Hestia estaba mirando el estado de Bell mientras se mantenía montada en la espalda del chico, realmente sorprendida no solo por el aumento de poder que estaba presentando el chico, si no que también estaba sorprendida por el cambio de la habilidad primaria del chico, lógicamente en su estado había hecho un resumen, poner el efecto de prácticamente nueve habilidades era algo que no pensaba hacer porque no le daría la hoja.
Pero igualmente, leer el poder que tenía Bell realmente le llenaba de mucha curiosidad y la hacía sonreír mientras recordaba lo bueno que fue el niño al darle los adornos de campana que ahora usaba en su cabello, sin más cerró el estado de Bell y se puso a escribirlo en una hoja.
—Lefiya Viridis, de la familia Loki… ugh, bueno entiendo que haya sido muy amable contigo Bell, pero, ¿No crees que la idólatras de más? —fueron sus palabras mientras escribía la nota aunque… Por un momento se preocupó, Bell era demasiado inocente, ya había visto de primera mano cómo es que él había revelado información importante por error en una ocasión.
Tenía suerte de que todavía ningún Dios se enteraba del poder del chico por lo que, ocultó la evolución de Legacy Bearer, dejándola cómo estaba antes, mirando al chico ponerse la camisa para luego ofrecerle la hoja de estado y que él mismo comprobara su aumento de poder.
—Después de todo, siempre puedes hacer amigos más cercanos, dudo que Loki te permita acercarte mucho a esa chica.
Bell suspiró un poco al entender sus palabras, pero negó con la cabeza y sonrió, antes de tomar la hoja y guardarla, avanzando con total tranquilidad al sofá para tomar su piedra de afilar regular y empezar a darle mantenimiento a Grattor.
—La verdad es que estoy seguro de que podré hacerme su amigo —dijo con calma mientras mantenía su arma, causando que Hestia bufara de molestia, odiaba la idea de que su hijo se hiciera amigo de una hija de su peor archienemiga.
Por otra parte, ella estaba feliz de que Bell hiciera amigos, claro.
Mientras la Diosa se sentaba al lado de su único dependiente, estiró su mano y tomó una croqueta de la mesa para empezar a comerla con calma, suspirando para luego mirar la espada, siempre se daba cuenta de lo maltrecha que estaba, Bell le había contado que su tío, Zald, había usado el arma contra un monstruo realmente poderoso.
"Una calamidad" fue cómo la describió el chico cuando se lo contó un día que estaba dándole mantenimiento al arma, pero eso a su vez sentenció al arma.
Su filo prodigioso era todo lo que conservaba de sus años de gloria, pero por lo que veía ya ni siquiera eso estaba cerca de quedarse, cada vez Bell tardaba más en dejar el filo cómo debía estar, cada vez más se debilitaba más.
Al ritmo que iban, Bell tendría que cambiar de arma bastante pronto, miró la espada corta en la mesa y se aventuró.
—Bell, ¿Eres bueno con las armas cortas?
—Se me dan bien, aunque no son mis favoritas, ciertamente prefiero más las espadas.
—¿Las espadas cortas? —preguntó mientras señalaba el arma en la mesa, causando que Bell sonriera y negara con la cabeza.
—Soy más de las espadas de mano y media, mi tío siempre me dijo que no tenía talento para las grandes espadas —dijo con una sonrisa mientras miraba la maltrecha hoja —. "Con esfuerzo puedes llegar a un punto, pero el talento entrenado siempre será mejor que el entrenamiento sin una base", dijo eso porque sabía que mi tía estaba escuchando pero, tenía mucha razón.
Hestia lo miraba atentamente mientras hablaba, inclinando ligeramente la cabeza ante sus palabras.
—Cuando me dieron otras armas, los cuchillos y la espada larga fueron con las que mejor me desempeñé, lo que a su vez hizo que mi tío quisiera conseguirme mi propia espada.
—¿Y no lo hizo?
—Me empeñe en que quería conseguir a Grattor, pero ahora me doy cuenta de que tal vez hubiera sido una gran idea conseguir una —Bell rió mientras dejaba a su espada descansar, habiendo terminado su mantenimiento se levantó del sofá y fue a prepararse para dormir, haciendo que Hestia volteara a ver el arma con un fuerte pensamiento en su cabeza.
—Hefesto… Será que podrías…
X X X X
Bell abrió los ojos lentamente mientras miraba a sus alrededores, era normal que despertara temprano, después de todo había vivido una parte de su vida cómo agricultor y otra parte con un riguroso entrenamiento, por lo que suspiró pensando que debían ser las cinco de la mañana, cosa que efectivamente confirmó al mirar hacia el reloj de piedra mágica y asentir lentamente al darse cuenta de que efectivamente era tal hora.
Suspiró y trató de levantarse antes de darse cuenta de que tenía algo de peso encima, mirando hacia abajo para encontrarse con la cabeza de Hestia entre las mantas firmemente aferrada a él, durmiendo tranquilamente, causando que Bell sonriera.
—Vaya que tiene que ser incómoda la cama para que venga a meterse aquí —Alfia le dijo eso al chico antes de que Bell sonriera y acariciara la cabeza de su Diosa, escapando de debajo de ella para sonreír y tomar su equipo de aventurero, para luego tomar a Grattor y ponerla en su espalda, junto a ella tomó su espada corta y la ajustó en su cinturón, junto a su daga que quedó en la parte trasera de su cintura.
Bell colocó sus protecciones dónde debían ir y entonces salió de la habitación enterrada no sin antes decir "Ya me voy" a su diosa que apenas se estaba moviendo desde que Bell la dejó sola en el sofá.
El albino dejó la iglesia y emprendió un viaje hacia el calabozo con una sonrisa en su rostro esperando volverse más y más fuerte en el calabozo, por un momento consideró el aumento de estadísticas mientras caminaba perdido en su mundo, su fuerza claro que aumentaba y con ello debía aumentar su capacidad de pelea, Grattor seguramente podría con monstruos más fuertes que los del sexto piso, así que estaba considerando bajar al séptimo piso.
Pensaba en ello mientras continuaba caminando con la cabeza algo en las nubes antes de detenerse y voltear la mirada para toparse con una chica de cabellos plateados en la entrada de un pub, estaba pasando al lado del lugar de camino al gremio y notarla realmente fue curioso.
Sintió su mirada sobre él por lo que inmediatamente le sonrió y saludó, dispuesto a retomar su camino pero en ese momento la chica lo detuvo, acercándose a él para tomar la manga de su chaqueta.
—¿Uh? ¿Qué sucede? —preguntó Bell con voz intrigada por su acción.
—Disculpa, es que ayer pasaste por aquí y se te cayó esto —fueron las palabras de la chica antes de ofrecerle un cristal violeta, cosa que Bell aceptó dándose cuenta de que era una piedra mágica de algún monstruo.
—Una piedra mágica… Qué raro, estoy seguro de que cambié todas ayer.
—Muy conveniente no es así? —dijo Alfia.
La chica de cabellos plateados sonrió antes de inclinarse un poco hacia él, mirándolo con curiosidad para luego hablar nuevamente cómo ella ya estaba acostumbrado a hacerlo.
—¿Vas al calabozo tan temprano?
—Ah, sí, soy de una familia pequeña así que tengo que esforzarme mucho —dijo el chico con una sonrisa mientras se preparaba para reemprender su camino hacia el calabozo, pero la chica no lo dejó ir todavía.
—¿Pero no haz desayunado? Parece que saliste de casa a toda velocidad.
El chico rió un poco y se dispuso a negar con la cabeza, pero un repentino "Brup" de su estómago lo puso en total evidencia frente a la chica de cabellos de plata, haciendo que Bell se sonrojara enormemente por lo que su estómago había hecho en su contra, aunque no dijo nada puesto que ella rió y se fue al interior del pub haciéndole un gesto de que esperara justo ahí dónde estaba.
Bell inclinó la cabeza sin entender mucho de sus acciones pero hizo caso, no se movió de ahí hasta que ella hubiera regresado con una canasta en la que Bell vió un pequeño pan y algo de queso, canasta que claro que le ofreció al albino que inmediatamente se sorprendió enormemente, no esperaba tal acción por parte de una mujer que acababa de conocer.
—Toma, sería malo que te diera mucha hambre en el calabozo.
—¡Espera espera espera! ¿Esto no es tu desayuno? —preguntó el chico mientras la miraba con confusión y la canasta en la mano.
—No te preocupes, yo podré comer algo una vez que el pub esté abierto —le dijo con una sonrisa mientras le asentía con total tranquilidad.
—Pero ni siquiera sé tu nombre, ¿Segura que quieres darme tu comida así de fácil? —preguntó el chico mientras la miraba con desconcierto.
—Me llamo Syr, Syr Flova —le dijo con una sonrisa antes de ofrecerle la mano —. ¿Cómo te llamas tú? Así estamos a mano.
El albino se sorprendió por el repentino acercamiento de la chica hacia él, le había dado su nombre, le dió su confianza y también su desayuno, claramente él no esperaba esto porque, bueno es muy raro que algo cómo esto ocurra, pero trató de no hacerle mucho al feo y sólo suspiró.
—Me llamo Bell Cranel —le dijo riendo un poco mientras finalmente aceptaba la canasta —. ¿Segura que quieres que me lleve tu desayuno?
—Bien, Bell, llévatelo pero en compensación puedes pasar esta noche por el pub —le dijo con una sonrisa, haciendo que Bell mire el lugar.
"La Anfitriona de la Abundancia". Era un gran nombre, para un buen lugar claro que lo era, pero el chico rió un poco, ella ciertamente sabía hacer ventas, por lo que Bell finalmente sonrió y le asintió con total tranquilidad.
—Bien, bien, entonces me voy a pasar por aquí más tarde, eres buena en esto —le dijo con total tranquilidad antes de darse la vuelta y emprender una pequeña carrera hacia el calabozo, escuchando un "Esfuerzate" de parte de una Syr que se estaba alejando más y más con cada paso que daba.
X X X X
Por un momento el calabozo se vió en total silencio para que acto seguido varias hormigas gigantescas salieron volando por los aires con el impacto de un bloque invisible de sonido, Bell pronto apareció para levantar a Grattor sobre su cabeza para dejar caer la espada sobre la cabeza de uno de los monstruos, perdiendo el equilibrio por el peso del arma.
Inmediatamente clavó sus pies en el suelo aprovechando la pérdida de equilibrio para, con todas sus fuerzas, abanicar a Grattor en un gran círculo, decapitando a muchas hormigas de un sólo impacto, lo que hizo que Bell sonriera mientras bajaba su espada. Él estaba bastante feliz por lo que estaba pasando a sus alrededores puesto que, bueno, puesto que ahora estaba en un piso realmente más bajo de lo que por primera vez llegó.
Por un momento pensó en cierta chica elfa, un hada en toda regla que seguramente había pasado este piso cientos o tal vez miles de veces en su vida, lo que a su vez hizo que Bell tuviera una sonrisa, él tal vez quería alcanzarla, pensar en ella era cómo pensar en que alguna vez la volvería a ver y eso simplemente lo hacía sentir mejor.
Bell sin embargo cometió un error, bajó la guardia, escuchó un fuerte chillido a sus espaldas y realmente se sorprendió cuando al voltear se dió cuenta de que una de las hormigas con las que había estado peleando seguía viva, un error que ahora le iba a costar puesto que más chillidos empezaron a venir de todos lados por parte de la mazmorra. Bell actuó rápido, usó [Al Questa] para matar y devorar a la hormiga moribunda, antes de empezar a cantar.
—Dios padre, perdóname. Pues voy a devorar la última cena de los dioses. Codicia, lengua de llama encerrada. Devoren, colmillos ardientes… —Bell hizo el canto lo más rápido que pudo, pero estaba lista, el aire había empezado a calentarse mientras que las llamas estaban cubriendo a Grattor, Bell tomó aire entre los dientes, antes de ver el rojo de los caparazones de hormigas aparecer rápidamente entre los pasillos, un montón de monstruos que avanzaron cómo moscas a la carne apenas lo vieron.
—¡REA AMBROSIA! —gritó con fuerza, abanicando su espada con todas sus fuerzas, haciendo que un torrente de fuego saliera a plena potencia, arrasando rápidamente con los insectos, los lobos hambrientos empezaron a comerse a los monstruos, Bell apretó los dientes pues el fuego había hecho que las hormigas murieran rápidamente hasta que el fuego se apagó, tantos monstruos reducidos a cenizas que el suelo se llenó de piedras mágicas.
Bell sonrió al ver el montón de piedras mágicas, sin embargo, pronto volvió a estar en guardia, porque detrás de esas hormigas venían un montón más, haciendo que sintiera que en esta situación era mejor huir, escapar… O por lo menos esa hubiera sido la respuesta natural del chico, puesto que inmediatamente empujó sus piernas con todas sus fuerzas.
No se iba a detener, se quería hacer más y más fuerte.
—... Esto… Diosa… Porque aumenté tanto de golpe? —Bell estaba mirando la actualización de estado casi cómo estuviera viendo estadísticas falsificadas, este aumento de poder había hecho parecer que su aumento prácticamente estelar en estos últimos días fuera cosa de otro tiempo, crecer 20 puntos por estadística era algo muy loco, pero, ¿Crecer 70 puntos por estadística?
Esto no tenía nombre, realmente era una especie de broma, ¡incluso había subido más de 80 en magia!
No era normal, nada normal, por lo que miró a su diosa con una especie de escepticismo, pero Hestia parecía preocupada ya que, bueno ya que Bell estaba creciendo más de lo que pensó que lo haría.
—Creo que… Has estado comiendo muchos monstruos —fue cómo ella se excusó, alegando que el aumento era una especie de efecto colateral de Deus Ambrosia, aunque eso era ciertamente una mentira descarada.
Hestia miró nuevamente a Grattor recostada en una pared, mordiéndose el labio inferior, si esto se mantenía Bell podría terminar metido en una situación en la que esa espada, por más que fuera de primera calidad, no fuera suficiente para pelear contra los monstruos más poderosos.
—Ugh, tengo que ir a ver a una amiga Bell… Espero que no te moleste tener que tomar en solitario la invitación de la chica del bar —dijo la Diosa con un suspiro, haciendo que Bell sonriera y le asintiera.
Después de todo, ¿Qué podría pasar con Bell en solitario?
X X X X
—¡Bienvenido, Bell! —Syr lo recibió en la taberna de buena gana, haciendo que Bell sonriera y aceptara la invitación a pasar.
El ambiente del pub era lo que esperabas de una taberna para aventureros que regresaban cansados, hambrientos y con mala sed después de un largo día en la mazmorra, el ambiente jovial del lugar por un momento se le contagió mientras el chico tomaba su asiento, un lugar que Syr había designado para él de antemano, se trataba de una especie de sitio entre la barra y la pared que le permitía a Bell sentarse lejos del ambiente.
Tras tomar asiento, la dueña del local se hizo presente, mirándolo con una sonrisa enorme que pronto le hizo a Bell saber que estaba ciertamente en peligro, por lo menos su billetera.
—Oh, eres el chico de Syr, un gusto, mi nombre es Mia Grand —La osca mujer se presentó con una sonrisa antes de poner un enorme tazón de pasta frente al chico —¡Me han dicho que eres un tragón de primera! ¡Así que no te preocupes, yo me encargaré de que la comida no deje de llegar! —fueron las palabras de la mujer antes de servir vino en el tarro del chico, haciendo que Bell se quedara unos momentos viendo el plato monumental que iba a tener que comer.
—Yo no pedí… Ah, bueno ya qué —dijo el chico mientras empezaba a tomar pasta con el tenedor y arrancaba a comer, tal vez era por alguna de sus habilidades, pero realmente sentía que podría comer todo el día y jamás sentirse lleno.
Algunos momentos después Syr apareció para comprobar al chico.
—¿Cómo lo estás llevando? —fue la pregunta de la camarera.
—¿De cuándo a acá soy un gran tragón? —dijo el chico con un tenedor en la boca mientras metía pasta en sus fauces, antes de que un enorme pescado frito apareciera a su lado, Bell suspiró mientras continuaba empujando comida en su boca.
—Pues ciertamente pareces… O tal vez no lo estoy viendo bien, no lo sé, tal vez alucino porque no comí mi desayuno! —Syr hizo un pequeño acto de drama antes de darse cuenta que Bell estaba devorando el pescado ávidamente, cómo una bestia o por lo menos esa impresión le dió —. O bueno, ahora lo pareces todavía más.
Bell pasó parte del alimento con unos tragos de su tarro para luego ver a la chica y darle una mordida al pescado.
—Ciertamente puedo comer todo esto, pero eso no significa que sea alguna clase de glotón —dijo con una sonrisa el chico mientras continuaba comiendo, era cómo una habilidad especial… bueno realmente era una habilidad especial.
Tras pasar un tiempo había otro tazón limpio frente a Bell, con ese ya iban cinco platillos que Mia le había puesto enfrente y Bell continuaba sin mostrar atisbo de saciedad, al contrario parecía que podría comer más.
Sin embargo ahora Bell estaba solo tomando vino mientras hablaba con Syr, viéndola con algo de curiosidad.
—Y esa es la razón por la que me encanta trabajar aquí —dijo la camarera de cabello plateado antes de mirar a Bell con una sonrisa clara.
—Es un buen motivo la verdad, no esperaba que algo así pudiera ser —dijo con una sonrisa antes de que la puerta fuera abierta de golpe, frente a Bell aparecieron un montón de presencias que realmente lo hicieron sorprenderse.
Un pallum con el cabello rubio guiando al grupo y con el ceño claramente confiado y valeroso. Una respetable elfa de cabello esmeralda. Un enano fornido con la barba algo enmarañada.
Un par de amazonas, un hombre lobo con cara de pocos amigos, y finalmente apareció algo que le detuvo la respiración, una chica de cabello espolvoreado en oro y ojos dorados, con un vestido blanco que realzaba su belleza natural, llamarla hermosa era de cierta forma faltarle el respeto a la apariencia divina de la chica.
Bell se sorprendió por eso, pero pronto una figura más familiar que lo hizo sonreír enormemente, era una elfa de cabello rubio y ojos azules, una chica realmente linda que Bell conocía puesto que ella había hecho un favor por el albino.
—Lefiya —la nombró con una sonrisa antes de que la camarera lo mirara con algo de confusión.
—¿Conoces a Mil Elfos? —fue su pregunta mientras lo miraba a los ojos con confusión, haciendo que Bell le asintiera con una sonrisa, aunque no se atrevió a decir nada en esa situación.
En ese instante Bell levantó la mano y un gran plato de carne fue dejado frente a él, su tarro también fue recargado con bebida, Bell iba a quedarse un rato más.
X X X X
El ambiente jovial alrededor de la familia Loki había continuado, con historias, chistes, una borrachera, comida, lo que una fiesta debía de tener en sus haberes, Bell estaba casi terminando de consumir todo lo que le había puesto enfrente, aunque claro que su oído no escapaba de nada a lo que estaba diciendo.
—¡Oi Lefiya! ¡Cuéntanos esa historia! —fueron las palabras del hombre lobo antes de que todos lo miraran, Bell también levantó la atención puesto que ver a Lefiya cómo el centro de una historia le llamó la atención.
Lefiya parecía realmente confundida por sus palabras, así que Bete empezó nuevamente.
—Escuchen, cuando esas vacas escaparon de nosotros en el piso 17 que empezaron a correr hacia los pisos superiores, la verdad es que tanto Aiz y yo nos confundimos con un grupo en el octavo piso, pero Lefiya no se detuvo, persiguió al último de los minotauros! —fueron las palabras del hombre pero claro que parecía que ahí no terminaba —. Cuando llegué ví al minotauro reducido a cenizas y a un pobre idiota que salió corriendo cómo una nena patética! ¿Pueden creerlo? Nuestra elfa salva a un novato y este le paga huyendo de ella Jajajaja —el remate hizo que varios miembros de la familia arrancaran en una risotada.
Claro que todos la miraban y se reían pero Leifiya levantó la mano, antes de hablar.
—De hecho él mató al minotauro, luego sufrió un Mind Zero, lo ayudé y luego de una charla se fue —fueron las palabras de la elfa mientras miraba a todos, haciendo que las risas se redujeran, de cierta forma las palabras de la elfa hicieron que la anécdota perdiera algo de gracia.
—¿¡Ah!? Nah, no trates de defender a esa escoria, por favor, un minotauro hecho cenizas, eso no suena muy a tu magia? —fueron las palabras del lobo mientras la miraba con algo de molestia por sus palabras.
—Fusillade Fallarica necesita algo de tiempo para que lo lance, él realmente lo hizo, yo lo ví —dijo la elfa mientras seguía dándole el crédito al chico, aunque de cierta forma sentía que estaba siendo devorada con la mirada, Bete estaba empezando a molestarse por sus palabras al parecer.
—¡Bah! Cómo si eso fuera posible, es un novato, una mierda me trago que él haya hecho eso —dijo el hombre lobo, antes de que la elfa esmeralda entrara en escena.
—¡Bete! Ya fue suficiente, haya sido cómo haya sido, ese chico sufrió por nuestro descuido, deberíamos estar pidiéndole perdón, no riéndonos de él.
—¿Realmente ahora vas a salir con esa mierda? Una elfa cómo podría esperarse, pero no puedes defender a un trozo de mierda, la basura a la basura, por eso me niego a creer que lo que esa elfa dice sea verdad y
En un momento todo el pub quedó en silencio, una cerveza había sido derramada sobre el cabello del hombre lobo.
—Ah, disculpa no ví por dónde iba.
—¡Bell! —lefiya reconoció al chico que había chocado con una de las camareras si querer, haciendo que la cerveza fuera a dar sobre el hombre lobo.
—Ah, hola señorita Lefiya —dijo el chico con una sonrisa, haciendo que Bete lo reconociera, el cabello blanco era inolvidable a su parecer.
—Tu…
—Ah, lo siento en serio, no estaba viendo por dónde iba —fueron las palabras del chico que tras disculparse se dió la vuelta y caminó a la salida…
"¡BETE!" un grito que lo sorprendió fue seguido de que al segundo siguiente estuviera fuera de la taberna, rodando por la calle mientras sentía el ardor en su espalda.
Había sido atacado por la espalda.
Bell se levantó del suelo cómo pudo y levantó la mirada para ver al hombre lobo salir de la taberna con una mirada de odio.
—¡Bete detén esto inmediatamente! —fueron las palabras de la elfa mientras ella caminaba para salir detrás del hombre lobo que tenía la mirada inyectada en sangre viendo al aventurero que se ponía de pie.
En el segundo siguiente Bell vió un puño ir directamente a su cara, pero por un momento, sólo un momento, logró moverse lo suficiente para que el movimiento le rozara la mejilla apenas, dando un salto para alejarse del aventurero más fuerte que él, levantando la mano para tratar de tomar a Grattor y luego recordar que había dejado su espada en casa.
Maldijo y con inmediatez levantó la mano derecha para el siguiente momento.
—Gospel
—¿Ah? Esa magia…!
—¡Satanás Verion! —para el segundo siguiente Bete se tapó los oídos con fuerza, sintiendo cómo su cerebro era movido con fuerza por el impacto de un bloque de sonido, Bete rechinó los dientes con dolor antes de que Bell se pusiera de pie desenvainando una espada corta y corriera sobre él.
Bete apenas alcanzó a salir de su estupor cuando un enorme dolor en su hombro lo obligó a volver en sí, el chico que había golpeado sus sentidos ahora mismo estaba en su hombro, clavando sus dientes en su carne.
Dientes usados cómo armas…
El lobo se sorprendió porque el chico pudiera hacer tal cosa, los dientes de un aventurero no deberían ser capaces de hacerle daño, tenía mucha resistencia y era un nivel cinco cómo para que eso fuera algo factible.
Bell se empujó para rodar por el suelo, tragando el trozo de carne que le arrancó al hombre lobo, haciendo que, sin que se diera cuenta, varios miembros de la familia Loki lo vieran con sorpresa… y preocupación.
Bell arrancó a correr antes de levantar su mano.
—Satanás Verión!
Bete no alcanzó a correr para esquivar el ataque porque desde un principio no pudo verlo, era sonido, no otra cosa, pero ahora fue peor, sus refinados oídos de aventurero nivel cinco y hombre lobo estaban siendo atacados, sintió la sangre correr por sus orejas.
Sin embargo ahora sí sintió que había recibido un daño real a diferencia del primero, era cómo si ese chico hubiera aumentado su poder de un sólo golpe tras haberlo mordido. Bete estaba fuera de postura, podía ver cada movimiento del chico, no debía ser absurdamente fuerte ahora mismo, pero estaba en una situación que lo dejaba fuera de ventaja.
Bell sentía mucho dolor en su espalda, esa patada había mostrado el nivel de poder del aventurero frente a él, incluso con cómo sentía ahora que era imparable, se daba cuenta de que un paso en falso y la batalla acabaría ahí con él cómo el perdedor, si lo dejaba recuperarse entonces perdería.
—¡Rugio! —por lo que, no lo iba a dejar recuperarse, en ese instante le tiró una explosíon mágica a la cara antes de empezar a cantar nuevamente —. Dios padre, perdóname.
—Canto concurrente… esa mordida… esa magia… —fueron las palabras de la Elfa esmeralda, Riviera miraba el combate ahora cómo una especie de espectáculo oscuro y algo retorcido.
—Pues voy a devorar la última cena de los dioses. Codicia, lengua de llama encerrada. —El aire se había empezado a calentar mientras que Bell hacía varios ataques con su espada corta que realmente no llegaban a nada, apenas rasguños, se notaba la diferencia con Grattor. Bell chasqueó y empezó a lanzar puñetazos hacia la cara y nariz del hombre lobo que trataba de recuperarse, sin embargo Bell no le estaba dando cuartel, no sabía ni dónde estaba parado —. ¡Devoren, colmillos ardientes!
El puño de Bell se cubrió de fuego, antes de que Bell saltara y apuntara su puñetazo directamente al rostro del hombre lobo.
—Mierda ¡Bete!
—¡Rea Ambrosia! —gritó el chico para liberar un torrente de fuego diréctamente en la cara del hombre lobo, lanzándolo al suelo envuelto en llamas feroces que lo atacaron cómo una manada de lobo devoraban a una vaca, Bell aterrizó y retrocedió mientras levantaba las manos, viendo cómo el hombre lobo ardía en el suelo, retorciéndose antes de que el fuego se apagara rápidamente y el hombre lobo se pusiera de pie.
Su rostro mostraba odio, estaba quemado apenas quemaduras de primer y sorprendentemente segundo grado mientras sus botas se cubrían del Rea Ambrosia, haciendo que el aventurero lanzara una fuerte patada al aire, lanzándole a Bell su hechizo de regreso.
—¡Ataraxia! ¡Silentium Eden! —levantó su mano antes de que la magia desapareciera con el brillo mientras lo alcanzaba, mostrando al chico sin daño alguno, aunque Bete fue más rápido y un puño se clavó en el estómago de Bell, lanzándolo varios metros por el aire, voló por diez segundos y luego rodó otros 30 metros en el suelo hasta que una casa detuvo su avance. momento en el que Bell vomitó un montón de sangre.
Y luego, todo fue oscuridad…
