02.- Roadtrip


. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

La criptozoología (del griego κρυπτος cryptos 'oculto', ζωος zoos 'animal' y λογος logos 'estudio'; literalmente: 'estudio de los animales ocultos'). Puede resumirse en que es la ciencia que intenta traer a la luz, aquellos animales o criaturas que se han ocultado de forma eficiente al ojo humano.

Criptido, por ende, pasa a ser cualquier ser que se crea extinto, parte de la mitología o folclórico. El término acuñado por John Wall en 1983 e incluye a especímenes vivos de especies extintas, como dinosaurios no aviares; animales que aparecen en mitos, leyendas o reportes oculares, como Pie Grande, el Chupacabras o el Monstruo del lago Ness; y animales salvajes lejos de sus zonas geográficas, como gatos fantasmas (también llamados grandes felinos alienígenas).

Sin embargo, muchos cazadores paranormales no harán distingos entre fantasmas, alienígenas y críptidos, ya que todos forman parte del mundo paranormal, pero es importante recalcar que los métodos difieren así como las fuentes ocupadas.

Mientras un cazador de fantasmas puede ocupar equipo electrónico para grabar las manifestaciones sobrenaturales como psicofonías, apariciones, cambios en el campo electromagnético hasta posesiones, no así un cazador ufológico, cuya arma principal son las cámaras fotográficas y de vídeo, así como equipo de recolección de pruebas estándar forense.

Un criptozoólogo tiende a ser más versátil en su equipo, ocupando desde trampas clásicas de caza, hasta equipo más sofisticado de rastreo, pasando por las cámaras de vídeo o fotografía. Dependiendo del enfoque del cazador paranormal también lo será el equipo…

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Severus Snape estaba leyendo el primer manual del Cazador Paranormal que le había dado Benjamín alias "Benjy" Abercrombie. Severus no estaba seguro de que pensar del variopinto grupo. Potter parecía haberse adaptado bien al grupo, y no por primera vez, Severus Snape se mostró reticentemente sorprendido por la resiliencia del joven.

Acababa de terminar una guerra que a muchos, incluyéndolo, seguían dándoles pesadillas, huyo de un mundo mágico donde estaba siendo presionado y tironeado en tantas direcciones, para finalmente haber encontrado un grupo de muggles que podrían creer fácilmente que él era un mago y no les significaría nada diferente a las criaturas "imaginarias" que perseguían tan afanosamente.

De lo que había observado del grupo, Benjamín era el líder indiscutible: serio, responsable, inteligente y altamente sarcástico. El hombre le cayó muy bien, si no fuera por el odioso apodo de Snake. Quitando todo eso, también era protector y leal, y Severus se veía muy reflejado en el rubio hombre. Podía identificarse con él hombre, como una versión muggle de sí mismo, menos torturada.

Abigail y Liam eran una especie de mejores amigos, que se consideraban a sí mismos hermanos de otros padres, que tomaban en serio su papel como "hermanos mayores" del grupo, cuidando a los demás.

Nathan le recordaba mucho al difunto Colin Creevey, pero sin la exuberancia molesta que había sido su sello personal, sino más bien en su curiosidad innata del mundo.

Jeremiah era quizás, él más parecido a Benjamín en cuanto a seriedad, ya que él era el que solía encargarse de rastrear las pistas más creíbles de los críptidos mediante su computadora portátil y otras fuentes más convencionales. Por otro lado, tenía una fuerte similitud de carácter con Percy Weasley, pero combinado con la tendencia un tanto sádica de bromear de los gemelos. La primera noche que ceno junto al grupo en el descampado, Jeremiah le había puesto chile habanero a los frijoles de Harry, quién en cuanto recupero el uso de su lengua, se puso a perseguir al chico, clamando que se vengaría… o mejor dicho "¡Me vengade, Jeddy!".

Deborah McKinnon era algo extraña, ya que el carácter de la joven le recordaba un poco a Pansy Parkinson pero con la forma dispersa de pensar de Luna Lovegood. Era una combinación extraña pero que parecía funcionar. Pansy Parkinson no era tan cruel como todos querían pensar, al menos la Pansy que había conocido Severus tras bambalinas, se preocupaba ferozmente por las serpientes menores, pero siendo observados por los alumnos mayores, Pansy tenía un papel que cumplir, igual que todos en Slytherin.

Emily Mason era la más callada de todos y la más joven, apenas tenía 18 años y había huido de casa. Nadie le decía que regresara con sus padres, ya que estos pertenecían a una secta religiosa y ella alcanzo a huir, y al igual que con Harry, justo cuando estaban por atraparla los guardias de la comunidad, Benjamín y su grupo pasaron a su lado del camino y la jalaron dentro. Cuando la chica vio que estaba en un auto y no eran todos hombres, por lo que no tenía que temer… tanto, se tranquilizó lo suficiente para agradecerles.

Emily prefería no hablar del asunto, pero Harry le comentó que él sabía la historia con más detalles, ya que Emily pensó que hablar sobre su propia historia le ayudaría a él con su propia historia como un adolescente secuestrado por el gobierno para experimentación. Severus le dio una ceja levantada en respuesta, pero Harry se encogió de hombros.

—Ella lo cree, así como todos y me sirve como cubierta. Como sea Snape, ella me autorizo a decirte su historia y lo único que no saben los demás, es que ella escucho una voz—.

—¿Una voz? ¿Diciéndole qué? —.

—Esta voz le dijo que huyera, que fuera al mediodía al huerto de la comunidad y se escondiera en los arbustos. Cuando diera la última campanada y viera que todos se movían al interior del templo, corriera lo más rápido posible. Tuvo que atravesar muchas bardas, incluyendo alambre de púas y algunos perros de ataque, incluso le dispararon, pero alcanzó la carretera y fue cuando paso la camioneta de Benjy—.

—¿No crees que fue muy conveniente? —.

Harry se encogió de hombros—A mí la suerte me salvo muchas veces la vida, no soy quién para juzgar las coincidencias, pero esa ocasión, según los demás, vieron un ovni volando muy bajo y lo fueron siguiendo con la camioneta. El ovni desapareció frente a una cerca y fue cuando vieron a Emily, oyeron disparos y Benjy y los demás actuaron por impulso. Creen que los alienígenas vieron a Emily y los guiaron hasta ella—.

Severus bufó—¿Alienígenas? No sé cómo creen en eso—.

—Bueno, según los muggles, nosotros tampoco existimos, ya sabes Snape, ¿Magos? ¿Magia? ¿Kelpies, Selkies, Acromántulas? ¿Te suena? —.

—Bien Potter, tienes un punto ahí—.

La verdad de las cosas, es que Severus no creía que la tierra fuera el único lugar del universo en tener vida. La magia era un mito en el mundo muggle y ellos tenían infinidad de criaturas que no deberían existir.

Cuando tenía 9 años, recordaba haber estado frente al televisor, observando el alunizaje. Fue una de las raras ocasiones en que Tobías no estaba borracho e incluso se comportaba como una especie de padre, ya que le había comprado un cohete de juguete a Severus.

Gracias al alunizaje, Severus se interesó en el espacio y leyó todo lo que pudo sobre el, en la biblioteca pública. Pensaba que si no le gustaba ninguna materia de Hogwarts para especializarse, siempre podía convertirse en astronauta.

Por desgracia, las cosas no salieron tan bien, Tobías siguió emborrachándose, su madre y él siguieron siendo golpeados, él perdió a su mejor amiga por una palabra dicha en el calor del momento y finalmente, su peor error, tomar la marca oscura de manos de un loco. Todo lo demás, fue mal juicio, malas decisiones y su expiación.

Y aun así, no era suficiente. Ni para él, ni para Harry. El mundo mágico exigía todo de ambos, de Harry su sumisión para convertirlo en el perfecto títere del ministerio y sus amigos, y de él, que fuera el esclavo proveedor de pociones. Severus le debía su libertad a Harry y tenía la promesa de protegerlo.

Si tenía que estar en medio de este grupo de locos, que así fuera, él no se iba a separar del Gryffindor idiota adicto al peligro. Merlín sabía en que problemas podía meterse. Así que regreso a su tomo, mientras Abigaíl Lascombe cambiaba lugares con Benjamín en el asiento del piloto para relevarlo unas horas hasta su siguiente parada, un motel de carretera a la salida del estado, donde por fin dormirían en una cama en vez de su bolsa de campamento.


—Tu amigo es un poco espinoso, ¿No? —Emily le pregunto sin rodeos a Harry, mientras esperaban en la camioneta a que los demás regresaran del baño y la tienda de la gasolinera.

—Solo un poco, pero es que ambos pasamos por mucho. Yo pensé que había muerto, estoy seguro de lo que vi, pero ya sabes cómo es, una cosa es lo que vemos y otra cosa lo que en realidad está pasando—Harry había aprendido como hablar en el mismo idioma que el resto del grupo.

—Harry, ¿me dirías porque te secuestraron? —Harry levantó la mirada—No es de mi incumbencia, pero fuera de tu cicatriz, no veo que pudieron hacerte o porque te secuestraron—.

Harry ya había creado algo que decir y mostrar, después de todo, que más daba usar magia frente a una muggle, si esta creía que provenía de algún experimento, así que apunto su mano totalmente abierta hacia un asiento y levito la chamarra de Abigaíl unos 30 centímetros en el aire para luego dejarla como estaba. Emily estaba anonadada.

—Puedo hacer más cosas. Desde niño, mi familia; no mis padres, ellos murieron protegiéndome de un asesino serial; sino mis tíos, odiaban todo lo anormal y cuando vieron lo que podía hacer me maltrataron, dejaron sin comer y demás. Luego fui a una esta escuela donde enseñaba Snape, era el maestro de química y un día, Snape hizo algo parecido a lo que yo hacía, pero no pude decirle mucho cuando decidí hablar con él, ese día fue cuando nos secuestraron—.

—...Hablé con él en la celda donde nos pusieron y nos dimos apoyo mutuamente, pero un día nos llevaron a un quirófano…—Emily jadeó, así que Harry continuo con la "historia"—Vi sangre brotando de su cuello y heridas en el cuerpo, nos separaron y pensé que estaba muerto. Cuando regrese a la celda, decidí usar mi "poder" y logre huir del laboratorio, ni siquiera sé dónde estaba, pero logre llegar a este aeropuerto y pensé pedir ayuda, pero vi a los agentes y entre en pánico, fue cuando ustedes me encontraron—.

—¡Eso fue horrible! —Emily estaba en shock y decidió confiar en Harry el último detalle de su propia historia—No solo fue la voz la que me hizo huir—Harry la insto a continuar—Mis padres, estoy segura de que me amaban pero estaban obnubilados por este "hombre" que se hacía llamar a sí mismo un mesías. Nos hacía trabajar a todos de sol a sol en el huerto, controlaba nuestra educación y nos instaba a leer la biblia—.

—...No fue sino hasta que huí, que aprendí que había muchas biblias, ¿Cómo saber cuál es la verdadera? Como sea, mis padres me tuvieron en esta comuna, y éramos, hasta cierto punto, felices. No teníamos violencia, ni necesidades ya que teníamos una casa, alimentos y ropa seguros, proporcionados por la comunidad. Todo al precio de la obediencia—.

—...Fue algo que escuche lo que me puso nerviosa. Me quede rezagada en el huerto, recogiendo una fresa que estaba muy debajo de la planta, y nadie podía verme entre los arbustos de uva que crecían más altos que las fresas. Uno de los guardias que protegían a nuestro líder, dijo que pronto vendría la "ofrenda", que el líder ya solo estaba esperando el momento de cosechar las "pequeñas flores" de las chicas—.

—...Le pregunte a mi mamá que significaba que un hombre "cortara la flor de una mujer" y ella me explico sobre la "noche de bodas". El líder era un hombre viejo, no como Benjy o Severus que solo son mayores que nosotros, sino viejo en serio. ¿Cómo ese hombre pretendía "cortar mi flor" o la flor de cualquiera de nosotras? —.

—...Todas las demás parecían felices de ser "ofrendas" para el líder, pero yo no. Tenía miedo y sigo teniendo miedo al sexo. Harry, yo tenía 12 años cuando Benjy y los demás me encontraron. ¡Ese pervertido desfloraba niñas! Fue temor y esa voz, lo que me impulso a huir, prefería la muerte que yacer debajo de aquel anciano. No podía creer que mis padres lo permitirían pero así iba a ser. Si no fuera por Benjy…—Emily en este punto se secó una lagrima y miró a Harry, pidiéndole sin palabras su discreción.

—No te preocupes Emily, te protegeré. Todos nosotros lo haremos—.

—Gracias Harry—.

El resto del grupo regreso a la camioneta y les lanzaron un paquete de papas a cada chico, Severus se sentó al lado de Harry y Emily, los demás tomaron sus posiciones habituales y continuaron el viaje hasta el límite del estado.

En el camino hasta la frontera del mismo, Harry le había explicado a Severus sobre su "teatro de sombras" con su magia, de forma que se turnaban para conjurar las "apariciones" de los críptidos. Habían conjurado un par de ovnis y una especie de chupacabras cruzando el desierto hasta ese momento.

Severus tuvo que aceptar que era divertido usar su magia para algo tan inofensivo en realidad, en vez de torturar y matar gente, o pelear en guerras. Lo curioso es que se encontró con la misma dificultad que Harry sobre conjurar un extraterrestre. Por más que lo intentó, no hubo forma.

Harry ya lo había aceptado, pero Severus intuyo un misterio aquí. La magia inherente en ambos, había probado que no importaba lo estrambótico que fuera la "aparición o criptido" podían conjurarla, pero los alienígenas no. Cuando se trataba de criaturas de su mundo, bastaba con acercarse lo suficiente y lanzar hechizos silenciosos para proteger al grupo, y los que no existían simplemente los "creaban", pero los alienígenas habían probado su resistencia.

Severus tenía una conjetura sobre la razón de esto, pero necesitaba más datos antes de poder convertirla en una hipótesis. Finalmente, Severus era nada menos que metódico, así que había comprado unos libros viejos que tenían en exhibición en la tienda de la gasolinera sobre alienígenas y otros sobre el espacio. Un poco de investigación medianamente sería debería ayudarle a pasar el tiempo.


Finalmente, llegaron al tan ansiado por todos, motel. No importaba que el tipo que los atendió pareciera un inferius, no importaba que lo hubieran puesto en el mismo cuarto que a Potter, ni la decoración de Elvis. Todo lo que importaba es que la cama estaba limpia y tenía "dedos mágicos", un maravilloso artilugio muggle que hacía que la cama diera masaje si le ponía una moneda. Severus puso una moneda y se fue al nirvana mientras Potter se daba una ducha.

Mientras Severus disfrutaba de los placeres del masaje mecánico, Harry pensaba con fuerza en la ducha, debajo del chorro de agua. Pensaba en sus amigos, en cómo habían cambiado y se preguntaba si habían cambiado o ya eran así desde el principio.

Esperaba equivocarse, pero Harry empezaba a creer que Hermione y Ron se acercaron a él para colgarse de su fama. Y Andrómeda… fue doloroso que ella lo culpara por la muerte de su hija, y de cómo la había contaminado con esas "ridículas creencias" sobre que los hombres lobo eran personas. En opinión de Andrómeda, Harry tenía la culpa de que hubiera perdido a su hija, de la muerte de su esposo y de que su nieto tuviera la posibilidad de desarrollar licantropía en algún momento.

Harry recordaba esa discusión con dolor, ya que él de verdad quería estar ahí para Teddy, pero Andrómeda no lo permitió. Ginny, con quién todavía sostenía una relación en ese momento, le dijo que ella solo estaba dolida, que extrañaba mucho a Tonks y Ted, que eventualmente vería la luz, pero él estaba harto de todo, incluso de Ginny.

Ginny era una chica genial, comprensiva, amable, valiente, dulce y feroz, además de hermosa ¿Qué hombre no la querría? La respuesta era él. No sabía por qué, pero la idea de ir más allá con Ginny lo llenaba de terror y un tanto de repulsión, Harry lo achacaba a la visión estrecha de los Dursley con que fue criado, pero dentro de sí, sabía que debía haber otra razón.

Harry estaba en esta crisis, alejado de Teddy, inseguro sobre Ginny, su propia carrera que aún no había decidido y Ron entro en escena, empezando a presionarlo sobre casarse con Ginny, sobre como haría feliz a Molly y sus hermanos, insinuando que ahora faltaba uno de ellos… y Hermione puso el clavo en el hipotético ataúd cuando insistió en que revisaran las leyes que ELLA quería proponer frente al Wizengamot.

Sinceramente, no sabía que estaba pasando pero si sabía que debía confiar en sus instintos y estos le decían que debía irse, muy lejos, y eso hizo. Ahora que Snape había hablado con él, entendía por qué la insistencia de los dos para que entrara en los aurores (eso aumentaría su poder ante las masas), por que debía tomar su título de "Lord Potter" (eso le daría acceso a todos los votos del Wizengamot) y por qué debía desposar a Ginny (eso le daría acceso a los Weasley a su fortuna).

No estaba seguro de si Ginny estaba en el plan de sus "amigos", pero si no era así, Ginny también era parte de los problemas internos de Harry. Él estaba seguro de que ella solo veía a "su idea de Harry" en vez de a Harry. No la culpaba, con todos esos libros sobre él "venciendo" a Voldemort cuando apenas tenía un año, todos los chismes de Corazón De Bruja y El Profeta… cada persona mágica de Inglaterra tenía "esta idea" sobre él como una especie de paladín justiciero, nacido para ese exclusivo fin. Pero Harry quería que alguien lo amara por ser "solo Harry".

—¡Te vas a acabar toda el agua caliente Potter! ¡SAL YA! —Bueno, pensó Harry, ni los "dedos mágicos" podían hacer mucho por el agrio carácter de su antiguo profesor.

—Ya voy Snape—Harry salió envuelto en una toalla y Severus se quedó atónito, ya que la toalla tenía envuelto a Harry, pero solo en el cabello. Harry iba desnudo en todo lo demás.

—¡Por Merlín! ¿Acaso eres un maldito exhibicionista o que, Potter? Tapate tus miserias—Dijo Severus volteándose.

—¿Qué? ¿Por qué? ¿Acaso no has visto antes a un hombre desnudo? Ambos fuimos a Hogwarts, y las duchas son comunales, debiste ver otros penes, y no es una miseria, lo medí y tengo unos buenos 22 centímetros—Dijo Harry con picardía.

Severus no contestó, se volteó y simplemente rodeo al Gryffindor, metiéndose rápidamente al baño y cerrando con seguro la puerta. Harry no entendía que acababa de pasar, ya que había compartido cuarto con todos los chicos del grupo, incluso con Benjy y nadie había reaccionado así. Un misterio más en el rompecabezas que era Severus Snape, pensó Harry y sencillamente empezó a secarse.

Cuando estuvo vestido, tocó en el baño—Snape, iré por comida al restaurante ¿Quieres algo? —.

Con el sonido amortiguado de la ducha se escuchó un claro "Hamburguesa y Coca-Cola", así que Harry tomó nota mental y salió de la habitación. Cuando Harry salió, Severus cerró las llaves del agua y salió del baño, bien envuelto en una toalla y sonrojado por lo que acababa de hacer en el baño.

Pocas personas lo sabían, todas ellas muggles, que Severus Snape era "ambiguo". En el mundo muggle era llamado bisexual. Le gustaban tanto hombres como mujeres, ya que no entendía por qué debía negarse el placer de conocer ambos cuerpos. Había disfrutado el sexo con mujeres, a las que atraía en un bar, con el aura de "peligro y emoción", de lo prohibido. Las damas lo amaban y él procuraba complacerlas.

Los hombres eran distintos, algunos caían con el aura de peligro como las mujeres, pero en general, ellos preferían cuando Severus mostraba algo de musculo, no demasiado, pero definitivamente marcado.

Las mujeres le gustaban curvilíneas, pero los hombres… los hombres los prefería atléticos, y Potter… Potter tenía el cuerpo que a él le gustaba. Atlético, bronceado y lo que vio más al sur definitivamente le gusto.

Cuando se encerró en el baño, se desnudó en segundos, abrió ambas llaves para que saliera un chorro de agua tibio y procuro morderse los labios mientras recorría mentalmente la imagen de Potter desnudo. Los pectorales marcados, con el musculo suficiente, los brazos algo más definidos, la cintura estrecha, pero firme y el vientre con los cuadros necesarios. Luego estaba el nido de rizos donde estaba cómodamente asentado su miembro. Si no tuviera autocontrol, hubiera estado tentado a ponerse de rodillas y adorarlo con su boca, lamerlo, saborearlo…

Dos, tres movimientos más de su mano sobre su miembro erecto y mancho la pared del baño, que se limpió con el agua que lanzo con ese fin. Sus labios se habían partido al contener el grito que quería ser liberado cuando llego al orgasmo.

Fue en este punto, cuando Severus ya había recuperado el control sobre si, que Harry le pregunto qué quería de comer. Una hamburguesa con Coca-Cola sonaba bien, así que se lo hizo saber y escucho cuando Harry se había ido y era seguro salir.

Cuando Harry regreso con la hamburguesa y el refresco, junto con sus rebanadas de pizza y café, ambos comieron en silencio en la mesa de la habitación. Harry preguntándose si Snape era un mojigato y Snape preguntándose si Potter sería heterosexual, homosexual o "diverso" como él.


Ginny Weasley había llorado mucho meses atrás. Harry ahora tendría poco más de los 19 años y ella había soñado con estar casada con él a los 20 años, máximo 22. Fue su mayor fan durante años, solo rivalizando con Colin Creevey en su amor por Harry, excepto que Ginny podía darle a Harry algo que Colin no.

En retrospectiva, Ginny estaba segura de que debió haberlo visto venir.

Harry no era el héroe que ella esperaba, no le gustaba la fama, ni salir de paseo a clubes, ni los restaurantes ostentosos, ni la ropa de moda o cara. Harry amaba la vida hogareña, y en un contrapunto, la idea de viajar. Incluso ella había viajado más que Harry y por eso le alegraba que Harry hubiera abandonado Inglaterra y buscara su propio camino.

Ellos eran diferentes y no había manera de que congeniaran, al menos no como pareja. Él la amaba, tal como decía la carta publicada, como una hermana. Y ella, ella empezó a entender que su amor por él, por Harry mismo, era exactamente igual, el de una hermana por su hermano. Ella amaba al Niño-Qué-Vivió, no a Harry.

Había discutido con Ron y Hermione cuando le insistieron en que le escribiera para que volviera. Ella se negó rotundamente, diciendo que Harry y ella se arreglarían con el tiempo, pero que estaba consciente de que nunca serían pareja. Ambos se fueron muy ofendidos de la cocina de La Madriguera y ella se preguntó que estaba sucediendo.

Fue entonces que un día, llegó Luna a invitarla a tomar el té. Ginny se sorprendió pero supuso que Luna solo estaba siendo amable e invitándola para consolarla por su ruptura con Harry. Y sinceramente, no estaba segura de que sentir al ver al resto de los invitados al té.

Narcissa Malfoy ciertamente se veía diferente, con un vestido bastante muggle, sentada en la restaurada sala de estar de la casa Lovegood. Draco Malfoy estaba preguntándole a Xenophilius, el padre de Luna, sobre unos libros de líneas de sangre y Xenophilius estaba explicándole sobre algunas líneas de sangre perdidas, y que él tenía algunas copias de los libros de las mismas.

Luna le sirvió a Ginny una taza de té mientras la invitaba a sentarse. Aturdida era poco para cómo se sentía Ginny.

—Señorita Weasley, Luna me dice que usted le pidió ayuda para publicar un anuncio en su periódico para que dejaran en paz al Señor Potter ¿Es cierto? —Pregunto Narcissa, con algo del viejo esnobismo pero no tanto como antes.

—Así es Madame Malfoy—.

—Por favor, ya no uso el apellido Malfoy, incluso Draco estaba pensando en renunciar a él, pero no queremos dejar ni la fortuna ni el voto del Wizengamot en las manos del ministerio, así que él tomó el manto de Lord Malfoy por necesidad. Así que preferiría se refiriera a mí por mi apellido de soltera—.

—De acuerdo, Madame Black. Es cierto, le pedí a Luna que publicara este mensaje—.

—¿Podría decirme que la impulso a hacerlo? No está obligada a contestarme pero me ayudaría a comprenderla mejor—Narcissa tomó un trago del té, con una elegancia que era envidiable.

Ginny respiro hondo antes de responder—Me di cuenta de que estaban acosando a Harry. Él solo quería tiempo para pensar. Toda su vida fue una carrera de supervivencia y por fin tenía tiempo y todos lo presionaban. Incluyéndome. No lo culpo por irse y he llegado a un acuerdo con el hecho de que no tendré a mi "príncipe soñado" porque me enamore de una ilusión—.

Narcissa dejó la taza con su platito en la mesa y puso sus manos sobre su regazo—Querida niña, sé que amaste al Señor Potter, o mejor dicho, al Niño-Qué-Vivió. ¿Amas a Harry? —.

Ginny negó con la cabeza—Lo amo, pero no ese tipo de amor. Es mi hermano, aunque no llevemos la misma sangre y me siento mal por haber forzado mis ilusiones en él. Cuando lo pienso bien, si hubiera sabido que lo amaba así, hubiera sido algo perturbador casarme con él—.

—Me alegra escucharte decir eso—Narcissa Malfoy instó al resto a lanzar hechizos de silencio a su alrededor, toda precaución era aceptada en estos momentos—¿Qué sabes sobre el Wizengamot? —.

Ginny sorbio por fin el té, trago el líquido entibiado y contesto—Se que cada familia tiene un voto de facto, pero solo aquellas con cierta cantidad de bienes, o que sirvieran a la comunidad con algo grande como un servicio de caridad o algún acto heroico o notable como un descubrimiento—.

—Eso es casi correcto, pero faltan detalles—Draco hablaba por fin—Cada familia incluida en el Wizengamot tiene un voto, pero puede anexarlo al voto de otra familia si siente que sus ideales se alinean con los de esa familia. Los Malfoy tienen 10 votos por ejemplo—.

—Los Lovegood tenemos tres, pero los tres estaban alineados con la familia Dumbledore—Agregó Xenophilius—.

—Los votos Malfoy, gracias a mi exmarido, estaban afiliados con la familia Gaunt, ya que Voldemort clamaba ser descendiente de los Gaunt y tenía un voto de su familia en el Wizengamot. Técnicamente era cierto, pero porque era el único descendiente vivo de los Gaunt, aunque fuera bastardo—.

—¿Por qué me están diciendo todo esto? Se que el voto de los Weasley y el Prewett de mamá estaban alineados con la familia Dumbledore—Preguntó Ginny.

—¿Sabes lo que es "derecho de conquista", Ginny? —Preguntó Luna. Ginny, siendo sangrepura, criada a pesar de todo en algunas de sus tradiciones, a pesar de la ligereza de pensamiento de su padres, comprendió.

—Harry heredo los votos—.

—Es más complejo que eso mi niña—Dijo Narcissa—El señor Potter no solo tiene los votos de los Potter, sino también los que adquirió por derecho de conquista, incluidos los nuestros, sino que Dumbledore lo nombro su heredero, ya que su hermano odiaba la política. Potter dejó instrucciones para su fortuna y lo que consideraba una justa repartición de sus bienes, tanto de los Black, como las bóvedas de la familia Dumbledore. Ignoraba que es el dueño de nuestra fortuna a menos que nos las adjudique nuevamente—.

—¿Él tiene el dinero de las familias Dumbledore, Black y Potter? —Ginny estaba asombrada.

—Y los votos alineados a Voldemort, es decir, todos los mortífagos, y los votos de los miembros de la Orden del Fénix—Agregó Draco.

—¿Por qué me están diciendo todo esto? —Preguntó Ginny, con un hilo de voz.

—Porque, Ginny, tu hermano y Hermione están planeando esclavizarlo "por su propio bien". Harry tiene el poder de cambiar nuestro mundo, si él dice que una ley se aprueba, no necesita que se vote en el Wizengamot. Harry puede decidir regresar los votos, pero esos dos no lo permitirán, Ronald quiere el poder, dinero y fama, y Hermione quiere modificar nuestro mundo con sus propias ideas. No ha entendido como funciona nuestro mundo, a pesar de que es inteligente—Luna tomó las manos de Ginny mientras le hablaba.

—¿Qué estás diciendo? Ellos son su amigos, nunca…—Miró a Luna a los ojos y supo que decía la verdad—Merlín, ¿Qué está pasando? —.

—Mi buen amigo Thicknesse, quién le debía al señor Potter una deuda de vida por garantizar su libertad, me advirtió sobre el plan que esos dos estaban fraguando cuando los escucho fuera de los baños del ministerio, más concretamente, cerca del renovado departamento de misterios. Aún no habían reparado la sala de "Amor" y la fuente estaba, digamos, accesible—Empezó Narcissa.

—...Mi conjetura, así como la de Thicknesse, es que planeaban darle al señor Potter, la Amortentia más poderosa conocida por nosotros, el agua de la fuente de la sala de Amor. Si él hubiera bebido esa agua, pocas cosas hubieran podido romper el encantamiento. Solo hubiera sido inútil, si él señor Potter ya estuviera enamorado de alguien, ya que no puede actuar sobre alguien que ya está enamorado, pero puede enamorar a alguien si no tiene a nadie en su corazón—.

—...Por lo que escuchó Pius, contaban con que ustedes dos se casaran, y de esa forma, tener acceso a todo lo que le pertenecía al señor Potter. Votos, dinero y fama. La "señorita" Granger ha demostrado que aunque es inteligente, no comprende nuestro mundo—.

—¿Por qué dice eso? —Preguntó Ginny, intrigada.

—Quiere impulsar una ley que prohíba la pertenencia de los elfos domésticos, ya que considera que son esclavos—Contestó Draco.

—Bueno, Dobby…—.

—Dobby era el elfo de Lucius. Es evidente que cualquier elfo preferiría la libertad que estar atado a Lucius. Pero los elfos mueren cuando no tienen un mago atado a ellos, bueno, mueren más rápido de lo que deberían, ¿Me explico? Granger no entiende cómo funciona la magia de los elfos y compara nuestro mundo constantemente con el muggle. Es entendible hasta cierto punto, pero uno creería que investigaría sobre nuestro mundo, leyes y tradiciones, pero no. Espera cambiar nuestro mundo a semejanza del muggle—.

—No es algo tan malo…—.

—Quizás no me explique bien. Granger no piensa solo cambiar algunas leyes, espera reformar nuestro mundo a uno que ella entienda. Eso implica regulaciones que no entenderán la mayoría de los nuestros, y no hablo solo de los sangrepura. Una de su leyes, propone dar rehabilitación a los delincuentes en Azkaban. Eso serviría con pequeños delincuentes, pero gente como Lucius… sencillamente no es posible y ella no está tomando en consideración que existen formas de evadir los filtros de verdad—Insistió Draco.

—No estamos diciendo que no deban cambiarse las leyes, sino que deben legislarse correctamente. Hermione sabe que si someten a votación sus leyes, jamás pasaran como ella las ha visualizado. No quiere que las modifiquen porque está segura de que sabe más que todos nosotros como sociedad—Agregó Luna.

—Ginevra…—Empezó Xenophilius, bastante lucido para su personalidad—Hermione tiene esta idea extraña sobre cómo deben ser las cosas, y cuando se enteró de que su amigo Harry tenía el poder de hacer realidad sus ideas, insto a su novio, tu hermano Ronald, a ayudarla a controlar a Harry "por su propio bien". Con esas palabras se refirió ella, según comunicó Thicknesse—.

—¿¡Por su bien!? —Repitió Ginny, molesta. Hermione estaba fuera de control. Ahora entendía mejor su necesidad de traer a Harry de vuelta. Y entendía mejor la recompensa ofrecida por información sobre Harry.

—Si, Ginny. Lo que estas sintiendo, lo sentimos todos nosotros—Le dijo Luna, comprensiva.

—Que necesitan de mí—Contestó Ginny, con los ojos fieros. Nadie se metía con Harry, así fuera su propio hermano.

Todos los presentes sonrieron, pero Draco se les adelantó—Queremos exponer a esos dos. No tenemos pruebas más allá del testimonio de Thicknesse y dado que estuvo bajo la maldición Imperius, nadie confiara en su palabra, aduciendo que podría estar de nuevo bajo la maldición—Contestó Draco.

—¿Y Harry? ¿No deberíamos tratar de localizarlo para advertirle al menos? —Preguntó Ginny. Narcissa se rió entre dientes antes de contestar.

—¡Oh querida niña! Esa fue la primera cosa que hicimos. Enviamos a nuestro mejor hombre a protegerlo—Narcissa sonrió mientras sorbía delicadamente su segunda taza de té.

Ginny pensó quién podría ser su mejor hombre, hasta que la respuesta fue clara y simple. Sonrió al comprenderlo. Con Snape a su lado, nadie se atrevería a tocar a Harry ¡Mucho menos esos dos!