REVENGE
~Capítulo 4~
—Buenos días Hikari.— Musitó Takuya al ver que su prima salía de su habitación.
—Buenos días primo. — Respondió la muchacha mientras refregaba su ojo derecho— Te levantaste temprano ¿e?
El moreno asintió— Hice el desayuno.
La cara de espanto de la Kanbara fue todo un poema al escuchar.
—Tranquila, no cociné, simplemente recalenté lo que quedó de ayer. — Se apresuró a responder el moreno ante esto.
—Me alivia saber eso. — Bromeó Hikari antes de tomar asiento al rededor de la mesa.
El chico tomó asiento frente a ella.
—¿Se puede saber por qué estás vestido de manera tan formal y tan guapo? — Preguntó la chica— ¿Tienes una cita?
—¿Cita? — Preguntó Takuya y rápidamente se ruborizó— No, claro que no.
—Entonces ¿por qué estás así?— Cuestionó la chica curiosa.
El chico sonrió— Porque desde ayer comencé a trabajar.
—¿Qué? — Preguntó Hikari sorprendida— ¿Trabajar?
Takuya asintió.
—¿Y por qué no me habías dicho?
—Porque quería que fuese una sorpresa. — Comentó el moreno— Bueno, te lo iba a comentar cuando me dieran mi primer sueldo, pero creo que es imposible ocultar algo considerando que me veo presentable. — Algo completamente inusual en él.
—¿Y en dónde? ¿Cómo lo conseguiste? ¿En qué tendrás que desarrollarte?
—Pues es una empresa de modelaje, necesitan fotógrafos y tú sabes que yo tomé un curso de fotografía en Estados Unidos, Daisuke me consiguió la entrevista, ayer fui a presentarme y eme aquí.
—Que bien, de seguro te excelente, eres increíble sacando fotos. — Comentó Hikari.
—Gracias, pero creo que es el don de familia prima. — Takuya guiñó el ojo.
La chica rio.
¡Toc, toc!
La puerta sonó llamando su atención.
—¿Esperas a alguien? — Preguntó Hikari.
—No. — Respondió Takuya— Pero, no debo ser adivino para saber que es Daisuke. — Como siempre, venía todas las mañanas para ver a su prima. Sí, el muy desgraciado quería ser su primo político—Permiso.— Musitó antes de dirigirse hacia la puerta y abrir.
Grande fue su sorpresa al ver a un chico completamente desconocido ante sus ojos, era rubio de ojos azules, bastante bien vestido, aparentemente de su edad.
—Hola ¿está Hikari?
Takuya alzó una ceja ¿Ese extraño venía por su prima?— ¿E? Si, ella está aquí.
—Podrías decirle que llegué.
—¿E?— Balbuceo el moreno— Disculpa ¿quién eres tú?
El rubio sonrió de lado— ¡Ups! Que modales los míos.— Musitó— Mi nombre es Takeru, soy amigo de Hikari.
¿Amigo? Su prima jamás le habló de ese amigo suyo.
Takuya hizo una mueca.
—¿Y tú?— Preguntó el rubio— ¿Quién eres? ¿Su hermano?
El moreno tuvo intenciones de responder, sin embargo, su prima apareció en el lugar.
—Takuya ¿quién es?— Cuestionó la castaña. Su expresión de sorpresa fue similar a la del moreno al ver al rubio en aquel lugar— ¿Takeru? ¿Qué haces aquí?
—Hola.— Respondió el rubio— Vine a ver como estabas, luego del incidente de ayer quedé preocupado.
—¿Incidente? — Cuestionó Takuya— ¿Qué incidente?
Hikari hizo una mueca— Uno no grave, luego de cuento. — Le respondió para luego observar al rubio— Oye, no era necesario, todo está bien.
—¿Cómo te sientes?
—Mucho mejor.
—Me alegra saber eso, no me perdonaría si te hubiera pasado algo. — Comentó el rubio.
—Gracias por la preocupación.
—No hay de qué, en verdad estaba preocupado. — Respondió el oji-azul—¿Sabes? Ya que estoy aquí, podría llevarte hasta la Universidad.— Habló Takeru— Tu amiga me dijo que estudias en la Universidad de Tokyo.
—¿Mi amiga?— Cuestionó Hikari— ¿Le preguntaste a Juri por mi?
Takeru asintió— Si.— Llevó una mano a su nuca— Verás, me dio curiosidad saber un poco más de ti después de lo que ocurrió ayer.
Takuya hizo una mueca ante esto, eso no sonaba bien ¿preguntar por una desconocida? Eso no era común—Ejem. — Hizo una sonido con su garganta llamando la atención de su prima— Todavía no me presentas.
—¡Ups! Si. — Musitó la chica—Takeru te presento a mi primo Takuya.
—Mucho gusto.— El rubio extendió su mano.
El moreno observó la mano del chico y correspondió con cierta desconfianza. Si su padre estuviera ahí no dejaría que Hikari se fuera con ese desconocido a la Universidad.
Mientras tanto en la empresa Ishida.
Kiriha se encontraba revisando unos últimos informes en la sala de reuniones, dentro de una hora presentarían un proyecto a los inversionistas y debía estar todo en orden.
Sin embargo, algo le sorprendía.
Llevó su mirada a su reloj de pulsera.
Con Nene acordaron en juntarse antes de la reunión, pero, ella aún llegaba.
Justo en ese segundo la puerta se abrió.
¡Como si la hubiese invocado con la mente!
Nene ingresó a la oficina con una bolsa gigantes, al parecer fue de compras—Buenos días Kiriha.
—Buenos días Nene.—Kiriha se levantó de su lugar— Al fin llegas, habíamos acordado en juntarnos hace veinte minutos.
—Lo lamento, pero tuve un percance. — Respondió la castaña— ¿No ocurrió nada en mi ausencia?
—Nada en particular. — Contestó Kiriha— Le eché un último vistazo a los informes, sin embargo, creo que tú también deberías darle una pequeña revisada antes de la reunión.
—Claro lo haré apenas pueda.— Respondió la castaña— Pero antes necesito que por favor me des tu opinión. —Depositó las bolsas en la mesa.
—¿Opinión?— Cuestionó el chico— ¿De qué?
Nene sonrió y llevó sus manos a su blusa para comenzar a desabrocharla— Hoy unos amigos me invitaron a una fiesta de bienvenida para celebrar mi regreso y como aun no recupero mi maleta, tuve que comprarme vestidos nuevos.— Retiró la blusa— Que me probaré aquí y ahora para que me des tu opinión.
Los ojos de Kiriha se abrieron como plato al ver a la chica solo en su bracier.
—¿Te parece?
—¡Rayos! — El rubio llevó una mano a su frente.
Nene sonrió ante el rostro de impresión del chico.
—Dime...—Se acercó a él peligrosamente— ¿Te gusta la idea?
El rubio rápidamente se alejó de la chica y dirigió su mirada hacia la ventana que daba hacia la oficina principal donde trabajaba el resto del personal, sin esperar más cerró la persiana.
—Nene, no puedes hacer eso acá.— Alegó— Mucho menos así.
—¿Así? — Preguntó Nene— ¿Así cómo?
—Sin tu…—Kiriha tragó saliva nervioso— ¿Sin tu blusa?
—¿Acaso no te gusta cómo me veo sin ella? — Preguntó Nene.
¿Gustar?
Kiriha observó a la chica, tenía buenas curvas, ese bracier lucía bastante bien sus senos y esa cintura de reloj de arena era increíblemente sensual...¡Pero! No debía mirar más si quería continuar teniendo una carrera en esa empresa.
Llevó una mano a su corbata y la comenzó a mover, estaba entrando en calor— Ponte esa ropa luego.
Nene rio— No te alteres, no seas tan aburrido.
—Perdón.— Habló el rubio— No es ser aburrido, es ser realista. No puedes hacer esto aquí.
—Claro que sí. — Respondió la castaña— Esta empresa es mía prácticamente, puedo hacer lo que yo quiera.
—Sí, pero no creo que hacer esto sea bueno en tu carrera de empresaria.
—¡No seas exagerado Kiriha! — Exclamó Nene— Y ayúdame.
—A ver...—El rubio suspiró— ¿Por qué quieres mi opinión?
—Porque creo que tienes un gusto increíble.— Nene posó una mano en su pecho— Y porque sé que tienes un lado femenino muy bien desarrollado, quiero que seas honesto conmigo.
¿Qué? ¿Lado femenino?
Él apenas sabía de moda, no vivía con ninguna mujer, no tenía hermanas, su madre estaba muerta. Lo único que sabía de vestidos era como sacarlos para luego aventurarse en el cuerpo de su portadora.
¡Sin embargo! Esta ocasión debía ser la excepción.
—Pero, tu papá.— Habló el rubio.
—¿Qué importa mi papá?— Preguntó Nene—Mejor es elegir cuál de estos vestidos me queda mejor.— Comentó antes de tomar uno negro.
Kiriha respiró profundo— ¡Ese!— Gritó— Es precioso.
La castaña alzó una ceja—¿Enserio?
—Sí, olvídate de todo lo demás.
—¿Estás seguro que este?— Preguntó la chica.
—Si.— Respondió Kiriha guardando todo en las bolsas.
—Que bien.— Musitó la castaña y posó sus manos sobre las manos del chico— Porque esta noche irás conmigo a la fiesta.
—¿Q-qué?— Preguntó el rubio y suspiró—Lo siento, no puedo, tengo mucho que hacer.
—Pero, Kiriha no puedes rechazar mi invitación.—Respondió Nene.
—Si puedo, tengo muchas cosas que hacer.— Contestó el oji-azul.
—¿A sí?— Cuestionó la castaña—¿Puedo saber exactamente que vas a hacer? ¿Y con quién?
—No te interesa saber.— Musitó el Aonuma nervioso aflojando el nudo de su corbata.
La castaña hizo una mueca— Quiero que me acompañes, por favor.
—No puedo.— Respondió Kiriha.
—¿No puedes o no quieres?— Preguntó Nene.
El oji-azul simplemente mantuvo silencio, la verdad es que sí quería y bastante, aquella chica le llamaba la atención, físicamente era atractiva y su personalidad intensa le parecía interesanta. Mas, no podía ir con ella.
—No quiero.— Respondió el rubio desviando su mirada—Ahora ¿puedes colocarte tu blusa? Tu padre puede llegar en cualquier momento.
La castaña rodó los ojos y se colocó su blusa— Eres aburrido ¿e?— Se acercó a él— Pero ¿sabes? Que te alejes te hace muy atractivo.— Sin decir más, lo agarró por la corbata y los acercó hacia ella dispuesto a besarlo, mas, en ese mismo minuto la puerta se abrió y frente a ellos apareció Yamato, quién no tuvo buena expresión facial al ver que estaban solos.
—Buenos días.
Kiriha tragó saliva nervioso ante esto y rápidamente se separó de Nene.
—Bu-buenos días.
Nene simplemente rodó los ojos molesta— Buenos días padre.
Yamato pasó su mirada por su hija y luego por Kiriha— ¿Qué está ocurriendo aquí?
—Nada.— Respondieron ambos a coro. Mas, para el Aonuma fue evidente que no convenció al Ishida, porque lo fulminó con la mirada.
¡Tendría problemas!
—Hey tú.
Una voz masculina llamó la atención de Izumi, quién al levantar la mirada se encontró con cierto chico moreno.
¡Oh no!
Pensó.
—¿Qué quieres ahora cavernícola?— Preguntó la rubia molesta.
—Hablar contigo, rubia descerebrada.— Respondió Takuya.
¿Descerebrada? Ella no era quién mojaba a la gente sin razón o que acusaba a alguien de ladrón sin tener pruebas.
—Si vienes a hablar de ¡Mi! cadena te diré que no vale la pena insistir.— Habló Izumi— Es mía y solamente mía.
El moreno frunció el ceño— Ya te dije que es mía.— Contestó— Y sí, continuaré insistiendo hasta que me la devuelvas.— Fue así como sacó un sobre de su mochila y lo lanzó sobre la mesa— ¡Toma!
—¿Qué es eso?— Preguntó la oji-verde.
—Son fotografías mías.— Respondió el moreno.
—¿Fotografías tuyas?— Cuestionó Izumi— ¿Por qué rayos me traes fotografías tuyas a mi? Me basta y sobra con ver tu rostro de gorila en la oficina.
Takuya frunció el ceño.
¿Por qué debía ser tan molesta?
—Primero, mi cara no es de gorila.— Se cruzó de brazos— Y segundo, ahí en esas fotos están las pruebas que comprueba que esa cadena es mía.
Izumi se cruzó de brazos— ¿Pruebas?
—Si, ahí tú podrás ver que...
El moreno no pudo continuar hablando, ya que en el lugar apareció Miyako.
—¡Takuya que bueno que te encuentro!— Exclamó la mujer de anteojos— La modelo está lista para la foto, debes venir rápido ¡Estamos contra el tiempo! Y debemos entregar todo esta tarde.
—Pe-pero estoy hablando con ella.
—Luego podrás continuar.— Respondió la peli-lila antes de jalarlo del brazo.
El moreno frunció el ceño y volvió su mirada a Izumi— Revisa y comprueba.— Fue lo último que dijo antes de salir del lugar.
Izumi rodó los ojos, no tenía tiempo para perder observando esas fotografías ¡Pero necesitaba librarse de ese chico!
Yamato entró a su oficina completamente enfadado seguido por Kiriha.
—¡Esto es el colmo Aonuma! — Exclamó molesto el Ishida—Te advertí que te mantuvieras lejos de mi hija, pero no me hiciste caso.— Habló— Llegué y lo primero que encuentro es mi hija encerrada en la sala de reuniones contigo.
—Yamato, no es lo que piensas.
—Claro que es y me decepcionas, porque no acataste mis órdenes.
—Pe-pero, si no estábamos haciendo nada. — Respondió el menor.
—¿Nada? — Cuestionó el mayor— Eso no me pareció a mí, estaban ¡Muy! cerca y nerviosos cuando llegué.
—En verdad, no es lo que piensas.— Contestó el Aonuma— Al menos no por mi parte, tu hija en quién se acerca a mi.
Sí, lo sabía, Nene se lo comentó.
—Pero tú no haces esfuerzos por alejarte, al contrario, permites que lo haga.
—No, claro que no, siempre insisto para que se aleje, pero no funciona.— Respondió Kiriha— Y no puedo evitarla lo suficiente ya que trabajamos juntos.
El Ishida apretó su puño— Entonces, tendré que separarlos.
El menor asintió.
No quería, pero tendría que hacerlo.
—Eso no es muy profesional de tu parte.
Kiriha rodó los ojos— Entonces ¿cómo quieres que me aleje?
—No lo sé ¡Solo házlo!— Declaró el Ishida molesto— Recuerda que tu puesto en esta empresa está en juego por esto.
Sí, lo sabía y no quería perderlo, luchó mucho por llegar donde estaba.
—Lo sé, Yamato, lo sé.
—Entonces.
Kiriha suspiró, no sabía como, pero tendría que ser mucho más distante y frío con Nene— Está bien, no te preocupes más, uscaré la forma de alejarme de tu hija.
—Muy bien.— Musitó el Ishida— Ahora ve a la sala de reuniones y prepara la reunión con mi padre.
El Aonuma asintió y sin decir más, salió de la oficina.
Yamato hizo una mueca, no le gustaba ser de esta forma con su personal que mejor le servía en esa empresa, Kiriha era su mejor trabajador, mas, no podía evitarlo en este momento. No quería admitirlo en voz alta, pero sus celos estaban llegando al límite máximo.
Era muy difícil ver como otra hija suya se enamoraba. Pero sobre todo con Nene, ya que de sus dos hijas, físicamente ella le recordaba en cierta medida a su verdadera madre, lo que provocaba que su aprensión fuera mayor.
Movió la cabeza al pensar eso.
¡Deja de pensar tonterías Ishida!
Se exigió así mismo.
¿Por qué siempre tenía que recordar a esa mujer que pisoteo sus sentimientos? Que prefirió un amante antes que él.
¡Toc, toc!
La puerta sonó llamando su atención.
—Adelante. — Exclamó y en el lugar apareció su secretaria, Mizuki, una mujer de cabello rojo con ojos azules.
—Señor Ishida, el señor Koushiro Izumi está afuera, dice que viene a entregarle algo importante.
—¿Entregarme algo importante?—Cuestionó el Ishida.
La mujer asintió— Dijo que no tomará mucho tiempo.
—Déjalo entrar. — Respondió el rubio.
Fue así como la secretaria salió y a los pocos segundos el pelirrojo apareció en la oficina.
—¿Y?— Preguntó Takuya molesto.
—¿Y qué? — Cuestionó la rubia.
—¿Viste mis fotos? — Cuestionó el moreno— Con MI cadena.
La rubia hizo una mueca y alzó las imágenes que se encontraban en su escritorio—Si, lo vi todo, eras bonito de chiquito.— Comentó— No sé qué te pasó, antes parecías persona, ahora pareces todo menos eso.
El moreno frunció el ceño— Deja de bromear ¿si?— Generalmente le gustaba el humor, pero esta chica era insoportable— ¿Podrías mirar bien las fotos?
—Las he mirado bastante bien, con mucha detención ¿sabes?— Habló la rubia, volteo una de las imágenes— Jamás pensé que me traerías una foto de ti aprendiendo hacer del baño.
¿Qué?
Takuya observó la fotografía totalmente espantado.
¡Rayos!
Izumi rió ante su cara de sorpresa.
—N-no, no, no, no...—Takuya le arrebató la imagen de la mano— Esa fotografía no.
La rubia rió— Pues eso trajiste.
—Me confundí.
—¿Así?— Preguntó Izumi— Confundirte es tu especialidad entonces. Porque confudes mi cadena con la tuya.
—¡Claro que no!— Takuya alzó la voz— Observa bien esas fotografías y ve lo que tengo en el cuello. Es mi cadena.— Tomó una fotografía en su mano y se señaló— ¿Ves? Aquí está.
La rubia la observó, se veía una cadena, sin embargo, nadie le aseguraba que fuera su cadena.
—¿La ves?— Nuevamente preguntó el moreno— ¿Qué tengo en cuello?
Izumi se cruzó de brazos— Si lo veo.
—¿Qué es?
La rubia simplemente desvió la mirada sin interés de responder.
—¡Contestame! ¿Qué es?— Insistió Takuya, pero la chica no habló— ¡Mi cadena!— Se respondió así mismo— Ahí tengo mi cadena ¿La ves?
Izumi frunció el ceño— ¿Sabes?— Le arrebató las imágenes y las tiró sobre el escritorio— Este tema de tu cadena me está comenzado a molestar y cansar.— Habló— Deberías tratarlo en terapia.
—No hago terapia.
—Pues deberías, pareces loco insistiendo con esto.
—No estoy loco, solo quiero lo que es mío.— Habló Takuya— Ya vista las fotografías, esa cadena es mía, la tengo desde que tengo memoria.
—Estas fotografías pueden ser un montaje.— Habló Izumi— Tú sabes de fotografía, fácilmente podrías editarlas.
—Si podría, pero no lo hice, son verdaderas.— Respondió el moreno— Por favor ¿qué más tengo que hacer para que me regreses mi cadena?
—Nada, porque no te devolveré algo que es mío.
—Si quieres te pago.— Habló Takuya— Te doy todos mis ahorros, incluso el sueldo que me ganaré aquí, pero dame mi cadena.
—Dudo que seas capaz de darme todo tu sueldo por una cadena.
—Por esa cadena soy capaz de dar todo, aunque eso implique morirme de hambre.— SOnaba exagerado, pero era verdad.
—No exageres.
—No exagero.
Izumi suspiró molesta ¿acaso este chico no se detendría? — ¡Bueno está bien! — Gritó— Dame págame y te entrego la cadena. — Sabía que eso era imposible, así que, por eso aceptó.
Takuya hizo una mueca, no era justo pagar por algo que ya era suyo, pero, no regañaría más, simplemente quería recuperarla— ¿Cuánto?
—Lo que en realidad cuesta.
—¿Cuánto?
—Mil.
—¿Yeans?
—Dólares. — Corrigió la rubia.
—¿Qué? — Preguntó Takuya— ¿Estás loca?
—No. — Respondió Izumi— Sé mucho de joyas y eso es el precio mínimo que tiene esta cadena de oro puro.
Sí, lamentablemente su cadena era de oro puro, por mucho tiempo ese dato no le interesó, mas, ahora era un problema que lo fuera. Pagar esa cadena consumiría todos sus ahorros.
Izumi sonrió ante la cara desesperanzada del moreno, la verdad es que no quería dinero, jamás fue ambiciosa, al contrario, en ese sentido era MUY diferente a Nene y todos siempre se lo dijeron. Mas, no quería perder esta cadena, se la dio su novio después de todo, era una muestra de su afecto, quería conservarla.
—¿Y bien?— Preguntó la rubia sabiendo la respuesta— ¿Aceptas?— Era obvio que no. Ese chico jamás perdería dinero en algo como esto.
El moreno se mantuvo en silencio pensando en la posibilidad, lamentablemente no tenía mucho dinero para darla ¡Pero!...
Esa cadena lo valía.
—Está bien. — Respondió Takuya— Si quieres mil dólares los tendrás.
—Lo dudo.
—Pues no lo dudes, porque los tendrás. — Contestó el castaño antes de salir del lugar enojado.
Izumi sonrió triunfante, sabía que no lo lograría.
¡Toc, toc!
La puerta sonó llamando su atención.
—Adelante. — Musitó la rubia y al lugar entró Miyako.
—Izumi, querida, te llegó correspondencia.
—¿Correspondencia? — Preguntó la oji-verde.
La Inoue asintió y le extendió una especia de carta— Es una invitación para la fiesta de Haruna Anderson.
—Vine a recibir tu respuesta.—Declaró Koushiro tomando asiento frente a Yamato— Espero que hayas pensado en todo lo que te dije acerca de mi señora.
—Lo hice.— Respondió Yamato.
—¿Y? ¿Qué opinas?
—Es buena oferta.—El rubio hizo una mueca— Sin embargo, Disculpa, pero por el momento no estamos interesados en su propuesta.
—¿No? — Preguntó Koushiro— ¿Por qué?
—Porque no necesitamos más accionistas y tampoco requerimos de inversiones nuevas. — Respondió el Ishida.
—Pe-pero, mi señora tiene todo un proyecto de negocios.
—Sí, me comentaste, mas, no lo necesitamos por el momento.— Contestó Yamato.
¡Rayos! Esto no era bueno.
—Dime ¿qué no te gustó de la oferta?— Preguntó Koushiro— Podríamos cambiar esos puntos que no te convencen.
—No es necesario, Koushiro, lo revisé bien, sin embargo, continuo con mi respuesta, no necesito hacer este negocio, ya tengo muchos accionistas e inversores en la empresa, no necesito más.
—Sí, pero mi señora ofrece más que ser una simple inversionista.
—Bueno, no somos la única empresa Koushiro, tú lo sabes, hay muchas otras empresas que aceptarían con gusto esta oferta.— Comentó Yamato.
Sí, pero esas empresas no eran su objetivo.
—Gracias, pero mi señora quiere hacer negocios con ustedes.
—¿Por qué?— Cuestionó el rubio.
—Ya lo dije, porque analizó y tu empresa es la mejor opción para invertir.— Respondió Koushiro.
Sí, su empresa tenía fama, mas, no podía darse el lujo de hacer un negocio por extrema ambición.
—Lo siento Koushiro, pero esa es mi decisión.— Respondió el Ishida firmemente.
El pelirrojo hizo una mueca, no esperaba esto, mas, tendría que pasar al plan B.
—Bueno, ahora rechazan la propuesta, pero luego de que conozcas a mi jefa no se resistirán. — Comentó antes de sacar una especie de carta de su maletín y extendérsela al rubio— Toma.
—¿Qué es esto?
—Una invitación a la fiesta de bienvenida que realizará mi jefa. — Respondió Koushiro— Ella llegó al país y quiere invitarte.
—¿Invitarme a su fiesta? — Preguntó Yamato.
Koushiro asintió— Y estás cordialmente invitado.
El rubio observó la invitación en la cual se encontraba el nombre de la anfitriona: Haruna Anderson.
—No entiendo cual es el interés de que asista a esa fiesta.
—Si yo recibiera una invitación como esta de una mujer tan distinguida como ella, no preguntaría y asistiría sin discutir.
—No sé quien es. — Respondió Yamato— Y francamente, no me interesa conocerla, porque no quiero hacer negocios con ella.
—Pues deberías ir a la fiesta, cambiarás de opinión.
—¿Cuál es el interés de que vaya?
—Te recomiendo que vayas y lo averigües por ti mismo. — Contestó el pelirrojo— Si me preguntas a mí, su interés es netamente económico y tú eres el gerente general, prácticamente líder de la empresa más importante de Tokyo.
—Sí, lo sé, lo sé. — Respondió el Ishida— Pero ya dije que no quiero trabajar con ella, no tengo la necesidad de hacerlo.
—No, pero ella si tiene interés de trabajar con tu empresa.
Yamato hizo una mueca— No quiero ir.
—Yo te recomiendo que vayas. — Musitó el pelirrojo— Y no lo digo porque sea mi jefa, sino porque podría ser interesante para ti conocerla.
—¿A sí? — Cuestionó el rubio— ¿Por qué dices eso?
Koushiro bajó su mirada y suspiró— Tendrás que descubrirlo por ti mismo. — Fue lo único que respondió antes de acomodar sus gafas— Luego nos vemos, permiso. — Musitó antes de salir del lugar.
Mimi observó atentamente la invitación que sostenía entre sus manos era de color beige con un listón palo-rosa con letras pequeñas color gris y en grande se encontraba su nuevo nombre: Haruna Anderson.
Sonrió.
—¡Vaya! Akari debo felicitarte, en verdad eres excelente diseñando.— Dirigió su mirada hacia la hija de Koushiro.
—Gracias tía Mimi, para mí es un honor que me permitieran diseñarlas.— Musitó la pelirroja.
—¿Cómo no te iba a dejar? Tienes un talento único.— Musitó Mimi.
Ese talento vinculado con su habilidad en la tecnología creaba maravillas.
—Herencia de mi madre.— Una sonrisa nostálgica se formó en el rostro de Akari.
¡Rayos! Pensó la Tachikawa ante esto la evidente tristeza de su ahijada.
—Mi padre siempre dice que heredé el talento del diseño de ella.— Bajó la mirada.
—Sí, lo heredaste de ella.—Mimi se acercó a ella y posó una mano en su hombro— Si ella estuviera aquí estaría muy orgullosa de ti ¿sabes?
—¿Enserio lo cree?
—¡Pues claro!— Respondió la Tachikawa.
Akari suspiró— Es una pena que no esté con nosotros. Por culpa de...—Evitó decirle. Sin embargo, Mimi sabía a quién se refería.
Los mismos idiotas se arruinaron su vida, quiénes por miedo a que Koushiro revelara todas las atrocidades que hicieron contra ella asesinaron a su esposa en señal de amenaza. No contestos con eso, le quitaron sus bienes al pelirrojo.
—Tranquila Aka.— Intentó consolarla— Tu madre muy pronto será vengada.
—Eso espero.— Musitó la chica de apellido Izumi— La extraña mucho. Crecer sin ella fue horrible.
Sí, aún recordaba como lloraba Akari de pequeña al no tener a su madre.
—Mas, agradezco a la vida porque usted estuvo conmigo en todo este tiempo, tal vez, no es mi madre, pero fue mucho más que una madrina para mí, siempre apoyándome y brindando aliento.— Comentó la pelirroja.
Mimi sonrió enternecida ante este comentario— Gracias a ti Akari por permitirme ser parte de tu vida.
Siempre sufrió por estar lejos de sus hijas y su hermano. Pero, en esos momentos de tristeza la hija de Koushiro fue un pilar importante. Quizás, Akari no reemplazaba a Nene e Izumi, así como ella no reemplazaba a su madre, mas, siempre pudieron contar con el apoyo de la otra, sus abrazos y la sonrisa brillante de esta pequeña muchas veces la ayudaron a salir de su desesperación.
Koushiro junto a ella se convirtieron en parte de su familia. A pesar del momento triste, esto era lo único que podía rescatar para bien.
Akari la rodeo con sus brazos—La quiero mucho, madrina.
—Y yo a ti.— Respondió antes de darle un abrazo.
~Horas después~
Sora observó atentamente la invitación que Koushiro Izumi le entregó en el club de golf para la fiesta de esta nueva empresaria que insistía en llamar la atención.
—Así que Haruna Anderson llegó a la ciudad y dará una fiesta. — Musitó Toshiko.
—Y tal parece que será de todo lo alto, en el club de campo las esposas del representante Norstein, el diplomático Lee y el senador Kousei comentaban que también fueron invitadas a la fiesta. — Respondió Sora—Me pregunto que quedrá.
—¿Qué no es obvio? Marcar su entrada. — Respondió la castaña.
—Sí, pero ni siquiera nos conoce.— Musitó la pelirroja.
—No, pero Yamato y tú son empresarios existosos, es lógico que quiera invitarlos.— Contestó Toshiko.
—Sí, pero me parece extraño que me entregaron la invitación en el club, no en casa, como si supiera que iba a estar ahí.— Musitó Sora pocas veces iba al club de golf, porque nunca tenía tiempo, ahora estaba de vacaciones y por eso asistió ¿Cómo sabía Koushiro que se encontrarían ahí?— Y para variar, en la invitación solo me nombra a mí y no Yamato, osea ¿me está invitando sin él?
—Ni creas. — La voz del rubio se hizo presente y este apareció en la sala principal— A mí también me llegó invitación.
Sora observó la carta.
—Y también a mí.— Nene apareció en el lugar señalando su invitación.
La pelirroja alzó una ceja, esto verdaderamente era extraño.
¿A Nene? ¿Por qué? Ella recién ingresó a trabajar en la empresa y no era una figura "pública" siempre fue de bajo perfil, así como Izumi.
Hablando de Roma, la rubia apareció.
—Buenas tardes a todos.— Saludó la oji-verde.
—Buenas tardes hija.— Respondió Sora.
—¡Hey! Miren lo que me llegó a la empresa.— Musitó Izumi antes de sacar de su maletín lo que todos ya presumian— Una invitación para la fiesta de Haruna Anderson.
Todos observaron su invitación.
—No eres la única.— Contestó Nene y señaló la suya.
—Al parecer nos invitó a todos.— Musitó Yamato.
—Pero ¡Qué extraño! Si bien sabe que somos familia ¿por qué nos envió invitaciones separados? — Comentó Sora.
La señora Takenouchi hizo una mueca, por alguna razón esto le traía mala espina, se sentía como un peón en un tablero de ajedrez. Como si alguien fuera de ellos moviera nuestras piezas.
—Al parecer somos los únicos, porque Kouji me dijo que la invitación que llegó a su casa era para la "Familia Minamoto" englobándo a los tres.
Más extraña aún la situación, bien sabía esa mujer que ellos eran familia ¿no?
—Bueno, sea como sea, estamos invitados a la fiesta del año. — Comentó Nene.
—¿Fiesta del año?— Preguntó Yamato.
Izumi asintió—Todas las personas de nuestro círculo hablan de ella.— Respondió— Será interesante, sobre todo porque será en la mansión Stairway en Shinjuku, una amiga de la Universidad me comentó que su casa está quedando bellísima, bastante lujosa y llamativa.
¿Qué?
—Esa mansión es gigante y muy lujosa.— Musitó la castaña hija de Yamato.
—Era de esperarse, después de todo, me regaló esos pendientes.— Comentó Izumi— Dudo que teniendo dinero busque algo menor.
Sí, era de esperarse, mas, esto era extraño. Generalmente Yamato y Sora eran invitados a eventos, pero de empresarios o políticos que ellos conocían.
Generalmente para entablar relación con desconocidos, la persona iba directamente en la empresa o una reunión de negocios junto al rubio o ella. No buscaba relacionarse con sus hijas, porque todos eran conscientes que si algo ocurría con Hiroaki o Yamato, el siguiente heredero era Takeru. Nene recién se estaba incorporando e Izumi no se relacionaba con la empresa de los Ishida, porque prefería diseñar.
¿Por qué esta mujer colocaba tanto enfásis en que ellas también participaran?
Mientras tanto en la mansión Shinjuku.
Akari alzó en sus brazos dos vestidos largos, elegantes evidentemente de diseñador, uno rojo y otro azul.
—Muy bien tía Mimi, llegó momento de ver ¿qué utilizará Haruna Anderson mañana en la fiesta?— Musitó la pelirroja.
Mimi observó atentamente los vestidos que sostenía su amiga e hizo una mueca— ¿Crees que sea el momento adecuado para hablar de esto?— Más interesaba estar porque Koushiro llegara y confirmara la asistencia de sus invitados a la fiesta.
—¡Pues claro tía Mimi! Mañana será la fiesta, debe estar lista.— Respondió Akari.
La castaña suspiró—Gracias Akari por tu dedicación, pero, verás, no me importa la ropa que utilice, lo único que quiero es reencontrarme con mis enemigos, mis hijas y mi hermanito.
La joven hizo una mueca— Lo sé y lo hará, mas, debes centrarte también en mantener su imagen, recuerde ya no es la misma persona que ellos hicieron caer. Frente a todos debe actuar como una mujer elegante, fría, que no le importa nada más que ella misma.
—Lo sé.— Contestó la castaña— Pero será difícil no correr a los brazos de mis niñas y no darles un brazo.— Un nudo se formó en su garganta al pensar en aquella idea que le destrozaba el corazón.
La hija de Koushiro instantaneamente tomó su mano— Lo sé, pero debe ser fuerte.— La alentó— Esto lo está haciendo por ellas ¿no?
Sí, por ellas y por todos los años que estuvieron alejadas.
Mimi asintió— Sí, por ellas.—Musitó.
¡Toc, toc!
La puerta de la habitación sonó.
—¿Quién es?— Preguntó Akari.
—Soy tu padre.— Respondió una voz masculina— Koushiro.
—Adelante padre.— Musitó la pelirroja y al instante el hombre ingresó en el lugar— ¡Me alegra verte! Espero que hayas traído mi encargo.
—Pues claro.— Contestó Koushiro— Los fideos de chocolate te esperan en la cocina.
—¡Genial!— Exclamó la chica— Tía Mimi, luego seguimos hablando de ropa ¿si? Ahora quiero ir a comer.
Mimi sonrió— Ve tranquila, luego hablamos.
—Gracias.— Respondió Akari antes de levantarse de su lugar— Permiso padre.— Musitó antes de salir de la habitación.
La castaña dirigió su mirada hacia su amigo— Koushiro, que bueno que llegas estaba ansiosa esperando a que me informaras de todo. Dime ¿Cómo te fue? ¿Entregaste las invitaciones?
—Entregué la mayoría. —Hizo una mueca— En realidad todas a excepción de una.
—¿Cuál?
—A Shuu Kido.
Mimi alzó una ceja—¿No?— Preguntó— ¿Por qué?
—Porque se fue de viaje con su familia y no regresa hasta varios días más. — Respondió el pelirrojo.
¡Rayos!
Ella quería tener a todos sus enemigos en ese lugar.
—¿Y no hay forma de traerlo?
—Tal vez, pero creo que lo más apropiado será no insistir. — Comentó Koushiro— Ya mucho tenemos con insistir con los Ishida, no quiero que las sospechas sean mayores, considerando que también invitaste a su empleada, Layla.
Buen punto.
Koushiro tenía razón, debía mantener ciertos límites.
Ya tendría tiempo para vengarse de ese idiota que firmó esos papeles falsos de forense culpándola de la muerte de Natsuko, calificandola como "demente" y que de paso le quitó la clínica a su hermano menor, Joe.
—Tienes razón. — Contestó la castaña—¿Cómo te fue con los demás?
—El resto de invitaciones ya fueron entregadas.— Respondió Koushiro— Tanto a nuestros conocidos, como a personas importantes que no conocemos.
—¿Cómo te fue con Yamato, Sora y mis hijas?
—Bien.— Respondió el Izumi— Sora recibió la invitación con gusto, confirmó su asistencia.
Ya se lo imaginaba.
—Y Yamato también recibió la invitación, aunque actúo diferente a su esposa.
—¿Diferente?— Preguntó Mimi— ¿En qué sentido?
—Pues, le sorprendió y causó extrañeza que una desconocida lo invitara a su fiesta.— Respondió Koushiro.
—No me sorprende.— Contestó la castaña y rodó los ojos— Él siempre fue desconfiado.— Musitó— ¿Al menos confirmó que vendría?
—No me respondió que sí, pero supongo que si viene Sora, Yamato también debería venir.— Respondió Koushiro— Aún más si vienen sus hijas.
—¿Le entregaste las invitaciones a Nene e Izumi?— Preguntó la Tachikawa.
El pelirrojo asintió.
—¿Y cómo la recibieron?
—Bien.— Respondió el pelirrojo— Bueno, en lo que se puede decir bien ¿Sabes? Nene es tan desconfiada como Yamato, no le causó buena espina que le enviaras una invitación considerando que es una fiesta entre empresarios y ella recién está innovando en este mundo.
Mimi hizo una mueca— Pero ¿vendrá?
—Me respondió que sí.— Contestó Koushiro.
—¿E Izumi?— Preguntó la castaña.
—La recibió con agrado.— Musitó el pelirrojo— Se vió bastante animada con la invitación, me agradeció, quiere agradecerte por los pendientes que le enviaste, así que, no dudó en confirmar su asistencia.
Mimi sonrió— Que bien. Muero de ganas por ver a mis hijas.
—Me imagino.— Musitó Koushiro— Después de todo, ambas son tus hijas.— Tanto para una madre como para un padre los hijos siempre serían lo fundamental de su vida. En su caso, pensar estar lejos de Akari al menos por unos segundos le destruía el corazón—También le envié una invitación a Rika, la hija menor de Yamato y Sora.
—¿A Rika?— Preguntó la castaña— ¿Por qué? Te dije que no lo hicieras.
—Sí, me dijiste que no, pero no pude evitar hacerlo.— Respondió el Izumi— Si no la invitabas sería extraño, después de todo, ella también es una Ishida.
Mimi hizo una mueca, no tenía nada en contra de esa niña, después de todo, jamás se vieron, pero sería incómodo para ella. Rika era la hija que Yamato y Sora tuvieron meses después que ella perdiera a su bebé.
Aún recordaba el dolor horrible que sintió su corazón al escuchar que Yamato incluso en eso la reemplazó.
Suspiró.
De una vez por todas debía olvidar esos momentos y centrarse en su venganza.
—Bien, que venga.— Musitó la castaña— Ahora, dime ¿le entregaste la entrevista a Kousei Minamoto y su mujer?
Koushiro asintió.
—¿A Hiroaki y Toshiko?
—También.— Respondió el pelirrojo— No tienes que preguntar por el resto, todo está orden.
Era bueno escuchar eso.
—¿Y realizaste el otro favor que pedí?— Preguntó la castaña.
Koushiro asintió— Sí.— Respondió— Fui a Adachi.
—¿Y?— Preguntó la castaña— ¿Viste a mi madrina y mi hermanito?
—Sí.— Contestó su amigo antes de sacar su tablet y extenderselo— Tal como nos dijo el detective, continuan viviendo en la casa donde tú vivias antes.
La Tachikawa recibió la tablet y la revisó, ahí frente a sus ojos apareció la imagen de lo que un día fue hogar de su familia: Una casa bastante antigua color gris con una ventanas con marcos de madera. Algo llamó su atención, ya que la puerta estaba abierta y a las afueras había un gran letreto que decía: Tomoko Sweets.
—¿Por qué hay un letreto?
—Porque tu madrina tiene un negocio simple de dulce con el cual puede sobrevivir.— Respondió Koushiro— Verás, Tomoko sigue en tratamiento por su enfermedad de lupus y no puede hacer mucho esfuerzo de trabajo pesado.
Mimi hizo una mueca, lamentablemente su madrina sufría de esa horrible enfermedad que limitaba su vida.
—Ella no debería estar trabajando, ella tenía dinero.— La Tachikawa apretó su puño— Mas, tomó la pésima decisión de casarse con Kousei Minamoto y este despiadadamente le quitó todo su dinero, dejándola en la calle, sin importarle que sufriera de una cruda enfermedad.— Unas lágrimas aparecieron en sus ojos— Y al igual que a mí, le quitó uno de sus hijos, provocandole el dolor más terrible que puede sentir una madre.
El pelirrojo bajó la mirada, Tomoko era una de las tantas víctimas que sufrieron a causa de esos sin vergüenzas.
—Muero de ganas por verla.— Musitó Mimi— Y no solo a ella, también a mi hermanito, quién para variar no debe ser tan chiquito como la última vez que nos vimos.
~Recuerdo~
—No me gusta para nada ese chico rubio que te trajo a casa el otro día.— Regañó el castaño cruzándose de brazos.
—¿Por qué no?— Preguntó la mayor.
—Porque fuiste a comer helado con él.— Respondió el oji-azul.
—Si ¿y?
—No me gusta que salgas con extraños.— Contestó Ryo— Además ¿por qué le compras un helado a él y no a mi?
—Mi vida, ya te conté que él me ayudó el otro día.— Cuando un infeliz quiso aprovecharse de ella, pero omitiría ese detalle.
—Pues no me agrada.— Respondió el pequeña— Además, te mira de una manera que no me gusta.
Mimi alzó una ceja— ¿Qué vas a saber tú de mirar a las personas?— Cuestionó— Estás viendo demasiadas telenovelas.
El castaño simplemente rodó los ojos— ¡Como sea! No me agrada ¡Y no quiero volver a verlo!
—¡Eres un pequeño gruñón!— Mimi lo apretó por las mejillas.
—¡Suéltame!— Ryo en rápido movimiento de safó de su agarré.
Mimi rodó los ojos, su hermano era todo un caso— Mejor deja de regañar y arreglate para ir a la escuela, el bus pronto pasará por ti.
—No quiero ir.
—Pues tendrás que hacerlo.— Respondió la mayor.
—¿Por qué?
—Porque es tu obligación y debes cumplirla.— Contestó la oji-miel.
—¡Odio estudiar!— Elevó su voz.
—Y yo odio trabajar.— Mimi se cruzó de brazos— Pero ¿qué más le vamos a hacer? Para triunfar en esta vida hay que hacer sacrificios, niñito.— Se levantó del lugar donde estaba— ¡Y ya deja de reclamar! Tu lonchera está en la cocina.— Fue así como depositó un rápido beso en su mejilla y luego se dirigió al baño, debía ducharse para ir a trabajar.
Ryo simplemente refunfuñó para sí mismo, se levantó de su lugar caminó hacia la cocina, tomó su lonchera, disimuladamente guardó unos caramelos que su hermana tenía en la nevera para luego volver al salón principal, tomar su mochila, caminó hacia la puerta y salió del lugar dispuesto a caminar hacia la parada de autobús. Mas, algo llamó su atención...
La llave del agua.
Sonrió al ver esto. Lo que haría a continuación sería su venganza. Fue así como se acercó a ella y la giró provocando que el agua que corría en la ducha de Mimi se detuviera.
La castaña alzó una ceja— Pero ¿qué pasó?— Giró las llaves de la ducha, sin embargo, el agua no salió y supo al instante que sucedía.
Frunció el ceño.
—¡Ryo Akiyama no me vuelvas a hacer esto!— Gritó molesta— ¡Conecta el agua!
Sin embago, el pequeño ignoró esto y corrió hacia la parada de autobús.
~Fin del recuerdo~
—¿Sabes? Hoy revisé las redes sociales de tu hermano.— Comentó Koushiro.
Mimi alzó una ceja— ¿A sí?
Koushiro asintió— Es un joven emprendedor con ganas de salir adelante, se parece a tí.
La castaña observó nostálgica la fotografía de su hermano, tenía muchos recuerdos con él.
Era muy travieso y rebelde, a pesar de ser pequeño. A la vez era dulce y alegra cuando se lo proponía.
Koushiro mostró su móvil— Tiene un pequeño emprendimiento de meseros junto a unos amigos, además, cantan, animan fiestas de cumpleaños, entre otras cosa para pagar sus estudios.
—Para pagar sus estudios.— Repitió Mimi molesta—Él no debería hacer eso, pero lamentablemente los Ishida al quitarnos la herencia de mi madre lo condenaron a vivir una vida miserable, sin lujos, ni riquezas.— Declaró— Gracias al cielo que mi madrina aceptó cuidarlo, sino hubiera tenido que ir a vivir en un internado.
—Recuperarlo del orfanato hubiera sido imposible.— Comentó el pelirrojo.
La Tachikawa asintió, aunque ella no se hubiese hecho pasar por muerta, jamás le hubieran dado la tutela, después de todo, ella frente al mundo estaba loca.
Siempre se lamentaría haber pérdido a sus hijas, pero lo de Ryo también era una herida que siempre ardería en su corazón, después de todo, él era su milagro. Quizás, medio hermano por parte de madre, pero, lo sentía completamente de ella.
Suspiró.
Tenía muchas ganas de ver a su hermanito y a su madrina, mas, no podía acercarse, no quería levantar sospechas, ya que si lo hacia, ambos correrían peligro.
—¿Sabes? He pensado mucho las cosas.—Comentó el pelirrojo— Sé que no debes acercarte. Pero ¿Qué ocurre si Ryo se acerca a ti?
—¿Perdón?— Preguntó Mimi— ¿Cómo sería eso?
—Fácil.— Respondió Koushiro— Él es un chico que necesita dinero y tú ahora tienes mucho. Podrías ayudarlo.
—Sí, pero ¿cómo?
—Él necesita trabajo.
—Sí ¿y?...—Mimi musitó y en ese mismo minuto cayó en cuenta de algo.
¡Un minuto!
—Koushiro ¿tienes contratado a los meseros para la fiesta?
—No.— Respondió el pelirrojo.
—¿Estás pensando lo que yo estoy pensando?
Koushiro sonrió— ¿Por qué otra razón te hubiera mostrado la publicación de tu hermano?
—Haruna Anderson ¿te invitó a su fiesta? — Yamato le preguntó a su padre.
Hiroaki asintió— ¿Acaso no era obvio? Soy la cabeza principal y mayor de la empresa. — Quizás, Yamato era la cabeza visible al ser más joven, pero él era el mayor internamente y todos los sabían.
—¿E irás? — Preguntó Yamato.
—Obvio. — Respondió el mayor— Debo ir para saber de qué se trata, si esta mujer está interesada en que todos vayamos debe ser por algo ¿no?
El rubio hizo una mueca, su padre al parecer era fácil de seducir cuando trataba de dinero.
¡Toc, toc!
La puerta lateral sonó.
—Adelante.
En el lugar apareció una mujer de cabello oscuro con canas, ojos azules y piel arrugada—Permiso, señor Yamato.
El rubio reconoció a su ama de llaves— Layla ¿qué haces aquí?
—Vine a hablar contigo.
—Él está ocupado con nosotros. — Habló Toshiko— ¿Acaso no ves?
La ama de llaves hizo una mueca.
—Claro que tengo tiempo para ti Layla. —Yamato contradijo a su suegra— Dime ¿Ocurrió algo?
Layla asintió—Disculpe que lo moleste, pero quería saber si usted es responsable de esto.— Alzó una tarjeta entre sus manos— Me llegó una invitación a una elegante fiesta.
¿Qué?
Todos observaron sorprendidos a la ama de llaves.
—¿A ti también te invitó Haruna Anderson?— Cuestionó Toshiko.
La mujer de canas asintió.
—Debe ser un chiste.— Exclamó la mujer Takenouchi.
—¡Mamá!— Sora regañó a su antecesora.
—¿Qué?— Cuestionó Toshiko— Simplemente digo la verdad ¿cuando se había visto que una ama de casa sea invitada a un evento así?
Layla frunció el ceño y bajó la mirada, odiaba cuando se burlaban de ella.
—Tu madre tiene razón.— Musitó Hiroaki.
Yamato negó con la cabeza y volteo hacia la mucama— Layla, luego hablamos de eso.— Declaró— Por favor, ve a servir la cena.
La mujer asintió— Permiso.— Fue así como salió del lugar.
El rubio volteo hacia su padre— ¿Es necesario ser tan groseros con Layla?
—Es simplemente una empleada.— Respondió Hiroaki— No importa lo que le digamos.
—¡No es una simple empleada!— Regañó el oji-azul— Es parte de mi familia.
Layla cuidó de él desde pequeño, de Takeru y de sus hijas.
—¡Claro que lo es! Por algo sirve ¿no?
—¡Mamá!— Sora nuevamente regañó a Toshiko.
La mayor rodó los ojos— Como sea. ¿No les parece extraño que Haruna también invite a su mucama?
Sora y Yamato intercambiaron miradas.
—Pues sí, es extraño.— Admitió la pelirroja.
Nadie jamás invitó a Layla a un evento de ellos. Puertas adentro, Layla era parte de su familia, sin embargo, frente al resto ella era una empleada más. Pocos conocían el gran afecto que Takeru, Yamato y sus hijas le tenían.
—A mí la verdad no me da buena espina. — Comentó Toshiko— Primero le envía un regalo a Izumi, luego insiste en invertir en la empresa, a continuación nos invita a su fiesta, sin conocernos ¡Y más encima invita a la empleada!
—Al parecer quiere llamar la atención.—Habló Sora.
Yamato hizo una mueca— A mí me preocupa más que esté tan interesada en nuestra empresa que involucre incluso a mis hijas, quizás Nene comenzó a trabajar, pero está recién e Izumi con Rika ni siquiera han dado indicios de participar en la empresa ¿Por qué las invitaría?
—Además ¿por qué nos invita si ni siquiera nos conoce? — Musitó la pelirroja.
—A mí no me da buena espina que tenga a Koushiro Izumi como intermediario. — Comentó Hiroaki.
—No hay que preocuparse por eso, Koushiro es un buen tipo. — Respondió Yamato— Es un hombre serio que logró resurgir de las cenizas, no hay que preocuparse por él.
—Para mí es inevitable. — Comentó Hiroaki.
—Para mí también. — Respondió Toshiko— Después de todo, él era muy bien amigo de esa mujer…—Se detuvo— Ya saben quién.
Sora hizo una mueca— Madre ¿por qué tienes que traer siempre el pasado al presente? — Odiaba que su madre recordara a Mimi—Izumi y Nene podrían escuchar.
—Lo siento hija, pero es inevitable recordar que alguien tan nefasta pasó por nuestras vidas. — Musitó la castaña.
Yamato frunció el ceño, odiaba cuando Toshiko se refería de esa forma a la madre biológica de sus hijas. Sí, fue un apoyo en todo ese tiempo, pero ¿por qué debía hablar así de alguien que ya no estaba?
—Mejor guarda silencio. — Respondió la pelirroja antes de levantarse de su lugar— Y ya, vamos a comer.
Mientras tanto en Adachi.
Una mujer de cabello azul y ojos azules, apariencia bastante agotada, a pesar de su joven edad, intentaba levantar una caja con la mercadería que le llegó para su pequeño negocio, mas, no era posible, a pesar de ser pequeña, su condición física le pedía mucho esfuerzo.
—Hey, tía Tomoko.— Ryo se acercó a la mujer y tomó la caja— No haga fuerza, yo llevo esta caja.
La mujer sonrió—No es necesario, Ryo, no te preocupes por mí, no está pesada, yo puedo llevarla.
—Claro que está pesada.— Respondió el oji-azul—Tiene toda la mercadería del mes.— Depositó la caja sobre la mesa.
—Sí, pero no requiere de mucho esfuerzo.— Contestó Tomoko— Yo puedo llevarla al negocio y acomodar todo.
—Para atender el negocio estoy yo.— Musitó Ryo.
—Gracias, pero no es tu obligación hacerlo. — Habló la mujer de ojos azules y cabello azache.
—Claro que debo madrina. — Respondió el chico— Tú cada día estás más enferma, necesitas descansar.
Tomoko respiró profundo— Pero atender el negocio no requiere un mayor esfuerzo. — Acarició su mejilla— Yo tengo tiempo para eso, tú no, debes centrarte en estudiar.
—Me gustaría, pero tú bien sabes que no me gusta dejarte sola. — Respondió Ryo— Es necesario que descanses y alguien esté atento a ti, ya que no estás bien, no quiero perderte tan luego.
—Eso mismo decía mi hijo Koichi. — Musitó la mujer nostálgica y la tristeza llenó su corazón— Pero lamentablemente él terminó yéndose antes.
El Akiyama hizo una mueca ante esto, sabía que la pérdida de su hijo siempre sería el dolor más intenso que Tomoko llevaría en su corazón, la tristeza y desesperanza al recordarlo se reflejaba en sus ojos.
Lamentablemente el niño cayó por las escaleras cuando tenía once años de edad y falleció.
—Es una lástima que no continúe con nosotros. — Musitó Tomoko con tristeza.
—Sin duda. — Comentó Ryo—Él siempre quiso estar a tu lado desde que te declararon esta horrible enfermedad. — Tomó su mano— Y era seguro que te acompañaría…—Hizo una mueca— Todo lo contrario, a su gemelo, el idiota de Kouji que no es capaz de comportarse como un verdadero hijo y apreciar la excelente madre que tiene.
Tomoko hizo una mueca.
—Kouji me aprecia. — Respondió la mujer— Pero a su manera. — Hizo una mueca— Si él no viene es porque su padre, Kousei, no le gusta mucho que se relacione conmigo.
—Pero debería ignorar eso, usted es su madre después de todo.
Tomoko suspiró, entendía el enojo de Ryo, mas, no podía darle la razón, su corazón de madre no le daba lugar para criticar a su hijo. Así como tampoco podía criticar al Akiyama, después de todo, él era el hijo que le regaló la vida.
¡Toc, toc!
La puerta sonó llamando su atención.
Ambos intercambiaron la mirada.
—¿Esperas a alguien?
—No ¿y usted? — Respondió el oji-azul.
—No. — Contestó la Kimura.
Fue así como el castaño se levantó del lugar y caminó en dirección a la puerta para abrir. Grande fue su sorpresa al abrirla, ya que frente a sus ojos apareció cierto hombre de cabello rojo, ojos negros y piel pálida.
La impresión del oji-azul fue máxima al ver de quién se trataba.
—Buenas tardes.— Saludó el hombre.
—¿Kou-Koushiro?— Pronunció su nombre sorprendido.
—No puede ser.— Musitó Tomoko detrás al ver quién estaba en la puerta y se acercó— Esto ¿es un sueño?
—No lo creo.— Comentó Ryo— Porque yo también lo estoy viendo.
—Koushiro Izumi.— La mujer pronunció el nombre del pelirrojo.
—Hola señora Tomoko.— Musitó el pelirroja— Hola Ryo.
—Hola.— Respondió la mujer.
—Tanto tiempo.—Comentó Ryo.
El pelirrojo asintió— Bastante.
—Ven, pasa.— Musitó Tomoko señalando la puerta, fue así como el pelirrojo asintió e ingresó a la casa.
—¿Hace cuánto llegaste a Japón?
—Hace unos días.— Respondió Koushiro— Quise venir antes, pero tuve algunos asuntos que arreglar.
—Nos alegra verte mi niño.— Musitó Tomoko antes de abrazarlo.
El pelirrojo correspondió al gesto.
—Y a la vez sorprende.— Comentó Ryo— Pensamos que te tragó la tierra.
—Hace bastante no venías a Japón.— Habló Tomoko— Dime ¿cómo está la pequeña Akari?
—Está bien, bastante grande.— Musitó el pelirrojo.
—¿Por qué no vino contigo?
—Porque por esta ocasión vine solo a Japón.— Respondió el Izumi— Por mi trabajo.
—Pudiste venir antes ¿e?— Musitó Ryo. La última vez que vieron al pelirrojo fue hace nueve años.
—Lo siento, pero ustedes saben que luego de irme a Japón hace dieciocho años atrás, tengo una vida allá.— Respondió el pelirrojo— Como ya saben, trabajo en una empresa de suma importancia y tengo un cargo alto, requiere que esté siempre allá.
—¡Excelente cargo!— Exclamó el Akiyama— Tu atuendo y tu reloj lo reflejan.
—Pareces otra persona.—Comentó Tomoko.
—El que parece otra persona es Ryo.— Musitó Koushiro— Has crecido bastante, chico, ya no pareces ese joven adolescente que vi hace años.
Ryo sonrió— Pues no, ya tengo veinticinco años.
—Me enteré por ahí que ya estás en la universidad.— Comentó el pelirrojo.
El Akiyama asintió— Sí, sigo fielmente tus consejos, ya estoy en mi último año de Ingeniería en Sonido.
—Eso veo.— Musitó Koushiro.
Aun recordaba ese adolescente que insistía en no estudiar y que generalmente debía escuchar sus tediosos consejos de "Estudia para ser alguien en la vida"
—Me alegro por tí.— Musitó el pelirrojo.
—Gracias.—Respondió Ryo.
—¿Y tú Tomoko?— Le preguntó a la oji-azul— ¿Cómo vas con tu tratamiento con anemia aplásica?
La mujer suspiró— Regular.—Contestó— Algunos días son malos, otros son buenos, sin embargo, el último tiempo me he sentido mejor.
—Los tratamientos han dado fruto.— Comentó Koushiro. Al menos tenía mejor rostro que la última vez que la vio hace unos años cuando vino al funeral de su hijo, Koichi.
Tomoko asintió— Algo así.
Los tratamientos a través de medicamento, transfusión de sangre y descanso le permitía mantenerse en pie.
—Veo también que continuan con su pequeño emprendimiento.— Musitó Koushiro y señaló el estante frente a ellos.
—Sí, pues...—Ryo llevó una mano a su nuca— Vender dulces y golosinas funciona con el infantil público que tenemos. Nos ha ayudado bastante.
—Al menos para pagar las cuentas de la casa.— Musitó Tomoko.
¿Quién lo diría? Pensó Koushiro.
Pasar de ser la mejor empresaria de Tokyo a vender dulces en su casa. Eso era realmente injusto, Tomoko no merecía eso.
—Por ahí me enteré que Ryo tiene un pequeño emprendimiento de meseros, animadores de fiestas, eventos, entre otras cosas.— Comentó el pelirrojo.
—¿Cómo lo supiste?— Preguntó el oji-azul.
—Lo vi en tu red social.—Contestó Koushiro— Dime ¿es verdad?
—¿E? S-sí junto a unos amigos tenemos un "club" de meseros para eventos, pero llevamos pocos contratos lamentablemente.— Comentó Ryo— ¿Por qué preguntas?
—Porque me dio curiosidad.— Musitó el pelirrojo.
—¿Curiosidad?— Preguntó el hermano de Mimi— ¿Por qué?
—Porque vine para ofrecerte trabajo.
—¿Trabajo?— Preguntó el castaño.
Koushiro asintió— Verás, estoy trabajando para una mujer muy importante que realizará una fiesta muy importante. Habrán muchas personas en aquella fiesta y necesitamos meseros extra, porque lamentablemente nos fallaron los que habíamos contratado.— Habló— Y justo me encontré con tu publicación para eventos como mesero o dj, entonces pensé en contratarte.
—¿De verdad?
El pelirrojo asintió—Sí, verás, necesito alguien de fiar para este trabajo y supongo que tus amigos también son de fiar.
—Pues claro, intentamos siempre brindar un servicio de calidad.
—Eso espero, ya que esta será una oportunidad única, la señorita Haruna Anderson les pagará bastante bien si atienden. Todo está listo, la comida, la decoración, la música, ustedes solo deberán ir a servir.
El oji-azul alzó las cejas sorprendido— ¡Wow! — Exclamó— Muchas gracias Koushiro por pensar en nosotros, pero tengo de hablarles antes a mis amigos y preguntarles si pueden ¿Cuándo es la fiesta?
—Mañana en la noche. — Respondió el pelirrojo— Será a las ocho y tal vez salga tarde, pero como dije les pagaremos bien. Te daré tiempo para que les preguntes a tus amigos, ojalá me des la respuesta hoy antes de las siete por favor.
—Está bien. — Contestó el oji-azul. Al instante llamaría a Hikari, Daisuke y el resto para informarles sobre esto.
Hikari se observó atentamente al espejo mientras acomodaba sus pendientes.
Takuya pasó por fuerte y golpeo levemente la puerta abierta— Toc, toc ¿puedo pasar?
La castaña sonrió y volteo hacia él— Claro, primo.
El moreno observó a su prima de pies a cabeza— ¡Vaya! ¿Por qué tan arreglada?
Hikari hizo una mueca— ¿Me veo mal?
—No.— Respondió Takuya— Te ves bellísima, pero diferente a lo común, dime ¿por qué estás así? ¿Vas a salir?
La chica asintió— Si, voy a salir.
—¿Con tus amigas?
Hikari negó— No.— Contestó— Con Takeru.
—¿Q-qué?— Takuya no pudo evitar alarmase ante esto—¿Vas a salir con ese rubio?
—Si.— Respondió la chica— Me invitó a cenar a un restaurante.
—Debe ser una broma.— Musitó el moreno.
—Tranquilo.— Contestó la chica mientras acomodaba sus botas— Dejé cena de ayer en la nevera, solo debes calentarla en el microondas.
—No lo digo por eso, Hika.— Musitó Takuya ofendido, amaba comer, pero su hambre no era mayor a sus ce...¡No! A su protección de primo— Lo digo porque es una locura que salgas con ese chico.
Hikari alzó una ceja—¿Por qué dices eso?
—Porque es prácticamente un desconocido.— Respondió el moreno— Apenas lo conociste hace unos días.
—Si ¿y?
—¿Va enserio tu pregunta?— Cuestionó Takuya— Saldrás con un desconocido ¡A cenar! Eso significa que será tarde, de noche, eso es doble peligro. Estarás sola en medio de la noche con un desconocido.
—No te preocupes, Takeru es un buen chico.
—¿Buen chico?— Preguntó el moreno— Recién lo conoces.
—Bueno, eso es lo que me han comentado.
—Lo que dice la gente no siempre es verdad.— Respondió Takuya— Es un chico rubio de ojos azules, básicamente el perfil de chico perfecto, todos pueden hablar bien de él. Pero ¿qué ocurre si detrás de esos safiros se encuentra un maníatico?
—Estás exagerando Takuya.— Hikari rodó los ojos.
—Claro que no.— Contestó el moreno— Simplemente estoy siendo realista. No conoces a ese chico, no deberías aceptar salir con él, mucho menos de noche.
¡Genial! En ausencia de un padre o hermano celoso tenía a un primo, posesivo y celoso ¿Cuando se había visto algo así?
—Dices eso porque estás celoso.— Respondió la chica mientras acomodaba su chaqueta.
—No son celos.— Exclamó el moreno— Simplemente me preocupo por ti.
Hikari sonrió de lado— Agradezco que te preocupes por mí, primo, pero no es necesario que lo hagas, yo soy grande, dueña de mis decisiones y sé muy bien con salgo.
Takuya hizo una mueca enfadado, no le gustaba esto.
—Por cierto, hoy me acabó de llamar Ryo. — Comentó la Yagami.
—¿A sí? — Preguntó el moreno.
La chica asintió— Y me ofreció un trabajo de mesera para una fiesta que se realizará mañana, ya sabes con los chicos tenemos el emprendimiento.
—Sí, algo me comentaron. — Musitó Takuya.
—Pero Tomoki no podrá ir, porque tiene un compromiso con su familia. — Habló Hikari— Entonces, Ryo me dijo que te preguntara a ti si quieres ocupar su puesto, al parecer la fiesta es grande y necesitan un buen número de meseros ¿Te gustaría?
¿Un trabajo extra? Eso sonaba bien, hoy más que nunca necesitaba juntar dinero.
—Está bien. — Respondió el moreno— Voy.
Hikari sonrió— Genial, le avisaré a Ryo.
Y el corazón, no tiene cara
Y te prometo que lo nuestro nunca va a terminar
Y el amor vive en el alma
Ni con un deseo, sabes que nada de ti irá a cambiar
Nadie es perfecto en el amor
Ay, seas blanquita, morenita, no me importa el color
Mírame a mí, mírame bien
Aunque tenga cara de bonito, me acomplejo yo también
Si eres gorda o flaca
Todo eso no me importa a mí
Tampoco soy perfecto
Solo sé que yo te quiero así
Takeru cantaba a todo pulmón y con mucha felicidad aquella canción la verdad estaba muy emocionado por su cita con Hikari, tanto así que se colocó un elegante traje y rocío, mejor dicho vacío toda su colonia sobre él.
Hace mucho tiempo no iban a una cita dentro de su amarga experiencia con su ex novia Catherine no quiso salir con nadie más. Antes de salir con ella, él era todo un casanova sin embargo luego de ser engañado decidió darse un tiempo para sanar sus heridas. Hoy por primera vez aceptada salir con alguien, mejor dicho él se animaba a invitar a alguien.
Observó el reloj de la radio de su automovil.
Iba a tiempo.
Sonrió.
Nada podía salir mal.
(O tal vez sí)
Takeru llevó su mano derecha a su chaqueta para buscar su móvil. Grande fue su sorpresa al no sentirlo, fue así como cambio de mano a su bolsillo izquierdo y no lo encontró.
¡Rayos!
Observó a su alrededor buscando su cell-phone, sin embargo, no estaba.
¡Rayos, rayos, rayos!
Pensó.
Debido a su búsqueda no puso atención a su conducción, por donde iba y como estaba el semáforo, tanto así que sin querer pasó de largo y...
¡Plap!
Su auto se estrelló contra otro.
+Haré una pequeña aclaración, para clase alta es importante, elegante, una tradición antigua y clasista recibir una invitación en conjunto como familia, incluso llega a ser machista, pero es un orden de jerarquía.
+Pequeño detalle, Ryo está con Tomoko de manera "ilegal" frente a la justicia, ella no está a cargo de él.
