REVENGE

~Capítulo 18~


Takeru e Hikari intercambiaron miradas luego de que Yamato los dejara a solas. La castaña inevitablemente se colocó nerviosa al sentir esos ojos color azules frente a ella.

—Qué bueno es verte. —Finalmente fue el rubio quien rompió el silencio, comenzando una conversación.

—¿Cómo estás?

—Mejorando.—Respondió el rubio— De a poco, pero bien.

—Me alegra escuchar eso.—Comentó Hikari mientras tímidamente depositaba sus manos en borde de su cama.

—¿Y tú, cómo estás?—Preguntó Takeru.

—Bien.—Contestó la castaña.

—¿Segura?— Cuestionó el rubio preocupado.

Hikari hizo una mueca, ya que, sabía a que se refería con esa pregunta.

—Siento mucho lo que sucedió con mi tía.—Comentó Takeru— Ella no actúo bien, lamentablemente.

—No te disculpes por ella, Takuya me comentó que tú le explicaste toda la situación.

—Sí, pero no creo que sea correcto de mi parte no darte una explicación personalmente, la situación fue horrible...—Musitó el rubio— Verdaderamente no quería que eso ocurriera. Mi tía no actúo bien.

—Puede que no, pero la entiendo, después de todo, no creo que sea muy agradable ver a tu sobrino con la persona que provocó todo esto.

—No fue tu culpa.

—Sí lo fue.

—¡Claro que no! — Respondió el oji-azul— El culpable fue ese tipo.

Hikari hizo una mueca— Agradezco mucho lo que hiciste por mí, pero creo que es mucho no reconocer que en parte fue mi culpa, siempre he sabido lo peligroso que es salir de noche y no tuve consciente, simplemente salí, sabiendo que debía ser precavida.

—Todos hemos sido descuidado algunas veces, pero eso no te hace culpable. —Comentó el rubio— Deja de culparte ¿sí? — Suavemente depositó su mano sobre la mano a de Hikari.

La prima de Takuya se sorprendió ante esto y, literalmente, quedó sin palabras.

—Y-y…—Takeru intentó continuar con la conversación— Sobre el beso de ayer...

El recuerdo de ese momento provocó que Hikari se ruborizara a más no poder y el nerviosismo se hizo presente en el lugar.

—Quiero que sepas que yo...—Takeru quiso hablar sobre eso, pero un sonido en la puerta lo interrumpió.

¡Toc, toc!

Fue así como la puerta se abrió y apareció Yamato.

—Takeru, permiso, no quiero molestar, pero alguien te vino a ver.

Dicho esto, cierta mujer apareció frente a sus ojos.


Takeru se encontraba recostado en su cama de hospital, con una expresión de gratitud en su rostro mientras miraba a Haruna, quien estaba de pie junto a él.

—Haruna, quiero agradecerle por haber donado sangre para mí —expresó con sinceridad, su voz ligeramente débil debido a su estado de salud— Sin usted es probable que me hubiese muerto.

Haruna le devolvió una sonrisa cálida, colocando una mano suavemente sobre su hombro.

—No tiene que agradecerme, Takeru —respondió con amabilidad— Estoy feliz de poder ayudar en lo que sea necesario. En especial en un momento como ese.

—Me salvo la vida.—Comentó el rubio menor— Sin usted es probable que ya hubiese estado aquí.

—Pero ahora lo estás, es lo importante.—Musitó la castaña.

Takeru asintió.

Yamato, que había estado escuchando la conversación desde la puerta, entró en la habitación con una expresión de gratitud en su rostro.

—Haruna, también quiero agradecerle por todo lo que ha hecho por Takeru —dijo, con una mezcla de admiración y aprecio en su voz— Significa mucho para saber que está aquí para él en momentos como este.

Haruna asintió con humildad, sintiéndose abrumada por las muestras de gratitud de los hermanos.

—Estoy aquí para lo que necesiten, Yamato, Takeru —respondió con sinceridad— Más que socios, podemos ser amigos ¿no?

Los tres compartieron un momento de conexión y gratitud, reconociendo el vínculo especial que compartían. En ese momento, el hospital parecía llenarse de un sentimiento de calidez y solidaridad, mientras cada uno de ellos encontraba consuelo en la presencia del otro.

Takeru, acostado en su cama de hospital, expresaba su sincero agradecimiento a Haruna por haber donado sangre para su recuperación. Hikari y Yamato estaban junto a él, compartiendo ese momento de gratitud y apoyo. Sin embargo, la tranquilidad se vio interrumpida cuando Satomi, la tía de Takeru, irrumpió en la habitación con una expresión de sorpresa y disgusto al ver a Hikari presente.

—Permiso...—Musitó—¡Oh! Yamato, Haruna están aquí.

—Hola tía.— Saludó el rubio mayor.

—Hola de nuevo.— Haruna sonrió amigablemente.

Satomi le devolvió la mirada, no obstante, esta sonrisa desapareció al divisar a la "amiga" de Takeru en aquel lugar—¿Qué hace ella aquí? —exclamó, señalando a Hikari con incredulidad.

El tono de su voz denotaba desaprobación y un deje de indignación, lo que provocó que todos en la habitación se sintieran incómodos por su llegada inesperada y su actitud hostil hacia Hikari.

Takeru frunció el ceño, desconcertado por la reacción de su tía, mientras que Yamato miraba a Satomi con una expresión de incomodidad, tratando de calmar la situación.

Haruna, por su parte, observaba la escena con atención, sin intervenir de inmediato pero preocupada por el impacto que esto podría tener en la recuperación de Takeru.

Antes de que alguien pudiera responder, Satomi continuó, aumentando su tono de voz:

—¿Cómo se te ocurre venir aquí? ¿No es suficiente el daño que has causado ya?

Hikari se quedó sin palabras, sintiéndose herida por las acusaciones injustas de Satomi. Intentó encontrar las palabras adecuadas para explicar su presencia, pero la mirada de desaprobación de la tía de Takeru la dejó sin aliento.

Takeru, aunque aún debilitado por su condición, intentó intervenir para calmar la situación:

—Tía, por favor, cálmate —murmuró, con un gesto de frustración— Hikari solo vino a...

Pero antes de que pudiera terminar su frase, Satomi lo interrumpió con un gesto de desdén:

—No quiero oír excusas. Esta es una habitación de clínica, no un lugar para que estés junto a esa... esa chica.

Yamato, consciente de que la tensión estaba aumentando, intervino rápidamente:

—Tía Satomi, entiendo tu preocupación, pero...

Antes de que pudiera terminar su frase, Haruna tomó la mano de Takeru con suavidad y le dirigió una mirada tranquilizadora:

—Creo que lo mejor será que hablen afuera —sugirió Haruna.

El hermano de Tk asintió y con voz calmada pero firme dijo: — Takeru necesita descansar y no queremos causarle más estrés del necesario.

Satomi miró a Yamato con ceño fruncido, pero finalmente asintió, resignada a continuar la conversación fuera de la habitación.


—Tía Satomi, entiendo tu preocupación por Takeru, pero no creo que Hikari sea la causa de sus problemas.—dijo con tono sereno pero firme— Ella ha estado apoyándolo durante toda su recuperación.

Satomi frunció el ceño, sin mostrarse convencida.

—Puede que pienses así, Yamato, pero no puedes negar que la presencia de Hikari aquí solo le está causando más estrés a Takeru —respondió—. Él necesita descansar y recuperarse, y no puede hacerlo si está preocupado por ella.

Yamato suspiró, sintiendo una punzada de tristeza al ver la determinación de Satomi.

—Entiendo tus preocupaciones, pero exagerar las cosas no ayudará a Takeru.—dijo con voz suave pero firme—Necesita tranquilidad y apoyo, no más conflictos.

Satomi lo miró con dureza, manteniendo su postura.

—No permitiré que otro de mis sobrinos, cometa el error de relacionarse con alguien que no vale la pena —dijo con firmeza, su tono cargado de determinación.

Las palabras de Satomi golpearon a Yamato como un puñetazo en el pecho. Se sintió abrumado por la tristeza al darse cuenta de que ella estaba haciendo referencia a Mimi, su esposa y madre de sus hijas.

Tragó saliva, luchando por contener sus emociones mientras intentaba encontrar las palabras adecuadas para responder. Sabía que no podía cambiar la opinión de Satomi, pero aun así, no podía evitar sentirse herido por sus palabras.

Yamato miró a Satomi con una mezcla de frustración y tristeza al escuchar sus palabras. Se esforzó por mantener la calma mientras intentaba hacerla entrar en razón.


~Horas más tarde~


Haruna llegó a las afueras de su mansión y se recostó suavemente sobre el asiento de terciopelo mientras en su mente repasaba una y otra vez la escena de Satomi frente a Hikari. Escena que le recordó a su situación en el pasado con la familia de Yamato y la situación de Taichi con la familia de Taichi.

Suspiró.

—Señorita…—El conductor le habló— ¿Se siente bien?

—¿E? —Balbuceo saliendo de sus pensamientos— S-sí.

Lo mejor sería bajar

Fue así como rápidamente abrió su bolso y sacó el dinero para pagar el viaje.

—Aquí tiene la paga.

El señor recibió el dinero—Muchas gracias.

Haruna abrió la puerta— Que tenga buena tarde. —Musitó antes de bajar.

—Usted igual. —Respondió el taxista.

Fue así como Haruna cerró la puerta del automóvil y este se alejó.

La castaña volteo en dirección a su mansión y caminó en dirección a ella. No habrá avanzado muchos metros cuando frente suyo apareció cierta mujer de cabello negro-azabache y ojos azules, quien llevaba una botella con agua al lado.

—Señorita Haruna.

La oji-miel se detuvo en seco al ver a aquella mujer—¿Qué hace aquí, señora Kimura?

—En la mañana usted no me pudo atender.—Declaró Tomoko— Dijo que, viniera ahora en la mañana ¿no?

—¿E? — Balbuceo Mimi— S-sí…Eso dije…

—Ahora ¿me puede atender? — Preguntó la mujer Kimura.

Tomoko algo sospechaba, eso estaba claro.

—¿E? — Nuevamente balbuceo la castaña sin saber exactamente que decir o cómo actuar frente a ella— L-lo siento, pero estoy un tanto apurada.

—No le tomará mucho tiempo.—Comentó la oji-azul caminando a su lado.

Haruna se colocó nerviosa, le dio la espalda y se dispuso a alejarse— Señora Kimura, de verdad lo digo.

—Yo también...—Tomoko se acercó a ella y "accidentalmente" tropezó provocando que la botella que "curiosamente" estaba "cerrada" se abriera provocando que el agua cayera en la espalda de Haruna.

Haruna se detuvo en seco al sentir el agua tras ella.

—¡Ups! Lo siento.—Tomoko exclamó y rápidamente intentó tocó la espalda de la mujer, su cabello estaba mojado y la blusa se empezó a traslucir.

—N-no se preocupe, solo me iré a cambiar y todo estará bien.—Haruna se intentó alejar.

Tomoko solo ignoró esto y continúo acomodando el cabello en un moño.

—¿Eh? Señora Kimura.—La llamó Mimi intentando que alejar a la mujer.

Sin embargo, antes que Mimi pudiera apartarse de ella, Tomoko finalmente descubrió lo que insinuaba.

—¡Vaya! Tu tatuaje en forma de Luna sigue intacto ¿e?— Comentó— Cuando cambiaste de identidad ¿no pensaste en quitar tu tatuaje?

¿Qué?

—¿De qué rayos habla?

Tomoko observo seriamente a la mujer y se cruzó de brazos.

—¿Hasta cuándo intentarás seguir ocultándome tu identidad?—Preguntó— Mimi Tachikawa.


Sora observó a Izumi con atención, notando la tensión en su expresión mientras jugaban con las cartas en la mesa de la cocina. Decidió abordar el tema con delicadeza.

—Izumi, cariño, ¿cómo te sientes? —preguntó con suavidad.

Izumi levantó la mirada, tratando de mantener una apariencia serena.

—Estoy bien, mamá —respondió rápidamente, forzando una sonrisa.

Sora frunció ligeramente el ceño, notando la falta de convicción en la respuesta de su hija.

—No tienes que mentir, Izumi —dijo con tono comprensivo— Sé que todo ha sido difícil últimamente.

Izumi bajó la mirada, sintiéndose incapaz de ocultar sus verdaderos sentimientos ante la preocupación de su madre.

—Estoy... triste —admitió finalmente en un susurro— Por todo lo que ha pasado.

Sora se acercó a su hija y la abrazó con ternura.

—¿Conmigo y tu padre?

—En parte...—Comentó Izumi— La verdad es que, la traición de Nanami, el tema de las modelos, la separación de mi padre y tú, el tema de Takeru y...—Suspiró— Ciertos problemas con Kouji, me tienen así.

Sora hizo una mueca ante esto y depositó su mano en su cabello.

—Lamento mucho que esto esté pasando. No mereces nada de esto.

—No te preocupes, todas estas cosas son independientes a ti.— Comentó Izumi.

—No todas, lamentablemente, yo decidí estar separada de tu padre.—Musitó la pelirroja— Y sé que, eso te tiene triste.

—Pues claro que me da tristeza, mi padre te engañó…—Musitó con melancolía la rubia— Y no pensó en nosotras que ahora tenemos de lidiar con las consecuencias.

—¿Con consecuencias te refieres a que quiero separarme de él?

Izumi asintió— Sé que es egoísta pensar solo en mí, pero es muy triste para mi saber que, ustedes no volverán a estar juntos.

Sora hizo una mueca ante esto.

—Jamás me hubiese imaginado que…—La rubia suspiró— Dejaríamos de ser una familia.

—Todavía somos una familia. —Sora tomó su mano.

—Sí, pero no la que siempre hemos sido…—Izumi bajó la mirada— Jamás esperé verlos separados.

Sora se mordió el labio inferior ante esto, la tristeza en el rostro de su hija era obvio, esto le rompía el corazón. Quizás, no era su hija de sangre, pero la quería como si lo fuera, ella logró sacarla de la depresión en la cual estaba luego de perder a su hijo.

No era justo que Izumi estuviera triste por su culpa, considerando que ella logró sacarla del pozo de la desesperación en el cual estuvo.

¿Su culpa?

Sí, su culpa.

Ella le estaba quitando a Izumi la posibilidad de continuar con su familia.


—E-esto...—Tomoko intentó hablar totalmente en shock mientras observaba frente a frente a Haruna, mejor dicho, a Mimi, su ahijada—Es verdad ¿cierto?— Musitó— Por favor, dime que es verdad.

Mimi simplemente observó de frente a su madrina sin saber exactamente como reaccionar o como actuar frente a ella.

Koushiro simplemente estaba sorprendido, jamás se hubiese esperado que Tomoko fuera tan asertiva y tan buena para ejecutar un plan en el cual dejara a Mimi en evidencia. Al ver esto solo podía pensar que Kousei logró engañarla netamente porque Tomoko estaba cegada por el "amor" que sentía por él. De no haber estado tan enamorada, Kousei no le hubiese robado ni una moneda.

—¿E?—Balbuceo— Mimi, si quieres yo hablo con...

—¡No!— La castaña interrumpió a su amigo— Yo misma necesito hablar de esto con mi madrina.

Koushiro hizo una mueca y observó a Tomoko, luego a Mimi, ambas se observaban de frente casi sin poder decir palabra.

—Por favor, déjanos a solas.— Declaró la castaña.

—¿Qué?— Preguntó— ¿Solas?

—Sí.—Respondió Mimi dirigiendo su mirada hacia él— Por favor, necesito hablar yo misma con ella.—Rogó.

Koushiro dudó unos segundos, sin embargo, conocía a Mimi y sabía que necesitaba su espacio para poder hablar abiertamente con su madrina.

—Está bien.—Declaró—Permiso.—Musitó antes de retirarse de la sala principal dejando solas a ambas mujeres.

Tomoko observó a Mimi con una mezcla de incredulidad y preocupación, incapaz de articular palabra durante unos momentos. Finalmente, reunió el coraje suficiente para hablar.

—Mimi... —comenzó, con la voz temblorosa— O mejor debería decirte Haruna Anderson ¿no?

Mimi se mordió el labio inferior.

—¿Cuánto tiempo más esperabas ocultarme tu identidad?

Mimi asintió lentamente, sintiendo el peso de la confesión sobre sus hombros.

—Lo siento madrina, sé que no estuvo bien.

—¡Claro que no!— Tomoko se cruzó de brazos— No sabes cuanto tiempo Ryo y yo hemos llorado tu partida.

Esas palabras eran como un golpe en el corazón de la castaña.

—Creíamos que estabas...—La mayor decidió no continuar hablando, ya que, recordar que Mimi "estaba muerta" era un dolor muy grande.

—Lo siento madrina.—Rogó Mimi acercándose a ella y arrodillándose—Sé que debes estar enojada, pero todo tiene una explicación.

—¡Pues claro que debe tener!— Comentó Tomoko— ¿Cómo fue que sobreviviste? ¿Cómo estás aquí?

Mimi suspiró y bajó la mirada: —Fue una larga historia.

—Tengo tiempo para escucharla. —Declaró la Kimura— Necesito saber ¿qué pasó contigo, mi niña?

La castaña suspiró— Todo comenzó luego de que yo fuera encerrada. —Habló—Tú, días antes, me habías comentado de la herencia que me dejó mi madre ¿no?

Tomoko asintió.

—Yo, ese día que tú me hablaste de la herencia decidí hablar con Koushiro, como bien sabes, él frente a todos no era bien visto. —Comentó Mimi— Pero, yo sabía que todo era por culpa mía y de Taichi, ya que Koushiro fue una de las personas que nos creyó cuando quisimos revelar las cosas.

Tomoko asintió.

—Le pedí a Koushiro que viera los detalles que de mi herencia. —Declaró la castaña— Como bien sabes, cometí el error de hablarle de mi herencia de Yamato y Sora, creyendo que ellos también me ayudarían, lo cual provocó que luego me la arrebataran. No obstante, Koushiro supo que mi madre guardaba una caja fuerte.

—¿Caja fuerte?

Mimi asintió— Sí. —Respondió— Al parecer, a diferencia del dinero, mi padre dejó la carta al nombre de mi madre y Koushiro no supo de su existencia hasta tiempo después. —Comentó— Fue así como, Koushiro luego de hacer los trámites descubrió que en esa caja fuerte había escrituras de propiedades que mi padre tenía en el extranjero, además, unas joyas. En ese tiempo, Jou también había sido enjuiciado y tendría arresto domiciliario. Koushiro le comentó de esto y se nos ocurrió un plan para sacarme de prisión y huir.

—¿Huir?

—Sí. —Contestó la castaña— Al principio no estaba muy convencida, pero luego de perder a mi hija y saber que, querían acabar conmigo aun estando en prisión, decidí aceptar. Fue así como, Koushiro y Jou planearon una forma de hacerme salir de ese lugar. Lo cual funcionó.

—¿Incendiar la prisión?

Mimi negó—Eso fue otro plan de Hiroaki y todo su sequito. —Comentó— Minutos antes de que, Jou y Koushiro pudieran liberarme, una mujer me golpeo y me encerró en una habitación, luego hizo estallar una bomba a base de gas y fuego. Gracias al cielo, la mujer que se encargó de esa bomba no se percató que Jou estaba infiltrado en prisión y se percató de su plan. —Era horrible recordar esto— Me sacó minutos antes de que el fuego comenzara.

Tomoko escuchaba incrédula todo este relato.

—Fue así como en medio de las llamas, Koushiro y Jou me sacaron del lugar.

—Espera un minuto…—La Kimura habló— Entonces ¿de quién era ese cadáver que encontraron?

—Era la misma mujer que hizo estallar el lugar. —Comentó Mimi— Por ahí leí que el cuerpo estaba en tan mal estado que no se pudo detectar quien era.

—Exacto. —Afirmó Tomoko— Sin embargo, tenía tu medalla, ya sabes, esa que te dio tu madre, por cual Yamato creyó que eras tú.

—Esa mujer me quitó la medalla minutos antes. —Explicó la castaña— Por eso la tenía.

Ahora todo tuvo sentido

—Fue mejor para mí, ya que, todos creyeron que estaba muerta. —Comentó Mimi— Así fue como, Jou y yo, con ayuda de Koushiro y el dinero que obtuvimos gracias a las joyas que había en caja fuerte, escapamos ilegalmente del país. —Habló— Y pues….—Suspiró— Creo que lo demás se cuenta solo.

—Usaste el dinero de las joyas para comenzar de nuevo y convertirte en la gran empresaria, Haruna Anderson.

—Exacto. —Respondió la castaña.

—¿Y por qué no me dijiste?— Preguntó Tomoko— El incendio fue hace varios años ¿por qué no me dijiste que estabas bien?

—Porque no creí que fuera justo para mi hermano y tú sufrir con nosotros.—Declaró la oji-miel— Aunque teníamos dinero, ha sido difícil llegar adonde estamos, y no creí que fuera justo para ustedes tener una vida de fugitivos, porque así fue al principio...—Suspiró— Además, si les decía iba a levantar sospechas.

En eso tenía razón. Ella al estar emparentada con Kousei y Toshiko, además, al tener la custodia de Ryo siempre fue observada.

—Ahora que regrese quería decirles la verdad, pero vi que su vida era tan feliz sin mí que...—Suspiró— Preferí no involucrarnos en esto.

—¿En esto?—Preguntó Tomoko— ¿Te refieres a tu venganza?

Mimi asintió— Sé que la venganza no es buena, pero necesito una forma de hacer justicia por todo lo que me hicieron y sé que al intentar hacer eso, podría ponerme en peligro.—Comentó— Y si los involucró a ustedes, mi hermano y tú, también podrían estarlo. Cosa que no quiero. Ryo sufrió mucho por mi culpa. Ahora que ¡por fin salió adelante! no quiero arruinar su felicidad trayendo el pasado al presente.

La oji-azul observó con tristeza a su ahijada.

—Lamento mucho haberte ocultado mi identidad.—Declaró la oji-miel— De seguro debes estar enojada y lo entendería.

—No, no lo estoy.—Se apresuró a decir Tomoko— Bueno, una parte de mi se reprocha que no hayas confiado en mí, pero...—Depositó una mano en su hombro— Sé que, para enfrentar a Hiroaki, Toshiko y todos sequito necesitas ser fuerte, poderosa y eso no se iba a de la noche a la mañana. Mucho menos si levantabas sospecha.

Mimi asintió.

—Y otra parte de mí, está muy feliz ¿sabes?— Comentó la Kimura— Saber que mi ahijada está viva es la mejor noticia que pude haber recibido el último tiempo.

La castaña sonrió y unas lágrimas brotaron de sus ojos ante esto. Fue así como ambas de abrazaron.

—Te extrañé mucho madrina.—Murmuró la castaña—Lamento no haber estado todos estos años cuando más me necesitabas, perdiste a tu hijo y no fui capaz de venir. Pero pensar en la sola idea de volver era todo un torbellino.

—No te preocupes, sé que para ti ha sido difícil salir adelante luego de todo lo que te pasó.—Declaró Tomoko.

—Lo fue.—Musitó Mimi— Shuu me diagnosticó como loca...—Comentó—Y casi me volví loca. Jamás pude recuperarme de la pérdida de mi bebé...—Lágrimas cayeron— Tenía casi treinta y nueve semanas, estaba a punto de nacer cuando me lanzaron por las escaleras.—Ese recuerdo le rompía el corazón.

Tomoko observó con tristeza a su ahijada.

—Los cinco años siguientes que estuve en prisión recibí maltratos, pasé hambre...—Recordó la castaña— Luego al escapar sufrí muchos problemas de salud. Crisis de angustia, pánico, depresión. Parecía que no iba a poder salir hacia adelante.—Suspiró— Lo único que me daba fuerzas para seguir era recordar a mis hijas, a mi hermano y a ti.—Declaró— Si no hubiese sido por eso, probablemente hubiese muerto.

Tomoko acarició su rostro suavemente y Mimi cerró sus ojos sintiendo la caricia.

—Tranquila, tranquila.—Murmuró— Ahora todo está bien. Y mejorará, te lo prometo, ahora estamos juntas y quizás no tengo dinero. Pero prometo estar a tu lado siempre.

Mimi sintió un nudo en su garganta ante esto, escuchar esas palabras de Tomoko era un alivio. Fue así como nuevamente la abrazó. Tomoko era su madrina, pero siempre la trató como una hija, y siempre la amaría por eso.


~Cinco días después~


—Invitación a la abertura de campaña de Kousei Minamoto.—Musitó Tomoko mientras observaba la tarjeta que Mimi recibió de parte de Satomi para asistir a la abertura de campaña de su exesposo, quien estaba dispuesto a comenzar su campaña para ser Primer Ministro del país.

—Horrible ¿no?— Comentó Mimi.

La oji-azul asintió— No puedo creer que Kousei enserio crea que puede llegar a ser Primer Ministro.

—En su mente de fantasía cree que puede engañar a todos y dominar todo el país.—Habló Haruna mientras arreglaba su vestido.

La Kimura frunció el ceño—Lamentablemente, yo no soy la única estúpida que cree en sus mentiras.—Musitó— Por algo es senador.

Mimi hizo una mueca— Madrina, no fuiste estúpida, simplemente estabas enamorada.

—Cegada querrás decir, por un supuesto enamoramiento, que no sé si fue real.—Comentó Tomoko— Kousei solo quería mi dinero y yo no fui capaz de verlo.

Haruna asintió con comprensión, recordando los tiempos en los que también había sido cautivada por las promesas vacías de Kousei.

—A veces el amor puede nublar nuestro juicio —dijo— Pero no te culpes por ello, Tomoko. Todos cometemos errores, especialmente cuando se trata del corazón.

Tomoko suspiró, sintiendo un peso en su pecho por las decisiones que había tomado en el pasado.

—Supongo que tienes razón —admitió con resignación— Pero ¿sabes? Mi dinero no me importa más que haber perdido a mi hijo.

Mimi hizo una mueca ante esto.

Ella sabía lo que se sentía no tener derecho a ver a sus hijas. Lo de Tomoko era similar.

—No me gustaría decirte esto, pero, es muy lamentable que Kousei se haya quedado con Kouji.—Comentó— El otro día me quedó bien claro que es una copia de él.

—¿Por qué dices eso?— Preguntó Tomoko.

—Verás...—Mimi se acercó y tomó asiento a su lado— Izumi, hija, está con él como novios.

La pelinegra asintió— Sí, lo sé.

Curiosamente ellas eran consuegras.

—Pero últimamente han tenido varios problemas, o eso escuché, tanto así que, el otro día cuando le ocurrió aquel accidente al hermano de Yamato, Kouji e Izumi discutieron.—Comentó Haruna— Acusó a Izumi de ser infiel y la trató de muchas formas. Izumi me hiperjuró que jamás le sería infiel. Izumi rogaba por su perdón y porque la escuchara, pero Kouji no la escuchaba. Ni siquiera por respeto a la situación, Kouji trató muy a Izumi.

Tomoko suspiró— Lamentablemente Kouji está celoso.—Declaró— Ya que Izumi es amiga de Takuya Kanbara, el sobrino de Yuuko, la madre de Taichi.

—¿El fotógrafo de la empresa?

Tomoko asintió.

—¿Cómo sabes eso?

—Porque Ryo me lo ha comentado, verás, Ryo es amigo de Takuya, el compañero de trabajo de Izumi. Y le ha contado los problemas que han tenido con Kouji.—Tomoko bajó la mirada y suspiró— Lamentablemente mi hijo siempre quiere tener el dominio de todo, en especial cuando trata de él y ya que, Izumi no le hace el gusto. Él se enoja.

—Eso no está bien.—Comentó Mimi— No es porque Izumi sea mi hija, pero estoy segura de que ella no le sería infiel, a lo lejos se ve que está enganchada de tu hijo.

Tomoko suspiró— Kouji tiene un carácter difícil.

—Como su padre.

La oji-azul se mordió el labio inferior.

No quería admitir eso

—Ryo siempre me dice eso...—Comentó la Kimura—Ya que, no se llevan muy bien.

—¿Enserio?— Preguntó Mimi.

Tomoko asintió.

—Antes se llevaban bien, pero de un momento a otro Kouji cambió ¿sabes?— Musitó.

—¿No habrá sido por la muerte de Koichi?

—No.—La Kimura negó— No fue la muerte de su hermano...—Comentó— Kouji, luego de la muerte de Koichi estuvo muy triste, lo que provocó que Ryo y él se convirtieran en buenos amigos. Por lo general, Kouji venía a verme seguido, pasaba tiempo con nosotros. Y, aunque le costó, logró levantarse de la tristeza al perder a su hermano. Él nos permitió conocer a Takeru y Rika.

¿A Rika?

¡Un minuto!

El recuerdo de la interacción de Ryo y Rika vino a su mente.

—Tenía amigos en la comuna y era un buen chico.

¿Un buen chico?

Eso era difícil de creer luego de la forma en que le habló a Izumi.

—Sin embargo, poco tiempo después de que mi enfermedad se desarrollara y comenzara a necesitar infusiones de sangre y tratamientos, Kouji cambió de la noche a la mañana.—Comentó Tomoko— Comenzó a venir pocas veces a verme, tuvo unos problemas con los amigos que tenía por estos lados, también con Ryo.—Suspiró— Justo en ese momento se colocó de novio con tu hija y...—Nuevamente suspiró— Ni siquiera quiso presentármela. Ni a mí, ni a Ryo, aun conociendo nuestra historia.

—Espera...—Mimi se sorprendió ante esto— ¿Conociendo nuestra historia? ¿Te refieres a que Sora no es madre de Izumi?

Tomoko asintió.

—Kouji lo sabe.

Mimi se quedó perpleja ante esta declaración.

—¿Y-y aun así no quiso que ustedes se acercaran a Izumi?— Preguntó incrédula.

Tomoko suspiró.

—Supongo que su padre tiene mucho que ver en eso.—Comentó— Y no solo él, también mi hermana Toshiko y mi sobrina Sora.— Agregó— En menos de lo esperado, Kouji se volvió un desconocido para nosotros.

Mimi literalmente se quedó sin palabras ante esto. En su mente intentaba procesar todo, pero mientras más analizaba, más se enojada con ese chico.

¿Cómo decía querer a Izumi y era capaz de ocultarle una verdad tan importante? ¿Cómo era capaz de llamarse su "novio" y no decirle la verdad de su origen? ¿Qué clase de persona era ese chico?

—Lo que más me da tristeza es saber que...—Tomoko suspiró— Yo también cometí un error.

—¿Error?— Preguntó la castaña—¿Qué error?

Tomoko se mordió el labio inferior y suspiró. En su rostro fue evidente el debate que tenía.

—No importa.—Comentó— Ya fue...

Mimi observó a su madrina intentando entender que quería decir con su rostro, pero era evidente que no lo diría, aunque se lo preguntase, era como si tuviera un conflicto interno que intentaba resolver.

Suspiró.

—Así que...—Musitó— Rika y Ryo.—Pronunció esos nombres.

Tomoko dirigió su mirada a su ahijada.

—¿Son amigos o algo así?— Preguntó la castaña.

—Sí, algo así.—Respondió la oji-azul.

Mimi hizo una mueca ante esto.

—Sé que debes tener miles de preguntar y es probable que no te guste la situación considerando que es hija de Yamato y Sora.—Comentó Tomoko.

La castaña simplemente suspiró.

—Esa niña es muy problemática, desde que llegué me he dado cuenta de que, es una chica muy rebelde.—Declaró Mimi—¿Cómo dejaste que Ryo se involucrara con ella?

—Es una larga historia.—Musitó la oji-azul— Creo que, aunque mi familia no sea buena conmigo, yo inevitablemente soy buena con ella.

Mimi analizó estas palabras en su mente. Sí, era algo totalmente descabellado, sin sentido. Pero si lo pensaba en frío tenía sentido, Rika era hija de Sora ¿no? Sora era sobrina de Tomoko. Por lo tanto...

¡Toc, toc!

La puerta sonó.

—Adelante.—Exclamó Mimi y en el lugar apareció Akari.

—Permiso.—Musitó la pelirroja—Siento molestar, pero mi padre dice que es hora de que Haruna Anderson se vaya al evento.


Era de noche en la ciudad de Shibuya, una Luna hermoso se encontraba en el cielo iluminando prácticamente todo Japón y dándole un toque romántico a toda el área.

En el Club de la familia Takenouchi (mejor dicho, en el club que algún día fue patrimonio de la familia Takaishi) Muchas personas que vestían elegantes ingresaban a aquel lugar para participar en el gran evento que se realizaría.

Dentro del club, la atmósfera estaba cargada de emoción y anticipación mientras los invitados se congregaban en el elegante salón principal. El lugar estaba decorado con luces suaves y elegantes arreglos florales, creando un ambiente sofisticado y acogedor.

Entre la multitud, se encontraban figuras destacadas de la sociedad japonesa, desde políticos y empresarios hasta celebridades y miembros de la alta sociedad. Todos lucían impecables en sus trajes y vestidos de gala, listos para disfrutar de una noche de celebración y networking.

Los autos de lujo se alineaban frente al club, descargando a sus distinguidos pasajeros que, con elegancia y determinación, se dirigían hacia la entrada. Entre la multitud, Kousei Minamoto, el carismático postulante a primer ministro del país, recibía a los invitados con una sonrisa amable y un apretón de manos firme. La gente de la alta sociedad se acercaba rápidamente a Kousei, ansiosa por saludarlo y felicitarlo por su campaña política. Entre ellos se encontraban políticos influyentes, empresarios exitosos y miembros destacados de la sociedad japonesa, todos dispuestos a mostrar su apoyo al candidato y a aprovechar la oportunidad para entablar relaciones y discutir temas de interés común. El ambiente estaba cargado de emoción y anticipación mientras los invitados se congregaban en el lujoso club, listos para disfrutar de una noche de celebración y networking. Mientras tanto, Kousei recibía a cada uno con cortesía y profesionalismo, consciente del importante papel que desempeñaba en aquel evento crucial para su carrera política.

Hiroaki, el padre de Yamato, se acercó a Kousei con un gesto formal. Sus ojos reflejaban una mezcla de respeto y reserva mientras estrechaba la mano del candidato.

—Kousei.—dijo con un tono serio— Te deseo éxito en su campaña.—Estrechó su mano.

—Gracias Hiroaki.—respondió Kousei.

—Ojalá tu campaña de frutos.

—¡Pues claro que lo dará! Yo la estoy organizando.—Comentó Toshiko.

Si ¿cómo no?

Pensó Hiroaki.

Justo en ese momento Sora, hija de Toshiko, apareció en el lugar junto a sus hijas, Nene e Izumi.

—Kousei.—Habló la pelirroja— Muchas felicidades por el inicio de campaña.

—Muchas gracias Sora.— Respondió el Minamoto con seriedad.

—Esperemos que contemos con usted como futuro Primer Ministro.—Comentó Nene.

Kousei asintió— Estoy seguro de que sí.—Contestó confiado en sí mismo. Y luego dirigió su mirada hacia la rubia novia de su hijo— Buenas noches Izumi.— Saludo a su nuera.

—Buenas noches.— Contestó la oji-verde—Señor Minamoto, espero que tenga buen inicio de campaña, logre su objetivo y logre dirigir con bienestar nuestro país.

—Eso espero, jovencita, gracias por tus palabras.—Respondió Kousei con su habitual seriedad, a continuación, le dirigió su mirada a su hijo quien se encontraba a unos metros, pero no fue capaz de acercarse a saludar a su novia.

Izumi también divisó a lo lejos a su novio, pero Kouji actúo como si no estuviera en el lugar, ya que simplemente se alejó del lugar.

En paralelo a esto, Toshiko observaba a su hija junto a sus dos "hijas", Nene e Izumi.

—¿Dónde está tu esposo?—Preguntó.

Sora hizo una mueca— No vino con nosotras.

—¿Por qué no?— Cuestionó la mayor— Ustedes aún están casados y es su deber ir juntos a este tipo de eventos.—Comentó y se acercó a su hija—¿O quieres ser el hazme reír de todos otra vez?— Susurró entre dientes.

Sora frunció el ceño— Madre, no puedo obligar a Yamato a que venga conmigo.

—Tú no, pero pudiste hacer que tus hijas lo invitaran o algo así.—Comentó— Llegar juntos como familia habla bien de ustedes, venir por separados hablar mal y...

—¡Mamá, por favor!— Exclamó la pelirroja— Deja de hablar estupideces.

Verdaderamente no tenía ganas de hablar con ella, al contrario, tenía claro que debía hacer y ella no era un aporte, solo la criticaba.

—Sora, querida.—Satomi justo apareció en el lugar— Me alegra verte.

Sora sonrió de lado— Igualmente.

—¿Y mi sobrino Yamato?

Otra más

Pensó la pelirroja.

—No vino con nosotras.—Respondió.

—¿Por qué no?— Preguntó Satomi.

Sora suspiró— Temas personales y...

—No puede ser.—La voz de Toshiko interrumpió a la pelirroja.

Sora y Satomi observaron a la mujer.

—¿Qué hace esa mujer aquí?— Preguntó la mayor.

Fue así como todas voltearon y vieron que de un auto lujoso descendía la elegante empresaria, Haruna Anderson, con un bello y elegante visto negro, largo con tirantes, además de unos hermosos tacones del mismo color.

La mujer se llevó la mirada de todos los presentes. En especial de los hombres.

Toshiko se acercó a Satomi y la agarró por el brazo— ¿Tú la invitaste?

Satomi se mordió el labio inferior: —¿No debería?

—¡Claro que no! ¿Qué te dije sobre ella? —Respondió la Takenouchi.

La esposa de Kousei hizo una mueca— Me dijiste que no te agrada y por eso la quieres cerca.

—Sí, eso dije. —Comentó la madre de Sora—Entonces ¿por qué la invitaste?

—Porque lo que hoy se realizará no se relaciona a ti, se relaciona a mi esposo.—Respondió Satomi— Haruna, últimamente, ha sido una figura reconocida en Japón desde que ayudó en la campaña de ayuda para encontrar a las modelos y participa en la empresa de Hiroaki. Lo mínimo que puedo hacer es invitarla a este evento considerando que muchas personas de nuestro círculo estarán aquí.

Toshiko apretó su puño.

—Mi esposo pensó lo mismo, después de todo, desde que Haruna llegó a esta ciudad está haciendo tendencia por su popularidad.

¿Tendencia?

Toshiko rodó los ojos ante esto.

—Eso es lo que ha logrado al acercarse a nosotros.

Tendría que hablar con Kousei de esto


En paralelo a esto, Yamato se encontraba a unos cuantos metros dentro de su auto que se encontraba estacionado. Verdaderamente no tenía ganas de estar en este lugar, pero no le quedaba de otra, frente a todos debía actuar como si "todo estuviera bien en su vida"

Suspiró.

Estuvo a punto de bajarse cuando un auto elegante se estacionó a unos metros más allá y ahí descendió cierta mujer de cabello castaño ojos color miel, quien utilizaba un elegante vestido negro.

Yamato observó a la mujer quien con el efecto del viento su cabello se mecía.

El viento jugaba con los mechones de cabello de la mujer mientras caminaba con elegancia hacia la entrada del club. Sus pasos eran seguros y su mirada, aunque serena, reflejaba determinación. Yamato la observó en silencio, sintiendo una mezcla de emociones que le resultaba difícil de descifrar.

¡Un minuto!

Pensó y rápidamente movió su cabeza.

¿Por qué la observaba de esta forma? Y ¿por qué la observaba con tanta detención?


—¿Está diciendo señorita Haruna que escribió su nombre en una isla para que se vea en las alturas?—Musitó Satomi.

Haruna sonrió—Sí.—Respondió— Fue un jeque, amigo de mi difunto marido que, ordenó escribir mi nombre en señal de amor cuando me pidió que nos casáramos.

Todos se observaron impresionados.

—Esa muestra de amor debió ser fascinante.—Comentó Satomi.

Haruna suspiró— Lo fue...—Suspiró— Nuestro matrimonio mientras duró fue de lo mejor. Me dio muchos regalos y viajamos por todo el mundo.

—Como tú, abuela...—Nene nombró a Toshiko— Que has viajado por todo el mundo.—Musitó— ¿Por qué no nos compartes algo?

—Luego te las cuento en la casa, Nene.—Respondió seriamente la madre de Sora y luego sonrió para aparentar "simpatía" frente a los demás. Dirigió su mirada hacia Haruna— Es mejor escuchar las historias de esta señorita que recién estamos conociendo.

Haruna también sonrió con fingimiento, sabía que no le agradaba a Toshiko.

—Después de todo, he aprendido que, el ser humano es el único que toma agua sin tener sed.— Comentó la Takenouchi— Come sin tener hambre. Y habla...—Sonrió— Sin tener nada que decir.

Haciendo entre ver que Haruna estaba alardeando sin razón alguna.

—¿Le parece que mis anécdotas son superficiales doña Toshiko?— Preguntó Haruna.

—¿Por qué me llama doña?

—Le llamo doña en forma de respeto.— Respondió la oji-miel intentando ocultar sus nervios. Toshiko verdaderamente la hacia sentir insegura del personaje que se estaba montando— Como en españa.—Completó.

—¡Me encanta eso de doña!— Musitó Nene.

—Después de todo, Toshiko es la dueña de los negocios, la doña y patrona financiera más grande que hay en esta ciudad.— Comentó Shuu.

Todos los asintieron.

La oji-miel se mordió el labio inferior, era increíble como Toshiko, con engaños, logró ocupar el puesto de su hermana y ser la mujer más adinerada de esa ciudad, mejor dicho, del país. En lista de hombres estaban Yamato y su padre, pero en la de mujeres estaba Toshiko.

Toshiko simplemente observó con seriedad a Haruna.

—Disculpe que le pregunte señorita Anderson...—Kousei habló— Creo que ha sido un aporte a la empresa, pero ¿qué hace usted en Tokyo? Entiendo que quiera hacer negocios con la empresa de Hiroaki, pero su empresa también se extiende en el extranjero.

—Eso se lo debo a mi asistente Koushiro.— Comentó Haruna— Él siempre me habló de lo increíble que era ampliar nuestra empresa a Japón.

—¿Y le dio la idea de trabajar con la empresa Ishida?

La castaña negó— No, nunca la mencionó. Solamente me habló de Japón, en especial de Tokyo, y me dio mucha curiosidad.—Comentó— Luego de investigar me di cuenta de que sí, Japón ha tenido un crecimiento económico increíble con el paso de los años y era buena idea venirnos a probar aquí, no obstante, no quise venir directamente yo con mi empresa, después de analizar muchos factores, yo por mi cuenta, decidí hacer negocios con la empresa Ishida.

—Es novedoso, después de todo, usted es una mujer con una empresa bastante fuerte y rica en Australia.—Comentó Kouji con seriedad.

—No quería tener el estrés de comenzar todo de nuevo, considerando que toda mi empresa ha tenido muchos cambios el último tiempo, cambios buenos, sin embargo, no quería hacer otro más.—Respondió Haruna.

Toshiko hizo una mueca— Bien por usted. Pero malo para nosotros...—Comentó—Quien sabe si quiere conocer nuestros puntos débiles o cosas así para sacar provecho al saber cómo es la competencia.

—No soy ese tipo de persona.— Musitó la oji-miel.

—Bueno, es lo que creo, después de todo, ha insistido tanto en acercarse a nosotros que me hace pensar que está ansiosa en saber todo, tanto empresarialmente como personal.—Declaró la madre de Sora.

Haruna se mordió el labio inferior ante esto: —Simplemente busco hacer amistades.—Comentó— ¿Y qué mejor que con ustedes? Después de todo, son los dueños de la mejor empresa del país, con la cual quiero hacer negocios.

—No ha sido mala idea.—Musitó Hiroaki— Después de todo, ayudó a Takeru, y a su vez, nos ayudó a librarnos del bochorno en el cual nos metió Rika.

—Eso fue simple, hasta yo hubiese podido armar toda esa conferencia de prensa.

—Pero no le hubieras podido donar sangre a mi tío Takeru.—Satomi mencionó.

—Además, en ámbito empresarial, presentó un muy buen proyecto el cual Kiriha y Nene están trabajando.—Recordó Hiroaki.

Nene hizo una mueca ante esto. Odiaba saber que, ese proyecto "fantástico" que ella planificó, fuera corregido por esa mujer.

—Solamente quiero tener buena afinidad con mis nuevos socios.—Comentó Haruna— Espero lograrla.

Fue así mientras todos continuaron hablando.

—Por cierto, agradezco que me invitaran a su conferencia de prensa.—Agradeció la mujer Anderson— Amo la política.

—¿De verdad?— Kousei preguntó.

Haruna asintió.

—Mi esposo por unos años fue senador durante unos años.

—Es efectivo, todo lo que dice.—Murmuró Kouji mientras observaba su móvil.

Yamato dirigió su mirada hacia el Iphone del Minamoto y efectivamente ahí estaba la información.

—¿Sabe? Si necesita ayuda para financiar su campaña, no dude en pedírmela.—Declaró Haruna.

¿Qué?

Esto sorprendió a todos.

—¿Financiar?

La oji-miel asintió— Creo que, usted es un buen político. Las políticas que ha impuesto junto al senado han servido de buena manera. Eso significa que usted tiene buena gestión en el gobierno.

—¿Usted cree? —Preguntó Kousei sorprendido por el elogio.

—No me agradezca, es la verdad. —Musitó Haruna— Creo que es bueno financiar reformas de este tipo. Y yo de esto, como dije, mi esposo participó mucho en política.

—Usted habla mucho de su esposo…—Comentó Satomi— De seguro debe extrañarlo.

Haruna suspiró— Lamentablemente no terminamos bien…—Declaró—Pero siempre intento recordar los buenos momentos. — Sigilosamente le dirigió una mirada a Yamato.

Yamato simplemente escuchaba a la mujer, sin lograr entender porque le recordaba tanto a Mimi ¡Eran completamente diferentes! Tenían vidas diferentes, esta mujer tenía mucho dinero y era elegante, algo diferente a Mimi, pero de igual forma ¡le recordaba a ella!

Inevitablemente podía perderse en su mirada oji-miel.


Mientras tanto en cierto lugar de Adachi, Hikari se encontraba afuera del edificio en donde se encontraba su departamento. Takuya y los chicos de la banda tendrían una presentación en un evento que, por lo general, se hacia cerca de ahí.

Sin embargo, Takuya no quería que saliera a caminar sola luego de lo que sucedió, así que, Daisuke se ofreció a venirla a buscar y ahora estaba esperando.

Estaba en eso cuando cierto auto verde apareció frente a ella, estacionándose a su lado y la ventana del copiloto se abrió dejando ver a cierto chico rubio de ojos azules dentro.

—¿Qué haces aquí?— Preguntó Hikari sorprendida y a la vez preocupada.

—Vine a verte.—Comentó el rubio.

—¿A verme?— Cuestionó la castaña—¡Estás recién operado, apenas ayer te dieron el alta! No puedes venir hasta aquí. Acaso ¿Estás loco?

Takeru sonrió de lado—Estaba aburrido en mi departamento.

Hikari se cruzó de brazos— Regresa a descansar.

—No quiero.—Respondió el rubio.

—¡Hazlo!— Exclamó la castaña.

Takeru sonrió—No quiero, al contrario, quiero acompañarte al show de Takuya.

—¿Qu-qué?— Preguntó Hikari—Es broma ¿no?

—¿Por qué lo seria?— Cuestionó el rubio— No puedo dejar que una señorita tan linda y joven como tú camine sola en medio de la noche.

La Kanbara se ruborizó ante esto.

—Y bien ¿vamos?

Hikari negó— En verdad estás loco ¿e?

Takeru rio y abrió la puerta de su auto.

—¡Ey! No bajes.

—Necesito abrirte la puerta.

—No es necesario.—Respondió la castaña— Por favor, regresa a descansar.

—No lo haré.

—Pero...

—No lo haré.—Contestó Takeru— Así que, sube o sino yo mismo te tomaré en brazos y te obligaré a subir.

Esto alarmó a Hikari. Tk no podía hacer fuerza. Pero era capaz de bajar y tomarla en brazos para hacer la entrar.


Mientras tanto a unos metros del lugar donde Haruna y los demás charlaban. Hiroaki y Kousei se encontraban tomando unos tragos.

—Creo que, finalmente, llegó una persona que desplace a Toshiko. —Comentó Kousei.

—Ojalá. —Murmuró Hiroaki.

Toshiko a lo largo de los años se había vuelto una piedra en su zapato. Sí, hacia muchos negocios para él, pero el poder se le fue a la cabeza ¡Él era verdadero patrón! No ella.

—¿Crees que tenga suficiente dinero o influencia como ella dice?

—¿Por qué preguntas? — Preguntó el padre de Yamato.

—Porque sería bueno contar con una persona así en mi campaña. —Declaró el Minamoto.

—Pues claro que es buena idea, pero no creo que, a tu jefa de campaña, Toshiko, le guste, al parecer no le agrada Haruna Anderson. —Comentó el Ishida.

Sí, eso era verdad.

—Bueno, eso significaría un problema…—Declaró Kousei.

—¿Sabes? Si necesitas más dinero para financiar tu campaña, creo que lo mejor que podrías hacer es unirte a mi negocio. —Propuso el padre de Takeru— Dime ¿te unes?

El Minamoto hizo una mueca ante esta declaración: —Ya sabes, lo mío no es la trata de mujeres.—Comentó— Prefiero solo la venta de sustancias. Ya que es menos arriesgado y gano bien.

Más que nada, él quería que Haruna participara por la figura influyente que tenía, ya que en menos de lo esperado, Japón ya la conocía.

—Ganas bien, pero con lo mío ganarías más.—Musitó Hiroaki.

—Sí, pero no me interesa.—Admitió el padre de Kouji.

—Bueno, tú decides que quieres hacer o no.—Declaró el padre de Yamato.

Justo en ese momento, la madre de Sora apareció frente a ellos. No traía un buen rostro, al contrario, parecía estar enojada, muy enojada.

—No soporto a esa mujer extraña…—Musitó Toshiko.

Kousei e Hiroaki intercambiaron miradas ante esta declaración.

—A ti nunca te agrada nadie.—Comentó el Ishida.

—Esta vez tengo razones para que no me agrade. —Respondió la mujer— Acaso ¿no les parece extraño que intente involucrarse en nuestras vidas en todos los ámbitos?

—Es una mujer de negocios, al igual que tú, busca beneficio propio. —Comentó Hiroaki.

Toshiko hizo una mueca ante esto.

—Cállate Hiroaki. No me compares con esa mujer. —Regañó.

—Solo digo la verdad. — Comentó el Ishida antes de voltear e irse.

Toshiko rodó los ojos.

—No puedo creer que la hayas invitado a esa mujer.

—Satomi quiso invitarla. Creí que sería buena idea. —Declaró— Y lo fue, después de todo, me ofreció financiar mi campaña.

—Lo hizo para caer en gracia.

—Lo logró.

La Takenouchi frunció el ceño.

—Recuerda que la persona que guía tu campaña, soy yo. —Comentó Toshiko— Yo la financio, yo escojo que es lo mejor. Solo por mi has llegado hasta donde estás.

Kousei rodó los ojos— Lo sé, lo sé. —Musitó— No debes enojarte.

Toshiko observó atentamente al Minamoto: —Hablando de tu campaña. Hoy tenemos reunión.

—¿Reunión?

Toshiko asintió— Ya sabes de que tipo…—Depositó suavemente su mano en el brazo del Minamoto.

Kousei observó esto y supo a lo que se refería.

Satomi, quien justo llegó en ese momento, observó la acción de Toshiko y la mirada que ambos se daban.

—¿Qué ocurre aquí?

Kousei y Toshiko voltearon hacia ella.

—Satomi.—El Minamoto pronunció el nombre de su esposa.

Satomi pasó su mirada por ambos, más precisamente por el agarre de Toshiko sobre Kousei.

—¿Qué está ocurriendo aquí?

—Acaso ¿no ves?— Preguntó Toshiko— Estamos conversando.

Satomi se cruzó de brazos—Sí, vi que estaban hablando animosamente.—Comentó— Pero ¿puedo saber de qué?

—¿De qué más?— Musitó Kousei—De mi campaña, como bien sabes, Toshiko es quien la maneja.

La madre de Sora asintió— Estábamos hablando que, luego de esto, tendremos reunión.

—¿Reunión?— Satomi cuestionó— ¿Por qué? Ya es tarde y la conferencia fue cansadora ¿No sería mejor dejar la reunión para otro día?

—Porque la situación lo amerita.—Respondió Kousei seriamente— Necesitamos hablar cuanto antes.

—¿Por qué? ¿Ocurrió algo?—Preguntó la mujer de anteojos.

—No te interesa saber.—Comentó Toshiko.

Satomi hizo una mueca ante esto.

—Kousei, acaso ¿no has pensado en lo que hablamos el otro día?

Kousei se sorprendió ante esto: —¿De qué hablamos?

—Ya sabes...—Comentó Satomi— De yo participar en tu campaña.

—A-ah...eso...—Kousei hizo una mueca.

Toshiko observó a la hermana de Natsuko— No creo que sea necesario pensar la idea. Creo que es lógico que no puedes.

—¿Por qué no? —Preguntó Satomi.

—Porque no es asunto tuyo. —Declaró Toshiko.

Kousei asintió— Toshiko es quien verifica toda mi campaña.

—¿Por qué ella? —Cuestionó la hermana de Natsuko— Yo soy tu esposa, creo que soy capaz.

—¿Capaz? —Preguntó la madre de Sora— Creo que exageras al decir eso, Satomi.

Satomi se mordió el labio inferior.

Ella era abogada, sabía mucho de leyes y demás. Pero Kousei siempre prefería darle la razón a Toshiko, nunca entendió la razón.

—Está claro que la política no es lo tuyo.—Comentó Kousei.

—¿Y de Toshiko sí? —Preguntó la tía de Yamato— Su especialidad son los negocios. Lo mío es derecho. Creo que lo mío es más coincidente con lo tuyo.

—Puede ser, pero yo tengo más conocimiento, conduzco y auspicio su campaña desde mucho antes que tu te convirtieras en su esposa.—Declaró Toshiko—Por lógica, sé más que tú...—Dirigió su mirada hacia el Minamoto—¿Cierto, Kousei?

El Minamoto asintió.

Satomi se mordió el labio inferior completamente enfadada por esta situación.

—Permiso.—Toshiko alzó su copa—Debo retirarme.

Satomi simplemente observó a la mujer Takenouchi alejarse.

Seriamente dirigió su mirada hacia su esposo y lo observó con seriedad.

Últimamente sentía a Kousei y Toshiko muy cercanos, no le que provocaba que se sientiera incómoda, sobre todo cuando mencionaban el tema de su campaña.

—¿Por qué me miras así?— Preguntó el padre de Kouji.

—¿A sí cómo?—Cuestionó Satomi.

—Enojada.—Respondió Kousei.

—¿Cómo quieres te mire?—Musitó la mujer seria—Pensé que habíamos hablado el tema de la campaña. Y-yo en verdad pensé que...

—Satomi.—El Minamoto la interrumpió— Por favor, no me hables tonterías en este minuto.

—No es una tontería, yo en verdad...

—Satomi.—Kousei nuevamente la interrumpió— Por favor, no estoy de humor para esto.—Comentó antes de sacar su móvil.

La mujer observó a su esposo bastante molesta por su culpa. No era justo que Kousei no la escuchara o no se dignara a entenderla.

Ella era su esposa, merecía respeto, atención y muchas cosas más que él ya no le estaba dando.

—Está bien, no hablaré más de tu compaña, pero si de tu hijo, Kouji.—Satomi declaró.

—¿De Kouji?—Kousei se sorprendió.

Satomi asintió— Izumi me acabo de decir que están teniendo problemas en su relación. Todo por culpa de tu hijo.

—¿Qué?— preguntó el Minamoto— Eso no puede ser.

—Lo es, Izumi me lo acabó de decir.—Respondió la mujer— Y tú sabes que Izumi no miente. Así como tu hijo...

Kousei sabía que Satomi tenía razón.

—Creo que debes hablar con él para que solucione esta situación.—Finalizó Satomi.


Haruna pasó su mirada por la pensativa esposa de Yamato, quien a pesar de ser una de las primeras en llegar evidentemente no tenía ánimos de estar ahí. No intercambiaba muchas palabras, ni con su familia, ni con sus amigos o conocidos que se acercaban a saludar. El estado melancólico de su rostro era similar al de su hija Izumi, que se encontraba en las mismas.

Fue así como Haruna se armó de valor y se acercó a ella.

—Hola Sora.—La saludó.

La mujer pareció no escucharla.

—¿Sora?— Haruna la llamó nuevamente y deposito su mano en su hombro.

Fue así como la pelirroja salió del trance en el cual estaba.

—¿S-si?—Preguntó— Haruna ¿qué sucede?

—¿Qué sucede?—Repitió la castaña sorprendida— ¿Que sucede contigo? querrás decir ¿por qué estás así?

—¿Así?—Cuestionó Sora— ¿Así como?

—Pensativa, pérdida, melancolica.—Respondio la oji-miel.

Sora se mordió el labio inferior.

—Dime ¿Qué sucede? —preguntó Haruna con preocupación—¿Ocurrió algo?

—Algo así.

—¿Puedo saber que es?—Cuestionó la castaña— Sabes que puedes contar conmigo.

Sora tomó una respiración profunda antes de continuar.

—Estoy pensando en darme otra oportunidad con Yamato —confesó, esperando la reacción de Haruna.

Haruna mantuvo la compostura, aunque por dentro se sorprendió ante la revelación de su amiga. Sin embargo, decidió no expresar sus propios sentimientos de desaprobación y simplemente preguntó:

—¿Darte otra oportunidad con Yamato?

La pelirroja asintió.

—¿Por qué? Él te falló, no creo que sea justo para ti aceptar su infidelidad.

—No quiero aceptar su infidelidad.—Comentó Sora— Pero, no quiero destruir la familia de mis hijas.

Haruna se sorprendió ante esto: —Pe-pero yo pensé que tus amigas apoyaban tu decisión.

—Ellas están enojadas con su padre.—Declaró la pelirroja— Sé que se les hace difícil pensar en que su familia se separe.

—No es que su familia se vaya a separar.—Comentó la castaña— Es simplemente que, creo que mereces ser feliz.—Musitó—¿Tú no lo crees?

Sora suspiró— Me encantaría ser feliz, pero a estas alturas de mi vida dudo encontrar a alguien.—Comentó— Además, creo que mis hijas merecen tener una familia.

Haruna se mordió el labio inferior ante esto. Acaso ¿Sora iba a perdonar a Yamato? ¡Y no fue capaz de perdonarla a ella, ni a Taichi por serle "infiel" aun sabiendo que podía ser mentira! ¿En qué mundo vivía?

—¿Estás segura?

Sora asintió con determinación.

—Sí, lo estoy —respondió— He estado reflexionando mucho últimamente, y creo que tal vez no debería descartar la posibilidad de volver a estar juntos.

Haruna asintió lentamente, sin revelar sus propias reservas sobre la idea.

—Entiendo.—dijo con calma— Tienes hijas a las cuales no quieres hacer sufrir.—Comentó— Aunque tal vez sería mejor que lo pienses detenidamente antes de tomar una decisión definitiva. No vaya a ser que, por intentar volver, las cosas empeoren.

—¿Tú crees que eso es posible?— Preguntó Sora.

La castaña asintió— Esas cosas suceden.—Murmuró— A una amiga le sucedió una vez...Pero no digo que ese sea tu caso, no...Yo creo que la familia que Yamato y tú tienen es bastante linda.—Sí, estaba mintiendo— Pero creo que una decisión así merece ser analizada con profundidad.

La Takenouchi escuchó sus palabras— Lo he pensado mucho ¿sabes? Y por eso llegue a esta conclusión.

—Bueno, comprendo, y me alegro por ti.— Mimi intentó forzar una sonrisa. Aunque por dentro se maldecía una y otra vez— Permiso, iré a retocar mi maquillaje.—Comentó antes de tomar su pequeño bolso y caminar en dirección al baño.

Baño que, para variar, no tenía idea donde estaba.

Mimi caminó por un largo pasillo, sin rumbo a alguno, solo supo que vio una puerta y sin mirar nada ingresó en ese lugar, cerrando la puerta tras ella, literalmente con toda la fuerza que jamás imaginó tener.

—No, esto no puede ser...—Musitó para sí misma mientras depositaba su bolso en una especie de mesa— Esto no...

—¿Esto no qué?—Una voz se escuchó en el lugar.

—¡A!— Mimi lanzó un pequeño grito ante el susto y volteo encontrándose con nadie más, y nadie menos que, Yamato Ishida.

El rubio observó sorprendido a la mujer castaña.

—Yamato.—La oji-miel pronunció su nombre—¿Q-qué haces aquí?

—Eso mismo iba a preguntar yo.—Respondió el oji-azul.

Mimi observó el lugar, prácticamente ingresó en la primera puerta se le apareció, pero verdaderamente no sabía dónde estaba, era una especie de terraza con unas mesas y asientos. Sorprendentemente Yamato era el único aquí.

—Estoy buscando un poco de aire fresco —respondió con sinceridad—. ¿Y tú?

Mimi hizo una mueca, sintiéndose un poco avergonzada por haber sido descubierta en una situación un tanto incómoda.

—Eh, yo... estaba buscando el baño para retocar mi maquillaje...—admitió, sintiendo que la situación era un tanto ridícula.

Yamato observó a la mujer no tenía apariencia de querer retocar su maquillaje, al contrario, parecía un tanto agobiada.

—¿Está segura de eso?

—¿P-por qué preguntas?— Cuestionó la castaña.

—Porque no te ves muy bien, Haruna.—Respondió el oji-azul.

Mimi hizo una mueca— Estoy bien.

Yamato alzó una ceja en señal de pregunta, era evidente que no.

—¿Segura?—Preguntó— Se ve un poco agitada.

La castaña apretó los dientes— E-es...—Se abanicó con su mano— Estoy un acalorada y ahogada. Verá no me gusta estar entre medio de mucha gente.

—Bueno, este lugar es perfecto para tomar aire.—Habló Yamato y justo en ese momento una suave brisa se levantó.

Haruna asintió— Supongo que tú estás en las mismas ¿no?—Comentó—Siempre que ha habido eventos y te veo estás apartado del grupo.

Yamato hizo una mueca recordando como en el desfile ella lo vio en su momento más débil.

—¿E?...—Balbuceo— Sí.—Comentó— No me gusta estar entre tanta gente.

Sí, lo sabía. Al parecer los años no cambiaban eso en la vida de Yamato.

—Supongo que no debe ser agradable. Sobre todo, considerando la situación con Sora y sus hijas.

Yamato se mordió el labio inferior ante esto.

—No tengo muchas ganas de hablar de eso.

La verdad es que ya estaba cansado de suplicar, suplicar y suplicar.

Saber que, decepcionó a sus hijas, era un golpe horrible en su corazón.

—Porque creo que está claro en la actitud de Nene e Izumi que...—Suspiró— No valgo nada como padre.

—No digas eso, Yamato.— Comentó la castaña— Ellas simplemente están enojadas, pero tú jamás dejarás de ser su padre.

—Me gustaría pensar eso, pero es difícil.—Habló el rubio.

—Tranquilo...—Musitó Haruna se acercó a él— Todo estará bien.— Fue así como depositó suavemente su mano sobre la mano de Yamato.

El rubio se sorprendió ante esto y volteo su mirada hacia la mujer que, para variar no era muy alta, y tenía aquellos ojos miel que...

Le recordaban tanto a Mimi

¿Mimi?...Sí, Mimi...¡Otra vez! ¿Por qué últimamente pensaba tanto en ella? ¿Por qué esta mujer le recordaba tanto a la madre biológica de Izumi y Nene?

Deslizó su mano soltándose del agarre de Haruna.

La castaña se dio cuenta de esto— ¡Ups! Lo siento...—Rápidamente se alejó de él.

Yamato simplemente desvió su mirada hacia el campus que estaba iluminado, pero sorprendentemente vacío, al parecer todo estaban en la sala principal.

—L-lo mejor será que regrese.— Musitó Mimi.

Yamato asintió con seriedad.

Fue así como la castaña volteo dispuesta a alejarse, pero no se percató que había un pequeño peldaño y sin querer pisó mal provocando que su tacón junto a todo su pie se doblara.

Yamato volteo hacia ella y se acercó a la mujer castaña.

—Haruna ¿estás bien?

Fue así como el rubio la ayudó a levantarse, no obstante, en un movimiento inesperado ambos quedaron frente a frente mientras Mimi se sostenía de su cuello.

—¿E? —Balbuceo la castaña—Dis-disculpe…—Desvió la mirada.

Yamato aclaró su garganta ante esto.

—¿Puedes apoyar el pie?

Mimi colocó su pie en el suelo e intentó hacer presión para poder caminar, no obstante, apenas hizo esto sintió un fuerte dolor.

—¡Auch!— Exclamó—Me duele.

Yamato hizo una mueca.

—Ven, te llevaré a la enfermería.

—No es necesario.—Comentó la castaña e intentó caminar, pero el dolor en su pie se lo impidió—¡Auch!

Yamato rápidamente la sujetó.

—Ven, Haruna, te ayudo a ir a la enfermería.

—N-no es necesario.

—Dudo que puedas ir sola.—Comentó el rubio con seriedad— Déjame ayudarte. La enfermería queda aquí al lado.

Mimi se mordió el labio inferior, de vez en cuando era bueno estar a solas con Yamato, pero en este minuto era obvio que él no estaba de humor. No obstante, le dolía mucho el pie, necesitaba atención. Aunque dudaba que Yamato pudiese atenderla.

—Está bien.


Kouji observó a su al rededor mientras todos celebraban el inicio de campaña de su padre. Todos parecían estar alegres o emocionados, en realidad la mayoría, porque había unos que simplemente vinieron por compromiso o por la novedad. Muchos medios de la prensa nacional y canales privados estaban en ese lugar entrevistando a todos los miembros del partido de su padre.

Él no estaba muy interesado, al contrario, quería pronto salir de ese lugar. Jamás le gustó a política o todo el medio en el cual se movía su "padre" Al contrario, siempre tuvo otros intereses que...

Tuvo que dejar atrás por su culpa

Lo peor de todo es que no solo era por él, sino que por todo el grupo social que lo rodeada.

Dirigió su mirada a la barra y le dio un sorbo a su wisky.

Justo en ese minuto aquel hombre que le hacia llamara "padre" llegó junto a él.

—¿Se puede saber, qué rayos, ocurre contigo?—preguntó el mayor.

Kouji dirigió su mirada hacia el mayor.

—¿Por qué preguntas?

—¿No tienes idea acaso?— Preguntó Kousei.

Kouji observó a su padre sin entender que le reprochaba.

—Satomi me dijo que estás teniendo problemas en tu relación con Izumi.

¿Qué?

Kouji frunció el ceño. Como siempre la estúpida de Izumi le contaba todo de su relación a Satomi, y ella, bien metiche hablaba con su padre exagerando las cosas.

Igual que al inicio de su "relación" Cuando Satomi le dijo a Kousei que Izumi estaba interesada en él y Kousei creyó que era buena idea juntarlos. A continuación, todo lo que él hacia Satomi lo criticaba porque su sobrina "merecía lo mejor", él intentaba hacer lo posible, pero le costaba ser demostrativo con ella, porque no quería a Izumi. Sin embargo, tanto Satomi como Kousei insistian en que debá hacer más.

—Izumi está interesada en otro chico.—Declaró sin rodeos, ya que no tenía ganas de quedar él como el "villano"

—¿Interesada en otro?—Preguntó Kousei— Eso no puede ser.

—Lo es.

Kousei se cruzó de brazo—Busca una mejor excusa.

—¡No es una excusa! — Exclamó el oji-azul— Ella últimamente pasa mucho tiempo y anda a todos lados con su nuevo amigo el fotógrafo de la empresa. —Comentó.

—Debe ser un amigo.

—No es un amigo. —Respondió Kouji.

Kousei rodó los ojos—¿Le dijiste que no te gusta que se junte con él?

—Es por eso que estamos peleados. —Respondió Kouji— Le he dicho de muchas formas que no me gusta que esté cerca de él.

—¿Y crees que discutiendo lograrás algo?

Kouji frunció el ceño— Al menos sabe que no apruebo que esté con él.

—Kouji, existen otras formas, no está. —Contestó Kousei—Ahora quedarás como el villano por hacer sufrir a Izumi.

—Villano…—Murmuró Kouji.

Él no era el villano de esa historia. Esto era una historia mal contada.

—Soy grande, puedo tomar las decisiones que quiera con respecto a mi relación. —Declaró el joven.

—Deja tus estupideces Kouji, tú sabes que esa emocionalmente depende mucho de ti.—Comentó el mayor— La tienes comiendo de la palma de tu mano. No vas a dejarla ir simplemente porque te sientes intimidado ¿no?

El pelinegro rodó los ojos— Claro que no quiero dejarla ir, es simplemente que, quiero que me respete.

—Puedes hacer valer tu autoridad de otra forma…—Habló Kousei—Todavía estás en proceso de conquista. Pero, cuando ella se convierta en tu esposa y nuestro negocio sea completo, podrás hacer lo que quieras para prevalecer su voluntad.

Estas palabras resonaron en su mente.

Acaso ¿su padre le estaba insinuando que él debía hacerle a Izumi lo que él le hizo a su madre, Tomoko?

—Si no me respeta ahora ¿cómo lo hará después?

—Kouji no seas terco.

—No soy terco, simplemente debe saber que su actitud no siempre será aprobada por mí.

—¡Como sea! Arregla las cosas con ella.—Exclamó Kousei.

Kouji frunció el ceño, verdaderamente no quería. Esta situación lograba sacarlo de sus casillas, porque sentía que en cualquier minuto perdería y eso lo atormentaba. Si no estaba con Izumi todo por lo cual luchó se iría por la borda.

—Recuerda nuestro acuerdo. —Musitó el castaño.

El menor se mordió el labio inferior al escuchar esto.

—Dime ¿te dejarás doblegar por una situación, mejor dicho, por un fotógrafo de cuarta tan fácilmente?

Kouji se mantuvo en silencio ante esto.

Había logrado mucho en ese tiempo estando con Izumi, pero aún le faltaba mucho camino que recorrer. Si quería que todo continuara como hasta ahora, debía continuar con ella.

—Haré lo posible.—Comentó con seriedad.

—Muy bien.—Respondió el castaño.


Yamato buscó en el botiquín de la enfermería aquella crema que generalmente utilizaban las personas en aquel club cuando sufrían alguna lesión.

Mimi suavemente retiró su tacón del su pie derecho y observó que su tobillo estaba enrojecido. Hizo una mueca ante esto.

—¿Cómo te sientes?

—Adolorida.— Respondió la castaña con sinceridad.

Yamato sacó del botiquín una crema de envase verde— Aquí está.— Caminó hacia la mujer, tomó asiento a su lado y extendió su mano.

Mimi hizo una mueca al saber a qué se refería con ese gesto. Lo cual era incómodo.

—¿E? Haruna...—El rubio la llamó— Necesito aplicar la crema.

La oji-miel se mordió el labio inferior— ¿Está seguro de esto?

—¿Por qué no lo estaría?

—Porque una crema no creo que pueda sanarme.

—No busco sanarla, pero le ayudará a aliviar el ardor.—Comentó el rubio.

—¿Cómo sabe eso?— Preguntó Haruna— Acaso ¿es doctor?

—No.—Respondió Yamato— Soy papá...—Suavemente tomó el pie derecho— Y sé cómo aliviar estos dolores para evitar que pase a mayores.

"Soy papá"

Esas palabras resonaron en la mente de Mimi.

Era irónico que ella quisiese que sus hijas ya no quisieran a Yamato, después de todo, por su culpa ella las perdió. Pero, por otro lado, le causaba cierta curiosidad e intriga saber cómo fue Yamato de padre.

¿Por qué? Porque ella a una edad muy joven perdió a su padre, siempre le hizo falta y cuando ella quedó embarazada ella rogaba al cielo para que sus hijas no viviesen una situación similar. Muchas veces le preguntó a Yamato si estaba dispuesto a ser un buen padre, a lo cual él siempre dijo que sí, ya que sus hijas siempre serían lo más importante para él.

Lo irónico era que, sus hijas si crecieron con un padre, pero no con su madre biológica (ella) por culpa del mismo Yamato.

Mimi apretó su puño al recordar esto y observó a Yamato quien masajeaba su tobillo con la crema. La castaña observó atentamente al rubio mientras la ayudaba con esto. Era increíble que él fuera el chico del cual se enamoró y que la decepcionó. A quien muchas veces quiso tener frente a frente para gritarle y reclamarle por todo lo que le hizo. Pero a quien en estos minutos no tenía ánimos de enfrentar por el simple hecho de que la estaba ayudando con su pequeño incidente.

Esto le recordaba algo...

~Años atrás~

En una tranquila tarde de fin de semana, Mimi y Yamato se encontraban en su hogar, disfrutando de un momento de intimidad en su dormitorio. Mientras la luz del sol se filtraba suavemente por las cortinas, creando un ambiente cálido y acogedor, Mimi estaba recostada cómodamente en la cama, con una suave sonrisa en su rostro.

Yamato se sentó junto a ella, sosteniendo un pequeño frasco de crema en sus manos. Con ternura, comenzó a aplicar suavemente la crema en el vientre de Mimi, con movimientos delicados y amorosos. Mimi cerró los ojos, disfrutando del suave contacto y dejándose llevar por la sensación reconfortante.

—¿Te sientes bien, Mimi? —preguntó Yamato con voz suave mientras continuaba masajeando suavemente su vientre.

Mimi asintió con una dulce sonrisa.

—Sí, estoy bien —respondió con calma— Solo un poco cansada.—Comentó— Estas dos niñas pesan mucho.

Yamato acarició con cuidado el vientre de Mimi, sintiendo la pequeña protuberancia que crecía con cada día que pasaba.

—Nuestras pequeñas están creciendo rápido, ¿verdad? —comentó con ternura.

—Demasiado.—Musitó Mimi— En cualquier minuto voy a explotar.

Yamato negó y rio.

—Bueno, cada vez queda menos.

Mimi asintió, sintiendo una oleada de emoción y amor al pensar en las dos pequeñas que estaban en camino.

—Sí, estoy emocionada por conocerlas.—dijo con una sonrisa.

—Yo también.—Comentó el rubio.

Yamato continuó masajeando suavemente el vientre de Mimi, sumergiéndose en la dulce anticipación del futuro que les esperaba como familia. Juntos, compartieron un momento íntimo y tierno, lleno de amor y esperanza por lo que estaba por venir.

—Espero que luego que nazcan las mellizas me sigas consintiendo de este forma. —Comentó Mimi.

Yamato sonrió ante las palabras de Mimi, sintiendo una cálida sensación de felicidad al imaginar el futuro con sus hijas.

—Por supuesto que lo haré.—respondió con cariño— Siempre estaré aquí para ti y para nuestras niñas. Te consentiré tanto como quieras.

Mimi asintió con una sonrisa, sintiéndose amada y cuidada por su esposo.

—Gracias, Yamato.—dijo con gratitud— No puedo imaginar pasar por esto sin ti a mi lado.

Yamato le dio un beso suave en la frente y continuó masajeando suavemente su vientre, envolviéndola en un cálido abrazo.

—Siempre estaré aquí para ti, Mimi.—susurró con amor— Solo para ti.—Comentó— Y para nuestras hijas, claro.—Agregó— Pero no se lo comentes a nadie.

Mimi rió— ¿Por qué?— Preguntó— ¿No quieres que la gente sepa de Yamato tiene corazón?

El rubio alzó una ceja— ¡Oye!

—¿Qué?— Cuestionó la castaña— Solo comento lo que todos dicen.

—Querrás decir lo que el idiota de Taichi dice.

Mimi sonrió— Quizás...

Yamato observó a su novia— ¿Tú crees que tengo corazón?

—¡Pues claro!— Exclamó la oji-miel—Me lo demuestras a diario.

—Eso es bueno...—Comentó el rubio— Porque, mientras tú lo creas y me quieras, no me importa lo que digan o piensen los demás.

Mimi se sintió profundamente conmovida por las palabras de Yamato, sabiendo que tenían un futuro brillante por delante, lleno de amor, felicidad y la dicha de criar a sus preciosas hijas juntos.

~Actualidad~


+Creo que en cada capítulo podemos ir conociendo mejor a cada personaje, creo que en cada uno hablo de sus sentimientos. Como es por turno. No siempre es solo de uno.

+Nuevamente un día tarde, creo que voy a cambiar de día Lunes a días Martes jajaja Les comento por qué. Los fines de semanas tengo mucho que hacer, el Lunes tengo clases en la mañana, mientras que el día Martes tengo libre casi todo el día jajaja Bueno dejaré las actualizaciones para Lunes o Martes.

+Ayer tenía el capítulo completo, pero sentía que le faltaba algo. El producto en sí como me convencía. Quería colocar escenas de los chicos de la banda y Nene con Kiriha, pero pensé que sería mucho, así que lo dejé para el próximo capítulo.

BethANDCourt: Hola ¡Sí! Por fin un capítulo largo. Me tomé tiempo, pero logré que fuera extenso, quizás me tarde, pero quiero colocarle el máximo de escenas jajaja le acertaste, una de ellas fue la que supo la verdad primero jsjsjs El matrimonio entre ella y Yamato fue más que nada por influencia de los demás, y a su vez por un miedo a quedarse sola, Sora luego de perder a su hijo se operó para no tener más hijos (Detalle que no iba a mencionar pero aprovecharé ahora jaja) Sí, es muy lamentable cuando se habla de una infidelidad, en el casod e Sora, su madre siempre buscará convencerla con comentarios machistas. Sí, Rika aun no lo sabe, queda tiempo. No daré mucho spoiler, pero, será una sorpresa jajajaja Sí, Nene y Kiriha en cualquier momento estallan por sus sentimientos. Sí, fue chistoso el intento de coqueteo de Ryouma jajaja Pero, Nene deja ver que no "fácil" ella solamente se da con aquellos que quiere, no con cualquiera, ya veremos cómo se desarrolla esto ¡Uh! Ese cajón (solo diré que teoricen y teoricen jsjsjs) en algún momento lo sabremos. Espero que la espera haya valido la pena, ojalá este capítulo te haya gustado, ojalá sigas leyendo y comentando. Te mando un abrazo a la distancia.