Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, son obra de Akira Toriyama.
Nota previa:
Qué gusto poder saludarlos con este nuevo One-Shot, y asimismo, adentrarme por primera vez con esta shipp. He conocido gente muy linda de este lado & durante algunos años he leído fanfics sorprendentes de este emparejamiento por mano de grandes amigos fickers a los cuales aprecio & admiro muchísimo. Y ni hablar de los fanarts del TruPan que siempre se me han hecho muy bellos, y particularmente sí tienen ese "algo" que motivan a escribir. Trataré de hacer mi mejor esfuerzo para contribuir en este Fandom, por supuesto, con el debido respeto por ambas partes, prometiendo así poner todo mi corazón en este trabajo como tratar lo más genuinamente a los personajes & su esencia. Así que el fic será ambientado en la saga GT al transcurso de algunos años después del atentado de Omega- Shenron, pues me interesa la imagen del Trunks empresario más maduro junto a una Pan un poquito más crecidita; ya veremos qué surge de todo esto. La imagen de portada, como siempre, es mi deber indicar que no me pertenece, solo llevará una pequeña edición de mi parte para su publicidad. Gracias a quienes deseen acompañarme y darme la oportunidad en este nuevo proyecto. Saludos a todas las chicas de "La manada de Tigre" por su calurosa estadía, a Mid porque es buenísima onda, por su genial talento en los dibujos y por los lindos detalles que ha tenido conmigo. De igual forma muestro mi gratitud por la nueva era de una convivencia sana, pues al final de cuentas siempre habrá algo que más que separarnos debería de unirnos más, y es, el amor a DragonBall & a nuestro querido tigre, sin importar las shipps o sus variantes; tengamos más amor & menos odio por nuestra serie favorita y por el compañerismo & respeto hacia otros. Así que como siempre, a todos: GRACIAS POR ESTAR AQUI.
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Llamada a la libertad.
Por
Kuraudea.
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«Digan lo que digan, piensen lo que piensen; lo nuestro no se explica, se siente»
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La cotidianidad era un arma de doble filo para ambos escenarios. El cigarrillo que se consumía en sus labios mientras observaba aquella pequeña ventana circular de su oficina, lo hacían sentirse asfixiado; ser un Brief era un privilegio pero también era una condena. Siendo él el mayor heredero de la familia, cargaba un gran peso en su espalda; tenía que ser un adulto responsable.
—Señor Brief, en quince minutos comenzará la junta—le comunicó su asistente personal.
Él volteó hacia la mujer sin gesticular alguna expresión, sin brillo en la mirada, sin alma, sin ni una pizca de ilusión en su faz; pues en realidad ese «llamado» no le motivaba a nada. Entonces, a secas, contestó:—Gracias.—y se dispuso en terminar de fumar ignorándola por completo & volviendo a fijar su mirada al firmamento.
Entretanto, el mundo no se pintaba de color de rosa para aquella niña, ahora una joven, que había sido una de las protagonistas de aquel viaje espacial; el berrinche, la irreverencia de tener un poco de atención la hizo escabullirse y emprender aquella aventura que tanto necesitaba; quería ser escuchada. Al Brief de igual manera le había caído bastante bien ese episodio novedoso, pues fue como un respiro para alegrar un poquito su esclavizada vida en la Corporación.
Al llegar a casa, al planeta Tierra, se vieron por última vez, y como muestra del recuerdo, el joven empresario se encargó de arreglar aquel artefacto parlanchín. Cuando el azúl hizo entrega del autómata a la entonces niña, ella corrió a recibirlo en brazos:—¡Giru! ¡Giru estás a salvo!.
Y el mismo robot a la vuelta de 10 años le seguía acompañando convirtiéndose en su mayor confidente, y sin lugar a dudas, en su amigo fiel al tragarse toda su inconformidad, sus deseos, frustraciones y demás sentires de su parte; Giru era como un diario virtual & personalizado solo para ella.
—¡Hola, Pan, Hola Pan, Hola Pan!.—saludaba al recibirla en su habitación.
—Hola Giru...—se tiró a la cama con brazos extendidos observando el techo; a sus escasos 20 años de edad todo parecía un dilema: «Tienes que ser igual de inteligente que tu padre»«Tienes que ser una heroína de la sociedad como tu madre» «Tienes que presentarte a eventos de caridad en nombre de tu abuelo Satán» «Tienes que ser fuerte como toda una Son». Pan definitivamente no era de vestidos, ni de buenos modales, eso de ser "propia" le costaba sobremanera. Sin embargo, tenía que entrar en el rol...y lo detestaba.
Y de la misma forma lo detestaba él, pues la parte de su sien parecía que explotaría solo por el hecho de escuchar su nombre resonar a cada momento «Señor Brief, qué solución le dará a este problema?» «¿se presentará a la rueda de prensa?»; ante lo harto que le resultaba ser tan indispensable y que a nadie le importara su bienestar, internamente existía una gran frustración en él—Por favor, déjenme solo—; el trayecto en el ascensor era el único momento de paz durante su jornada laboral.
—¿Sucedió algo, "Pan-Pan"?—preguntó el Cyborg con su particular voz robótica.
—Sucede que ...estoy harta de todo, Giru.
Pregunta que en el escenario gris de aquel hombre de negocios NUNCA le harían. Al menos Pan tenía buena compañía, él no tenía nada estando absorbido en el mundo de los negocios; no tenía un Giru con quién charlar, ni un gato, nada. Todos sus amigos y familiares "suponían" que ambos estaban bien. Sin embargo, para el azúl y para la de melena, no era así; tenían una vida estipulada cuando ellos solamente querían volar por los cielos e irradiar esa sangre saiyajin a su máxima potencia. Pero siendo «Trunks Brief» & «Pan Satán»; ni dónde esconderse: ellos solo querían Libertad.
Así que al girar su cuerpo, observó sobre el buró aquel portaretrato que sostenía la fotografía del gran tour espacial; estaba Giru, su abuelito Gokú, y al único que nombró de voz:—Trunks...
Y recordó entonces su festejo de XV años, precisamente en el instante cuando el de traje mostaza se acercó a ella para bailar por un momento el tradicional vals; dialogaron entretanto:
—¿Qué te pasa, Pan? ¿estás avergonzada?.
—¡Claro que no, tonto!.
—Apuesto mi vida que hubieras preferido andar en jeans en este momento y no con este vestido; seguro lo odias.
—Así como tú odias el traje que usas.
—Es cierto, lo odio; es como traer puesto el traje de un preso.
La muchachita rió y él le acompañó en su risión.—Lo dices como si yo también tuviera más opciones: «Recuerda que soy Pan Satán & debo de tener buenos modales»; cuando a mi lo único que me gusta es pelear.
—Te entiendo, crecer duele.
—¿E-En verdad?.
—Solo un poco; la gente espera mucho de nosotros como individuos. Llegará el punto en el que tendrás que dejar a un lado todas aquellas cosas que solías hacer, para así centrarte solo en una.
—Ya comprendo.—expresó con desánimos al bajar la mirada.
—Pero oye, Pan...
—¿Oh...?.—se dirigió nuevamente a él al elevar la mirada—¿qué sucede, Trunks?.
—Si en algún momento te sientes perdida...llámame—le ofreció su empatía—Estaré para ti cuando necesites; nunca olvides eso.
—Lo dices como si algún día fuera a necesitar de ti—agregó la adolescente al sacarle la lengua «¡Ahhh!», seguido de un guiño.
—Ya verás que sí.—le advirtió; luego aseguró como todo un profeta—Cuando crezcas un poco más...pensarás en mi & me llamarás.
—¿Apostamos?.
—Por supuesto.
Al llevar la imagen a su pecho con la sensación del recuerdo... inevitablemente pensó en él: «¿cómo estará?» «¿será feliz?». Fue así, que se sinceró a sí misma y recordó que Trunks era bien parecido, aunque ella era muy niña en ese entonces para haberle dado la importancia necesaria. Aún recordaba la jovialidad de su mirada, sus labios, su sonrisa en ese bello rostro; e incluso en sus pensamientos más intimos vivía aún la imagen cuando lo apreció sin playera al parchar la lámina averiada de la nave espacial. Supuso entonces, que quizá la edad le había sentado bien al Brief y seguramente luciría más atractivo—Trunks...—susurró su nombre; fue honesta al aceptar que siempre estuvo presente en su mente; en los días de clases, al divisar a lo lejos el edificio de la matriz de la Corporación Cápsula, al entrenar a los alumnos de la escuela de artes marciales de su abuelito Satán. Pues en cada golpe, en cada puño, en cada patada y en cada expresión jadeante por lo extenuantes de su labor con gotas de sudor en la sien, muy en sus entrañas, permaneció presente él; como un latido extra en su corazón que, a conforme a los años, dejó de ser rojo para teñirse de azúl en silencio.
—¿Estará casado?, ¿tendrá novia?.—pensó en voz alta.
—¡Giru, Giru... Pan piensa en Trunks!.—intervino, el robot.
—Ya basta, Giru, no me molestes—se volteó al otro lado de la cama evitando al cyborg, y recordó exactamente las palabras de Trunks: "Cuando crezcas un poco más... pensarás en mi & me llamarás".
Y sí, de un tiempo para acá tenía ganas de escuchar su voz, de saludarlo, de decirle: "¡Oye Trunks, hay que ir a entrenar!.
Fue así, que tomó su celular y con ciertos nervios buscó en el diccionario virtual del Oeste el número telefónico de la Corporación Cápsula; sin más remedio & con el valor necesario para realizar la acción, marcó a su oficina; después tecleó la extensión que la vincularía a él —Aquí vamos...—se dió un poco de ánimos.
En espera de que tomaran la llamada, se sentó rápidamente sobre la cama con piernas cruzadas; mordía la uña de su dedo pulgar a causa de la ansiedad. Más no entendía qué le sucedía, pues simplemente se trataba «del Trunks» de toda la vida. Así que se llamó la atención a sí misma por su actitud infantil:—Pero qué pasa contigo, Pan...ya no eres una chiquilla.
En eso, recibieron la llamada:
—¿Sí?, hola.
Ella quedó perpleja, atónita, hacia mucho que no escuchaba el timbre de su suave voz; al quedarse muda el joven insistió—Hola, ¿hay alguien ahí?—así que después de un breve silencio, como si supiese de quién se trataba, le nombró:—Eres tu, Pan.
Y ante la sorpresa de haber sido descubierta, le salieron las palabras:
—T-Trunks...je, je, qué gusto s-saludarte.
—Estoy impresionado por tu llamada, ¿tu familia está bien? ¿necesitan algo?.
—N-No te preocupes... todos están bien.
—¿Y tú cómo estás?.
—Bien...supongo.
—¿Segura...?.
—Oye Trunks, ¿cómo supiste que era yo...?.—la duda entró en ella, por lo cual interrumpió.
El empresario esbozó una sonrisa—Tal vez fue simple corazonada o ...«la lada» de la región de Paoz me hizo intuir que quizá eras tú.
—Ya comprendo.
—¿Qué pasa Pan?.
—Bueno...en realidad...como tenemos ya algunos años de no vernos, quería preguntarte si acaso tú ...
—¿Sí?.
—¡Pe-Pero mejor olvídalo! ¡seguramente tienes mucho trabajo! Je, je, je.
—Estoy libre este fin de semana.
Pan había quedado asombrada por la afirmación de su parte—¿Eh?, ¿l-lo dices en serio?.
—Hace mucho que no entreno, ¿te gustaría ser mi compañera?.
A la muchacha se le iluminó el rostro—Por supuesto, ¡claro, me encantaría!.
—"Hecho"; entonces te veo este fin de semana. Prométeme que lucharás con todas tus fuerzas.
—¡Lo prometo!.
—Hasta entonces.
—A-Adiós.
Esa llamada era el vivo significado hacia la libertad; era el momento, el detalle, el reencuentro. Después de tantos años de no haberlo visto ni siquiera en las reuniones familiares porque siempre se la pasaba trabajando en la Corporación, sintió su corazón encantado, vibrante. Estaba alucinada, tanto, que el propio Giru la había pillado.
—¡Giru, Giru, Pan ama a Trunks!.
—¡Ya cállate, Giru! ¡no digas esas cosas!—pero éste insistió sin parar.
—¡Giru, Giru, Giru, Pan ama a Trunks!.
—¡Ya basta!.—y con lo primero que tomó a su paso lo persiguió por toda la habitación—¡Te dije que no dijeras esas cosas!.
—¡Giru, Giru, Giru, Pan ama a Trunks!.
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El fin de semana llegó, aunque para Pan los días se hicieron eternos. Por lo que en cada noche al volver a casa, frente al espejo modelaba diferentes tipos de conjuntos para cuando llegase el día saber qué vestir. Se debatió incluso en usar el cabello suelto o recogido, pensó en el paliacate pero se arrepintió después debido a que no deseaba verse igual de niña como en el Gran Tour, sino ahora quería lucir como toda una mujer frente a él.
El lugar acordado había sido muy cerca de los Montes de Paoz, considerando que a Pan no le quedara lejos de casa. Entonces, con unos mallones negros al cuerpo, una playera con la palabra «rockstar» sobre el pecho, arracadas, guantes, labios con un ligero gloss a cereza, rimel y cabello suelto...voló hacia el punto de reunión.
Durante el trayecto, mientras el oxígeno más puro entraba a sus pulmones y las ráfagas del viento golpeaban a su rostro elevando con rebeldía sus lacios, meditó. Y lo hizo respecto a sus sentimientos, mismos, que se alojaron en su ser a lo largo de los años. Sin embargo, las dudas llegaron a su mente & como filosas dagas comenzaron apuñalarla: «¿y si él ama a alguien más?» «¿y si me estoy haciendo ilusiones de algo absurdo?»; era un hecho que el miedo y los nervios la invadieron. Entonces, al frenarse y mantenerse estática en el aire, volteó hacia abajo y sus orbes distinguieron una aero-nave con la insignia de la Corporación Cápsula—Es Trunks...—murmuró con cierta angustia, pues solo tenía de tiempo el corto trecho para bajar a tierra y cambiar de semblante, pero ante todo, fingir que no pasaba nada.
Así que suspiró hondo, tenía que descender, no había de otra. Pensó que seguramente el azúl ya se había percatado de su presencia—Bien, aquí vamos; al tocar tierra poco a poco se aproximó a donde el joven aguardaba. Mismo, que se mantenía a espaldas con un estuche de cápsulas en la mano y con la apariencia de aún lucir el característico traje mostaza, cosas que le hizo suponer que venía saliendo del trabajo, o seguramente se había escapado de sus labores, pues recordó que "según" tenía el día libre.
Fue así, que anunció su llegada con cierta pena—Estoy aquí...
—Lo sé.—contestó el de lentes dándole la espalda, luego volteó; se observaron.
Y en efecto, Pan tuvo mucha razón al coincidir la realidad con aquella imagen de sus pensamientos. Pues fue un hecho que los años le habían dado una buena apariencia al Brief; en sí no era que estuviese muy mayor, era un adulto joven de 36 años —Pensé que me habías dicho que tenías el día libre...—agachó la mirada apenada; lo mencionó porque no quería meterlo en aprietos.
—Solo tuve que pasar un momento a mi oficina por unos pendientes...pero aquí estoy como te lo prometí.
Por supuesto que el joven también la observó; la "Pequeña Pan" había crecido y no precisamente de estatura, pues era claro que había heredado la complexión física de su madre. Sin embargo, ahora a sus veinte años, el molde de su cuerpo era diferente, se había convertido en toda una linda mujer.
—Si no te importa me cambiaré de ropa.
—A-Adelante, no tengo problema.
Trunks se fue detrás de la aero-nave y descomprimió una cápsula Hoi-Poi del estuche para sacar un atuendo adecuado para entrenar. Mientras se disipaba el ligero humo del estallido del utensilio, se desvistió & charló a distancia.—Cuéntame, ¿cómo has estado, Pan?.
—Bien...—contestó. Sin embargo, a lo lejos alcanzó a divisar un poco del arco de su espalda, lo que le provocó nuevamente sonrojarse.—Ya sabes, trabajo en la escuela de entrenamiento de mi abuelito Satán.
—No dudo que seas una gran maestra en las artes marciales.
—Gr-Gracias...—llevó uno de sus mechones detrás de su oreja.
—Bien, estoy listo.
El muchacho se mostró sin lentes, portó unos pantalones negros a la par de una camiseta de resaque con el logotipos serigrafiado de la «CC»; tal atuendo le recordó al que utilizó en el último torneo de las artes marciales cuando participó y le ganó a su Tío Goten «¡Bien pequeña, ganaste!»—el azúl le tomó del brazo como una triunfadora mientras festejaba de igual manera «¡Sííí!».
—Y bueno, Pan, tú decides: ¿en aire o en tierra?.
—Ambos.—y sonrieron a la distancia mientras adoptaban su posición de ataque.
—¿Lista?.
—Sí; no tengas piedad, Trunks, ¿me escuchaste?.
—Entonces, que así sea.
La muchacha se avalanchó hacia el joven de ojos azules—«¡Aaah!»—con la intención de darle un fuerte puñetazo, pero éste lo recibió en defensa al cruzar los antebrazos y lo detuvo por algunos segundos mientras sus miradas amenazantes se cruzaban; a la velocidad de la luz sobresalían más golpes: aparecían & reaparecían como si se tratara de un efecto de magia, tal como lo decía siempre Mr Satán: «¡Seguramente es un truco!». Se impactaban sus cuerpos, se esquivaban y tomaban distancia para volver a empezar.
El lado saiyajin sin duda brotó. No importaba ser híbridos pues el sentir se emanaban desde adentro: ardía, quemaba, y para ser francos, debido a ese lado salvaje que los componía, excitaba.
Fue así, que por la falta de experiencia, al estar en los cielos, el mayor ofreció un ataque que la hizo desestabilizarse por completo; perdió el control, y por ello, comenzó a descender hacia el suelo rocoso para impactarse en él. Sin embargo, eso no pasó debido a que sostuvieron su mano; Pan divisó que se trataba del mismo Trunks que no la dejaría caer. Ella mostró media sonrisa, y como acto seguido él la tomó en brazos. De ese modo, llegaron a tierra firme.
—No quise lastimarte, discúlpame—la colocó de pie—¿Te encuentras bien?.—preguntó preocupado.
—Sí, descuida.—se daba de golpes en las rodillas con la intención de quitarse el exceso de polvo—Me has sorprendido, Trunks, para el tiempo que llevas sin entrenar aún eres muy fuerte; no cabe duda que eres el hijo de Vegeta.
—Y tú eres la hija de Gohan, nieta del Señor Gokú & del Gran Mister Satán; no pude esperar menos de ti.
—Vamos, pero qué dices.
—Yo solo digo la verdad—luego, ofreció por educación—Por cierto, ¿quieres un poco de agua?.
—Está bien.
Al pasar un rato, ambos se sentaron sobre la cajuela de la aero-nave. Bebían agua & platicaban en serenidad al observar las nubes y los alrededores.
—Ya veo, entonces siempre tienes mucho trabajo, Trunks.
—Sí, soy un hombre de negocios bastante ocupado como verás.
—Eso creo.—le dió un trago al botellón de agua—Igual yo solo me la llevo impartiendo clases en la escuela de artes marciales de mi abuelito Satán; estudio un poco, llego a casa a dormir, y al día siguiente es lo mismo otra vez.
—Te dije que algún día me ibas a comprender.
—Lo sé, lo recuerdo.
—A todo esto: ¿por qué me llamaste?.
—Ya sabes, quería entrenar; salir un rato de la rutina.
—No creo que eso haya sido el único motivo, Pan.
—¿Eh...?¿Qué quieres decir con eso?.
—Pensé que querías verme porque me echabas de menos—le lanzó un guiño.
—¿Có-Cómo dices?—se sonrojó, y por su expresión el muchacho soltó una risa. Por supuesto que eso mismo le sirvió para hacerse de rabietas—¡¿Pero por qué me dices esas cosas, Trunks?! ¡Estás igual que Giru que solo dice disparates para molestarme!.
—Tranquila, tranquila, no te pongas así de histérica, Pan—la menor se cruzó de brazos & frunció el entrecejo—Pero de verdad lo que dije fue en serio.
—Pe-Pero...—se dirigió de nueva cuenta hacía a él.
—Los años pasan rápido, ¿no lo crees?. Y aún recuerdo cuando estuvimos viajando por todo el espacio alrededor de un año. No te mentiré que al principio sí me estresó el hecho de que nos acompañaras a un lugar tan lejano y peligroso, lejos de casa. De hecho hasta te molestaste conmigo porque dije que quería reemplazarte por tu tío Goten. Fue entonces, que a medida de que juntos fuimos superando muchos obstáculos, me di cuenta que tenías una gran confianza en ti misma.
—No es solo confianza, es porque también soy fuerte, Trunks, y quería demostrárselo a todos. En ese momento parecía que no encajaba con nadie, era como un estorbo.
—Eres muy fuerte, lo sé. En cuanto a lo otro, es parte del crecer sentirnos perdidos; es normal.
—¿Entonces qué quieres decir con todo esto?.
—Lo que trato de decir es que desde el día que bailé contigo en tu fiesta de XV años, y te dije que cuando te sintieras mal, me llamaras, fue también por otra razón, Pan.
—Trunks...—la de melena estaba sorprendida.
—Desde entonces, cada día, cada año, pese a nuestro distanciamiento, siempre te llevé conmigo. Mientras me asfixiaba en el mundo empresarial, pensaba en que la estuvieras pasando bien. En que disfrutaras de todo momento, que hicieras incluso lo que más te gustara. Pensar en ti, Pan, era darle vitalidad a mi ser. Era recordar cada risa, cada momento, y con ese buen recuerdo pude sobrellevar mi camino hacia ese pasillo gris con aroma a nicotina de todas las cajetillas que fumaba a diario; aunque no lo creas...también tuve miedo.
—¿Mi-Miedo a qué...?.
—Que cuándo crecieras te olvidaras de mí.
—Pero te juro que nunca me olvidé de ti, Trunks, ¡lo digo en serio!.
—Temía incluso a que crecieras tanto que ...te enamoraras; aunque de ser así, de algún modo lo hubiera sobrellevado. Pero irónicamente anhelaba que llegara ese punto, para charlar como lo estamos haciendo justo ahora. Pensar en ti, pensar incluso en esa Llamada a la Libertad, me mantuvo firme todo este tiempo; te estuve esperando todos estos años, Pan.
Fue justo en ese momento en el que la nieta de Gokú comprendió que los miedos de Trunks fueron exactamente los mismos con los que ella tuvo que lidiar también.
—Pan, yo... no quería arruinarte la vida, no quería que por mí te frenaras a la experiencia de vivir, de conocer. Por eso se lo dejé todo al destino, y justamente a esa llamada.
—Trunks yo...
—Siempre pensé en tí—le dirigió esa bella mirada azúl mientras Pan estaba boquiabierta—Pero no quería ser una limitante para ti, tenías que vivir & crecer; besar, conocer el mundo, reír, enamorarte, aprender a sanar las heridas de un corazón roto, trabajar y... hacer el amor con la persona que consideraras correcta.
—¿Y qué te hace pensar que esa persona no eras tú?.
—Pero Pan...
—Crecí con todos esos mismos miedos muy en el fondo; ocultos por el día a día de una vida normal. Hice todo lo que has mencionado, o al menos gran parte de ello. Pero siempre estuviste conmigo atormentándome de algún modo; pensando en que quizá llegaría el momento en que mi propio tío Goten me dijera que te ibas a casar con alguien más, y de ahí...tener que fingir felicidad por ti, aunque en el fondo doliera tenía qué buscar la forma de cómo continuar; resignarme. Pero así como tú dices que no querías entorpecer mi camino, yo siendo una niña tampoco deseaba bloquear el tuyo; tenías derecho de hacer lo que quisieras, ya eras un adulto & yo solo una chiquilla; vivir y experimentar a tu antojo con cualquier mujer es parte de la madurez. Aunque creo que tan solo por ser el presidente de la Corporación Cápsula...supongo que ya era suficiente para ti—después de un breve silencio, pese al miedo, trató de confesarse—Trunks, yo...—pero no encontraba la forma de cómo expresarlo.
El azúl le miró firmemente & le cuestionó:—¿Me amas?.
—Verás, yo...
E insistió con interés & seriedad:—¿Tú me amas, Pan?.
Después de haberse reprimido por un rato, lo externó efusiva como aquella niña en el viaje espacial.
—¡Sí! ¡siempre te amé! ¡eres un tonto por no haberlo notado antes!—los bellos luceros brillaron debido a las lágrimas atrapadas por años. Con más serenidad, agregó al agachar la mirada:—No sé cómo... pero pasó—y después lo dijo con más libertad—Te amo.
—Lo bueno que ahora podrás estar más tranquila, "pequeña Pan"...porque yo también te he amado durante todo este tiempo—;y el silencio eterno terminó para el hombre:—También te amo.
Fue así, que él le ofreció su mano, y con un poco de temor finalmente la muchacha la sostuvo—¿Y ahora qué sigue, Trunks?—preguntó con miedos.
—Ahora sigue el paso a la libertad.
—¿Qué pasará si alguien está en nuestra contra?; seguro les impactará que estemos juntos.
—Debería de darnos igual. Es nuestra vida, nuestros sentimientos; solo importa lo que nosotros deseemos—trató de cambiar el tema— Pero bueno, ahora contestame algo, por favor.
—¿Qué sucede, Trunks?.
Y al agacharse un poco para acercarse aún más a su rostro, le preguntó lo mismo de tiempo atrás:—¿En aire o en tierra?.
Ella no supo exactamente la orientación de la interrogante. Así que "supuso" que al tratarse de un nuevo enfrentamiento, contestó:—Como sea me parece bien.
Entonces, fue en tierra que la besó tomándola por sorpresa. Sin embargo, ésta recibió el gesto de tan anhelada unión de sus labios sin resistencias, mismo, que solo en sus sueños habían experimentado, y que ahora, era una realidad, pues para Trunks, en definitiva, no había amor más puro que el de Pan. Y para la joven, no existía mejor hombre en el mundo que Trunks.
Y así, decididos a volar por los cielos, con la honestidad de la mano y de la otra con el amor que triunfó gracias a la Llamada a la Libertad; brindaron en sonrisas por aquel bendito beso que corroboró la dulce espera, y que sin importar qué pasaría después con ellos, incluyendo así los próximos desafíos que tendrían que enfrentar para mantener su relación de pie, permanecerían juntos. Hay acciones que son la puerta a nuevos horizontes. Cosas tan pequeñas & sencillas ofrecen oportunidades para expresar el sentir & el amor que se lleva dentro. Ya sea por un saludo, una carta, o un simple «Hola». Pero lo que era un hecho, es que sin importar los años, el momento para los pacientes de corazón llegaría tarde que temprano. Ahora ellos serían uno con el mundo. Y recordarían con gusto aquella promesa, aquella acción que les brindó la oportunidad de amarse con todos los derechos. Pues el teléfono recibió en tiempo & en forma La llamada a la libertad que tanto necesitaban recibir para reencontrarse.
—Gracias por tu llamada, Pan.
—Y gracias a ti por contestar...
FIN.
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Agradezco mucho a quienes se hayan pasado por aquí; sé que es algo sencillo & corto, pero en verdad disfruté mucho su elaboración. Y si bien, ya tenía un par de semanas estudiando a estos chicos para poder proyectarlos lo mejor posible, me fue bastante entretenido como placentero este trabajo; en verdad lo disfruté. Por lo que espero en sinceridad haberles hecho justicia a esta pareja como haberlos manejado con el mayor amor & respeto, como todos los personajes de la franquicia lo merecen, sin sobajar por favoritismos. Espero que mi mente me permita a futuro poder crear más contenido de ellos dos, entretanto, solo me queda agradecer.
Les mando un fuerte abrazo, bendiciones & miles de gracias; nos estamos leyendo en el próximo capítulo de Pétalos de Arena.
Cariños:
Kuraudea~
