Hola , soy jgucc 2023:
- Primero decirles que muchas gracias por los comentarios, no pensaba que les iba gustar este fic que escribí. Soy muy fan de Overlord y me dieron ganas de escribir uno por diversión y que ahora se a vuelto mas serio gracias a sus comentarios ,jajaja.
- Y segundo , decirles que este fic voy a estar publicándolo cada 5 días , a mas tardar cada 9 días, aunque a partir de la otra semana voy a tener menos tiempo pero no pienso dejar este fic.
Gracias y espero que les guste el cap.
Ainz se acercó lentamente a Nabe y sin decir una palabra, la envolvió en un cálido abrazo, lleno de alivio. Durante unos segundos que parecieron eternos, la sostenida con fuerza, como si temiera que al soltarla podría perderla para siempre. Una felicidad inusual, rara para un no-muerto como el, lo invadió al saber que había logrado protegerla.
Nabe no sabía lo que pasaba, no sabía cómo responder así que se quedó inmóvil. Su respiración se aceleró, volviéndose errática, incluso una pequeña parte de su hermoso rostro comenzó a deformarse. Su mente luchaba por procesar lo que estaba ocurriendo.
Después de unos largos segundos que parecieron eternos, ambos aventureros finalmente caminaron hacia la muralla. Las pocas almas que no habían huido y permanecieron ocultos en sus hogares comenzaron a salir lentamente. En sus rostros se podía ver el pánico que habían experimentado, mostraban ojos enrojecidos e hinchados, parecía que el miedo que los había consumido hasta los huesos, como si hubieran llorado incesantemente.
Muchos comenzaron a mirar a su alrededor, sorprendidos de estar vivos. Al observar a las demás personas, notaron que todos sus ojos se dirigieron al centro, justo hacia el lugar donde caminaban los dos aventureros que habían llegado ese mismo día. Con solo ver sus apariencias y escuchar el silencio que ahora reinaba, sin los rugidos del dragón, comprendieron que la hermosa mujer y el caballero oscuro habían logrado lo impensable: derrotar al dragón.
Poco a poco, los sobrevivientes comenzaron a arrodillarse, agradeciéndoles por haber salvado sus vidas. Solo pasaron unos pocos segundos antes de que se escucharan los primeros aplausos. Muchos comenzaron a llorar de alegría, mientras otros aplaudían emocionados, conscientes de que habían presenciado una de las más grandiosas batallas: el enfrentamiento entre el que podría ser el humano más poderoso y un dragón.
Luego de algunos minutos, los guardias y todos lo que podían ayudar comenzaron a socorrer a los cientos de heridos que yacían cerca de la muralla. Muchos de ellos habían sido víctimas del colapso de partes de la muralla que, al caer, aplastaron sus hogares. Algunos no sobrevivieron, quedando sepultados bajo los escombros.
Entre los heridos estaba Nabe, aunque sus heridas habían sido hechas intencionalmente para mantener su fachada. Sin embargo, ese mismo disfraz la traicionó, atrayendo a muchos curiosos. Comerciantes que vendían todo tipo de productos se acercaron a la hermosa mujer, ofreciéndole pociones curativas y otros objetos. Nabe justo en ese instante tenía una expresión de desagrado en su rostro y rechazaba cada ofrecimiento.
Momon: "Ya veo, rechaza las pociones para no poner en riesgo nuestra fachada como aventureros".
Momon observó cómo Nabe rechazaba las pociones que le ofrecían y la ayuda de los hombres que se les acercaban. No podía permitir que Nabe recibiera algo de este mundo sin antes saber que hacen. Ni menos de desconocidos.
Momon se acercó a Nabe, y en un instante, todos los hombres que rodeaban a Nabe comenzaron a alejarse temerosos por su presencia. Momon no entendía por qué hacían esto, pero decidió ignorarlos, aprovechó esos instantes donde supuestamente nadie los miraba y saco discretamente una poción de bajo nivel de su dimensión de bolsillo, entregándosela a Nabe.
Nabe bebió un sorbo de la poción, sintiendo cómo las pocas heridas en su cuerpo se cerraban al instante, dejando solo un ligero hormigueo en la piel regenerada.
Nabe: Momon-samma, ¿no va a tomar una poción también?
Preguntó, con una mezcla de preocupación y curiosidad en su voz.
Ainz desvió la mirada hacia ella brevemente antes de bajar la vista a su propio cuerpo. La parte de su torso que había resultado dañada estaba cubierta de heridas abiertas, cortes profundos y quemaduras que habrían sido insoportables para cualquier ser humano.
Momon: Gracias, si creo que las necesitaré.
Respondió Ainz mientras miraba su alrededor, asegurándose de que nadie lo estaba mirando, salvo un joven a la distancia que parecía fijar su atención en ellos. Había olvidado fingir el dolor que su apariencia humana debía reflejar, un detalle que podría levantar sospechas si alguien se daba cuenta.
Ainz llevaba un anillo que Pandora le había entregado, el cual le permitía asumir la apariencia de un humano al formar una capa externa de carne y piel que ocultaba su verdadera naturaleza. Sin embargo, el anillo solo proporcionaba una apariencia física, sin replicar las sensaciones de dolor que un humano debería sentir.
Toda la escena fue presenciada por un joven que se había acercado para agradecerles y que ahora los observaba en silencio. Nfirea, notó el color rojo de la poción, algo que nunca había visto antes, aunque le recordaba algo que su abuela le había mencionado en el pasado.
Al darse cuenta de que Momon y Nabe lo estaban mirando, se acercó tímidamente.
Nfirea: Bu-buenas tardes, Momon-sama. Yo... yo quería... agradecerle por haber salvado mi vida y la de toda la ciudad. También quiero darle las gracias por salvar, indirectamente, a la chica que amo.
Momon: No sé a qué chica te refieres, pero aceptaré tu agradecimiento.
Nfirea escuchaba las palabras del guerrero oscuro, pero su mente estaba distraída. Seguía buscando con la mirada esa poción roja que había visto antes, pero no lograba encontrarla por ningún lado.
Nfirea: Yo... Ehhhh, también quería preguntarte sobre esa poción roja. Es la primera vez que veo una de ese color, y que sana las heridas al instante.
Momon hizo una pausa, observando la cara curiosa de Nfirea.
Momon: ¿Solo es una poción de bajo nivel? ¿No es común por aquí?
Nfirea por unos momentos se sorprendió. Sus ojos se agrandaron ligeramente, inclinándose un poco hacia adelante, como si no pudiera creer lo que acababa de escuchar.
Nfirea: No, Momon-sama. Las pociones normales son de color azul, y su efecto tarda horas. Nunca había visto una que cura al instante.
Ainz por un momento se quedó sin decir nada, sintió como hizo algo mal. Desde que había llegado a este mundo, hubo una clara diferencia entre el nuevo mundo y Yggdrazil, todo lo que fue creado en Yggdrazil, incluso elementos del más bajo nivel serían un tesoro para este mundo.
Momon: "Mierda, la cague en grande, esas son pociones de Yggdrazil, aquí una poción de Yggdrazil de bajo nivel seguro debe ser una poción de alto nivel "...Esa es una poción de mi antiguo país, un tesoro de mi nación , sin embargo, la utilice por qué Nabe es importante para mí. Espero que me guardes el secreto.
Nfirea: Entiendo, ojalá algún día nos volvamos a encontrar, cuídese mucho Momon-sama.
Nabe y Momon comenzaron a mirar cómo se iba corriendo el pequeño muchacho, y luego Nabe comenzó a mirar a su señor con un poco de dudas.
Nabe: Momon-sannnn.¿Es sabio dejarlo vivo?
Momon: Lo ideal sería que no, pero en estos momentos no podemos hacerlo, lo mantendremos vigilado.
Nabe: Entiendo a Momon – sannn
La noche había caído sobre E-Rantel, y sobre una montaña de cadáveres comenzó a formarse un portal. Un agujero oscuro, que parecía absorber la misma vida, apareció en medio de la desolación. De ese portal surgió un demonio, vestido con un elegante traje naranja. Observó el lugar donde su maestro había combatido, y al encontrar lo que buscaba, una sonrisa maliciosa se dibujó en su rostro.
Se dirigió directamente hacia el cadáver del dragón. Con un simple gesto de su mano, apareció Hanzos a su alrededor. Estaban vestidos con ropas completamente negras que cubrían todo su cuerpo, desde los pies hasta la cabeza. Sus rostros permanecían ocultos bajo capuchas que solo dejaban ver la frialdad de sus ojos.
Demiurge: ¿Ya se encargaron de los guardias?
Hanzo: Sí, Demiurge-sama. Solo había dos, y en este momento están inconscientes.
Demiurge alarmantemente con malicia y, con un gesto de su mano, hizo aparecer unos cuantos demonios. Estas criaturas eran imponentes, con una altura de más de dos metros, y tenían la piel oscura y rugosa. Sus cuernos eran retorcidos y sus ojos rojos brillaban con una luz siniestra. Estos demonios que habían sido invocados ya estaban listos para cumplir su tarea: cargar con el cuerpo del dragón y llevarlo de a Nazarick.
Demiurge: Comiencen.
Aunque los demonios eran de bajo nivel, se especializaban en la fuerza, por lo que eran más fuertes de lo que su nivel sugería. Les tomaron unos minutos despejar los pocos no muertos que cubrían el cuerpo del dragón. Una vez que el dragón quedó completamente limpio, los demonios lo alzaron y comenzaron a conducir hacia el portal.
Todo esto ocurriría frente a Demiurge, quien observaba con atención, pensando en las impresionantes estrategias de su maestro. No comprendía cómo su maestro había anticipado la aparición de un Lord Dragón en E-Rantel.
También notó que ningún humano se acercaba al cadáver del dragón; su señor había cubierto gran parte del área con los no-muertos que cubrían el cuerpo de Cure lim, lo que aterraba a la gente y los mantenía alejados por temor a ser atacados por cualquier criatura que pudiera surgir de este cementerio de no-muertos.
Demiurge se ajustó las gafas y dijo con satisfacción.
Demiurge: Excelente.
Luego, cruzó el portal, satisfecho de que el cuerpo ya estaba en camino hacia el hogar de su señor.
Habían pasado varios días desde la batalla, y los ciudadanos de E-Rantel se dedicaron a reconstruir la ciudad. Las calles estaban llenas de personas limpiando escombros, atendiendo a los heridos y trabajando incansablemente para devolver al lugar su antigua gloria.
Cerca del gremio de aventureros, un grupo de personas se detuvo al ver a los héroes que habían derrotado al dragón saliendo del edificio. Entre esos dos, el guerrero oscuro se destacaba sobre su acompañante. Aquellos que los observaban no pudieron evitar fijarse en un detalle distintivo en ambos aventureros: un collar que colgaba en sus cuellos. Ese collar solo estaba reservado únicamente para los aventureros de nivel Adamantita, aventureros que habían alcanzado la cúspide de la fuerza y el poder y que representaban el pináculo de la humanidad.
En cada taberna y posada de E-Rantel, el nombre Momon, era el tema de hablar en casi todas las conversaciones. Los hombres levantaban sus jarras de cerveza en honor a Momon, chocándolas entre sí con fuerza mientras gritaban vivas y brindaban. El licor fluía libremente, y los brindis se sucedían uno tras otro, cada uno más ruidoso que el anterior. Algunas cantaban canciones antiguas de héroes, adaptando las letras para glorificar al guerrero oscuro, mientras otros narraban versiones exageradas de la batalla, agregando detalles ficticios para aumentar más la emoción.
Las mujeres por su parte compartían risas y miradas mientras se imaginaban con Momon. Comentaban con detalles sobre su físico, tanto que se podía sentir el deseo en sus palabras. Aunque el rostro del guerrero había permanecido oculto incluso durante la batalla, eso no impedía que sus mentes vagaran con fantasías, cada una imaginando cómo sería el hombre detrás de la armadura.
Nabe observaba cómo varias mujeres se acercaban a su señor, intentando coquetear con él sin éxito. Su frustración crecía al ver estos intentos fallidos, y tuvo que controlarse para no perder la calma; de lo contrario, las calles de E-Rantel se teñirían de sangre.
Nabe: Criaturas inferiores, ¿cómo se atreven a coquetear con mi Señor?
Ainz, que escuchaba los murmullos de Nabe se sintió ligeramente incómodo. En el pasado fue humano, aunque aún se considera uno.
Momon: ¿Qué opinas de los humanos, Nabe?
Nabe: Son formas de vida inferiores, Momon-sama.
Momon: "¿Los demás guardianes pensaran lo mismo de los humanos? ..." Nabe, no te pido que dejes de odiar a los humanos, pero al menos debes ocultar tu desprecio. Con el tiempo, espero que logres tolerarlos. No podemos arriesgar nuestro plan.
Nabe: Entiendo, Momon-sama. Haré todo lo posible por acep... aceptar a los humanos.
Momonga: Creo que esto va a ser un gran problema.
