CAPÍTULO LXXII
UN MISMO DOLOR
Abriendo los ojos a la claridad del nuevo día, abrazada a su almohada la aguamarina se quedó sin moverse.
"¿Qué hora es?, se cuestionó y luego se acomodo el cabello que resbaló por su frente.
Afuera, el mundo se desenvolvía en medio de esa monótona cotidianidad.
El ruido de los autos, las inentendibles conversaciones y la música que de los parlantes provenía se mezclaban en el ambiente.
La joven giró sobre su cuerpo, contemplando el lugar vacío a su lado.
"¡Dioses!, ¿De verdad paso?", evocando en su memoria lo sucedido y sabiéndose desnuda, con fuerza se sujetó a la sabana. "Si, él estuvo aquí, luego se fue", bajando la mirada murmuró.
De pronto el retumbar de aquellas pesadas botas que provenía del primer piso la distrajo, provocando que su corazón se desbocara provocándole una dolorosa sensación.
"Hay un intruso", temerosa murmuró. "Dios mio, espero y no se haya aprovechado de mi letargo para...", pensó imaginando lo peor.
Tomando sus prendas a prisa las vistió y dirigiendo sus cuidadosos pasos hacia el recibidor, se encontró con el rubio, que estaba de pie ante la mesa de la entrada, contemplando la fotografía de su pequeño hijo.
"Soy un tonto, no me había dado cuenta de que volví a perderla... es muy amable al conservarla cuando no tiene porque hacerlo", sonriendo murmuro mientras la colocaba sobre el mueble.
Titubeante Michiru se quedó contemplándolo. "Buenos días", saludó con tono relajado, provocando que agitado él se volviera para verla.
"Buenos días", Haruka expresó. "Te agradezco que de nuevo hayas cuidado de mi hijo"
"Lamento no habérsela hecho llegar"
El rubio sonrió satisfecho. "Esta bien... Pronto el desayuno estará listo. Espero y sea se tu agrado, hace mucho que no cocino"
"¿Pasó la noche aquí?", fue la pregunta obligada que ella formuló.
"Si, junto a ti. Desperté mucho antes que tú. De verdad estabas muy cansada y no quise molestarte, así que decidí venir al recibidor"
"Entiendo"
"Lamento no haberte avisado y preocupado"
"Está bien, coronel. Ahora iré a darme una ducha"
"Te espero para que juntos comamos, luego si tú así lo deseas puedo acompañarte al trabajo"
"Es muy amable, coronel. Gracias"
Así pues Michiru regresó a su habitación y sentándose un momento a orilla de la cama, se llevó una mano a la frente, luego negó con la cabeza.
"¿Qué hice?", murmuró presa de una mezcla de sentimientos que iba de la alegría al arrepentimiento.
No tardando mucho en su aseo y arreglo, la aguamarina regresó a lado del rubio.
"Saldré a comprar el diario, ya vuelvo", anunció dedicándole una sonrisa.
"De acuerdo, coronel"
Y fue menos de quince minutos después que ambos se reunieron en el comedor.
Tomando el desayuno casi en silencio, provocó que el sonido del reloj y el chocar de los cubiertos se volvieran molestos.
"¿Cómo está Hans?, antes de darle un trago a su humeante bebida, él rompió con la incómoda tensión.
"Él está bien. Gracias por preguntar", recordando que el chiquillo dijo que lo vio merodeando cerca del edificio, sin verlo al rostro contestó.
"No me has dicho si lo que cocine es de tu agrado"
"Lo es, gracias"
"No tienes de que", deseando saber cuáles eran sus más íntimos pensamientos, expresó.
(En la prisión)
A dolorido a consecuencia de la golpiza recibida, aquel hombre se llevó la mano al costado izquierdo.
"Necesito un médico", gimió por enésima vez.
"Tú no le diste oportunidad al oficial que asesinaste", negándose, uno de ellos expresó.
"Yo no lo hice, ya se los dije"
"Te vi, ¿Te atreves a contradecirme?", tomándolo por el cabello, el oficial volvió a golpearlo.
"No, señor. Yo sólo digo la verdad"
De pronto la puerta se abrió, dando paso a Ivanovich, quien alcanzó a atestiguar las acciones del soldado.
"¿Qué pasa aquí?", cuestiono.
"Señor", recobrando la compostura, hizo el debido saludo.
"¿De que se le acusa?", sentándose frente al joven e ignorando sus reprobables acciones, preguntó.
"Anoche este hombre asesinó a uno de nuestros oficiales. Lo hizo para después robarlo"
"Es mentira, les juro que yo no lo hice... un civil estaba cerca de él, pero en cuanto grite se dio a la huida. Lo único que hice fue acercarme para ver si podía hacer algo"
"¿Eres médico?"
"No, apenas soy estudiante"
"¿De qué forma fue asesinado?"
"Disparos, señor", el oficial a cargó respondió.
"¿Lo ve, señor?, me arrestaron y yo no tenía arma alguna, ni lo que dicen que robe. Es imposible que yo lo haya hecho", el chiquillo señaló.
"¿Lo que dice es verdad?"
Titubeante el oficial asintió.
"¿Y esos golpes?", Ivanovich preguntó señalándole el rostro
"Se resistió al arresto y a nuestros hombres no les quedó otra opción más que someterlo"
"Llévenlo al hospital para que curen sus heridas, avisen a su familia y ponganlo bajo resguardo militar"
"Pero soy inocente", el chiquillo gimió.
"No te estoy acusando, pero pasaste de sospechoso a testigo de un crimen. Tu testimonio servirá para que esto se esclarezca", Ivanovich replicó, luego se volvió hacia el carcelero. "Usted quedará bajo vigilancia por su abuso de autoridad"
"Si, señor", recordando el caso de aquel coronel, el oficial expresó.
(Cerca de ahí)
Casi en el mismo silencio de antes ambos caminaban hacia el preescolar.
"No debí... no...", mordiéndose los labios, a cada paso la aguamarina se lamentaba. "Coronel, yo...", intentó decir, pero una vez más prefirió callar.
"¿Hay algo que te moleste?"
"No, no es eso, pero es que...", de nueva cuenta selló sus labios.
Haruka asintió un poco, evitando hablar de lo sucedido la noche anterior, y es que si ella no lo hacía él tampoco lo haría. No por temor a la razón que encontraba en sus reclamaciones, sino para no importunarla. "Ya me lo dirás cuando lo creas oportuno"
"Coronel... si usted lo desea...", intentó decir, sin embargo aquella voz la distrajo.
"Profesora, profesora", alegre y corriendo en su dirección, Hans la llamó.
El pequeño pelinegro se colocó frente a ellos, extendiendo su mano para tomar la del rubio. "Hace mucho que no te veía, no desde que te salude desde aquella ventana", señaló recordando el día que le avisó a la aguamarina que él estaba ahí.
"Ah... yo..."
Sonriendo ante la inocencia del chiquillo, Michiru cruzó los brazos sobre su pecho; "¿ Será capaz de negar que estaba espiandome?"
"Si, ha pasado tiempo... Tengo que irme... adiós", aunque no podía apartar la mirada de la mujer que amaba, contra su voluntad el coronel comenzó a alejarse.
Y mientras él lo hacía, muy pensativa Michiru se quedó observando como en la distancia su figura iba tornándose pequeña.
"Cometí un gravísimo error, pero también él con su indiferencia", murmuró . "Es más que obvio que pasó la noche conmigo por pura presión, no porque fuera su voluntad. Quiero que él esté conmigo porque me ama, no porque lo condicione. No deseo que piense que utilizó a mi hijo para retenerlo"
"¿Se encuentra bien?", cuestiono el pequeño al notar su preocupado semblante"
"Si, por supuesto", mintió.
Tentado el chiquillo sonrió, colocando la mano sobre su vientre; "Se mueve... es gracioso", riendo señaló.
"Lo es", contestó Michiru, luego observó al rubio doblar la calle. " ¿Pensará en mi hijo como reemplazo de aquel que perdió?... no, es demasiado horrible", negando con la cabeza se deshizo de esa maldita idea.
(En la clínica)
Sentado frente a la cama vacía y con el entrecejo fruncido, de vez en cuando el pelinegro Dimitri contemplaba el documento que Mizuno le entregó.
"¿Dónde estará?... ¿A dónde habrá ido?", se cuestionó.
La puerta se abrió, dando paso a la rubia Mina. "¿Y Lita?", cuestionó ante su ausencia.
"No lo sé. Cuando llegué ella ya no estaba. ¿Sabes tú a dónde pudo haber ido?"
"No... aunque quizás fue a visitar a la familia de ese hombre", pensando en Dietter replicó.
"Puede ser", volviendo a contemplar la página, bajo la mirada. "Lo único que hace es herirse y no solo poner su vida en peligro", impotente murmuró.
(En casa de la aguamarina)
Recordando lo sucedido con la capitana Kino, la aguamarina se quedó mirando a través de la ventana, contemplando a la hermosa oficial que dirigirá el tráfico.
"¿Ella estará bien?"
Para responder su pregunta alguien toco a su puerta y no tardando en atender, se encontró con la castaña capitana.
"Buenas tardes, por favor pase", titubeante Michiru expresó.
Lita ingresó y quitándose la pilotka, se quedó de pie ante ella.
"Por favor tome asiento. Le traeré algo de beber"
La capitana obedeció y mientras esperaba, volvió a dirigir la mirada hacia la fotografía del pequeño Fiódor.
"¿El coronel sabrá que el hermano de esta mujer destruyo mi aldea?", en silencio se preguntó.
"Me quedé muy preocupada por usted, dígame, ¿Se encuentran bien?", cuestionó contemplando el pálido que encontró en sus mejillas, luego coloco a su alcance los alimentos.
"Si... he venido para disculparme por la mala impresión. Jamás fue mi intención preocuparla"
"No la culpo", dijo y luego de forma ligera se mordió los labios. "Debo confesar que me pasa exactamente lo mismo. El único hombre de su ejército en quien confió es el coronel"
"Entiendo"
"Cuidó de mí durante esos días... nadie me puso la mano encima gracias a que él no lo permitió... de lo contrario quizás ahora estaría muerta", susurrando Michiru añadió.
"Quizás se pregunte qué hago aquí. A mi la guerra no me importaba mucho, aunque veía como día a día mi tierra iba siendo ultrajada. Y es que si Vasia, mi único hermano, estaba a salvo en casa, para mi todo estaba bien. Fueron dos hombres los que me trajeron a tu patria... Uno es el comandante que ordenó acabar con todos mis amigos y vecinos. El otro es el que asesinó a mi hermano. Gracias a ellos estoy aquí, frente a ti", fijando su mirada en la suya, expresó.
"Ambas lo perdimos todo... Gunther desapareció en combate... nadie sabe decir qué sucedió con él... el coronel me ha dicho que probablemente murió... en el peor de los casos fue capturado por el ejército y enviado a prisión"
"Lamento decirlo, pero se lo merece, así como muchos de los nuestros merecen estarlo por lo que les hicieron a ustedes"
La aguamarina sonrió un poco, luego se limpio el llanto que acudió a empaparle las mejillas; "No los culpo, estaban tan molestos con nosotros que poco les importó que muchos no estuviéramos de acuerdo con la guerra. Pero por favor no piense que voy a defenderlo o que voy a tratar de minimizar lo que les hizo. Él nunca nos habló de sus acciones, pero soy consciente de que no fue un buen hombre, sin embargo no deja de ser mi único hermano"
Ante sus palabras la castaña asintió; " La entiendo. Aún pese a todo sigue amándolo. Ella y yo no somos tan diferentes. Si Vasia viviera y al igual que él se hubiera convertido en un criminal, mis sentimientos hacia él poco o nada hubieran cambiado"
"Ya no puedo ni debo estar triste, pronto seré madre", sonriendo Michiru exclamó.
"¿Qué pensaría ese hombre tan orgulloso de su raza si supiera que por la fuerza o no, su hermana fue fecundada por un hombre inferior, como él nos consideraba?... Como sea, aunque muerto sé qué Vasia está ahí, durmiendo bajo la tierra que lo vio nacer, en cambio ella vive con la preocupación de no saber qué pasó con él", bajando la mirada, de forma ligera apretó el puño. "Es una gran verdad", expresó.
"Son cosas que ustedes ni nosotros olvidaremos, y mi bebé nacerá en medio de esos dos mundos... ¿Usted piensa que nuestros hijos también son culpables?"
"Nadie elige donde nacer, o quienes serán sus padres", expresó. " Así como Vasia y todos los que vivíamos en la aldea éramos inocentes, ella lo es de lo que él hizo. No puedo ni aún siquiera decir que es culpable de haberlo tenido como hermano, mucho menos de haber nacido en este lugar", pensó. "Lamento mucho las molestias"
"Para nada es molestia, me agrada mucho hablar con ustedes, aunque no sé si sientan lo mismo para conmigo. No somos diferentes"
Lita asintió, dándole la razón. "Tengo que irme. Gracias por todo", expresó extendiéndole la mano para que ella la estrechara. " Ambas somos víctimas de diferentes circunstancias"
(En la clínica)
Y entonces la puerta de la habitación se abrió, dando paso a la castaña.
"¿Dónde estabas?", molesto cuestionó Dimitri.
"Fui a hablar con alguien. El destino me llevó a encontrarme con la hermana del sujeto que ordenó acabar con mi aldea. Resultó ser la mujer del coronel"
"¿La ramera?", con tono vacilante cuestionó.
Ante sus palabras la castaña frunció el entrecejo; "Jamás vuelvas a expresarte de tal manera. Es una buena mujer, además si el coronel te escucha tendrás que atenerte a las consecuencias
"Es lo que dicen que es", encogiéndose de hombros dijo.
"No porque los demás lo digan estas forzado a repetirlo"
"Bien, no volveré a mencionarlo. Primero fue la familia de ese hombre, ahora la de ese otro. Esto tiene que acabar ya. Ahora más que nunca... aunque sé que es difícil, tiene que quedar en el pasado"
"Eso hice, yo ya perdone. Mis heridas van sanando", ella contestó.
"Así tiene que ser, por nuestro bien y aún más por el de nuestro hijo"
Ante esas palabras la castaña tembló; "¿Qué has dicho"
"Eso, vas a ser madre. Ahora si la guerra terminó para nosotros. Ya podemos volver a nuestro hogar", entregandole el sobre con los resultados que Mizuno le dio, añadió.
(Cerca de ahí)
Titubeante Haruka llamó a la puerta a lo que la aguamarina no tardó en atender.
"Buenas noches", saludo.
"Buenas noches. Pase"
"Te traje flores... esa noche se arruinaron... no debí dejarte sola", recordando a Kozlov, impotente apretó el puño.
"Por favor olvide lo que entonces pasó. Muchas gracias, son muy bonitas", tomándolas contestó.
"No es mi intención robarte el tiempo. Vine a traerte algunas cosas, pero antes de que pienses que es una especie de pago por lo que anoche sucedió, dejame decirte que es erróneo que lo veas de esa manera. Hace mucho tiempo y aún desde antes de que supiera que esperabas un hijo mío, entre nosotros dejó de existir ese maldito trato. Lamento no haberlo hecho antes"
Ante sus palabras Michiru no supo qué decir.
"Quizás tú no deseas hablar de lo sucedido, pero debo explicarme. Nunca debí tratarte como lo hice, tampoco debí actuar como si fuera un animal"
"¿Se arrepiente de lo que pasó entre nosotros?"
"Te lo dije entonces y te lo repito ahora. Fueron cuatro años, durante todo ese tiempo la sombra de la muerte estuvo a mis espaldas. Estuve en muchas ciudades y en muchos combates, estuve herido y hambriento. En esas condiciones a veces la compañía es necesaria, pero nunca actúe en contra de los deseos de una mujer... no hasta que te encontré"
Atenta, Michiru lo escuchaba.
"Estaba muy molesto y eso me hizo ir en contra de mis principios, no me justifico, pero así fue. Se supone que debería odiarte, sin embargo nunca lo he hecho... No sabes cómo me arrepiento por haberte hecho sentir utilizada, y por haber aceptado lo que con miedo me ofreciste"
"Me permitió sobrevivir"
"Aun así no fue lo correcto. Además tienes que creerme cuando te digo que me preocupó por ti, pero no solo lo hago porque eres la madre de mi hijo"
Sin aliento, ella no supo qué responder.
"Lamento haberte molestado, tengo que irme", a prisa dirigió sus pasos hacia la salida.
"¿Irse?, ¿A dónde?", agitada la aguamarina preguntó.
"A...", no alcanzó a responder.
Michiru negó con la cabeza; "¿Piensa que lo odio?"
"Es lo más natural. Yo en tú lugar lo haría"
"Jamás... dígame, ¿De verdad tiene que irse?, ¿De verdad quiere hacerlo?"
Ante sus palabras Haruka tembló.
"Esta mañana quería decirle que puede quedarse, esta también es su casa, pero por favor no piense que lo condiciono. Jamás debí hacerlo. Si no lo desea, entonces puede visitarnos cuantas veces quiera. Tampoco voy a prohibirle ver a su hijo", expresó al mismo tiempo que tomaba su mano.
Ante sus palabras Haruka asintió, cerrando la puerta al mundo exterior.
Notas de autor;
Michelle; No hace falta que Lita le diga a Michiru lo que su hermano hizo porque ella se da una idea. Recordemos que lo vio regocijarse con la persecución que sus vecinos estaban sufriendo, así que ella imagina más o menos que hizo estando lejos. Muy cierto, el único perjudicado podría ser pollito :(.
Kaiohmaru; En cierto modo Michiru se equivocó al condicionarlo de esa manera, lo que al final la llevó a pensar que él está a su lado solo por su bebé, lo bueno es que al final recapacito y dejó las cosas claras. De igual modo no podemos culparla por haberlo hecho, Haruka la orillo eso.
szer; Haruka en lugar de solucionar las cosas más las enredo, pero también Michi no le dio oportunidad de explicarse a tiempo. Lita se portó a la altura, no como Gunther que llegó ordenando tanta barbarie. Ella de verdad ha perdonado, cosa que muchos de sus compatriotas no pueden hacer.
Isavellcota; Gracias por los buenos deseos. Lita demostró que de verdad perdono. Bien pudo haberle gritado lo que su hermano hizo, pero dejó que la prudencia hablara y Michiru interpretará sus silencios.
Kyoky; Ya te extrañaba, gracias por seguir aquí. Es más grande el amor que Michi siente por Haruka, que el miedo que alguna vez le tuvo. Si, se equivocó al condicionarlo, pero de algo sirvió, Haruka hasta el desayuno le preparó XD. Hacía falta un grano de valentía para hacerle saber a nuestro rubio que no puede ir y venir cuando se le antoje. Es todo o nada.
