REVENGE

~Capítulo 21~


Las lágrimas corrían por las mejillas de Haruna mientras caminaba a paso apresurado hacia el baño de la empresa. Cada paso era un esfuerzo por contener el dolor que amenazaba con desbordarse en su interior. No podía creer lo que acababa de presenciar, cómo su corazón se había roto en mil pedazos al ver a Yamato y Sora besándose.

Al llegar al baño, se encerró en uno de los cubículos y dejó que las lágrimas fluyeran libremente. Cada sollozo era un eco de la angustia y el dolor que sentía en lo más profundo de su ser. Se aferró al borde del lavamanos, tratando de encontrar consuelo en medio de la tormenta emocional que la consumía.

El sonido del agua corriendo en el lavamanos apenas cubría sus sollozos ahogados. Haruna se miró en el espejo, sus ojos enrojecidos reflejaban la tristeza y la desolación que sentía en su interior. Se sentía traicionada, abandonada y herida, como si todo lo que había construido se desmoronara frente a sus ojos en un instante.

¿Cómo pudo ser tan ingenua? ¿Cómo pudo creer que había una oportunidad para ellos dos cuando Yamato seguía atado a su pasado? Se sintió estúpida por haber confiado en él, por haber permitido que su corazón se abriera una vez más a la posibilidad del amor.

El dolor era abrumador, pero también era liberador de alguna manera. Por fin veía la verdad con claridad, aunque esa verdad fuera demasiado dolorosa de aceptar. Se prometió a sí misma que no volvería a caer en las mentiras y las ilusiones vacías.

Con un suspiro profundo, Haruna se limpió las lágrimas y se obligó a recomponerse. No podía permitir que la tristeza la consumiera por completo. Se secó el rostro con una toalla de papel y se miró una vez más en el espejo, encontrando una determinación renovada en su reflejo.

No podía cambiar lo que había sucedido, lamentablemente esto arruinaba sus planes, no obstante ¡no se detendría!

Ahora más que nunca, haría todo lo posible por separar a esos dos y destruir su familia junto a sus mentiras sin piedad.

Respiró hondo.

—Juro que me pagarán por todo lo que me hicieron.—Musitó para sí misma.


La luz de la mañana se filtraba suavemente por las cortinas de la cocina, iluminando la mesa donde Ryo y Tomoko compartían un tranquilo almuerzo. El aroma del café recién hecho y las tostadas tostadas llenaban el aire, creando un ambiente cálido y acogedor.

Ryo saboreaba su último bocado de tostada cuando Tomoko rompió el silencio con una noticia inesperada.

—Por cierto, Ryo, quería contarte algo —anunció Tomoko, con una sonrisa intrigante en su rostro.

Ryo alzó la mirada con curiosidad, preguntándose qué podría ser tan importante como para interrumpir su desayuno.

—¿Qué pasa, madrina? —preguntó, dejando su taza de café sobre la mesa.

Tomoko tomó un sorbo de su propia taza de café antes de responder, manteniendo el suspense durante un momento más.

—Empecé a trabajar para Haruna Anderson —anunció finalmente, observando la reacción de Ryo con interés.

Ryo parpadeó sorprendido, sin poder ocultar su asombro ante la noticia. Trabajar para Haruna Anderson no era algo que esperara escuchar en esa tarde.

—¿Para Haruna Anderson? —repitió, buscando confirmación.

Tomoko asintió con una sonrisa satisfecha.

—Exactamente. Koushiro me consiguió una oportunidad para hacer auditorías para ella —explicó—. Parece que necesitan a alguien con mi experiencia.

Ryo asimiló la información, encontrándola un tanto inusual. Si bien no era extraño que su madrina estuviera involucrada en el mundo de los negocios, ya que, por lo general hacia pequeñas contabilidades, no podía evitar sorprenderse al ver que trabajaría con aquella mujer.

—Eso suena interesante, madrina —comentó, sonriendo con orgullo— Estoy seguro de que harás un gran trabajo.

Tomoko le devolvió la sonrisa, agradecida por el apoyo de su ahijado.

—Aunque...

—¿Aunque?

—Me parece un tanto inusual.—Declaró el Akiyama— Justo trabajar con ella.

—¿Qué tiene de malo?

—Nada.—Respondió Ryo— Es solo que me da cierta curiosidad esa mujer, ya sabes, que se parezca a Mimi me llama mucho la atención.

Tomoko se mordió el labio inferior, sabía que su ahijado tenía algunas sospechas sobre ella, lo cual era factible, después de todo, no estaba en el camino incorrecto al decir que trataba de Mimi.

—No tiene nada de extraño.—Declaró— Se parece a Mimi, pero no es ella.

Sí, mintió. Al que no le gustaba hacer cuando trataba de su ahijado, pero era lo mejor, Ryo no debía saber que Haruna era Mimi, ya que, conocía a Ryo y sabía lo intenso que era cuando trataba de su hermana. No quería que levantara sospechas de Yamato al estar cerca de Haruna o que se involucrara en el plan de Mimi porque podia ser peligroso y no quería que volviese a sufrir como hace años.

—¿Tú lo crees?

Tomoko asintió— Mimi, lamentablemente, murió hace años.—Bajó la mirada— Y aunque la quieras ver de vuelta, no ocurrirá, ella no volverá.

Ryo se mordió el labio inferior ante esto, no quería aceptar aquello, pero Tomoko en cierto punto tenía razón.

—Debes acabar con esa esperanza. Lamentablemente Haruna Anderson es solo Haruna Anderson. No Mimi.

El Akiyama bajó la mirada ante esto, no quería aceptarlo, pero si Tomoko lo decía entonces era cierto.


Yamato se encontraba inmerso en su trabajo, la luz del sol se filtraba suavemente por las ventanas de su amplia oficina, creando un ambiente tranquilo y sereno. A pesar de la montaña de informes y documentos sobre su escritorio, una sonrisa persistente jugaba en las comisuras de sus labios.

La noticia de que Sora le había dado otra oportunidad inundaba su mente con una sensación de alegría y alivio. Por fin, después de tanto tiempo, había una luz al final del túnel, una posibilidad real de arreglar las cosas con la mujer que siempre había amado.

Inmerso en sus pensamientos, no notó la entrada de Haruna hasta que escuchó su voz.

—Permiso —dijo ella, anunciando su presencia.

Yamato levantó la mirada, encontrándose con los ojos de Haruna fijos en él. Su expresión era seria pero determinada, y Yamato pudo ver la determinación en su mirada.

—Claro, adelante —respondió Yamato, invitándola a entrar.

Haruna cruzó el umbral de la oficina y cerró la puerta tras de sí, su presencia llenando la habitación con una energía palpable.

—Quiero hablar contigo sobre Kiriha —declaró ella, sin rodeos.

Esto sorprendió al rubio.

—¿De Kiriha?

Haruna asintió.

—Me enteré de que fue despedido.

Yamato hizo una mueca ante esto.

—Sí, lo fue.—Respondió—Pero ¿por qué quiere hablar de eso?

—Porque no estoy de acuerdo con la situación.—Respondió la castaña con seriedad.

—¿Perdón?— Musitó el oji-azul.

Haruna hizo una mueca al ver la reacción del rubio.

Quizás, no lo dijo de la mejor forma.

—No creo que este tema sea algo de usted. Yo veo como manejo mi personal.

—Sí, lo sé.— Respondió la castaña—Sé que es un tema que, por lo general, veo usted.—Declaró— No obstante, necesito darle mi opinón con respecto a este tema.

Yamato la observó sin entender.

—No sé qué reservas tendrá usted, señor Ishida, sobre él, pero creo que debería reconsiderar la decisión de despedirlo Kiriha ha demostrado ser un activo valioso para la empresa, y creo que merece otra oportunidad.—habló con firmeza, pero con comprensión.

—Es un empleado más.—Declaró el rubio— En esta empresa encontrará ciento de empleados como él.

—Sí, lo sé.—Respondió Haruna—No obstante, el proyecto ya dio por inicio y, para mí, no es muy reconfortante saber que tendré que cambiar de personal.

—¿Por qué dice eso?— Preguntó el rubio.

—Porque ya he tenido pláticas con Kiriha y a mí no me gusta cambiar mi personal cuando ya comienzo un proyecto.—Comentó la castaña—Nene y Kiriha ya están involucrados en el proyecto que le presentamos a usted y los demás, no creo que sea muy sabio sacarlo de aquí.

Haruna tomó asiento con elegancia, manteniendo su postura firme y su mirada fija en Yamato.

—El proyecto es demasiado ambicioso y grande...—Declaró Haruna— Cuando lo presentamos sabíamos lo crucial que sería y Kiriha ha logrado sobrellevar todo...—Comentó.

—Como usted dijo, Nene también está trabajando en él.

—Sí, lo está.—Respondió la oji-miel—Y creo que hace un buen trabajo. Pero todavía es principiante y comete errores.—Contestó— En cambio, Kiriha tiene un poco de experiencia. También es joven, pero tiene mayor dominio de las cosas, creo que se debe a su experiencia.

La cual era mucha, porque Kiriha era un prodigio similar a Nene, mientras Nene fue adelantada un año en preparatoria.

Kiriha hizo dos grados en uno y desde los 16 años comenzó a invertir el dinero que sus padres le dejaron, el cual no era mucho, pero lo hizo ascender en la empresa y ahora estaba donde estaba.

—Considero que, debería repensar en su despido. —Declaró Haruna—Al menos por el momento hasta que termine el proyecto que estoy financiando.

"Que estoy financiando"

Esas palabras resonaron en la mente de Yamato, después de todo, era cierto, Haruna lo estaba financiando, lo cual la hacía autora de muchas decisiones.

Yamato se mordió el labio inferior, verdaderamente no quería mantener a Kiriha en ese lugar, pero Haruna tenía razón al destacar sus logros y querer que administre el proyecto.

De no tener a Kiriha tendría que entrar a involucrar a otro en el proyecto que, de por sí, ya estaba avanzado.

—Tendría que pensarlo.


~Horas más tardes~


En una elegante mesa iluminada por la luz tenue de las velas, Satomi, Kousei y Kouji compartían una cena en "familia". El ambiente era sereno, bastante silencioso en el cual nadie hablaba, literalmente, cada quien estaba pendiente en sus propios pensamientos. El ambiente estaba cargado de tensiones no dichas, especialmente para Kouji, quien parecía sumido en sus propios pensamientos.

Entre bocados de comida, Kouji decidió hablar para informar de algo que hace rato le molestaba.

—Padre, Satomi.—anunció, esperando captar su atención.

Satomi y Kousei levantaron la mirada hacia su hijo, interesados en lo que tenía que decir.

—¿Qué pasa, Kouji? —preguntó.

—Necesito contarles algo.—Respondió.

—¿Qué cosa?—Cuestionó la castaña curiosa.

Kouji tomó un momento antes de responder, sintiéndose incómodo por lo que estaba a punto de revelar.

—He hablado con Izumi —comenzó, tratando de encontrar las palabras adecuadas— Y hemos arreglado las cosas entre nosotros.

La noticia fue recibida con una mezcla de sorpresa y alegría por parte de Satomi y Kousei, quienes intercambiaron una mirada de complicidad y satisfacción.

—¡Eso es maravilloso, Kouji! —exclamó Satomi, con una sonrisa genuina

Kousei asintió en acuerdo, mostrando su aprobación.

—Es lo mejor que pudiste haber hecho, hijo —añadió Kousei, con orgullo en su voz.

Kouji hizo una mueca, por lo general, no le gustaba hablarles de su vida personal, pero necesitaba dejar en claro que regresó con Izumi, para que no lo volviesen a molestar como ayer.

—Me hace sentir feliz que hayas resuelto las cosas con Izumi.—Declaró Satomi.

"Me hace sentir feliz"

Como siempre, Satomi pensando solo en lo que ella quería para sí misma y para su familia.

—Izumi merece ser feliz, y me alegra que hayas tomado esta decisión.—Agregó la castaña.

Kouji asintió en respuesta, aunque su expresión permanecía seria y reflexiva. Aunque había dado este paso por el bien de Izumi, en su interior todavía había dudas y conflictos no resueltos. Sin embargo, optó por guardar silencio y aceptar las felicitaciones de Kousei y Satomi.

Mientras disfrutaban de la cena, Satomi esperó pacientemente el momento adecuado para plantear su propuesta a Kousei. Con determinación en la mirada, finalmente decidió abordar el tema que había estado rondando en su mente.

—Kousei, he estado pensando mucho en tu campaña política —comenzó Satomi, buscando la atención de su esposo.

Kousei levantó la mirada de su plato, aparentemente interesado en lo que Satomi tenía que decir.

—¿Sí? ¿Qué es lo que has estado pensando? —preguntó, con un tono de curiosidad en su voz.

Satomi tomó un respiro antes de continuar, asegurándose de mantenerse firme en su decisión.

—Creo que quiero participar activamente en tu campaña —declaró, mirando directamente a los ojos de Kousei.

La propuesta de Satomi pareció sorprender a Kousei, quien frunció el ceño ligeramente antes de responder.

—Satomi, no creo que sea una buena idea que te involucres en mi campaña —respondió, buscando excusas para rechazar su propuesta—. Tienes otras responsabilidades y...

Satomi lo interrumpió, sin permitir que su esposo continuara con sus objeciones.

—Kousei, ya he pensado en todas mis responsabilidades y estoy dispuesta a hacer espacio para esto —afirmó con determinación—. Creo firmemente en tus ideales y quiero apoyarte en este proyecto. No puedes negarme esta oportunidad de contribuir a algo en lo que creo.

Kousei pareció vacilar por un momento, consciente de la determinación de Satomi. Sin embargo, persistió en sus objeciones.

—Satomi, entiendo tu entusiasmo, pero esta campaña será intensa y demandante. No quiero que te sobrecargues —insistió, buscando protegerla de posibles problemas.

Satomi mantuvo su postura, firme en su decisión de participar en la campaña de Kousei.

—Kousei, entiendo los desafíos que enfrentaremos, pero estoy dispuesta a asumirlos. Quiero ser parte de esto, quiero ayudarte a alcanzar tus metas —dijo con convicción—. Por favor, déjame hacerlo.

La mirada determinada de Satomi dejó claro que no aceptaría un no por respuesta.

Kousei negó: —Lo siento, pero no creo que a Toshiko le guste.

—¿Y?— Preguntó Satomi—¿Qué tiene que ver?

Kousei la observó extrañado.

—Di-digo...—Aclaró su garganta—Entiendo que sea tu jefa de campaña, pero yo soy tu esposa y puedo participar en ese tipo de cosas.

—Eres mi esposa, pero eso no se relaciona a mi campaña, no tiene ninguna relación.

—Puede que no, pero yo te ayudé bastante económicamente en tu carrera ¿lo recuerdas? —Preguntó Satomi— Creo que, mi participación es lo mínimo que merezco.

—Satomi esto no es tema.—Respondió Kousei— Ya dije que no.

Kouji observó sin interés a su madrastra y a su padre, esta conversación estaba siendo aburrida, bastante aburrida.

—Yo exijo que sí.—Exclamó Satomi— Es lo que merezco.

—Lo siento, pero no.—Contestó el mayor—No participarás.—Comentó— Y debes obedecerme soy tu esposo yy debes aceptar mi decisión.

—¡Eres insoportable!— La castaña se levantó de su lugar y abruptamente dejó caer la servilleta en la mesa— Permiso.—Fue así como volteo hacia la puerta y salió del lugar.


—¿Yamato y Sora regresaron?— Preguntó Koushiro sorprendido de la noticia que le dio Haruna.

La castaña asintió— Sí.—Respondió— Así como oyes...—Declaró con pesar—Al parecer su afán por demostrarle al mundo que son la pareja perfecta es mayor que el orgullo de mujer de Sora.

—¿Afán por demostrar que son la pareja perfecta?— Repitió el pelirrojo—¿No será que ellos en verdad se tienen cariño y por eso quieren mantenerse juntos?

¿Tenerse cariño?

¡No, claro que no!

¿O sí?

—¡Ni idea!— Exclamó Mimi—Lo que no soporto es que estén juntos otra vez.

—Entiendo que te sientas así.—Comentó el pelirrojo— Pero, era de esperarse, luego de tantos años creo que no están juntos solo porque se les dio la gana.

Esto evidentemente enojó a la castaña.

—No deberían estar juntos.—Sentenció.

Koushiro hizo una mueca— Mimi, como dije, entiendo cómo te sientes, pero no dejes que esto intervenga en nuestra misión.—Declaró— Recuerda cual es nuestro verdadero propósito.—Recordó— Nuestra idea principal es hacer justicia, derrotando los negocios ilegales de Yamato y su familia.

Sí, lo sabía.

—No pierdas tu tiempo centrándote en la relación de Sora y Yamato, ya que, eso te desviará de nuestro objetivo inicial.—Comentó el pelirrojo.

La castaña rodó los ojos ante este recordatorio.

—Lo sé.—Musitó—Pero es inevitable no colocar atención en eso. Recuerda que Sora robó mi vida, me quitó a mi esposo, a mis hijas y todo lo que eso conlleva.

—Lo sé, Mimi, pero centrándote solo en ellos no podrás pensar fríamente.

—Es inevitable pensar con la cabeza caliente ¡luego de todo lo que me hicieron!— Apretó su puño.

Koushiro suspiró.

Sabía que Mimi estaba muy dolida con ese tema, sin embargo, temía porque esto nublara su juicio y terminara haciendo cosas sin pensar.

—Mimi recuerda nuestro objetivo.

—¡Lo recuerdo!— Exclamó Mimi—Jamás lo olvidaría.

—¿Entonces?—Preguntó Koushiro —¿Por qué solo piensas en Yamato y Sora?

—Porque quiero hacerlos caer en todos los sentidos, los negocios serán una parte, pero quiero que ellos sientan todo el dolor.

El pelirrojo negó con la cabeza: —Mimi, estás muy mal.

—No estoy mal, simplemente busco lo que corresponde.—Declaró—Si tengo que involucrarme yo misma con Yamato para acabar con todas sus mentiras lo haré...

¡Un minuto!

Este comentario lo dijo sin pensar, pero logró resonar en su mente.

—No me digas que considerarás esa idea.—Declaró Koushiro— Creo que está claro que estamos aquí con el fin de hacer caer a Yamato y su gente legalmente.


~Al día siguiente~


Yamato y Sora se miraron el uno al otro, sabiendo que la conversación que estaban a punto de tener con sus hijas sería difícil. Se sentaron juntos en la sala de estar, con Nene, Izumi y Rika frente a ellos, observándolos con curiosidad.

—Chicas, necesitamos hablar con ustedes —comenzó Sora con voz suave pero firme.

Las tres chicas intercambiaron miradas nerviosas antes de dirigir su atención a sus padres.

—¿Qué sucede, mamá? ¿Papá? —preguntó Nene, con una ligera nota de preocupación en su voz.

—Su padre y yo decidimos darnos otra oportunidad.

—¿Qué?—Las tres niñas se sorprendieron al escuchar esta declaración.

—Debe ser una broma.— Comentó Nene.

—No, no lo es.

Hubo un momento de silencio tenso en la habitación mientras las palabras de Yamato se hundían en sus hijas. Rika frunció el ceño, claramente molesta, mientras que Nene y Izumi intercambiaron miradas sorprendidas.

—¿Qué? —exclamó Rika, su voz llena de incredulidad y disgusto— ¿Estás bromeando?

—Ya dijimos que no, no estamos bromeando —respondió Sora con calma— Esto es algo serio, chicas. Queremos intentar resolver nuestras diferencias y estar juntos como familia nuevamente.

Nene frunció el ceño, sus ojos llenos de confusión y preocupación.

—Pero... ¿qué pasa con todo lo que ha sucedido? ¿Y con lo que nos dijiste, mamá, sobre nuestro valor como mujer?

Sora suspiró, sintiéndose culpable por haberles transmitido un mensaje tan diferente anteriormente.

—Lo sé, cariño. Lo sé...—Comentó— Pero, muchas veces el amor de mujer también implica el perdón, porque a veces las cosas son más complicadas de lo que parecen.

Izumi asintió lentamente, procesando la noticia en silencio, mientras que Rika se levantó abruptamente de su asiento.

—No puedo creer que estén haciendo esto.—murmuró, con los ojos llenos de furia— ¿Cómo pueden volver a estar juntos después de todo lo que ha sucedido?

Yamato y Sora intercambiaron una mirada, sintiendo el peso de la decepción de su hija menor.

—Lo entendemos, Rika.—dijo Yamato con sinceridad—Y respetamos tus sentimientos. Pero esperamos que, con el tiempo, puedas aceptar nuestra decisión.

—¿Aceptar?—Preguntó— Jamás podré aceptar esto, mamá, nuestro padre nos traicionó.—Rika tomó su mochila— Adiós, me iré a la preparatoria.— Fue así como salió del lugar.

Nene miró a sus padres con una mezcla de emociones, mientras que Izumi permaneció en silencio, perdida en sus propios pensamientos. La habitación estaba llena de tensión mientras la familia intentaba procesar esta noticia tan inesperada.

—Aunque vuelvan a estar juntos, tú seguirás siendo nuestra peor desilusión.—Musitó Nene antes de levantarse de su lugar e irse del lugar.

—Hija...—Yamato le llamó, pero la castaña simplemente se fue.

El rubio suspiró y dirigió su mirada hacia su otra hija.

—Izumi ¿tú que dices?

La nombrada bajó la mirada triste antes de levantarse de su lugar— Me alegra que vuelvan a estar juntos, pero eso no quita que nos hayas desilusionado y que no quiera volver a vivir esa situación.

—Prometo que no volverá a pasar.—Yamato se acercó a ella y tomó su mano—No te volveré a desilusionar hija.

—Eso espero.

Fue así como luego de terminar de hablar con su hija Izumi, Yamato se dirigió al segundo piso de la mansión Ishida dispuesto a hablar con Nene.

Al llegar a la habitación de la castaña encontró la puerta cerrada.

¡Toc, toc!

Golpeo.

—¿Quién es?

—Nene soy yo.—Respondió Yamato— Tu padre.

—¡Vete!— Exclamó— No quiero hablar contigo.

El rubio simplemente ignoró esto y abrió la puerta encontrándose con la castaña que se estaba maquillando frente a su espejo.

—Permiso.

Nene observó molesta a tu padre: —¿No dije que no quería hablar?

—Sí, lo dijiste, pero soy tu padre y tú tienes la obligación de escucharme. Te guste o no.—Sentenció el rubio.

Nene rodó los ojos y simplemente ignoró la presencia de su padre en aquel lugar, se observó al espejo y continúo maquillándose.

Yamato suspiró, verdaderamente no sabía en que minuto llegó a esto, Nene siempre fue muy unida a él, ahora ni siquiera quería escucharlo.

—¿Sabes? Hay veces que me pregunto ¿Cómo llegamos a esto?— Musitó— Nene.

—Cuando tú decidiste decepcionarme.—Respondió la castaña— Mejor dicho, cuando decidiste hacernos pasar vergüenza frente a todo el mundo al involucrarte con esa zorra.

—Nene, esto no va solo por ese lado.—Declaró la rubia— También involucra el tema de Kiriha.

—Entonces ¿por qué preguntas si ya tienes la respuesta?— Cuestionó la castaña.

Yamato suspiró frustrado por la actitud de su hija mayor. Se suponía que era su hija más "inteligente" tenía muchos méritos académicos, logró ser adelantada en la preparatoria un año, se fue al extranjero y obtuvo una licenciatura, sus calificaciones actualmente en la Universidad estaban en las nubes, básicamente 10 de 10 (y eso que, nunca la veía tomar un libro para estudiar) De algún modo la mente de Nene funcionaba excelente. Pero en esta situación su mente parecía no querer funcionar.

—Hija, yo jamás he querido avergonzarte, ni hacerte enojar, pero quiero que veas que tu comportamiento no es adecuado.—Declaró Yamato—Kiriha no es un chico para ti.

—¿Cómo sabes eso?

—Porque soy tu padre.—Respondió el mayor.

—¿Sólo esa es la razón?

—Pues...— Yamato tuvo intenciones de continuar, pero esa pregunta hizo retractarse de continuar.

La verdad es que, la única razón por la cual no aceptaba a Kiriha era por su aprensión hacia Nene.

¿Aprensión?

Sí, aprensión.

Para él era difícil ver que su hija mayor, prácticamente la copia de Mimi (porque físicamente eran muy similares) se fuera a los brazos de algún chico, quien, a pesar de tener un buen currículum y logros académicos, tenía fama de mujeriego.

—¿Lo ves?— Preguntó Nene— No tienes más justificación.

Yamato se mordió el labio inferior ante esto.

—No fuiste de esta forma con Izumi.—Declaró la castaña.

—¿No?—Cuestionó el mayor— ¡Claro que sí! Me costó bastante aceptar que estuviera en una relación.

—Pero a Kouji le diste una oportunidad, a Kiriha no le has dado...

—No necesito darle una oportunidad, porque yo sé como es.—Yamato la interrumpió—Y no te hará feliz. Solo te hará sufrir.

—¿Así como tú nos lastimaste con tu engaño?—Preguntó Nene.

Yamato frunció el ceño— ¡Nene, por favor!—Exclamó— Quiero hacer las paces contigo, deja de actuar tan inmaduramente.

La castaña rodó los ojos—No puedo hablar contigo actuando como una persona "madura" si no eres capaz de escucharme.

El rubio tomó asiento frente a ella—¿Qué quieres que escuche? Solo defiendes a Kiriha.

—No lo defiendo porque sí.—Musitó la joven suspiró—Simplemente soy justa con él.—Admitió—No creo que sea justo para Kiriha, por un error mío que, sufra las consecuencias. — Habló—Dime ¿alguna vez te ha fallado como empleado? ¿ha robado dinero de la empresa? ¿ha hecho algo en su puesto que tú hayas desaprobado?

Yamato se mordió el labio inferior ante estas preguntas.

La verdad era que no, Kiriha siempre rindió bien, cumplía con sus labores y era responsable en todo.

Por algo estaba en la posición que estaba.

—Creo que deberías considerar la idea de mantenerlo.

—¿Sabes? Hoy Haruna me pidió que mantenga a Kiriha en la empresa,

Nene se sorprendió ante esto—¿Ella pidió eso?

Yamato asintió— Como bien sabes, él ha sido la cara visible y el guía del proyecto que ella presentó. Es lógico que quiera mantenerlo.

Sí, eso era verdad.

—He estado pensando mucho en esto…—Declaró el rubio— Y estoy pensando en mantener a Kiriha, al menos hasta finalizar el proyecto.

—¿De verdad? —Preguntó Nene.

Yamato asintió: —No obstante, antes necesito que tú te comprometas a tener un buen comportamiento.

—¿Qué?— Cuestionó la castaña.

—Lo que escuchaste.—Respondió el rubio— Te comprometerás a tener un buen comportamiento.

—Yo siempre me comporto en la empresa.

Sí ¿cómo no?

—No me refiero solo a la empresa.—Contestó el oji-azul—Me refiero a tu forma de relacionarte con Kiriha.

Nene se mordió el labio inferior ante esto.

—Necesito que mantengas distancia con él.—Declaró el mayor— Sé que será imposible porque están trabajando en el mismo proyecto.—Habló— No obstante, quiero que sepas colocar límites.

—Yo siempre coloco límites.

—Tú bien sabes que no.—Sentenció Yamato.

Nene hizo una mueca: —No puedes pedirme que me aleje de Kiriha para que mantenga su puesto en esta empresa. Eso es poco profesional.

—Poco profesional es comportarte como tú lo haces.— Declaró el rubio—Como tú bien dices, quieres ser dueña de esta empresa, y para llegar a serlo debes mantener formalidad dentro de la empresa, seriedad en las cosas y en especial, distancia con los empleados.

Nene se sintió acorralada por la firmeza de las palabras de su padre. Aunque no estaba de acuerdo con la idea de distanciarse de Kiriha, comprendía la importancia de este puesto de trabajo para Kiriha.

Debía hacer que continuase ahí fuera como fuera, después de todo, por su culpa fue despedido.

—Está bien, padre. Entiendo tu punto —dijo Nene con resignación, aunque con un atisbo de frustración en su voz— Haré lo que dices. Mantendré distancia con Kiriha.

Yamato asintió, satisfecho de que Nene hubiera comprendido la gravedad de la situación.

—Gracias, Nene. Esto no es solo por el bien de la empresa, sino también por el tuyo propio.—añadió con seriedad.

Nene asintió, aunque en su interior aún sentía una mezcla de molestia y preocupación por cómo esto afectaría su relación con Kiriha. Sin embargo, sabía que debía cumplir con las expectativas de Yamato si quería avanzar en su carrera.


~Horas después~


Ryo caminaba por las concurridas calles de la ciudad en dirección a su trabajo, perdido en sus propios pensamientos mientras el bullicio de la mañana lo rodeaba. El sol brillaba en lo alto, iluminando el camino con su cálido resplandor primaveral.

De repente, algo captó su atención en la acera frente a él. Una figura conocida se acercaba, y Ryo frunció el ceño, sorprendido por su presencia en ese lugar y a esa hora del día. Era Rika, la joven que solía ver en la preparatoria, pero que ahora parecía fuera de lugar en aquel entorno urbano.

—Rika, ¿qué haces aquí? —preguntó Ryo, deteniéndose a su lado con gesto preocupado.

Rika levantó la vista hacia él, y en sus ojos se reflejaba una profunda tristeza que llamó la atención de Ryo de inmediato.

—Nuevamente...—Declaró— Mis padres me decepcionaron.

El Akiyama la observó sorprendido, sin entender a que se refería, Rika no lucía bien.


Yamato se acomodó en su silla detrás del escritorio, observando a Kiriha con seriedad mientras este último esperaba con expectación.

Kiriha observaba a Yamato con intriga, el dueño de la empresa lo citó de manera inesperada a la empresa para hablar. Al principio se sorprendió, no obstante, no dudó ni dos segundos en ir. Esperaba que la razón de su conversación fuera su reingreso a la empresa. Y no una posible denuncia por intentar abusar de su hija (Algo que lógicamente no fue, pero de Yamato se podía esperar todo, incluso eso)

Sin embargo, todavía no sabía de qué trataba, ya que Yamato se encontraba en silencio observándolo seriamente.

Después de un momento de silencio, Yamato habló con voz firme pero tranquila:

—Kiriha, he reconsiderado mi decisión con respecto a tu empleo aquí en la empresa.

Kiriha levantó las cejas, visiblemente sorprendido— ¿Enserio? —preguntó, con una mezcla de incredulidad y alivio.

Yamato asintió — Sí...—Respondió— Luego de mucho pensarlo y meditar decidí esto. No creas que te perdoné tu falta de respeto al involucrarte con mi hija.

Kiriha asintió, comprendiendo la gravedad de la situación.

—Sin embargo…—continuó Yamato— Haruna habló conmigo y me mencionó el progreso que has logrado con el proyecto. Reconozco que has trabajado arduamente y que eres el único que ha logrado avanzar de manera significativa en él.

Kiriha asintió, agradecido por las palabras de Yamato.

— Así que, a pesar de mis reservas, he decidido que debes seguir trabajando aquí —concluyó Yamato.

Kiriha sonrió, agradecido y aliviado. — Gracias, Yamato. No te decepcionaré —prometió sinceramente.

Yamato asintió. — Espero que no lo hagas —dijo con firmeza— Esta es tu oportunidad para demostrar que mereces estar aquí. —Declaró—Y creo que está demás decir cual es mi condición para que te mantengas en la empresa.

Ya se imaginaba cual era

—Mantente lejos de mi hija. —Sentenció el Ishida— Sé que es difícil no hablar por el trabajo, sin embargo, no quiero saber que ustedes tienen algún tipo de relación o algo así.

Kiriha asintió— Lo prometo, Yamato. —Respondió— Haré todo lo posible e imposible para mantener mi lugar en la empresa, respetando tus reglas.

—Eso espero. —Respondió el mayor— Ahora ve a la oficina y comienza a trabajar, la próxima reunión será en menos de dos semanas y quiero que el proyecto que tenga una administración impecable.

El menor asintió. Fue así como el Aonuma caminó hacia la puerta y salió del lugar.

No habrá pasado mucho tiempo cuando la puerta nuevamente se abrió y en el lugar apareció la secretaria de Yamato.

—Permiso Señor Ishida.

—Mizuki. —Pronunció su nombre— ¿Qué ocurre?

—Acaban de llamar de la preparatoria de su hija menor, Rika. —Declaró Mizuki.

—¿Qué? — Preguntó Yamato—¿Por qué?

—Al parecer se escapó de clases.

¿Qué?

¿Otra vez?


En una acogedora pastelería iluminada por la suave luz que entraba por la gran ventana, Takeru e Hikari compartían una tarde juntos, disfrutando de deliciosos postres y charlando animadamente. El aroma dulce de los pasteles recién horneados flotaba en el aire, creando un ambiente aún más acogedor.

Mientras saboreaban sus dulces, Hikari dio un pequeño mordisco a su pastel, pero accidentalmente se manchó el labio con crema. Takeru observó la situación con una sonrisa juguetona en los labios.

—Hikari, tienes un poco de crema en el labio —comentó, señalando delicadamente hacia su rostro con una servilleta en la mano.

Hikari rió ligeramente y llevó una mano a su rostro para limpiarse, pero Takeru se adelantó con gentileza y, con movimientos suaves, pasó la servilleta por el borde de sus labios. La cercanía entre ambos era mínima, pero Takeru se encontraba hipnotizado por la suavidad de los labios de Hikari, la delicadeza de su piel.

Un instante de silencio llenó la atmósfera mientras Takeru mantenía su mirada fija en los labios de Hikari, sin poder apartar la vista. El mundo a su alrededor parecía desvanecerse, dejando solo la conexión íntima entre ellos dos.

—Gracias, Takeru —murmuró Hikari, rompiendo el silencio con su voz suave y cálida.

Takeru parpadeó, como si despertara de un trance, y apartó la mirada, sintiendo cómo el rubor subía a sus mejillas.

—De nada, Hikari —respondió con una sonrisa ligeramente nerviosa, sintiendo su corazón latir un poco más rápido de lo normal.

Fue así como ambos continuaron con su cita. Cuando finalmente terminaron su helado ambos salieron de la pastelería en dirección a un parque.

Sin saber que cerca de ellos se encontraba el padre de Takeru hablando con su tía, Satomi.

—Hiroaki, necesito que me ayudes.—Declaró la Minamoto.

—¿En qué?— Preguntó Hiroaki— ¿Qué ocurrió?

—Quiero participar en la campaña de Kousei.—Declaró Satomi— Pero él no me deja.

Hiroaki alzó una ceja sorprendido— ¿Para eso me citaste con tanta urgencia?

Satomi asintió: —Necesito de tu ayuda.

Hiroaki hizo una mueca, de haber sabido que era ese tema, no hubiese venido.

—Satomi, no tengo tiempo para esto.—Declaró Hiroaki— Pensé que era algo grave.

—¡Pues lo es!— Exclamó la Minamoto— Necesito de tu ayuda. Kousei no me deja participar en su campaña, a pesar de que soy su esposa.

—Que seas su esposa no es sinónimo de que puedas participar en su campaña, una cosa es la vida personal y otra es el trabajo.—Respondió Hiroaki intentando razonar con Satomi.

—Lo sé, pero tú sabes que nuestra relación empezó gracias a eso, yo lo apoyé económicamente en su campaña al principio.—Declaró Satomi— Creo que es lo mínimo que merezco.

Sí, eso le hicieron creer para que financiara su campaña. Pero quien verdaderamente ayudó a Kousei en el inicio de campaña fue Tomoko. Pero, bueno, había que hacerle creer eso a Satomi.

—Eso fue al principio.—Comentó el Ishida— Fue hace mucho, Kousei ahora financia él mismo su campaña.

Satomi se cruzó de brazos— Aun así, creo que deberías hablar con él y ayudarme, somos familia después de todo.

¿Familia? ¡Ja!

Que fuera hermana de Natsuko no la hacia su familia.

Hiroaki rodó los ojos.

—No creo que pueda ayudarte.—Respondió el padre Yamato—Hace tiempo no participo en política. De vez en cuando hago acto de presencia en los eventos de Kousei, pero no tengo mucho que ver en eso, al contrario Toshiko es quien se encarga.

—Puede que no, pero si puedes ayudarme.—Respondió Satomi.

—¿Cómo?

—Hablando con Kousei, eres su principal amigo y socio.

¿Amigo?

Sonaba divertido escucharlo.

¿Socio?

Eso sí.

—Por favor, ayúdame Hiroaki.—Rogó Satomi— Soy tía de tus hijos, hermana de tu esposa difunta ¡Por favor! Ayudame.

¿Y qué ganaba él a cambio?

—No lo sé Satomi...—Musitó Hiroaki.

No tenía tiempo para perder en ella

Satomi frunció el ceño.

¿Por qué ninguno de su familia quería ayudarla? ¿por qué todos creían que era deficiente? ¡ella merecía una oportunidad!

Al parecer, solo Haruna Anderson le daba la razón.

Suspiró y volteo su mirada hacia la ventana, miles de personas caminaban por afuera del lugar, no le prestó atención a nadie hasta que, cierto chico rubio acompañado de una joven castaña pasó caminando.

—¿Ese es Takeru?—Preguntó.

Hiroaki volteo hacia su cuñada y luego observó el ventanal que señalaba la mujer Minamoto. Hiroaki reconoció al instante a su hijo.

—¿Qué hace aquí?—Preguntó Satomi— ¿No debería estar descansando?

Sí, se suponía, por algo no fue a la empresa

Hiroaki observó a su hijo.

Pero, al parecer, tenía otras intenciones

—¡Qué, rayos, hace con esa tipa!— Exclamó la mujer Minamoto señalando a la joven que estaba con Takeru.

El Ishida hizo una mueca: —Ni idea.

Suponía que, tal vez, necesitaba diversión.

Satomi hizo una mueca de desprecio— Hiroaki, no puedo creer que nuevamente permitirás que, tu hijo caiga tan bajo.

—¿Nuevamente?— Preguntó Hiroaki— ¿Por qué dices eso?

—Porque Takeru está siguiendo los pasos de Yamato.

—¿A que te refieres?

—Acaso ¿no te das cuenta?— Cuestionó la Minamoto— Takeru está perdiendo su tiempo saliendo con esa pobretona.

—¿Saliendo?

—Sí ¡Saliendo!— Exclamó Satomi—El otro día los vi besándose.

¿Besándose?

¿Qué tenía eso de malo?

Él continuamente se besaba con sus diversiones de una noche y no había nada más que sexo.

—¿Solo un beso?

—¡No fue solo un beso!— Exclamó la Minamoto— Le dije que eso no estaba bien, pero él simplemente la defendió, como si tratase de algo importante.

Hiroaki la observó sin interés— No creo que sea algo serio.

—¡No lo es!— La castaña alzó la voz.

—No exageres. Tal vez sea solo una diversión para olvidar a Catherine.

—¡No exagero! Dime ¿es normal que Takeru continue con esa chica luego de casi perder la vida por su culpa?—Preguntó Satomi—Entiendo que la haya querido ayudar, después de todo, Takeru es un caballero.—Comentó— Pero no creo que sería capaz de continuar con alguien que le causó la muerte solo por un juego.

Buen punto

Sí fuese solo una diversión no hubiese corrido el riesgo de casi morir desangrado por protegerla. O, al menos, no continuaría a su lado.

—Y ahora, en vez de descansar u ocupar su tiempo en algo productivo, pierde su tiempo estando con esa chica.

Sí, eso era verdad. Fácilmente Takeru podía estar en la empresa en estos momentos, trabajando como él le enseñó. Pero estaba perdiendo el tiempo con esa chica.

—Si fuera tú, tendría ojo con Takeru...—Comentó Satomi— Ya tuvimos la experiencia de Yamato, no quiero repetirla con Takeru.

Hiroaki pasó su mirada por la mujer y luego por su hijo.


Takuya levantó la mirada de su trabajo cuando escuchó la puerta del lugar abrirse. Para su sorpresa, vio a Izumi entrar con una sonrisa radiante en el rostro, saludando a todos con entusiasmo mientras caminaba por el pasillo.

Su sorpresa no pasó desapercibida, e Izumi notó la mirada desconcertada de Takuya. Decidió acercarse a él con una sonrisa aún más brillante.

—¡Hola, Takuya! ¿Cómo estás hoy? —saludó Izumi, deteniéndose frente a él.

Takuya parpadeó un par de veces, procesando la repentina energía positiva de Izumi. No estaba acostumbrado a verla tan animada, especialmente después de los últimos días difíciles que había enfrentado.

—Hola, Izumi. Estoy bien.—respondió Takuya, todavía un poco sorprendido—¿Y tú?

—Bien...—Respondió la oji-verde, aunque rápidamente agregó— Mejor dicho, excelente...—Sonrió aun más— ¡Mejor que nunca!

Esto sorprendió al moreno quien la observó sorprendido.

—Así parece.—Comentó Takuya—¿Qué te trae de tan buen humor hoy?

Izumi rió suavemente, jugando con un mechón de su cabello mientras explicaba.

—Porque todo en mi vida está mejorando.—Respondió.

—¿A sí?

La rubia asintió.

—Hoy mis padres anunciaron que volverán a estar juntos.

—¿Qué?—Preguntó Takuya sorprendido— ¿Tus padres regresaron?...¿Tu madre perdonó a tu padre por lo que ocurrió?

Izumi asintió— Sí, lo perdonó...—Musitó—Ya no está enojada con él, hoy nos dijeron a mis hermanas y a mí que volveremos a ser una familia.

Takuya observó sorprendido a la rubia, evidentemente estaba feliz por eso y a él le alegraba ver una sonrisa en su rostro, luego de tantas tristezas. No obstante, le causaba cierto ruido esta noticia. Primero, ayer Izumi perdonó a Kouji, hoy su madre, Sora, perdonaba a Yamato luego de serle infiel frente a todo el mundo.

¿Eso era algo sano?

Bueno, él no era quien para criticar, no obstante, le causaba cierta inquietud y no sabía porqué, si Sora decidió perdonar a Yamato era porque tenían una familia ¿no? Valía la pena seguir hacia adelante.

—Todo está empezando a arreglarse en mi vida —comentó Izumi con entusiasmo— Mis padres volvieron a estar juntos y Kouji y yo finalmente pudimos hablar y resolver nuestras diferencias.

Takuya la escuchaba atentamente, pero su expresión era más seria y reflexiva. Cuando Izumi terminó de hablar, él tomó un momento para considerar sus palabras antes de responder.

—Me alegra mucho escuchar eso, Izumi —comentó Takuya, su tono de voz denotaba preocupación—. Pero no estoy seguro de que mantener tu relación con Kouji sea lo mejor para ti.

Izumi frunció ligeramente el ceño, sorprendida por la declaración de Takuya.

—¿Por qué dices eso? —preguntó con curiosidad.

Takuya suspiró antes de responder, buscando las palabras adecuadas para expresar sus sentimientos.

—No quiero que te ofendas.—Declaró— Lo que menos quiero es entrometerme en tu vida, pero recuerda cuando pasaste por momentos difíciles y necesitaste apoyo —empezó Takuya—. Kouji estuvo demasiado absorto en sus propios celos para estar realmente ahí para ti. Fue egoísta y no te brindó el apoyo que necesitabas.

Izumi asintió lentamente, recordando aquellos momentos difíciles en los que se sintió sola y desamparada.

—Lo sé, Takuya, lo recuerdo muy bien —admitió con tristeza— Pero creo que Kouji está dispuesto a cambiar, a ser mejor para mí.

—¿Enserio lo crees?

Izumi asintió: —Él me dijo que está arrepentido.

Takuya la miró fijamente, preocupado por la rubia, la verdad era que, ese chico no le daba buena espina, luego de todo lo que le contó Ryo. No obstante, no quería ser entrometido, Izumi y él no se conocían hacer mucho, debía respetar los límites de su relación de amistad que recién estaba naciendo.

—Espero que tengas razón, Izumi —dijo con sinceridad— Solo quiero que estés segura de que mereces a alguien que esté realmente presente para ti, en los buenos y en los malos momentos.

Izumi asintió, reflexionando sobre las palabras de Takuya. Sabía que debía tomar una decisión difícil sobre su relación con Kouji, pero también sabía que contaba con el apoyo incondicional de su amigo Takuya, quien siempre estaría ahí para ella pase lo que pase.

—Tranquilo, estoy segura de que, mi novio hará todo lo posible para que estemos bien.—Declaró Izumi.


Hikari y Takeru caminaron juntos por un animado parque, disfrutando del clima. A medida que avanzaban entre los árboles florecidos y las coloridas flores, encontraron una pequeña banca que los invitaba a descansar y contemplar el paisaje.

Se sentaron juntos en la banca, dejando que la tranquilidad del parque los envolviera mientras observaban a su alrededor. Los niños jugaban en el césped, las parejas paseaban de la mano y los pájaros cantaban entre las ramas de los árboles.

—Qué hermoso es este lugar —comentó Hikari, con una sonrisa mientras admiraba el paisaje.

—¿Te gusta la naturaleza?

La castaña asintió—Sí.—Respondió—¿A ti?

—También.—Takeru asintió, compartiendo su aprecio por la belleza natural que los rodeaba—Sobre todo cuando es primavera.

Hikari asintió, disfrutando de la serenidad del momento mientras observaba a los niños corretear y reír en el césped.

—Así que, me estabas contando que tu familia materna es de Francia.

Takeru asintió.

—¡Genial!— Exclamó la castaña— Debe ser emocionante ir a Francia en vacaciones y visitar en Paris la Torre Eiffel o el Museo del Louvre.

—Lo es.—Comentó el rubio— Aunque, hace tiempo no voy.

—¿Por qué?

—Porque mi abuelo murió.—Respondió Takeru— Entonces, ya no tengo razones de ir.

—Que mal...—Musitó Hikari.

—¿Tú has ido alguna vez a Paris?

La castaña hizo una mueca: —Lamentablemente no.—Comentó— Es mi sueño.—Declaró— Pero jamás he tenido la oportunidad de ir, ya sabes, mi familia no tiene muchos recursos para eso.

Takeru hizo una mueca ante esto, había olvidado ese detalle.

—No obstante, siempre he tenido el sueño de trabajar y poder viajar.—Habló Hikari— No solo a París, sino a toda Europa.

—Estoy seguro de que lograrás tu sueño.—respondió Takeru, tratando de animarla— Europa es un lugar lleno de historia, cultura y belleza. Algún día tendrás la oportunidad de visitarlo. Incluso, si quieres, yo mismo puedo ser tu guía turístico.

Hikari sonrió, agradecida por las palabras de ánimo de Takeru.

—Takeru Ishida.

Una voz interrumpió el momento entre ambos jóvenes, llamando la atención del rubio, quien al voltear se encontró con Hiroaki.

—Padre...—Takeru pronunció esa palabra—¿Qué haces aquí padre?

—Esa pregunta debería hacértela yo a ti. —Respondió Hiroaki— ¿No deberías estar en la empresa?

Takeru hizo una mueca: —Se supone, pero decidí darme el día.

—¿Darte el día? —Preguntó el hombre— ¿Con qué derecho?

—Ninguno. —Comentó el oji-azul— Simplemente no me sentía en condiciones de ir. —Musitó—Además, aún tengo días de licencia.

—Sí. —Respondió Hiroaki— Pero veo que estás haciendo todo menos descansar…—Declarar.

Takeru hizo una mueca.

—Si no vas a descansar al menos deberías centrarte en tus labores de la empresa porque bastante deficientes están. —Comentó el castaño.

El rubio bajó la mirada ante esto, no le gustaba que su padre lo presionara con las cosas de la empresa, después de todo, él lo tenía prácticamente obligado trabajando ahí, ya que jamás hubiese optado por eso.

—Lo siento padre.

—Nada de "lo siento"— Regañó Hiroaki— Espero que dejes de perder el tiempo.—Musitó antes de voltear e irse dejando el ambiente lleno de tensión.


—Yamato acabó de confirmar que continuaré trabajando en la empresa. — Anunció Kiriha.

Nene sonrió ante esto: —¡Que bien! —Exclamó y se acercó a él para depositar su mano en su brazo— Así que, continuaremos trabajando juntos.

El rubio dirigió su mirada al agarre y suavemente retiró su brazo para soltarse del agarre.

Nene se dio cuenta de esto e hizo una mueca.

—Nene, creo que ahora más que nunca tenemos que respetar los límites.

—¿Los límites?

El oji-azul asintió— Los límites de nuestras interacciones. —Comentó— Nosotros solo somos compañeros de trabajo nada más.

—Claro. —Respondió la castaña— Somos compañeros dentro de estas cuatro paredes. —Musitó— Pero afuera…

—Afuera nada. —Sentenció el rubio— Está claro, luego de lo que pasó que, debemos mantener distancia tanto adentro como afuera de la empresa.

—No necesariamente. —Comentó la hija de Yamato— Aquí debemos mantener distancia para no levantar sospechas por parte de mi padre, pero afuera podemos ser amigos y…

—Nene, por favor, no insistas. —Se apresuró a responder Kiriha— Esto que ocurrió fue consecuencia de algo que ocurrió afuera. —Recordó— Tu padre dejó bien claro que no quiere que me relacione de otro modo contigo tanto adentro como afuera de la empresa.

—Pe-pero…¡Kiriha!... —Exclamó Nene— Entiendo que quieras mantener tu puesto aquí, pero mi padre no tiene derecho a interferir en tu vida personal.

—En la mía no. —Respondió el oji-azul— Pero en la tuya sí.

—Claro que no. —La castaña insistió— Soy mayor de edad.

—Pero eso no quita que seas su hija. —Contestó Kiriha— Él siempre estará preocupado por ti e intentará influenciar en tu vida, sobre todo si trata de una relación.

—Él no tiene derecho a cuestionarme. Él ha cometido errores.

—Pero eso no quita que sea tu padre y quiera lo mejor para ti. Y está claro que frente a él yo no soy lo mejor para ti. —Declaró el rubio.

Nene se mordió el labio inferior ante esto.

¡Toc, toc!

La puerta sonó.

Kiriha y Nene voltearon hacia la puerta, que estaba cerrada.

El rubio caminó hacia la puerta y la abrió dejando ver a la empresaria de cabello castaño.

—Haruna Anderson.

—Buenos días, joven Aonuma. —Respondió la oji-miel.

—Buenos días.—Respondió el rubio.

—Que bueno es encontrarte Kiriha en la empresa.—Comentó Haruna— Por lo que veo estás acomodando tus cosas ¿Debo pensar que eso es buena?

—Claro.—Asintió el rubio.

—Kiriha continuará trabajando en la empresa.—Anunció Nene.

Haruna sonrió ante esto: —Que bien.

Al parecer Yamato pensó en lo que le dijo.

—Señora Anderson quiero agradecerle por hablar con Yamato. —Declaró Kiriha con seriedad.

Pocas veces agradecía algo, en realidad, nunca agradecía nada, porque siempre solo se concentraba en sí mismo, pero sentía que esta vez debía hacerlo. Después de todo, casi perdió un esfuerzo de años.

—Gracias a su intervención pude mantenerme en la empresa.

Haruna pasó su mirada por el rubio y luego por Nene, quien aún se veía triste.

—No hay de qué, Kiriha. —respondió— Simplemente hice lo que es justo, tu expediente es brillante y tu trabajo ha sido a la altura, no creí que debieras irte…—Comentó— No al menos antes de terminar el proyecto.

El rubio asintió.

—Espero que hagas un buen trabajo, como el que llevas hasta ahora.

—Claro que lo haré. —Respondió Kiriha serio— De eso puede estar segura.

Haruna asintió complacida.

—Ya que estoy aquí, necesito que me muestres los informes del presupuesto estipulado para el proyecto, con los detalles que perdí en el correo hace unos días.

—Claro. — Contestó el oji-azul— Los informes están en físico en la oficina de Yamato, ya que debía leerlos. —Declaró— Iré a buscarlos.

La castaña asintió— Está bien.

Fue así como el rubio salió del lugar dejando solas a ambas castañas.

Haruna dirigió su mirada hacia Nene.

—Y bien...—Musitó— Creo que todo continuará siendo normal.

—¿Normal?— Repitió Nene.

Haruna asintió.

La Ishida alzó una ceja y observó directamente a la oji-miel—Puede que sí, pero me sorprende.

—¿Qué te sorprende?

—Su ayuda...—Admitió Nene— No esperé que quisiera ayudar a Kiriha.

—Es un buen empleado, tiene un buen expediente. —Declaró Haruna— Creí que era correcto.

—Sí, lo es. —Respondió la menor— Pero no era algo que le incumbía.

—No…—Musitó Haruna— Pero, quise intervenir. Como dije, no me gusta cambiar de personal en mitad del proyecto. Aun sabiendo que ese empleado ha tenido un buen rendimiento. —Comentó— Tú misma lo dijiste ¿no?

Nene asintió.

—O dime ¿tú en mi lugar que hubieras hecho?

Buen punto

—Lamentablemente, siempre he sido fría para los temas de la empresa.

—En este caso no te hubiese servido serlo ¿no crees? — Comentó la oji-miel con la misma seriedad y mirada desafiante de su hija.

Nene alzó una ceja mientras observaba fijamente a Haruna, por alguna razón, esta mujer le causaba cierta…Extrañeza. Le causaba inquietud su forma de ser, la sentía muy…familiar. Lo cual provocaba que le diera mala espina ¿cómo iba a sentir familiar a una extraña?

Suspiró.

—Bueno, la felicito por tomar una buena decisión.

—No necesito felicitaciones…—Comentó la mayor— Pero tomaré eso como un "gracias"

Esto provocó que Nene sintiera una serie de sentimientos encontrados. Si quisiera decir "gracias" lo diría, pero ella no era así, no obstante, la empresaria logró leer entre líneas que sí estaba agradecida.

Haruna no obtuvo respuesta, no obstante, se sintió feliz al ver en el rostro de su hija que estaba complacida con la situación y aprobaba su ayuda. Sin duda alguna, Nene tenía una personalidad similar a la de Yamato en ese sentido, pero ella era su madre, así que lograba leer y entender sus expresiones.


Hikari observó atentamente a Takeru, quien luego de la ida de su padre tenía un rostro triste, la mirada baja y permanecía callado. Decidió romper el silencio y abordar el tema.

—Takeru.—lo llamó, su voz llena de preocupación— ¿Estás bien?

Takeru suspiró, sintiendo el peso de la presión familiar y laboral sobre sus hombros.

—S-sí, estoy bien.—respondió, tratando de ocultar sus emociones—. Es solo mi padre. A veces puede ser un poco… exigente.

Hikari asintió comprensivamente—Sí, me di cuenta.—Comentó— Disculpa si te he hecho perder el tiempo.

—No te disculpes, no es tu culpa.—Se apresuró a decir Takeru— Esto es culpa mía, ya que, no he cumplido con sus expectativas.

—¿Cumplir con sus expectativas?

El rubio asintió:

—Mi padre siempre me ha presionado con respecto a mi carrera ¿sabes? —Declaró— Prácticamente quiere que sea igual o mejor que mi hermano Yamato.

—¿Por qué?

—Porque quiere que tome la empresa algún momento. —Respondió Takeru— Mi familia es bastante machista y para llevar la empresa quieren que sea un hombre con el apellido que obtenga la gerencia general. —Relató— Y como mi hermano solo tienes hijas. Todos creen que seré sucesor.

—Y no quieres serlo ¿no?

Takeru negó: —No. —Respondió— Pero no me queda opción. —Bajó la mirada— Es mi destino.

—¿Tu destino? — Preguntó Hikari.

El rubio asintió.

—Pero, eso no es justo. —Declaró— Tú deberías tener la opción de escoger que quieres.

—Mi padre no cree eso.—Comentó Takeru.

La castaña hizo una mueca, la sinceridad y el pesar en la voz del rubio le daba mucha tristeza.

—En verdad lo lamento.—Habló la castaña.

El silencio se hizo presente y una brisa fría se sintió en el lugar.

—¿Sabes?— Takeru rompió el silencio—Algunas veces solo quisiera…

—Escapar de todo ¿no?

El rubio la observó sorprendido: —¿Cómo lo sabes?

Hikari suspiró— Porque también he tenido esa sensación. —Comentó— He tenido que hacer miles de cosas por obligación y no por gusto…—Postergarlo todo había sido una situación horrible— Sé cómo es esa sensación de querer simplemente dejar todo atrás. Al no soportar las obligaciones de tu vida.

Quizás, su situación no era la misma. Pero sabía cómo se sentía tener que postergar su propia felicidad para complacer a otros o cumplir con otras necesidades.

Takeru asintió con complicidad, reconociendo la familiaridad en las palabras de Hikari.

—Exactamente —respondió con un suspiro— A veces, la vida puede parecer una serie interminable de obligaciones y responsabilidades que nos impiden ser verdaderamente libres.

Hikari asintió con empatía, comprendiendo completamente el sentimiento de Takeru.

—Es como si estuviéramos atrapados en un ciclo constante de expectativas y deberes —añadió.

—Y a veces, todo lo que queremos es liberarnos de esas cadenas y ser dueños de nuestro propio destino.—Comentó Takeru.

—Pero ¿sabes? Mi tío, el padre de Takuya, siempre dice que cada desafío que enfrentamos en la vida es una oportunidad para crecer y aprender —continuó Hikari, recordando las palabras sabias de su tío— A veces, nuestras responsabilidades y obligaciones pueden parecer abrumadoras, pero también pueden ser la fuerza impulsora que nos lleva a alcanzar nuestras metas y sueños.

—Dudo que siendo empresario pueda alcanzar mi sueño de ser escritor.

—¿Quién dijo que no?—Preguntó Hikari—Al ser un empresario tendrás dinero y al tener dinero puedes tú mismo financiar la venta de un libro o puedes abrir tu propia librería, incluso, tú propia imprenta.

—Dudo que a mi padre le parezca bien esa idea.

—Puede que no le guste, pero llegará un momento en el cual no estará y tú serás independiente.—Comentó la castaña— Cuando eso ocurra, tú serás dueño de tu destino ¿y qué harás?

Buena pregunta

Takeru observó sorprendido a Hikari. Nunca había pensado en eso. Siempre creyó que todo su trabajo era en vano, para satisfacer a otros, jamás pensó que al tener sus propias ganancias podría financiar sus propios sueños.


—¿Tus padres volvieron a estar juntos?— Preguntó Ryo.

Rika asintió— Sí...—Respondió—Nuevamente volvieron a estar juntos.

El Akiyama hizo una mueca y observó a ella— ¿Enserio no te da alegría esa noticia?— Preguntó— Di-digo, por lo general, todos quieren que sus padres estén juntos.

Independiente de que fueran Yamato y Sora, sabía que, el tener una familia constituida era algo importante. O al menos para él, ya que, jamás lo tuvo.

—Claro que me alegra.—Contestó la pelirroja— Me ilusiona el hecho de volver a ser una familia. Pero...—Bajó la mirada.

—¿Pero?

Rika suspiró: —Yo sé que si ambos volvieron a estar juntos no fue por amor...—Declaró— Al contrario, estoy segura de que, volvieron a estar juntos simplemente por...—Suspiró— Las apariencias.

Ryo alzó una ceja y observó a la pelirroja. Era sorprendente como, Rika siendo la hija biológica de Yamato y Sora, fuera capaz de ver la realidad de su entorno, incluso más que Izumi y Nene, quienes eran hijas de Mimi.

—¿Enserio crees que volvieron a estar juntos por eso?

La pelirroja asintió.

—Dudo que mi madre pueda continuar sintiendo cosas por mi padre luego de todo el daño que le causó.—Declaró.

—¿Eso crees que siente?—Preguntó Ryo— ¿No estarás confundiendo con lo que tú sientes al respecto de esta situación?

Rika observó sorprendida al Akiyama por esta pregunta.

—¿No será que, no quieres que vuelvan a estar juntos, o que tu madre lo perdone Por qué tú no puedes perdonarlo?

El debate fue algo predecible para Ryo en el rostro de Rika.

—No digo que esté mal, pero ¿no será esa la razón por la cual no quieres que vuelvan a estar juntos?—Preguntó el Akiyama.

Esa una buena pregunta, ya que en gran medida era cierta.

—Bueno...—Rika suspiró— Tal vez...—Declaró— Sea algo así.

Ryo observó con tristeza a la pelirroja. Sí, tristeza. A pesar de tenerlo todo, era como si Rika no tuviera nada. La soledad y amargura que llevaba en su interior era algo evidente para él.

—¿Cómo, rayos, mi padre no entiende? —Musitó Rika.

—¿Qué no entiende?

La pelirroja sintió un nudo su garganta ante la respuesta de esa pregunta:

—Que me decepcionó. —Respondió.

Tres simplemente palabras que al pronunciarlas demostraban su tristeza.

—A pesar de los problemas, él era el hombre en quien más confiaba, en el que tenía muchas expectativas…—Explicó la pelirroja—Luego de lo que hizo y-yo…—Bajó la mirada— Dudo que algún día volveré a confiar en algún hombre…—Musitó— O en alguna persona.

Ryo hizo una mueca ante esto: —Rika, no digas eso. —Habló— No todos los hombres somos como él.

—Me es difícil creer o pensar eso. —Habló— Si mi padre fue capaz de engañar a su esposa, sin importarle el dolor que podría causar en sus hijas, no me quiero imaginar el daño que me pueden causar los demás.

Ella jamás confió en nadie, siempre fue considerada como una criatura "extraña" frente a sus abuelos, compañeros, y personas de su círculo. En especial por Toshiko, quien siempre le hacia la vida imposible. No obstante, siempre su padre le dio seguridad, a pesar de que no entendiera su pasión por la música, Yamato siempre estaba dispuesto a escucharla, cuando era pequeña y tenía miedo en la noche, él era su faro de luz, cuando no lograba rendir bien en sus estudios, él la apoyaba, cuando sufrió de bullying, su padre fue su socorro.

Él era su lugar seguro. Pero ahora...

Ya no lo era

Porque tenía miedo de que la decepcionara de nuevo.

Ryo observó triste a la pelirroja.

—Toda mi vida he estado acostumbrada a que las personas me decepcionen. —Explicó Rika—Después de todo, mis supuestos abuelos solo se han encargado de hacerme sentir mal, mi padre siempre me juró que él jamás me lastimaría. —Habló—Pero finalmente lo hizo.

El Akiyama depositó su mano en su hombro:

—Las personas se equivocan. —Habló— Pero, no por una persona que no vale la pena, vas a desconfiar de todo el mundo.

—Es difícil, me siento sola.

—Rika, no estás sola. —Insistió Ryo.

—Sí lo estoy…

—¡Claro que no! — Exclamó el Akiyama—Tienes a tus hermanas.

—Ellas también tienen sus propios problemas.

—Pero están a tu lado...—Declaró Ryo— Y yo...—Tomó su mano— Yo también estoy contigo.

Rika observó triste al oji-azul.

—Solo te doy problemas. —Comentó— Desde que nos conocemos, solo he hecho eso. —Habló— Si continuas a mi lado es porque siempre te busco e insisto por hablar contigo. Pero nada más.

—No es porque tú me busques que estoy contigo. —Explicó Ryo— Al contrario, es porque quiero estar a tu lado. —Continuó— Si me basara en tu teoría, probablemente hace rato te hubiese dicho que no me busques, pero quiero que lo hagas, porque yo no te voy a dejar sola.

—¿Por qué?

—Porque sé lo que siente estar solo. —Habló el oji-azul.

Y sabía cómo era el entorno de Rika. Estaba rodeada de mentiras, una farsa, y una familia que jamás lograría ser sincera con ella. Conocía a su padre, Yamato, quien tenía un máster en arruinar la vida de su entorno y de las personas que decía "querer", en especial de sus hijas.

No podía ver como Yamato nuevamente destruía la vida de otra persona, por sus egoístas deseos.

Y no, no era venganza, ni interés. Quizás, en un momento lo fue, cuando la conoció pensó que a través de ella podría acercarse a Izumi y Nene, pero no fue así, al contrario, conoció más a Rika, una chica triste, solitaria, cerrada a sus sentimientos, con deseos de salir del lugar donde estaba porque no soportaba el rechazo de las personas.

Sentimientos que él entendía, después de todo, él toda su vida fue rechazado o despreciado por su entorno.

—Sin embargo, aun sabiendo que es la soledad. Confío en que la vida tiene sentido y hay personas que valen la pena.

—Pues yo creo que no…—Musitó la pelirroja—Yo no…

—Yo te quiero. —Declaró Ryo sin más.

Estas palabras sorprendieron a Rika.

Sí, Ryo generalmente se le "declaraba" o dejaba entrever que "sentía algo por ella" pero jamás le dijo textualmente "Te quiero"

—Yo te quiero. —Repitió el Akiyama esperando que esas palabras quedaran grabadas en la mente de Rika—Y juro que…—Tomó su mano— Jamás te dejaré sola, mucho menos decepcionarte.

Rika observó sorprendida al oji-azul.

—No prometas cosas que luego no cumplirás.

—¿Quién dijo que no las cumpliré? — Preguntó Ryo.

Ryo acercó su rostro al de Rika con determinación, sus ojos azules brillando con sinceridad y ternura. Sin titubear, selló sus palabras con un suave beso, transmitiendo todo su afecto y compromiso en aquel gesto. Rika, inicialmente sorprendida, cerró los ojos dejándose llevar por la calidez de aquel momento. Entre ellos se creó una conexión especial.

Ambos estaban tan pendientes en ese beso que, no se percataron que cierto hombre rubio de ojos azules se encontraba cerca de ellos observando.

Los ojos de Yamato se abrieron como platos al ver a su hija menor, Rika, besándose con...¡Ryo!

Sí, Ryo.

Pero ¡qué rayos!


+¡Chan, chan, chan! ¿Qué ocurrirá luego de esto?

+Disculpen si me demoro en el próximo capítulo, como he dicho, tengo muchas cosas en la Universidad y también quiero avanzar con la historia de "La sultana del imperio" entonces tendré que darme un tiempo.

BethANDCourt: ¡Hola! Jsjsjs esas son las vueltas de esta historia, cuando parece que todo va bien, viene algo que lo arruina todo. En este caso fue Kouji. Lamentablemente Izumi tiene un apego emocional hacia Kouji muy fuerte y costará bastante que finalmente se despegue de él. Ya veremos que ocurrirá para que se logre el Takumi ¡Uh! Ya veremos que sucederá con Kiriha y Nene, si permanecerán trabajadno juntos, no obstante, la actitud de Kiriha ha cambiado, Nene la tendrá difícil si quiere algo más (Empezará un nuevo arco) jjgjgjgs Si, Yamato la ve como una niña, da risa, pero en su caso es entendible, es su hija y jamás querrá ver más allá. Aunque le digan que es una adulta para Yamato siempre será su niña jajaja Ahora que lo pienso, ni Yamato ni Sora conocen realmente lo que sucede con sus tres hijas, ¡todo lo que las tres sienten y sufren! Sí, acertaste, ni Yamato ni Sora conocen verdaderamente lo que sienten sus hijas, ese es uno de los temas a tratar, aunque intentan ser buenos padres cometen errores y esos errores beneficiaran en cierto modo a Mimi. Como dije, acertaste con decir que Yamato y Sora no conocen sus verdaderos sentimientos, ahí está la clave de muchas cosas que pasarán a futuro y explica el comportamiento de Rika. Sí, Mimi está pensando que verdaderamente se quieren, esto la destrozo, sin embargo, le da más razones para vengarse. Lo que hará Mimi será todo un misterio jajaja ya verán. Satomi será una pieza muy fundamental, no obstante, Mimi debe ser consciente que está peleando con personas peligrosas y aunque tenga aliados siempre tendrá que ir un paso más a adelante. Disculpa por lo corto de los capítulos, pero como dices, todo debe alinearse. Necesito preparar el terreno para el caos que se viene (Además, estoy un poco corta de tiempo, por la Universidad) Vamos lento pero seguros jsjsjs Espero que este capítulo te haya gustado, ojalá sigas leyendo y comentando en la historia, agradezco mucho que este al pendiente. Te mando un abrazo a la distancia.