regresó a Metrópolis, ¿No te preocupa?
–¿Por qué habría de hacerlo?
–Bueno, siempre ha tenido rencillas con los Luthor y también tengo entendido que salía o sale con Lane.
–Oh eso, bueno el señor Queen puede buscar pelea, más no me interesa seguirle el juego y en cuanto a Luisa, sería una perdida de tiempo preocuparme por todos sus ex, créeme padre, son muchos.
–¿Y no te molesta?
–No. No buscaba nada serio, ella solo es una reportera, no aporta nada al apellido Luthor.
Lionel sonrió satisfecho, al parecer Grant tenía más Luthor de lo que pensaba.
–Bueno, no todas son malas noticias, pronto este Diario será de tu propiedad, espero que sepas usarlo.
–Por supuesto.
Grant estaba feliz, pues solo habían pasado un par de semanas desde que conoció a Lionel y esa relación ya estaba dando frutos.
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En la oficina del Doctor Newman, Lex estaba procesando lo dicho por el galeno.
–Un tumor…
–No puedo asegurarlo si no hacemos más exámenes, pero lo considero más probable.
–Solo tengo que hacer algunos arreglos y vendré para que haga las pruebas, no obstante, creí que mi buena salud evitaría algo como esto.
–Eso es con lo que cuento para que nos deshagamos de ese problema, con su fabulosa salud.
Lex asintió, se quedó unos segundos sin decir nada, luego se despidió del médico para regresar a su castillo.
Esa noche, Lionel lo llamó.
–Hasta dónde sé, Clark y Lana saben lo que pasó con Bizarro.
–Esa no es muy buena información. Es obvio que ellos los sabrían.
–No sé más Lex.
–… Bien, a pesar de todo, te daré lo acordado. Busca los documentos con mi abogado.
Lionel notó algo en la voz de su hijo y preguntó:
–Lex…¿Estás bien?
–Como siempre, Padre.
Lex colgó y agarró la copa de la mesita de centro, bebió y dejó que el alcohol adormeciera sus sentidos, buscar a Bizarro podría sonar masoquista, más para Lex era terminar con una incógnita y tal vez soñar con algo solo para él.
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Con las cosas arregladas con Lana, para Clark debió seguir un tiempo de felicidad, más él no lo sintió así.
Estaba en el granero cuando escuchó el auto, casi se le escapó una sonrisa al recordar esos viejos tiempos en los que era un gusto, escuchar el auto de Lex en la entrada de la granja. Se limpió las manos con una franela y esperó. Los pasos se escucharon y luego la voz
–Hola Clark.
–¿Qué haces aquí?
Respondió de mala gana el granjero, obligándose a recordar todo lo malo que Lex le había hecho.
Lex no tomó a mal la respuesta de Clark, estaba consciente de que este ni siquiera quería verlo, más deseaba respuestas y estaba dispuesto a negociar por ellas.
–Yo… quiero saber que sucedió con Bizarro.
–¿Para que?
–Es importante para mí
–Para ti siempre es importante crear armas o usar a quien sea para tus fines.
–Sé que no me creerás, pero no lo quiero para nada de eso.
Clark se giró y vio a su antiguo amigo, podía parecer sincero, más seguía sin confiar en él.
–Tienes razón, no te creo. Y no sé sobre Bizarro, y si supiera no te diría nada. Deja de buscar pretextos para investigarme.
Lex metió las manos en si pantalón y usó la negociación.
–Los documentos sobre el proyecto Ares, los que acabo de recuperar… Te los daré, solo dime ¿Dónde está Bizarro?
Clark trató de no parecer asombrado, más falló y tuvo que inquirir:
–¡¿Tanto te interesa ese monstruo?!
Lex apretó los labios y luego respondió:
–Lo hace.
El moreno se cruzó de brazos y por un momento también sintió curiosidad por lo que Bizarro significaba para Lex, pero se tuvo que recordar que ninguno de esos dos debían estar juntos.
–No me interesa tu oferta, ya sabemos mucho sobre tu proyecto, después de todo tu seguridad es ridícula.
Lex se quedó inmóvil, pues nunca creyó ver a Clark siendo tan cínico. Metió la mano en la bolsa de su traje, apretó la USB por un segundo y dejó salir el aire, girando sobre sus talones salió del lugar sin despedirse.
Estaba abriendo su auto cuando Lana llegó y se dirigió hacia él.
–Los escuché.
–No me sorprende, te agrada espiar a la gente.
–Deberías agradecer que no soy tan buena como Clark.
–…
–Dame esa información. Bizarro fue destruido, hace más de un mes. Yo lo ví
–¿No hay alguna posibilidad de …?
–No.
Lex sintió que su corazón se rompió de nuevo. Entregó la USB a Lana y salió de la granja Kent sin mirar atrás, con la seguridad de que de nuevo resultó ser el perdedor en ese juego.
…