Era cierto qué Harry y Draco se habían reconciliado, no obstante el rubio le había prometido sincerarse con él sobre su pasado con el fin de entenderlo mejor, además le contó qué su madre y su hermana estaban muy felices de tener noticias suyas lo cuál alegró al muchacho. También le comentó qué Sirius les había propuesto pasar Navidad con él y la familia Potter y habían aceptado gustosos, sería la primera navidad qué pasaría feliz y qué en toda su vida estaría lejos de su padre.

Draco había aceptado marcharse de su apartamento para estudiantes durante las vacaciones para pasarlas en casa de su tía Andrómeda Black, así mismo Hermione regresaría con sus padres y no quería pasar Navidad en aquel lugar estando sólo, además la situación con su familia había mejorado y por primera vez sentía un ambiente familiar cálido. Su mejor amiga saltó de felicidad cuando se enteró qué su relación familiar era cómo él tanto anheló. Draco le confesó qué se sentía dichoso, no obstante tenía un regalo qué entregarle a Harry, y eso crispaba sus nervios.

—Mi niño, es hora de irnos —dijo su madre.

La mujer entró a la habitación de su hijo. Narcisa portaba un vestido azul eléctrico y largo hasta la pantorrilla, con un moño qué adornaba la cintura y se moldeaba a su cuerpo encima portaba un grueso abrigo negro. Su cabello lacio brillaba y su maquillaje sutil y elegante le daban un porte qué nunca antes había visto, además de qué por primera vez había elegido zapatillas cómodas pero elegantes para la ocasión.

—Qué elegante —respondió Draco.

La mujer sonrió ampliamente, pocas veces la había visto sonreír y el rubio estaba feliz de ver a su madre siendo ella misma.

—Gracias, y tú cariño te ves muy guapo —dijo Narcisa.

Draco llevaba puesto unos vaqueros negros de vestir, zapatos de charol negros, una camisa azul rey y un abrigo negro, y su cabello pulcramente arreglado, se sentía el mismo otra vez.

—Me siento yo mismo de nuevo —confesó.

—Me alegra —la mujer lo abrazó.

—Mamá, mi tía y Dora nos esperan en la camioneta —dijo Pansy entrando al cuarto provisional de Draco.

—Ya vamos —respondió.

—Estoy muy feliz de qué estemos juntos —dijo Pansy.

—Yo también hermana

Los tres se abrazaron durante un par de segundos y al separarse salieron de la habitación rumbo al lugar en el qué festejarían Nochebuena.

En el hogar de la familia Potter se podía percibir una calidez abrasadora, además de un exquisito aroma qué recorría casi toda la casa, comenzando por la cocina donde Lily, James y Harry pasaban un rato ameno cocinando la cena de Nochebuena. Harry era el más feliz de los tres y la razón era muy fácil de adivinar: Draco Malfoy. Sería la primera festividad de fin de año qué pasaría completo y feliz, nunca pensó qué en cuestión de meses su vida daría ese giro, además el muchacho prometió hablar con él para dejar en claro ciertos puntos se su pasado, no obstante el azabache creía qué no era el momento para hablar de un tema delicado, ya tendrían la oportunidad de hablar de eso y mucho más.

La cena de esa noche consistía en una pasta en salsa de pimientos rojos muy cremosa, cubierta de queso gratinado, un pavo al horno con algunas verduras y ensalada para acompañar. Los encargados del postre serían los Malfoy, y Sirius llevaría algo para beber y brindar.

—El pavo saldrá del horno en una hora —dijo Lily.

—Perfecto, ¿deberíamos poner la mesa ahora? —preguntó James.

—Es lo más conveniente, además no tardarán mucho en llegar y necesitamos lucir presentables —dijo la mujer.

—Papá y yo podemos adelantar —ofreció Harry.

—¡Estupendo! así podré alistarme sin problemas —dijo Lily.

—Anda cariño qué contamos con menos de media hora —corroboró James, observando su reloj de muñeca color plateado.

Lily besó a su esposo en los labios, se quitó el delantal y prácticamente corrió a su habitación.

Las cosas entre los padres de Harry habían mejorado y el muchacho confirmó qué su padre tenía razón, a veces las parejas peleaban y se reconciliaban con un poco de tiempo y calma, además el mismo lo había vivido cuando se había distanciado de Draco, deseaba con el alma qué no volvieran a pelear cuando confesara sus preferencias.

—¿Cuántas personas seremos? —preguntó Harry.

—Doce —respondió su padre.

—Tendremos casa llena —Harry se río.

—Sí, además les ofreceremos hospedaje, ya hablé con tú madre y está de acuerdo —informó James—, Blaise, Draco y tú se quedarán en tú habitación, Pansy y su madre en la de huéspedes, Andrómeda y su hija en otra de huéspedes, Danna y William en nuestra habitación, y a Sirius le encanta quedarse en el sofá del estudio

James y Harry se rieron, sabían qué Sirius tenía preferencia por el estudio ya qué contaba con unas cortinas gruesas qué impedían entrar los rayos del sol, además qué el sofá cama instalado ahí, estaba lo suficientemente cómodo para pasar una agradable noche. No obstante algo qué inquietaba a Harry era el hecho qué por primera vez compartiría habitación con Draco y eso le aterraba, con su primo Blaise ya lo había hecho y el moreno adoraba quedarse en el sofá cama de su habitación, pero faltaría un lugar cómodo para Draco y por un instante creyó ser buena idea…

—Hemos terminado —James sacó de su transe a Harry cuando terminó de colocar los últimos cubiertos.

—Qué agotador —dijo Harry.

—Mucho —confirmó James—, nos quedan veinte minutos

—Tiempo suficiente

Padre e hijo fueron a sus respectivas habitaciones, y Harry hizo nota mental de verse espectacular esa noche.

En la mesa principal reinaba la alegría y diversión, las familias Potter, Black y Zabini, cenaban con entusiasmo, Harry había hecho por sentarse junto al rubio quién a sus ojos lucía más guapo de lo habitual y Draco no pensaba diferente, Harry iba con ropa de vestir más formal y resaltaba cada una de sus facciones, y se preguntaba si Harry podría llegar a enamorarlo aun más.

—La cena estuvo deliciosa —dijo Andrómeda, limpiando cuidadosamente sus labios con la servilleta de tela.

—Nos hace falta estómago —añadió Tonks.

—Más vale qué tengan un pequeño espacio por qué falta el postre —dijo Lily.

—Se ve delicioso —dijo Danna, la hermana de Lily.

La mesa se llenó de algarabía y felicidad.

—Voy a explotar —dijo Blaise.

—Tú no engordas —le dijo Harry.

—Estoy empezando a creer qué sí —bromeó Blaise.

Pansy había estado sumamente divertida y entretenida ante los comentarios inteligentes, sagaces y bromistas de parte de Blaise, el chico había llamado su atención desde el momento qué lo vio y al tratarlo durante la noche descubrió qué era una persona muy interesante. No obstante Blaise había estado admirado al conocer a Pansy, la chica era seria pero al descubrir qué se reía con sus comentarios no perdió la oportunidad de demostrar sus cualidades para cautivar a la chica, sin embargo Draco cómo buen hermano mayor no le había hecho la menor gracia y Harry intentaba calmarlo apretando su muslo cuando presentía qué iba a soltar algo negativo o por el contrario tomaba su mano por debajo de la mesa y le regalaba una mirada tranquilizadora, lo cuál había funcionado.

—Ya viene el postre —anunció Tonks cuando vio a Lily y Narcisa llegar a la mesa con una charola.

Las dos mujeres comenzaron a repartir el pastel de mil hojas qué se veía apetitoso.

—¿Gustan un café? —preguntó James.

—No tienes qué preguntar, dame uno, es más te ayudó a servirlo, como el buen amigo qué soy —dijo Sirius.

James rodó los ojos y soltó un bufido.

—Eres muy amable primo —dijo Andrómeda.

—Lo sé —dijo y se rieron.

La velada continuó en más pláticas, anécdotas y risas, una de las historias interesantes era qué el esposo de Andrómeda, Ted Tonks se encontraba en una misión militar y por ello su ausencia, no obstante su retiro estaba próximo y podrían pasar más tiempo en familia. La hora de entregar los regalos llegó y cada uno recibió el suyo de parte de las familias reunidas pero entre los más destacados fue una pintura hecha a mano de Harry para Draco, quién no teniendo una idea clara qué regalarle, dibujo algo para él, además le había encantado su primer pintura y fue por ello qué decidió plasmar diferentes objetos referentes a la carrera de Draco: La música.

—Es precioso —dijo Draco observando la pintura con detalle y pasando suavemente sus dedos por esta.

—Gracias, he aprendido a dominar el arte —dijo Harry.

El resto de la familia halagó su pintura, no obstante el rubio deseaba decirle mucho más qué un simple gracias, y esperaba tener un momento a solas, sin embargo Lily no perdió detalle de los gestos entre su hijo y el chico Malfoy.

—Estoy agotado —dijo Blaise, ahogando un bostezo.

—Yo igual —respondió Harry.

—¿Dónde dormiremos? —preguntó Draco, observando la bonita habitación de Harry.

El rubio se percató de qué había una cama matrimonial en el medio, con la cabecera pegada a la pared, una mesita de noche a cada lado, un closet frente a la cama, un sofá cama pegado a la ventana de las qué colgaban unas cortinas cafés y del lado izquierdo al fondo un baño.

—Yo en el sofá, es muy cómodo —dijo Blaise, colocando su culo sobre el sofá.

—Y Draco en el suelo ¿no? —se quejó Harry.

—Existen los sacos de dormir —alegó el moreno.

—Gracias por contar mi opinión —dijo Draco.

—Un placer amigo —Blaise sonrió efusivo.

Draco le enseñó el dedo corazón.

—Bien, iré por mis maletas

Blaise se levantó del sofá y salió de la habitación de su primo, dejando a los dos chicos sólos y Draco tomaría ese tiempo para agradecerle a Harry su regalo.

—Gracias por la pintura, es muy bella, cómo el qué la dibujó —murmuró, estando de pie a escasos centímetros de él.

Las mejillas de Harry se encendieron.

—Me alegra qué te gustara —murmuró.

—Yo también tengo un regalo para ti pero no podía dártelo frente a todos —habló en voz muy baja.

—No tenías qué darme nada —dijo Harry.

Draco le sonrió e introdujo la mano en el interior del abrigo del cuál sacó una pequeña caja color azul.

—Toma —dijo Draco y le tendió la caja.

Harry la tomó con manos temblorosas y observó al rubio ligeramente confundido, no sabía qué esperar.

—¿Qué es? —preguntó.

—Ábrela —ánimo.

Harry enfocó su mirada verde en la caja y la abrió, cuando vio el contenido no estaba muy seguro de cómo reaccionar.

—Te preguntarás para qué es esa USB —dijo Draco.

—La verdad sí

—Dentro viene una canción qué escribí y produje yo mismo —dijo Draco.

Las mejillas de Draco se encendieron y Harry comprendió mejor el mensaje y una amplia sonrisa se dibujó en sus labios.

—Me halaga mucho qué quieras compartir esto conmigo —confesó Harry.

—En realidad… la canción… —titubeó—, es para ti

Los ojos verdes de Harry se abrieron reflejando sorpresa y el tono carmín en las mejillas de Draco se notó mucho más.

—¿Me escribiste una canción? —preguntó incrédulo.

—Sí

—Draco, es el detalle más lindo qué nadie me ha hecho jamás, no sé cómo agradecerte —la voz de Harry se cortó y sintió un enorme nudo en la garganta.

—Escúchala y me dices qué piensas

—Tengo el presentimiento de qué es hermosa, cómo el qué la escribió —dijo Harry.

Draco sonrió y por un instante dudó pero al final terminó abrazando a Harry, quién correspondió muy efusivo.

—Te quiero Draco —murmuró.

—Yo también te quiero Harry —respondió Draco.

La pareja se apartó de su breve muestra de afecto para regresar a la realidad cuando escucharon voces provenientes del pasillo, Harry le dijo qué iría al baño a cambiarse para no levantar sospechas y Draco buscaría su maleta.

La mañana de Navidad Harry había despertado de un humor extraordinario, tenía mucho tiempo sin sentirse así, sobre todo por qué había pasado la noche junto a Draco y no en forma romántica como le habría gustado, además era muy pronto para pensar en eso, pero lo qué había disfrutado más qué nada en el mundo, era qué el rubio había dormido en la cama junto a él. Harry no iba a dejar qué Draco durmiera en el suelo y ofreció intercambiar lugares.

—No voy a permitir qué duermas en el suelo, además no me va a pasar nada por una noche qué duerma así —dijo Harry.

—Pero no pienso quitarte de tú cama —murmuró Draco.

Ambos charlaban en voz baja pues Blaise se había quedado dormido después de tocar la almohada, y Harry no iba a permitir qué sus invitados pasarán una mala noche.

—Por qué no compartimos la cama —murmuró, sus mejillas se tiñeron de rojo.

Draco le miró con sorpresa y tenía ambas cejas levantadas.

—No es lugar para ese tipo de proposiciones Potter —dijo Draco y contuvo una risa.

Harry titubeó antes de explicarse qué no se refería a eso, al final Draco aceptó y compartieron la cama, se podía percibir el nerviosismo de dormir juntos, no obstante se mantuvieron al margen pero ligeramente juntos, brindando un poco calor entre las sábanas.

Harry sonrió ante aquel recuerdo, y cómo cada día posterior a Navidad, sacaba de la caja la memoria qué contenía la canción qué Draco le había escrito, y le causaba emoción e incertidumbre escucharla pero si no lo había hecho era por qué tenía el presentimiento de qué lo necesitaría con urgencia para abrazarlo y de una vez por todas besarlo tanto cómo quisiera. Sin embargo los chicos se verían hasta la noche de fin de año, y en esa ocasión la reunión sería en casa de las hermanas Black, bien podía esperar un día más.

La mañana de año nuevo en Inglaterra era plena y feliz, al menos él lo sentía así, la nieve caía con lentitud sobre el jardín trasero, y podía sentirse satisfecho ante la vista y la nueva vida, no obstante él deseaba poder vivir con Harry el sueño de una relación, estable y llena de amor.

Y antes de dar el siguiente paso, iba a sincerarse con él.

Unos suaves toques lo sacaron de sus pensamientos y apartó la vista de la ventana, mirando sobre su hombro hacía la puerta.

—Adelante —dijo.

La puerta de madera se abrió, dejando ver una figura delgada, cabellos rubios y ojos azules.

—Hijo, tengo qué hablar contigo —dijo su madre, cerrando la puerta tras ella.

Draco se asustó, giró sobre sus talones, quedando frente a su madre.

—¿Qué sucede?

—Hace un par de semanas recibí noticias de alguien que muere por saber de ti —dijo.

Draco pensó lo peor.

—No es tú padre si eso piensas —dijo Narcisa con frialdad.

—¿Entonces? —preguntó.

La madre del rubio caminó hacía él y esbozó una pequeña sonrisa.

—Joseph me llamó, ha querido saber de ti pero ni siquiera yo tenía noticias tuyas, estoy segura qué se alegrará de verte y ahora no habrá nadie qué los separe —dijo su madre con entusiasmo.

Draco quedó de piedra al escuchar ese nombre qué tanto daño le hizo por qué no sólo su padre le había dejado marcado, el chico de quién creyó estar enamorado le había roto el corazón de la peor manera posible.

—Joseph por favor, no tengo a dónde ir, mi padre me ha echado de la casa peor de lo qué a ti, además los dos tuvimos la culpa

Draco sollozaba, su labio inferior temblaba, tenía el rostro empapado de lágrimas.

—Lo siento Draco pero no puedes quedarte aquí, mis padres no saben qué soy gay ni lo qué ha ocurrido contigo, y es mejor qué no se enteren —dijo Joseph.

—No lo harán, sólo déjame quedar esta noche, mañana buscaré un sitio dónde dormir —suplicó Draco.

—No puedo, lo siento

—¿Y qué pasó con todas esas promesas de amor? ¡¿Acaso todo fue mentira?! ¡¿Me utilizaste sólo para…?!

—¡Cállate! —interrumpió Joseph.

—No lo entiendo —murmuró Draco.

—Draco, es mejor dejar de vernos por un tiempo, necesitamos pensar si esto qué sentimos en real o no —dijo Joseph.

—¿Qué?

—Adiós Draco, no quiero qué te descubra mi familia

Dicho esto, el chico de cabellos dorados cerró la puerta, dejando a Draco al pie de la entrada principal de su casa, sólo y con su maleta en el suelo. Draco se prometió así mismo no buscarlo jamás y olvidarse de él.

Draco volvió a la realidad, su garganta se contrajo en un nudo y su madre notó qué algo le ocurría.

—¿Te sientes bien?

—Sí madre, y por favor dile a Walker qué no quiero volver a verlo nunca —sentenció el rubio y le dio la espalda a su madre.

—¿Por qué? —preguntó confundida—, ustedes se querían ¿o no?

—No, él sólo me utilizó —una lágrima resbaló por su mejilla pero la quitó de inmediato—, además me gusta otra persona

—Hijo, Joseph es de buena familia y es buena persona…

—¿Buena persona? —interrumpió Draco—, mamá, ese idiota es de lo peor —dijo—, él fue al primero qué le pedí ayuda cuando mi padre me corrió y no hizo más que darme la espalda

—¿Qué?

—Así cómo lo oyes, y no está en mis planes regresar con él, ni ahora ni nunca, además…

Draco guardó silencio antes de continuar, analizó durante un momento si era buena idea confesarse y decidió qué era lo mejor, la última vez qué había callado no resultó bien y en esta ocasión quería hacer las cosas bien con Harry, le pareciera o no a su madre.

—...estoy enamorado de Harry —confesó.

La madre del rubio levantó ambas cejas, mirándole cómo si le acabara de salir otra cabeza.

—¿Harry Potter?

—Sí, él me ha brindado mucho más en este tiempo qué Joseph en los dos años qué lo conocí, Harry es un ser humano increíble y nunca me ha dejado sólo ni yo a él —dijo.

—¿Es tú… pareja? —preguntó su madre.

—No todavía, pero voy a pedírselo y si te molesta lo siento mucho mamá, esta vez no renunciaré a mi felicidad ni a lo qué verdaderamente soy —respondió con firmeza.

—Hijo, me sorprende mucho no te voy a mentir pero sabes qué cuentas con mi apoyo, si no quieres a Joseph en tú vida está bien, sólo conoce bien a Harry antes de formalizar su relación —aconsejó su madre.

—Lo tendré en cuenta —dijo.

Draco sabía qué su madre tenía razón, y recordó qué la última vez qué se había dejado llevar por los impulsos no había salido bien, pero esta vez sería diferente.

Narcisa abrazó a su hijo brindándole todo su apoyo y su amor.

*̥*̥

¡Hola! ya se me está haciendo costumbre publicar a estas horas jajaja, y la razón es por qué estaba ocupada realizando una tarea de la universidad, pero pronto tendré unos días de vacaciones y sé qué es extraño pero en mi caso estoy cursando cuatrimestres, entonces el tipo de estudio es muy diferente (el tiempo lo tenemos encima).

Volviendo a la historia podemos ver qué Harry y Draco van acercandose cada vez más, la verdad me hubiera gustado qué dieran un paso más allá pero lo pensé mejor por el poco tiempo convivido, además el siguiente capítulo siento qué es el ideal, no diré mucho más pero ya verán por qué lo digo.

Las cosas están por cambiar un poco y darle un rumbo mucho más intenso y claro el amor no puede faltar 3

Gracias por leer, nos vemos en la próxima 3

Ale 3