REVENGE

~Capítulo 20~


—Nene, no puedo creer lo que hiciste esta noche.—Se lamentó Sora desilusionada de su hija mayor.

Nene, quien se encontraba masajeando sus manos con crema, rodó los ojos molesta.

—No fue algo grave.

—¿No?— Preguntó Sora— ¿En verdad lo dices?— Negó con la cabeza— ¿Cómo no te das cuenta de que, prácticamente, te ibas a entregar a Kiriha como una cualquiera?

La castaña hizo una mueca: —No seas exagerada.

—No soy exagerada.—Respondió la pelirroja— ¿Cómo no lo ves? Fuiste a la casa de un hombre con el fin de seducirlo.

—Fui a trabajar.

—En tu plan maquiavelico por hacerlo caer en tus manos.—Completó Sora.

Nene se mordió el labio inferior ante esto.

Su madre la conocía bien

El silencio era la respuesta que Sora necesitaba.

Su lamento era enorme frente a esta situación, después de todo, esto le hacia ver que Nene verdaderamente se convirtió en una doble de Toshiko.

—Nene, tú crees que, diciendo que estabas con Kiriha para trabajar es una excusa que tu padre se va a creer.—Comentó Sora— Y sí, medio podría creérsela, porque para él sigues siendo una niña inocente.—Se cruzó de brazos—Pero yo sé en qué andas...

Lamentablemente Nene era una copia de Toshiko.

—Tengo claro que no fuiste a ver a Kiriha a trabajar en temas de la empresa. Fuiste a pasar un momento a solas.

Nene se mordió el labio inferior ante esto: —¿Y?— Preguntó— ¿Cuál sería el problema? Ya soy una mujer adulta, tengo derecho o libertad a hacer lo que quiera.

—Sí, pero no de esta forma Nene.—Comentó Sora— Entiendo que quieras vivir tu vida y darte tu tiempo para las cosas, pero esta no es la forma, mucho menos sabiendo que Kiriha tiene un puesto importante en la empresa. Trabaja con Yamato. Fácilmente él podría afectarlo de algún modo si ve que se relaciona de ese modo contigo.

Nene hizo una mueca.

—No debería por qué. Puedo tomar mis decisiones ¡No soy una niña!

—Para Yamato siempre serás una niña.—Exclamó Sora.

—Puede que sí...—Musitó la castaña— Pero Yamato no es quien para reclamarme luego del horrible ejemplo que me dio al entrometerse con la idiota de Nanami.

—Claro que Yamato cometió un error.—Declaró la pelirroja— Pero tú puedes evitar cometer el mismo. Acaso ¿no lo ves?

Nene rodó los ojos— Madre, no estoy de ánimos para tener una clase de moral o ética. Lo que ocurrió, ya ocurrió...—Comentó— Y no me arrepiento de haber ido hacia Kiriha.

Sora suspiró.

—¿Por qué eres tan terca?

Nene dirigió su mirada hacia su cama y se recostó.

—Me iré a dormir.—Declaró.

Sora nuevamente suspiró y decidió salir del lugar. No quería tener más problemas.


~Al día siguiente~


Yamato estaba de pie frente a su escritorio en la oficina, con una mirada seria y firme, observando a Kiriha, quien estaba sentado frente a él. La atmósfera era tensa, y el silencio se prolongaba mientras ambos se enfrentaban a la situación incómoda.

Finalmente, Yamato rompió el silencio, su voz firme y decidida.

—Kiriha, anoche ocurrió algo inaceptable. Mi hija, Nene, fue a tu departamento sin mi conocimiento ni consentimiento. Como empleado de esta empresa, deberías haber sabido mejor que permitir una situación así.

Kiriha mantuvo la calma, aunque podía sentir la presión aumentar.

—Entiendo tu preocupación, Yamato-san, pero no tuve la intención de que Nene viniera a mi departamento. Fue una situación inesperada y yo tampoco estaba al tanto de sus planes.

—Tu hija llegó de la nada Yamato, yo no la cité.

—Pero querías disfrutar del momento ¿no?

—¡Claro que no! — Exclamó Kiriha —Ella llegó sin más.

—Entonces ¿por qué la escondiste?

—Porque nos colocamos nerviosos. —Respondió el Aonuma — No supe que hacer.

Yamato frunció el ceño, claramente frustrado.

—Esa explicación no es suficiente, Kiriha. Te advertí claramente que cualquier tipo de involucramiento con mi hija tendría consecuencias graves para ti. Y esto, lo que sucedió anoche, es exactamente lo que temía.

Kiriha asintió, reconociendo la gravedad de la situación.

—Lo sé, Yamato, pero te aseguro que no hubo nada inapropiado entre Nene y yo. Simplemente conversamos y la acompañé de regreso a casa cuando te llamó.

Yamato suspiró, sintiéndose atrapado entre la decepción y la responsabilidad.

—Kiriha, sabes lo que esto significa. Te di una advertencia clara y concisa. No puedo permitir que esto continúe.

—Lo sé, lo sé. —Habló el más joven—Pero, por favor, no me expulses. Tú bien sabes todo lo que me he esforzado por estar en este lugar.

Yamato se quedó en silencio por un momento, reflexionando sobre las palabras de Kiriha.

—Lo siento, pero no podrás continuar trabajando en la empresa.

—¿Qué? —Preguntó Kiriha.

Esto no era posible

—Yamato, por favor, no.

La conversación llegó a su fin el peso de la decisión pesaba sobre los hombros de Yamato, sabiendo que había tomado una determinación difícil pero necesaria.


Haruna entró en la sala de vapor, sintiendo cómo el cálido vapor envolvía su cuerpo, relajando cada músculo y liberando tensiones. La suave bruma creaba un ambiente de paz y tranquilidad, perfecto para olvidarse del estrés del día a día.

Al adentrarse más en la sala, vio a Satomi, quien estaba recostada en una de las bancas, disfrutando del ambiente relajante. Su cabello caía elegantemente sobre sus hombros mientras cerraba los ojos, sumergida en un estado de serenidad.

No se sorprendió al verla, sabía que estaba ahí y por esa razón, ella se encontraba en ese lugar.

Aunque los Ishida, Minamoto y Toshiko no la notasen, estaba al pendiente de todo.

~Horas antes~

—Supongo que Toshiko debe estar celebrando que Kousei esté optando a ser el proximo gran ministro de Japón.— Comentó Tomoko.

—No lo sé.—Musitó Mimi— Ayer en la fiesta no se veía muy feliz. Al parecer no le agrado mucho...—Declaró—Bueno, creo que nadie le agrada. Al parecer Satomi tampoco le cae muy bien.

—¿Por qué dices eso?

—Porque noté cierta tensión en el ambiente...—Respondió la castaña— Kousei solo mencionaba a Toshiko, Toshiko y Toshiko, tanto así que luego tuvieron una "reunión de campaña"

No había que ser adivino para saber a que se refería.

—El idiota de Kousei, como siempre, cediendo a los deseos de mi odiosa hermana...—Comentó Tomoko.

Ella más que nadie sabía que Toshiko compraba a Kousei con las aventuras que tenían en sus noches.

—Satomim es tan ingenua que no se da cuenta.

—¿Ingenua? —Preguntó la oji-azul— Yo diría idiota.

Sí, eso era verdad.

—Lo noté.—Comentó Mimi— Escuché como le comentaba a Kousei de querer participar en su campaña y como él le decía que no, porque Toshiko no quería.

—No me sorprende.—Musitó Tomoko— En algún minuto, le harían saber a Satomi que es un estorbo para ellos. Después de todo, solo les importa su dinero, fama y nada más.

Mimi llevó una mano a su mentón pensando eso: —Satomi es muy sumisa a Kousei, eso me recuerda a su hermana Natsuko.

—Pues son muy parecidas.—Comentó la Kimura— Más de lo que crees.— Declaró—Lo que Kousei está haciendo con ella, es lo mismo que Hiroaki hizo con Natsuko. Para aparentar ser una familia "perfecta" Satomi prefiere someterse en todo a Kousei.

Algo que, ella no hizo.

—Podría cansarse en algún momento ¿no?

—¡Pues claro!— Exclamó la oji-azul—Pero no lo hace porque está en un lugar en el cual le han hecho creer que sin Kousei no puede vivir.

Mimi se mordió el labio inferior.

—Lo cual no es verdad, porque Satomi tiene mucho dinero e influencias, por ser una Takaishi.

Tomoko asintió.

Mimi analizó esto en su mente.

—¿Y si, alguien le hiciera ver que si puede vivir sin Kousei?

—Sería un desastre para Kousei y Toshiko, incluso Hiroaki, ya que estoy segura que Satomi está involucrada en las legalizaciones de sus negocios.

—¿Enserio crees que está involucrada?

Tomoko asintió.

—¿Crees que sabe de eso y los está ocultando?

—No exactamente...—Comentó la oji-azul— Estoy segura que Kousei y Toshiko están haciendo sus juegos extraños para que ella no se de cuenta.—Habló— Lo cual no me sorprendería, porque es lo que hicieron conmigo y con otras personas más.

—Si ella estuviera fuera de todo sería un caos para ellos.

—De alguna forma...—Musitó la pelinegra.

Mimi repasó estas palabras detenidamente en su cabeza, por alguna razón, le llamaban la atención.

—¿Y si?—Comenzó—¿Utilizamos eso a nuestro favor?

—¿A nuestro favor?

La castaña asintió: —Creo que lo mejor es destruirlos desde dentro.—Comentó— Y si Satomi se da cuenta de sus movimientos tal vez podría beneficiarnos.

Tomoko observó sorprendida a su ahijada, la verdad es que no lo había, pero tenía mucho sentido.

—Creo que no vas en camino equivocado Mimi.—Comentó Tomoko— Al contrario, es buena idea.

Mimi sonrió: —Solo debo hallar una forma de acercarme a ella, ganandome su confianza podré entrar en su cabeza.

—No creo que eso sea difícil. Satomi es igual a Natsuko, le gustaban los halagos y que destaquen su trabajo, porque generalmente es opacada por el resto, basta con un par de halagos y ganarás su confianza.

~Actualidad~

Satomi le dio la bienvenida con un gesto amistoso, y juntas se sumergieron en la atmósfera rejuvenecedora de la sala de vapor, compartiendo momentos de conversación tranquila y renovadora.

—Que sorpresa es encontrarla Haruna. —Comentó Satomi.

—Lo mismo digo. —Respondió la nombrada— Aunque, tal vez era de esperarse encontrarla aquí, relajándose luego de los días intensos que seguramente ha tenido.

—¿Días intensos?

Haruna asintió— Con la campaña de su esposo.

"Campaña de su esposo"

Satomi hizo una mueca ante esto.

—Como su esposa de seguro ha tenido muchas cosas que hacer. —Declaró la oji-miel— Supongo que maneja la campaña y coordina las reuniones, junto a Toshiko.

—¿E? —Balbuceo la señora Minamoto— S-sí, han sido días ocupados…—Comentó— Para mi esposo y su equipo…—Murmuró— Pero no para mí.

Haruna alzó una ceja.

—¿No?

Satomi negó: —Verá, yo no participo en la campaña de mi esposo.

—¿Por qué no?

—Porque Toshiko, por lo general, prefiere administrar todo.

—¿De verdad?—Musitó Haruna sorprendida.

Satomi asintió con pesar.

—¿Y no le molesta?— Preguntó la castaña.

Satomi la observó sorprendida.

—Di-digo...—Haruna aclaró su garganta—Primero el club, luego la campaña de tu esposo. —Comentó Haruna— Eso no suena muy ético. Tú eres la esposa de Kousei ¿no? Creo que, como su esposa deberías poder participar. Yo siempre estuve presente en la campaña de mi esposo antes de separarnos. —Musitó— Incluso, cuando estuvimos separados, antes de su muerte, yo continué ayudándolo. Después de todo, yo era quien financió desde un principio su campaña.

—¿Sabes? Yo también financie al inicio la campaña de mi esposo. —Musitó Satomi— Todos dicen que, fue su primera esposa, pero la verdad es que fui yo quien lo ayudó.

Sí, lo sabía. O, mejor dicho, ella sabía la mentira en la cual vivía Satomi, creyendo que por ella Kousei tenía todo, cuando simplemente jugó bien sus cartas para hacerle creer que ella era la mujer de su vida y "su pilar" mientras engañaba a Tomoko quitándole toda su fortuna.

—¡Pues claro! Todos conocemos la fama de la familia Takaishi. —Comentó Haruna— La familia francesa más destacada aquí en Japón. Por eso, yo creí que participabas en su campaña, después de todo, como tú bien dices, supuse que habías ayudado en su campaña desde el inicio.

Satomi suspiró— Lamentablemente cada vez me hacen más a un lado.

—¡Que mal! — Musitó la oji-miel— Eso no es justo. No debería dejar que eso ocurra señora Minamoto…—Comentó— Después de todo, creo que es una mujer bastante inteligente para participar en la campaña.

—Yo siempre he querido creer eso. Al principio lo hacía, pero ahora…

—Pero ahora ¡nada! —Exclamó Haruna— Sigue siendo una buena mujer, o eso me han comentado Sora y Yamato…—Mencionó a ellos para que no sonará extraña la situación— Creo que debería intentar.

Estas palabras resonaron en su cabeza. Hace tiempo ella tenía esa idea, pero nunca nadie había puesto atención en eso, nadie nunca la apoyaba. Escuchar esas palabras era algo gratificante. Sobre todo, cuando mencionaba Sora y Yamato, ya que, eso significaba que ellos tenían una buena mirada de ella.

—¿Sabe? Si usted participa, la dejaré a usted a cargo del financiamiento que le daré a Kousei para su campaña política. —Alentó la oji-miel.

—¿De verdad?

Haruna asintió— Como usted sabe, quiero participar en la política japonesa, pero dudo que pueda hacerlo en el partido de kousei mientras toshiko esté, después de todo, creo que no le agrado mucho.

Eso era verdad. A Toshiko no le agradaba Haruna. Lo cual era algo totalmente fuera de lugar, después de todo, esta mujer un encanto de persona.

—¿Sabes? Tienes mucha razón. —Comentó Satomi— Tengo todo el derecho a participar en la carrera política de mi esposo.

Haruna observó complacida a Satomi, al parecer Tomoko tenía razón. Satomi era igual a Natsuko, le gustaban los halagos y que destacaran su trabajo, porque generalmente eran opacadas por el resto, haciendo esto se ganaría su confianza.

¡Bip, bip!

Justo en ese minuto el móvil de la castaña sonó.

—¡Ups! —Exclamó— Disculpe señora Satomi. —observó su móvil— Debo responder.


Nene ingresó a la oficina, era bastante tarde, sin querer se quedó dormida. Sí, dormida, eso no era algo característico de ella, siempre era puntual cuando de la empresa se trataba.

Pasó su mirada por el lugar, habían muchas personas, como siempre, trabajando, unas hablando, otras tomando un café. Pasó su mirada por la oficina de su padre, quien estaba hablando con cierta mujer castaña de ojos miel.

Haruna Anderson...¿Otra vez?

Hizo una mueca.

Por alguna razón no le daba seguridad esa mujer.

Caminó en dirección hacia la secretaria de su padre.

—Buenos días Mizuki.

—Buenos días señorita Nene.—Respondió la pelirroja.

—¿Tienes los informes contables que ayer el contador dijo que tendría?— Preguntó la castaña.

La secretaria asintió: —Sí, los tengo.

—¿Lo tienes escaneados?

Mizuki negó.

—Escanéalos y envíalos a mi correo, por favor.

—Está bien, señorita Ishida.—Respondió la secretaria.

—¿Ya llegó el joven Aonuma?— Preguntó Nene.

—Sí, llegó hace una hora.—Contestó Mizuki.

—¿Está en la sala de reuniones?

—No.—Negó la pelirroja— Se encuentra en su oficina ordenando sus cosas para su retiro.

¿Qué?

—¿Su retiro?—Cuestionó la castaña.

Mizuki asintió.

—¿A qué te refieres con eso?—Preguntó Nene.

—Acaso ¿no lo sabe?

—¿Saber qué?— Cuestionó la Ishida.

—Kiriha acabó de ser despedido.—Respondió la secretaria.

Nene se sorprendió ante esto: —¿Qué? ¿Despedido?

La secretaria asintió— Su padre, Yamato Ishida, acabó de despedir a Kiriha Aonuma.

¡No, eso no era posible! ¡Claro que no!


Nene entró en la oficina de su padre con paso decidido, con una expresión seria en su rostro. Yamato, que estaba revisando algunos documentos, levantó la vista sorprendido al ver a su hija.

—¡Permiso!

—Hija...—Yamato se colocó en pie—¿Qué haces aquí?

—Necesito hablar contigo.

¿Hablar con él?

—Supongo que vienes a darme una explicación y pedirme disculpas luego de como me trataste ayer.— Yamato se cruzó de brazos.

—¡Olvídalo!— Exclamó la castaña— Tú eres quien me debe una disculpa a mi.—Corrigió— Y a su vez una explicación.

—Claro que no.

—¡Claro que sí!— Apretó su puño—¿Cómo pudiste despedir a Kiriha? —inquirió Nene, sin rodeos, con determinación en su tono de voz.

Yamato frunció el ceño, sorprendido por la firmeza de la pregunta de su hija.

—Eso no te interesa.

—¡Claro que me interesa!— Exclamó Nene—¿Lo despediste por lo que ocurrió anoche? ¿verdad?

—Nene, es un asunto de la empresa —intentó explicar, manteniendo la calma— Kiriha violó las reglas de conducta y...

—Jamás ha sido una regla no involucrarse con el personal de la empresa.

—Ahora sí.—Respondió Yamato— No quiero que mis empleados tengan enredos amorosos o encuentros de algún tipo que pueda alterar el orden de la empresa y su productividad.

—¡Que regla más absurda!—Exclamó Nene.

—No es absurda.—Contestó el rubio— Y tú, como mi hija, debes dar el ejemplo y no relacionarte con mis empleados.

—No puedes exigirme eso.—Declaró la castaña.

—¿Por qué no?

—Porque Izumi, tu hija, está de novia con Kouji.—Recordó— Y él también trabaja aquí.

—Eso es diferente.—Respondió Yamato.

—No lo es.

—Claro que sí.—Contestó el oji-azul— Cuando Kouji e Izumi comenzaron su relación, Kouji aun no trabajaba aquí.

—Eso no quita que sea similar la situación, él trabaja aquí e Izumi es tu hija.

—Kiriha es un simple empleado.—Recordó la Ishida— Kouji administra las acciones que tiene su familia en esta empresa. Ocupa un lugar mucho más alto.

—¿Perdón?— Musitó Nene— ¿Estás diciendo que aceptas a Kouji solo por tener dinero?

Yamato hizo una mueca ante esto: —N-no es eso.

—¿A no? Entonces ¿qué es?

—Creo que es simple.—Respondió el oji-azul— Izumi lleva años en una relación y no ha cometido locuras como tú.

—¿Locuras?

Yamato asintió— Ayer fue la muestra de eso.

—No fue una locura.

—¡Claro que sí! Fuiste en mitad de la noche al departamento de Kiriha.

—Eso no es algo grave.

Yamato apretó su puño: —¡Claro que sí! Tú todavía eres una niña y él...

—No soy una niña ¡Soy una adulta!— Respondió la castaña— Puedo tomar mis propias decisiones.

—¡Sí lo eres!— Exclamó el rubio— ¡Tan solo mira el comportamiento infantil que estás teniendo! Mejor dicho, un comportamiento típico de una adolescente inconsecuente.

—Este comportamiento es el reflejo del tuyo.

Yamato frunció el ceño ante esto: —Nene, no me faltes el respeto.—Comentó— Puedes estar muy enojada conmigo, pero nunca debes olvidar que soy tu padre.

—Sí, lo sé.—Declaró la castaña— Pero luego de lo que hiciste al avergonzar a nuestra familiar al involucrarte con una cualquiera, perdiste todo el respeto que te tenía.

—Y tú también estás perdiendo tu respeto de mujer al ir en medio de la noche a la casa de un hombre.

Nene frunció el ceño: —Y tú estás actuando muy inmaduro al despedir a Kiriha, tu mejor empleado, por algo como eso. Cuando está claro que la culpa fue mía.

—Sí, fue tu culpa.—Declaró Yamato—Y no me retractaré de mi decisión.—Comentó—Porque quiero que te des cuenta que tus acciones inconscientes tienen consecuencias.—Se dejó caer en su silla y volvió su mirada hacia sus documentos.

—Pensé que eras serio en este tipo de cosas, pero me acabas de demostrar que eres cero profesional...—Musitó Nene— Cada día me decepcionas más, Yamato Ishida.

Con esas palabras, Nene se dio la vuelta y salió de la oficina, dejando a Yamato sintiéndose incómodo y reflexivo sobre las consecuencias de sus acciones.


Haruna vio salir a su hija, Nene, echa una fiera de la oficina de Yamato y se sorprendió al verla de ese modo.

Tuvo intenciones de ir hacia ella, sin embargo, se contuvo al recordar el intenso y reservado carácter de su hija. No quería que le hablase mal o que pensara que era entrometida. Después de todo, estaba actuando como una al acercarse.

Pasó su mirada por la oficina de Yamato y caminó hacia ese lugar. La puerta estaba abierta, ya que Nene en su salida se le olvidó cerrar.

—Permiso...—Musitó—Señor Ishida.

El rubio alzó la mirada— Haruna Anderson.

—Buenos días.—La castaña ingresó al lugar—Señor Ishida ¿necesitaba hablar conmigo?

—Sí, Haruna.

La castaña lo observó preocupada— ¿Ocurrió algo?

—Nada grave.

—¿A no?— Preguntó Haruna— Entonces ¿por qué me llamó?

—Por esto…—Respondió el rubio y alzó en su mano a un medallón dorado con una cadena—¿Esta joya es de usted?

Haruna observó la cadena y la reconoció al instante— ¿E? S-sí…—Respondió— Es mía.

Yamato se levantó de su lugar y le extendió la medalla, la castaña recibió la medalla en su mano.

—Pensé que la había perdido. —Comentó la oji-miel— ¿Dónde la encontró?

—En mi ropa. —Contestó el rubio—Al parecer, se quedó enganchada en mi ropa, ayer cuando intenté ayudarla.

¡Vaya! No esperaba que eso ocurriera

—Me alegra que no se haya perdido, gracias por dármela. —Musitó Haruna— Esta cadena tiene un gran valor para mí.

—Me imagino…—Comentó el rubio— Es de oro. Debe valer una fortuna.

Haruna negó: —La verdad es que no. —Admitió— Es solo una copia barata.

—¿A sí?

La castaña asintió.

—Entonces ¿por qué es valiosa?

—Por el lado sentimental…—Respondió la mujer—Ha estado conmigo durante mucho tiempo ¿sabe? — Comentó—Y me ha dado buena suerte.

—¿Buena suerte? —Preguntó Yamato— No sabía que era supersticiosa.

—No lo soy…—Admitió la castaña— O bueno, la mayor parte del tiempo no lo soy…—Comentó— Sin embargo, con esta medalla es diferente. —Declaró— Ya que tiene su significado es de buena fortuna.

—¿A sí?

Haruna asintió: —La Luna significa muchas cosas ¿sabe?

Esto llamó la atención de Yamato.

—¿Qué tipo de cosas va a significar el dibujo de una simple Luna? —Preguntó.

—No es una simple Luna. —Comentó la castaña— Tiene cadenas a sus lados, porque significa que está entrelazada con algo más allá.

—¿Con el cielo?

—No. —Respondió la oji-miel— Con los sentimientos de las personas…—Explicó— Para mí esta Luna significa felicidad, paz, ilusión…—

Sentimientos volátiles

Pensó Yamato.

Todo eso era pasajero, emociones más que sentimientos, cosas sin sentido.

—y amor. —Finalizó Haruna.

Esto sorprendió al rubio: —¿Amor? —Preguntó.

Haruna asintió—Bueno, no por sí sola. —comentó— Para esto necesita el complemento de su Sol.

Yamato rio con ironía— ¡Que dato más interesante!

La castaña alzó una ceja—¿Se está burlando de mí?

—¿Burlando?

Haruna asintió.

—No, claro que no…

—Entonces ¿por qué se ríe señor Ishida?

—Porque me parece un tanto curioso. —Comentó Yamato.

Por alguna razón el significado que esa mujer le daba le recordaba al significado que Mimi le dio en su momento, significado que también obtuvo su propio tatuaje en la espalda.


Mientras tanto en la compañía.

Takuya e Izumi, como todos los días, se encontraban trabajando, luego de todo lo que había sucedido con el desfile y el tema de las modelos, la compañía entró en un modo de "Pausa" mientras todo se tranquilizaba. Actualmente todo regresó a la "normalidad" e Izumi comenzó a trabajar en su nueva colección que estaría inspirada.

—¿Qué opinas de estas fotografías? — Preguntó el moreno mientras pasaba las fotografías en el computador.

Izumi observó atentamente las fotografías que el moreno había tomado de los paisajes otoñales de Japón, todo con el fin de inspirarla para la nueva colección que Sora quería preparar.

—Creo que están bien.

—¿De verdad?

La rubia asintió.

De alguna forma el chico logró captar puntos específicos e inspiradores para diseñar.

—¿Crees que sirva?

—¡Pues claro! — Exclamó Izumi mientras en su Ipad realizaba unos dibujos— Creo que la gama de colores que lograste captar servirán para lo que estoy pensando hacer.

—¿Y qué planeas hacer?

—Un diseño basado en Van Gogh.

—¿Van qué?

—Van Gogh.—Respondió Izumi.

—Disculpa, no sé mucho de diseñadores o artistas…—Comentó Takuya— A los más sé de artistas cantantes que se ha dedicado a la música, nada más.

—No me sorprende, la mayoría de los chicos que conozco no les gusta la moda. —Respondió la rubia, alzó la mirada— Incluso, me sorprende que tú trabajes aquí.

—¡Oye! No ofendas mi poco estilo para vestir. —Exclamó el moreno.

Izumi negó— No lo digo por eso. —Comentó— Al contrario, creo que tu estilo es bastante común…—Declaró— Ni mi padre siendo el gran empresario que es tiene algún estilo en particular o basado en alguna moda específica que él quiera, ya que también odia la moda. —Aclaró— Simplemente lo menciono porque es evidente que tu interés va por la música ¿no?

Takuya asintió— Sí, por ese lado va.

—Entonces ¿por qué trabajas aquí?

—Porque, mientras no tenga la fama suficiente es difícil avanzar.—Respondió moreno— Triunfar en la música es difícil y de alguna forma debo autofinanciar mi proyecto, y para eso debo trabajar, por eso estoy aquí.

—Mi padre siempre dice que, la música es un negocio poco rentable.

—Lamentablemente lo es. —Comentó Takuya— Mientras no sea lo suficientemente conocido es difícil tener un estilo de vida "normal" al vivir de la música. —Declaró— No obstante, amo lo que hago, así que no hay problemas en trabajar para mantenerme mientras trabajo en mi música.

—Eso se nota. —Declaró la rubia— La forma en que hablas de la música y en la forma en que te dedicas a tu banda lo demuestra.

—Si, pues…—Llevó una mano a su nuca— Soy bastante apasionado e intenso cuando propongo algo.

Sí, era evidente. Y debía admitir que, de cierta forma, esta característica de él le llamaba mucho la atención.

Ojalá ella fuese como él en ese sentido

Ambos continuaron observando las imágenes y haciendo comentarios de vez en cuando.

Todo estaba en paz, mejor dicho, todo el ambiente era tranquilo, de vez en cuando pasaba junto a ellos alguien de la empresa, ya sea para hacerles preguntas o netamente para continuar con su trabajo propio.

—Y, ¿cómo estuvo ayer la presentación que hicieron con la banda?

—Bastante bien.—Respondió Takuya.

—Siento mucho no haber podido ir.—Comentó Izumi— Moría de ganas por escucharlos, pero tuve que ir a esa fiesta de campaña.

—No te disculpes, entiendo que tengas tu propio quehacer. —Musitó el moreno.

Eran amigos, pero cada quien tenía su vida. Además, en cierto punto, fue bueno que no fuera. Ryo le comentó la delicada situación de Rika al no ser aceptada en su familia por su fanatismo por la música.

—Moría de ganas por escuchar ese nuevo tema que estabas preparando.—Declaró la rubia haciendo mención de aquella canción que tanto tarareaba Takuya en el trabajo y en la que trabajó bastante esos días.

—¿De verdad?

La rubia asintió— Sonaba interesante.

—Si quieres puedo enviarte un link donde puedes ver la presentación de ayer.

—¿Enserio?—Preguntó la oji-verde emocionada.

Takuya asintió: —Lo subimos a una página. No ayudaría mucho si la ves y compartes.

—¡Claro!—Exclamó Izumi— Envíamela y yo, con gusto, se la envio a mis conocidos.

—Genail.—Musitó el moreno.

Fue así como sacó su móvil dispuesto a enviarle un mensaje a la oji-verde con el vínculo.

—Y bien...—Comentó Takuya mientras buscaba la página— ¿Te divertiste ayer en esa fiesta de campaña?

Izumi hizo una mueca: —Más o menos.—Declaró— Mejor dicho, no.—Aclaró— Fue una fiesta bastante aburrida, odio la política.

—¿A sí?

La rubia asintió.

—Entonces ¿por qué fuiste?

—Porque Kousei Minamoto es padre de Kouji.—Respondió la oji-verde— Como novia de su hijo era mi deber de hacer acto de presencia.

"Padre de Kouji"

—Supongo que en la fiesta viste a tu insoportable novio ¿no?— Musitó Takuya evidenciando su poco ánimo al mencionar a Kouji.

Izumi asintió.

—¿Y?—Preguntó el moreno— ¿Te molesto?

La rubia negó: —Simplemente me ignoró.—Comentó— Así como lo ha hecho los últimos días, ayer actúo como si, no existiera para él.

Takuya observó la tristeza apoderarse del rostro de Izumi.

—¡Ey! Disculpa no quería traerte a la memoria a ese idiota.—Se apresuró a decir.

—No te preocupes.—Comentó Izumi— Aunque no lo nombre. Siempre me estoy acordando de él...—Musitó— Y sufro por su culpa.

"Sufro por su culpa"

—Izumi no deberías sufrir por él.—Declaró el moreno.

—Me es inevitable no sufrir, es mi novio, lo quiero y...

—Sí, es tu novio...—Takuya depositó su mano en su hombro— Pero, no tiene derecho a tratarte así.

—Simplemente está celoso.

—Muy celoso puede estar, pero, eso no le da lugar para que te lastime.

Izumi suspiró y bajó la mirada— No quiero hablar más de esto Takuya ¿sí?— Comentó— Mejor continuemos con nuestro trabajo.

El moreno hizo una mueca ante esto, por alguna razón tenía una mala sensación con respecto a Izumi. Era como si, ella se culpara por todo lo malo que Kouji le hacia y no era capaz de ver que el que estaba mal era él.

Y hablando del rey de Roma

Justo en ese momento el ascensor sonó y la puerta se abrió dejando ver a cierto chico de cabello negro-azabache de ojos azules.

¡Genial!

Pensó Takuya al divisar al sujeto.

Izumi se sorprendió al ver a su novio ingresar al lugar.

Kouji pasó su mirada por el lugar buscando algún vestigio de su novia, y la encontró. No obstante, estaba junto a ese sujeto de cabello alborotado que verdaderamente lograba fastidiarlo.

Se mordió el labio inferior.

Ver a ese sujeto lo irritaba, después de todo, llegó a arruinar todo. Dudó unos segundos en hacer lo que iba a hacer.

Cerró los ojos y respiró profundo.

Finalmente dejó de lado su orgullo y caminó hacia su novia.

—Izumi.

—Kouji...—La chica pronunció su nombre.

El oji-azul pasó su mirada por el compañero de Izumi.

Lo mejor sería actuar como si no existiera.

—¿Qué haces aquí?

—Necesito hablar contigo.

—¿Conmigo?— Preguntó Izumi.

Kouji asintió— A solas.


Nene abrió la puerta de la oficina de Kiriha con determinación, encontrándolo dentro ordenando sus cosas. La expresión en su rostro reflejaba sorpresa y preocupación al enterarse de que Yamato lo había expulsado de la empresa.

—Kiriha... —llamó Nene, deteniéndose en la entrada y observándolo con preocupación.

El rubio volteo hacia la castaña.

—Nene.—Pronunció su nombre.

—Hola.

Kiriha hizo una mueca: —Hola.—Respondió seriamente mientras continuaba ordenando sus cosas— ¿Qué haces aquí?

—Vine a ver como estás.—Contestó Nene ingresando al lugar— Me acabé de enterar que mi padre te despidió de la empresa.

Kiriha apretó sus dientes.

—¿Cómo estás?

El rubio frunció el ceño—¿Cómo crees que estoy?—Preguntó molesto.

Nene hizo una mueca.

—¿Estás enojado conmigo?

Kiriha se detuvo al escuchar esa pregunta, tuvo intenciones de responder, pero finalmente decidió callar y continuar guardando sus carpetas en su caja.

—¿Estás enojado conmigo?— Nuevamente preguntó Nene, pero no obtuvo respuesta, otra vez— Al parecer sí.—Comentó— Estás enojado conmigo.

Kiriha hizo una mueca.

—Obvio que lo estoy...—Respondió finalmente el rubio— ¿Cómo quieres que esté? Te dije muchas veces que esto no era posible.

—Sí, me dijiste que no era posible.—Contestó Nene— Pero, porque decías ser gay. No por tu puesto en la empresa.

Sí, nunca le dijo, aunque debió haberle dicho. Tal vez, si hubiese sido sincero, hubiese mantenido su puesto en la empresa.

¡YA ESTABA CANSADO DE ESTO!

—Te mentí al decir que soy gay.—Declaró el rubio sin más.

—¿Qué?— Nene se sorprendió ante esto.

—Lo que escuchaste. Te mentí al decir que soy gay.—Admitió Kiriha finalmente.

—¡Vaya! Hasta que al final lo admites.—Comentó la castaña cruzándose de brazos—Al parecer, tenía razón al decir que no lo eras.

—¡Pues no, no lo soy!— Exclamó el rubio.

—Ya decía yo...—Comentó Nene— Un chico como tú, jamás estaría interesado en otro hombre, considerando que creo que está claro que yo...—Se acercó a él— Te intereso.

Kiriha hizo una mueca y se alejó— Nene, no te me acerques por favor.

—¿Por qué?— Cuestionó la castaña.

—Porque esto no es correcto.—Respondió el rubio— Que te acerques a mi solo me ha traido problemas.

—¿Problemas?—Preguntó la Ishida.

Kiriha asintió.

—¿Lo dices por tu expulsión de la empresa?—Cuestionó Nene.

El rubio se mordió el labio inferior.

—¿Por qué más lo diría?—Musitó— Tu padre fue muy claro al decirme que, si me acercaba a ti me correría de la empresa.

—¿Qué?— Preguntó la castaña sorprendida al escuchar esto— ¿Él te dijo eso?

—Lamentablemente sí.—Respondió el rubio— Me hizo fingir que era gay netamente para mantenerme lejos de ti, ya que si no lo hacía me iba a correr de la empresa...—Explicó— ¡Y mira! Eso pasó.

¿Qué?

¿Su padre obligó a Kiriha fingir ser gay para que se alejara de ella?

¡No, esto no era posible! ¿Cómo rayos era capaz de hacer esto? ¡Su padre estaba loco! Sí, loco.

¿Cómo mezclar su vida personal y celos de padre con la situación de la empresa?

—Mi padre no pudo haber hecho...

—¡Lo hizo!— Exclamó Kiriha serio— Eso hizo y cumplió su palabra.

Nene negó con la cabeza.

—Pero ¡qué rayos!— Musitó—¿Hacerte fingir que eres gay? Acaso ¿perdió el juicio?—Llevó sus manos a su boca— Kiriha, lo siento, de verdad no quería esto.

—Sé que lo querías.—Respondió el rubio— Pero ocurrió.

—No es justo.

—¡Claro que no! Para mí es horrible esta situación Nene. —Declaró Kiriha— He trabajado muy duro para estar donde estoy, perdí joven a mis padres y tuve que trabajar arduamente para hacer prosperar el poco dinero que me dejaron, luego de ser estafados…—Relató— He puesto de mi para estar ahora donde estoy y a tu padre no le importó nada. —Habló— Simplemente me expulsó como un perro.

—Kiriha, yo en verdad lamento esto que sucedió. —Comentó Nene— Jamás he querido que esto suceda…—Tomó su hombro.

Kiriha negó simplemente con la cabeza.

Haruna alzó una ceja al ver y escuchar la escena.

¡Toc, toc!

Tocó la puerta que estaba abierta.

—Permiso.

Nene y Kiriha voltearon.

—Hola, buenos días.

—Señora Anderson. —Musitó el oji-azul.

—¿Qué hace aquí? —Preguntó Nene molesta por la interrupción.

—Disculpen, no quería molestar. —Comentó Haruna— Pero, necesito hablar con ustedes, Yamato me dijo que el proyecto ha avanzado y necesito revisar el informe.

Kiriha hizo una mueca ante esto: —Pregúntele a Nene. — Respondió seriamente— Desde ahora ya no podré darle esa información. —Musitó antes de caminar hacia la puerta.

—Kiriha…—La joven lo llamó— No te vayas.

—Nene, por favor, dejemos esto hasta aquí. —Contestó el rubio antes de salir del lugar.

La hija de Yamato al quedar sola apretó el puño y apretó los dientes.

¡Odiaba esta situación!

—Lo siento, no quería interrumpir.

—No se disculpe señora. —Respondió Nene— Creo que es evidente que con un "lo siento" no volverá el tiempo hacia atrás. — Sí, esas fueron las secas palabras de la joven quien se dejó caer en su asiento.

Haruna hizo una mueca y se acercó a ella—¿Por qué estás tan enojada?

—¿Enojada?

La oji-miel asintió.

—No le interesa saber. —Respondió Nene secamente.

Haruna observó molesta a su hija, cerró los ojos y respiró profundo.

Debía admitir que verdaderamente estaba odiando el comportamiento de Nene, odiaba saber que era una mezcla entre Yamato, Hiroaki y Toshiko.

Vamos Mimi, respira, ten paciencia. Es tu hija, merece la pena insistir ¡Vamos, tú puedes!

Pensó para sí misma.

Abrió los ojos y se acercó a la joven.

—Kiriha dijo que no participará más en este proyecto.

Nene asintió con pesar.

—¿Por qué no continuará trabajando en el proyecto?

—Porque mi odioso padre decidió expulsarlo de la empresa.

¿Qué?

—¿Por qué decidió expulsarlo? — Preguntó Haruna— Él es quien está organizando todo el proyecto que propuse.

—Sí, lo sé…—Comentó Nene con fastidio— Pero mi padre no quiere que continue trabajando por una estupidez. —Apretó su puño.

—¿Puedo saber de qué trata?

—Es un tema personal. —Declaró Nene.

—Considerando que su despido involucra el proyecto en el cual estoy trabajando, creo que merezco una explicación…—Comentó Haruna.

La joven tuvo intención de regañar, no obstante, se contuvo, ya que la mujer Anderson tenía razón.

—Lamentablemente mi padre no quiere que Kiriha trabaje más tiempo en la empresa porque…—Comenzó a explicar la Ishida.

—¿Por qué?

Nene hizo una mueca y suspiró: —Porque es poco profesional…

Haruna alzó una ceja sin entender.

—No quiere que Kiriha esté cerca de mí.

Esto sorprendió a la empresaria.

—¿Por qué? —Preguntó la oji-miel— ¿Ocurrió algo? —Haruna al instante se preocupó por su hija—¿Kiriha te hizo algo?

—Claro que no. —Respondió Nene— Él jamás me haría daño…—Declaró.

—Entonces ¿por qué dices que tu padre lo quiere lejos de ti?

—Porque es un padre posesivo y celoso, que quiere todo bajo su control. —Declaró la joven— Y que no le importa todo lo que ha trabajado Kiriha en la empresa, con tal de hacer prevalecer su palabra, lo expulsó como si nada.

¿Qué?

El recuerdo de las últimas palabras que escuchó del rubio vino a su mente.

"—Para mí es horrible esta situación Nene. —Declaró Kiriha— He trabajado muy duro para estar donde estoy, perdí joven a mis padres y tuve que trabajar arduamente para hacer prosperar el poco dinero que me dejaron, luego de ser estafados…—Relató— He puesto de mi para estar ahora donde estoy y a tu padre no le importó nada. —Habló— Simplemente me expulsó como un perro."

—Acaso ¿Kiriha y tú tienen una relación?

Nene se mordió el labio inferior: —N-no…—Balbuceo— Simplemente somos…

¿Qué eran? ¿Amigos? ¿Amigovios? ¿Interés amoroso? ¿o sexual? ¡Ni idea!

—Cercanos. —Respondió la joven— Pero a mi padre no le gusta que esté cerca de él. Y por eso…

—Lo despidió.—Haruna completó.

Nene asintió.

—Lamentablemente.

La Ishida suspiró triste, jamás quiso que esto ocurriera, al contrario, ella simplemente quería lograr que Kiriha la aceptara. Sí, tal vez no era la manera. Pero ella era así (un tanto hormonal y loca) De algún modo quería que Kiriha se interesara en ella, así como ella estaba interesada en él desde el día en que lo vio entrar en la empresa, aunque este no pareció verla hasta ahora.

—Pero ¡eso es poco profesional!—Comentó la oji-miel— Despedir a alguien por tener una relación con otra persona.

—¡Lo es!— Exclamó Nene— Pero mi padre no lo ve así.—Declaró— No soporta ver a Kiriha cerca mío, así que, lo despidió...—Musitó— Injusto ¿no? Después de todo, Kouji, el novio de Izumi trabaja aquí y nada le dice.

Sí, eso era verdad.

—Lo peor de todo es que Kiriha no se lo merece.—Murmuró la Ishida triste—Pero esto ocurrió por mi culpa y ya no tiene vuelta atrás.

—¿No?— Preguntó Haruna—¿No lo hay?

Nene negó: —No.—Respondió— Mi padre ya tomó su decisión y dudo que se retracte.

Verdaderamente no sabía que opinar con esta situación. No parecía ser algo que fuese de su incumbencia. Pero…Si ayudaba a Nene, tal vez…Podría caerle en gracia.


—¿De qué quieres hablar conmigo?— Izumi le preguntó a Kouji cuando estuvieron a unos metros de distancia de Takuya— No me digas que vienes a discutir otra vez...

—No.—Kouji la interrumpió: —No vine a discutir.

¿A no?

Izumi se sorprendió ante esto, ya que el último tiempo lo único que habían hecho era discutir.

—Vine a hacer las paces. —Explicó el Minamoto.

¿Las paces?

—Lamento mucho lo que sucedió…—Declaró el oji-azul— Jamás he querido hacerte sentir mal, al contrario, sé que últimamente no la has pasado bien, pero en vez de apoyarte simplemente he sido un dolor de cabeza para ti.

Izumi bajó la mirada ante esto.

No quería asentir, pero sí, Kouji fue un verdadero dolor de cabeza esos días.

—Estoy muy arrepentido de mi comportamiento.

—¿Arrepentido?

Kouji asintió— Lamento todo lo que sucedió.

Izumi se mordió el labio inferior.

—Toma…—Kouji de su espalda sacó un ramo de claveles amarillos— Te traje esto como señal de mi arrepentimiento.

La rubia se sorprendió al ver esto.

—Que lindo ramo.

El Minamoto hizo una mueca— ¿Te gusta?

Izumi asintió.

—Toma, son para ti. — Comentó Kouji— Sé que, con este tipo de regalos no compensaré todo, pero espero que lo veas como una muestra de arrepentimiento.

—¿Enserio estás arrepentido?

El Minamoto asintió— Más que arrepentido. —Respondió.

Izumi al escuchar sus palabras sintió una presión en su pecho. Tenía ganas de llorar.

—¿Y bien? — Preguntó Kouji—¿Me perdonas?

La chica observó a su novio, luego las flores y nuevamente volvió la mirada hacia el Minamoto. Ella conocía lo orgulloso que era, para Kouji pedir perdón no era algo que hiciese a diario, porque su temperamento no se lo permitía. Que le pidiese perdón a ella significaba mucho.

Sí, en esos días sufrió mucho por él, Kouji no se equivocó al mencionarlo, pero, así como sufrió por él, ahora podía perdonarlo, porque era su novio y lo quería.

—Claro que te perdono. —Respondió la oji-verde.

—¿De verdad? —Musitó el pelinegro.

Izumi asintió— No mientes al decir que, me he sentido mal por toda esta situación, después de todo, yo jamás he querido darte inseguridades…—Admitió— Pero eres mi novio y te quiero.

"Darte inseguridades"

Curiosamente el culpable de esto se encontraba a unos metros observando.

Kouji pasó su mirada por Takuya, quien de vez en cuando les daba una mirada.

Lo mejor sería marcar territorio.

—Entonces ¿todo bien?

Izumi asintió. Kouji sonrió, falsamente, ante esto y se acercó la rubia para besarla. La chica ante esto no dudó ni un segundo en corresponder.

Takuya al ver esto apretó su puño. Acaso ¿Izumi perdono a ese tipo? ¿Estaba loca?

Kouji la había hecho sufrir mucho ¿y creía que un solo "disculpa" arreglaría todo?


Sora caminó con determinación por los pasillos de la empresa, con la cabeza en alto pero el corazón lleno de incertidumbre. Cada paso resonaba en su mente como un eco de sus pensamientos tumultuosos. Finalmente, llegó a la puerta de la oficina de Yamato, donde detuvo su marcha y respiró profundamente antes de golpear suavemente.

La puerta se abrió revelando a Yamato, cuya expresión de sorpresa y nerviosismo no pasó desapercibida para Sora. El aire se cargó de tensión en el instante en que sus miradas se encontraron, y por un momento, ninguno de los dos supo qué decir.

—Sora...

—Hola Yamato.—Respondió la pelirroja.

La tensión se sintió en la sala.

Yamato, con el corazón latiendo con fuerza en el pecho, luchó por encontrar las palabras adecuadas mientras Sora lo observaba con una mezcla de emociones difíciles de interpretar. Sabía que esta conversación cambiaría sus vidas para siempre, y la incertidumbre le pesaba como una losa en el pecho.

—¿Qué haces aquí?— El rubio se colocó en pie— No te esperaba.

Sora rompió el silencio con una voz suave pero firme.

—Yamato, necesitamos hablar.

La intensidad en sus palabras hizo que Yamato tragase saliva, preparándose para lo que estaba por venir.

—Sora... —musitó, apenas por encima de un susurro, sin apartar la mirada de ella—¿Es sobre nuestras hijas?

—N-no...—Respondió la pelirroja nervioso— O-o bueno si.—Declaró—De algún modo las relaciona a ellas.

Yamato señaló la silla frente a él: —Ven, sientate.

—No gracias.—Contestó Sora—Estoy bien parada.

—Si quieres puedo pedir que te traigan un café.

—¿E? No.—Musitó la pelirroja— No es necesario. Solo quiero hablar contigo.

Yamato observó inquieto a Sora, la seriedad en su rostro lo hacia sentir nervioso.

—Dime...—Habló— ¿Qué ocurre?

Sora respiró profundo.

—Sé que las cosas entre nosotros han sido difíciles últimamente —habló con su voz temblando ligeramente— Pero he estado pensando mucho, en lo que ha ocurrido entre nosotros.—admitió— Tú muchas veces me has pedido que arreglemos las cosas ¿no?

Yamato asintió— Sí, eso he querido.—Respondió— Pero sé que para ti es difícil.

—Claro que lo es.—Declaró Sora— Me lastimaste y mucho.

El rubio bajó la mirada.

—Jamás pensé que serías como Taichi.

—Jamás quise serlo.

—Eso creía, pero lograste lastimarme.—Comentó la pelirroja.

La tensión aumentó al recordar a aquel chico que fue amigo de él y novio de ella.

La atmósfera se volvió densa, como si el peso de los recuerdos y las emociones del pasado se hubieran materializado en la habitación. Cada palabra pronunciada resonaba con un eco de dolor y decepción, y la mención del nombre de Taichi parecía traer consigo un vórtice de tensiones no resueltas.

Yamato sintió cómo su corazón se apretaba con fuerza en el pecho al recordar a Taichi, un recordatorio doloroso de sus propias fallas y errores del pasado. La sombra de aquel chico, que una vez fue amigo suyo y luego su rival en el amor, ya que se logró involucrar con Mimi a sus espaldas. La mención de Taichi parecía extenderse sobre la conversación como una nube oscura.

Por su parte, Sora también experimentó una mezcla de emociones al evocar el nombre de Taichi. Recordaba los momentos felices que compartió con él, pero también la traición y el dolor que sufrió cuando descubrió sus verdaderas intenciones. La mención de su nombre desenterró viejas heridas que aún no habían sanado por completo.

El silencio que siguió estuvo cargado de una tensión palpable, como si el pasado estuviera presente en la habitación junto con ellos.

—No obstante, a diferencia de Taichi y mi hijo, tú estás vivo.—Declaró Sora rompiendo el silencio— Y nuestra familia merece una oportunidad.

Quizás, no pudo cuidar a Isamu, no pudo darle lo que ella siempre quiso darle como madre, pero quería ser buena madre con Izumi, Nene y Rika. Aunque no fueran biológicamente sus hijas. Ella las amaba.

—He decidido darte otra oportunidad.

Las palabras de Sora resonaron en el aire, llenando la habitación con un peso que se podía sentir en cada respiración. Para Yamato, era como si el mundo entero se detuviera en ese momento, suspendido en un instante de esperanza y miedo entrelazados.

—¿Enserio?

Sora asintió— Eres mi esposo y amigo. Mereces una oportunidad.

Yamato buscó desesperadamente las palabras adecuadas, su mente girando con un millón de pensamientos y emociones. Sabía que no podía dar marcha atrás una vez que cruzaran ese umbral juntos, pero la posibilidad de un nuevo comienzo era demasiado tentadora para ignorarla.

—Sora... —murmuró, su voz luchando por encontrar la firmeza que necesitaba—Te prometo que haré todo lo posible para que esto funcione.

—Eso espero.—Respondió.

Con lágrimas brillando en sus ojos, Sora se acercó lentamente a Yamato, dejando que sus corazones hablasen más alto que las palabras. En un abrazo que parecía contener todo el peso del mundo, encontraron consuelo y fortaleza el uno en el otro, como dos almas que se reconocían en medio de la oscuridad.

El corazón de Yamato latía con fuerza mientras sentía el calor reconfortante del abrazo de Sora, como si ese momento fuera una pausa en el tiempo donde solo existían ellos dos. Lentamente, giró su rostro hacia el de ella, encontrando en sus ojos una mirada llena de amor y perdón.

Sin decir una palabra, Sora cerró la distancia entre ellos, dejando que sus labios se encontraran en un beso lleno de ternura y esperanza. Era un beso que hablaba de segundas oportunidades, de perdón y renovación, uniendo sus corazones en un lazo que parecía indestructible.

Ambos no fueron conscientes de que cierta mujer castaña venía hacia la oficina y al ver el beso, a través de las ventanas trasparentes de la oficina de Yamato, se quedó paralizada.

¡No, esto no!

Pensó Mimi.

¡Esto no era posible! ¡Claro que no!

Su corazón se destruyó en mil pedazos al ver el beso entre Yamato y Sora. De un momento a otro, todos sus planes se vinieron a bajo.


+De a poco alineo los astros para el próximo caos que se viene jajaja

+No sé qué ha ocurrido con la página ultimamente he subido capítulos y no han llegado notificaciones (Ejemplo: La sultana del imperio lo actualice, no llegó notificación, entonces dos días después resubi el capítulo y finalmente funcionó) Les recomiendo estar atentos.

BethANDCourt: ¡Hola! Sí jsjsjs a mi también me mata la ansiedad por escribir un momento así jajaja Pero, todavía no es tiempo jsjsjs Me alegra saber que te gustan esos momentos pequeños, yo estoy intentando que sea algo bonito, quiero que Yamato se acuerde de Mimi con esos pequeños momentos, porque así empezó su amor con ella, con casualidades o pequeños roces. Quiero que Yamato se enamore de verdad de Haruna, como si fuera un amor adolescente, pero intenso con la madurez de un adulto. Si jajaja encontraron a Nene con las manos en Kiriha. Si yo igual me hubiese muerto de vergüenza jaja pero Yamato actuó como buen padre al sacar a Nene ahí (aunque su comportamiento a rechazar a Kiriha no me agrada) JAJAJAJA Rika están en "queremos y a la vez no quiero" creo que logré mi objetivo al hacerte reír con lo de la paleta de chocolate jajaja Junpei con este consejo provocó que Takuya ayudará a Izumi con sus nervios, pero nos arruinó la escena de un posible beso Ryuki jaja Sí, de a poco se acercan, ya veremos lo que sucederá entre ellos dos jajaja Takeru es un pan de dios, un regalo del cielo, lo mejor de esta historia, literalmente, en esta historia es buen tío, hermano y amigo, apoyará a su familia en lo que sea (en especial a sus sobrinas) Sí, es perfecto para Hikari, pero mientras más buenos sean más fáciles son de herir (ojo) Ya veremos que ocurrirá. Tranqui, Daisuke es un random jajaja (como decimos en mi país) hará cosas, pero no logrará separar a nuestro Takari (Entiendo lo que piensas de Daisuke, a mi no me cayó mal, osea sí por su obsesión por Hikari, pero en el arco de redención de Ken dejé eso de lado y me agradó, sin embargo, con el tema Takari es insoportable, absolutamente) Sí, Sora es un personaje bastante sufrido en esta historia, perdió a su hijo y sus hijas tienen muchos problemas. De algún si llegan a conectar, pero es diferente la afinidad que tienen con Yamato a la que tienen con ella, Sora intenta ser una madre amorosa, sin embargo, ellas necesitan orden y eso es lo que les da Yamato. Ya veremos que ocurrirá. Espero que sigas disfrutando y compartiendo tus comentarios sobre la historia. Aprecio mucho que estés aquí leyendo. ¡Recibe un abrazo virtual!