Era acaso ¿estúpida?

¿Cómo es que estaba besando a Naruto? Él muy desgraciado estaba a punto de robarme a mi oportunidad de llevar las cuentas de Sasuke, sabía que Neji me ponía los cuernos y no me lo dijo. Y aún así... necesitaba tanto este beso, había puesto a Naruto contra el escritorio, antes de que se alejara de mí. Estaba entre las piernas del rubio, mientras este me tenía totalmente abrazada y pegada a él, le estaba comiendo la boca.

Sus grandes brazos, me tenían sujeta de la cintura y yo le tenía la cabeza entre mis manos. Naruto me tomo de la pierna derecha y la puso encima de la de él. Lo bueno de mi vestido, es que era ancho y hasta el piso. Me permitía abrir las piernas a gusto o a gusto de Naruto. Tomamos aire y volvimos a besarnos como si no existiera nada más importante.

Naruto había aprovechado el respiro para tomarme de ambas piernas e ir directo a su enorme silla de detrás del escritorio. El vestido de flores azules y amarillas ahora estaba subido hasta muy por encima de mis rodillas. Naruto no dejaba de besarme, metiéndome la lengua y apretándome la cintura y la cadera a su antojo. Ahora metía sus manos por debajo del vestido y me apretó él abdomen y los pechos.

Luego me quitó el vestido por completo cuando ya había palpado todo lo que estaba debajo de el. Se paro de la silla y se quito todo lo puesto en él. La corbata naranja que traía puesta Naruto. Me la puso en los ojos, no lograba ver nada, pero podía intuir que le había hecho un nudo simple para que no se me callera.

-Shh te va a gustar te lo prometo- susurro con una voz, que prometía miles de cosas sucias. Cuando intente quitarla.

Iba a protestar y luego me arrepentí, cuando sentí que me besaba la barbilla, el cuello, las clavículas y los hombros, estaba casi temblando. Bajo las tirillas del sostén y me saco un pecho al aire. Lo sentí tomarlo con la boca. Las manos de Naruto me estaban acariciando en un camino específico (de las piernas, al área del ombligo) y sentía que mi piel ardía casi solo por el toque, estaba ignorando el lugar que tanto lo necesitaba de forma intencional.

Me desabrocho el sostén y oí que cerraba un cajón poco después de quitarlo, luego pude sentirle la erección quemarme por encima de la tela de la ropa interior cuando cambio la forma de sentarse y me puso cada pierna a los lados de las suyas. Justamente hoy había decidido ponerme una pantaleta de encaje amarillo pequeña y prácticamente tenia el trasero de fuera por como estaba sentada.

-Que bonita ropa, sería un sacrilegio quitártela- susurró por encima del seno izquierdo, antes de morderlo.

Era una tortura, la forma en la que jalaba mis pezones, los llenaba de saliva y los metía en su boca pecaminosa. Su lengua hacia círculos en todos mis senos . Me volvía loca, era algo que antes no me había pasado (que jugaran tanto con mis senos hasta casi llevarme al borde solo con eso, no era algo que había experimentado antes).

- Basta Naruto, me vuelves loca- sollocé.

-No, quiero intentar llevarte al orgasmo- gruño. -¿Si puedo?- pregunto dudoso...

-Sí- gemí.

No sé si era la situación morbosa, su tono de voz, que pidiera mi consentimiento o lo excitada que estaba. Pero sus palabras solo aceleraron mi orgasmo. Sentía como se concentraba mi calor en la zona genital y una vorágine de calor creaban los primeros estragos de llegar al orgasmo.

Iba a llorar de placer, era delicioso el tenerlo comiéndome los pechos como si fuera lo mejor del mundo, mientras me acariciaba de forma tosca toda la piel que podía. Ahogue un grito en su hombro y luego lo mordí, cuando le sentí entrar en mí (había hecho a un lado la tela de mi ropa interior). Naruto era grande y ancho, podía sentirlo ardiendo dentro de mí, llenando cada espacio, caliente, duró y extremadamente dispuesto a llevarme al éxtasis y complacerme del todo con ese vaivén exquisito de placer que había comenzado.

Nunca había sido fan de montar sexualmente a mis compañeros de "cama". Pero a Naruto, quería montarlo hasta dejarlo seco.

Naruto empezó a moverse, lento dentro y fuera, mientras me tomaba de la espalda acariciándome y besándome los hombros. Yo acariciaba en un camino que iba desde sus bíceps, pasaba por sus hombros y terminaba en su nuca, jalando su cabello corto de esa zona.

Me estaba muriendo al sentir como entraba y salía, como me daba de azotes en el trasero con una de sus enormes manos cada que el movimiento se lo permitía, mientras que con la otra mano me sostenía de la espalda aún. Yo tenia mis manos ahora en sus pectorales, y me impulsaba de ellos para seguir el movimiento tan intenso como Naruto lo había empezado a hacer. Subir y bajar por su eje... Su boca bajaba ante la más mínima oportunidad, a comerme los pechos. Baje mi cabeza en busca de su beso, pero me rechazó. Hizo un reguero de besos por los hombros, mientras yo saltaba prácticamente encima suyo.

Lo sentí tensarse y le escuche gruñir, cuando baje mis manos a los costados y apreté con mis uñas la piel a la altura de sus costillas. Me agache a besarle y esta vez me correspondió con un beso sucio y demandante. No había dejado de apretarle esa zona de piel, que al parecer le gustaba tanto (podía ser una zona erógena para él), porque estaba jadeando aún en el beso y su mano derecha me estaba apretando el trasero.

Di un último sentón sobre su durísimo miembro y luego no lo sentí debajo de mí. Él maldito me había cargado poniendo mis piernas, por encima de sus brazos y siguió penetrándome ahora de pie. Lo tome fuertemente del cuello, buscando estabilidad mientras lo besaba, se me escapo su nombre entre gemidos. Dio un par de embestidas más y luego me puso sentada encima de su escritorio. Lo escuche maldecir y aventar un par de cosas al suelo, mientras se mantenía aún en mi interior. La ropa interior lo hacia algo incomodo en esta posición.

-Siento mucho esto- dijo con voz ronca y un deje de burla.

Y antes de que lograra preguntar a que se refería, un jalón y un ruido de tela rompiéndose me lo dejaron claro. Me había roto la ropa interior. Iba a protestarle, esa pantaleta era nueva. Pero me beso de nuevo y me empujo hacia atrás. Mi espalda toco la madera de su escritorio y su erección se sintió palpitar dentro de mí.

-¿Puedo ir más rápido?- preguntó con voz sexy en mi oído.

-Sí- gemí.

Entonces me quito la corbata de la cara y la vista tan erótica me hizo humedecerme aún más. Estaba dentro de mí, pero no alcanzaba a ver nuestros cuerpos unidos solo lo sabía, porque lo sentía más duro incluso que antes y él estaba entre mis piernas abiertas. Pero verle el perfecto torso desnudó me dejo boquiabierta. Naruto era todo músculos definidos por el gimnasio, fuerte, marcado y duro. Sus ojos azules, brillaban de lujuria. Antes me había detenido al verlos, pero ahora solo quería que me llevaran al éxtasis.

Saco su pene de mí, y me masturbó pasándolo por mi clítoris, frotándose de forma lenta y luego rápida. Naruto estaba duro como el metal, pero la piel de su glande se sentía como seda contra mí. No pude evitar empezar a gemir y jadear por más.

-NAAA... RUTOOO- gemí.

Abrí más las piernas si es que eso se podía. Una de mis manos se apretó agarrando el filo del escritorio y la otra la deje apretando su bícep duro. No sabía lo mucho que podían gustarme los músculos de esos brazos bronceados, hasta que lo había tenido dentro de mí. Naruto siguió masturbándome y subió una mano dudativa a mi garganta.

-¿Puedo?- pregunto en un murmullo.

-Sí- gemí antes de decir su nombre entre gemidos de nuevo.

Anclo su mano ahí, sin apretarme demasiado y fue extraño porqué yo nunca quería ese tipo de acciones, no me gustaba el sexo violento pero a Naruto le quería decir a todo que sí.

-Más Na...ru..ooo...ahhh- gemí de nuevo.

Cuando sentí que llegaría al orgasmo le pedí que me penetrara pero me ignoró y se empezó a frotar aún más rápido. Cuando los fuegos artificiales se hicieron presentes y mi espalda se arqueó. Naruto me penetró po veces y después se vacío en mi interior cuando llegó a su orgasmo.

Los músculos de sus brazos se tensaron visiblemente y su mano derecha me apretó tanto la cadera que seguro me dejaría marca, pero su mano izquierda se mantuvo en mi cuello sin apretarme.

...

Alguien toco la puerta, unos minutos después de que habíamos llegado al orgasmo.

-No entré- dijo Naruto tenso.

Aún estábamos desnudos y yo sobre el escritorio de Naruto, no había como cubrirme la cara rápido.

-Señor, a fuera esta su novia- dijo él guardia al que le había preguntado si Naruto ya se había ido.

-Ex novia- dijo sulfurado.

-Bueno, pero la Señorita lo esta buscando- dijo y sonaba apenado.

-Pues dígale que estoy en una junta de negocios y no voy a salir pronto y tampoco puede interrumpirme, por favor y disculpe las molestias que la Señorita le cause Señor- Naruto fue cambiando la dureza de su respuesta, pues realmente parecía apenado por pedirle al guardia que corriera a Hinata.

-Claro Señor, no se preocupe, haré que se marche- dijo decidido y oímos sus pasos al marcharse.

-Será mejor que nos pongamos a trabajar de verdad...- dijo empezando a recoger mi ropa.

Para cuando quise decir algo, me había colocado mi vestido por encima de la cabeza, pero sin sostén ni pantaletas.

-¿En que vamos a trabajar?- dije curiosa -¿Donde esta mi sostén?- pregunte, no estaba a la vista.

-No te lo pienso regresar y podemos hacer la propuesta para Sasuke juntos. Ambos ganamos... ¿si estas de acuerdo?- mencionó conciliador.

-Si a lo de Sasuke, no a mi sostén- dije decidida.

-Puedes buscarlo no lo encontrarás y no te hará falta, antes de que oscurezca, pienso repetir...- dijo seguro de sí.


Bueno, ya fue igual de infiel que Neji, ojo por ojo dice el dicho jejeje, solo falta que él Hyuga se enteré...