REVENGE
~Capítulo 12 Parte I~
Sora observó la escena frente a ella literalmente sin poder creer lo que veía. Yamato, su esposo, su compañero de vida, su mejor amigo, en quién más confiaba en su vida le estaba siendo infiel.
¡Infiel!
Y más encima con esa rubia, Nanami, a quién ella consideraba una "amiga" y compañera ¡Le dio la oportunidad de trabajar en su empresa!
¡Y la apuñaló por la espalda!
¿Cómo no se había dado cuenta? ¿Cómo no sospecho de esto? ¿Cómo rayos Yamato había caído ante esa tentación?
—Yamato ¿qué rayos estás haciendo?— Preguntó la pelirroja y miles de lágrimas brotaron de sus ojos.
¡Oh no! Pensó el Ishida y rápidamente se levantó del asiento acomodando su camisa.
—Sora esto no es lo que parece.
—¿Cómo qué no?— Preguntó Sora— ¡Se estaban besando!
—N-no, Sora, fue un mal entendido.— Musitó Nanami.
—¡Claro que no!— Contestó la pelirroja— ¡Los vi!
—Viste mal.—Respondió Yamato— Yo jamás haría como eso.
—Yo menos.— Musitó Nanami.
Sora lanzó una carcajada irónica.
—¿A no?— Fue así como sacó su móvil y desbloqueo la pantalla— ¿Esto no dice nada?
¿Qué?
Yamato y Nanami observaron el móvil con esa imagen, luego Sora la comenzó a deslizar y finalmente, llegó a un video.
Pero ¿de dónde rayos salió eso?
—Sora, todo tiene una explicación.—Habló el rubio.
—¿Explicación?— Cuestionó la pelirroja y apretó su puño con ira— ¿Cuál? ¿Qué querías reírte de mí a mis espaldas?
—No, claro que no.— Respondió Yamato acercándose a ella.
—Lo que estaba ocurriendo aquí no es lo que crees, nosotros simplemente estábamos...
—No intentes darme explicaciones Yamato, está más que claro que te estabas acostando con ella.— Respondió la pelirroja en un grito— ¡No puedo creerlo! ¡Pensé que me querías! Llevamos mucho tiempo juntos, nos acompañábamos en todo, te di toda mi vida y me engañas así.
Yamato se mordió el labio inferior, no sabía cómo rayos Sora había llegado hasta ahí.
Nanami terminó de abrochar su top y observó a Sora totalmente avergonzada, nunca se hubiera imaginado que los encontrarían en el acto mismo.
—Dime ¿hace cuanto ustedes tienen un amorío?
—¿Amorío?— Preguntó Yamato sorprendido— Sora esto no es un amorío.
—Entonces calentura.
—N-no, Sora, esto es un error.—Intentó hablar Nanami, caminó hacia la pelirroja—Sora lo que ocurrió aquí no es...
—¡Tú no me hables!— La pelirroja le gritó a la rubia— ¡No puedo creer lo que hiciste! Pensé que eras mi amiga, te di la oportunidad de comenzar tu carrera en mi empresa, te permití ser parte de muchos desfiles, ejemplo el de hoy para impulsar tu carrera, porque conozco la situación de tu familia y sé todo lo que has pasado, por eso quise brindarte una mano. Pero me respondiste de la peor manera.— Habló— Eres una zorra, una gata, vulgar...
Nanami frunció el ceño— ¡No me insultes!
—¡Cállate gata! Los animales no hablan.— Gritó la pelirroja y sin controlar su ira le dio una bofetada tan intensa que provocó que la chica giraba el rostro ante esto.
La rubia llevó una mano a su mejilla y bajó la mirada.
—Esta cachetada es lo mínimo que te mereces, prostituta.— Gritó Sora antes de jalar su cabello.
Yamato hizo una mueca ante esto y rápidamente interfirió— Sora, sora...—La agarró de los brazos— Tranquilízate.— La tomó de las muñecas.
Sora apretó los dientes— Defiendes a tu amante ¿e?— Rápidamente movió sus manos soltándose de su agarré— Te odio.— Habló con rabia antes de voltear dispuesta retirarse.
Yamato rápidamente avanzó tras ella y tomó su mano— Sora, no te vayas.
—¡Suéltame Yamato!— Respondió la pelirroja molesta— ¡No te quiero escuchar!— Y con todas sus fuerzas le dio una bofetada al Ishida— Nunca más te me acerques.— Habló antes de soltarse de su agarre y luego hacia la rubia— Y tú tampoco, perra.— Sin decir más salió de la habitación.
La sala de espera estaba llena de un zumbido animado mientras las modelos se preparaban para su próxima pasarela. Izumi, la diseñadora de moda, entró con una sonrisa en su rostro, saludando a cada una de las modelos con calidez y gratitud.
—¡Chicas! —exclamó Izumi, captando la atención de todas— Quiero tomarme un momento para agradecerles a cada una de ustedes por su increíble trabajo hoy. Han hecho que mi visión cobre vida de una manera que ni siquiera imaginé.
Las modelos se miraron entre sí, sonriendo y asintiendo con gratitud hacia Izumi.
—Trabajar contigo ha sido un verdadero placer, Izumi —dijo una de las modelos, con sinceridad en su voz—. Tu creatividad y tu pasión son contagiosas.
Izumi asintió, con humildad.
—Gracias, de verdad. Pero este desfile no habría sido posible sin el talento y la profesionalidad de todas ustedes. Cada una ha aportado algo único, y estoy increíblemente agradecida por eso.
Las modelos intercambiaron abrazos y palabras de ánimo entre ellas, compartiendo el vínculo especial que habían formado a lo largo del proceso. Izumi se acercó a cada una de ellas, expresando su gratitud personalmente y deseándoles lo mejor en sus futuras carreras.
—No puedo esperar para ver dónde los lleva su próximo paso en este mundo de la moda —dijo Izumi, con una sonrisa—. Y recuerden, si alguna vez necesitan un lugar donde recargar sus baterías o simplemente charlar, las puertas de mi estudio siempre estarán abiertas para ustedes.
Las modelos se despidieron con abrazos cálidos y promesas de mantenerse en contacto. Izumi observó con orgullo mientras se retiraban, sintiéndose profundamente agradecida por haber tenido la oportunidad de trabajar con un equipo tan talentoso y dedicado.
—Vengan, señoritas, su transporte está listo.— Musitó Miyako.
Todos dirigieron su mirada hacia la mujer.
Izumi asintió, agradecida por el aviso de Miyako. Con una última mirada hacia las modelos que se alejaban, la rubia se dirigió hacia la puerta principal del lugar del desfile, seguida de cerca por Miyako y el resto del equipo.
El aire fresco de la noche los recibió cuando salieron del edificio, y a lo lejos pudieron ver el bus estacionado, listo para llevar a las modelos de regreso a sus destinos.
—Señoritas, por favor, suban al autobús —dijo Miyako, abriendo la puerta del vehículo con un gesto acogedor.
Las modelos se despidieron con abrazos finales y sonrisas, intercambiando miradas llenas de complicidad y gratitud con Izumi y su equipo mientras subían al autobús.
—¡Hasta pronto, chicas! —exclamó Izumi desde la acera, agitando la mano mientras el bus comenzaba a alejarse.
Las modelos asomaron la cabeza por las ventanas, devolviendo el gesto con entusiasmo antes de desaparecer en la oscuridad de la noche.
Izumi suspiró, sintiéndose llena de gratitud y satisfacción por el éxito del desfile y la experiencia compartida con su equipo y las modelos. Con una sonrisa en el rostro, se dio la vuelta para regresar al estudio, lista para comenzar a planificar su próximo proyecto con renovado entusiasmo y determinación.
No obstante, la rubia ignoraba que, su abuela, Toshiko, observaba la escena y sin dudarlo, tecleo en su móvil.
"La mercancía va en camino"
Mientras tanto a unas calles de este lugar, Haruna Anderson se encontraba en su automóvil hablando por celular con Koushiro.
—Las modelos acabaron de salir.— Informó la castaña.
—¿Colocaste el rastreador en la camioneta?
Haruna asintió.
—No fue difícil, estaba en el estacionamiento.— Declaró la oji-miel— No obstante, había una cámara de seguridad.
—No te preocupes por eso, yo me encargaré de eliminar toda prueba en nuestra contra luego de haber verificado lo que pienso.
—¿Haber verificado?— Preguntó Haruna—¿Qué vas a hacer?
—Seguir al bus.
—¿Qué?— Exclamó la castaña alarmada— ¿Estás loco?
Koushiro negó: —No lo estoy.
—¡Claro que sí!— Respondió— Vas a seguir al bus, eso es de una persona demente. Corres muchos riesgos.
—Lo sé, Mimi, lo sé.— Musitó el pelirrojo— Pero no tengo opción, debo verificar con mis propios ojos si mis sospechas son ciertas.
Mimi sintió como el pecho se le apretaba ante esta declaración, debido a la preocupación.
—Koushiro, por favor, no lo hagas.— Rogó— No juegues con fuego, recuerda lo que sucedió con Taichi por intentar desenmascarar a estas personas.—Mencionó— ¡Recuerda lo que hicieron conmigo!
Taichi fue asesinado, y ella casi lo fue, además de ser llamada loca frente a los tribunales.
—Sin mencionar todo lo que hicieron contra ti por la sospecha de que nos estabas ayudando.— Declaró.
—Sí lo recuerdo.— Respondió— Es por eso mismo que hago esto, Taichi no logró hacer justicia, nosotros debemos hacer esto en su nombre. Por todas las personas que son víctimas de Toshiko e Hiroaki.
Sí, tenía razón.
—Eso no quita que me preocupe por ti.
—Tranquila, estaré bien.— Contestó el pelirrojo— Nos hemos preparado mucho para esto.
Eso también era verdad, se prepararon en muchos sentidos para lograr hacer justicia. Debía dejar de lado su miedo y hacer lo que debía hacer.
—Bueno, ya todo terminó.—Musitó la rubia.
El moreno asintió.
—Ahora a descansar.
—Sí.— Izumi sonrió ante esto, verdaderamente le hacía falta un descanso.
—¡Por cierto!— Takuya recordó algo—Tengo algo para ti.
—¿A sí?
El moreno sacó de su chaqueta
Izumi tomó la invitación con sorpresa, examinándola con curiosidad antes de levantar la mirada hacia Takuya.
—¿Qué es esto? —preguntó Izumi, con la intriga reflejada en sus ojos.
Takuya esbozó una sonrisa nerviosa, buscando las palabras adecuadas para explicar.
—Es una invitación... para un concierto —respondió Takuya, sintiendo la emoción burbujeando en su interior—Es el concierto de nuestra banda, y me encantaría que vinieras.
Izumi se quedó boquiabierta, sin palabras ante la sorpresa inesperada. No esperaba que Takuya la invitara a un evento tan significativo para él.
—¡Oh, Takuya! —exclamó Izumi, su rostro iluminándose con una sonrisa— ¡No puedo creerlo! ¡Claro que iré!
Takuya se relajó al ver la expresión de alegría en el rostro de Izumi, sintiendo una oleada de alivio y felicidad inundándolo.
—¡Genial! —dijo Takuya, su voz llena de entusiasmo— Será increíble tenerte allí apoyándonos.
Izumi asintió con emoción, sintiendo la gratitud y la emoción llenando su corazón ante la muestra de aprecio de Takuya.
—¡No puedo esperar para verlos actuar! —exclamó Izumi, sus ojos brillando con anticipación.
Takuya sonrió ampliamente, sintiendo un calor reconfortante en su pecho al ver la emoción de Izumi.
—Va a ser una noche para recordar, eso te lo garantizo —dijo Takuya con confianza, anticipando la emoción del concierto y la alegría de compartirlo con Izumi.
Mientras tanto en las afuera de la mansión Ishida.
Nene, Kiriha y Rika se encontraban en un auto, minutos antes habían ido a dejar al "novio" del rubio a su casa y ahora, el Aonuma vino a dejar a las hijas de su jefe a su hogar.
La pelirroja fue la primera en bajar del auto.
—Ey, Rika.— Nene llamó a su hermana.
—¿Sí?
—¿No vas a agradecer el traslado?— Preguntó la castaña.
Rika hizo una mueca, por unos minutos se le había olvidado ser "educada"
Fue así como volteo hacia el auto.
—Muchas gracias, Kiriha, por traerme.
El rubio asintió sin mucho interés, la verdad es que no esperaba un agradecimiento de Rika, después de todo, no las trajo de muy buena manera, fue prácticamente una petición que le hizo su "novio" para cuidar a ambas jovencitas. Y, de paso, insistencia de Nene.
—De nada.
Fue así como la menor pasó su mirada por su hermana esperando su "aprobación" para ingresar retirarse.
Nene le hizo una seña con la mano y Rika rodó los ojos, fue así como volteo en dirección hacia la mansión y caminó hacia ella.
Mientras tanto, en el auto, Nene volteo su mirada hacia el chofer, Kiriha.
—Gracias por traernos.
—No me agradezcas.— Respondió el oji-azul sin mucho interés.
—Al parecer no te gustó el desfile ¿e?
Kiriha volteo hacia ella, sin mucho ánimo—¿Por qué dices eso?
—Porque tu rostro lo dice.
En otro momento, probablemente lo hubiese negado, pero a estas alturas no tenía energía para mentir.
—Ryouma se veía emocionado ¿e?
Kiriha hizo una mueca, no quería hablar de ese sujeto.
—Al parecer le gustó.
—Sí, se veía bastante entusiasmado —respondió Kiriha con un tono neutral, aunque había un deje de disgusto en sus palabras.
Nene notó la reacción y decidió no presionar más sobre el tema. Sabía que Ryouma era un tema delicado para Kiriha, así que cambió de conversación.
—¡Ey! ¿Por qué hablas así?— Preguntó— Como si no tuvieras ánimo al hablar de tu pareja.
"Pareja"
Esa palabra resonó en su cabeza y sintió un verdadero revoltijo en su estómago.
Quería vomitar.
—Nene, estoy agotado, quiero irme a mi casa.— Respondió el rubio.
La castaña hizo una mueca, Kiriha parecía disgustado con su presencia, eso era obvio.
—Bueno, entonces, me voy.— Fue así como la castaña se acercó a Kiriha para depositar un beso en su mejilla en señal de despedida, no obstante, se acercó a su oído para susurrar: —Lastima que seas gay. Ya que, si no lo fueras, podríamos disfrutar de muchas cosas juntos.
Kiriha se mordió el labio inferior ante esto, la cercanía de Nene era peligrosa, muy peligrosa, su aroma a frutilla inundaba su olfato, el rosar de sus labios los hacia más provocadores y la sensualidad en su voz era algo extremadamente seductor.
La castaña nuevamente besó su mejilla, se alejó del rubio y se dispuso a abrir la puerta, no obstante, antes que hiciera esto, Kiriha la tomó por el brazo.
—Nene.—El rubio llamó a la castaña.
—¿S?— La chica volteo y apenas hizo esto, Kiriha se acercó a su rostro para unir sus labios en un intenso beso.
Nene se sorprendió ante esto, sin embargo, no dudó en corresponder con intensidad.
El autobús avanzaba por la carretera oscura, con las modelos charlando animadamente entre sí mientras disfrutaban del viaje de regreso después del exitoso desfile de moda. El murmullo de conversaciones llenaba el interior del vehículo, creando una atmósfera de camaradería y satisfacción.
De repente, un estruendo resonó en el aire cuando un disparo impactó en una de las ruedas traseras del autobús. Un grito de sorpresa se elevó entre las modelos, seguido de un frenético murmullo de confusión y miedo.
El autobús se tambaleó violentamente antes de detenerse bruscamente en el costado de la carretera. Las modelos se aferraron a sus asientos, mirando con temor hacia afuera mientras el polvo se levantaba en el aire.
Entonces, la puerta del autobús se abrió de golpe, y varias personas desconocidas subieron a bordo, sus rostros ocultos tras pasamontañas y armados con armas.
—¡Todos quietos y en silencio! —gritó uno de los intrusos, su voz resonando con autoridad mientras apuntaba con su arma hacia las modelos y el resto de los pasajeros.
Las modelos se miraron entre sí, sus corazones latiendo con fuerza mientras trataban de procesar lo que estaba sucediendo. El miedo se apoderó del ambiente, mezclado con la determinación de mantenerse fuertes y unidas en medio de la adversidad.
—¿Qué quieren de nosotros? —preguntó una de las modelos, su voz temblorosa pero firme.
Los intrusos intercambiaron miradas entre sí antes de que uno de ellos se adelantara, su expresión oscura y amenazante.
—No necesitan saberlo —respondió con frialdad—. Solo sigan nuestras órdenes y nadie saldrá herido.
Las modelos intercambiaron miradas preocupadas, pero sabían que debían mantener la calma y seguir las instrucciones si querían salir de esta situación a salvo. Con el corazón en la garganta, esperaron en silencio mientras el autobús permanecía detenido en medio de la noche oscura, el destino desconocido y la incertidumbre pesando sobre ellos.
Kiriha movió sus labios sobre los de Nene, mientras ambos disfrutaban de aquel beso tan apasionado. Kiriha depositó su mano en la pierna de la castaña, mientras Nene abrazaba al rubio por el cuello. El juego de sus lenguas pasó de ser apasionado a uno más pronunciado, donde la castaña succionaba de la lengua del rubio. Kiriha mordió su labio inferior.
Sin embargo, cuando las cosas se iban a colocar intensas, la puerta trasera del automóvil se abrió de golpe, rompiendo el momento íntimo entre ellos. Ambos se separaron al instante, sorprendidos y un poco avergonzados por ser interrumpidos de esa manera.
Rika, la hermana de Nene, asomó la cabeza por la puerta entreabierta, con una expresión entre sorprendida y divertida en su rostro.
—¡Uh! ¡Rayos! Creo que estoy interrumpiendo algo.
Nene y Kiriha se miraron, sintiendo el rubor subir por sus mejillas ante la presencia inesperada de Rika.
—Rika, ¡¿qué estás haciendo aquí?! —preguntó Nene, tratando de recuperar la compostura.
Rika se encogió de hombros con fingida inocencia.
—Se quedó mi móvil aquí en el auto y no me di cuenta.— Musitó antes de buscar entre los asientos— ¡Aquí está!
¡Rayos!
Kiriha pasó sus manos por su camisa intentando acomodarla, mientras Nene intentaba arreglar su falda.
—¿E? Cre-creo que es mejor que me vaya.— El rubio aclaró su garganta.
—S-sí.—Respondió Nene molesta.
Lamentablemente, tendría que irse.
Kiriha asintió.
Fue así como la castaña se bajó del auto, y el rubio se alejó.
Rika observó a Nene con una sonrisa en el rostro.
La castaña notó esto: —¿Qué ocurre, Rika? ¿Por qué me miras así?
—Por nada.— Respondió la pelirroja— Simplemente me parece divertido que te hagas quedado con las ganas.
Nene frunció el ceño.
—Eres bastante imprudente ¿e?— Declaró— Aprende modales.
—¿Modales?— Preguntó Rika— No creo que sea de una niña perfecta de sociedad, tener estos encuentros en un auto, a mitad de calle, en medio de la noche.
La castaña se ruborizó ante esto.
—¡Entrométete en tus asuntos, niña!— Exclamó antes de voltear hacia la mansión y caminar.
Takuya llegó al piso número cuatro de la compañía, era tarde ¡Muy tarde! Casi todos se habían ido del lugar, no obstante, él cuando quiso retirarse, recordó que dejó sus pertenencias en el set donde generalmente realizaba las sesiones de fotos.
Sí, tuvo que subir todo el edificio para ir a buscar sus cosas y poder irse a su departamento.
Fue así como, al llega al ser encontró su mochila y el estuche de la cámara, rápidamente guardó su artefacto de trabajo y luego tomó su mochila, dispuesto a retirarse. No obstante, no alcanzó a llegar al ascensor, cuando escuchó un fuerte ruido, como de vidrios romperse.
El moreno alzó una ceja sorprendido ante esto.
¿Qué ocurría?
Otro ruido más llamó su atención.
Takuya frunció el ceño, intrigado por los ruidos, ya que provenían de la oficina de la dueña de la compañía, Sora Ishida. Con pasos cautelosos, se acercó al lugar, tratando de identificar de dónde venían esos sonidos. Al llegar a la puerta entreabierta, su corazón latía con fuerza, preguntándose qué podría estar sucediendo.
Empujó la puerta lentamente y asomó la cabeza, encontrándose con una escena inesperada.
Takuya se sorprendió al ver a la dueña de la compañía llorando totalmente desconsolada mientras derribaba las cosas de su escritorio. Con lágrimas desbordando sus ojos, Sora derribaba sus estantes, libros y documentos con gestos de desesperación y furia.
La pelirroja sacó observó su móvil, Takuya exactamente no pudo distinguir lo que era.
Sora observó atentamente la fotografía de Yamato— ¿Por qué hiciste esto?— Preguntó— Idiota.— Sin piedad, lanzó su smartphone contra la pared.
¿Por qué le hizo esto?
Ella sabía que Yamato no la amaba, siempre fue consciente de eso, desde el primer minuto en el cual aceptó casarse con él.
Pero lo único que le pedía era sinceridad y fidelidad.
Quizás, no se amaban, pero ella lo consideraba su compañero de vida, su amigo, prácticamente el mejor, porque estuvo para ella cuando más necesitó apoyo, así como ella estuvo para él.
Sin embargo, Yamato terminó siendo igual que el resto de los hombres.
Igual que Taichi
Quién no le interesó serle infiel, sabiendo que ella lo amaba con todo su corazón.
—¿E? Disculpe, señora Ishida.— Una voz se hizo presente en el lugar provocando que la pelirroja se sobresaltara y alzara la mirada.
—Ta-takuya...—Sora se sorprendió al verlo— ¿Qué haces aquí?
—Vine a buscar mi laptop que se me quedó.— Respondió el castaño— Verá, tenía que hacer unos retoques a unas fotografías.— Habló antes de acercarse— No esperaba encontrarla aquí.
Sora hizo una mueca.
—¿Qué sucede? —preguntó Takuya con preocupación mientras se acercaba a Sora.
—N-nada —respondió ella, tratando de ocultar su rostro entre sollozos.
Takuya frunció el ceño, notando las lágrimas que corrían por las mejillas de Sora.
—¿Estás segura? No pareces estar bien —dijo Takuya con una expresión de preocupación—. Estás llorando.
—¿Llo-llorando? —Sora trató de secar sus lágrimas con rapidez—. Estás equivocado.
Takuya hizo una mueca, pero luego se acercó y puso su mano en el hombro de Sora.
—Claramente no estás bien, señora Ishida —murmuró—. Dígame qué está pasando.
—E-es que y-yo... —Sora intentó hablar, pero las lágrimas la abrumaron—. N-no, estoy bien. ¡Lo admito!
—¿Puedo hacer algo para ayudarla? —preguntó Takuya, ofreciendo su apoyo.
—N-no —respondió Sora entre sollozos—. Nadie puede ayudarme. ¡Nadie!
Las lágrimas volvieron a brotar y Sora se sintió impotente ante la marea de emociones que la invadía.
Takuya hizo una mueca, jamás esperó encontrarse con ella en esa situación. Fue así como por instinto (Y casi de manera inconsciente) Rodeo a la pelirroja con sus brazos en un cálido abrazo.
Sora se sorprendió ante esto, por alguna razón al sentir el abrazo de aquel joven, ya que toda la angustia que sentía se convirtió en algo totalmente diferente. Todo su ser sintió...
Paz.
Fue algo indescriptible que jamás había sentido...
¡Corrección! Que sí sintió una vez, pero hace mucho tiempo...
~Recuerdo~
Sora yacía en la habitación del hospital, rodeada por una atmósfera de expectación y emociones. Taichi permanecía a su lado, sosteniendo su mano con fuerza mientras ambos esperaban ansiosos la llegada de su hijo.
El personal médico, compuesto por enfermeras, matronas y cirujano atentos, brindaba apoyo y asistencia constante. La habitación estaba decorada con toques personales, creando un entorno acogedor y tranquilo para recibir al nuevo miembro de la familia.
Sora, entre respiraciones entrecortadas, miraba a Taichi con una mezcla de miedo y dolor.
A su alrededor, las palabras de aliento de los profesionales de la salud se mezclaban con el suave zumbido de los equipos médicos.
—¡Vamos, Sora!— Exclamó Taichi— ¡Tú puedes, solo puja!
—No, no puedo.— Declaró la pelirroja— ¡Me duele mucho!
—¡Claro que puedes!— Habló la matrona
—¡Duele!
—Sí, duele.— Declaró la enfermera— Pero has esperado mucho hasta ahora, no puedes rendirte en este minuto.
—Respira profundo, cariño. Todo estará bien — susurró Taichi, acariciando delicadamente la frente de Sora.
Después de momentos de intensidad, la sala se llenó con el llanto del recién nacido. Las lágrimas de alegría llenaron los ojos de Sora mientras el personal médico entregaba al pequeño a sus brazos.
—¡Nació! — exclamó una enfermera con una sonrisa.
Sora se dejó caer sobre la camilla y cerró sus ojos, intentó recuperar el aliento, estaba verdaderamente cansada.
—¿Cómo está mi hijo?— Escuchó la voz de Taichi.
—Muy bien.— Respondió la matrona.
Al abrir sus ojos pudo ver como una enfermera se acercaba con su bebé.
—Aquí tiene a su pequeño.— Fue así como lo depositó al pequeño en su pecho.
Su corazón comenzó a latir como loco, la felicidad inundó su ser y la paz que sintió en ese momento fue...
Indescriptible.
Sora observó sorprendida al pequeño y lo rodeo con sus brazos.
Unas lágrimas brotaron por sus ojos, pero estas a diferencia de las otras no eran de dolor, si no de emoción.
Sora miró a su hijo con una mezcla de amor y asombro, mientras Taichi sostenía su cabeza. En ese instante, la habitación estaba llena de la presencia de la nueva vida que habían traído al mundo, marcando el comienzo de una nueva etapa en la vida de la familia.
—Mi bebé hermoso.— Besó su frente— Te amo mucho, con todo mi corazón y siempre lo haré.
~Fin del recuerdo~
El desconcierto de Sora fue máximo al recordar ese momento ante el abrazo de este chico.
Y la impresión fue mayor aun, porque siempre que recordaba a su hijo la desesperación invadía su ser. Sin embargo, esta vez fue diferente.
El abrazo de este chico lo hizo diferente.
Pero ¿por qué se acordaba de él en este momento?
—¡Vamos, caminen!— Un grito se escuchó en la oscura y tenebrosa bodega, donde se encontraban las jóvenes modelos que participaron en el desfile de Izumi.
Los llantos se escuchaban en todo el lugar, las pobres chicas estaban amarradas de las manos con unas vendas en la boca impidiéndoles hablar. Las víctimas estaban evidentemente aterradas, triste, lloraban sin cesar.
Todas las mujeres intercambiaban miradas entre sí, buscando una forma de salir, no obstante, era imposible.
La puerta principal de la bodega se abrió y en el lugar aparecieron Hiroaki junto a Toshiko.
Su presencia provocó la exaltación de todas las mujeres.
—¿Por qué tanto alboroto? —murmuró con desdén Hiroaki.
Las chicas intentaron gritar a través de las vendas, pero solo lograron emitir sonidos ahogados de miedo y desesperación.
—¡Silencio! —ordenó Hiroaki, con una mirada amenazadora— No hay escapatoria para ustedes. Están aquí para cumplir un propósito, y no serán liberadas hasta que lo hagan.
Una de las chicas, valiente a pesar de su temor, intentó hacer contacto visual con él, buscando compasión o empatía en sus ojos. Pero lo que encontró fue solo vacío y crueldad.
—Que pena por ellas ¿no? Primero, ser modelos de alta pasarela y ahora han entrado en un juego del cual no hay vuelta atrás —comentó Toshiko con voz gélida—. Y ustedes son las piezas que moveré a mi antojo.
Las chicas se estremecieron ante sus palabras, sintiendo un escalofrío recorrer sus espaldas. Sabían que estaban atrapadas en una pesadilla de la cual no sabían si alguna vez despertarían.
Toshiko e Hiroaki observaron a las jóvenes que estaban frente a ellos, todas estaban aterrorizadas, lloraban y gritaban.
—Pocas veces, tengo el gusto de observar nuestra mercadería frente a frente.—Comentó el padre de Yamato—Debo admitir que en pasarela se veían radiantes.— Rio— No obstante, ahora tendrán oportunidad de modelar trajes más llamativos a un público mucho más fascinante.
El hombre llevó el cigarro a su boca y acercó a una de las pobres muchachas, la tomó del cuello.
—Todas se ven de alta calidad ¿e?
Hiroaki soltó a la chica y se alejó.
—Pueden estar tranquilas ¿e?— Comentó Toshiko— Porque donde irán ahora, estarán bien cuidadas.— Rio— Será como vivir un sueño, porque irán a lugares que ni ustedes se imaginan.
Caminó frente a ellas.
—Harán felices a muchos clientes.
—Sí, sí, sí.— Comentó Hiroaki— Y eso será así hasta el día de su muerte.
El llanto desolador de las jóvenes incrementó ante este comentario.
—Procedan con el traslado.— Ordenó Toshiko a sus hombres.
—¡No!— Otro grito más.
Fue así como poco a poco comenzaron a salir del lugar.
A las afueras del lugar, cierto hombre pelirrojo se encontraba escondido tras unos botes de basura. Al ver como todas esas personas salían de la bodega, Koushiro rápidamente se inclinó en el lugar donde estaba, intentando pasar desapercibido.
Así fue como vio que las jóvenes salían del lugar, totalmente encadenadas, siendo tiradas por unos hombres. Era una escena desgarradora, todas gritaban, lloraban, negándose a subir a las camionetas.
Mimi observó atentamente la escena frente a ella, sin poder creer exactamente lo que estaba viendo, mejor dicho, creyéndolo, no obstante, la impresión de ver esa escena de nuevo era horrible.
Rápidamente sacó su móvil, necesitaba tener una prueba de esto.
Era horrible esa escena.
—Por cierto ¿qué haremos para ocultar todo esto?— Hiroaki le preguntó a Toshiko— La desaparición de las modelas que Takenouchi Style contrató, llamará la atención.
—No te preocupes por eso.— Declaró la madre de Sora— Mi hija les contrató un yet privado a estas modelos, no será difícil, fingir un accidente.
—Muy bien.— Musitó Hiroaki— Shun Kido.
—¿Sí?— Preguntó el hermano de Jou—Encárgate de la mercancía.— Declaró— Que no se te olvide que estas mujeres deben llegar al puerto antes del amanecer. Ya que el barco con los productos de mi empresa saldrá antes de las seis.
¿El barco con los productos de su empresa?
Koshiro se mordió el labio inferior, al parecer todas sus sospechas ¡Eran ciertas!
Todas las exportaciones que la empresa Ishida tenía disfrazaban la trata clandestina de mujeres.
¡Claro! Utilizaban el transporte marítimo, y al ser una empresa importante, lograban pasar desapercibidos.
—Akari, ¿has logrado ponerte en contacto con tu padre? — preguntó Mimi, tratando de sonar calmada.
Akari, mirando su teléfono móvil, negó con la cabeza.
— No, madrina. No ha llamado ni enviado mensajes desde la tarde.
Mimi frunció el ceño, preocupada.
— Esto no es usual. Siempre nos avisa si va a llegar tarde.
La mente de Akari empezó a imaginar diferentes escenarios, y la preocupación se reflejó en sus ojos.
—¿Por qué no contestará?— Preguntó— Siempre está atento a su móvil, es preocupante y sorpresivo que no conteste.
Mimi intentó llamar a Koushiro, pero el teléfono sonaba sin respuesta. La ansiedad aumentaba con cada tono sin contestar.
—Fuera de servicio.
—¡Rayos!
Esto era extraño, Koushiro siempre respondía a sus mensajes o llamadas, que no lo hiciera era inusual, sobre todo a esta hora de la noche, mejor dicho, de la madrugada ¡Eran las tres de la mañana y nada sabían de él!
De repente un sonido en la puerta llamó la atención de ambas.
Fue así como las dos prácticamente corrieron a la entrada de la mansión y, para alegría de ambas, ahí frente a ellas apareció nadie más y nadie menos que Koushiro Izumi.
—¡Padre!— Exclamó Akari.
—Izzy ¡Qué bueno que llegaste!— Musitó la castaña—Estábamos preocupadas por ti.
—¿Preocupadas?— Preguntó el pelirrojo.
—¡Pues sí! Es tarde.— Contestó Akari— Y no llegabas.
—Siento haberlas preocupado, pero estaba en una misión importante.— Respondió Koushiro.
—¿Misión?— Cuestionaron ambas a la vez.
Koushiro asintió.
—Finalmente, tengo pruebas, de aquello que Taichi y tú descubrieron, Mimi.— Alzó su móvil.
¿Pruebas?
Mimi observó el móvil sorprendida.
La noche estaba en su máximo esplendor, ya era bastante tarde, las calles estaban vacías, todo el mundo parecía estar descansando, o al menos, eso parecía. Salvo por un taxi que se detuvo frente a la gran mansión Ishida.
—Llegamos.— Musitó el chofer.
Sora pasó su mirada por aquel lugar donde vivía junto a su "familia", Takuya también pasó su mirada por el lugar y luego por la pelirroja.
—¿Cómo se siente señora Ishida?—Preguntó.
—Mejor...—Respondió la mujer, aunque evidentemente no estaba bien del todo. Su mirada lo decía.
Takuya depositó su mano en el hombro— ¿Necesita algo?— Cuestionó— Si no se siente bien puedo llevarla al hospital.
Sora dirigió su mirada hacia el joven— No te preocupes, no necesito ir al hospital.
—¿Segura?—Preguntó el moreno.
La pelirroja asintió.
—Ahora, debes regresar a tu casa.— Declaró— Debes estar cansado, es tarde.
—Sí, es tarde, pero usted necesita ayuda.
—Ya tuve suficiente ayuda de tu parte.— Respondió Sora— Hiciste mucho por mí, intentando calmarme y ahora trayéndome a mi casa.—Musitó agradecida— Eso habla muy bien de ti, joven.
Evidentemente, fue bien educado.
—No podía dejarla sola.— Takuya comentó preocupado— Mucho menos en ese estado.
—Y te agradezco, de todo corazón, por eso. Pero creo que es hora de que vayas a descansar a tu hogar.— Sora sacó dinero de su bolso y se lo entrego— Toma, para que puedas pagar el taxi.
El moreno se sorprendió ante esto y rápidamente alzó la mano— No, no es necesario.
Sora lo observó sorprendida.
—Claro que sí, pagar tu taxi es lo mínimo que puedo hacer luego de que me ayudaste.
—No necesito que me pague por lo que hice.— Takuya hizo una mueca.
—Pero, necesitas regresar a casa.
—Sí, pero puedo pagarlo.— Respondió el moreno.
Recibir ese dinero era una ofensa para él, ya que no quería ayudarla para tener algo a cambio, al contrario, la vio tan triste que le daba pena recibir aquello a cambio. Además, él optó por tomar un taxi.
Sora notó la firmeza en la negativa de Takuya y decidió no insistir más, no quería ofenderlo. Ella guardó el dinero en su bolso con una sonrisa comprensiva.
—Entiendo, Takuya.— Murmuró— Aprecio mucho tu preocupación y tu ayuda, si alguna vez necesitas algo, no dudes en decírmelo. Estaré más que dispuesta a devolverte el favor de alguna manera.
—No es necesario, señora Ishida.— Contestó antes de hacer una reverencia— Espero que esté mejor.
Sora asintió, fue así como volteo hacia la puerta, la abrió y salió del automóvil.
Mientras tanto en la mansión, Yamato Ishida observaba por la ventana el taxi que se encontraba afuera, vio bajar a su esposa de él y sintió alivio, se preocupó al ver que no llegaba a casa. La llamó varias veces, pero su smartphone estaba ocupado, lo que provocó que se preocupara aún más.
La pelirroja caminó en dirección a la mansión y el taxi se alejó del lugar.
A los pocos segundos, la puerta principal se abrió, unos pasos se escucharon en el lugar y finalmente, en la sala principal apareció Sora.
—Sora ¡Al fin llegaste!
La madre adoptiva de sus hijas se quedó en shock al ver frente a frente a su "marido"
De un momento a otro, todos esos sentimientos negativos regresaron hacia ella.
—¿Qué haces despierto a esta hora?
—Te estaba esperando.— Respondió Yamato.
¿Esperando?
—Me preocupe al ver que no llegabas.
¡Que ironía! ¿Preocupado?
—¿Por qué no contestabas mis llamadas?
—¿Va enserio tu pregunta?— Cuestionó Sora— ¿En verdad querías que te respondiera luego de lo que ocurrió?
La habitación se llenó de tensión ante esta pregunta de la pelirroja, quien sufría después de descubrir su infidelidad. La confrontación se llevaba a cabo en su hogar, un lugar que antes simbolizaba amor y confianza, pero que ahora se sentía lleno de grietas y dolor.
Sora, con los ojos llenos de lágrimas y la voz temblorosa, miró a Yamato con una mezcla de decepción y enojo.
— ¿Cómo pudiste hacerme esto, Yamato? — preguntó Sora, su voz apenas audible pero cargada de emociones.
Yamato, con la mirada baja y culpable, se esforzaba por encontrar las palabras adecuadas.
— Sora, lo siento. No tengo excusas, cometí un error terrible.
Sora, sin contener su dolor, continuó expresando su corazón herido.
— Te entregué mi confianza, Yamato. Te di cariño con todo mi ser, ¿cómo pudiste traicionarme de esta manera?
Yamato, sintiendo el peso de sus acciones, levantó la mirada para enfrentar a Sora.
— No puedo justificarlo. Fui débil, egoísta, y sé que te lastimé profundamente.
—¡Claro que no puedes justificarlo!— Gritó Sora.
Las lágrimas comenzaron a rodar por las mejillas de la mujer mientras luchaba por comprender la traición de alguien a quien consideraba su compañero de vida.
—Pensé que éramos un equipo, que podíamos superar cualquier cosa juntos. Pero...— Suspiró— Ahora no sé en qué podemos confiar.
Yamato, sintiendo el impacto de sus acciones, se acercó a Sora, intentando encontrar consuelo en medio de la tormenta emocional.
—Demostraste ser igual o peor que Taichi y Mimi.— Exclamó la pelirroja.
—Cometí un error devastador, pero quiero hacer lo que sea necesario para intentar reparar esto.
Sora, entre sollozos, retrocedió.
—¡Nada podrás hacer para reparar esto, Ishida!— Gritó mientras agarraba las almohadas del sofá y los lanzaba contra el rubio.
—Sora, por favor, cálmate.—Rogó Yamato.
Sora, incapaz de contener su ira y dolor, ignoró la súplica de Yamato y arrojó con fuerza los libros hacia él. Yamato trató de protegerse con los brazos, pero la expresión de desesperación en su rostro era evidente.
— ¡Sora, por favor! — insistió Yamato, retrocediendo mientras intentaba calmar la situación.
Justo en ese momento, Rika llegó corriendo al lugar, con la preocupación reflejada en su rostro.
— ¡Ey! Mamá. — La llamó — ¿Qué ocurre?
Sora, al ver a su hija, frenó en seco, como si la presencia de Rika le recordara la necesidad de contenerse. Tragó saliva y miró a Yamato con una mezcla de rabia y tristeza.
—Rika.
¡Rayos!
No quería que su hija la viera así.
Rápidamente bajó le dio la espalda.
—Rika ¿qué haces despierta a estas horas?— Preguntó el rubio.
—Eso debería preguntarle yo a ustedes.— Respondió la adolescente— ¿Qué hacen despiertos a esta hora? ¿Por qué discuten?
—Cariño, no es nada.
—Claro que es algo.—Contestó Rika.
—Solo estamos teniendo una conversación.—Musitó Sora, tratando de bajarle el perfil a la situación.
—Conversación?— Preguntó la joven— Parece más una discusión.
Yamato hizo una mueca.
Yamato hizo una mueca, sintiéndose incómodo con la mirada penetrante de Rika. La joven no estaba dispuesta a dejarlo pasar sin obtener respuestas.
—Rika, cariño, deberías volver a tu habitación. No hay necesidad de que estés aquí. — Sora intentó tranquilizar a su hija.
—Mamá, no soy una niña pequeña. Puedo notar cuando algo anda mal. ¿Qué está pasando?
—Rika, por favor. — Yamato tomó la palabra, intentando calmar la situación — Esta es una conversación de adultos. Te prometemos que lo resolveremos.
Rika miró entre su madre y Yamato, indecisa, pero finalmente aceptó la sugerencia.
—Está bien, pero espero que me cuenten qué pasa mañana. No me gusta sentir que me esconden cosas. — Dijo mientras se retiraba hacia su habitación.
Una vez que Rika se fue, la habitación quedó sumida nuevamente en un incómodo silencio, dejando a Sora y a Yamato enfrentándose a las consecuencias de su discusión, ahora con la conciencia de que no estaban solos en sus preocupaciones.
—¡Eres de lo peor, Ishida!— Exclamó Sora— ¡De lo peor!— Fue así como caminó en dirección a la escalera y comenzó a subir en dirección a su habitación.
Yamato pasó su mano por su cabello, verdaderamente arruinó todo, como dijo Sora demostró no ser mejor que Taichi.
—No puedo creer que esto siga ocurriendo. — Musitó Mimi mientras observaba el video que Koushiro grabó.
—Es ¡Terrible!—Exclamó Akari.
—Lamentablemente es así. — Susurró Koushiro— Toshiko e Hiroaki, junto a todos sus aliados, buscan ganar dinero para ellos, sin importar que deban arruinar la vida de los demás.
Sí, Mimi lo tenía claro, desde el primer minuto en que Taichi y ella descubrieron aquello, Toshiko e Hiroaki se encargaron de quitarlos de en medio.
—Ojalá fuera tan fácil llamar a la policía y dejarla en evidencia. — Declaró la castaña.
Pero no lo era.
Toshiko Takenouchi e Hiroaki Ishida tenían mucha influencia en Japón.
—Son personas con mucho poder.— Recordó Koushiro— La policía intenta hacer justicia, no obstante, hay personas infiltradas que, por orden de Hiroaki, mueven todo a su antojo.
—¿Qué haremos?—Preguntó Akari— ¿Cómo salvaremos a esas mujeres?
—Con este video se confirma lo que hemos sospechado, Hiroaki Ishida y Toshiko Takenouchi siguen en la trata de...—Koushiro se detuvo antes de decirlo, era un tema demasiado difícil y delicado de mencionar— Sin embargo, no lograremos salvarlas, necesitamos hacer que ellos caigan, destruyendolos de adentro hacia afuera.
Mimi se mordió el labio inferior, en verdad se lamentaba por todas aquellas mujeres que eran víctimas de estas personas sin corazón.
Verdaderamente no lograba entender como rayos la codicia de aquellos sujetos llegaba a este nivel.
—Básicamente nuestra misión sigue siendo la misma de hace años.— Declaró— Desenmascararlos.
—Sí, lo es.— Respondió el pelirrojo—pero tú bien sabes que tenemos que indagar en todo, ya que conocemos un poco sus tacticas, no obstante, no sabemos cuantas personas o quienes están involucrados en ellas.
—¿Qué no es obvio? Toda la empresa Ishida es un montaje, utilizan las excusas de los transportes marítimos de sus productos para camuflar esta situación, sacando a personas de manera ilegal de sus lugares de origen.
—Sí, pero a la vez no, Mimi, no sabemos si en realidad es toda la empresa, no sabemos si Yamato y Sora están involucrados en esto.— Preguntó el pelirrojo.
Cuando ellos eran jóvenes, ellos jamás demostraron haber participado de eso, al contrario, ellos se rehusaron a creer que sus padres estaban involucrados en esos negocios, lo que provocó que Sora discutiera con Taichi y posteriormente Yamato también desconfiara de ella.
—Conociéndolos es seguro que sí.
—No podemos dar por sentado eso, Mimi.
—¿No?— Preguntó la castaña— ¡Está claro que sí! Estoy segura de que Yamato y todo su sequito está involucrado en esto.
—Todo su sequito.— Koushiro repitió esto— Entonces ¿Nene también?
El rostro de Mimi cambió ante esto.
—¿Nene?— preguntó— ¿Qué tiene que ver ella en esto?
—Dijiste, Yamato y todo su sequito.— Comentó el pelirrojo— Acaso ¿Nene no pertenece a ese sequito?
—¡No hables estupideces Koushiro Izumi!— Exclamo Mimi— Mi hija jamás se involucraría en algo como esto.
—¿Estás segura en eso?— Cuestionó— ¿No me dijiste que, desde que entro Nene a la empresa es el brazo derecho de Yamato?
La castaña analizó todas esas palabras.
—S-sí, pero he revisado parte de su trabajo, estoy segura de que no es lo que piensas.—Habló—Mi hija, jamás se involucraría en algo como esto.
—No tienes prueba que lo respalde, así como tampoco tienes pruebas para respaldar de Yamato y Sora están a favor de esto.
Mimi se mordió el labio inferior ante esto, lamentablemente, Koushiro tenía razón. Sin embargo, ella prefería creer que no era real, en el caso de su hija, no quería imaginarse que estuviese involucrada en algo tan horrible como esto.
—Yo estoy seguro de que estas exportaciones que están haciendo por comercio marítimo está relacionado con esta trata de blanca.— Declaró Koushiro— Sin embargo, necesitamos tener la seguridad de esto.
—¿Cómo la tendremos?— Preguntó Mimi— ¿No puedes hackear sus computadoras o algo así?
—Ya lo he intentado.— Comentó el pelirrojo— Pero no ha sido posible del todo. Sin embargo, necesito más que correos, o información online.—Fue así como caminó hacia un mueble que se encontraba en la sala principal, abrió una puerta y sacó dos artefactos pequeños, color negro— Mimi, necesitaré que, a penas tengas tiempo, vayas a las oficinas de Yamato Ishida y su padre.
—¿Para qué?
—Son micrófonos.—Respondió Koushiro— Nos permitirá escuchar todo lo que digan.
La castaña observó sorprendida aquellos artefactos tan pequeños.
—¿Cómo haré eso?— Preguntó— De seguro debe haber cámaras.
—No te preocupes por eso.— Contestó el pelirrojo— Eso déjamelo a mí.
Mientras tanto, en un lugar del centro comercial, Takuya y su banda se encontraba acomodando sus instrumentos en el lugar donde se realizaría su concierto.
Takuya y su banda se movían con precisión y rapidez mientras acomodaban sus instrumentos en el escenario del centro comercial. La emoción se palpaba en el aire mientras ajustaban los micrófonos, probaban los sonidos de las guitarras y afinaban los tambores.
El centro comercial estaba lleno de personas que se detenían para mirar, algunos curiosos y otros ya conocedores de la música de la banda. Los murmullos de anticipación se mezclaban con el sonido de las pruebas de sonido, creando un ambiente vibrante y lleno de energía.
—No puedo creer que este día finalmente llegó.— Musitó Tomoki.
Daisuke asintió: —Pasó muy rápido el tiempo.
Takuya sonrió, mirando a su banda con gratitud y emoción.
—Han sido días demasiado intensos, pero finalmente estamos aquí.—Declaró Ken.
Tomoki ajustó las baquetas en sus manos, con una expresión de determinación en su rostro.
—¡Sí! ¡Vamos a rockear este lugar y dejar a todos boquiabiertos!
Daisuke golpeó su bajo con entusiasmo, listo para empezar.
—Este concierto va a ser épico.—Musitó Junpei— Por favor, no me decepcionen.
—Claro que no te decepcionaran.— Ryo se unió a la conversación— ¡Esta banda es genial! La música que cantan es interesante, estoy seguro que en esta presentación ganarán más seguidores.
—Eso espero.— Declaró Takuya.
Para mejorar como banda, necesitaban más seguidores, los cuales aumentaran sus visitas en Youtube.
—Por cierto ¿dónde está Hikari?— Preguntó Daisuke.
—Me sorprende que no esté aquí.—Comentó Ken.
—Sí ¿dónde está?— Cuestionó Tomoki— Ella dijo que vendría a nuestra presentación.
—Hikari vendrá pronto.— Respondió el Kanbara— Vendrá con su nuevo amigo.
¿Qué?
Esta declaración sorprendió a todos.
—¿Ese chico rubio?— Preguntó Daisuke.
Takuya asintió.
El Motomiya frunció el ceño.
—¡Vaya! Al parecer, Hikari está interesada en ese millonario.—Comentó Tomoki.
—El otro día la vi en un auto Toyota Supra, último modelo.— Musitó Junpei.
Ese comentario, molestó a Daisuke.
—El otro día mi madre me comentó que los vio juntos en esa elegante heladería donde trabaja.— Declaró Ken— Y, ese chico rubio, le dio un ramo gigante de flores.
—Ese chico cree que con dinero la va a comprar.— Comentó el Motomiya.
—No creo.— Musitó el Kanbara— Hikari le dejó muy en claro que ella no está interesada en sus lujos. Lo cual es verdad, ya que ella jamás ha sido interesada.
—Me sorprende que no estés molesto por eso.—Ken le comentó a Takuya.
Todos conocían a Takuya y sabían lo celoso que era.
—Hago lo posible para que no me moleste.—Respondió el moreno— Preferiría mil veces que Hikari estuviera sola, no obstante, creo que debo aceptar que ella es dueña de su propia vida.
—¡Pues claro!— Exclamó Junpei— No merece estar sola para el resto de su vida. Ella es una chica buena, bonita e inteligente, merece que algún hombre venga y la haga feliz.
—Sí, lo merece.— Declaró Daisuke— Pero, ese chico no me da buena espina.
—Dices eso, porque estás celoso.— Musitó Tomoki.
Daisuke se cruzó de brazos: —¡Claro que no!
—Todos sabemos que sí.— Comentó Junpei.
El Motomiya rodó los ojos.
—¡No estoy celoso!— Exclamó— Simplemente me preocupo por Hikari, mi amiga.— Admitió— ¿No les parece raro que un chico millonario como él se fije en Hikari, sabiendo que trabaja en una cafetería, vive aquí?
—Que no sea rica, no significa que sea fea.
—No, pero de todas formas me parece extraño.— Respondió Daisuke— ¿Y sí, solamente quiere jugar con ella? ¿Qué ocurriría si, está buscando simplemente probar una aventura?
—Estás viendo muchas telenovelas con tu hermana Jun.—Musitó Tomoki.
—Se te está contagiando la locura.—Comentó Junpei.
—¡Ya cállense!— Gritó el Motomiya molesto.
—Ey, tranquilos.— Musitó Takuya— No se burlen de Daisuke, tiene razón al preocuparse.— Declaró— Tal vez, Takeru ha mostrado buenas intenciones, pero uno nunca deja de conocer a la gente.
—¿Takeru?— Preguntó Ryo ante este nombre.
—Ese es su nombre.—Respondió Takuya— Takeru Ishida.— Comentó— Hermano del dueño de la empresa Ishida, cuñado de mi jefa, Sora Ishida y...—Algo vino a su mente— Ahora que lo recuerdos, también es tío de esa chica pelirroja con la cual sales.
¿Qué?
¡Oh no! Pensó Ryo.
Él no conocía a Takeru, Rika siempre le dijo que era una buena persona. Sin embargo, él jamás lo conoció frente a frente ¿Y sí, era una copia de Yamato? Esto era una posibilidad, porque aparte de ser un Ishida, era amigo de Kouji.
—¡Un minuto! Ahora que lo pienso, podría también es tu tío ¿e?— Bromeo Takuya— Después de todo, es familia de aquella chica...Rika...
—¡Ey! No digas tonterías.— Ryo se cruzó de brazos molesto.
El moreno simplemente sonrió burlón.
—¿Sabes? Aun no entiendo porque nunca nos has presentado a tu chica.— Comentó Junpei.
—Somos tus amigos y siempre confias en nosotros, pero cuando trata de ella prefieres mantener todo bajo perfil.
Ryo llevó una mano a su cabeza— Rika tiene un carácter especial.—Respondió— Me gustaría presentársela, pero ella es demasiado privada en sus cosas.
—Es talentosa, sin duda, todos hablan de ella en las batallas de música.—Declaró Daisuke.
Ken asintió: —Tiene un talento innato para cantar, sobre todo para rapear.
—Sería interesante incluir un talento como es el de ella en esta banda.— Musitó Tomoki.
Los demás asintieron.
—Sí, la verdad es que Rika tiene talento.— Comentó Ryo— Pero, como les dije, es privada en sus cosas.—Suspiró— Además, viene de una familia que, por lo general, mira su pasión por la música como algo sin sentido. Y, que preferiría mil veces que tocara música clásica como hobbie, pero no de profesión.
—¿Ella es pariente de aquella chica rubia que trabaja contigo, Takuya?— El menor de la banda de le preguntó al moreno.
—Son hermanas.— Respondió el moreno.
Ken se sorprendió ante esto: —¿Hermanas?
Takuya asintió.
—Difícil de creer ¿no?
—Ni tanto.— Respondió Daisuke— Tienen los mismos aires de grandeza, y la misma cara de ricachonas.
Sí, de algún modo, ambas se parecían.
Aunque, físicamente no tenían muchas cosas en común.
—Y, hablando de tu amiga rubia.— Junpei le habló al primo de Hikari—Mira quien está ahí...— Señaló sigilosamente la entrada del centro comercial.
Fue así como, Takuya volteo, al igual que el resto de chicos de la banda y ahí, frente a todos, apareció aquella chica rubia de ojos verdes.
¡Era ella, si, ella!
Pensó Ryo al reconocer a su sobrina.
Izumi al divisar a Takuya, alzó su mano y lo saludó. El moreno quiso corresponder al gesto, no obstante, Daisuke se lo impidió, ya que lo tomó por los hombres.
—¡Ey! Takuya ¿qué esperas?
Takuya observó a su amigo— ¿Esperar? ¿Qué, esperar?
—¡Ve a saludar a tu amiga!— Exclamó Junpei.
El Kanbara pasó su mirada hacia la chica, y se acercó a ella.
—Hola Izumi.
—Hola.— Saludó la chica antes de acercarse a él.
—Me alegra verte.— Musitó el castaño— Y a la vez me sorprende.
La rubia sonrió: —¿Creíste que no vendría?
—No, claro que no.— Respondió el moreno— Pero, pensé que tendrías otras cosas que hacer.
—La verdad es que no, hoy es Sábado.— Comentó Izumi— Es mi día libre.—Musitó— Además, ayer fue el desfile, hoy básicamente, es mi día para descansar luego de tanto trabajo.
Takuya sonrió ante esto.
A unos metros de ellos, se encontraban los chicos de la banda y Ryo observando la escena.
—¡Vaya, vaya! Takuya tiene una nueva admiradora parece.—Musitó Tomoki.
—No sabía que había invitado a su compañera de trabajo.—Comentó Daisuke.
Junpei negó: —Yo tampoco, pero ¡que buen público!
Ajeno a estos comentarios, Ryo se encontraba observando a Izumi completamente incrédulo.
Sabía que Takuya y ella eran compañeros, y tenían buena relación, pero no esperó volverla a ver debido a él.
—¡Ey! Takuya ¿no nos dejarás saludar a tu amiga?— Preguntó Junpei.
Takuya volteo hacia sus amigos y le hizo una seña a la rubia para acercarse a ellos.
—Hola a todos.— Saludó la joven.
—¡Hola Izumi!— Musitaron los chicos a coro.
—¡Vaya, Takuya!—Exclamó Daisuke.
—No nos habías comentado que traerías a tu fan personal a este concierto.—Bromeo Tomoki.
—¡Que suerte tienes!— Comentó Junpei.
¿Fan personal?
El moreno se ruborizó ante esto.
—No es mi fan personal.— Musitó—Es mi amiga.
Izumi asintió.
Takuya volteo hacia ella.
—Perdona el comentario, tan desubicado de mi amigo.— Comentó— Pero estos idiotas no están acostumbrados a tratar con chicas, encantadoras, como tú.— Sí, dijo esto sin pensar.
Izumi alzó las cejas sorprendida:
—¿Encantadora?— Preguntó— ¿Ya no soy rubia insoportable?
Y, recién, el moreno fue consciente de lo que dijo.
—¿E?—Se ruborizó— N-no, e-es que...—Balbuceo.
Esto provocó la risa de sus amigos y la mirada extrañada de Ryo.
¿Qué le ocurría a Takuya con Izumi? ¿Qué onde el comentario?
—Qui-quise decir normal.— Corrigió rápidamente el primo de Hikari— Estos ineptos no están acostumbrados a tratar con chicas normales como tú.
—¡Oye!— Exclamaron los chicos de la banda y el manager a la vez.
—¡No nos ofendas!— Musitó Junpei.
—Solo digo la verdad.
El chico de mejillas rellenas tuvo intenciones de decir algo al respecto, no obstante, justo frente a ellos llegó un sujeto de anteojos, cabello rubio y alto.
—Junpei, espero que tu banda esté lista.—Habló— Es momento de empezar el show.
—Claro, Yamaki.— Respondió el manager— La banda está lista.
—Bien, empiecen cuanto antes.— Declaró el hombre antes de alejarse.
Fue así como Junpei dirigió su mirada hacia la banda.
—Bien chicos, llegó el momento del ritual.—Exclamó eufórico— Cierren sus ojos.—Todos obedecieron— Respiren profundo.—Todos hicieron esto— Y recuerden porque estamos aquí...
Fue así como cada quien dijo unas palabras de aliento, interiorizandose con uno mismo.
Ryo pasó su mirada por la chica rubia que observaba todo.
Respiró profundo armándose de valor para hablar con ella.
Tranquilo, Ryo, ella es parte de Mimi, es parte de tu familia ¡Puedes hacerlo!
Fue así como se acercó a ella.
—¿Tú eres la chica que fue el otro día al ensayo? ¿no?— Preguntó Ryo.
Sí, pregunta extraña.
La rubia asintió— Sí, esa soy yo.
—Espero que te sientas a gusto con el concierto.—Comentó.
—Gracias.— Izumi sonrió—¿Tu nombre es Ryo? ¿no?
—Sí.— Respondió el oji-azul.
La rubia llevó una mano a su pecho aliviada: —¡Que bien!— Exclamó— Pensé que me confundiría con los nombres.
—No te preocupes, apenas hablamos el otro día, así que sería normal.
Sí, pero por lo general no le gustaba equivocarse.
—¿Cuál es nuestro lema?— El grito de Junpei llamó la atención de ambos.
Izumi y Ryo voltearon hacia la banda.
—Cantar es mi pasión.— Musitó Daisuke.
—Y la música nuestra devoción.—Continuo Ken.
—Con ella llenaremos al mundo.— Tomoki murmuró.
—Con nuestra pasión.— Completó Takuya.
—¡Muy bien!— Exclamó Junpei.
—¡Arriba, Fire Band!— Ryo alzó la voz.
—¡Arriba!— Gritaron todos.
Izumi observó la escena bastante interesada.
El chico gordito, Junpei, sacó de sus bolsillos unas pastillas de chocolate las cuales lanzó a los chicos de la banda, cada uno atrapó una y la ingresó a su boca.
—Buena suerte, chicos.— Musitó Ryo— Espero que todo salga bien. No olviden que cualquier cosa, solo mírenme, estaré atento en la consola.
—Claro.— Respondió Takuya y luego se acercó a la rubia— Ryo ¿puedes estar junto a Izumi?
¿Qué?
Esto sorprendió al Akiyama.
—No quiero que esté sola ¿puedes estar con ella?
—¡Claro!— Exclamó Ryo— Me encargaré de hacerle compañía.
Izumi asintió.
¡Toc, toc!
Rika golpeo la puerta de la habitación de sus padres donde descansaba su madre. Ni Nene, ni Izumi supieron sobre la conversación, mejor dicho, discusión de sus padres, ya que Sora simplemente se encerró en la habitación.
Yamato les dijo que estaba "cansada" y que no desayunaría con ellos, Nene e Izumi tenían cosas que hacer ese día, así que ambas salieron sin siquiera saber que su madre estaba mal.
Suavemente giró la manilla de la puerta e ingresó.
—Mamá.— La llamó.
Rika ingresó sigilosamente a la gran habitación de sus padres que, estaba hecha un chiquero. El bolso de su madre estaba en el suelo, las fotografías que generalmente dejaba en su mesa de noche también estaban en el suelo, su maquillaje, era como si su madre se hubiese vuelto loca y hubiese lanzado todo al suelo.
La gran cama de dos plazas estaba totalmente desordenada, todas las mantas estaban en el suelo, al igual que las sábanas. Encima, se encontraba su madre, recostaba.
Para variar, su madre también estaba hecha un chiquero, ni siquiera se inmutó en cambiarse de ropa, su vestido negro estaba completamente arrugado. Su cabello estaba desordenado y su maquillaje escurrido.
—Permiso.— Musitó Rika—Madre te traje algo de comer.
Sora, con dificultad, abrió sus ojos y observó a su hija, quien traía una bandeja con comida.
—No tengo hambre Rika.
La pelirroja hizo una mueca— Pero, no has tomado desayuno y ya es tarde.
—No quiero nada.—Respondió Sora.
Rika se mordió el labio inferior y depositó la bandeja en el velador.
—Bueno, te dejaré aquí la comida por si tienes hambre.
La mayor simplemente asintió.
Rika tomó asiento a su lado y depositó suavemente su mano en su hombro—Mamá, dime ¿qué ocurrió?— Preguntó —¿Por qué estás así?
—Por nada.
—Claro que es algo.— Respondió la menor— Dime ¿qué te ocurre? ¿por qué estás así?
La mayor simplemente se acomodó en su cama—Es...simplemente que...me duele la cabeza.
El poco ánimo de su madre era obvio.
—Mamá, tú sabes que suceda lo que suceda puedes contar conmigo ¿cierto?—Declaró Rika.
—Gracias hija.—Musitó Sora— Pero, simplemente necesito un poco de privacidad, ya que me siento cansada.
Fue así como Rika, entendió que lo mejor sería retirarse.
—Está bien, te dejaré descansar.— La menor se colocó en pie y se dispuso a retirarse, no obstante, cuando estaba caminando se encontró con el móvil de su madre el cual estaba en su mesa de noche, completamente destruido.
¿Qué onda?
Pensó la pelirroja.
Su madre, por lo general, siempre tenía su smartphone en las mejores condiciones, ya que siempre recibía llamadas de su trabajo.
Rika simplemente ignoró esto y se dispuso a alejarse, caminó hacia la puerta y cerró. A continuación, caminó en dirección a su habitación, al llegar a ella, se acercó a su mesa de noche, donde su smartphone se estaba cargando.
Lo tomó para revisar sus redes sociales.
(De: Idiota, hace treinta minutos)
Supongo que la reina debe estar preparada para ganar hoy en la batklla de música
Rika hizo una mueca.
(Para: Idiota)
Lamentablemente, no podré ir, continuo castigada.
Suspiró.
Generalmente, amaba ir a ese lugar, aunque sus padres se enojaran, pero hoy debía ser la excepción, ya que no quería hacer enojar a su madre, quien no se encontraba bien.
¡Bip, bip!
Su móvil vibró y Rika lo revisó, esperando haber recibido una respuesta de Ryo, no obstante, no recibió un mensaje de él.
Sino que, un correo. Sí, un correo, de un destinatario desconocido.
"Tu padre engaña a Sora"
Rika alzó una ceja sorprendida ante esto.
Abrió el correo y grande fue su sorpresa al ver unas imágenes adjuntas, además de un escrito.
"Tu padre se divierte a espaldas de su familia"
¡Bip, bip!
Nuevamente sonó el móvil y llegó otro mensaje, el cual abrió, esta vez era ¡Un video!
"Aquí está la prueba de su engaño"
Rika depositó su dedo pulgar en la pantalla para abrir el video y, literalmente quedó en shock al que su padre estaba en esas imágenes con Nanami acariciándose, besando y demás.
Pero ¡Qué rayos!
Haruna llegó al edificio de la empresa de Yamato.
Era día Sábado, solo las personas más cercanas a Yamato trabajan ese día, media jornada.
Ella, como inversionista venía de vez en cuando a la empresa, generalmente para verificar como iban las cosas (proyectos, administración) y proponer ideas. No obstante, no era una empleada como el resto, así que no le correspondía trabajar ese día. Aun así, usaría su puesto para pasar "desapercibida"
Caminó en dirección a la señora de la recepción.
—Hola, buenos días.
—Buenos días.—Respondió la mujer.
—Disculpe que la moleste, pero necesito hablar con el señor Ishida, Yamato.
—¿Tiene una reunión programada, señora Anderson?— Preguntó la recepcionista.
Haruna negó— No, vine de "improviso"
—Comprendo.—Contestó la recepcionista— El señor Ishida acabó de salir porque tenía una reunión, aun no llega, pero lo llamaré.
—Está bien.— Respondió la castaña— Por mientras, iré a mi oficina a revisar algunos informes y...
¡Bip!
El sonido del ascensor llamó la atención de la mujer Anderson.
La puerta se abrió y de él descendió nadie más, y nadie menos que su hija mayor, Nene.
Haruna rápidamente se emocionó al verla.
Nene se acercó a ellas.
—Señora Anderson.
—Señorita Ishida.— Pronunció la oji-miel— Buenos días.
—Buenos días.— Respondió la joven— ¿Qué hace aquí?
—Vine a hablar con tu padre.— Habló Haruna— Ya que, tengo algunas preguntas sobre el proyecto.
—¿Preguntas del proyecto?— Cuestionó Nene.
La oji-miel asintió.
—¿Y, no pudo venir antes?— Preguntó— Ya va siendo casi la hora de salir.
Mimi hizo una mueca ante la pregunta de su hija— Pu-pues, fue una duda de último momento, como bien sabes, soy una empresaria ocupada, y esto salió de improviso.
Nene observó un tanto desconfiada a la mujer.
—Si quiere, yo puedo responder sus preguntas.
¿Qué?
—¿E? N-no, no es necesario, la recepcionista ya llamó a tu padre.
—No es necesario.— Respondió Nene— Yo puedo atenderla en mi oficina.
Mimi se mordió el labio inferior, necesitaba ir a la oficina de Yamato, para colocar el micrófono. Si iba a la oficina de Nene, sería difícil ir a la oficina de Yamato, sin que se diera cuenta.
—No es necesario. No quiero molestar.
—No molesta.— Contestó la Ishida— Yo me encargaré de atenderla.
La mayor apretó los dientes, por lo general le gustaba estar tiempo con su hija, pero por lo poco que llevaba conociéndola, se percató de lo despierta que era y lo desconfiada, sería difícil cumplir su misión, teniendo su mirada encima.
Sin embargo, no debía levantar sospechas.
—Está bien, Nene.
La menor sonrió ante su triunfo y luego dirigió su mirada hacia la recepcionista—Onodera ¿has recibido algún reporte de Kiriha?
La mujer asintió— Sí, me acabó de llamar.— Contestó— Avisó que no vendría, ya que tuvo un problema médico.
¿Problema médico?
Pensó Nene sorprendida.
—¿Qué problema médico tuvo?
—No me dio detalles, solo sé que traerá su licencia el Lunes.
¡Vaya! ¡Que conveniente!
—Está bien.— Musitó Nene intentando no mostrar su frustración y luego volteo hacia Haruna— Vamos, señora Anderson.
La mayor asintió y ambas se dirigieron hacia el ascensor.
(Somos invencibles - Rock Bones)
Takuya: A veces trato de entender
A dónde voy y no me encuentro
Y es que me muero por saber
Quién soy, quién soy
Si esto es un juego
Daisuke y Takuya: Hoy todo puede pasar
Todo lo que te imaginas
Todos: Si estás aquí cerca de mi
Todos los sueños se vuelven realidad
Si estás aquí cerca de mi
Podemos imaginar que somos invencibles
Takuya: Ya nada nos puede cambiar
No hay un final en este cuento
Nadie nos puede separar
Por más que intenten todo está en movimiento
Daisuke y Takuya: Hoy todo puede pasar
Todo lo que te imaginas
Todos: Si estás aquí cerca de mi
Todos los sueños se vuelven realidad
Si estás aquí cerca de mi
Podemos imaginar que somos invencibles
Si nadie puede vernos
Ya el tiempo hace mágico
Sólo me vuelvo a preguntar quién sos, quién soy
Si estás aquí cerca de mi
Todos los sueños se vuelven realidad
Si estás aquí cerca de mi
Podemos imaginar que somos invencibles
Si estás aquí cerca de mi
Todos los sueños se vuelven realidad
Si estás aquí cerca de mi
Podemos imaginar que somos invencibles
Izumi escuchó atentamente la canción de la banda de Takuya, era increíble el talento que todos tenían, sobre todo su compañero de trabajo, cantaba ¡Excelente! Tenía un talento innato.
—¡Wow!— Exclamó la rubia— Estos chicos son increíbles.
Ryo asintió.
—La verdad es que sí.— Respondió— Le colocan corazón a lo que hacen, por eso, tocan bien.
—Se nota.— Musitó la oji-verde.
Sin esperarlo, Ryo era el más feliz en aquel concierto, al estar junto a su sobrina.
¿Cuándo se imaginó que eso sería posible?
—Gracias a todos por darse un minuto de sus vidas para escucharnos.— Habló Takuya en el micrófono— Espero que les esté gustando nuestra tocata, a continuación, presentaremos una canción, llamada: Super realidad, espero que les guste.
Todos los presentes aplaudieron ante esto.
(Super realidad - Rock Bones)
Takuya: Justo a mí me tocó ser yo
Así el destino se presentó
Justo a mí me tuvo que pasar
Que sin alas puedo volar
Una vida no convencional
Y cantar un hechizo virtual
Cuando grito no miento
El aburrimiento se tiene que terminar
Yo me subo a este mundo
A esta Super Realidad
Que me empuja, me arrastra
Y ahora no veo la hora de echar a correr
Sin perder, sin ganar
Sin cumplir, sin callar
No me importa si puedo
Si quiero, si debo
Ya nunca jamás dejar de cantar
—¿Y?— Ryo intentó entablar un tema de conversación con Izumi, mientras Takuya cantaba— ¿Te gusta este tipo de música?
—¿Te refieres al rock?
El oji-azul asintió.
—Sí.— Contestó la rubia— No es mi favorito, pero si me atrae.— Comentó— Sobre todo cuando tocan bien como Takuya y sus amigos.
Ryo sonrió ante esto.
Mimi era similar, había algunos estilos de música que no le gustaban, pero si implicaban talento y buena música, las escuchaba.
—Mira, parece que ese chico te está hablando.— Musitó Izumi.
El Akiyama pasó su mirada por la consola que tenía frente a él y luego por el costado del escenario, donde señaló Izumi, ahí se encontraba Junpei haciéndole una seña.
¡Rayos!
Venía el interludio.
Fue así como rápidamente deslizó una tecla de la consola para aumentar el sonido de la guitarra.
Junpei alzó su pulgar en señal de felicitación.
Ryo suspiró, por unos minutos perdió el enfoque en lo que estaba haciendo. Sí, era el ingeniero de sonido de Takuya y su banda, no obstante, este momento era único.
¡Estaba junto a su sobrina! Sí, junto a su sobrina, debía aprovechar para conocerla. Y saber si, se parecía a Mimi.
—¿Tú cantas?—El Akiyama le preguntó a la oji-verde.
Izumi negó: —No, no canto.
—¿Por qué?— Preguntó el oji-azul— ¿No te gusta?
—Me gusta.— Respondió la Ishida— Pero, nunca me interesó del todo.—Declaró— Cuando era pequeña, mi padre quiso que tomara clases de piano, sin embargo, no me agradó mucho.
Ryo observó sorprendido a la oji-verde, eso no era una característica de Mimi.
—Siempre fui un tanto torpe para eso.— Admitió la rubia— A diferencia de mi hermana, melliza, Nene, quien siempre fue una experta.
Nene
Ese nombre resonó en su cabeza.
—¿A-a sí?— Preguntó el oji-azul— ¿Tienes una hermana melliza?—Intentó sonar como "sorprendido"
Izumi asintió.
—¿Y, a ella le gusta la música?
—Antes.— Respondió la rubia— Como dije, siempre fue una experta en tocar piano, y la verdad es que siempre tuvo un don innato, le gustaba cantar o ver recitales.—Suspiró— Pero ese gusto cambió con el tiempo, ahora ya no toca, ni canta.
Ryo hizo una mueca ante esto, era una pena escuchar que ninguna siguió el camino de su madre.
—Todo lo contrario, a mi hermana, Rika, ella siempre ha estado interesada al cien en este tipo de cosas.
Rika
Ese nombre también resonó en su mente.
Takuya: Una vida no convencional
Y cantar un hechizo virtual
Cuando grito no miento
El aburrimiento se tiene que terminar
Yo me subo a este mundo
A esta Super Realidad
Que me empuja, me arrastra
Y ahora no veo la hora de echar a correr
Sin perder, sin ganar
Sin cumplir, sin callar
No me importa si puedo
Si quiero, si debo
Ya nunca jamás dejar de cantar
—Ryo, Izumi.— Una voz se hizo presente en el lugar.
Ambos al escuchar sus nombres voltearon la mirada y al hacer esto, se encontraron frente a frente con la prima de Takuya, Hikari, y su compañero, Tk.
—Hola Hikari.— Izumi pronunció su nombre— Tío Takeru.
Ryo reconoció al instante al acompañante de la Kanbara, él era el hermano de Yamato, y las palabras de Izumi lo confirmó.
—¡Vaya! Sobrina...—El rubio llevó una mano a su nuca— ¿Qué haces aquí?
—Vine a ver el concierto.—Respondió— Supongo que tú también.
Takeru asintió— Sí.— Contestó— Hikari me invitó.
Izumi pasó su mirada por la aludida.
—Pero, no sabía que vendrías, de haberlo hecho, te hubiese pasado a buscar.— Declaró Takeru.
—No te preocupes.— Respondió la oji-verde— La verdad es que ni yo sabía que vendría.
Hikari, por su lado, pasó su mirada por el Akiyama— Hola Ryo.
—Hola Kari.—Contestó.
El tío de Izumi pasó su mirada por aquel joven que estaba junto a su sobrina, utilizando la consola de sonido.
—Takeru, te presento a Ryo Akiyama, él es el ingeniero de sonido.— Musitó Hikari— Ryo, te presento a Takeru Ishida, mi...—Se detuvo al darse cuenta.
El silencio entre ellos se hizo presente, ya que Hikari no supo como presentarlo.
—Su acompañante.— Izumi la ayudó.
—¿E? S-sí.— Respondió la Kanbara.
Ambos intercambiaron miradas, Takeru lo miró, él lo miró.
—No es necesario que nos presentes.
—Ya nos conocemos.
—¿A sí?— Preguntó Izumi sorprendida.
Ryo asintió.
—¿De dónde?— Cuestionó la oji-verde provocando que ambos intercambiaran miradas.
Ryo, por múltiples razones, sabía quién era Takeru. Takeru por su lado solo tenía una razón por la cual conocía la existencia de Ryo, y esa única razón, era por la cual ambos se conocieron. Razón, que englobaba a dos personas.
Kouji y su madre
No obstante, tanto Takeru como Ryo, sabían que Izumi no la debía saber.
—Él es ingeniero en sonido ¿no?—Comentó el Ishida— Con unos compañeros de la Universidad lo contratamos cuando realizamos un evento.— En parte era y no mentira, ya que eso si ocurrió. Sin embargo, ellos se conocieron hace mucho tiempo atrás, por otra razón.
Ryo hizo una mueca, por lo general no le gustaba mentir, pero sabía que Takeru no iba a dejar en evidencia a su "amigo" y tampoco a Tomoko, en lo cual si estaba de acuerdo, ya que si Yamato, Hiroaki, Toshiko o Kousei sabían que Izumi conoció a Tomoko, habría problemas.
—Sí, por eso nos conocimos.— Respondió.
—¡Oh! Genial, no lo sabía.— Musitó Izumi.
—Disculpa, pero ¿no íbamos a tu oficina?
Nene negó— Dije a mi oficina, pero no a la de siempre.— Respondió.
La verdad era que, no le gustaba su oficina, era muy pequeña, algo muy poco para alguien como ella, la futura heredera de todo este imperio. Así que, aprovechó que hoy su abuelo no estaba trabajando, para utilizar todas sus instalaciones, después de todo, esa oficina la cual ocupaba en algún minuto sería de ella.
Estar ahí la hacía sentir "poderosa"
Sí, poderosa.
Algo que anhelaba, ya que quería ser igual que su abuelo. Incluso, mejor.
Fue así como Nene abrió la puerta de la oficina de Hiroaki.
¡Qué suerte!
Pensó Haruna.
Por unos momentos, creyó que su misión sería imposible, pero Nene en vez de llevarla a su oficina, la llevó a la oficina de su abuelo, Hiroaki.
Fue así como al llegar, Nene se posicionó detrás del escritorio y Mimi frente a ella.
—Y bien...—Nene tomó asiento en la gran silla de cuero— ¿Qué preguntas tiene?
—Es sobre el proyecto que me enviaron.— Declaró la mayor antes de sacar una carpeta— Mi asistente lo imprimió para que lo revisara exhaustivamente y...—"Sin querer" las hojas cayeron al suelo—¡Ups! Disculpa, querida.
Nene rodó los ojos.
—Permiso.— Musitó Haruna antes de arrodillarse en el suelo para "recoger" su carpeta, no obstante, sigilosamente sacó de su chaqueta aquel pequeño micrófono que según las palabras de Koushiro se pegaban automáticamente a la pared, sin necesidad de mucho esfuerzo, fue así como lo pegó en la parte baja del escritorio donde nadie pudiese verlo, salvo si se arrodillaba.
Recogió rápidamente las hojas de la carpeta y volvió a su asiento.
—Aquí está.—Le entregó la carpeta a su hija.
Nene recibió la carpeta y la revisó.
—¿Cuál es el problema?
—Verás, creo que la idea del banco de inversión no es la mejor forma, creo que mejor sería utilizar otro fondo, sin necesidad de utilizar dinero que ya tenemos en mano.
—¿Por qué no? Creo que es bueno utilizar las reservas.
—Sí, pero considero que podríamos cambiar aquello.
Fue así como ambas comenzaron a hablar, bueno, en realidad Mimi intentó seguir al pie de la letra la conversación que Koushiro le dijo que tuviera sobre aquel tema.
Sin embargo, la conversación no duró mucho, ya que no habrán pasado más de diez minutos cuando.
¡Toc, toc!
La puerta sonó.
—Adelante.—Musitó Nene.
La puerta se abrió, y en el lugar apareció Yamato.
—Buenos días.
—Padre...—Nene se sorprendió al verlo—¿Qué haces aquí?
—Trabajar.— Respondió Yamato— Onodera me llamó y me dijo que Haruna está aquí.
La nombrada volteo su mirada hacia el recién llegado y quedó bastante sorprendida al ver que el rubio tenía un aspecto horrible, su cabello no estaba peinado, sus ojos tenían unas ojeras muy marcadas, al parecer no tuvo buena noche.
—Buenos días señora Anderson.
—Buenos días.—Contestó la castaña
—Padre, no era necesario que vinieras.— Musitó Nene.
—¿Por qué?
—Porque, papá yo puedo hacer esto.
—Lo sé.— Yamato musitó— Sin embargo, quiero encargarme yo mismo de esto.— Nene quería tener poder en la empresa, pero todavía no era el tiempo para que lo tuviera.
La joven hizo una mueca.
—Vamos a mi oficina, señora Anderson.
Haruna asintió.
Fue así como Yamato salió del lugar seguido de la mujer de ojos miel, ambos caminaron en dirección a la oficina del rubio, ingresaron en ella, y al igual que con Nene, Yamato se acomodó detrás de su escritorio y Haruna frente a él.
—Y bien ¿qué ocurre?
—Verá, necesito hablar con usted, acerca de la empresa.— Respondió Haruna— Recibí la idea del trabajo, no obstante, hay algunas cosas que no me cuadran del todo.
—Disculpe señora Anderson, pero no estoy de ánimo para hablar sobre el proyecto.— Declaró Yamato— Mi equipo ya le presentó la modalidad de trabajo.
—Sí, pero yo necesito que revise.
—¿A sí? Exactamente ¿qué?
—Aquí en esta carpeta tengo todo anotado.— Musitó la castaña extendiendo la carpeta.
El rubio la recibió y la abrió.
—Verá, no estoy de acuerdo con utilizar los ahorros, creo que podríamos sacar ganancias de otro lado.
—Específicamente ¿de dónde?
—En la carpeta tengo una idea presente.— Respondió la oji-miel.
Yamato hizo una mueca, verdaderamente se sentía agotado, no estaba de ánimos para esto.
Suspiró.
Fue así como abrió la carpeta y la revisó.
Mientras Yamato revisaba los papeles, Mimi sigilosamente sacó de su chaqueta aquel micrófono y sigilosamente lo depositó bajó el escritorio, de la misma forma que el anterior, en una posición donde posiblemente nadie lo vería, salvo que decidieran limpiar el escritorio por abajo.
Yamato, posiblemente, en otro minuto lo hubiese notado, pero estaba tan agotado y sin ánimos, que no se percató de esta acción de la castaña. Al contrario, batallaba por mantener sus ojos abiertos mientras leía.
De repente la puerta se abrió de manera abrupta y fuerte.
—¡Yamato Ishida!— La hija menor del rubio ingresó al lugar.
—Rika. —El rubio instantáneamente se colocó de pie ante el ingreso de su hija a aquel lugar— ¿Qué haces aquí? ¿Por qué entras así?
—¡Me enteré de todo! — Exclamó la adolescente— ¡Eres un poco hombre, un traidor, un maldito infiel!
¿Qué?
Yamato observó a su hija sorprendido.
—Hija ¿por qué me tratas así?
—Porque sé lo que hiciste.
¿Lo qué hizo?
¡Oh no! Por favor, no.
—¡Me enteré de tu maldito engaño!— Musitó Rika.
Y Yamato sintió como se moría al ver la decepción en el rostro de la pelirroja.
—¡Eres un maldito infiel!
Haruna observó "sorprendida" a Yamato, ya que sabía muy bien que estaba ocurriendo.
—¿E?— Balbuceo— Señora Anderson ¿nos podría dejar a solas?
La castaña asintió, fue así como se colocó en pie y se fue del lugar.
Yamato se quedó paralizado, sin saber cómo responder a las acusaciones de su hija. La mirada de decepción en los ojos de Rika le perforaba el corazón, y se sentía como si el mundo se desmoronara a su alrededor.
—Rika, por favor, déjame explicarte —rogó, su voz temblorosa por la angustia que sentía.
—¿Qué me vas a explicar?— Cuestionó— ¿Qué eres un mentiroso?
Pero Rika estaba demasiado furiosa y herida como para escuchar. Sacudió la cabeza con desdén y dio un paso hacia atrás, alejándose de él.
—No soy un mentiroso.
—¡Claro que sí!—Respondió la pelirroja—Fuiste capaz de engañar a mi mamá, con Nanami, su amiga ¡Su amiga!— Resaltó— Y no solo a mi madre engañaste, sino que a mis hermanas y a mi también.
—Hija, yo no quise hacer eso.
—Pero lo hiciste.— Contestó Rika— Tú bien sabías que Izumi y Nene consideraban a Nanami su amiga.
Sí, lo sabía.
—¿Cómo fuiste capaz de esto?
—Ya he escuchado suficiente —dijo con voz entrecortada por la emoción—. Eres un mentiroso y un tramposo. Pensé que eras diferente, pensé que eras mejor que eso, mejor que yo, ya que siempre yo fui el problema, pero resultó ser que tú no eres mejor.
Sus palabras fueron como un golpe en el estómago para Yamato. Se sentía completamente devastado por haber decepcionado a su hija de esa manera.
—Rika, por favor, déjame arreglar las cosas. Te prometo que puedo hacerlo bien, puedo cambiar —suplicó, extendiendo una mano hacia ella en un gesto desesperado.
Pero Rika simplemente negó con la cabeza y se dio la vuelta, caminando hacia la puerta.
—Ya es demasiado tarde para eso. Ya no confío en ti, papá —dijo antes de caminar hacia la puerta, dejando a su padre solo con sus pensamientos y su abrumador sentimiento de culpa.
—Rika.—Yamato a su hija— Rika, por favor, escúchame.
—¡No te quiero escuchar!—La pelirroja gritó mientras salía de la oficina, Yamato se apresuró rápidamente hacia ella y la tomó por los hombros.
—Hija, por favor, dame tiempo para explicar.
—¡No!
Nene observó a todos lados.
¡Gracias al cielo no quedaban muchas personas en la oficina! A los más, el conserje, Haruna y ella.
—Señora Anderson, no creo que sea buen momento para hablar.— Le comentó a la mujer frente a ella.
Mimi hizo una mueca, al parecer no, y ya sabía la razón.
—Me retiraré.
Nene asintió.
Fue así como la castaña, tomó su bolso e hizo una reverencia.
—Espero verte pronto.
Nene asintió.
Sin esperar más, Mimi caminó hacia el ascensor.
—Rika, por favor, esto que ves no es lo que crees.
—¡Claro que lo es!— Gritó Rika— Resultaste ser de lo peor, traicionaste la confianza de tu familia.
—Sí, lo sé, pero dame tiempo para explicar.— Yamato jalón suavemente de su brazo —Hablemos en la oficina.
—¡Ya te dije que no!— La pelirroja bruscamente se soltó de su agarre y se alejó de su padre, con toda prisa corrió hacia las escaleras.
¡Rayos!
Pensó Yamato.
Lo mejor sería, ir por el ascensor. Fue así como dirigió su mirada a ese lugar, donde Haruna estaba subiendo, rápidamente caminó hacia él y subió. Rápidamente tocó unos botones para llegar al primer piso.
Haruna observó al rubio, quien simplemente ignoró su existencia.
El ascensor comenzó a bajar por los pisos.
20...19...18...17...16...15...14...13...12...¡Y!
Un tambaleo se hizo presente en el lugar, mejor dicho, en todo el edificio se comenzó a mover. Las luces comenzaron a parpadear. Y, el ascensor se detuvo.
—Pero ¡Que rayos!— Exclamó Yamato.
Rápidamente volteo hacia los botones del ascensor para tocar. No obstante, este no se movió, al contrario, se quedó en ese lugar.
—¡Oh no!— Exclamó la castaña— ¡Qué rayos ocurre!
—No lo sé.— Respondió el rubio.
Las luces continuaban parpadeando y el ascensor se detuvo.
—¡Oh no! ¿Es mi idea o el ascensor no baja?— Preguntó la castaña— Se detuvo.
—¡Rayos!— Exclamó la chica y apretó unos botones— ¡Rayos! Los botones no funcionan.
—Tal vez, ocurrió un corto circuito.
—¿Corto circuito? — Preguntó la castaña y observó la pantalla que decía "error"— ¡Ay no!
La castaña comenzó a teclear los botones, sin embargo, nada sucedió. Nuevamente los tocó y la respuesta fue la misma. Finalmente, la chica terminó presionando todos una y otra vez, sin detenerse.
—¡Ayuda! ¡Alguien que nos abra, por favor! — Gritó Yamato.
¡Lo que faltaba!
Mimi hizo una mueca— Señor Ishida, tranquilo.
—¡No puedo estar tranquilo!— Exclamó Yamato y con su puño golpeo los botones— Ayuda.
—¡Ey!— La castaña posó su mano en su hombro.
El rubio furioso golpeo la puerta con su puño y la castaña sintió cierto temor. Evidentemente, estaba enojado.
—Curioso ¿no?— Musitó Takeru— Viniste al concierto de aquel chico insoportable, al cual llamabas cavernícola, y que, según tú, era un retrasado.— Recordó— Creo que retrocediste en tu evolución.
—Ja, ja, muy gracioso.— Izumi se cruzó de brazos.
—¿Retrasado?— Preguntó Hikari sorprendida— ¿Por qué dices: retrasado?
—Porque así llamaba mi sobrina a tu primo cuando aun no eran amigos.— Comentó Tk— Pero eso ya no es.
—¡Claro que no es!— Exclamó Izumi y dirigió su mirada hacia la Kanbara—Por, favor, Hikari, ignora a mi tío.— Habló la rubia— De vez en cuando hace unos comentarios, para molestarme.— Declaró— Pero, es buen chico.— Musitó.
—¿Bueno?— Preguntó el oji-azul— Pensé que era el más maravilloso del mundo.— Comentó— Al parecer, eso ya no es así.
—¡Que sentimental!— Izumi rodó los ojos.
Hikari rió ante la encantadora dinámica entre ambos.
—Tú sabes que sí lo eres.— La rubia se acercó a Tk y lo abrazó— ¡Eres el mejor chico de esta vida!
Takeru sonrió y le correspondió el abrazo.
—Aunque, un poco exagerado.— Agregó Izumi.
—¡Mira quién lo dice!— Exclamó el hermano de Yamato.
Ryo observó triste aquella escena entre los Ishida. ¿Triste? Sí, triste. Porque, Takeru, al igual que él, era tío de Izumi. No obstante, la oji-verde solo consideraba al hermano de Yamato parte de su familia, en cambio, él no existía en su vida, porque Yamato se encargó de alejarla de él, para poder eliminar a Mimi del mapa.
Mientras tanto, en la empresa Ishida, para ser más precisos, en el ascensor de la empresa, Yamato y Haruna se encontraban sentados en el suelo, completamente aburridos, llevaban varios minutos esperando que alguien los viniera a ayudar, pero según el dueño de la empresa al ser un día Sábado, los señores de mantención no estaban atendiendo y sería más difícil contactarlos, ya que no era horario laboral.
—¡Esto es inaudito!— Yamato golpeo los botones del ascensor.
La castaña hizo una mueca.
—Yamato, por favor, no golpes los botones.— Rogó— Está claro que golpeando no solucionarás nada.
El rubio hizo una mueca completamente molesto y dejó caer su espalda en la pared intentando mantener la calma, aunque era imposible, ya que ansiaba salir lo antes posible de aquel lugar para poder hablar con su hija, Rika.
Necesitaba explicarle las cosas, aunque era evidente que jamás podría justificar sus actos, después de todo, actúo como un verdadero patán al traicionar a Sora.
El silencio se hizo presente, minutos y minutos transcurrieron, y nada ocurría.
—Disculpe Haruna, la verdad es que hoy no he tenido un buen día.— Musitó el rubio de repente llamando la atención de la castaña, ya que no esperaba eso.
—¿Por qué me pide disculpa?
—Por actuar de una manera tan violenta frente a esta situación, golpeando los botones y la puerta.
Eso no era muy elegante, al contrario, era de una persona vulgar, sin modales.
La castaña hizo una mueca ante esto.
—No se preocupe.— Musitó— Es evidente para mí que no está bien.
Su rostro, sus expresiones, incluso el tono de su voz lo decía.
—Supongo que discutió con su hija Rika, nuevamente.
Yamato asintió.
—Sí, lamentablemente discutí con ella.
—Que mal.— Musitó Haruna— No debe ser agradable, otra vez, tener problemas con ella.
—No lo es.— Comentó el rubio— Pero a diferencia de otras veces, el problema fui yo.
La castaña observó "sorprendida" a Yamato.
—¿Usted?
Yamato asintió— Rika tuvo verdaderas razones para enojarse, ya que tristemente, cometí un error.— Declaró— Un error que me costará muy caro, con Sora...—Suspiró— Y con mis hijas.
Llevó una mano a su cabello y bajó la mirada.
Verdaderamente se sentía triste, perdido y muy desvalido.
—No diga eso, todos cometemos errores.— Musitó Haruna— No creo que uno como esos le cueste su familia.
—El error que cometí es...—Suspiró— Imperdonable.
Haruna le miró con compasión. —Todos cometemos errores, Yamato. Lo importante es aprender de ellos y tratar de enmendar las cosas. A veces, pedir disculpas y demostrar con acciones que estás dispuesto a cambiar es el primer paso hacia la reconciliación.
—Esto no bastará con una disculpa.— Habló Yamato— Y, aunque, intenté enmendarlo, ya perdí la confianza de mi hija.
Haruna depositó una mano en su hombro.
—Tranquilo, Yamato, todo estará bien.— Declaró.
—Eso espero.
—¿Por qué es tan pesimista?— Cuestionó la castaña— ¿Por qué dice que no?
—Hice algo horrible.
—¿Qué hizo?— Preguntó Haruna— Confíe en mí, dígame que ocurrió.
—No, señora Anderson, no merece la pena mencionarlo.— Declaró Yamato— Sin embargo, puedo afirmar que perdí a mi hija.
—Yamato, yo sé que muchas veces los padres cometen errores, pero un hijo jamás dejará de querer a su padre.— Musitó la castaña— Aunque, el error haya sido grande, usted ha sido siempre un buen padre con ella, está a su lado, la apoya e intenta darle lo mejor.
—Eso intento.— Declaró— Pero también le exijo a mi hija y yo acabé de demostrarle que no soy mejor.
—Un error lo puede cometer cualquiera, pero eso no va a cambiar que usted es su padre y que la ama.
Sí, era su padre. O, al menos, era el padre que la crio, ya que Rika era adoptada. Sí, adoptada, pero eso jamás lo sabría, ya que para él era una pesadilla pensar en que lo supiera y se fuera de su lado. Y, ahora, con este error quedaba más que claro que si algún día sabía la verdad, se iría de su lado, porque él jamás lograría ser el padre que merecía.
—La amo.— Comentó el rubio— Y, tal vez, debí pensar en ella antes de cometer mi error.
Sí, así como debió pensar en Izumi, Nene y Demiyah cuando ¡Decidió meterla en prisión!
No obstante, seguía cometiendo el mismo error.
—¡Muchas gracias a todos, por estar aquí! Y brindarnos unos minutos de su tiempo para escucharnos.— Habló Takuya por el micrófono.
Todos los presentes aplaudieron emocionados.
—¡Somos la Fire Band y estamos agradecidos por su atención!— Finalizó Takuya— Nos veremos en otro concierto.
Nuevamente en el lugar se hicieron presente los aplausos y la banda se dispuso a bajar del escenario.
Junpei se acercó a sus chicos para ofrecerles unas bebidas, no obstante, rápidamente fue opacado por un grupo de chicas que se acercaron a pedir una foto.
—¡Wow! ¿Tan rápido acabó el concierto?— Musitó Hikari.
—Yo quería escuchar más.— Comentó Izumi.
—Lamentablemente, el repertorio no es tan extenso, recién están comenzando como banda.— Aclaró Ryo.
—¿Recién empezando?— Preguntó Takeru— ¡Wow! Si tocan así ahora que recién empiezan, no me quiero imaginar cómo será cuando lleven más tiempo.
Izumi asintió.
—Bueno, creo que será bueno ir a felicitarlos.— Comentó la Kanbara.
La oji-verde asintió.
Fue así como todos se dispusieron en ir a felicitar a la banda, no obstante, estaban en camino cuando sin querer llaves de Hikari cayeron de la pequeña cartera que llevaba consigo, la cual estaba semi-abierta y ni cuenta se había dado.
Takeru se percató de esto, Hikari también, fue así como ambos, a la vez, se arrodillaron a recordar esto, no obstante, apenas hicieron esto sus cabezas colisionaron.
—¡Ups!— Exclamó Hikari.
—Lo siento.— Musitó el rubio.
Ambos levantaron la mirada a la vez, no obstante, apenas hicieron esto sus rostros quedaron a escasos centímetros.
Ambos se congelaron por un instante, sintiendo la proximidad inesperada. Hikari pudo sentir el calor del cuerpo de Takeru, y sus corazones latieron un poco más rápido. Sus ojos se encontraron, y en ese momento, la atmósfera se cargó de un leve nerviosismo.
Sin darse cuenta, Hikari y Takeru se acercaron lentamente, sus rostros a escasos centímetros de distancia, sus alientos entrelazándose en el aire cargado de electricidad.
Justo cuando parecía que finalmente se atreverían a cruzar la línea y sellar el momento con un beso, un repentino alboroto los sacó de su trance romántico.
Esto no pasó desapercibido para Daisuke, quien se encontraba a unos metros, con una gaseosa en mano. No dudó en acercarse, y, "sin querer" tropezó provocando que esta cayera sobre el rubio, empapando tanto a Takeru por completo y arruinando el momento romántico que estaban a punto de compartir.
Hikari y Takeru se separaron con un sobresalto, mirando con incredulidad la escena que se desarrollaba frente a ellos. Takeru, empapado y con una expresión de incredulidad en el rostro, miró a Daisuke con una mezcla de sorpresa y exasperación.
—¡Lo siento mucho! ¡Fue un accidente! —exclamó Daisuke— No quise que esto ocurriera.
El rubio hizo una mueca al ver que su camisa blanca, estaba de un tono rosa.
—No te preocupes.— Respondió, aunque la verdad le causaba cierta molestia el incidente, no iba a culparlo por algo que fue sin querer.
Pasó una mano por su camisa.
—Al parecer tendrás que cambiarte.— Musitó Hikari.
—No te preocupes, puedo estar así. El tono rosa le da otro toque, pero puedo continuar.
—Pero está mojada la camisa, te vas a resfriar.— Comentó Izumi, el día se había nublado, y, una suave y fresca brisa se había levantado.
Takeru hizo una mueca.
—Ve al baño, utiliza el secador de manos para secar tu camisa.— Sugirió la oji-verde.
—Es buena idea.— Habló la Kanbara— Ve a secarla.
—Está bien, iré.—Declaró Takeru— Regresaré pronto.
Hikari asintió.
Fue así como el rubio se retiró del lugar.
Los chicos de la banda pasaron su mirada por Daisuke, ya que fue demasiado obvio para ellos que, no fue un "accidente"
—Llegó el momento de brindar.— Musitó Tomoki.
—¿Brindar?— Preguntó Izumi.
—Sí.— Respondió Takuya— Por la presentación.
Zoe observó la bandeja que el moreno extendía y tomó un vaso con aquel líquido naranjo, Hikari también tomó uno, seguida del resto de la banda.
—Disculpa, pero ¿qué es?— Le preguntó a Hikari.
—Es fan shop.— Explicó Tomoki, quien evidentemente escuchó su pregunta.
—Una receta de un trago chileno, que me enseñó mi tío que vive allá.— Explicó Junpei.
—¿A sí?— Preguntó la chica—Y, ¿qué tiene?
—Bebida Fanta, y cerveza.— Respondió el manager de la banda—Bueno, en general, debería ser una cerveza con alcohol.—Musitó— Pero como a ninguno de nosotros nos gusta el alcohol, utilizamos una cerveza sin alcohol.
Izumi observó la gaseosa, sonaba interesante.
—Vamos a brindar por el futuro de nuestra banda.—Musitó Junpei— Y, por todos los conciertos que vendrán.
—¡Sí!— Exclamó Tomoki.
—¡Salud!— Gritó Daisuke.
—¡Salud!— Los chicos de la banda, Hikari y Ryo gritaron a la vez, uniendo sus vasos.
Izumi sonrió al ver esto, evidentemente eran unidos, eso era agradable, ya que por lo general le costaba formar amistades y siempre admiraba grupos como estos. Además, parecían felices con cosas simples, el vaso donde estaban tomando eran desechables, la bebida fanta la habían comprado hace unos minutos en una oferta, y la cerveza no parecía de "calidad"
Sí, era un trago con cosas simples. Pero la alegría que emanaban en ese momento opacaba cualquier otra cosa. La energía que transmitían era increíble. Fue así como también alzó su vaso.
Todos bebieron de sus vasos, Izumi hizo lo mismo, y sintió como las miradas se posaban en ella.
—¿Y?— Preguntó Takuya— ¿Te gusto?
Izumi saboreo aquel sorbo.
—Quizás, no sabe tan bien como un wisky de alta calidad, pero lo importante es brindar para celebrar...—Junpei llevó una mano a su nuca, un tanto avergonzado.
—¿Bromeas?— Cuestionó la oji-verde— ¡Es excelente!— Exclamó— Mejor que un wisky o un trago super caro, hecho en Francia.
Los chicos intercambiaron miradas sorprendidos.
—¿Eso significa que te gusto?— Preguntó Tomoki.
—¿Gustar?— Preguntó la rubia— ¡Me encantó!
Takuya sonrió, al igual que el resto ante la declaración de la rubia.
—Eso es bueno.— Musitó el Shibayama.
Izumi sonrió y le dio otro sorbo a su bebida.
Todo estaba feliz, el ambiente era agradable, todos celebraban el logro de la banda.
—Al parecer, todo salió bien.—Le comentó a Takuya.
—¿Te gustó el concierto?
Izumi asintió.
—Tienen mucho talento, estoy segura que triunfarán en la vida.
—Gracias.—Comentó el Kanbara— Espero que ese día llegue, no obstante, me encantaría que antes de triunfar, todos se sientan a gusto con mi música.
—Estoy segura de que lo harás, tus canciones son increíbles.
—¿Increíbles?— Una voz se escuchó en el lugar— ¿Estar sorda Izumi, o qué?
La rubia se sorprendió al escuchar esta voz, Takuya igual, y todos al voltear se encontraron con nadie más y nadie menos que el novio de la Ishida.
—Kouji...—Pronunció su nombre.
—Creo que...—Yamato suspiró— Estaremos aquí un largo tiempo.
Haruna asintió.
Llevaban bastante ahí y aun nadie los sacaba.
—¡Un minuto!— La mujer se alejó de él—Tendremos que abrir el techo.
—¿El techo? — Preguntó Yamato.
—Siempre hay una salida de seguridad ahí. — Comentó la castaña— Si uno de nosotros la abriera tendríamos una opción para salir.
Por alguna razón sintió un Deja Vú, como si hubiese vivido esa escena antes.
—Dígame ¿la tiene?
—¿E? S-sí.— Respondió Yamato.
La castaña alzó la mirada.
—Bien, hay que subir. — Comentó la chica dispuesta a subir, sin embargo, su altura no jugó a su favor, ya que, a pesar de alzar sus brazos, no alcanzó ni siquiera a tocar un borde la salida.
Yamato observó detenidamente a la chica y recién se percató que no era muy alta.
—Ven, yo te ayudo. — Unió los dedos de sus manos— Coloca tu pie aquí y álzate.
Haruna observó al rubio e hizo una mueca—No necesito que me ayudes, puedo hacer esto sola.
Yamato observó de pie a cabeza a la mujer, por primera vez se percató de algo. Era bastante baja, sí, baja.
Igual que Mimi
Movió su cabeza intentando alejar ese pensamiento de su cabeza.
—Disculpa, Haruna, pero dudo que con esa altura logres llegar arriba.—Comentó Yamato— Aun con tacones, dudo que llegues.
—¿Perdón? — Preguntó la castaña— ¿Me estás discriminando por ser de baja estatura?
—¿Discriminando? — Cuestionó el rubio— Claro que no.
—Claro que sí. — Exclamó Mimi.
Este comentario que el rubio se ruborizara a más no poder. Ese fue el piropo/insulto más extraño que recibió en toda su vida.
—No quise ofenderte ¿sí? Simplemente quiero ayudarte.
Haruna pasó su mirada por Yamato, por alguna razón, sintió un Deja Vú con esto.
—Está bien, ayúdame.
Fue así como el rubio unió los dedos de sus manos para que la chica posara su pie derecho y se alzara levemente sujetándose de la pared, sin embargo, antes que pudiera llegar hasta el techo.
La electricidad volvió al ascensor, este se movió levemente y para mala suerte de ambos comenzó a bajar a toda prisa de manera sorpresiva provocando que tanto Haruna como Yamato cayeran al suelo, uno encima del otro quedando sus ojos frente a frente y a escasos milímetros.
El cuerpo de la chica rápidamente se tensó y sus manos comenzaron a temblar. No era para menos que la castaña se sintiera débil ante aquella situación.
Yamato literalmente se perdió en esos ojos color miel de la castaña, eran tan claros y brillosos, emanaban una luz que...
Le resultaba familiar, muy familiar
Kouji pasó su mirada por todos los chicos que estaban alrededor de su novia, en ese grupo se encontraba:
Hikari, la nueva conquista de Takeru.
Takuya, el insoportable compañero de Izumi.
Y...¡Ryo!
¿Qué rayos hacia su novia con él?
—Kouji.— Izumi pronunció el nombre de su novio.
—Izumi.—El chico pronunció su nombre con evidente seriedad en la voz.
—¿Qué haces aquí?—Preguntó la rubia.
Kouji se mordió el labio inferior, la verdad era que, él vino a la comuna a visitar a su madre, y sin querer, se encontró con ellos, pero lógicamente eso no lo diría.
—Esa pregunta debería hacértela yo a ti ¿no crees?—Cuestionó el oji-azul.
Izumi hizo una mueca.
—Ahora entiendo porque no contestabas mis llamadas.
—¿Tus llamadas?
El oji-azul asintió.
La Ishida pasó su mano por su chaqueta y sacó su móvil, efectivamente tenía unas llamadas pérdidas.
—¡Rayos! Disculpa, Kouji, sin querer dejé el celular en silencio.— Declaró la oji-verde— No me di cuenta, lo siento.
—Estabas muy ocupada ¿e?— Kouji pasó su mirada por aquellos chicos— Como para atender mis llamadas.
—¡Pues claro!— Exclamó Takuya— Se estaba divirtiendo ¿acaso no ves?
Kouji fulminó con su mirada al moreno.
—¿Divirtiendo?— Musitó con ironía y lanzó una carcajada— ¿En qué minuto te rebajaste tanto? Izumi.— Dirigió su mirada a su novia.
—¿Perdón?— Cuestionó la oji-verde— ¿Rebajarme?
Kouji asintió.
—Rebajarte a tratar con gente de esta calaña.
—¿De esta calaña?— Preguntó Izumi sorprendida de este comentario.
El Minamoto asintió— De esta calaña pobre.
¿Qué?
Todos los miembros de la banda intercambiaron miradas ante esto.
¿Qué le ocurría a este chico?
¿Por qué los ofendía de esta forma?
Ryo frunció el ceño ante esto, ya que él conocía quien era ese idiota.
—No tiene nada de malo relacionarme con ellos.
—¡Claro que sí! ¡Son unos muertos de hambre!— Respondió el oji-azul.
—¡Ey!— Exclamó Daisuke.
—¿Quién rayos, te crees que eres para hablarnos así? Aparecido.— Gritó Junpei molesto.
Kouji simplemente les dirigió una mirada de desprecio.
—No me dirijan la palabra.— Setenció con frialdad.
Takuya apretó su puño: —¡No nos trates así!— Exclamó— Tal vez, no tenemos tu misma clase social, pero no permitiremos que nos trates así.
—¡Cállate, muerto de hambre!
—¡Ey!— El moreno alzó su puño.
Izumi rápidamente sostuvo su puño, intentando bajar las tensiones y luego dirigió su mirada hacia Kouji.
—Kouji, por favor, no digas eso.— Declaró— Puede ser que no tengan nuestra misma clase social, pero no son unos muertos de hambre, al contrario, son personas igual que nosotros. Y, no merecen ser tratados así.
—¿Personas?— Rió con ironía el Minamoto— Son de carne y hueso, pero más parecen peatones de un juego de ajedrez que están a nuestro servicio.
—¿Qué clase de comentario es ese Kouji?— Cuestionó Izumi incrédula— Ellos no son peatones en un juego de ajedrez que podamos mover. Son personas que viven, trabajan, ríen y comen como nosotros.
El oji-azul rodó los ojos.
—¿Por qué tienes que ser así?— Preguntó la chica.
—¿A sí cómo?—Cuestionó— ¿Real?
—¡Clasista!— Corrigió— ¿Por qué eres tan clasista?
Kouji apretó su puño.
—Simplemente estoy intentando hacer que te des cuenta de lo miserable que es estar con este tipo de personas.
¿Miserable? ¿Sólo por no tener dinero?
—Te lo advierto Izumi, no quiero saber que te sigues juntando con este tipo de personas, si no...
—¿Si no qué?— Preguntó la rubia— ¿Qué harás?
—No te gustará saber.— Fue lo único que respondió al chico antes de voltear hacia la salida— ¡Vamos!
—¿Vamos?— Cuestionó— ¿Dónde?
—¡Donde sea!— Gritó Kouji— Si quieres que sigamos siendo novios, vendrás te guste o no.—Fue así como se alejó del lugar.
Izumi hizo una mueca, estaba enojada con él, sin duda, pero...
No quería terminar su relación
Fue así como volteo hacia los chicos de la banda. Se acercó a ellos.
—Perdón chicos...—Bajó su mirada apenada—...yo no quería hacerles pasar un mal momento.
—No te preocupes.— Respondió Takuya.
Ryo hizo una mueca— No es tu culpa tener de novio a un patán como ese chico.
—Gracias por todo.— Musitó la rubia— Y-yo tengo que irme.
—¿Estás bien?— Preguntó el Akiyama le pregunto preocupado al ver el rostro la chica.
—¿E? S-sí.
—¿Segura?— Cuestionó Hikari.
—Sí, no se preocupen por mí.— Izumi alzó la mirada.
—Claro que debemos preocuparnos.— Habló Takuya— Entiendo que él sea tu novio, pero no puedes dejar que te hable de esta manera.
La rubia bajó la mirada ante esto.
—Takuya tiene razón.— Declaró Ryo— No puedes hacer lo que él te diga, o sentirte mal porque se enoje.
—Kouji es mi novio, tiene un carácter difícil, pero me quiere.— Declaró la oji-verde.
—Ayer me quedó claro que no.— Respondió el Kanbara— Tiene un carácter difícil, lo que provoca que se quiera a él mismo.
Izumi negó— Takuya, por favor, no hablemos de esto ¿sí?— Hizo una reverencia— Muchas gracias por invitarme a ver su presentación. Tienen mucho talento, estoy segura de que llegaran muy lejos. Yo, ahora, debo irme.
Fue así como se alejó del lugar dejando a la banda, Hikari y Ryo preocupados.
¡Continuará!
+Quiero que, con pequeños guiños, ejemplo el tema de la oficina conozcan lo ambiciosa que es Nene, a diferencia de Izumi, ella es de armas a tomar y a Mimi se le hará más difícil entablar alguna relación con ella por eso mismo.
+Estoy segura que muchas criticaran a Mimi por mandarle las fotos de Yamato a Rika, no obstante, también creo que es parte del crecimiento del personaje. Mimi en este momento piensa en su dolor y en ella, odia la vida nueva que Yamato tiene, siente que Rika fue el reemplazo a su hija, y buscará a toda costa venganza, sin embargo, con el paso del tiempo se dará cuenta que no todos tienen la culpa de su dolor, en este caso, Rika no es culpable de los errores de sus padres. Es una historia compleja, que necesita desarrollo de personajes, incluida de la protagonista quien fue corrompida por el dolor y todo lo que le hicieron pasar. Lo cual no es malo, ya que es humano, Mimi es humana. No puedo crear una protagonista perfecta sin desarrollo porque sería aburrido.
Respuestas a comentarios:
BethANDCourt: ¡Hola! ¡Gracias por tu entusiasmo y por seguir tan de cerca la historia! Me alegra mucho que disfrutes de los capítulos largos y que sientas que así la trama se desarrolla mejor, la verdad es que me gusta escribir capítulos así, porque puedo explicar más cosas. Entiendo completamente tus sentimientos hacia Mimi y todo lo que ha tenido que enfrentar. Su historia es realmente desgarradora y llena de tragedia, pero todo esto la ayudará a superar el pasado, necesita justicia y la tendrá jsjsjs que bueno que te guste la relación de Takuya e Izumi, quiero que sea agradable y suave, con respecto a Kouji, se puede esperar cualquier cosa. Si jajaja Kiriha en cualquier minuto explota y creo que ahora lo hizo jsjsjs Los negocios de Hiroaki y Toshiko es un tema complejo, y Mimi tendrá que buscar una forma de acabar con eso, porque han hecho mucho daño tanto a personas externas como a sus familias por esto, ya veremos si involucran a uno de nuestros protagonistas o no (Esperemos que no, pero ¿quién sabe?) Jajaja sí, a Yamato le pasó eso, aunque la verdad yo estaba un poco corta de ideas jajaja sin embargo, creo que logré darle un poco de drama. Ahora tendrá que sufrir la consecuencia de sus actos y sí, el karma le llegó a Sora, ya veremos que ocurrirá. Me alegra mucho leer tu comentario, como dije ¡Amo los comentarios largos! Ojalá sigas leyendo esta historia y espero no decepcionarte con todo lo que se viene. ¡Gracias por tus palabras amables y por seguir emocionada por la historia! ¡Espero que la próxima actualización esté a la altura de tus expectativas! ¡Saludos! 😊
TheBigParadox: ¡Hola! Sí, bastante revelaciones, tenemos a Yamato por un lado sufriendo y por el otro haciendo locuras, además este tema de los padres, siento que algo complejo, pero que le dará chispa a la historia. Sí, Ryo está a nada, pero hay una persona que está aún más cerca. La relación de Kouji e Izumi es complicada, ya que el carácter que Kouji tiene es difícil y lamentablemente Izumi está cegada por sus sentimientos que no logra hacerse valer, Takuya la ayudará a quererse así misma jsjsjs Yo tengo mucho Mimato y Takari, así que llegaste al lugar correcto con mis historias (La sultana y esta) Respecto a Takumi, ¡me encanta que estés esperando por más momentos entre Takuya e Izumi! ¡Haré todo lo posible para satisfacer esas expectativas y mantener la intriga de la historia! Jajaja sí, hice una referencia musical, porque estoy pegadísima con esa canción jajaja "No espero amor ni odio, ya tengo bastante con mi dolor" es la canción perfecta para Yamato Jsjsjsjs Entiendo completamente tu intriga sobre la relación entre Takuya y Taichi, es uno de los enredos que más me interesa escribir. Sin embargo, ¡tendrás que esperar un poco más para descubrir todos los detalles jugosos sobre ese aspecto de la trama! Solo puedo decirte que hay mucho más por venir y que los enredos del destino continuarán sorprendiéndote. Gracias por seguir pendiente de las actualizaciones. ¡Espero que continúes disfrutando de la trama y que las próximas revelaciones sean de tu agrado! Ojalá sigas leyendo y comentando, te mando un abrazo a la distancia.
Na: Hola a todos, estoy emocionada por actualizar, primero ¡Feliz San Valentín! Segundo, hace un tiempo estoy pensando en subir mis Fanfics por acá y a la vez por Wattpad, quiero saber ¿cuánto de ustedes les gustaría también seguir la historia en Wattpad? Si algún día Fanfic se acaba. Espero su respuesta. Ojalá les guste el capítulo.
