Akari había acabado con un gato demonio el cual resultó ser justamente una expareja de su padre, Kiju.
A pesar de todo eso, la integrante del clan Arashi no tuvo piedad en acabar con ella, así terminando con la tortura que vivían los aldeanos de ese sitio.
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Kirameku inazuma todoroku raimei
¡Fuke yo Arashi!
¡Yobe yo Arashi!
¡Arashi yo sakebe!
Kenshin kenshin...
kage utsushi
Seigi no ninja sora kake kenzan
¡Arashi, Arashi!
¡Waga na wa Arashi!
¡KENSHIN NINJA ARASHI KENZAN!
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Uzumaku tatsumaki todoroku jinari
¡Fuke yo Arashi!
¡Yobe yo Arashi!
¡Arashi yo sakebe!
Kenshin kenshin...
kage utsushi
Seigi no ninja chi owari kenzan
¡Arashi, Arashi!
¡Waga na wa Arashi!
¡KENSHIN NINJA ARASHI KENZAN!
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Osaka, Prefectura de Osaka.
Esta ciudad era muy histórica para Japón, pasando por muchas cosas. Durante el shogunato Tokugawa, este sitio pasó a llamarse Ozaka, nombre el cual cambió durante la Restauración Meiji, volviendo a ser Osaka que quiere decir "colina grande".
Akari, se encontraba caminando por las afueras de la ciudad, en las zonas en donde había agricultores.
Durante su camino, la peli roja se había encontrado un caballo salvaje el cual logró domar y montar en él. Su padre le había enseñado un poco de equitación cuando era niña, esto en caso de que tuviera que usar uno, aunque no creyó que lo fuera a hacer.
Vaya que el destino es muy juguetón a veces.
No sabía por qué, pero algo le llamaba a ese sitio, tal vez algunos miembros de Venenum se encontrarían por ahí.
Es presentimiento no le mentiría.
En un campo de agricultores, un niño jugaba ahí, sus padres se encontraban trabajando, cosechando lo que había sembrado.
- Mariposa – el niño, de cabellos castaños iba tras una mariposa la cual pasaba cerca de los campos en donde sus padres estaban cosechando. En un momento, este terminó tropezando y cayendo al suelo, sus progenitores miraron esto.
- Maru, ¿ocurrió algo?
- Mariposa – el niño, de unos 5 años, señaló al animal.
- Ya veo, creo que quiere atrapar ese animal, pero no puede – su padre decía, era un tipo de cabello castaño y de complexión algo delgada, aun así, tenía resistencia para este trabajo exigente.
- ¿La querrá mucho? – la madre del niño preguntó, esta poseía el cabello azabache y sus ojos, extrañamente, eran negros.
- Se nota, pero no te preocupes, tu viejo sabe cómo atrapar una. Esta será para ti, Maru.
El padre del niño sacó su sombrero y al ver a los insectos voladores, fue tras ellos. Ni que decir que el señor no pudo atraparlos ya que se la pasó por todo el campo yendo tras estos.
A su esposa le pareció muy tierno el que él hiciera eso por su hijo, a pesar de que sabía que no podría hacerlo, siguió intentándolo.
- ¡Vamos! Por el amor de… – el hombre seguía tratando de atrapar al animal, sin éxito al final ya que acabó cayéndose en el campo.
- Mira cariño, parece que tu padre no puede atraparla también – la mujer dijo riendo un poco, sin llegar a ser irrespetuosa.
- Mariposa.
- ¿Todavía quieres una mariposa Maru?
- ¡Mariposa! – eso le dio la confirmación.
- Muy bien, entonces déjale a mami esto – la mujer se quedó quieta un momento mirando a la mariposa y en un movimiento rápido que parecía sacado de película, logró tomar al insecto entre las mangas de su ropa.
- ¡Mami!
- Aquí tienes cariño – le entregó la mariposa a su hijo quien lucía muy feliz por eso, ni que decir de su esposo que lucía incrédulo.
- ¿C-Como es que lograste atraparla, Katsugari?
- Jeje, sencillo, usé mi manga como una red, así quedó atrapada y bueno, ahora nuestro hijo está feliz con su nueva amiga – Katsuragi se estiró un poco – ¿Qué tal si almorzamos?
- ¿Eh? C-Claro, pero antes me iré a lavar, quedé muy sucio al haberme caído – su esposa asintió y él se alejó para limpiarse.
La peli azabache se quedó junto con su hijo, no obstante, alguien pasó con un sombrero cubriéndole toda la cabeza.
Este sujeto le dio mala espina, aunque no hizo nada contra ella o su vástago, solo siguió de paso, pero de repente, a la mujer se le bajaron los colores de la cara al darse cuenta de ese hombre.
Es como ya supiera quien era o a que se dedicaba.
- No hay nada como estar muy limpio para seguir el trabajo – su esposo volvió y encontró a su mujer con ese semblante – ¿ocurrió algo Katsuragi?
- ¿P-Por qué lo dices?
- Tienes el rostro pálido, es como si hubieras visto un fantasma, ¿te encuentras bien?
- N-No te preocupes, me encuentro bien – la respuesta no convenció del todo a su marido, pero lo dejó pasar.
- De acuerdo, mientras estés bien, estaré bien – entonces decidieron almorzar.
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El mismo hombre que había pasado al lado de la mujer, siguió su camino y no parecía gran cosa, tal vez un viajero que solo seguía el camino que le daba a indicar el viento.
En un punto se miró como Akari se encontraba acostada debajo de un árbol descansando, todo mientras miraba de reojo al caballo, comer pasto.
A pesar de que el individuo pasó a su lado sin decir nada ni verse amenazante, Akari sabía que algo pasaba.
- ¿Por qué me llevas tiempo siguiendo?
- …
- Desde que entré a Osaka vienes detrás de mí, solo que lo disimulas muy bien – la mirada de la peli roja se clavó en la espalda del sujeto misterioso – ¿eres miembro de Venenum?
Sin dar una respuesta, el tipo velozmente se dio la vuelta y fue de golpe hacia la chica quien saltó evitando ser dañada por su espada, así que Akari sacó su arma y se la clavó en el cuello.
La herida fue lo suficientemente profunda como para cortar la conexión de su cuello con el resto de su cuerpo y remató con un corte en la yugular que lo acabó matando. Su cuerpo cayó al suelo.
Un pájaro salió volando y para sorpresa de Katsuragi, esta pareció darse cuenta de que lo que había sucedido con ese hombre.
- ¿Eh? – esta se alertó por eso, su esposo se dio cuenta de eso.
- Katsuragi, definitivamente algo te pasa, si te sientes mal, ve a casa y descansa, yo me encargaré del resto.
- Lamento esto.
- No tienes que lamentarlo, si te sientes mal no se puede evitar, lo que importa es tu salud.
- Gracias querido, me llevaré a Maru conmigo – la mujer tomó a su hijo y se empezó a ir – te encargo el resto del trabajo.
- No te preocupes, estaré temprano en casa, solo descansa, procura no hacer nada peligroso.
Durante el camino a su casa, la peli azabache se notaba bastante preocupada, incluso su hijo con solo 5 años notaba que algo no andaba con su progenitora.
- ¿Mami? ¡Mami! ¡Mami!
- Maru… no te preocupes, todo está bien, todo bien, no hay de que estar asustado, mami está bien.
Ambos llegaron a su casa la cual era una morada humilde, pero que podían llamar un hogar acogedor para los tres miembros de esta familia.
Aunque cuando estaban por entrar, esta se aseguró que no había nada de lo que preocuparse.
Pasaron un momento dentro de la casa, pero Katsuragi decidió salir para ver una cosa y ahí fue cuando notó a lo lejos, como una niña de cabello rojo iba cabalgando a toda velocidad.
- No puede ser… ¿Qué demonios es este miedo que siento hacia ella? – pensó la mujer notando como Akari bajaba dejando al caballo para que tomara agua.
Sin embargo, esta notó que alguien la veía fijamente y de golpe supo de donde venía esa intensa mirada.
Al ver los ojos negros que le penetraban el alma, esta supo que no era una mujer común. Katsuragi no se lo pensó dos veces y saltó de donde estaba y corrió rápidamente hacia donde estaba la peli roja.
Akari tuvo que reaccionar rápidamente por lo que saltó para evitar el ataque de la mujer, quien logró tomar de una de las piernas a la peli roja y la lanzó más arriba, pero de suerte, la chica logró aterrizar como si nada.
- Vaya, debe ser una kunoichi de experiencia, al menos se nota en sus movimientos – pensó para sus adentros Akari.
- No voy a morir… no tengo que morir – susurraba la peli azabache para sí misma, es como un recordatorio.
Katsuragi siguió atacando a Akari quien se defendía bastante bien de los ataques de la mujer, aunque tal vez podría deberse más a que estaban cerca de la casa de la peli azabache y no quería causar destrozos.
La peli roja no vio necesidad de transformarse, no por el momento. En un descuido, Katsuragi dejó un espacio sin cubrir lo que fue aprovechado para la chica de darle un corte en su espalda, aunque no significó mucho, siendo más un corte superficial, aun así, fue doloroso para esta.
- No puedo… morir aquí… no mientras tenga a mi pequeño… y a mi esposo – esta se metió mucha esa idea y por alguna razón, eso le dio mucha fuerza.
Su voluntad se disparó y siguió su pelea contra Akari. A pesar de la herida en su espalda, Katsuragi no cedía ante eso y ahí fue donde la peli roja tenía la intención de transformarse, pero fue cuando su oponente decidió irse.
La mujer se escapó hacia el bosque que estaba al lado de su casa, Akari pensó en ir por ella, pero decidió no hacerlo y dejarla en paz por el momento.
- Me pregunto qué es lo que tiene ella – susurró Akari.
La sobreviviente de los Arashi decidió alejarse un poco de ese sitio, pero siempre mantenerlos vigilado por si algo pasaba.
Katsuragi no volvía y no fue hasta que el esposo de esta regresó a casa, notando como el pequeño Maru estaba dormido, pero sin pistas de su cónyuge.
Mientras tanto, en el bosque, Katsuragi se encontraba bañándose en un río cercano en donde logró limpiarse la sangre de la herida que Akari le había hecho.
- Esa niña… irá tras Maru y sé que le hará algo, no puedo permitir eso – ya con eso, esta se fue corriendo lo más rápido que podía.
La velocidad era sobrehumana, notándose que no era una humana normal, algo que se debió notar cuando peleó contra Akari.
Llegando a su casa, notó a su esposo que estaba preparando la cena y se sorprendió al notar como su mujer entraba.
- Katsuragi.
- Jo – la peli azabache hizo una reverencia ante él – lamento mucho el haber salido y dejado solo a Maru, es que…
- No tienes que decir nada – el hombre le acarició la cabeza suavemente – fue peligroso que hicieras eso, pero sé que has estado un poco mal desde la mañana.
- Lo siento… realmente lo siento.
- Venga, vamos a comer que ya estará lista la cena – Katsuragi asintió y fue cuando Maru se levantó y fue a donde estaba su madre abrazándola con fuerza.
- ¡Mami!
- Lo siento mi pequeño, pero mami tuvo que salir un momento – la mujer abrazó a su pequeño quien sonrió por eso.
La familia comió calmadamente, aunque Katsuragi tenía esa sensación de que Akari volvería y que mataría no solo a ella, sino también a su familia.
La noche se fue adentrando más y fue cuando en un momento, la mujer se despertó, asegurándose de no despertar a su familia y salió para tomar algo de aire, así como vigilar en caso de que la peli roja atacara.
Desde lejos, Akari vigilaba hacia donde vivía, no por algo sentía que esta mujer no era malvada en sí, su instinto se lo decía de alguna razón.
Akari tenía dudas.
¿Realmente todos los kunoichis alejados del clan Arashi eran malvados?
¿No había kunoichis buenos que solo quieren vivir una vida normal?
Todas esas dudas se plantaron en el corazón de Akari. Esta vio al cielo estrellado en donde justo una estrella fugaz pasó por ahí.
- Padre… ¿realmente todos son malvados? ¿Qué es lo que debo hacer? – preguntó al firmamento, esperando saber qué movimiento debía hacer ahora.
La pobre Akari estaba en una pequeña encrucijada.
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Akari ga hashiru hate shinaki gen'ya o
Akari ga sakebu taiyō ni mukatte
Roshi ga Roshi ga
Roshi ga naite iru
Mabuta no shichi wa ima doko ni
Furimuku na Akari
Ashita wa omae no mono
¡ROSHI SHOJO AKARI!
Akari ga yuku...
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Continuará…
